Ya es de noche en Francia pero creo que no podré dormir bien esta noche con los horrores que vi.

Hoy iba a visitar a Agathe en el hospital pero mi capitán me dio la orden de acompañarlo a Alemania junto con otros tres soldados más seríamos su guardaespaldas, yo quería decir que no pero órdenes son órdenes. Volamos en avión desde París y en cuestión de horas llegamos a Berlín, en un camión fuimos hasta Auschwitz no era muy lejos como dos horas creo, yo sabía que ese lugar era un campo de concentración de judíos pero nunca pensé que era más que eso, al bajar nos reunimos con un general al parecer era el padre de nuestro capitán, nos ordenó a quedarnos afuera de la cabaña haciendo guardia.

Una vez afuera veía los judíos siendo torturados brutalmente por los guardianes alemanes, los hacian caminar hacia una cámara que por desgracia nos llevaron a ver en persona, entramos en una cámara y vimos por el vidrio como los obligaban a entrar sin importar si había niños o mujeres embarazadas y cerraban las puertas (llorando), abrían los tubos de ventilación para que saliera un gas altamente tóxico, las personas gritaban, lloraban e incluso arañaban las paredes con sus uñas para intentar salir, pero era en vano todos morían en cuestión de minutos. En otra cámara eran arrojados también y unos soldados alemanes lanzaron un máscara de antigas, las personas se golpeaban para usarla pero era inútil ese gas que usaban podía derretir las máscaras cuando son expuesta por mucho tiempo al siniestro gas. Yo quería salir corriendo pero no podía levantaría sospecha y escuché que el padre del capitán era muy duro con los soldados que no cumplían ordenes.

Al salir vi otra fila de judíos y vi una mujer con unos niños, me vieron directamente a la cara pero sus ojos estaban vacíos como si ya supieran lo que iba a pasar, me acerque quería ayudar que escaparán pero me quedé de pie cerca de la reja si hacía eso me matarían y luego a mi madre, "mi sufrimiento acabará rápido, pero el tuyo veo que durará más" fueron las palabras de aquella judía antes de seguir caminando hacia la cámara de gas.

En otra parte del campo los hacian trabajar duramente fabricando piezas de aviones y todo aquel que dejaba de trabajar era ejecutado o golpeado hasta que le sacarán sangre por los latigazos que les daban. Sencillamente ese campo era el infierno, luego de un par de horas más nos fuimos de aquel lugar horrible.

Dentro del camión todos los soldados empezamos a vomitar, no pudimos aguantar más el olor a cadáveres en descomposición que estaban en un campo cerca de la carretera,al llegar al avión el capitán nos dijo "tienen que ser fuerte como nuestro Líder recuerde que ustedes son el orgullo alemán".

Orgullo? Yo no sentía nada de orgullo por lo que echo en esta guerra, más bien me odió a mismo cada día más por que siento que al matar a un inocente mi alma se pudre más.

Aton Bauer 1940