Capítulo 28

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Jade

Nuestra casa en Primrose Hill no ha cambiado absolutamente nada. Resalta la combinación de negro y blanco en la sala como en todo el lugar. La chimenea frente a los muebles y la gran alfombra gris de lana que adornaba el suelo entre ambos. Los grandes ventanales reflejaban la poca luz que el sol nos regala en esta fría época del año y además, nos deja contemplar una gran vista hacia el exterior. 

Primrose Hill es un lugar bastante tranquilo comparado con el bullicio de la ciudad. Nuestra casa estaba estratégicamente apartada y en parte me gustaba que sea así. A pesar de ser apacible, aquí en la colina había gran variedad de casas y edificios, incluso muchos al estilo victoriano, y si de por sí tener una residencia aquí era caro, esas propiedades deben valer una fortuna mayor.

El sonido de la puerta abrirse me hace girar hacia esa dirección a pesar de saber de quién se trata. Lucas había ido a guardar el auto en el garaje y a "inspeccionar" la zona mientras yo me quedé analizando mi situación actual.

—¿Qué haremos ahora, Lucas?—pregunto volviendo a mirar hacia el paisaje que me regalaba la colina mientras me cruzo de brazos.

—Esperar.

Me giro para mirarlo, incrédula.

—No tenemos otra opción, Hederson.—añade al ver mi expresión.

Se acerca lentamente metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón de cuero marrón.

—¿Y nuestra investigación?.

—Creo que tenemos las pistas suficientes.

—¿Te estás rindiendo?.—me sorprendo.

—No—responde de forma tranquila y hace un silencio corto antes de continuar—Pero ponte a pensar en las cosas que podríamos averiguar de Jason, aún más peligrosas que las ya descubiertas.

—Bueno—suspiro—Ya sabemos que mi padre estaba involucrado con traficantes de armas, con el rey del petróleo...

—El sultán—me corrige y hago un ademán restándole importancia.

—Además de que es un maldito infiel.—me asquea tan solo recordarlo.

—Si llegamos más lejos con esta investigación. ¿En qué posición te puedes llegar a encontrar?. Si esto algún día sale a la luz, serías cómplice por guardar silencio.

Lo miro de golpe, atónita,  sus palabras me provocan esa sensación de galope en el pecho, como si mi corazón necesitara más espacio para poder latir.

—¿Desde cuándo te preocupas por mí?.

Decido preguntar y se calla desviando su mirada. La sensación anterior ahora es reemplazada por una de enojo.  No se cansa de confundirme y hacerme sentir tan patética. O tal vez...yo solita me lo estoy imaginando todo porque me dejo llevar por lo que siento cuando estoy con él.

—Tengo el deber de cuidarte.

Quisiera decir algo, recordarle que fue acuerdo mutuo, que a él te interesa cualquier cosa que haya hecho mi padre y yo he decidido no hacer preguntas porque...confío en él.

—Creo que iré a recostarme—anuncio con voz cansada y me encamino hacia la habitación de arriba que acomodé para mí.

Me voy pasando por su lado y subiendo por las escaleras altas de escalones separados.

La habitación era pequeña, comparada con la de mi casa, pero al mismo tiempo muy acogedora. Lo que más me gustaba era la ventana de cristal con un cómodo asiento el cual me permite estar horas admirando la vista.

Tomo el objeto que tanto me empeciné en traer y saqué a escondidas de mi casa: mi guitarra acústica.

—Bueno, belleza—comento en voz alta dándole una palmada y sentándome en la cama mientras la acomodo—Ahora solo somos tú, yo y el troglodita que está abajo.

Me pregunto, si alguna vez esto dejará de ser un sueño para convertirse en realidad.

Sonrío y comienzo a tocar las notas de la única canción que me sale perfecta con este instrumento. La que más he practicado porque soy bastante novata con la guitarra, aún.

I found a guy, told me I was a star
He held the door held my hand in the dark
And he's perfect on paper but he's lying to my face
Does he think that I'm the kinda girl who needs to be saved?

Me interrumpen toques en la puerta.

—Te escuché y...—lo miro confundida—Vine a ver si necesitabas algo.

Niego con la cabeza. Él se queda por unos segundos en el umbral, callado y con una mirada inquietante.

—¿Tienes algo que decir, Lucas?—decido impulsarlo a hablar.

Está raro últimamente. Aunque sigue siendo el témpano de hielo que conocí hace ya par de meses.

—No es nada.

Y con eso se marcha.

                       ●●●

Lucas

¿Desde cuándo te preocupas por mí?.

La pregunta de Hederson ronda en mi cabeza. ¿Realmente me preocupo por ella más allá del deber?. Ni siquiera yo sé por qué dije todo lo que dije. Cada día me convenzo más de que me estoy convirtiendo en un patético. Cosa que confirmé aún más cuando no me resistí en tocar su puerta al escucharla cantar. Las notas de la guitarra se acoplaban perfectamente con su voz, en una dulce armonía. Y no es que sea un conocedor de la música, mucho menos un experto. Simplemente que nunca imaginé a Jade Hederson tener talento. Suena horrible, lo sé. Me sorprendió tanto oírla cantar en Río de Janeiro. Luego me confesó que era su más grande sueño. Un frustrado sueño.

Y me gusta su voz.

Bajo las escaleras luego de mi demostración patética del día hacia la pelirroja. Prendo la chimenea para obtener algo de calor. Londres es una ciudad fría y a una altura mayor como Primrose Hill, el clima es aún más templado.

Me siento frente a la chimenea y froto mis manos pensando en esta repentina decisión de Jason. Las palabras de Jade me vienen a la cabeza porque me sorprendí de la misma forma. ¿Tanto confía su padre en mí como para dejarme a su cargo a kilómetros de su casa, aquí, en lo más intrincado de una colina?. Al parecer sí, más bien, es Walter quien confía en mí y Jason le confiaría su vida a mi ex-comandante.

Tal cosa cambiaría al instante si se llegara a enterar de que me he acostado con su hija más de una vez. Asunto que no me importa. No estoy arrepentido y lo haría mil y una vez más porque lo he disfrutado. Estos días han sido confusos para mí pero algo está más que claro. Deseo a Jade Hederson como a ninguna otra mujer. Eso me saca de quisio, me pone el mundo de cabezas pero...¿qué puedo hacer? Ya me di por perdido. Llegué a un punto en el que me di cuenta de que solo me queda aceptarlo.

Los pasos en la escalera me traen de vuelta a la tierra y me volteo. La persona que rondaba mis pensamientos baja los escalones con ropa cómoda y el cabello recién lavado. Sus ojos se encuentran con los míos y me dedica una pequeña sonrisa. Es preciosa y...¿hasta ahora me doy cuenta de ello?.

Anotado en la lista de cosas que no admitiré en voz alta.

—Hay algo que quiero comentarte—se acerca sentándose a mi lado—He pensado en ir a dar una vuelta mañana, puede ser al Acuario o un Parque Marino. ¿Qué te parece?.

—Una locura—respondo tajante y ella me mira con súplica.

—Vamos, Lucas. No pensarás quedarte encerrado en este fin del mundo. ¿Verdad?.

—Jade, fueron órdenes...—me levanto del sofá y me dispongo a alejarme pero se me atraviesa de frente.

—Deja de ser un amargado—ruedo los ojos ante su sonrisita—¿Al Acuario?.

—Sobre mi cadáver.

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Sentí que este capitulito tenía que ser narrado por ambos. Siento que a Lucas le falta mucho por descubrir aún, así que...¿por que perder tiempo?.

:)

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