Capítulo 37

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Jade

—¿Entonces no vendrán?—pregunto intentando que la decepción no se me note.

—Lo siento en verdad, cariño—comenta mamá desde la otra línea.

—Supongo que yo tampoco puedo ir.

—A tu padre no le gustaría, ya sabes lo que opina de que andes fuera de Primrose Hill.

Intento no llorar.

—¿Y qué opinas tú, mamá?.

—Jade sabes que no puedo contradecir a tu padre.

—Por una vez en la vida me gustaría que lo hicieras—lo digo en voz alta y ni siquiera me doy cuenta.

Nos quedamos en silencio por unos segundos. Mi corazón se llena de angustia ante esta conversación a pesar de saber desde antes que esto pasaría.

—Debo colgar, mamá.

—Está bien, tesoro. Feliz Navidad.

—Feliz Navidad.

Termino con la llamada y limpio la lágrima que corre por mi mejilla. Como era de esperarse no pasaré la Navidad con mis padres. Primera vez en veintitrés años y eso me rompe el corazón. Mucho más que las mentiras de mi padre. La sumisión de mamá y el hecho de que no mueva ni un dedo por mí me hace sentir horrible.

Dejo de mirar las afueras de Primrose Hill a través del cristal y me doy la vuelta encontrándome con Lucas. Increíblemente la angustia en mi corazón es reemplazada por fuertes latidos del mismo. Me dedica una sonrisa leve al verme. La cuarta para ser exacta.

Sí, las he contado.

¿Pero qué puedo decir? Verlo sonreír, aunque sea de forma leve es alegría para mi corazón.

Noto como se va acercando a mí. Le doy un buen vistazo a su torso desnudo. Ese lleno de marcas de lucha, representando los años en el ejército.

—Despertaste temprano—señala.

—Quise hablar con mi madre—murmuro cuando lo tengo cerca. Frunce el ceño y yo bufo—No iremos a cenar a casa.

—Te diría que eso me pone mal pero te estaría mintiendo—comenta y lo miro mal.

—Lo hago por mi madre, es la única en esa casa que realmente me importa—me paso las manos por el cabello—Puedes celebrar, nos quedaremos en casa.

Hago el amago de irme pero me detiene, sujetándome por detrás. Me erizo al sentir sus labios en mi cuello.

—Lo siento, Jade—susurra—Sé que significaba algo para ti.

Me doy la vuelta para quedar frente a él. Niego con la cabeza repetidas veces.

—Aún es difícil de asimilar el hecho de que mi familia no está funcionando bien por culpa de mi padre—coloco ambas manos en su pecho y miro sus ojos—De todos modos...prefiero pasar la Navidad contigo.

Vuelve a darme una sonrisa de boca cerrada y pego sus labios a los míos.

                ●●●

—¿Revisaste los alrededores?—pregunto.

—Por milésima vez, Jade. Estamos seguros. Llegué hasta las casas del fondo y todos están cenando en las afueras. Parece una tradición aquí.

Responde y se sienta a mi lado. Sonrío ante la escena.

Había tenido la idea de cenar fuera para hacer algo diferente en esta Navidad que pasaré fuera de casa. A pesar de aún tener un poco de miedo por lo sucedido hace un par de días, decidí dejar eso atrás y disfrutar de este día con Lucas. El cual para mi sorpresa no se resistió a la idea. No sé cocinar pero de todos modos intenté ayudar a Lucas a prepararlo todo.

La comida se veía deliciosa. El pavo asado con salsa de arándanos y gravy, las patatas y zanahorias asadas que acompañaban al mismo. Además, de solo pensar en el pudding hecho de frutas secas empapado de brandy que nos espera en el frigorífico, aumentan mis ganas de devorarlo todo.

—¿Cuándo aprendiste a cocinar?—le pregunto de repente al castaño.

—A los veinte, tres años luego de haber entrado al ejército—responde inmediato—Mi madre me enseñaba cuando iba de vez en cuando a casa.

No lo dice con dureza y supongo que eso es un avance. Hablar de su madre significa dolor para él, aunque no lo diga en voz alta. Se siente culpable porque piensa que pudo haberlo impedido sin saber que hay cosas en el mundo que son inevitables. No sé mucho del ejército ni a detalles lo que pasó, pero no concibo lo que sería una vida sin mi madre. A pesar de que las cosas entre nosotras en este momento no están del todo bien.

Solo espero que algún día Lucas logre ver que no fue su culpa. Me rompe el corazón de solo pensar el dolor con el cual ha vivido desde la explosión.

—Es una de las cosas que me gustan de ti.

Ante mi confesión él alza una ceja.

—Sé que mi comida es buena, malcriada.

Suelto una risita nasal.

—No es eso—niego y juego con mis manos en mi regazo—Me gusta el Lucas que en Manchester cocinaba la comida favorita de su padre los domingos. El que cocina para mí...

—Si no lo hago te mueres de hambre—me interrumpe y lo miro mal.

—Le quitas el romance a todo—me quejo.

Me mira con atención.

—Dime algo que no sepa—dice y me acomodo en la silla baja de madera, me pego más al cuerpo la frazada que me cubre de la fría noche. Él por su parte está tranquilo sin signos de frialdad.

Aclaro mi garganta.

—Me gusta el Lucas que se quedó a mi lado cuando Jojo murió. El que me consoló cuando una de mis mejores amigas estuvo entre la vida y la muerte. El que detuvo a mi padre cuando intentó abofetearme y puso en riesgo su trabajo—observo como traga con dificultad pero aún así no deja de mirarme—Ese es el Lucas que amo.

—¿Y al otro?—pregunta y lo miro confundida—Al que no le importaría matar a quien se le ocurra tocarte un simple mechón de cabello.

Su confesión me deja helada. Ahora soy yo quien traga con dificultad. Sus ojos me evalúan esperando una respuesta.

—A ese lo idolatro.

Una sonrisa de satisfacción vacila por formarse en su rostro y yo lo hago abiertamente.

—¿Harías cualquier cosa para mantenerme a salvo?.

—Lo haría con tal de que nadie te ponga un dedo encima. Jason corrió con suerte—responde con tranquilidad.

—¿Por qué?—pregunto con mucha curiosidad.

—Porque te lo prometí, Jade. Recuérdalo. Estaría de tu lado hasta el final y porque...—se queda callado un segundo—No permitiré que nadie te haga daño.

Hago el mayor intento de no ponerme sentimental. Con Lucas debo ir con calma. Sin apresurarme. Siento que avanzamos a pasos lentos pero con eso estoy bien. No necesito más.

—La comida se va a enfriar—anuncia y asiento. De repente mi estómago ruge como animal. Había olvidado el hambre por dos segundos.

La cena transcurrió en silencio. Ambos nos dedicamos a devorar la comida. Al terminar busco una botella de vino en la bodega y la destapo. Nos sentamos en el suelo, uno al lado del otro mirando la vista que ofrecía la colina.

Se escuchaba a lo lejos un poco de música que no logro distinguir. Por muy tranquila que Primrose Hill parezca, sus habitantes disfrutan las fechas festivas.

—¿Se sabe algo de ese hombre?—pregunto rompiendo nuestro silencio.

—Es difícil investigar sus verdaderas intenciones—responde—El hombre está muerto y atrapar a un criminal como el maldito colombiano no es tan fácil. Escuchaste al Comisario, llevan años tras él.

—Y pensar que lo tuve tan cerca, apuntándome a la cabeza—revivo brevemente mi secuestro de hace meses.

Se queda callado. En cambio me atrae hacia él dejando mi cabeza en su hombro.

—A veces quisiera que todo esto fuese un mal sueño—confieso—Que mi padre no fuese un corrupto, que mi familia sigue siendo funcional y que Jojo estuviese viva.

Se me rompe la voz.

—No se puede borrar el pasado, Jade. Nos perseguirá toda la vida.

—¿Pero qué hago si ese pasado representa mi presente?—lo miro a los ojos y noto sus dedos en mi mejilla. Con el pulgar me limpia la lágrima que corre por la misma.

—¿Recuerdas lo que te dije? Jamás dejaré que algo malo te suceda.

—No temo por mí, Lucas. Contigo a mi lado no tengo por qué hacerlo—afirmo—Pero...¿y mi madre?.

—Tu madre eligió su camino—aclara—Ni siquiera tú puedes cambiar eso.

—Si me escuchara al menos una vez. Si no estuviera tan ciega por mi padre y si yo...—suspiro—Si yo la hubiese alertado.

—No te creería—suena muy seguro—Tú misma lo has dicho, Dana está ciega por su marido y aunque es difícil para ti, ella no iba a abandonarlo.

Me quedo callada porque tiene razón. Mi madre es adulta y puede decidir que hacer aunque sea peligroso. No puedo obligarla a venir conmigo.

—De todos modos este lugar ya no es seguro.

—No tienes nada de qué preocuparte—comenta—No estás sola.

Le sonrío mientras se me acelera el corazón.

—No—niego—No lo estoy.

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Tan bellos mis niños.

Nunca pensé que llegarían a estar así de esa forma. Supongo que poco a poco van a ir creciendo en su ¿relación? Bueno, no sé que definición tengan.

Eeeeen fin.

No me gustan los spoilers pero....Creo que hay que ir preparando los pañuelos.

¿Se acercan los capítulos finales?

Bueno, estamos a punto de averiguarlo.

Besitos y abrazos.

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