29

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cuando miro el móvil por millonésima vez en lo que va de trayecto, veo que Axel por fin ha respondido a mi mensaje preguntándole cómo hago para entrar en el club sin conocer a nadie: «No te preocupes, princesita de otoño, cuando los seguratas os reconozcan, os dejarán pasar. Una vez dentro, solo pregunta por Ace Hale y verás como lo tiene todo organizado».

Sí, estoy histérica. Desde que me he despertado esta mañana, no he dejado de preguntarle a Axel qué es lo que ha organizado para mi fiesta en el Pandemónium. No he conseguido sonsacarle más que el hecho de que Tyler y él van a venir, que es también de Halloween por lo que hay que ir disfrazados y que yo tengo el derecho de acceso. Aparte de todas las entradas que he dado a los pocos amigos que tengo, Axel me ha dado la oportunidad de invitar a Leo, Courtney y su grupito por si quisiera vengarme. Aunque ha tratado de disimularlo para dejarme libertad de elección completa, cada vez me ha dejado más claro que le encantaría ser usado para restregárselo por la cara. Por su parte, Olivia también me ha dejado caer varias veces lo buena idea que sería darles invitaciones falsas para que vinieran y tuvieran que quedarse en la zona normal viendo lo bien que nos lo pasamos nosotras en la zona VIP.

Ambas ideas me resultan graciosas y el deseo de venganza me ha tentado, por lo que al final he decidido dejar que Olivia hiciera lo que quisiera. Ahora mismo se está encargando de poner el flyer en su Instagram, riéndose malévolamente. Su carcajada le va que ni pintada, ya que va disfrazada de Carrie, la protagonista de la novela de Stephen King. Entre ese vestido espectacular y la sangre falsa que cubre su cuerpo, parece una femme fatale en toda regla.

—¡Tía, mira! —chilla Olivia, mostrándome en la pantalla de su móvil la última exclusiva de los perfiles de cotilleos de Instagram—. ¡Axel dejó de seguir a Megan en Instagram anoche, pero ella le sigue todavía! Según dicen fuentes cercanas a ellos..., ¡se cree que han roto!

La revelación me hace girarme para mirarla tan rápido que casi me parto el cuello, recordando que supuestamente a mí esa información me da igual antes de decir nada que pueda originar preguntas indeseadas. Tratando de relajar el millón de mariposas que recorre mi cuerpo, finjo indiferencia.

—¿Ah, sí? ¿Y quiénes son esas fuentes tan fiables?

—Pues... —Olivia pulsa la pantalla un par de veces antes de mostrarme un vídeo de Tyler rodeado por paparazis—. ¡Parece ser que el propio Tyler!

Cuando le da al play, Tyler se abre camino entre los paparazis a los que tanto odia, ignorando todas sus preguntas hasta que una capta su atención de inmediato.

—¡Tyler, Tyler! ¡Axel Maddox acaba de dejar de seguir a Megan en Instagram, pero ella todavía le sigue a él! ¡¿Están teniendo problemas?! ¡Por favor, confírmanos algo!

—Pues veréis, cuenta la leyenda que el príncipe de los ricitos de oro acaba de ser liberado de la maldición de la bruja maligna y está en busca de su princesita. ¡Por fin!

Olivia y yo rompemos a reír al escucharle, aunque yo disimulo un poco, ya que se supone que Tyler no es mi amigo ni estoy acostumbrada a sus rarezas. Sin embargo, no me cuesta mucho hacerlo, ya que sus palabras me han dado en qué pensar.

Por lo que ha dicho al principio, está claro que Axel ha dejado a Megan, ya que ella es sinónimo de "bruja" para Tyler. Ahora bien, ¿qué significa eso de que Axel está en busca de su princesita? ¿Lo habrá dicho por decir, siguiendo con su analogía de príncipes y princesas, o irá por alguien en especial?

¿Y si ha dicho princesita en referencia a... princesita de otoño?

—Señoritas, hemos llegado —anuncia el conductor de Uber, sacándome súbitamente de mi espiral de pensamientos y provocando que empiece a hiperventilar.

—Grace, respira hondo, no te pongas nerviosa. Estás preciosa, has organizado la mejor fiesta del mundo y nos lo vamos a pasar en grande. ¡Es tu noche, tú eres la reina hoy y siempre!

—No sé si este es el mejor disfraz para hoy, Liv. Puede dar pie a muchas bromas a mi costa. ¿Estás segura de que nadie se va a reír de mí?

Olivia bufa y niega con la cabeza, tirando de mí para que salga del coche con ella. Al girarnos, mi amiga me obliga a fijarme en el escaparate frente al que estamos para que vea nuestro reflejo. Ella se ve espectacular, como toda una reina del baile sangriento, pero, para mi sorpresa, yo no me veo tan mal como pensaba.

Aconsejada por Olivia, opté por vestirme como Vivian Ward, protagonista de Pretty Woman, convencida de que su mítico modelito blanco y azul no me quedaría bien. También he sido bastante reticente a la hora de rizarme el pelo como lo lleva Julia Roberts en la película, pero ahora esas preocupaciones han desaparecido. Estoy realmente guapa con mi nuevo look, especialmente gracias al talento de Olivia para el maquillaje.

—¿Tú crees que alguien se va a reír de ti? ¿Viendo lo espectacular que estás en tu propia fiesta de cumpleaños, que además es en el sitio más cotizado de la ciudad? —dice Olivia a mi espalda, mirando nuestro reflejo con sus manos sobre mis brazos—. Porque yo creo que van a tener que llamar a varias ambulancias cuando empiecen a morirse de envidia.

Sus palabras me aportan el gramito de seguridad que necesitaba y sonrío ampliamente, dándome la vuelta para abrazar a Olivia.

—¡Venga, vamos a la entrada!

El Pandemónium es un edificio enorme que consta de varias plantas, una de las cuales es la que Axel ha reservado para mi fiesta. El resto están a rebosar a juzgar por el ruido, las luces y la enorme cola que da la vuelta a la manzana. Al ver la inmensa multitud, estoy a punto de darme la vuelta, convencida de que me echarán en cuanto intenté entrar sin esperar la cola, pero me armo de valor y camino con Olivia hasta la puerta. Al aproximarnos, los dos gorilas inmediatamente alzan las manos para evitar que avancemos más, acostumbrados a tratar con mujeres que tratan de colarse con sus encantos.

—Por favor, señoritas, respeten la cola y vuelvan a su lugar.

—¡Espere, no, tenemos entrada! —digo, tratando de enseñarle mi móvil mientras nos empujan hacia atrás con firme delicadeza—. ¡He reservado, miren! ¡Soy Grace Everly y...!

—¡Eh, Lou! Frena un poco, que te me vas —interrumpe una voz masculina, haciendo que los seguratas se aparten de nosotras al instante.

—Disculpe, señor, pero estas señoritas están intentando entrar sin pagar...

Tras ellos veo aparecer a un chico alto y tatuado, muy atractivo, que tendrá entorno a mi edad. Tiene el pelo castaño engominado hacia atrás y parece estar vestido como Tony Montana, de Scarface. Sus ojos azules se centran en nosotras e inmediatamente sonríe, ofreciéndome su mano.

—Eres Grace Everly, ¿verdad? Y ella debe de ser tu mejor amiga. Yo soy Ace Hale, no sé si te habrán hablado de mí —pregunta y cuando asiento y estrecho su mano, entrando en pánico por si menciona a Axel delante de Olivia, él se limita a mirar a los seguratas con el ceño fruncido—. ¿Cuántas veces os he repetido que esta noche teníamos el cumpleaños de Grace Everly como evento especial?

—Lo siento mucho, señor Hale, pensábamos...

—No, no pensasteis —interrumpe antes de sonreír de nuevo en nuestra dirección y guiarnos dentro—. Disculpadme, los contrato por sus músculos, no por su cerebro. Estáis preciosas, por cierto.

El desparpajo con el que se mueve, atrayendo las miradas de todo el mundo allá por donde pasa, especialmente de las mujeres. Incluso Olivia y yo tenemos los ojos fijos en él, siguiéndole como polillas a una luz.

—Muchas gracias, tú también... —Mi vergüenza innata me impide seguir con el cumplido y noto cómo mis mejillas se encienden al girarme hacia Oliva mientras entramos en el ascensor—. ¡Esta es Olivia, mi mejor amiga!

—Encantado, Olivia. Me gusta mucho esta versión de Carrie, cuanta más sangre mejor.

—¡Gracias! Y tú eres Tony Montana, ¿no?

Mi mejor amiga le mira de arriba abajo y sé que Ace le atrae. No me sorprende, este chico es como un imán, atraería a cualquiera a menos de un kilómetro.

—El único e inimitable, efectivamente —responde con una sonrisa perfecta. En cuanto las puertas del ascensor se abren, su atención se desvía de nosotras por completo para centrarse en una hermosa chica vestida como Elvira Hancock, la pareja de Tony Montana—. ¡Lex! Te presento a Grace, la chica del cumple, y a Olivia, su mejor amiga. Ella es Alexa, mi novia.

Los ojos verdes de Alexa se fijan inmediatamente en mí y esboza una amplia sonrisa, abrazándome para darme un beso en cada mejilla, haciendo lo propio después con mi mejor amiga. Ambas nos sorprendemos por el gesto, pero deduzco por su forma de saludar que debe de ser de algún país europeo.

—¡Estáis divinas, chicas, me encantan vuestros disfraces! Y Grace, ¡por fin te conozco! Por fin puedo comprobar lo guapa que eres de primera mano después de escuchar hablar tanto de ti a... —Mis ojos doblan su tamaño debido al pánico cuando le veo a punto de mencionar a Axel delante de Olivia, pero Ace parece salvar la situación al susurrarle algo al oído a su novia de pasada—. ¡A Ace! ¡Pensaba que me iba a dejar por ti y todo!

La perspectiva de que alguien pudiera dejar a la preciosidad que tengo ante mí, especialmente el hombre que la mira como si fuera su razón de vivir, me hace romper a reír. Olivia parece tragarse lo ocurrido, ya que me imita y pronto se distrae cuando Ace cambia de tema.

—Bueno, Grace, en cuanto a los invitados sin entradas, ¿qué orden doy? En el VIP solo puede entrar quién tú quieras, pero... No sé, tal vez quieras incluir a alguien a última hora o algo —dice, lanzándome una mirada cargada de significado.

—Pues Olivia ha subido un flyer ha Instagram, así que pregúntale a ella. Yo ya me desentiendo de este caos, lo único que quiero es no tener a indeseables en esta zona.

—A ver, es que va a venir una excursión de mononeuronales que se metieron con Grace y queremos darles envidia. Nos dijeron que tenían este sitio cogido antes pero Grace se lo quitó, así que si pueden ver el fiestón que tenemos mientras se quedan en la zona de abajo, estaría divino —explica mi mejor amiga—. Y sí, os juro que tenemos veinticinco años, no quince. Es que nos gusta hacer estas cosas de vez en cuando.

Alexa suelta un chillido de emoción y aplaude, tirando del brazo de su novio.

—¡¿Una venganza para alguien que se metió contigo?! ¡Estamos dentro, no os preocupéis! Mirad, desde esa barandilla podéis mirar la zona de abajo y ellos pueden veros a vosotras. También puedo decirles a Lou y Ed que les digan de venir a la zona VIP pero no dejarles entrar. ¡Que les echen a patadas!

—Le encantan las venganzas —explica su novio con una sonrisa de adoración antes de dar órdenes por el pinganillo—. Bueno, captado entonces. No os molestamos más, ¡disfrutad de la fiesta!

Ace se marcha al momento para ocuparse de las muchas cosas que requieren su atención esta noche, pero Alexa tira de nosotras hasta la barra y empieza con las rondas de chupitos. Olivia y ella encajan como dos piezas de puzle, ya que se parecen un montón, lo cual probablemente también ayuda a lo bien que me cae a mí nuestra nueva amiga.

Mis invitados no tardan en llegar y el alcohol me ayuda a soltarme un poco, contenta de ver a tanta gente en mi fiesta de cumpleaños. Alexa intenta excusarse alegando que siente que sobra, pero le aseguro que se puede quedar lo quiera, faltaría más. Procuro beber poco para mantener la cabeza fría y poder disfrutar de la noche, a lo cual me ayudan Olivia y Alexa. Compañeros de clase, amigos de la universidad, vecinos... Todas las personas que me agradan se lo están pasando en grande con ingeniosos disfraces, felicitándome e incluso llenando una mesa con los regalos que me han traído.

Sin embargo, a pesar de toda la gente que me rodea, me falta la persona más importante, el chico al que más ganas tengo de ver.

—¡Vamos a bailar! —me anima Olivia, uniéndose al grupo en la pista de baile que hay en el enorme reservado.

Nunca me han gustado mucho las fiestas, la música muy alta o bailar, pero alguien parece haber hecho una lista de canciones a medida para mí y me sorprendo dejándome llevar mientras canto mis canciones favoritas a pleno pulmón. Estoy ocupada chillando las letras de Taylor Swift junto con mis amigas cuando un miembro de seguridad me toca el hombro discretamente.

—Disculpe, Señorita Everly, pero hay un grupo de personas esperando en la entrada que dicen haber sido invitadas. El señor Hale nos ha indicado que le avisáramos si venía alguien.

—¡Empieza la venganza! —chilla Olivia.

Cuando nos giramos, veo de refilón la cara de Courtney discutiendo con el otro segurata, y se me cae el alma a los pies. Estando en mi cuerpo, Axel les dijo que habría lujos y sorpresas, y él todavía no ha aparecido, por lo que la venganza no será tal exactamente. Yo nunca quise utilizar su fama para presumir, ¡¿por qué demonios quiso hacerlo él mismo?!

—¿Qué hacéis vosotros aquí? Ni siquiera estáis invitados —digo al acercarme, tratando de aparentar la seguridad que necesito sentir.

—¡Perdona, pero en la historia que ha subido Olivia a Instagram ponía que estaban invitados todos los estudiantes de Berkeley!

—"Estudiantes", Courtney, no personas que solo van a la universidad para presumir de cada nueva chaqueta que le llega por Shein —responde mi amiga con sorna.

La aludida frunce el ceño, ofendida, y alza la cabeza con orgullo, mirando por encima de nuestros hombros.

—¿Y dónde está toda esa gente tan divina y maravillosa que iba a venir? Porque yo solo veo a los mismos pringados de la uni —dice, coreada por las risas de sus acompañantes—. ¿Vendrá algún famoso? ¿Mickey Mouse o Pocoyo?

—Pocoyo nos ha fallado, pero Mickey Mouse viene en cinco minutos. Es que hay atasco en Disneyland. —Esa voz grave que ya conozco y adoro suena a la espalda de Courtney, causando que todo el grupo se gire a mirar a su dueño—. Venga, chavales, dejad pasar, por favor.

Axel Maddox se alza entre la multitud, vestido completamente de negro con una camisa que acentúa su físico perfecto y sus perfectos rizos rubios engominados hacia atrás. Su rostro está maquillado como el de una calavera y lo identifico como el protagonista de una de sus películas más populares. Siguiéndole veo a Jungkook y a Jimin, los dos únicos miembros de BTS que aún no iniciaron el servicio militar, y a Tyler vestido con una peluca rubia lisa por encima de los hombros, gafas de sol y un traje azul pastel, atuendo que identifico como el que lleva en la portada de su último disco. Mis piernas empiezan a temblar y antes de que pueda desmayarme, me sujeto al brazo de Olivia, tratando de procesar lo guapos que se ven mis ídolos vestidos como demonios, pero especialmente lo sexy que está Axel.

¿Quién me iba a decir hace dos meses que este pensamiento cruzaría mi mente?

—T-tú... ¡Eres Axel Maddox! ¡Por favor, una foto, te adoro, Axel! —chilla Courtney, emocionada, gesticulando a su disfraz de diablesa—. ¡Me he vestido como tu chica en la peli, vamos conjuntados!

—Lo siento mucho, pero no me hago fotos con personas que intentan humillar a mis amigas. Buen disfraz de... lo que sea eso. ¡Sigue intentándolo, seguro que la próxima vez te sale mejor! —Axel pasa junto a los alucinados estudiantes y cuando llega hasta a mí, me abraza y se acerca discretamente a mi oído—. Siento haber llegado tan tarde, princesita. Estás espectacular, pero deberías haberme avisado. Habría venido de Richard Gere.

Sus palabras y proximidad hacen que me sonroje y le abrazo de vuelta, encantada de que por fin esté aquí. Ahora que Axel ha venido, ya tengo el regalo de cumpleaños que quería.

—¡¿Amiga?! ¡¿Cómo que amiga?! —chilla Courtney, tratando de evitar los suaves pero firmes empujones de los seguratas—. ¡Oye, dejadnos pasar! ¡Estamos invitados a la fiesta! ¡Oye...!

Los seis ignoramos los gritos y Axel se separa de mí para señalar a nuestros acompañantes.

—Grace, estos son Tyler, mi mejor amigo, y Jungkook y Jimin, a los cuales creo que ya conoces bien. Chicos, ella es Grace, la cumpleañera.

—¡Encantado de conocerte, Grace! Me suenas de algo, ¿sabes? ¿No te habré visto yo en algún otro lugar o algo así? Tal vez tras un ficus o no sé... —pregunta Tyler con una sonrisa inocente que esconde su sarcasmo usual. Cuando se acerca a abrazarme, le pellizco sin que me vea Olivia, aguantándome la risa.

—Es un placer, Grace. Axel nos ha dicho que eres muy fan y estamos encantados de que nos hayas invitado a tu fiesta, muchas gracias —dice Jungkook, y cuando ambos me abrazan, hago todo lo posible por no desmayarme entre sus brazos—. Te hemos traído unos regalos, ¿dónde podemos dejarlos?

—Allí, en esa mesa. Muchas gracias por venir, de verdad. Yo... Esto es un sueño para mí, no sé ni qué decir.

Los chicos se acercan a la mesa para dejar sus regalos y Olivia aprovecha que nos quedamos solas para mirarme ojiplática, incapaz de procesar lo que acaba de ocurrir. Ahora que ni Axel ni Tyler están a mi lado para ayudarme con su ingenio, no tengo ni idea de qué excusa ponerle a mi mejor amiga para explicar mi amistad secreta con la superestrella más famosa del planeta al que ella adora.

—¡¿Me puedes explicar cómo has conseguido que el mismísimo Axel Maddox y Tyler, el Genio, aparezcan en tu fiesta con dos de los BTS diciendo que es tu amigo del alma?! ¡¿En qué momento ha pasado esto?!

Antes de que pueda inventarme una buena respuesta, unos gritos reclaman nuestra atención a mi alrededor y Alexa empieza a empujarme hacia el centro de la sala, donde los camareros acaban de traer una enorme tarta de chocolate con veintiséis velas y bengalas chisporroteantes.

—¡Te juro que te lo explico luego, en cuanto todo esto acabe! —aseguro, tirándole de la mano para que venga conmigo. Ver a Olivia tan confusa me hace sentir como una traidora y sé que tendré que contarle todo cuanto antes, al menos todo lo creíble.

Mi mejor amiga debe de ver en mis ojos la honestidad que intento trasmitirle, porque me sonríe un poco y asiente, guardándose todas las preguntas para después. Los camareros han traído una especie de trono para mí, al cual mi mejor amiga me empuja entre risas. Cuando lo hago, todo el mundo se reúne a mi alrededor, quedando Olivia y Axel a cada lado de mi asiento, y empiezan a cantarme. Me siento la reina del mundo, rodeada por mis amigos y la gente a la que aprecio en una fiesta en la que me estoy divirtiendo más que nunca.

—¡Pide un deseo, Grace! —exclama Axel cuando terminen de cantar, antes de que sople las velas.

Envalentonada por la euforia y la adrenalina del momento, mi mano busca la suya discretamente y la tomo con una sonrisa.

—Mi deseo ya se ha cumplido —le digo antes de soplar las velas, recibiendo otro aplauso y una amplia sonrisa por su parte.

—¡Los regalos, abre los regalos! —chilla Olivia, incitando a todo el mundo a coger sus presentes y traérmelos.

Las lágrimas se acumulan al borde de mis ojos a medida que recibo cada vez más cosas, incapaz de asimilar que todas estas personas se hayan tomado el tiempo para comprarme aunque sea un detalle. Recibo muchos libros nuevos, ropa, merchandising de mis sagas favoritas... Jimin y Jungkook me han comprado la Saeta de Fuego de Harry Potter a tamaño real, seguramente influenciados por Axel, y tardo casi cinco minutos completos en encontrar las palabras para darles las gracias por semejante regalo. Por su parte, Tyler me regala una cadena de oro y diamantes como las que suelen llevar los raperos con el sinsajo de Los Juegos del Hambre colgando del final.

—Ya va siendo hora de que tengas tu cadena de gánster, hermana. Cuando quieras hacemos una collabo —explica, haciéndome reír y chocando mi puño con el suyo como dos colegas.

Olivia es la penúltima en darme su regalo y la veo visiblemente emocionada, probablemente por tener a sus ídolos tan cerca. Quiero abrir todos los regalos ya para que siga la fiesta y mi mejor amiga pueda disfrutar de conocer a su actor favorito, pero también tengo que apreciar cada uno como se merece.

Liv me entrega una cajita pequeña que contiene muchos papeles: billetes de avión, entradas a distintos sitios, copias de estancias donde dormir... Cuando alzo la mirada para mirar a mi amiga, confusa, ella sonríe avergonzada.

—¿Recuerdas que siempre has dicho que te encantaría hacer un tour por todos los lugares de Inglaterra en los que se grabó Harry Potter? Pues... he estado ahorrando y nos he comprado un pasaje para ir juntas en verano. He hablado con tus padres y como estaremos dos meses allí, también nos quedaremos con ellos para que podáis veros. Sé que os echáis mucho de menos y es muy caro ir y volver, así que quería echarte una mano.

—Pero, Olivia... Ay, por Dios, ¡te ha debido de costar una fortuna! —gimoteo, rompiendo a llorar antes de levantarme y abrazar a mi amiga con todas mis fuerzas—. Muchas gracias, Liv, de verdad. Yo... No me merezco una amiga como tú y menos hoy. No podré agradecértelo ni en mis próximas reencarnaciones.

—Con que me presentes a Axel y a Tyler, me conformo —bromea ella, besando mi mejilla varias veces antes de obligarme a tomar asiento de nuevo, mirando a la enorme caja envuelta que queda sobre la mesa—. Lo cual me recuerda a que todavía queda un regalo...

—El mío. —Axel se abre camino para coger la caja y me la entrega con una sonrisa nerviosa, expresión que nunca había visto en su rostro que siempre rezuma seguridad y carisma—. Toma, Grace. Espero que te guste.

Con una enorme sonrisa, me pongo de pie para poder abrir la enorme caja, que mide la mitad que yo. En su interior, veo montañas de libros preciosos y antiguos envueltos en lo que parecen ser plásticos protectores con una nota pegada en cada uno de ellos. Frunzo el ceño, confusa, hasta que reconozco la cubierta con detalles de oro de uno de los tomos. Incapaz de articular palabra, miro a Axel y él asiente con una sonrisa más amplia.

Me lanzo directa a sus brazos, dejando que me envuelvan mientras escucho a Ace jaleando a todo el mundo para que vuelvan a bailar, seguramente siguiendo la indicación de Axel para que nadie haga demasiadas preguntas. Sin embargo, tampoco entiendo nada, porque ya todo el mundo sabe que ha venido y que ha dicho ser mi amigo cuando pensé que vendría disfrazado para ocultarse.

¿Por qué ha cambiado de opinión y parece querer que todo el mundo sepa que nos conocemos?

—¡¿Me has regalado una primera edición de Romeo y Julieta?! ¡¿Es que has asaltado algún museo o algo así?! —pregunto aún en sus brazos, haciéndole reír.

—No, princesita de otoño. Te he regalado una primera edición de todos tus libros favoritos del mundo. Y si miras las notas de las cubiertas en cada uno, verás mi segundo regalo para ti.

Me separo de él con reticencia y hago lo que dice, cogiendo la copia de Romeo y Julieta con todo el cuidado del mundo para leer la nota que hay pegada sobre el plástico. Escrito con la letra de Axel identifico un soneto de Shakespeare sobre el amor imposible y dejo escapar un grito ahogado, girándome para mirarle.

—¡Un soneto de Shakespeare! 

—He puesto un poema que me recordaba a cada novela. Sé que te gusta escribir anotaciones en tus libros y... Bueno, no sé. Quería que tuvieras también un trocito de mí en cada uno de estos libros, aunque no puedas leer estos en concreto por lo antiguos y delicados que son.

Axel me mira a los ojos y veo que está nervioso, pensando que tal vez haya hecho algo mal o que su regalo no es suficiente cuando es mucho más que eso, mucho más de lo que jamás podría merecer. Saber que ha leído todos estos libros y ha escrito un poema que le recordó a cada uno me parece el gesto más bonito del mundo y las lágrimas vuelven a caer por mis mejillas.

Incapaz de articular palabra, rodeo su cuello con los brazos y me pongo de puntillas para posar mis labios con los suyos, besándole para expresar todo el amor que siento por él, sin pensar en nada más por primera vez en mi vida.

AAAAAAAAAAAA CASI TREINTA CAPÍTULOS DESPUÉS, POR FIN HA LLEGADO Y ESTOY CHILLANDO MUCHO 🔥🥰🥹✨

No tenéis NI IDEA de la cantidad de tiempo que llevaba DESEANDO escribir este capítulo, o sea me muero 🥹.

La fiesta aún no acabó y mucho menos la novela, pero... ¿qué os pareció hasta ahora? ¿Qué creéis que nos depara el resto de la noche? 🤭

Os leo! ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro