Capítulo 19

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jade

Mi madre llora sin dejar de abrazarme y me aferro a ella porque necesitaba su calor luego del momento tan desagradable y extraño por el que pasé.

—¿Estás bien?—me repara el rostro con la mirada preocupada—¿Te hicieron daño?.

Hago mi mayor esfuerzo para no llorar.

—Estoy perfecta, mamá.

—Mi tesoro—susurra envolviéndome en sus brazos de nueva cuenta.

—¿Quieres algo de comer? Debes estar muy ambrienta—comenta JoJo a mi lado, observo las lágrimas en sus ojos y me separo de mamá para darle un abrazo.

—Que ambas dejen de llorar es lo único que necesito—le digo—No me ha pasado nada y ya estoy aquí.

—Fue un gran susto, cariño—papá se acerca y aunque tengo un nudo en la garganta debido a mis dudas dejo que me abrace.

—Ya estoy en casa—repito separándome de él y mi madre vuelve a abrazarme. Miro hacia todos lados percatándome de la ausencia de Walter y Lucas.

—¿Por qué no descansas?—me pregunta papá—Debes estar agotada, ha sido un día difícil.

Asiento en acuerdo. Subo a mi habitación acompañada de mi madre quien insiste en no despegarse a pesar de repetirle que estoy bien porque no quiero preocuparla o angustiarla. Tomo una larga ducha que me refresca pero no me quita las miles de preguntas que tengo en mi cabeza ni el recuerdo del asqueroso que me intentó tocar. Es temprano pero aún así me coloco mi pijama azul de osos blancos, infantil, lo sé, pero muy cómodo y suave.

Me recuesto en mi cama y mamá hace lo mismo a mi lado comenzando a acariciar mi cabello con delicadeza.

—¿No crees que ya es hora de cortarlo un poco?.

—Me gusta así—respondo y ella me da una pequeña sonrisa asintiendo.—¿Por qué sucedió esto, mamá?.—decido preguntar.

—Hay personas que simplemente se dedican a hacer daño a otros, Jade—responde—Tu padre cada día se vuelve más exitoso y los delincuentes deciden sacar provecho de situaciones como la de hoy.

No digo nada. Mi madre no me mentiría, pero siento que lo hace ahora o está completamente ausente del tema.

JoJo entra a la habitación con una bandeja en las manos. 

—¿Té?—pregunta mamá incorporándose en la cama, imito su acción mientras la mayor se acerca y asiente.

—Creo que esta noche todas lo necesitamos—comenta y le doy una sonrisa, no voy a preocuparlas viéndome triste o traumada por lo que pasó.—Sé que no te gusta mucho pero este te ayudará a dormir mejor.

—Gracias, JoJo—acepto la tasa dándole un sorbo luego.

—Creo que Jade es la única inglesa a la que no le gusta el té—comenta mamá y pongo los ojos en blanco.

—A lo mejor soy adoptaba y no me lo has dicho—trato de bromear para levantar el ánimo—¿Mis padres biológicos son colombianos, mexicanos o...

—Ni se te ocurra bromear con eso—me advierte mi madre y me río de su expresión.

Ahora concentro mi atención en JoJo.

—¿Has hablado con los mellizos?—le pregunto por sus hijos y asiente emocionada?—¿Cómo están?.

—Danielle quiere estudiar medicina y dice querer ser la mejor cirujana de Londres.  Por otro lado Daniel no quiere esforzarse tanto y según él será corredor de casas—sonríe.—Pensé que nunca estaría conforme con alguna profesión pero su padre lo ha hecho cambiar de opinión.

—Siempre ha sido el rebelde de los dos—comenta mi madre sonriendo.

Hablamos un poco más hasta que llega la hora de comer y le pido a Jojo que me traiga la cena. No tengo ánimos ni ganas de salir de mi habitación por muy deprimente que parezca. Tampoco me molesto en buscar mi teléfono porque no tengo ni idea de donde pueda estar. Hace unas horas todo pasó tan rápido, tan confuso y necesito esclarecerme. Mi padre no lo hará, Walter se hará el tonto y mi madre, bueno, creo que mamá está ausente de la situación tanto como yo.

Observo el reloj de mi habitación y cuando marcan las once decido que esa hora es perfecta para salir de la cama en busca de respuestas. Abro la puerta y miro hacia todos lados sobre todo el despacho de papá y me alivia ver la puerta cerrada y las luces apagadas como toda la casa.

Camino hasta mi objetivo y suspiro pensándomelo por un momento. No tengo otra opción y debo pensar rápido sino quiero ser pillada frente a la puerta del hombre con el cual no he dejado de tener enfrentamientos tontos.

Me dejo de rodeos tocando la madera de la puerta que para mi suerte Lucas abre bastante rápido. Arruga sus cejas en cuanto me ve.

—¿Qué estás haciendo aquí?—pongo mis ojos en blanco, fastidiada por su carácter de mierda. Me pregunto si sabe lo que es una sonrisa genuina.

—Buenas noches para usted también, Capitán—paso por su lado ignorando su torso desnudo que noté inmediatamente. Está vestido solamente con pantalón gris de lana. Supongo que estaba listo para irse a la cama—Respondiendo a tu pregunta, estoy aquí porque necesito hablar contigo.

Cierra la puerta y se pasa una mano por el rostro para luego fijar sus ojos en mí.

—Si vienes a hablar de lo que pasó en el auto pierdes...

—No vengo a hablar de eso—lo interrumpo—No me interesa darle importancia—miento y asiente en acuerdo.

Maldito calienta bragas.

¡A lo que viniste, Jade!.

—La relación con mi padre en estos momentos no es la mejor. Lo más probable es que me llene de mentiras y necesito respuestas de lo que pasó hoy—soy directa.

—¿Y piensas que yo te daré las respuestas que necesitas?—pregunta incrédulo.

—Fuiste tú quien me "rescató"—hago comillas con mis manos porque el término es demasiado dramático—Tengo muchas razones para pensar que mi padre está haciendo algo...incorrecto.

—¿Qué te hace pensar que yo estoy al tanto?—se cruza de brazos.

Pego mi espalda baja al comodín detrás de mí y suspiro.

—Pensé en que podías ayudarme—se ríe de forma sarcástica y lo miro en forma de súplica—Necesito saber en que está metido.

—¿Para qué? ¿Te convertirás en una heroína o...

—Ese no es tu asunto—lo interrumpo y me arrepiento rápidamente de esto.—Mejor olvídalo. No sé en que estaba pensando cuando vine a pedirte ayuda.

Hago el amago de salir de su habitación pero...

—Espera—me detiene y lo miro con una ceja enarcada. Mira al piso, pensativo por unos segundos y luego fija su mirada en mí—Puedo ayudarte investigando lo que quieras pero...

Sabía que había uno.

—¿Pero...?—lo insito a continuar.

—Necesito que me cuentes sobre algo—frunzo el ceño confundida. Se acerca a pasos lentos—Hace poco me comentaste que tu padre estuvo en Omán, un año atrás y me mostraste un shemagh blanco.

—Si—asiento, confundida aún.—Lo uso para el frío en casa.

—¿Por qué?—pregunta—¿Qué hacía exactamente ahí?.

—No lo sé—respondo—Supongo que trabajar, vive para los negocios.

—Omán es un país rico, pero en aquella época, precisamente en ese año, estaba en la mira de muchos países vecinos—explica.

—No entiendo que tiene que ver papá.

Él suspira.

—Yo también estaba ahí. Era parte de mi trabajo defender las naciones del Medio Oriente—comenta al fin—Créeme cuando te digo que es raro el hecho de que Jason estaba haciendo supuestos negocios en ese país, Hederson.

Cada día que pasa descubro algo nuevo de mi padre que me gusta menos. Lucho contra el nudo que se me forma en la garganta.

—¿Qué es lo que propones?.

—Fácil—se encoje de hombros—Ayudarnos mutuamente. Si descubrimos por qué Jason estaba en Omán, probablemente también sabremos todos sus negocios. Sé investigar, Jade pero tú eres su hija, y si actuamos juntos no levantaremos sospechas.

Estoy absorta en la palabra "juntos" y me pregunto...¿Qué está mal conmigo cuando lo tengo cerca? Necesito concentrarme porque el tema es delicado y no es momento de que las ilusiones se hagan presente.

—¿Qué fue lo que sucedió hoy? ¿Quiénes eran esos hombres?.—pregunto el principal objetivo de mi visita esta noche.

—No sé—niega—Según Jason y Walter eran maleantes pidiendo dinero por rescate. Le mandaron una dirección a tu padre donde estaría la persona que recibiría el dinero y así fue. A diez metros estaba la vieja construcción donde tenía que ir a por ti luego del pago.

—¿Les creíste?—pregunto—El hombre que me vigilaba mencionó algo de una deuda que tenía mi padre. ¿Crees que haya algo más?.

—Probablemente, pero sin pruebas no se puede dar una conclusión.

—Esto me está sobrepasando—bufo pasándome las manos por el cabello.

Decido olvidar la situación por un momento desviando el tema.

—¿Qué pasó en Omán? ¿Por qué tan interesado?.

Me clava la mirada fría y sin emoción, poniéndome nerviosa de momento.

—No harás preguntas al respecto—advierte.

Alzo una ceja.

—Es mi padre.

—Padre en quien claramente no confías y quieres investigar.

Hago una mueca de desagrado.

—No lo digas así, se siente horrible.

—No sirvo para camuflajear nada.

—Me queda clarísimo lo directo que eres.

Nos quedamos en silencio, no se que espero para irme. Es raro, mantener un contacto visual tan fuerte sin emitir sonido, sin decir nada. Su mirada me eriza la piel y puede intimidar a cualquiera pero en mi caso, solo quiero descubrir que hay detrás de ese temperamento.

Nunca he creído que hay personas vacías, simplemente hay personas con diferentes tipos de carácter y emociones que no necesariamente tienen que ser expresadas.

Yo soy explosiva, habladora y emocional. Él por su parte es reservado, serio y poco expresivo. Somos diferentes, el agua y el aceite que no llegan a mezclarse. Polos opuestos con personalidades diferentes.

Y aún así. A pesar de todo esto, cada que lo tengo cerca solo pienso en volver a probar sus labios, en fundir su calor con el mío y eso...no es buena señal.

—Por cierto—habla sacándome del análisis. Camina hasta el closet y saca mi bolso—Había olvidado regresártelo. Tu celular y documentos están dentro.

Sonrío aliviada cuando me lo extiende.

—¿Lo recuperaste?—pregunto lo obvio y lo miro de vuelta. Mi sonrisa se agranda—Gracias, no había tenido oportunidad de decírtelo.

—Era mi trabajo.

—Aún así,  gracias—repito mirándolo de nueva cuenta. Me frustra esta guerra absurda me miradas donde sé que las mías dicen mucho pero las suyas me dicen lo indiferente que le resulto—Lucas yo...

—Hederson si ya terminaste me gustaría descansar.

Lo miro mal.

—No es necesario que me eches—digo—Te desaría dulces sueños pero creo que no conoces el significado de la expresión.

—Adiós, Hederson—me abre la puerta.

—Adiós, Walsh—le respondo en el mismo tono para luego salir de su habitación.

ㅡㅡㅡㅡㅡㅡㅡㅡㅡㅡ
TODOS LOS HECHOS DE ESTA HISTORIA ES PURA FICCIÓN.

Cada cosita sale de mi cabeza, nada tiene que ver con la realidad.

He dicho...Caso cerrado.

Besitos y abrazos cibernéticos.

   

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro