21. Eres fuerte

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Bueno esta vez fueron menos de 4 meses xd aunque mejor no canto victoria porque luego de este capítulo realizaré una triple actualización del caballero del fuego, así que esta historia estará un rato en pausa. Pero en cuanto esa triple actualización termine ya esta se actualizará más seguido. 

No sé exactamente cuantos capítulos faltan, pero si sé como voy a concluir esto. Les agradezco a los que siguen leyendo pese a demorar tanto, no saben lo feliz que me hacen. Este capítulo trata sobre el primer enfrentamiento de los octavos de final, espero les guste.

Sin más, empecemos.

...

Jordan observaba como vendaban algunas heridas que Lincoln se hizo durante la última carrera que se lanzó para clasificar a los octavos de final.

El resto del equipo estaba afuera respondiendo preguntas. Ella estaba ilesa, perfectamente podía salir a acompañarlos, pero ellos insistían en que descansara un poco más.

Al verla tan decaída, el chico empezó a hablarle.

— Oye, ¿cuándo fue la última vez que estuvimos solos tú y yo? —se río, trataba de animarla, pero no funcionó—. Hemos estado avanzando tan rápido últimamente que no hemos dedicado tiempo para nosotros.

— Desde hace un año que no paramos de meternos en locuras, pero eso está bien —respondía, sonriendo—. Hemos conocido a nuevos amigos y hemos madurado mucho. Que no pasemos tanto tiempo juntos ahora no desmerita todos los años que estuvimos como el dúo más pendejo de la historia.

— No es tanto por el tiempo, es que siento que ya no hablamos tanto —suspiró—. He estado más pendiente del torneo, de Mollie y de Sid, he dejado de lado tus problemas.

— ¡Yo no tengo problemas! —se cruzó de brazos.

— Te conozco como si fueras otra de mis hermanas —la señaló—. Pies apuntando hacia arriba, rodillas inquietas, brazos cruzados y te rascas la nariz seguido. Estás estresada.

— Eso no es cierto —se rascó la nariz.

— Ya dime que te sucede —ella no quería hablar—. Es por tu caída de hoy, ¿verdad?

— No es solo la maldita caída... ¡Es todo desde que ese hijo de puta me arruinó la espalda! —exclamó, frustrada.

Los destellos de la operación que tuvo en el hospital pasaron por su cabeza, al igual que los meses de terapia física que realizó. Pero más que nada ese terrible momento en el que escuchó a escondidas al doctor hablando con su papá.

"Incluso con años de terapia, dudo que ella recupere toda la movilidad. Me temo que su hija estará limitada físicamente por el resto de su vida", eso escuchó ella. Las enfermeras le dicen que continue la terapia, su padre le decía que siga avanzando y un día podrá correr otra vez.

Pero ella acababa de ver en primera plana como todos avanzaban menos ella. Su cuerpo cayó al suelo, mientras todos corrían hacia el horizonte. Jordan White cayó, y sentía que ya no podía levantarse.

— Arruiné todo hoy... —apretó su falda con fuerza por la impotencia—. ¡Fue egoísta de mi parte unirme al grupo! Sabía mi condición y aun así quise participar, quise estar con ustedes y debido a eso estuvimos cerca de ser eliminados. Deben sacarme del equipo y conseguirse a alguien apto para las pruebas que vendrán, yo ya no soy útil físicamente.

— ¿Y yo para que quiero a otro artista? —se arrodilló frente a ella—. Pueden ser fuertes, pueden ser veloces, pero ninguno de ellos es como tú. Cada uno de nosotros destaca en algo, tú eres apasionada y tienes una personalidad explosiva. Necesitamos eso, ¡necesitamos espíritu! Tú crees que no eres suficiente para el torneo, pero eres suficiente y mucho más para nosotros, ¡tu equipo!

— ¿Y si nos eliminan por mi culpa? —se mordió el labio, aguantando las ganas de llorar—. ¡No quiero que nuestros amigos se queden sin la academia por mi culpa!

— Yo no pienso ganar sin ti y ellos tampoco. Si nos eliminan así lo quiso el destino, pero lo que NOSOTROS queremos es tenerte a nuestro lado —le ofreció la mano—. El cuerpo no es una excusa para frenar la creatividad de un artista, Jordan. Si dejas que esto te derrumbe entonces tú no eres mi mejor amiga, porque mi mejor amiga es una loca valiente que no duda ni un segundo en actuar pese al peligro. Puedes elegir renunciar, es tu decisión, al fin y al cabo, pero no me decepcionarás a mí... Te decepcionarás a ti misma y lo sabes.

— Linc...

Le dio la mano, conmovida por las palabras de su mejor amigo.

— ¡No quiero ser una decepción para mi misma! ¡Si renuncio...! —sonrió—. ¡No soportaría verme en un espejo nunca más! Tienes razón, no puedo dejar que esto me derrote, debo superarlo y probar porque soy una artista.

— Exacto, no dejes que esto te desmotive, tampoco el video.

— ¿Qué video?

— Ah... Sí... Es que... —la vio sacando su celular—. Tu caída se volvió un poco viral...

— ¡ME HICIERON UN EDIT CON LA POSE DE PETER GRIFFIN!

— ¿Estás molesta?

— ¡¿Molesta?! —derramaba lágrimas—. ¡Es el mejor día de mi vida! ¡Soy popular!

Menos mal no le salieron los comentarios sobre los fetichistas de enanas —pensó, aliviado.

— Ya no soporto a los reporteros —dijo Mollie, entrando a la carpa médica.

— ¡Mollie! ¿qué preguntas te hicieron? —preguntó Jordan.

— Resulta que estoy entre las cinco competidoras más populares del torneo, soy la tercera. Estoy detrás de la capitana francesa y la capitana italiana —respondía, aunque bastante incomoda—. Me da miedo abrir mis redes y ver los mensajes que me están enviando.

— ¡De seguro yo soy la primera o mínimo la segunda! No destaqué físicamente, pero sigo siendo una lindura.

— Estás en tendencias, pero no por las razones más dignas —veía todos los memes y vídeos que hacían sobre la caída de su amiga—. Me preguntaron por ti, Lincoln. Están buscando entrevistar a todos los capitanes de los que avanzaron de ronda. Ve, yo me quedo con la enana.

— Gracias —se retiró de la carpa, no sin antes ver a su amiga—. Deberíamos hablar más seguido.

— ¡Sí! —exclamó Jordan, viendo a Lincoln ir con la prensa—. Entonces... ¿Si soy la primera?

— No estás ni en el top 100 —le mostró la lista.

— ¡PERO SI ESTOY BIEN BONITA! —gritó, sintiéndose ofendida—. Es obvio que esta generación tiene malos gustos.

— Eso explica porque competimos contra hombres de 30 años por personas de nuestra edad.

— Supongo que mi caída me restará puntos porque todos adoran a una buena chatita —afirmaba, orgullosa—. ¿Y cómo es que te ganaron a ti? De forma completamente heterosexual me pareces la chica más atractiva que conozco.

— ¿Ahora vamos a fingir que no pasó lo de año nuevo con la chica del club de música?

— ¡SI NO HAY PRUEBAS, NO PASÓ! —exclamó, haciéndose la loca.

— La verdad estoy más preocupada por nuestros oponentes —reflexionaba, en el tiempo que estuvo afuera respondiendo preguntas pudo verlos más detenidamente—. Hay que investigar sobre ellos para las siguientes rondas, no sabemos a quién podemos enfrentarnos.

— Y sobrevivimos a esto, ¿qué puede ser peor?

Una daga bastante afilada atravesó la carpa médica, clavándose en una estantería de medicinas, asustando a las dos. Otra apareció desde la entrada, pero Mollie la desvió con un libro que tenía cerca de ella.

— ¡¿Pero qué rayos?! —exclamaba Mollie.

— Tiene una nota —señaló Jordan, levantándose de su asiento para agarrar la primera daga—. "Ustedes ahora son nuestros enemigos. Será mejor que se cuiden, nuestra mordida es letal".

— Y esta dice... —agarró la otra daga con cuidado, pues vio que en la punta tenía un líquido extraño—. "Renuncien mientras puedan, porque si se atreven a encararnos pasarán el resto de sus vidas en una cama de hospital". Jordan, sabes quién envió esto, ¿verdad?

— ¡Los mexicanos!

— Por un demonio, Jordan, esto es de los gemelos alemanes.

— ¡Ya lo sabía! ¡Estaba bromeando! —se río, nerviosa.

— Si piensan que van a intimidarnos están muy equivocados, esto solo es una señal de que están preocupados porque saben que les podemos ganar —rompió la nota—. Pueden tener muchos trucos, pero ningún equipo es tan unido como el nuestro.

— Eso es verdad —dijo, contenta—. No importa que obstáculo se nos presente, ¡nosotros saldremos adelante!

— Bien dicho, enana —vio a Lincoln entrar a la carpa—. ¿Tan rápido?

— Es la segunda vez que le dices eso en la semana, ¿no? —comentó Jordan.

— ¿Más rápido que tu desarrollo físico? Lo dudo —bromeó Mollie—. ¿Qué pasó, Linc? ¿Lincoln?

— Sid...

— Sus pulmones... Están debilitándose...

Y mientras una chica se lamentaba por el declive físico que sufrió, había otra que luchaba por mantener la conciencia.

El equipo se dirigía hacia los octavos de final, rodeados de rivales muy talentosos y que no permitirían que se les arrebatara la victoria en el mundo artístico.

Sid Chang, por su parte, se dirigía hacia otro camino: uno que no tenía retorno.

...

Capítulo 21: Eres fuerte

...

Nuevamente todo el grupo estaba en el hospital. La chica se encontraba estable por el momento gracias a que fue entubada, pero sus niveles de oxígeno seguían estando bajos.

Lincoln, Mollie y Jordan estaban acompañando a Sid, quien descansaba en su cama luego de la intervención médica. El resto del equipo esperaba afuera, bastante preocupados por el estado de su amiga.

— Sean honestos ahora que ellos tres no están aquí —Katya rompió el hielo—. ¿Qué piensan que tiene Sid?

— No seas insensible, hermana.

— Es todo lo contrario, creo que deberíamos tomarnos esto como lo que es: algo peligroso —su seriedad sorprendió a su hermano, no esperaba verla teniendo algo de empatía—. Aún si Lincoln trata de camuflarlo, por lo que he oído más lo que leí en el informe médico que me dieron antes de venir lo que Sid tiene es una condición hereditaria. Una enfermedad que ataca todo su cuerpo y es normalmente contrarrestada por un sistema defensivo promedio.

— Jordan me habló de ello —intervino Lloyd—. Sí, es hereditario. Su papá la tuvo y su hermana también, pero jamás habían visto un caso tan grave. Me temo que se debe a que una serie de coincidencias que nadie pudo predecir. Justo la persona que más necesitaba un cuerpo fuerte obtuvo uno muy frágil.

— Pero ya está hospitalizada y se estabilizó, ¿no será suficiente con los procedimientos que el médico mencionó? —preguntó Kat.

— No sabes nada de como funciona un cuerpo, ¿cierto? —preguntó Taki.

— ¡A penas si fui a la escuela! ¡Solo quiero saber porque está pasando esto! ¿Por qué a una chica tan amable?

— Es... Mala suerte, literalmente es eso —dijo Harry, enojado—. ¡Es demasiado injusto! ¡Sid no se merece esto!

— Pero ella... ¿No mejorará? —preguntó Harry—. Aún debe tener posibilidad de hacerlo antes de que la enfermedad se expanda.

— Eso es correcto, tiene posibilidades de recuperarse —aclaraba Katya—. El cuerpo humano está diseñado para adaptarse y evolucionar ante situaciones de vida o muerte. Del lado de la medicina estoy segura que tienen lo necesario para ayudarla e impulsar su cuerpo lo más posible para que enfrente la enfermedad. Del lado de ella...

La pelirroja recordó como Sid le dio su puesto en el equipo, sintiendo como si le clavaran algo en el pecho. Ella sintió culpa, se sentía aún peor que cuando le "ganó". Jamás le había pasado esto, pisoteó tanta gente en el pasado para preservar su orgullo y su estatus... Pero ahora no dejaba de sentir asco por sus acciones.

Quizás era porque antes se trataba de gente igual a ella, gente que creía que el mundo giraba a su alrededor. Ahora se enfrentó a alguien que pensaba en otros antes que en si misma: una buena persona. La generosidad de Sid la hizo sentir pequeña, la hizo ver por primera vez que no era especial ni tan grande como creía ser.

Porque si una chica que fue abandonada por todos cuando se supo las mentiras que soltó y tenía todas las excusas necesarias para ser mala tuvo más aprecio por la vida de otros que ella, quien nunca ha pasado por necesidad ni sufrimiento... ¿Qué demonios era además de un monstruo sin corazón?

— Sid es fuerte —confesó, dejando a los cuatro muy impactados—. Yo creo que puede salir de esta, pero necesitará descansar mucho y nada de volver a casa hasta que esto termine.

— Tienes razón, Sid puede —afirmó Taki—. Me parece que el problema es otro. Escuché a los señores Chang hablando con el doctor y Sid necesita más operaciones para evitar que la enfermedad se expanda hasta alcanzar más órganos. Lo de hoy fue un ataque suave a sus pulmones, pero puede aumentar a sus riñones, estomago... O incluso el cerebro.

— Mierda —expresó Kat—. Creo que sé a que te refieres. Pagar todo eso...

— No echemos más leña sobre el fuego, ¿ok? —pidió Lloyd—. Debemos estar calmados para apoyar a los Chang y a nuestros amigos. Imaginen como deben estar ellos.

Lincoln... —pensó Kat, angustiada por él.

— ¿Hmm? —Taki escuchó su celular—. ¿Número desconocido?

— No eres el único —reveló Harry—. ¿Será algo del torneo?

— No ha pasado ni un día, no jodas —chilló Katya, abriendo el mensaje que le llegó—. Es una invitación a una... ¿Cena?

"Participantes que clasificaron a los octavos de final, se les invita formalmente a una cena en el restaurante GREEN MOON, ubicado en el centro de la gran ciudad. Se les solicita asistir con vestimenta formal a las 7:00 PM. Deben asistir dos miembros del equipo obligatoriamente, preferiblemente el capitán y su segundo al mando. Estaremos esperando por ustedes"

— Nah, váyanse a la mierda —dijo Harry—. No vamos a ir a una estúpida cena, Sid está mal.

— "En caso no asistir se considerará una falta de respeto y renuncia de parte del equipo" —leyó Taki—. Estos hijos de puta andan obsesionados con tener menores de edad frente a las cámaras.

— Lincoln no querrá ir —mencionaba Lloyd—. Dos de nosotros tendrán que asistir, no tenemos opción.

— Pero irnos así... ¡El torneo no es más importante que nuestros amigos! —exclamó Harry.

— Yo tampoco quiero ir, pero estamos jodidos si faltamos —habló Taki—. Al demonio, uno de ustedes dos venga conmigo, iremos a...

— ¡Nosotras!

— ¡Nosotras iremos! —exclamó Kat.

— ¡No me toques, persona de clase baja! —se quitó la mano de la pelinegra de la cintura.

— Sid necesita a sus amigos más cercanos y, aunque ella me agrada, no la conozco tanto y mi presencia no será extrañada —explicaba Kat—. Y a Katya directamente nadie la va a extrañar.

— No pienso ir contigo, eres la persona menos indicada para un evento formal —se cruzó de brazos, molesta—. Necesitarías a una experta en maquillaje y vestimenta para que estés decente.

— Te tengo a ti, ¿no? Eres experta en dibujar moda, puedes ponerme formal.

— No pienso ponerte ni un dedo encima.

— ¿No quieres? —se río—. ¿O no puedes?

— ¡Claro que puedo ponerte fina! —se enojó—. ¡Nada es imposible para mí! Bien, iré con Kat a la cena y ustedes se quedan.

— Gracias, hermana —dijo Harry, con una sonrisa.

— ¡Solo lo hago para demostrar que puedo convertir hasta un trapo en una hermosa modelo!

— ¿Te vas a convertir en una hermosa modelo? —preguntó Kat, inocentemente.

— Yo trato de no ser clasista, pero no ayudas.

Cumpliendo lo que prometieron, ambas se dirigieron al hotel para alistarse. En realidad, no tenían demasiado tiempo, por lo que Katya debía hacer su mejor esfuerzo para arreglar...

Esa cosa llamada Kat.

— Jamás creí que encontraría a alguien tan... Tan...

— ¿Desordenada?

— Tan "tú" —suspiró, sentándose en el sofá—. Solo tenemos una hora antes de salir para allá y nada te queda bien.

— Tal vez deberías dejar de buscar algo que encaje en tus estándares y buscar algo que también me guste a mí —tiró el vestido que tenía en la mano—. Porque estas cosas no son lo mío.

— Ok... Dime tú, ¿qué quieres usar?

— Pensaba en mi camiseta de Mario Bros con mi short que solo huele un poco a pollo frito —fue impactada por un jabón en la cara.

— Lo necesitas, créeme.

— Eres doña sonrisita por lo que veo, ahora comprendo todo lo que decían sobre ti —gruñó.

— ¿Hablaban sobre mí? —mostró curiosidad.

— El otro día que andábamos medio borrachos por... —recordó que fue ella quien consiguió el alcohol—. Culpa de algún irresponsable. Tu hermano me habló de ti en su raro intento de ligarme. Creí que exageraba, pero veo que sí eres muy molesta y quejona, sin mencionar manipuladora.

— ¡No soy manipuladora! Solo me gusta que todos me obedezcan ciegamente —escuchó a Kat reírse—. ¡Pues si lo soy es porque mi manera es la más eficiente!

— No tenías muchos amigos en la escuela, ¿verdad?

— Me educaron en casa los mejores profesores que el dinero podía comprar —dijo orgullosa.

— Eres la primera persona que dice abiertamente estar feliz por ser una espantadora de gente, yo quisiera tener tu autoestima, felicidades.

— ¡No dije eso!

— Entonces, ¿no eres feliz? —se burló de ella.

— ¡Lo soy! Tengo mucho dinero, mucha ropa y voy a ganar el torneo para convertirme en la mejor artista de todos los tiempos —afirmaba, segura de si misma—. ¿Por qué no sería feliz?

— Porque estás sola.

Eso dejó en silencio a Katya unos cuantos segundos, no podía creer que alguien tan... "Sucia" se atreviera a decirle eso.

Obviamente explotó en rabia tras por fin procesarlo, arremetiendo contra Kat, poniéndola contra la pared.

— ¡No actúes como si pudieras entenderme! No me conoces y no tengo pensando contarte nada sobre mí, tú y el resto solo son mis herramientas para llegar a mi meta —puso su dedo en la nariz de Kat—. ¿Te quedó claro? ¡No eres nada para mí!

— No necesito saber tu pasado para saber el tipo de persona que eres en el presente, tus acciones me lo dicen todo —se zafó fácilmente del agarre de la pelirroja—. Eres hostil, estás a la defensiva todo el tiempo, eres insegura y piensas que todos están en tu contra.

— ¡Pe-Pero...! ¿Cómo sabes...?

— Porque yo también pongo capas para no conectar con la gente —confesó, mirándola a los ojos—. Y lo hago porque solo una persona me mostró afecto en toda mi vida y ni siquiera pude devolverle el favor ayudándola antes de que muriera. Nunca fui especial para mis padres, eso me hizo pensar que no era especial para nadie, así que empecé a pensar que todo el mundo era mi enemigo. Hice cosas malas, solo porque creía tener el derecho por haber sufrido. Pero nuestros compañeros...

Recordó el escape de prisión con Lincoln y su charla con Lloyd en la azotea del hospital.

— Me han ayudado a empezar a comprender poco a poco que abrir tu corazón tiene riesgos, pero también cosas buenas —sonrió—. Te lastimarán tal y como tanto temías, pero también hallarás gente que te amará por como eres. No necesito saber tu pasado porque tienes los mismos ojos que yo tenía hace un tiempo, es una mirada triste... Que anda en busca de un propósito debido a la existencia tan vacía que llevas.

— Tú... —se alejó de ella—. ¡Tú no entiendes nada!

— Recién estoy empezando a entender, carajo, ya te lo dije —le dio un suave golpe en la frente—. Deberías escuchar más a los demás, así tendrías más amigos.

— No necesito amigos.

— Eso dice la gente sin amigos.

— ¡Eres muy irritante! —exclamó, roja por la ira.

— Y tú eres súper adorable cuando te enfadas —le tocó la mejilla—. Yo no soy tu enemiga, nadie lo es. Lo que tanto buscas puede estar frente a ti sin que te des cuenta. Tú buscas amor, Katya, lo veo en tus ojos. Cuando estés dispuesta a aceptar el cambio, verás que ya estás en camino hacia ser una mejor versión de ti misma.

— Yo no... —miró a otro lado—. No necesito cambiar.

— Si tú lo dices —se inclinó de hombros—. Después de todo... Cuando eres una persona solitaria solo tú conoces lo que realmente anhelas. Y si mientes, solo te mientes a ti misma.

— Tch... —la vio ir a elegir más ropa—. ¿Qué se cree esta tipa? Yo sé lo que quiero... Yo sé... Yo sé lo que quiero.

— ¡Ajá! ¡Este es mi estilo! —apareció con una ropa nueva.

— Desearía no haber visto eso.

— No me veo tan mal, grosera —miró su ropa—. Es un outfit lindo y femenino.

— Es de mi hermano.

— ¡NO PUEDE SEEEEEER!

(Restaurante GREEN MOON, 7:00 PM)

Finalmente, Katya había elegido un vestido más "liberal" para Kat, dándole comodidad sin que se viera tan informal. La pelirroja sí había optado por un vestido tradicional, ordenándose el cabello para verse lo más limpia posible.

Aunque era complicado verse limpia mientras tenía a Kat a su costado comiéndose todo lo de la mesa de bocaditos.

— ¡Ya basta! —exigió la pelirroja.

— Es que están buenas las trufas de chocolate —le acercó una a la cara—. Pruébala.

— No consumo cosas tan azucaradas, esta figura no se mantiene sola.

— No te vendría mal un poco de carne extra —miraba su cuerpo.

— ¡Co-Cómo si tú fueras la más dotada! —exclamó, sonrojada.

— No estás mal, solo digo que estamos en temporada de gordibuenas y las flacas están quedando en el pasado —señaló, mostrando su gran inteligencia en cosas inútiles.

— Me sorprende que seamos las primeras en llegar —observaba la sala vacía—. Y eso que nos demoramos por tu culpa.

— Te juro que parar a tomarme fotos con el sujeto disfrazado de Satoru Gojo era esencial para esta cena.

Las luces se apagaron de golpe, asustando a Katya, pues esta tenía miedo a la oscuridad.

Sin embargo, sintió una mano agarrando la suya con fuerza, pero delicadeza al mismo tiempo. Le hizo recordar a todas esas películas de romance que veía mientras también veía por la ventana como las chicas de su edad salían en citas y ella solo comía chocolates.

A pesar de que su cabeza la torturaba recordándole sus mayores momentos de espanta gente, se sintió muy emocionada por el agarre de manos. Tal vez Kat no era tan mala...

— Gra-Gracias... Kat, creo que te juzgué mal...

— Estoy en la mesa de comida, aprovecharé que está todo oscuro para que nadie me vea comer más de la cantidad recomendada.

— ¡¿ENTONCES DE QUIÉN ES ESTA MANO?!

Al encenderse las luces otra vez, se reveló la identidad de quien estaba sosteniendo la mano de Katya.

Con una sonrisa coqueta que desbordaba elegancia, firmeza y autoridad, una mujer de cabello negro con algo de saturación platinada se presentó en frente de las representantes de Estados Unidos, revelando que su segundo al mando era quien apagó las luces.

— Disfruto mucho de las entradas dramáticas, le pido una disculpa si la asuste, representante del equipo estadounidense —besó la mano de Katya—. Mi nombre es Celine, represento a Francia. Es un placer conocer a dos compañeras artistas tan encantadoras y curiosas como ustedes.

— Estoy enojada, pero tu acento es demasiado sexy —confesó Katya, al borde del colapso por tanta superioridad femenina por parte de Celine.

— ¿Qué su acento qué? —apareció Kat, con mucha comida en sus bolsillos.

— Veo que eres una amante de la buena comida —se río—. Siempre hay que valorar el duro trabajo de los cocineros. De hecho, mi querido padre es un gran cocinero y gracias a él tengo la oportunidad de estar aquí con ustedes.

— Mierda, ese acento si da ganas de un beso francés —se le cayó la comida de los bolsillos.

— Yo pensaba que sería la última en llegar, ¿por qué no han bajado todavía?

— ¿Bajado? —preguntaron ambas.

— Debe estar por aquí —vio un botón—. ¿Pensaban que una reunión entre los mejores artistas del mundo sería normal? ¡Nos están esperando en el sótano!

Tras presionar el botón, el piso sobre el que estaban parados se abrió, revelando una plataforma que las llevaría hasta el sótano del restaurante. La capitana francesa las invitó a que la acompañaran, ambas se miraron y acordaron que lo mejor era quedarse cerca de la que, de momento, no mostraba más que amabilidad pese a ser oponentes.

Celine las llevó hasta el sótano del restaurante, el cual resultó ser un salón enorme adornado con luces y cuadros pintados por varios artistas modernos. Todos los capitanes con sus segundos al mando se encontraban ya en una gran mesa, degustando la comida que los meseros llevaban.

Rápidamente fueron a sentarse con los demás, quedándose junto a Celine, lo que las hizo sentir más seguras, puesto que eran el único país cuyo capitán no había venido. Pronto oyeron que la música de fondo se detuvo, dando paso a que las luces apuntaran a la mesa de los inversionistas del torneo: en especial a Shikoba, quien gruñía por tener que dejar de conversar con las meseras para dar su discurso.

— Por lo visto ahora sí estamos completos, señorita Celine demorarse no es característico de usted —decía el hombre, mirando a la chica.

— Mi mano derecha tuvo un problema y la esperé, yo priorizo el estado de mi equipo por encima de cualquier cosa —respondió.

Parece una buena chica... —pensaron Kat y Katya.

— Un sujeto la acosó en la calle y envié a mis guardaespaldas a que le rompieran la columna —se río—. Hay que respetar el espacio personal o cosas muy feas pueden suceder.

— Nada de violencia fuera del torneo, ya tenemos suficiente polémica con los "heridos" que quedaron tras la eliminatoria —ordenó Shikoba, a lo cual Celine asintió.

— Los vídeos se han divulgado bastante por las redes, muchas personas están en contra del torneo —señaló el capitán marroquí, Adil—. Se supone que una de las reglas dejaba claro que está totalmente prohibido lastimar a otros competidores, pero yo veo varios en esta sala que hicieron exactamente eso.

— Si no pueden soportar el nivel lo mejor es que se vayan a sus casas a llorar, darles una paliza a esos mediocres fue un acto de pura piedad —habló la capitana de Jamaica, Kaleisha—. Además, polémica hay en todos lados, los números son lo importante. El torneo fue tendencia a nivel mundial y yo no podría estar más contenta, ¡todos tienen sus ojos sobre mí porque saben que ganaré!

— ¡Palabras fuertes para alguien que parece un muñeco vudú con ese peinado! —exclamó Francesca, líder de los italianos—. Ninguno de ustedes es digno de liderar la siguiente generación de artistas, ¡esa debo ser yo! Vengo de un linaje sagrado, nací para ser la mejor.

— Tú vienes de un condón roto —comentó el capitán español, Rodrigo.

— ¡¿QUIÉN FILTRÓ ESA INFORMACIÓN?! ¡PENSÉ QUE YA HABÍAMOS SOBORNADO AL REPORTERO QUE...! —la miraron todos—. ¡No te metas, español! Tu país sufre contra impuestos y piensas que vas a ganar.

— Voy a ganar —se río—. He investigado sobre cada uno de ustedes, capitanes. Yo no pienso confiarme ni por un segundo, sé lo peligrosos que son y por eso voy a ganar. Mi equipo está preparado para enfrentarse a cada uno.

— Tu equipo anda espectando como unos marroquíes se cogen a sus parejas —se burló la capitana venezolana, Lucía, hasta que vio a Adil frunciendo el ceño—. Ah... ¿Lo siento?

— Mejor vuelve a tu moto que tienes que entregar el rappi en alguna cuadra de Perú —dijo Kaleisha, haciendo enojar bastante a Lucía.

— ¡Como si alguna vez fuera a pisar ese lugar marrón! —exclamó, al borde de lanzarse sobre ella.

— No todos somos marrones —señaló tímidamente la capitana de Perú, Erika, ella quería irse—. ¿No podemos tener una charla entre naciones sin ser xenófobos?

— ¡NO! ¡NO PODEMOS! —le gritaron el español, la jamaiquina, la italiana y la venezolana.

— Yo ni siquiera quería clasificar, encontré uno de los lápices por accidente —lloraba la peruana.

— ¡Está tratando de engañarnos para que bajemos la guardia! ¡Debe ser la más peligrosa en esta sala! —exclamó la jamaiquina.

— ¡NO! ¡YO ME QUIERO IR! —gritaba, llorando más fuerte.

— Definitivamente es peligrosa, hay que ir todos contra Perú —dijo el español.

— ¡ODIO ESTE LUGAR!

— ¡Mejor hay que eliminarla aquí y ahora! —sugirió Kaleisha—. ¡Adelan...!

El sonido de un disparo asustó a todos los presentes, con excepción de la capitana de Escocia: Faith. La rubia miró con una sonrisa a la persona que había utilizado un arma de fuego.

Pronto los demás levantaron la mirada, sorprendiéndose por ver quien era el responsable.

Mejor dicho, la responsable.

— Cállense, son muy molestos —dijo Gia—. Si no tienen nada útil que decir lo mejor sería que cierren la boca.

— Creí que esta era una reunión formal, pero solo escucho berrinches —decía Guilherme, capitán de los brasileños—. He visto narcos con más empatía que ustedes.

— ¡Capitán de Brasil! ¡Las armas de fuego...! —reclamaba Shikoba.

— Son balas de plástico, no son letales —explicó, antes de ver a un mesero tirado sin moverse—. Ese ya estaba así.

— Vienen con ropa informal y para colmo hacen estragos, ¿qué se han creído?

— Señor Shikoba, no nos hagamos los inocentes, no sacarán a ninguno de nosotros del torneo porque somos demasiado populares —afirmaba el fornido chico—. Ustedes quieren espectáculo, quieren que la gente enloquezca, por eso nos tiene aquí, porque somos los payasos que les darán entretenimiento a las masas. A ustedes, ricachones, no les importa el arte ni nuestra seguridad, así que mejor vaya al grano y diga el propósito de esta cena.

— Eres un joven muy irrespetuoso...

— Algunos me consideran una bestia por mis brutales peleas en las calles de mi ciudad natal, pero yo nunca doy el primer golpe, me considero alguien que reacciona a su entorno —hablaba, regresando a su asiento—. Vine a esta competencia buscando un verdadero desafío, alguien que me llevé más allá de mis límites. Discúlpeme si estoy emocionado, pero como dije yo reacciono a mi entorno y ahora mismo... Me rodean candidatos dignos de saciar mi deseo de una rivalidad perfecta. En especial una de las americanas.

— Habla de Mollie, ¿cierto? —preguntó Katya a su compañera.

— Sí, ellos tuvieron un breve encuentro en las eliminatorias, él dijo que quería enfrentarla —miró perturbada a Guilherme—. Pero ese tipo es un mastodonte, creo que ni siquiera Mollie aguantaría un golpe de él.

— Guilherme Oliveira —reveló Katya—. Ese es su nombre completo. Es hijo de un policía que fue asesinado por un cartel que gobernaba las calles de su ciudad, Brasilia. Nació con un don físico extraordinario y no descansó ni un solo día hasta lograr infiltrarse en el cartel y destruirlo desde adentro. A los 15 años, con apoyo de la policía logró detener todas las operaciones del grupo criminal. Suena a un héroe, pero los policías tuvieron que encerrarlo debido a lo violento que era incluso con criminales de menor categoría. Es una bestia que, una vez completó su venganza, vive buscando alguien que soporte su fuerza y le dé un combate digno.

— No quisiera estar en una misma habitación con él...

— Lo estás ahora mismo.

— ¡E-Escuche al brasileño! —exclamó Kat—. ¡Se o-oye como una persona muy razonable!

— La gringa maloliente tiene razón, soy muy razonable —miró a Shikoba—. Déjese de juegos, díganos todo sobre que sigue del torneo.

— Ok, impaciente —suspiró Shikoba.

Encendió una simulación del planeta, todos los países que fueron eliminados en la ronda anterior desaparecieron hasta que solo quedaron los 16 que pudieron avanzar.

— Las eliminatorias demostraron quienes merecen llegar lejos y quienes son patéticos, enhorabuena por haber pasado de ronda —se río, viendo a algunos sonriendo—. ¡Enhorabuena por no tenerse ni un poco de amor propio! ¡Jajaja! ¡Lo que sigue no es nada más y nada menos que retos todavía más extremos!

— Lo recordamos, usted mencionó que a partir de ahora los enfrentamientos serían en locaciones aleatorias —finalmente habló la capitana alemana, Alana. Todos los competidores la miraron a ella y a su gemelo.

— Una consulta, ¿lanzaron una daga envenenada cerca de ustedes? —preguntó Celine a las chicas.

— Sí, Jordan nos dijo que le lanzaron una a ella y a Mollie —respondió Kat.

— Los gemelos Giftlang no son oponentes comunes —advertía Celine—. Ellos nunca habían aceptado participar en competencias, esta es la primera vez que hacen algo a gran escala. El torneo captó su atención y si bajamos la guardia... Nos clavarán sus colmillos.

— Esos tipos son aterradores —pensó Katya—. Y aún así... Son más unidos que Harry y yo...

— Tenemos una consulta sobre el tema de las locaciones y los puntos —habló Zelig, el gemelo de la alemana—. A partir de ahora cada ronda tendrá puntos, lo que queríamos saber era si uno de los canjes que puedes hacer con ellos está relacionado a elegir donde puedes competir. Dicho de otra forma, si conseguimos los puntos suficientes... ¿Podríamos elegir donde competir en alguna ronda?

— Sí, eso es posible, pero dudo que logren ganar tantos puntos debido a que la cantidad que pueden conseguir varía según el tipo de desafío que les tocó —explicó el jefe.

— Usted no se preocupe por eso, nosotros nos la arreglaremos para tener todos los puntos que queramos —afirmó Alana, sacando un frasco de uno de sus bolsillos.

— Está prohibido el consumo de alcohol a menores de 21 años —afirmó Shikoba—. Podemos evadir denuncias por competidores heridos, pero no al jodido gobierno y sus multas.

— Esto no es alcohol —sonrió, mientras echaba el líquido del frasco a su bebida—. Es veneno de mamba negra.

— ¿En serio piensa que eso la hace ver genial o solo es muy edgy? —preguntó Kat.

— Prefiero no saberlo —tragó saliva Katya al ver a la alemana beber la mezcla sin problemas.

— En fin, la principal meta de esta cena era anunciarles a ustedes personalmente los emparejamientos de los octavos de finales antes de revelarlos mañana al público —reveló el hombre—. Los enfrentamientos se llevarán a cabo dentro de tres días, tiempo suficiente para que puedan movilizarse al país en el que les toque competir.

Los 16 países que quedaban en la simulación empezaron a mezclarse de forma totalmente aleatoria, Shikoba al menos iba a respetar eso. Cada uno de los capitanes observaba la pantalla, esperando los resultados, algunos más nerviosos que otros.

A excepción de Faith, quien mostraba nulo interés debido a que sabía la baja probabilidad de enfrentarse a quien quería.

— Katya, ¿quién crees que sería mejor opción para esta ronda?

— La capitana de japón se ha mantenido callada todo este tiempo, se le ve mucha inseguridad encima —observaba a la chica de cabello blanco—. He leído sobre ella, se especializa en ilustraciones dinámicas y es una atleta prodigiosa. Creo que Japón nos daría una batalla pareja, pero ganaríamos.

— ¿Y si nos toca contra Celine? —susurró—. Se ve muy amable, pero también me da algo de miedo.

— Es muy estricta a la hora de elegir a su equipo, es la mayor en esta sala y la única graduada de una escuela de arte. Ella misma entrenó a su equipo y seleccionó lo mejor de lo mejor, pero no es cruel —miró a Celine, ella lucía muy tranquila ante la situación—. Pero enfrentarnos a ella es muy arriesgado, es muy inteligente y debe haber estudiado a cada país. Dependería mucho del tipo de combate que nos toque, si es físico ganaríamos por Mollie y Taki, pero los franceses son posiblemente los más listos de todos los presentes.

— Los españoles también son unas ratas —miró al capitán de España—. Ese tipo tiene varias acusaciones de maltrato y abuso de poder en su academia de arte. Es de aquellos que sacrificarían hasta a su madre con tal de ganar.

— ¿Leíste?

— Sí, ¿sorprendida?

— Me sorprende que sepas leer.

— Chistosa.

— Pero sin duda el que más me asusta aquí es... —miró al único que había venido solo—. El capitán de Corea. Busqué todo lo que pude sobre él, pero hay poquísima información. Solo existen rumores sobre que fue criado por el propio gobierno para tener al mejor artista de todos los tiempos, incluso si eso significaba hacerle cosas inhumanas. Su mirada solo transmite odio y maldad, él es lo peor que podríamos enfrentar.

— ¿Peor que Faith? —miró a la rubia.

— Faith es una amenaza porque sabemos de que es capaz, este sujeto es una amenaza... Porque NO sabemos de qué es capaz.

— Debemos tener un poco más de fe, yo creo que nos tocará una primera ronda sencilla —se río—. Mientras no nos toque contra los españoles, los coreanos, los alemanes o los brasileños creo que estaremos bien.

— ¡MALDITA SEA! ¡NOS MUFASTE! ¡VOY A COSERTE LA BOCA! —intentó atrapar a Kat, pero un golpe en la mesa la detuvo.

— ¡SÍ! ¡JUSTO LO QUE QUERÍA! —gritó Guilherme, temblando de tanta excitación—. ¡Americanas! ¡Díganle a Mollie Grace que su papi va en camino!

— ¡E-Esto debe ser un error! —gritaba Katya—. ¡Exijo que vuelvan a elegir los enfrentamientos! ¡Aquí hay soborno!

— ¿Me veo hambreado como para aceptar sobornos? —Katya sacó un maletín con muchos billetes—. Quizás el programa que usamos esté desactualizado, volveremos a...

— ¡NO! ¡NO LO HARÁN! —el brasileño puso sus manos en los hombros de las dos chicas—. El destino ha dictado que debemos enfrentarnos, si tratan de huir él solo serán unos cobardes. Somos guerreros, somos artistas, ¡¿creen que no me aterra enfrentarme al equipo de Lincoln Loud?! Pero no me importa, porque por fin tendré el reto que tanto deseaba. Pelearemos, fin de la historia.

— ¿Y si mejor te conseguimos una tomboy de discord? —preguntaron ambas.

— ¡No existen mujeres en discord! Y si tratan de huir de mí... —las señaló y luego hizo como si rompiera algo—. Por si no lo entendieron, soy yo rompiéndoles los celulares.

— Eso no suena tan mal —dijo Kat, alegremente.

— Para que no las rastreen cuando mi pandilla se las lleve a un almacén.

— ¡SIEMPRE SUPE QUE TERMINARÍA SECUESTRADA! ¡SOY DEMASIADO BELLA PARA TENER UNA VIDA NORMAL! —lloraba Katya.

— Estoy bromeando, yo solo castigo a criminales —se río de ambas.

Espero que no busque en mi expediente —pensó Kat, recordando su lista de delitos.

— Ya en serio, espero que estén a la altura de mis expectativas —sonrió, emocionado.

— El enfrentamiento será en Colombia, en el parque nacional natural Serranía de Chiribiquete —reveló Shikoba, entonces presionó un botón que reveló el tipo de enfrentamiento—. ¡Se batirán a duelo en...!

Aparecieron cientos de eventos en la pantalla, el algoritmo jugaba con todas hasta finalmente elegir la definitiva.

Cuando vieron de que se trataba, Katya se puso muy nerviosa, mientras que Kat mostró optimismo a sabiendas de que ya tenía experiencia con ello.

Pero el que más felicidad mostró fue Guilherme, ya que él y todo su equipo prácticamente se dedicaban a eso diariamente.

— ¡El enfrentamiento entre Estados Unidos y Brasil será con un duelo de paintball! —exclamó el hombre, dejando a todos sorprendidos.

— ¿Paintball? —Katya mostró incomodidad—. ¡Pero si jamás he tocado un arma en mi vida!

— Se nota —dijo Kat, burlándose de ella.

Están perdidos —pensaba Rodrigo, sonriendo—. El equipo de Guilherme está conformado por su propia pandilla y todos ellos saben usar armas. Es hasta cómico, los gringos perderán ante pistolas, su cosa favorita en todo el mundo.

— ¡Adiós, gringos! —celebró Kaleisha—. ¡No fue un placer tenerlos entre nosotros!

— ¡No vamos a perder! —exclamó Katya, enojada—. Que todos ustedes deseen que nos eliminen solo aumenta nuestro ego, porque ahora sabemos cuan asustados están de nosotros. Saben que si Brasil no nos gana en un desafío en el que tienen toda la ventaja posible entonces nadie nos vencerá.

— No van a perder por eso.

La voz de Faith les movió el sistema nervioso a todos los artistas. Esa profunda e imponente voz, como la de un ángel que puede protegerte, pero también destruirte con un solo dedo.

— Van a perder porque Lincoln Loud está desconcentrado.

¿Ella sabe lo de Sid? —pensó Kat, impactada.

— Un artista de verdad sabe poner sus prioridades en orden, por eso Lincoln no alcanza su potencial, porque se sigue aferrando a su absurdo ideal de ser tan bueno —se reía—. No es más que un ridículo e inocente chico tratando de enmendar los daños que ya causó. Una vez traspasas la línea que él ya traspasó solo queda avanzar y abrazar por completo tu amor total hacia el arte.

— ¿De qué línea hablas? —preguntó Katya, confundida.

— Él dejó... Morir a alguien.

Kat sintió un fuerte impulso por golpearla, pero Katya la tomó de la mano y la miró con un rostro que claramente decía "no le des lo que quiere". La pelinegra se calmó todo lo que pudo, regresando a su asiento.

— Y desde que eso pasó nunca pudo volver a dormir tranquilo, y un artista que no duerme tranquilo no dibujará bien —hablaba, jugando con su cabello—. Él puede soltar todos los discursos bonitos que quiera, pero la verdad de Lincoln Loud es... Que todo lo que hace es para quitarse de encima la culpa de todas las cagadas que cometió, no por ser bueno, si no para vivir en paz. No le importan los demás, solo quiere sentirse bien consigo mismo.

— Palabras fuertes para alguien que disfruta torturar a otros —afirmó Katya—. Lincoln no te hecho nada.

— A ti tampoco, pero no dudaste en querer arruinarle la vida solo por tus objetivos —se burló de ella—. La diferencia entre tú y yo es que yo construí toda mi reputación con esta forma de pensar, todos saben lo que pienso y pese a ello me siguen por lo que ofrezco como líder y artista. Tú, en cambio, estás sola. No puedes ser tú misma porque cuando lo eres solo logras que tus compañeros no te soporten, que tus padres te vean como una herramienta y que tu hermano...Te odie cada día más.

— Yo... —al sentir las miradas de varios de los presentes empezó a sentirse muy avergonzada—. Yo no...

— Yo sé todo sobre ti, sé todo sobre quienes buscan retarme porque no hay nada más poderoso que la información —lanzó una moneda por la mesa, hasta que quedó en frente de Katya, permitiéndole ver su reflejo—. Sé de donde vienes, sé cuanto vale tu apellido y que podrías comprar hasta mi tumba si quisieras. Pero lo que más deseas no puedes adquirirlo con dinero ni con la influencia de tus padres.

— Yo... Yo...

— Siempre has tratado de que todos te quieran y todos te admiren, pero no por un estatus o por ser popular, si no porque... —la señaló—. Piensas que si todo el mundo te ama... Habrá gente que llore cuando te mueras. Porque sabes que si en este preciso instante murieras...

"Absolutamente nadie derramaría ni una lágrima por ti"

Los guardaespaldas de Shikoba fueron rápidamente a separar a Kat de Faith luego del brutal puñetazo que ella encajó en el rostro de la escocesa.

El golpe sonó con tanta fuerza que incluso los más fuertes se sintieron intimidados por la furia de Kat, aunque también emocionados. Katya solo miró con asombro como alguien la había defendido... Por primera vez en su vida.

Estaban por sacar a la pelinegra del lugar, cuando la rubia levantó su mano en señal de autoridad.

— No, no la castiguen —se río—. Creo que... Me pasé un poco.

— No un poco, te pasaste —dijo Keanu, su segundo al mando, ayudándola a levantarse—. Dijiste que no causarías problemas, jefa.

— Cuando se trata de Lincoln Loud y sus amigos me cuesta controlarme —se limpió la sangre que salía de su nariz—. Nada que Ruby no pueda arreglar, me la puede reacomodar.

— ¡Eres una hija de puta! —gritó Kat. Miró a su compañera, Katya estaba llorando—. ¡No mereces ser artista! ¡Uno de verdad jamás dañaría a otros! ¡UN ARTISTA CREA, NO DESTRUYE!

— Yo redefiniré el significado del artista, vagabunda apestosa —le dijo cara a cara, haciéndola enojar—. Pero antes quería decirte una última cosa...

— Tienes suerte de que estos tipos me estén agarrando, porque de lo contrario...

— Yo pagaré todas las operaciones que Sid Chang necesite.

Esa revelación dejó en total shock a las dos representantes de Estados Unidos y dejó en crisis mental al administrador financiero de Faith.

— Quiero que Lincoln Loud esté concentrado para que se enfrente a mí con su 100% —confesó sus intenciones—. Si Chang atraviesa sus operaciones se recuperará y él podrá concentrarse en el torneo. Yo pagaré todo con la condición de que Estados Unidos no sea eliminado hasta pelear contra nosotros.

— ¿Por qué...? —expresaba Kat.

— ¿Estás sorda? Ya te dije la razón.

— ¡Estás loca! ¡No te creo nada!

— Puedes dudarme de mi todo lo que quieras, pero mañana a primera hora habrá un cheque en el departamento de los Chang para que paguen la primera operación de Sid —declaró, totalmente confiada—. Con esa operación sus pulmones se estabilizarán y recuperará la conciencia, al menos unos días hasta que puedan ver que más hacer con la enfermedad. No es una negociación, ya dije lo que haré, puedes gritar todo lo que quieras, pero yo soy quien decide lo que sucederá.

— Maldita... ¡Ojalá te eliminen del torneo!

— Dudo que eso pase —se río.

— ¡Claro que pasará!

El grito provino de cuatro personas: la capitana japonesa, Shino Nakiyama; la capitana australiana, Blue Anderson; el capitán egipcio, Abayomi Ehab y el capitán marroquí, Adil Manzur. Los cuatro desaprobaban por completo la actitud de Faith y, pese a saber el estatus que ella tenía, la desafiaron.

— ¡No permitiré que manches el significado de ser artista! —dejó bien claro Shino—. Yo admiro el trabajo de Lincoln Loud y sé que cometió errores, pero también sé a cuantas personas ha ayudado. Ser artista es tener corazón, y si tú lastimas a otros... ¡Eres una deshonra para el mundo del arte!

— Decir que algo es imposible solo me motiva a demostrar que no lo es —hablaba Blue, muy inspirada—. La fuerza de estas dos chicas para encararte me ha hecho sentir respeto por ellas, me opongo a tu mentalidad tan aburrida, ¡porque ser artista debe ser divertido y lindo! ¡Ser artista es una aventura!

— Odio las injusticias, no puedo quedarme quieto mientras abusan de otros —levantó su puño, mostrando un símbolo en su guante—. Cargo con el legado de mi padre, el hombre que acabó con el grupo terrorista que amenazaba mi pueblo. Él me enseñó la importancia de proteger y apoyar a los demás, sin importar de donde vengan. El arte es aceptar a otros y cuidarnos entre todos, ¡tú eres una loca!

— Estoy de acuerdo con mi primo, tú estás loca —afirmó Adil—. No dejaré que controles la academia definitiva, las siguientes generaciones necesitan ser educadas con respeto y valores. Tú no eres buena, Faith, por eso...

— ¡Si me dan la oportunidad de enfrentarte, te eliminaré! —gritaron los cuatro.

Esto se puso... ¡Interesante! —pensó Shikoba, emocionado por como el público amaría tanta rivalidad.

— Genial, si todos mis rivales me tuvieran miedo sería muy decepcionante —dijo Faith, acomodándose el cabello que quedó revuelto por el golpe de Kat—. Desafíenme, artistas.

(ENFRENTAMIENTOS)

Una vez todos los octavos de final estuvieron totalmente definidos, la cena pudo continuar con "normalidad" y todos los equipos se fueron retirando a sus departamentos para descansar.

— Les deseo suerte contra Brasil, aunque no la necesitan, ustedes son fuertes —dijo Celine a las dos.

— Tú vas contra Australia...

— Será difícil, pero quizás nos veamos otra vez —sonrió, acercándose a Katya—. Por si te interesan los besos en otras partes además de la mano.

— ¡Cla-Claro que no!

— Estoy bromeando, estoy casada con mi trabajo —se río—. Aunque... Puede que esta competencia me haga encontrar más cosas que ame, sería bueno para alguien como yo que se siente desconectada del mundo. Nos vemos, gringas.

— ¿Crees que hayamos hecho aliados? —preguntó Kat.

— Definitivamente —vio que la capitana japonesa las miró antes de irse, sin dudas ella era la más confiable entre todos—. Debemos mantenernos cerca a nuestros compañeros, las alianzas son importantes en este torneo.

— Sí, es cierto —la miró—. Oye... ¿Estás mejor?

— No quiero hablar de eso.

— ¿Cuántas veces has dicho eso para escapar? —se río.

— ¡Oye...! —suspiró—. Muchas.

— ¿Por qué huyes tanto?

— Porque Faith tiene razón...

Pensaban en ese terrible escenario en el que todos avanzaban y la dejaban atrás, pero no por ser más lenta, si no porque simplemente no la querían cerca. Ella corría con todas sus fuerzas, pero siempre tropezaba y se rendía.

Ella se rendía.

— No he hecho más que apartar a la gente... Todo porque soy incapaz de quererme a mi misma y tratar de querer a otros...

— Toda tu vida... ¿Has sido así?

— Sí, toda mi vida.

— Entonces matemos a esa Katya.

— ¡¿Ah?! —se asustó.

— ¡Quiero decir...! —la calmó—. Aquí y ahora debes enterrar a la Katya que fuiste si quieres crear un legado en el que te recuerden con cariño.

— No sé si pueda... —agarró su vestido con fuerza—. Sigo siendo egoísta y cruel, no soy capaz de...

— Eres capaz de cualquier cosa que te propongas si lo deseas lo suficiente —la tomó de las mejillas, haciendo que levantara la mirada—. Piensas que no perteneces a ningún lugar, pero en realidad nadie pertenece a un solo "sitio". Todo el mundo es nuestro lienzo, somos muchas cosas diferentes, no una sola. Estás hecha de decisiones, acciones, sentimientos, todo eso forma quien eres. Pasaste toda tu vida en el camino equivocado, sé lo que es eso, sentir que tu vida no tiene arreglo. Pero ahora mismo te miro a los ojos y no veo a un monstruo, veo a alguien... Que solo quiere saber lo que es el amor real.

Katya la miraba a los ojos con mucha atención, no despegaba su mirada de Kat.

Quizás eran las resplandecientes estrellas que adornaban la noche o las luces tan intensas de la calle en la que se encontraban.

Pero juraba que jamás había visto una persona que brillara tanto.

— Aquí y ahora, Katya... ¡Debes empezar a amarte a ti misma!

— Amarme... Yo no... Yo no puedo...

— No te rindas, inténtalo, y si fallas y el día de tu muerte llega...

— Te prometo que yo lloraré por ti.

El corazón de la pelirroja había latido nuevamente, pero esta vez con una gran potencia. Su cuerpo sintió deseos de moverse otra vez ante las palabras de Kat.

Y en su rostro se formaron lágrimas otra vez, pero ya no de vergüenza o humillación, si no de alegría. Esta era la primera vez desde hace años que Katya...

Sintió genuina felicidad por estar viva.

— Volvamos a casa, está haciendo frio y los chicos deben estar esperándonos en el hospital —miraba el bus que venía—. Nos cambiamos en el departamento y después vamos a...

— Kat... —la tomó de la mano—. Gra... Gracias.

— Oh... —soltó una risa por ese inesperado gesto—. No hay de que.

— Eres... Una buena persona.

— ¿De verás lo crees? —recordó todas las cosas terribles que vivió con sus padres, sumado a todas las cosas que decían de ella en su ciudad natal—. ¿Crees que soy buena?

— Buena y apestosa... —se río, animándose un poco.

— No huelo tan mal.

— Igual ya me estoy acostumbrando...

— ¿Entonces mañana tampoco me baño?

— Tampoco te pases, sucia.

— Me bañaré solo para sacarme el olor de Faith de encima —vio que su ropa se había rasgado un poco—. Creo que fui un poco brusca.

— Es solo ropa... Le diste un buen golpe.

— No soporté que te hablara así —confesó—. Yo defiendo a mis amigos.

— ¿Somos amigas?

— Me agradas, ¿yo te agrado?

— Sí.

— Entonces somos amigas —sonrió.

— Creí que las amistades eran más complejas que... esto.

— A veces basta una sola cosa en común para unir a personas para toda la vida.

— Je... —se acomodó el cabello—. Tonta.

Tomaron un taxi para retornar al apartamento, donde les esperaba unas noticias bastante desalentadoras.

Pero, al menos en esos minutos que estuvieron en el taxi pudieron hablar un poco de otras cosas. Hacía mucho que Katya no charlaba sinceramente con alguien.

Hacía mucho que Katya no sentía ganas de hablar de verdad con alguien.

— Estará en coma unos días —explicaba Lincoln—. La enfermedad ha empezado a expandirse por sus pulmones y estaba dirigiéndose a su corazón, pero la operación que le hicieron hoy permitió "retrasar" eso.

— ¿No hay ningún método para exterminar por completo la enfermedad? —preguntó Kat.

— Es algo hereditario, no hay forma de eliminarla, solo de combatirla a tal punto de que no logre dañar el cuerpo —aclaraba Lloyd—. El padre y la hermana de Sid poseen sistemas defensivos muy altos y por eso la enfermedad no crece, pero Sid es otra historia. La enfermedad no es peligrosa por existir y ya, es peligrosa una vez empieza a extenderse.

— Es como un animal, cuando es pequeño no pasa nada, pero si dejas que crezca lo suficiente... —suspiró Mollie—. Te puede tragar hasta no dejar nada.

— ¡Pero debe haber algo que se pueda hacer! —exclamó Katya.

— El proceso es 50% de la operación y 50% de Sid, si ella no responde no se puede hacer nada —mencionó Taki.

— Por ahora está fuera de peligro, debemos esperar a que despierte para que los doctores la evalúen y sepan que tan bien está respondiendo al tratamiento —indicaba Lincoln—. Hasta entonces... Solo nos queda ganar el torneo.

— Tú no quieres dejarla, Linc —dijo Jordan—. Podemos encontrarte un reemplazo para la pelea con Brasil, está dentro de las reglas.

— Faith quiere que participe, solo así pagará los gastos de Sid —miró a Katya y a Kat—. ¿Cierto?

— Es una hija de puta, pero no mentía —respondió Kat—. Ella está tan interesada en ti que hará lo que sea para enfrentarte.

— Los padres de Sid no pueden pagar todo esto y no puedo permitir que se endeuden —recordaba una y otra vez la voz de Stanley diciéndole que no jugara con Sid, ahora ella estaba postrada en una cama, mientras él se iría a competir—. Tengo que hacer esto, por ella.

— Todos haremos esto, por ella —dijo Harry, firmemente—. Ganaremos este maldito torneo y salvaremos a Sid.

— El duelo será en Colombia, una partida de paintball —reveló Katya—. El equipo brasileño no tendrá piedad, su capitán tiene un especial interés en Mollie.

— ¡¿Ah?! —exclamó Mollie—. ¡¿Es en serio?! Pensé que solo era un esquizofrénico.

— Le gustas al loco —se río Kat.

— Podría ser peor, podría haberle gustado al español, ahí acababa cogiendo con un extranjero mientras él observaba —dijo Katya, riéndose con Kat.

— ¿De qué nos perdimos? —preguntó Harry, sorprendido por verlas amigando.

La pelirroja inmediatamente se dio cuenta de su actitud infantil y retomó su postura dominante y egocéntrica, negando con la cabeza.

Sus compañeros levantaron una ceja, mientras Harry casi sufría colapso cerebral.

— Tú... ¿Hiciste una amiga?

— ¡Ustedes solo son compañeros de trabajo y un ambiente laboral solidario ayuda a la eficiencia! —exclamó, cruzándose de brazos—. Si andan contentos me serán más útiles.

— Por fin encontraste a alguien tan rara que disfruta de tu compañía, felicidades, hermana —se río.

— ¡Ella no es rara! —reclamó, enojada—. ¡Ustedes son los raros! Ella es la única que comprende mi valor como persona. Cuando eres la única cuerda en un mundo de locos, la loca eres tú.

— ¿Sí o no que es adorable cuando se enoja? —Kat le tocó la frente.

— ¡USASTE ESA MANO PARA PAGARLE AL TAXISTA! ¡NO ME QUIERO ENSUCIAR!

— No la quiero ver cuando tenga que pisar Colombia —dijo Jordan, riéndose.

— Estoy segura de que Colombia es un país a la altura de mis expectativas —afirmó Katya, en su ignorancia sobre los países latinos que son, efectivamente, latinos.

— Derrotaremos a Brasil y enfrentaremos a Faith, solo así conseguiremos que Sid se recupere por completo —decía Linc, decidido—. Cueste lo que cueste, ¡ganaremos!

— ¡SÍ! —exclamaron todos al unísono.

El equipo uso toda la presión que tenía encima como motor para esforzarse todavía más, eso es lo que los artistas hacen después de todo.

Toman todo lo que pasa en sus vidas y lo liberan en forma creativa.

Y ellos tenían la esperanza de que Sid pudiera hacerlo con ellos otra vez en el futuro.

...

De los tres días para prepararse, el primero fue empleado en acompañar a Sid en el hospital con la esperanza de hablarle antes de partir, pero la chica se mantenía dormida. Decidieron dejarla descansar, esperando poder verla en cuanto regresaran.

El segundo día fue para realizar entrenamiento físico, guiados por Mollie y Taki. La mayoría se desempeñaba bien, a excepción de Katya, ya que ella se negaba a ejercitarse con la excusa de que ser millonaria la hacía alérgica a esforzarse. Hasta Jordan corría mejor que ella, cosa que les pareció graciosa debido a lo veloz que fue en las eliminatorias. Harry sabía que su hermana era talentosa, pero que sin correcta motivación era muy terca y vaga.

Y así llegó el tercer día, en el cual aterrizaron en Colombia tras muchas horas de vuelo. La chica pelirroja se encontró con algo increíble.

— No puedo creerlo... —dijo Katya, asombrada—. ¡HAY UN TIPO VENDIENDO COCAÍNA A 3 METROS DE NOSOTROS!

— Y se ve que es de calidad —mencionó Kat—. Digo, no es como que yo sepa de eso.

— ¡HUELE A POBREZA! ¡HAY CASAS SIN TECHO! ¡¿SIQUIERA HAY AGUA POTABLE?! —gritaba, desesperada.

— Cállate ya, maldita clasista —habló Harry, tapándole la boca—. ¿Quieres que te linchen otra vez en redes?

— No es mi culpa que justo le dije "muerto de hambre" a uno que era venezolano, no soy adivina.

— Colombia es... —Mollie vio como secuestraban a alguien en medio de la calle—. Colombia es Colombia.

— Se supone que Alexander iba a acompañarnos, pero no lo veo por aquí —mencionaba Taki, justo antes de que un vehículo todoterreno se estacionara frente a ellos.

— ¿Quieren un aventón? —preguntó Alexander—. Disculpen la tardanza, esta ciudad siempre es confusa...

— Estabas en el bar de cariñosas, ¿verdad? —preguntó Lincoln.

— Soy un adulto con necesidades, ¿ok? No todos nos llamamos Lincoln y nos llueven mujeres del cielo. Sube ya, pendejo.

El grupo se dirigía hacia el bosque en el que se llevaría a cabo el primer enfrentamiento de los octavos de final. A medida que se acercaban a su destino, iban encontrándose con más fanáticos que esperaban ansiosos por ver el resultado del combate.

— Me siento como una celebridad —mencionaba Jordan.

— Parece que ya se olvidaron de tu caída —dijo Lloyd, hasta que vio a un grupo de gente con camisetas que tenían a Jordan con la pose de Peter Griffin como símbolo—. Mejor concéntrate en el camino.

— ¿Leyeron las reglas del enfrentamiento? —preguntó el profesor.

— No, estábamos en un avión —contestó Katya—. Para ser uno pagado por los inversionistas no tenían ni wifi incluido, malditos tacaños.

— Es una partida de paintball normal... Hasta cierto punto —le entregó a Lincoln un documento—. Todo el juego se rige por un sistema de puntos. Para ganar deben eliminar a todos los miembros del equipo contrario, basta una sola bala de pintura para eliminarlos. Cada vez que aciertes una bala de pintura en un enemigo ganas un punto, lo eliminas dándole con la bala justo en el adorno que tendrá en el pecho, eliminarlo por completo te da 10 puntos si es un competidor normal. Si eliminas al capitán... Obtienes 30 puntos.

— Los puntos nos permiten interactuar con el "comodín" —leía Lincoln—. El comodín es un exmilitar con puntería avanzada que brindará ventajas a los jugadores en base a la cantidad de puntos que tengan. Desde 1 hasta 14 puntos podemos comprar más munición, granadas de pintura o demás objetos que nos ayuden. Con 15 puntos podemos "revivir" compañeros que hayan sido alcanzados por una bala de pintura. Y finalmente con 30 puntos...

— ¿Qué consigues con 30 puntos? —preguntó Mollie.

— Puedes hacer que el comodín luche a favor de tu equipo —reveló Lincoln, poniendo tensos a sus amigos—. Somos 8 jugadores por equipo, si con solo acertar balas obtienes puntos será muy fácil farmearlos y conseguir números altos, el problema es si me disparan a mí y obtienen los 30 puntos antes que nosotros para tener el comodín. Sin embargo, está la regla que dice que podemos cambiar de capitán...

— ¿Qué sugieres? —preguntó Mollie.

— Que tú o Taki sean los capitanes en esta ronda —sugirió el peliblanco—. Son los que poseen mejor habilidad física y puntería, son los más probables a sobrevivir hasta el final. No podemos regalarles 30 puntos a los brasileños, así que le cederé el liderazgo a uno de ustedes.

— Mollie, debes hacerlo tú —afirmó Taki—. Soy un blanco demasiado grande, tú eres muy ágil a parte de fuerte, eres mejor para esta misión.

— Yo no... Estoy segura —miró a Lincoln—. Se tú el capitán, te protegeremos, pero yo no soy apta para liderar.

— Eres capaz de hacerlo, Mollie —decía el albino—. Eres muy fuerte.

— Yo aún... —apretó sus puños—. No me siento lista para tanta responsabilidad... Lo siento. No sé si estoy preparada para volver a pelear sin perder el control, no puedo liderar.

— Entonces... ¿Qué hacemos? —preguntó Harry—. Taki es muy grande y Lincoln no es el mejor tirador, necesitamos a alguien que sea difícil de detectar, alguien... Pequeña.

Jordan sintió terror al ver a todos sus compañeros mirándola.

— ¿Si saben que esto es como poner a un afroamericano de capitán en una ronda de velocidad no? ¡Me siento muy ofendida!

— Te necesitamos —dijo Lloyd.

— ¡¿Es por qué soy enana?!

— No, es porque eres difícil de acertar y te puedes esconder fácilmente —afirmó Lloyd.

— ¡PORQUE SOY ENANA!

— Tú misma lo dijiste —expresó Katya—. Esa es tu ventaja, chaparra. No estás en condiciones de correr y moverte demasiado, si disparar desde escondites y eres sigilosa nos ayudarás mucho.

Mierda... Es cierto —hizo un puchero—. ¡Odio que la castrosa tenga razón!

— Jordan, yo te dije que hay una razón por la que debes estar en el equipo —hablaba Mollie—. Un equipo usa las ventajas de sus miembros a su favor, pero un BUEN equipo convierte las desventajas de sus miembros en fortalezas nuevas. Es momento de que pruebes que tu espalda no te limita, haciendo esto nos ayudas muchísimo. No eres cobarde por atacar escondida, eres lista. Ni siquiera yo puedo enfrentarme a los brasileños cuerpo a cuerpo, tus habilidades son más útiles que las de todos nosotros en este momento. Te necesitamos porque eres Jordan.

— Ok... —suspiró—. Hagámoslo.

— En ese caso, nos organizaremos de la siguiente forma —indicaba Lincoln.

El primer enfrentamiento de la octava ronda daba inicio al mismo tiempo que un helicóptero surcaba los cielos por encima del bosque colombiano. Varios drones fueron liberados para que capturaran las imágenes desde todas las perspectivas posibles, puesto que el público ahora sí debía ver todo desde sus casas o dispositivos móviles.

Ubicado en la parte amazónica de Colombia, específicamente entre Caquetá y Guavire, el parque natural Serranía de Chiribiquete es considerado uno de los espacios naturales más grandes del mundo. Conseguir un destino así de espectacular puede sonar complicado, pero el gobierno colombiano aceptó que el torneo desarrolle allí sus actividades a cambio de la gran publicidad y un incentivo monetario por parte de los inversionistas. Después de todo, el dinero generado con los espectadores y la mercancía que salía sobre el torneo representaba una ganancia muy alta para cualquiera que se involucre.

En el helicóptero se encontraba Shikoba, resguardado por varios militares colombianos.

— ¡Buenos días a todos! —exclamó el hombre, saludando al camarógrafo.

— ¿Para esto me entrenaron? —preguntó el militar que sostenía la cámara.

— ¿Prefieres esto o ser encontrado en pedazos en algún callejón? —señaló su compañero, haciendo que el "camarógrafo" se concentrara en hacer bien su trabajo.

— Es un día muy brillante en la hermosa Colombia, el clima ideal para ver a unos adolescentes disparándose a quemarropa —se río—. Como ya sabrán, hoy empiezan los octavos de final y la primera pelea que veremos será: Estados Unidos contra Brasil. He aquí un breve resumen del equipo brasileño...

Guilherme Oliveira formó parte de la operación policial más importante de los últimos años en su país, pero también es conocido por desarrollar un estilo de arte que mezcla el arte marcial brasileño con la pintura. Transforma su cuerpo en un pincel y lo usa para crear arte caótico, pero que enloquece a los expertos en el campo.

Su equipo está casi en su totalidad conformado por la pandilla con la que jugaba desde que era pequeño, las buenas amistades son para toda la vida. Sin embargo, en falta de un integrante más para el torneo se les unió quien es ahora la segunda al mando, Gia Costa. Ella es lo último que quedó de una familia criminal, traicionándolos para que la policía pudiera detenerlos. Pero eso no quiere decir que ella sea una heroína, lo que más odia en este mundo es que los idiotas estén al poder, se considera la única que debe estar por encima de todos. Es así como el equipo brasileño se hizo muy famoso a nivel mundial por su alto nivel artístico y físico.

De acuerdo con las propias palabras de su líder, Guilherme, entraron al torneo por dos razones: la primera es ser ellos quienes nutran la enseñanza de las futuras generaciones, usando sus artes marciales para hacer que en el futuro todos los artistas alcancen el equilibrio entre cuerpo y alma; la segunda es el motivo personal de su capitán, y es la búsqueda de un rival a su altura y que pueda darle una batalla digna. El líder brasileño es uno de los favoritos del público por su carisma y personalidad tan "ardiente", sumado a que es muy querido por sus hermanos latinos, su equipo es el que posee el 70% de probabilidad de ganar según los espectadores.

— ¡¿Ya salió Mollie Grace?! —buscaba ansioso con la mirada.

— Guilherme, concéntrate o te eliminarán rápido, no pienso revivirte si eso sucede —afirmaba Gia.

— Sonríe un poco, ¡anda! ¿No te emociona esto?

— Sonreiré cuando los aplastemos, yo estoy aquí para ganar, me importa un carajo tener una pelea en igualdad de condiciones —cargó su arma de pintura—. Llenaré de balas a cada uno de ellos hasta que rueguen por ser eliminados, y cuando tenga los 30 puntos llamaré al comodín. La única diversión que veo en esto... Es lo gracioso que será cuando quede solo uno contra nosotros y huya como la presa que es.

— Con razón no tienes amigos, que miedo das —se alejó de ella.

— Eres muy molesto...

El equipo estadounidense terminaba de alistarse para salir al campo de batalla, repasando todos en su mente la estrategia de Lincoln.

— Mollie y Taki irán completamente a la ofensiva, son nuestros mejores tiradores y los que mejor físico tienen —señalaba Lincoln—. Incluso si reciben algunos disparos son lo suficientemente veloces para proteger el punto en sus pechos y evitar ser eliminados.

— Las balas de pintura duelen, ¿podrán soportarlo? —preguntó Harry.

— En un cumpleaños me sacaron de la partida de paintball porque tenía 20 disparos en la espalda y ni me había dado cuenta —contaba Taki.

— El otro día me golpeó un auto y lo tuvieron que mandar el taller —la miraron todos—. ¡E-Es broma! ¡Tampoco soy un mutante! Pero si soy muy resistente y soportaré bien, valdrá la pena regalarles puntos porque Taki y yo definitivamente eliminaremos a quien esté cerca.

— Ya soporto el trío del otro día, estará bien —se río Jordan, pero Lincoln le tiro la cinta de capitán a la cara.

— Tú estarás con Kat y Lloyd, ambos también tienen buena puntería y, especialmente Kat, tiene experiencia peleando —vio a su amiga—. Ya ha noqueado policías, esto no es nada para ella.

— Optaremos por una postura defensiva, atacando sigilosamente —explicaba el ruso—. Incluso si Mollie y Taki barren a los brasileños no debemos confiarnos, nosotros tres somos la última línea de defensa por si eliminan a los demás.

— ¿Vamos a campear? —preguntó Kat—. Eso es muy de trolos... Buena estrategia, me la esperaba de Linc.

— Gracias... —dijo el peliblanco, dudando si es buena idea dejarla con la capitana—. Finalmente, estaré yo con los gemelos al medio de todo. Nos desplazaremos por el parque y conseguiremos los puntos necesarios para comprar los comunicadores, con eso estaremos en contacto y al tanto de si algo malo sucede.

— Tú disparas mejor que yo, Lincoln —decía Kat—. ¿Por qué no envías a Lloyd con los gemelos?

— Porque alguien tiene que carrear a estos dos mancos —señaló a los hermanos.

— ¡NO SOMOS MANCOS! —gritaron los dos.

— La estúpida pistola es muy brusca, de seguro la diseñaron mal —reclamó Katya.

— El clima no me beneficia, el sol me ciega y por eso no puedo darlo todo —reclamó Harry.

— A veces me sorprende lo distintos que pueden llegar a ser, y a veces también me sorprende cuan parecidos son —expresó Lincoln.

Shikoba ordenó que los drones enfocaran sus cámaras hacia el equipo de estados Unidos, pues este estaba entrando en el parque.

— Ya deben conocer muy bien al equipo de los "gringos", protagonizaron varios de los mejores momentos de las eliminatorias y varios de sus miembros fueron virales estos días —vio los edits de Jordan cayéndose—. Por buenas y malas razones. Son excelentes artistas, pero se caracterizan por ser citadinos, veremos si están a la altura de una prueba en campo libre. Aunque bueno, deben tener buena puntería, por algo son de ese país.

— Bien, muchachos...

— Pintemos este bosque con nuestra victoria —dijo Lincoln.

El organizador principal del torneo cargó su arma de bengalas.

— ¡La octava ronda da inicio! ¡El equipo cuyos ocho miembros sean eliminados perderá! ¡Usen sus puntos para arrasar a sus enemigos! —apuntó hacia el cielo—. ¡La luz indica el inicio del combate! ¡Den lo mejor, artistas!

Desde el hospital, la familia Chang observaba por televisión el torneo, acompañando a Sid, quien seguía en coma. Mandaron sus mejores deseos al equipo.

El peliblanco y los demás recordaron la razón por la que estaban aquí: el futuro del arte y su amiga. No podían perder. Pero los brasileños también miraron hacia adelante, preparados para librar un feroz combate y así que su líder pueda cumplir su sueño. Esta era una pelea de ideales: los salvadores vs los destructores.

Shikoba disparó la bengala hacia el cielo, cubriendo el parque con una luz amarilla que dio la orden de que la batalla había comenzado oficialmente. Todos sostuvieron con fuerzas sus armas y el grito que sonó a continuación fue la confirmación de que debían moverse.

— ¡LUCHEN! —gritó el hombre.

La estrategia de Estados Unidos se realizó tal y como planearon.

Mollie y Taki salieron corriendo hacia el centro del parque, preparados para un enfrentamiento directo. Lincoln y los gemelos también avanzaron, solo a que menor velocidad para concentrarse más en vigilar la zona. La capitana y sus dos guardianes retrocedieron hasta una zona de bastantes árboles, usando el entorno a su favor para emplear sigilo y tácticas menos arriesgadas para disparar.

El primer disparo no se hizo esperar, siendo este para Mollie. Gracias a su velocidad pudo esquivar la bala de pintura, rastreando eficazmente el punto de origen del disparo. La primera batalla de la octava ronda era entre dúos.

Felipe y Rebecca, los dos más talentosos de Brasil por detrás del capitán y Gía. 

— Fue muy ambicioso de mi parte querer darte en el punto de eliminación, debí apuntar a otro lado para rascar puntos —dijo Felipe, aceptando que se confió—. Mollie Grace... Las historias sobre ti no mienten.

— ¿Qué dicen esas historias? —se río—. Me da curiosidad.

— Que eres un monstruo que ni su propio padre pudo vencer —respondió Rebecca, apareciendo detrás de Mollie y Taki—. La verdad es que entramos a este torneo para enfrentarnos a personas como tú. Limpiar las calles de criminales es un placer, pero siempre ganar hace todo aburrido. Si este torneo no nos brinda retos de verdad nada lo hará.

— Acaban de cometer otro error, además de confiarse —decía Taki.

— ¿Y ese cuál sería? —preguntó Felipe, adoptando una postura defensiva, sentía que algo se aproximaba.

— Pensar que Mollie es la única amenaza aquí —disparó hacia atrás con una velocidad tan alta que obligó a Rebecca a esquivar, perdiendo el ataque sorpresa por la espalda. Acto seguido, dio un pisotón muy fuerte que hizo que las piedras en las que estaban se derrumbaran, haciendo que los cuatro tuvieran que cambiar de escenario.

Las piedras provocaron un derrumbe que los llevó a tener que esquivar varias cosas que iban cayendo, al punto que tuvieron que trepar a los árboles para sobrevivir. Normalmente algo así sería regañado, pero Mollie aprobaba la acción de su compañero y Taki, por su lado, confiaba en que ella no tendría problemas para aguantar eso. Eran fuertes, lo sabían.

— Taki Jimura, tú también eres un reto interesante —señaló Felipe, columpiándose entre árboles de forma muy ágil—. Pero tu fuerza bruta no servirá de nada contra los dos más veloces de Brasil.

— Puedes ser tan rápido como quieras —Mollie disparó, prediciendo hacia que árbol iría el chico para lograr darle en la pierna—. Pero un artista predecible está en desventaja siempre.

— Nada mal —saltaba entre más árboles, Mollie volvió a predecir a donde iría, pero el chico fue tan rápido que esquivó la bala en el aire y logró apretar el gatillo tres veces, conectando dos balas de pintura en la espalda de la castaña—. ¡Esto será divertido!

— ¡Te tengo! —Taki disparó, pero Rebecca intervino, ella disparó una bala de pintura que chocó con la que él disparó, dejándolo muy sorprendido—. ¡¿Qué mierda...?!

Felipe Souza, registrado como el joven brasileño con la mayor velocidad física de su generación. Hijo de un corredor que llegó a estar en las olimpiadas y una artista marcial muy experimentada. Sus padres le brindaron el potencial genético y él se dedicó a perfeccionar su cuerpo hasta el punto de poseer una velocidad casi sobre humana.

Rebecca Ferreira, registrada como la mujer brasileña con la mayor velocidad de reacción de su generación. Cuando algo sucede a nuestro alrededor el cerebro da una señal al cuerpo para que ejecute una acción al respecto, puede ir desde esquivar o hasta atrapar un objeto que amenace la seguridad del cuerpo. Rebecca nació con un cerebro excepcional, capaz de enviar señales a su cuerpo a una velocidad tan alta que algunos hasta la acusaban de ver el futuro por su habilidad de reaccionar tan bien a cualquier cosa que le pasara.

Brasil los apodó "el dúo espacio-tiempo". El chico que rompe el espacio cada vez que se mueve y la chica que supera el tiempo cada vez que reacciona.

Si seguimos en los árboles ellos seguirán dándonos, así que... —pensaba Taki. Disparó hacia los brasileños, al igual que Mollie pudo predecir los movimientos de Felipe, consiguiendo darle tres veces—. ¡Llevemos esto a tierra! ¡Canjeo puntos!

— Objetos disponibles según puntos —un dron bajó para enseñarle a Taki una lista.

— Granada de pintura —canjeó sus 3 puntos, obteniendo una granada de parte del dron—. ¡Allá va!

—Bien, juguemos abajo —río Rebecca.

La granada liberó una gran cantidad de pintura, obligando a los 4 a regresar a tierra. Mollie aprovechó la caída y provocó que la tierra se levantara, creando una capa que la ocultó de la vista de sus oponentes. Ella fue a por Felipe, atacándolo desde la derecha, siendo interceptada por una llave del chico, poniéndola contra una roca.

— ¿Eso es todo lo que puedes ofrecer? No lo sé, siento que no estás dándolo todo y eso me ofende —criticaba a la chica—. ¿Por qué te contienes?

No era broma lo de que saben artes marciales —logró liberarse de la llave, incluso le arrebató el arma de un puñetazo, pero Felipe también le quitó la pistola a Mollie de una patada—. Si quiero eliminarlo tengo que inmovilizarlo, si trato de ganarle en velocidad solo perderé el tiempo.

Sé que el jefe quiere luchar contra ella, pero si ni siquiera puede vencerme entonces no es digna de él —recordó cuando su líder lo reclutó—. Yo cometí fraude en una competencia...

— ¿Ah?

— Saboteé a propósito a mi oponente para no decepcionar a mis padres, pero terminé decepcionándome a mi mismo. Cuando descubrieron lo que hice nadie quiso creer en mí otra vez... Hasta que Guilherme me ofreció la oportunidad de correr por una buena razón, ayudando a limpiar las calles de criminales. Me ayudó a encontrar un propósito, yo debo devolverle el favor, ¡por eso no tendré piedad contigo! ¡No permitiré que una luchadora mediocre pelee contra el jefe y lo decepcione! —se puso en posición de combate—. ¡Prepárate!

Luchadora mediocre... —también adoptó una pose de combate—. Debo admitir que... Tiene razón.

Taki libraba un combate a tiros con Rebecca, cada cosa que él hacía recibía una respuesta por parte de ella. No podía ni acercarse un poco, puesto que ella le acertaba cada vez que él se asomaba un poco.

— Canjeo puntos —el dron se acercó a ella—. Quiero una granada y más munición.

— Serían 5 puntos —el dron le entregó lo solicitado.

— No puedes sorprenderme, grandulón —explicaba ella—. Guilherme me reclutó debido a mis habilidades de observación y reacción, con ello garantice el éxito de la captura de varios miembros de bandas criminales. Cuando creces sola en las calles debes saber cuidarte de gente más grande que tú.

Tengo que desarmarla, pero su puntería es demasiado buena y aunque me tape el pecho si salgo de mi escondite me dará y conseguirá demasiados puntos —tuvo una idea—. A menos que...

— Si no sales por voluntad propia tendré que obligarte —preparaba la granada.

— ¡Dron! ¡Quiero ver la lista de canjes! —el dron obedeció—. Ya veo... Necesito ese objeto...

— ¡Tú lo pediste! —lanzó la granada.

Pese a que estaba segura de poder reaccionar a cualquier cosa que Taki hiciera para esquivar la granada, no se esperaba que el chico diese un gran salto y de un cabezazo le devolvería la granada a la chica. Rebecca quedó muy abrumada, tanto por la situación como por lo ridículo que fue hacer eso sabiendo que pudo devolverla con las manos.

— ¡Mierda! —se cubrió con un árbol de la explosión de pintura—. ¡Si que eres raro! ¿No te duele la cabezota?

— ¡Estoy completamente ileso! —uno de sus ojos se desvió, pero luego de darse otro golpe en la cabeza se le arregló—. Espero que eso no deje secuelas...

— Carajo, dijiste que las granadas eran suaves —le reclamaba Shikoba al encargado de las armas—. No vuelvo a comprar cosas baratas.

— ¡Estás expuesto! —ella empezó a disparar, dándole varias veces a Taki, el chico se cubría la zona del pecho—. ¡Idiota! ¡Solo me estás regalando puntos!

Puta madre, estas cosas duelen —sentía las balas en su cuerpo.

— ¡Dijiste que las balas no dolían! —Shikoba volvió a reclamarle al encargado—. ¡Ya sé que te pagué solo 1 dólar por cada una, ya cállate o tus hijos no tendrán juguetes para su cumpleaños!

— ¡Debo hacerlo! —Taki disparó a la chica, ella esquivó casi todas las balas, excepto una que explotó en un árbol, manchándola bastante.

¿Eso cuenta como punto? —pensó ella—. Así que eso quiere hacer... Sabe que no me puede dar, así que disparará a todo lo que yo tenga cerca para que la pintura me salpique... En ese caso...

¿Qué hará ahora?

— ¡HUIRÉ! —salió corriendo—. ¡Chau!

— ¡Cobarde! —empezó a perseguirla.

— ¡Canjeo puntos! —registró la lista mientras corría—. ¡Quiero la trampa y otra granada! ¡Doy mis 10 puntos!

La trampa se trataba de una red que atrapaba al objetivo si este era tocado por el dispositivo. Tenía forma de una bala, así que ella misma podía dispararlo. Primero uso la granada para obligar a Taki a cubrirse, así estaría quieto lo suficiente para que ella le diera con la red y así lo eliminaría, pero había algo que Rebecca no pudo predecir.

Taki recibió la explosión de pintura, cubriéndose nuevamente el pecho para no ser eliminado, pero la onda expansiva fue bastante fuerte y le provocó un gran dolor físico. Algo así habría dejado inconsciente a una persona normal, pero frente a ella estaba un chico que con un objetivo claro. Un hombre con una misión es invencible.

Así que siguió adelante hasta poder acercarse a ella y dispararle 4 veces más, debido al shock que tenía la chica por verlo resistir la explosión.

Este sujeto no se detiene con nada... Es un maldito tanque.

— Canjeo por 5 puntos...

— ¡Eso es...!

— Escudo —el dron le otorgó un dispositivo que reveló una barrera de papel, a primera vista se veía muy frágil, pero Rebecca entendió que tipo de material era. Las balas no iban a atravesar eso jamás.

Planea arrinconarme hasta acercarse lo suficiente y así eliminarme, debo mantener la distancia —trepó a un árbol—. ¡Me reuniré con los otros y...!

— Sabía qué harías eso.

En un acto que ni siquiera Rebecca habría podido predecir, Taki lanzó el escudo con tanta fuerza que taló el árbol en el que ella estaba y, justo como ella iba a saltar, cayó al suelo sin poder hacer nada al respecto.

Ahí mismo Taki se abalanzó para disparar hacia el pecho de ella, logrando que la bala diera justo en la zona especial.

Taki Jimura eliminó a Rebecca Ferreira.

— ¡La primera eliminación de la octava ronda es a manos del competidor Taki! ¡Deberíamos llamarlo el toro Jimura por resistir tanto! —exclamaba Shikoba.

— Eres un demente —decía Rebecca—. Jamás nadie había logrado sorprenderme de esa forma.

— ¿Qué de eso no se trata ser artista? —se río—. Cada día hay que sorprender a los demás.

— Ja... Me alegra haber sido eliminada por alguien como tú —sonrió, estaba satisfecha—. Eres fuerte.

— Dijiste que creciste solas en las calles, ¿no? —miró a la chica, ella se sorprendió por el interés que Taki puso en eso—. No me imagino lo duro que debió ser eso. Yo tuve a mi madre siempre, le debo todo a ella y por eso me esfuerzo todos los días para enorgullecerla. Me alegra que hayas encontrado un grupo que se preocupe por ti, creo que ni con el mejor entrenamiento llegaríamos al nivel... Que conseguimos cuando peleamos al lado de otros.

— Pelear sola nunca ha sido un problema para mí, pero... —pensó en su equipo—. Empecé a divertirme de verdad... Cuando peleaba junto a ellos.

— La verdad... —también pensó en su equipo—. Yo también empecé a divertirme más cuando los encontré.

— En fin, me retiro —suspiró—. Dudo que me revivan, mi equipo acepta la derrota cuando es así de merecida. Pero te doy una advertencia...

— Tu jefe no me preocupa, puedo contra él.

— No es él a quien debes temerle, es a...

Velocidad vs durabilidad.

Los golpes de Felipe acertaban uno tras otro, pero no hacía nada de daño contra Mollie. El problema era que ella tampoco conseguía debilitarlo, ya que cada ataque que hacía era esquivado o anulado por una llave del brasileño.

La castaña soltó una patada, pero su pierna fue atrapada por los brazos del chico, usando esto para aplicarle una llave e inmovilizarla.

— ¡Me estoy llevando una muy mala impresión de ti!

— Tch...

— ¿Así planeas ganarle a Guilherme? ¡Él te destrozará si te encuentra! —extendía su mano para agarrar su arma—. Eliminarte será un acto bondadoso.

— ¡No dejaré que lo hagas! —logró liberarse y empujó a Felipe con mucha fuerza, haciendo que él chocara con unas piedras.

— Tu cuerpo tiene miedo, pero no de mí —se levantó, corriendo hacia ella para golpearla.

— ¡Ah! —recibió un gancho en el abdomen, no reaccionó a tiempo.

— ¡¿Qué te detiene?! ¡¿No quieres ganar?! —le conectaba más golpes—. ¡Tomate esto en serio!

— Si me lo tomo en serio... ¡VOY A LASTIMARTE! —lo golpeó con tanta fuerza que casi le rompe el brazo con el que el chico se bloqueó—. Lo... Lo siento...

— ¿Te disculpas por ser fuerte? ¿Tienes idea de lo ofensivo que es eso? —golpeó el piso, muy molesto—. ¡Los fuertes no deben disculparse por el don que recibieron! ¡Los fuertes deben sentirse orgullosos de serlo! ¡Avergüénzate si usas tu fuerza para cosas malas! ¡Todo aquel que use su poder para cosas buenas merece dicha fuerza!

— Lastimar a otros nunca es bueno.

— Soy tu oponente y quiero que pelees conmigo, no estás haciendo nada malo, te estás defendiendo.

— Yo no quiero... —sintió un temblor en su cuerpo—. No quiero ser como él...

— A veces no queremos hacer ciertas cosas, pero debemos hacerlas —la señaló—. La vida nos pone pruebas para saber si realmente merecemos la felicidad. Si te limitas a ti misma jamás alcanzarás tu verdadero potencial, serás infeliz. Libera todo lo que sientes, ¡para eso son las artes marciales! ¡Para liberar tus emociones en forma de una danza gloriosa y épica!

— Una danza... —se calmó, adoptando ahora una pose de combate más defensiva—. Si quiero vencerlo debo adaptarme a su velocidad y la única forma de hacerlo... Es hallando un ritmo que contrarreste al suyo.

— ¡Aquí voy, Mollie Grace!

Felipe salió disparado con su sorprendente velocidad, conectando un golpe que Mollie bloqueó, pero inmediatamente dio una voltereta para atacarla por la espalda, seguido de varios puñetazos que fueron hacia el abdomen de la chica con la intención de quitarle el aire. Cuando ella volteó para defenderse de eso, Felipe ya estaba al otro lado dándole puñetazos en la espalda.

Pero por más que él parecía tener la ventaja, escuchó que Mollie contaba en voz baja. Eso le indicó que ella planeaba algo, así que aumentó su velocidad para evitar que ella pudiera concentrarse. La bombardeo con patadas y golpes, para luego agacharse y atacar las piernas de la chica, haciendo que ella perdiera el equilibrio y la estrelló contra el piso con una llave. Acto seguido, la sujetó de la pierna y la arrastró contra el piso hasta estrellarla contra una capa de lodo, cegándola.

Nuevamente la llenó de golpes, cada vez más rápidos y fuertes, Mollie empezaba a acumular el daño hasta el punto de sentir dolor. Se quitó el lodo del rostro, solo para ver como el puño de Felipe, reforzado por una capa de tronco que tomó, se estrelló contra su cara con una gran brutalidad. Sin darle tiempo a reaccionar, el brasileño dio un salto con una patada, justo en el estómago de Mollie, enviándola hasta unas piedras que se derrumbaron y la golpearon.

— ¡No eres digna de tener esa fuerza! ¡Te avergüenzas de ella! ¡Se te ha dado la oportunidad de ser una peleadora, pero sientes miedo de ti misma! —se dispuso a acabar con ella—. ¡TIENES MIEDO DE TI MISMA!

Mollie abrió los ojos, atrapando el brazo de Felipe. Uso la velocidad del chico en su contra, estirando su rodilla para que él no pudiera frenar a tiempo y recibiera un impacto en el estómago.

— Te dije que eras predecible —se río—. Incluso si eres más rápido que yo, hay un patrón en tus movimientos. Tuve que dejarme golpear demasiado, pero confirmé mis sospechas y logré predecir en que momento estirarías el brazo para atraparlo y conectar mi golpe con la mayor fuerza posible.

— Je... Eso es justo... ¡Lo que quería!

— ¡Cuatro brasileños acaban de ser eliminados en una balacera! —anunciaba Shikoba—. Lincoln Loud y los gemelos maravilla eliminaron a cuatro brasileños, ¡Estados Unidos arrasa!

— Bien hecho, chicos —sonrió Mollie.

Imposible, ¿cómo los eliminaron? Se supone que Gia... —miró a Mollie—. Ya no importa, tengo que eliminarla y luego iré por los demás, acumularé puntos y reviviré a mis compañeros. Soy un artista, ¡honraré a mi país!

El chico continuó con sus ataques, pero ahora Mollie lograba bloquearlos todos. Felipe empezaba a desesperarse, usando ataques cada vez más ágiles, pero Mollie se adaptaba a su "danza" y lograba predecir por donde vendrían los ataques.

Fue entonces que el brasileño decidió liberar su ataque más fuerte, agarrando velocidad mediante el terreno. Se impulsaba usando las piedras, los árboles e incluso los troncos sueltos, todo para agarrar el mayor impulso posible y salir disparado como un cometa hacia Mollie con tanta velocidad que, por más que ella supiera por donde vendría el ataque, no lo podría frenar.

Sin embargo, lo que vio hizo que su corazón casi se detuviera: Mollie estaba imitando todo lo que hacía.

— ¡E-Esta agarrando impulso! ¡Ella planea liberar un ataque poderoso también!

Se asustó, pero pronto... Se emocionó.

Sintió la misma pasión que cuando competía en carreras. Solo que ahora no volvería a hacer trampa, no iba a defraudar sus códigos de velocista. Recordó como sus padres lo regañaron por haber cometido fraude, pero también como lo apoyaron cuando pidió la oportunidad de redimirse. Ellos le enseñaron a correr, pero siguió haciéndolo porque los que amaba siempre estaban en las gradas gritando su nombre. Incluso ahora, por más que estuviera alejados, sabía que sus padres gritaban por él.

Así que, sin miedo al resultado, dio un último impulso para encarar a Mollie Grace. La castaña agarró un impulso devastador, su cuerpo no era tan veloz, pero si lo suficientemente denso como para que la velocidad que ya había agarrado la convirtiera en un cohete imparable. Los dos oponentes colisionaron haciendo que el parque entero temblara.

Pero al final, fue el monstruo americano el que ganó la carrera definitiva.

— Guilherme tenía razón... —se río—. Sí que eres toda una mujer...

— Je...

— Vamos, admítelo... Eso fue...

— Divertido —dijeron los dos al mismo tiempo.

— No tengas miedo de lo que eres... Incluso si el origen de tu fuerza no te enorgullece... —sonrió—. Convierte este regalo en algo que mejore vidas, Mollie Grace. Ese es el deber de los fuertes.

Felipe cayó al suelo inconsciente debido al golpe. Y mientras Shikoba anunciaba la eliminación de otro brasileño, Mollie solo podía escuchar una cosa: la voz de ese hombre.

La chica sintió como toda la adrenalina abandonaba su cuerpo y empezó a sentirse extremadamente culpable por haberle dado tan fuerte. Miró sus manos, aterrada de cuanto se había dejado llevar, pese a prometerse a si misma controlarse. Dejó que la emoción de pelear la dominara y se sentía...

Se sentía como ese día, como ese momento en el que casi mataba a su padre a golpes. Cuando casi se convierte...

En un monstruo.

— ¡AL FIN TE ENCUENTRO, MOLLIE GRACE! —exclamó Guilherme.

¡Mal-Maldición! ¡No sé dónde está mi arma! —pensó ella, nerviosa—. Me va a...

— Ahora, quiero que me muestres... —rompió su arma, dejando a Mollie en shock.

Él... ¿Él no vino a eliminarme?

— Muéstrame la fuerza de tu alma —sonrió, conteniendo la emoción en su corazón—. ¡Tú, gloriosa dama!

— Debí quedarme en cama hoy...

— Sé que tú me darás el mejor combate de mi vida —se arrancó el traje de paintball, revelando su ropa de entrenamiento—. ¡Adelante! Si ganas yo mismo me retiraré de esta ronda, ¡pero no pienso dejarte en paz hasta que pelees conmigo!

— Está bien, puedo perder el tiempo con este tipo, Taki ya eliminó a Rebecca y los demás deben ir bien —mostraba calma—. No debo pensar en él... Ya superé eso... Debo pensar en el presente y en porque estoy aquí. Es por mi amiga, es por el arte. No soy un monstruo.

— ¡Empecemos!

— Pelearé con él, luego de eso me reuniré con Taki y...

— ¡TAKI JIMURA HA SIDO ELIMINADO! —gritó Shikoba desde el helicóptero.

El corazón de Mollie por poco estallaba ante esa noticia tan impactante, ¿quién había hecho eso? ¡¿Quién había eliminado al segundo más fuerte?!

La verdad era que, durante la pelea de Mollie y Felipe algo más sucedió. El grupo de Lincoln había tenido una balacera con los brasileños, logrando hacerlos retroceder y consiguiendo los puntos necesarios para canjear los comunicadores.

— 25 puntos —dijo Lincoln, recibiendo un comunicador—. Dale los otros dos a Jordan White y a Taki Jimura.

— No comprendo que estaban haciendo los brasileños —mencionaba Harry, viendo a sus oponentes en el suelo, llenos de balas de pintura—. Nos atacaron de forma muy desorganizada, casi como si tuvieran otra intención oculta, pero Jordan y los demás no sufrieron ningún ataque sorpresa.

— Lo único que lograron fue regalarnos puntos —se río Katya—. Hay que canjear lo mínimo y guardar los demás para revivirnos entre nosotros en caso pase algo feo.

— ¿Jordan? ¿Taki? ¿Alguno me oye? —preguntó Lincoln.

— ¡Linc! —exclamó Jordan—. ¡Escuchamos ruido! ¿Están bien?

— Nos atacaron los brasileños, pero no sufrimos ninguna baja —respondió el peliblanco—. ¿Ustedes?

— Nadie nos ha atacado.

No lo entiendo... Si no atacaron a Jordan, ¿qué estaban haciendo aquí? Dudo que sean tan descuidados —analizaba la situación, pero las acciones de los brasileños eran muy incoherentes—. A menos que...

— Chicos, todo bien aquí —respondió Taki al recibir su comunicador—. Perdí de vista a Mollie, pero debe estar bien, eliminó a su oponente. Solo queda el líder y una más, ¿cierto?

— Sí, una escapó de nosotros, pero será fácil eliminarla ahora que está sola —decía Katya, muy confiada.

— ¡Hey! —exclamó Taki—. ¡Creo que la veo acercarse!

— Es Gía... —señaló Rebecca, muy confundida—. ¿Ella estaba con los demás? Se supone que iría sola a por Jordan White, ¿por qué diablos desobedeció las ordenes?

— La eliminaré —agarró el escudo—. No debería darme problemas, voy a...

Gia, de la forma más fría posible, lanzó una granada a las manos de Rebecca. La chica no supo ni como reaccionar, no cuando se trataba de alguien que supuestamente era su amiga.

El que sí reaccionó fue Taki, quitándole la granada, pero no pudo lanzarla a tiempo y explotó cerca de él, aturdiéndolo. Gia entonces disparó la trampa, activando una red que atrapó al chico. Debido al material tan resistente de la red, liberarse era prácticamente imposible con los recursos que había en el bosque.

— ¡Esa granada pudo romperle los huesos a Rebecca, desgraciada! —gritó Taki.

— La eliminaste, ella no me sirve, ¿para qué protegería a alguien que no me sirve?

— Gia... E-El equipo...

— Los usé como carne de cañón para conseguir puntos suficientes y canjear la granada y la trampa.

— Los... Los vas a revivir, ¿cierto? —la miró a los ojos—. Somos un equipo, somos una familia.

— Ustedes... No son más que herramientas para mí —respondió, mostrando una sonrisa cruel—. Guilherme es un idiota que los guío con una mentalidad estúpida, la verdadera fuerza es aquella que aplasta a los que se meten en tu camino. Ustedes son débiles, son mediocres y yo odio a los mediocres. No voy a revivirlos, usaré los puntos en otra cosa.

— Buena suerte, perra, solo recibirás 10 puntos por eliminarme —se burló Taki.

— La cosa es que... Hasta que una bala no te dé en la zona del pecho, cada bala que impacte en tu cuerpo será un punto para mí —lo miró sádicamente—. Y tú tienes un cuerpo muy grande... Me pregunto cuantas balas pueden impactarte hasta que ya no quede ningún espacio más que la zona de eliminación...

— No... ¡No! —trataba de liberarse, pero era inútil.

— ¡Este no es el espíritu brasileño, Gia! —Rebecca se puso delante de Taki—. ¡No dejaré que hagas esto!

— Siempre me has caído mal... —la golpeó con su arma, rompiéndole la nariz—. Deberías haberte quedado en la calle, pudriéndote.

— Eres una... —soportando el dolor, se mantuvo de pie—. ¡Una deshonra para nuestra nación y para el arte!

— El deshonor se adquiere cuando defraudas a aquello a lo que juraste lealtad, ¿y sabes algo? —se río—. Yo jamás... He sentido amor por ninguno de ustedes ni por ese país de mierda. No puedes decepcionar a quien nunca quisiste enorgullecer en primer lugar. Yo solo peleo por mí, por eso soy la más fuerte... Porque el camino para ser invencible se camina sola.

— ¡MALDITA...! —Gia la golpeó con la pistola otra vez, ahora sí noqueándola.

— En cuanto a ti... —apuntó a Taki—. Espero que te desmayes rápido, no quiero escuchar tus quejidos por demasiado rato.

— ¡Mi equipo te vencerá! ¡Nadie crece solo! ¡Son los lazos los que te convierten en un verdadero artista!

— Adelante, cree en ello con todas tus fuerzas... —quitó el seguro del arma—. Será aun más gracioso cuando yo destruya todas sus creencias.

El cuerpo de Taki fue cubierto de pintura en su totalidad, por más que él era resistente nada eliminaba el brutal dolor en su piel. La madre del chico sufrió un fuerte dolor en su corazón por ver a su hijo en ese estado, conteniendo su fuerte deseo de castigar a esa desalmada mujer.

En total, fueron 100 las balas que Gia Costa gastó en el cuerpo del chico. 100 puntos que podía utilizar en lo que ella quisiera.

La más fuerte, la más solitaria, la artista más ambiciosa de la historia.

— ¡Allí está! —señaló Harry, seguido de Lincoln y su hermana—. ¡Maldita! ¡¿Qué le hiciste a Taki?!

— Dron, ven —ordenó Gia.

— ¿Qué quiere canjear? —preguntó el dron.

— Muéstrame todas las armas y objetos que puedo comprar con 70 puntos.

— ¡Disparen, ya! —gritó Lincoln, abriendo fuego con sus dos compañeros.

— Y en cuanto a los otros 30...

Canjeo al comodín.

...

Jordan había estado quieta desde que el enfrentamiento había comenzado, no soportaba sentirse así de inútil. Peor fue cuando escuchó sobre la eliminación de Taki y no recibir respuesta alguna al llamar a Lincoln con el comunicador. Aún si él le dijo lo contrario, sabía que era por su culpa que Lloyd y Kat debían quedarse atrás cuidándola. Si ella pudiera moverse bien no necesitaría estar vigilada como si fuera una niña.

Eso la llevó a pensar en sus padres. Su papá siempre la trataba como si siguiera teniendo 5 años, no por falta de confianza en ella, si no porque le costaba aceptar que su única hija ya estaba por ser una adulta. En cuanto a su madre, este último mes pudo conectar mejor con ella, dándose cuenta de como se siente estar atrapada en un cumulo de errores del cual ya no puedes hacer más que confrontar.

Ella pensaba... ¿Qué tipo de adulta sería? Siempre se caracterizo por ser la que tomaba la iniciativa, por ser la imprudente que iba adelante sin miedo a nada. Ahora su cuerpo estaba limitado, solo podía caminar detrás de todos, sin poder alcanzarlos nunca. Tal vez ese era su destino, quizás eso es lo que obtenía por pasar toda su vida sin pensar en las consecuencias: un cuerpo que ya no servía para seguir el ritmo de quienes admiraba tanto.

— Los disparos se detuvieron —confirmó Lloyd, temiendo lo peor—. Duró demasiado para ser tres contra uno, no me digas que...

— Parece que ya la eliminaron —Kat elevó la mirada—. Ahí viene el helicóptero, de seguro anunciará que solo queda el capitán brasileño.

— ¡Ha sucedido! —exclamaba Shikoba, sumamente emocionado—. ¡EL COMODÍN HA SIDO INVOCADO!

— ¡¿El comodín?! —exclamaron Kat y Lloyd.

Así que eso pasó... —pensaba Jordan, agarrando su arma con mucha preocupación—. ¡Esa maldita...!

El comodín: Nick Steel.

Graduado como el mejor de su promoción en las fuerzas armadas, eventualmente vetado por comportamientos hostiles y brutalidad hacia sus compañeros. Se describe a si mismo como un cazador que únicamente entró a las fuerzas armadas para aprender más sobre distintos tipos de armas. Se dice se crio en una familia abusiva y canalizó toda su ira en su estilo de combate.

Aceptó ser el comodín del torneo de artistas a cambio de una gran suma de dinero y acceso a una licencia oficial para armas, debido a que le retiraron la que tenía por uso indebido de su pistola. La condición que se le puso fue únicamente utilizar balas de pintura, lo cual aceptó.

Sin embargo, lo que nunca prometió fue contener sus habilidades de cacería. Incluso si las balas no eran letales, él seguía siéndolo.

— Pudieron aceptar su derrota y evitar que me gane más puntos, idiotas —se burló de los tres eliminados—. Gracias a ustedes ahora puedo seguir comprando cosas para aniquilar al resto de su equipo.

— Usar a tu propio equipo para esto... —decía Lincoln, soportando el dolor por haber recibido tantas balas—. No eres más que basura.

— Lo dice el que está aquí mientras Sid Chang se muere —se río—. No estás en posición de juzgarme, Loud. Solo soy una persona que tiene metas y las consigue, así de simple. Yo sé lo que soy, ¿y tú? ¿Cuánto más seguirás jugando a que te importan los demás? Quizás cuando aceptes lo egoísta que eres... Alcanzarás tu verdadero potencial.

— Hazte la edgy todo lo que quieras, tarada —dijo Katya, señalándola—. Pero... Solo exhibes lo insegura que eres. La única cosa que te llevarás hoy será una paliza.

— Hablas demasiado —le disparó una bala de pintura a la cara—. Para no tener a tu vagabunda apestosa protegiéndote actúas muy valiente.

— ¡Katya! —exclamó Harry, yendo a ayudarla a levantarse—. Ya nos eliminó, déjame llevarte a la enfermería.

— Debo estar aquí por si nos reviven... —estaba bastante lastimada, era la más afectada por tantas balas—. Debemos ganar... Debemos...

— Lo hiciste bien, descansa —dijo su hermano, seriamente.

— No hice nada...

— Yo tampoco, esta no era nuestra ronda, solo nos queda apoyar a nuestro equipo y no estorbarles —la cargó en su espalda—. En la siguiente lo haremos mejor, sigue con esa determinación.

— Hermano... —susurró ella—. Aún después de tantas cosas sigues... Tratándome bien...

¡No puede ser que me eliminaran! ¡Darle la banda de capitana a Jordan fue un error! —pensaba el peliblanco, asustado—. Irá por ella y la va a destruir... ¡¿Cómo pude permitir que esto pase?! ¡SE SUPONE QUE YO SOY EL LÍDER DEL GRUPO! ¡SE SUPONE QUE SOY EL MEJOR...!

Se dio cuenta de lo estúpido que fue eso último que pasó por su cabeza.

Perdió por confiado, perdió porque cometió un error como cualquiera. Él no era mejor que nadie, nunca lo fue y jamás lo será porque todos son igual de fuertes. Eso que pensó solo fue una rabieta, él nunca se creería más importante que los demás...

¿Verdad?

— Jordan —agarró su comunicador, él y los gemelos se dirigían a la salida.

— ¡LINCOLN! ¡¿Qué pasó?! —preguntó ella.

— Nos eliminaron a los tres —respondió, haciendo que el grupo de la capitana se pusiera muy nervioso—. Gia ha canjeado al comodín e irá por ustedes, deben reunirse con Mollie, los cuatro son nuestra última esperanza.

— ¿Qué pasó con Taki? —preguntó Lloyd, interviniendo en la llamada.

— Vendrán unos paramédicos a llevárselo, está peor que nosotros —apretó su puño—. Perdón, chicos, no pudimos hacer nada contra el comodín... Es una bestia. No lo enfrenten directamente, no falla ni un solo disparo y si los agarra de cerca no dudará en usar la fuerza física.

— ¡¿Cómo vamos a vencerlo?! —exclamaba Kat, asustada.

— Para vencerlo... Deben darle un tiro en cada uno de los puntos de su traje —reveló Katya—. No jodan que fui la única que leyó las reglas por completo.

— Era demasiado texto, somos artistas, leer nos da flojera —respondió Harry.

— Idiotas... —suspiró—. En resumen, el traje del comodín no está diseñado de esa forma solo por estética. Tiene 5 puntos clave que deben disparar para eliminarlo. Si logran eso no importa cuantos puntos tenga esa puta, no podrá volver a usarlo. Los primeros dos están en sus rodillas, el tercero en su espalda, el cuarto en su pecho y el quinto en su cabeza.

— ¿Solo eso? No suena tan complicado —decía Kat.

— Ignoraré la pendejada que acabas de decir, ¿ok? Es un maldito monstruo de más de dos metros de altura, con una velocidad sorprendente y armado hasta los dientes con todo lo que Gia ha canjeado —explicaba la pelirroja—. Si cometen un solo error los eliminará.

— Necesitamos a Mollie —afirmó Jordan—. ¡Si ella viene podremos resolver esto!

— No, ustedes pueden hacer esto sin ella —dijo Lincoln—. Jordan, tú puedes hacer esto. Los tres tienen habilidades, úsenlas para sorprender a Gia y al comodín. La clave está en ti, Jordan, tú debes ser quien le dispare, eres la más apta para el camuflaje y disparar desde escondites, solo así podrán vencerlo.

— ¿Ósea nosotros seremos la carne de cañón? —preguntó Lloyd, temiendo por su vida.

— Te acostumbras luego de la treintava bala —informó Harry.

— Jordan... —decía el peliblanco con una sonrisa en su rostro—. Sé que puedes hacerlo.

— Yo... —tragó saliva—. E-Está bien... ¡Hay que hacerlo! ¡Tengo un plan que puede funcionar!

— Eso sí da miedo —dijo Kat.

— Te seguiremos —afirmó Lloyd, sonriendo—. Adelante, capitana.

— Ahora esto depende de mí... —miró hacia adelante—. Pero aún así me pregunto... ¡¿QUÉ CARAJO ESTÁS HACIENDO QUE NO VIENES A AYUDAR MALDITA CULONA?!

— ¡Más rápido!

Guilherme aumentaba la velocidad de sus ataques, exhibiendo una agilidad sorprendente para alguien de su peso y tamaño.

— ¡Más fuerte!

El brasileño golpeaba cada vez con más intensidad, en sus brazos se marcaban las venas por el colosal esfuerzo de tratar de derribar a Mollie con cada puñetazo.

— ¡MÁS PASIÓN, MUJER!

Los dos intercambiaban golpes y patadas con tanta ferocidad que los drones hacía ya buen rato que dejaron de enfocar los disparos y se concentraron en grabar cada segundo del combate. Las personas no podían creer que unos supuestos "dibujantes" tuvieran tales capacidades físicas al punto de destruir hasta piedras con sus puños.

Nunca había sentido golpes tan fuertes en toda mi vida, este tipo es un maldito gorila —pensaba Mollie, sintiendo sus brazos temblar por haber bloqueado los golpes de Guilherme—. Y a pesar de eso... ¡No soy capaz de darle ni un solo golpe!

— Vamos, sé que puedes hacerlo mejor —reía—. ¿Ya olvidaste la tacleada que me diste? ¡¿Dónde está esa fuerza?!

— Estaba protegiendo a mi amiga, yo no disfruto de pelear...

— Mentirosa... ¡Vi cuanto disfrutaste pelear con Felipe! A ti te gustan estas cosas, pero te limitas... ¿Por qué?

— Detesto lastimar a otros.

— ¿Crees que me estás lastimando? ¡Mira lo feliz que estoy! ¡Pelear es un arte también! —reclamaba, enojado por la terquedad de la chica—. Hay personas que dedican su vida entera a entrenar y convertirse en luchadores expertos, ¿piensas que lo hacen por maldad? ¡NO! ¡Lo hacen porque ven belleza en alcanzar su máxima capacidad física! Para mi no hay nada que hable mejor de una persona que su físico, si una persona cuida su salud es porque se quiere a si misma, ¡eso debe respetarse!

— Esa es tu forma de ver las cosas, la mía es diferente —bajó la guardia—. No te daré la pelea que tanto has buscado... Lamento decepcionarte, pero no soy tan fuerte...

— Entiendo...

— ¿De veras?

— Si quiero tener mi batalla perfecta no puedo solo esperar que mi oponente se adapte a mis necesidades, yo también debo cooperar y ayudarlo a estar en condiciones de pelear —decía, elevando los puños—. ¡Ya lo he decidido! ¡Te ayudaré a superar tus problemas y luego de eso pelearemos como el destino lo dicta!

— ¡¿TIENES AIRE EN LA CABEZA O QUÉ?!

— Atacaré hasta que te defiendas, y te aviso que un golpe suave no me frenará —salió disparado hacia ella a gran velocidad—. Si quieres detenerme... ¡DEBERÁS GOLPEARME CON TODA TU FUERZA!

La chica solo se reducía a defenderse de los continuos golpes de Guilherme, pues en su mente no se dejaba de repetir ese momento en el que casi mató a su padre con sus propias manos. Todavía podía sentir el ruido que sus nudillos hicieron cada vez que tocaron el rostro del hombre.

Todavía podía sentir todo ese deseo destructivo que la consumió en ese momento y que la hicieron convertirse por unos instantes en la persona que más odiaba en todo el mundo.

Todos se preguntaban cual era la razón por la que Mollie Grace no luchaba. Y las únicas dos personas que lo sabían no estaban aquí ahora para ayudarla. Pero, de todas formas, su cerebro la obligó a retroceder a la charla que tuvo con ellos, en búsqueda de palabras que la reconfortaran.

— Ya no quiero... Pelear nunca más —dijo Mollie, sorprendiendo a Lincoln y Jordan, los tres estaban en el hospital. Esto se dio durante una de las terapias físicas de la chica de ojos verdes.

— Ya no tienes que hacerlo, esto se terminó —dijo Jordan—. Ya todo es normal otra vez.

— Hablo de que... No quiero volver a usar la violencia nunca más, con nadie.

— Creí que habías tomado una decisión, Mollie —intervino Lincoln—. Cuando decidiste no matarlo quedó claro que no eres igual a él.

— Exacto, por eso no volveré a usar mi fuerza —miró al suelo—. Lo mejor es... Alejarme de eso.

— A ti te gusta ser fuerte —dijo Linc, mirándola con una sonrisa—. Puedes mentirle a quien sea, menos a nosotros dos. Abandonar tu fuerza solo por miedo a volverte como él... ¡Eso no es propio de ti! ¡Tú tomas incluso lo peor para convertirlo en algo bueno!

— ¿Para qué rayos voy a seguir ligada a algo que me conecta a él? —se cruzó de brazos—. Yo no debo...

— Que él haya disfrutado lastimar a otros no significa que tú también lo harás —habló Jordan—. Él me hizo esto, uso su fuerza para herirme. Tú usaste tu fuerza para ayudarme, Mollie. Has recibido un don de alguien malo, pero eso no te conecta con él, al contrario, debes usarlo de formas que él jamás habría podido. No puedes ser una mejor versión de ti si no aceptas TODO de ti. Tanto lo bueno como lo malo de tu ser, debes tomarlo todo y usarlo a tu propio estilo, ahí es cuando ves que tipo de persona eres en realidad.

— Me da miedo... —los miró a los dos—. Perder el control y lastimar mucho a alguien.

— Si dudas de tu propio corazón, entonces no eres tan fuerte como Lincoln y yo pensamos —se burló Jordan—. Mollie Grace es débil.

— Quizás lo soy...

— Estúpida eres, débil no —la señaló—. ¡Si tanto te crees capaz de cometer los mismos errores de tu padre, entonces tal vez si eres como él! Y si eres como él... ¡No eres Mollie Grace! ¡Eres una impostora que se robó su rostro y su trasero!

— Creo que la medicina te afectó —dijo Lincoln.

— Cállate idiota —jaló a Mollie de la camiseta—. La Mollie que conozco jamás caería tan bajo, la Mollie que conozco tiene la fortaleza suficiente para ser mejor. Si en serio eres la amiga que tanto quiero no abandonarás esta parte de ti, la tomarás y la convertirás en algo bueno. Porque eso es lo que te define como artista, Mollie, ¡haces arte abstracto! ¡Tú tomas el caos y lo conviertes en algo hermoso! ¡Y si no ves cuan maravillosa eres, la que debe medicarse eres tú!

¿Por qué dices que soy maravillosa?

¿Por qué todos dicen que soy tan buena?

Si yo ni siquiera...

— ¡PELEA, MOLLIE! —gritó el brasileño.

Puedo mirar a los ojos a los demás sin sentir vergüenza de mí misma.

— ¡PELEA!

Quiero sentirme orgullosa de ser yo...

— ¡PELEAAAA!

Quiero liberar todo esto que siento, quiero ser libre de toda esta carga...

Quiero...

— ¡PELEA...!

El golpe fue tan fuerte que mandó a Guilherme a volar. Hasta el equipo médico del torneo quedó en shock al ver algo tan irreal: una chica de 75kg había derribado a un tipo de casi 120kg.

— ¡QUIERO GOZAR UN COMBATE CON MI MÁXIMA FUERZA! ¡ESO ES LO QUE DESEO! —gritó ella, desbordando una sonrisa de satisfacción por haber soltado un golpe tan fuerte.

Esa era la verdad de Mollie Grace.

Desde que supo cual era la maldición que su padre le dejó, tuvo que contenerse para no dañar a nadie. Y aunque salió adelante como artista, mujer y muchas cosas más, nunca pudo desahogarse de verdad.

Nunca pudo experimentar lo que es liberar todo de ti en forma del otro arte que siempre amó en secreto: las peleas.

¡Me excedí! —pensó ella, entrando en pánico al ver que Guilherme no reaccionaba—. ¡NO PUEDE SER...! ¡YO SOY...!

— ¡PERFECTA! —gritó él, limpiándose la sangre de la nariz—. ¡ERES PERFECTA!

Él... ¿Aguantó eso? —pensaba, impactada.

— Lo sientes también, ¿verdad?

— ¿Ah?

— Sientes también... ¡Las cadenas soltando nuestras alas!

En toda su vida Guilherme nunca pudo dar un golpe serio, incluso con los sujetos más feroces de los barrios brasileños tenía que contenerse para no matarlos. Era feliz protegiendo su hogar, a su madre, a sus amigos, pero...

Él creía que los humanos no pueden vivir satisfechos solo con un corazón lleno, también debían satisfacer a sus almas. Para él, el corazón contenía los sueños bondadosos, nuestros ideales que creamos para ayudar a otros solo por el bien común. Y el alma, por su parte, contenía las fantasías egoístas, los sueños que a menudo ignoramos porque sentimos que los demás importan más que nosotros. Por muchos años Guilherme ignoró su alma y escuchó a su corazón.

Pero un día ya no pudo más. Cuando ya no quedaban rivales por vencer, finalmente su alma colapsó debido al hambre que sentía por ser ignorada tanto tiempo. Se sintió triste, vació, apagado, sin pasión.

— Mamá... ¿Por qué no puedo dejar de pensar en esto? —se sentía devastado—. ¿Cómo puedo ser tan egoísta? Esta gente me necesita todavía, incluso si las bandas se han reducido considerablemente... ¡¿Cómo es que mi alma se atreve a decirme que importo más que mi gente?!

— Una vez tu padre pasó por algo similar... —le contaba ella—. Tus abuelos querían que él estudiara derecho y se fuera de este país a conseguir algo mejor, pero tu padre tenía un capricho y abandonó todo por ese sueño egoísta.

— ¡¿Ah?!

— Incluso después de que tus abuelos le pagaron la mitad de la carrera, él insistió que solo si seguía ese sueño sería feliz. Ellos lo hicieron elegir entre ser agradecido por todo lo que invirtieron en él, convirtiéndose en abogado... O ser desheredado por completo solo por una absurda fantasía.

— Pero papá... Solo trabajaba, nunca lo vi hacer nada más que eso, trabajar para nosotros —apretó sus puños—. Él... ¿Él no cumplió sus sueños para poder trabajar y mantenernos?

— Hijo... —lo abrazó—. El sueño de tu padre... Fue abandonar todo para iniciar una vida conmigo.

— Él...

— Él escuchó lo que su alma ansiaba —sonrió—. Y lo que su alma quería era criar al niño que crecía en el vientre de su novia. No hubo un solo instante en el que tu padre no fue feliz por tenerte a su lado, hijo. Está bien pensar en los deseos de otros, pero cuando nuestra alma nos dice que ya ha llegado la hora de oírla... Es porque has encontrado lo que te completará.

— Mamá...

— Busca a tu rival soñado, hijo, escucha tu alma —le dio un beso en la frente, aunque él tuvo que agacharse para que ella llegara—. Y luego vuelve a casa a contarme que tal te fue. Eres fuerte, has hecho felices ya a muchos aquí, ahora es momento... De que tú seas feliz.

— Gra... —lloró por las palabras de su madre—. ¡GRACIAS, MADRE!

La mujer brasileña no pudo evitar derramar lágrimas al ver la sonrisa que su hijo puso tras recibir el golpe de Mollie.

Esa sonrisa era similar a la que puso su esposo el día que se sacaron.

Y era exactamente la misma que su esposo puso el día que cargó a Guilherme por primera vez: la sonrisa de un hombre feliz por estar vivo.

— Te da miedo perder el control, has guardado mucha mierda en tu alma porque piensas que así será más fácil vivir, pero no... ¡Claro que no! —exclamó, señalándola—. Si pasas toda tu vida negando lo que de verdad quieres, ¡serás infeliz para siempre! ¡Solo alcanzamos nuestra mejor versión cuando aceptamos cada capa de nosotros! ¡SOLO ASÍ NOS LIBERAMOS DE LAS CADENAS Y SOMOS LIBRES!

Guilherme Oliveira... Tú de verdad...

— ¡Aquí y ahora, Mollie Grace! ¡LIBERA TODO LO QUE SIENTES USANDO TUS PUÑOS! —gritaba, jamás se había sentido tan contento—. ¡Ya no silencies tu alma! ¡Yo soportaré todo lo que tengas! ¡No te contengas! ¡SUELTA TODO TU PODER! ¡SIENTETE ORGULLOSA DE SER QUIEN ERES!

— ¡ESTÁS TOTALMENTE DEMENTE SI PIENSAS QUE RESISTIRÁS MIS GOLPES! —gritó, riéndose.

— ¡Y TÚ ESTÁS LOCA SI CREES QUE PODRÁS DERRIBARME!

— ¡¿ESO ES UN RETO?! —gritaba ella, sintiendo la adrenalina aumentando en su cuerpo—. ¡TÚ LO PEDISTE!

— ¡VEN! ¡VEEEN!

— ¡PELEEMOS CON TODO LO QUE TENEMOS! —proclamaron los dos al mismo tiempo.

Menos de dos meses han pasado desde que Mollie Grace despertó su verdadero potencial, en ese tiempo su crecimiento ha sido fuera de cualquier límite humano antes visto.

Guilherme Oliveira estaba fascinado.

Fascinado ante el poder de la mujer más poderosa del mundo.

"Él es un jodido tanque..."

"Su velocidad sigue aumentando..."

"Golpearlo me duele..."

"Es como luchar con un rinoceronte..."

"Pero ahora..."

"Justo ahora yo..."

"¡ME SIENTO TAN BIEN!"

La pelea hizo que el público se olvidara por completo de que era un torneo entre artistas, pero hizo que los expertos en este despliegue de habilidades derramaran lágrimas por poder contemplar una pelea tan perfecta.

Los dibujantes estaban asombrados, los artistas marciales... ¡Conmovidos!

Y en cuanto a los otros países de los octavos de final, por muy diferente que eran entre sí, todos, sin excepción, pensaron lo mismo: "Gracias a Dios que no nos enfrentamos a ellos".

Guilherme arremetió con puñetazos veloces, Mollie contestó con una llave que el brasileño reconoció de inmediato, era de Felipe. Le bastó una sola lucha para aprender la táctica de su anterior rival, eso no hizo más que llenar de éxtasis a Oliveira.

Usando sus muslos, Mollie se aferró al colosal brazo de Guilherme y giró con tanta fuerza que logró hacerlo caer y estrellarse contra la tierra. Acto seguido, lo agarró por las piernas y, dejando a todos boquiabiertos, lo arrastró como si estuviera cargando una jodida bola de papel y no a un tipo de casi dos metros. Lo arrastró por los árboles, estrellándolo contra varios para luego terminar de destrozar las expectativas de todos al lanzarlo hacia una pequeña laguna.

Él emergió del agua, atrapándola. Los dos, pese a estar mojados, siguieron atacándose con tanta ferocidad que todos pensaban que no se detendrían hasta que alguno de los dos muriera.

Sin embargo, lo que vieron fue a dos adolescentes riendo a carcajadas mientras se lanzaban puñetazos que romperían los huesos de cualquier persona normal.

"Soy tan feliz..."

"Estoy tan contenta..."

"Por fin... ¡Esto es lo que siempre quise!"

"Esta es mi fuerza, no de él ni de nadie más, es mía y la usaré para proteger a otros y... ¡Y para divertirme!"

"Estoy feliz de..."

"Me alegra..."

— ¡HABERTE RETADO A UN COMBATE! —gritaron los dos.

Los puños de los dos chocaron, haciendo que hasta el agua se moviera. Incluso con todo el dolor que eso les provocó, se miraron con un enorme respeto y gratitud.

"Mollie Grace..."

"Guilherme Oliveira..."

El siguiente choque de ataques iba a terminar con todo.

"Incluso si llegan más rivales a mi vida..."

"Aún si vivo mil años..."

Guilherme lanzó el puñetazo final hacia Mollie, pero ella no lo esquivó, si no que lo recibió en la cara. Él estaba confundido, hasta que sintió la pierna de Mollie conectando en su abdomen. La fuerza que él utilizó en su golpe fue utilizada por la chica para que la patada tuviera un impulso extra, el cual fue suficiente para dejar sin aire al chico.

"Yo juro por mi vida que..."

"Te prometo por todo lo que tengo que..."

Ella acumuló toda su fuerza en su brazo derecho y, lentamente, acercó su mano al pecho del muchacho. Él pudo intentar esquivarlo o defenderse, pero aceptó que fue superado.

"Nunca te olvidaré"

El brasileño cayó derrotado, estaba muy lastimado, pero lo único que salía de su garganta eran risas de felicidad genuina.

Entonces uso sus últimas fuerzas para levantarse y apreciarla bien antes de caer inconsciente, mirando el ángel destructor que yacía en medio del agua.

El ángel que ya no estaba avergonzada de sus alas.

— Mollie Grace... —se río—. ¿Cómo te sientes ahora?

— Yo...

— ¡NUNCA ME HABÍA SENTIDO MEJOR!

— Gracias...

— Gracias a ti —vio que Guilherme le arrojó el arma de paintball—. Tú...

— Creo que Gia ha hecho una estupidez. Por favor... Derrótala, ella no representa a Brasil como se lo merece.

— Lo haré... —agarró el arma, disparando justo en la zona de eliminación del chico—. Descansa, grandulón.

— Lo haré, y lo haré tranquilo porque el mundo del arte está en buenas manos...

"Salva el arte, Mollie Grace"

Ahora completamente segura de sus habilidades, la mujer se dirigía a eliminar a aquella que traicionó los ideales de sus compañeros.

Lo que había en Mollie era fuerza bruta preparada para ser liberada.

Ahora no con odio, si no con el deseo de honrar su propio deseo: proteger los sueños de todos.

...

Tras el anuncio de Shikoba sobre la eliminación de Guilherme, Gia supo que debía tomarse esto en serio, ya que ahora Mollie la iba a cazar. Pese a tener el comodín, sabía que si esa chica pudo eliminar a su líder tenía la destreza para acabar con ella y su "acompañante".

Sin embargo, no tuvo tiempo suficiente para idear una estrategia para vencer a esa mujer, ya que otra la acababa de disparar desde un arbusto. De inmediato utilizó el escudo que canjeo, y le avisó al comodín que estuviera atento.

Esto era un ataque sorpresa por parte de Estados Unidos.

Son la capitana y sus dos defensas, es imposible que Mollie esté aquí tan pronto —se río—. Si los cuatro atacaran juntos me darían problemas, pero sin ella... Los voy a destrozar.

— Así que tú eres Gia —hablo Jordan desde su escondite—. Oí cosas sobre ti, pero no sé si sean ciertas, parece que engañar es tu especialidad.

— Creí que una de las características principales de un artista es conocerse tan bien que sabes a la perfección que deseas, ¿puedes culparme por hacer esto? —buscaba el origen de la voz—. Guilherme y los demás no vinieron a ganar, yo sí.

— Desde mi perspectiva solo estás perdiendo.

— Tú valoras a los demás, yo no —ordenó al comodín que rastreara la fuente de calor más cercana con su visor—. Están los que se hacen fuertes con ayuda de otros y estamos los que nos hicimos fuertes solos. Cada cosa en mi vida me la gané por mi propia cuenta, nunca he dependido de otros.

— Buena forma de decir que no tienes amigos.

— Guilherme cree que el alma nos define, en cierto modo pienso igual —explicaba, mientras veía al comodín detectando algo, indicándole que atacara—. Si tu alma quiere algo yo pienso que debes escucharla. Vivo para mi misma, satisfaciendo mis propias ambiciones. Si alguien se atraviesa en mi camino lo quito. Para ti y tus amigos ser fuerte es cuidar a otros, para mi ser fuerte es poder tomar lo que quieras sin que nadie te pueda detener. Eso es lo entretenido del mundo, ¿no? Todos pensamos diferente.

— Sí, pero hay una diferencia entre la libertad de expresión y ser bien estúpida.

— Eres muy molesta, debieron romperte la boca en lugar de la espalda —vio que el comodín apuntó hacia un árbol.

— Y a ti debieron quererte tus padres, tal vez así no serías una amargada.

— Suficiente... ¡DI ADIÓS! —ordenó que el comodín disparara.

— ¡SORPRESA!

Kat se lanzó desde el árbol, agarrando desprevenido al ex militar. La chica cayó encima de él y, contra toda predicción que Gia hizo sobre que estrategia usarían, Kat reveló estar descalza, pues se quitó las medias para ponerlas dentro de la máscara del comodín.

— Y yo creí que el veneno de los gemelos era potente —comentó Shikoba, sintiendo lástima por el ex militar que tosía por el gas tóxico.

— ¡Así que fue eso! —exclamó Gia al ver el comunicador en el cinturón de Kat—. ¡Jordan sigue escondida y uso su voz para atraernos!

— ¡Ahora o nunca! —avisó Kat.

El joven ruso emergió desde un tronco, abriendo fuego contra Gia y el comodín. Sabían que si el gigante se recuperaba no tendrían oportunidad, esta era la última posibilidad de eliminar a la brasileña.

Gia sacó su escudo y lanzó granadas de pintura para alejar a Lloyd, pero recibió una bala de pintura en la cabeza. Jordan estaba en los árboles, sabía que su movilidad en tierra firme era limitada, así que lo mejor era permanecer en la altura.

Kat se unió a la balacera, logrando acertarle varios disparos al comodín, pero este pronto reveló tener un escudo propio, protegiendo sus zonas de eliminación.

— ¡Quítate las medias de encima, imbécil!

— ¡Canjeo puntos! —gritó Jordan, recibiendo un arma más grande y con más alcance—. Veamos si esto es de tu talla.

— ¡Carajo! —se protegió con el escudo, pero esa arma era la más potente del juego, destrozando su defensa—. Ok, es hora de usar mis juguetes.

— ¡Cúbranse! —gritó Lloyd.

— ¡70 puntos bien invertidos en armas! —reía Gia, revelando que el comodín cargaba con decenas de objetos—. ¡A divertirnos!

La chica inició con una masacre al parque. Lanzaba granadas de pintura manchando la vegetación, usaba varias armas que conectaban balas en los cuerpos de Lloyd y Kat, incluso bombas de humo para cegarlos y acercarse.

Jordan fue la encargada de protegerlos mientras estaban tan expuestos, logrando acertarle varios tiros a Gia, obteniendo puntos. Pero la brasileña resistía muy bien las balas de esa pesada arma, casi como si no sintiera nada: Jordan entendió que, si dejaba solo por un instante que esa loca la tocara, su espalda no sería lo único irreparable.

— ¡El humo se disipó! —señaló Kat, disparando hacia Gia, pero esta protegió su zona de eliminación con sus propios brazos—. ¡Maldición! ¡¿Qué les dan de comer a estos tipos?!

— Cúbreme —pidió Lloyd, revelando que tenía una granada de pintura—. Si la detono lo suficientemente cerca ni sus brazos la protegerán. Y, si en todo caso soporta la explosión, estará aturdida y podrán eliminarla.

— No soportarás la explosión, amigo —miró al ruso—. No quiero... Arriesgarte.

— Y yo no quiero decepcionar a nuestro equipo. Esto no es nada comparado al dolor de fallarles —dijo determinado—. Además, comparado a todo lo que mis padres me hicieron... Esto es simple. Ellos no eran mi familia, ustedes sí lo son, chicos. Y por ustedes... ¡soportaré lo que sea!

— Creo que alguien intenta hacerse el héroe —río Gia al ver a Lloyd acercándose.

— ¡No te distraigas! —Kat abrió fuego, forzando a la brasileña a protegerse.

— ¡Lloyd! —gritó Jordan, pero al ver lo que iba a hacer no le quedó de otra que apoyar—. ¡Maldito loco! ¡Te golpearé por ser tan imprudente cuanto esto termine!

— ¡¿Creen que una táctica kamikaze me vencerá?! —eligió soportar el dolor de tantos disparos, lanzándose sobre Lloyd para arrebatarle la granada—. ¡Eres mío!

— ¡LLOYD! —gritaron las dos chicas.

— ¡Escudos múltiples! —a gran velocidad, Gia se cubrió a ella y al ruso con varios escudos, encerrándose para poder eliminarlo a solas—. ¡Explota todo lo que quieras! ¡No vas a...!

La brasileña vio que la granada que Lloyd tenía ya no tenía el seguro y, a juzgar por el tiempo que le tomó encerrarse con él ya debería haber explotado. Fue entonces que sintió una pistola apuntándole justo en la zona de eliminación.

— ¿En serio creías que haría algo tan arriesgado? —se río—. Este siempre fue nuestro plan. Jamás podríamos eliminarte de lejos, así que después de debilitar al comodín el plan era hacerte creer que yo explotaría y así te me acercarías para detenerme...

Canjeo la pistola pequeña, pensaba que era inútil, pero la puedes esconder fácilmente en tu cinturón y que nadie la note —pensaba, sorprendida por esa táctica.

— Sí, es un plan bizarro, ¿pero que no somos artistas? ¡Nuestro trabajo es ser impredecibles! —quitó el seguro—. ¡HASTA AQUÍ LLEGASTE!

— Eres listo, pero...

El sonido del seguro de una granada provocó que Lloyd se congelara por completo.

Una granada de pintura tarda 8 segundos en activarse, soltando el seguro justo 1 segundo antes de explotar, incluso si ella lo hiciera ahora mismo el chico alcanzaría a eliminarla antes de que estallara: lo que significaba que esa granada fue activada cuando ambos se encerraron en los escudos.

— Tu noviecita no lo es —reveló tener el comunicador de Taki.

Jordan había dejado el comunicador encendido, por lo que Gia escuchó todo el plan que hicieron. Así que cuando Lloyd corrió hacia ella, activó la granada para que explotara justo cuando se encerraran.

El chico jaló el gatillo, pero un instante antes de que la bala saliera, la granada de pintura explotó destruyendo el conjunto de escudos y enviándolos a ambos varios metros hasta chocar con árboles.

Kat y Jordan quedaron en shock al ver el resultado del combate. Lloyd estaba malherido, recibió la explosión demasiado cerca y se había golpeado el cuerpo con el árbol.

— Qué... ¿Qué pasó? —preguntó Jordan, confundida.

— El comunicador siempre está encendido, enana —reveló Gia, haciendo que Jordan comprobara y, en efecto, el comunicador no se había apagado—. Estas cosas están hechas por mano de obra barata, las conozco porque son las que usaban varias pandillas en mi país. Tienen el defecto de nunca apagarse, así que las dejaron de usar por lo contraproducente que eran. Pero claro, los inversionistas prefirieron abaratar costos en vez de darnos algo de calidad.

— ¡LLOYD! —gritó Jordan, yendo a ver como estaba—. ¡Resiste! ¡Los paramédicos ya deben estar en camino!

— La explosión le dio en la zona de eliminación, ¡entonces Gia...! —vio que ella tenía su zona limpia—. ¡¿Q-QUÉ?! ¡¿CÓMO ES QUE...?!

— Cubrí mi zona de eliminación con un papel transparente —mostró el papel manchado de pintura—. Ahora entiendo porque costó tantos puntos, vaya que fue muy útil.

— Jordan... Kat... —decía Lloyd—. Hu-Huyan...

— Lo siento... ¡Esto fue mi culpa! —Jordan lo abrazó—. ¡NO DEBÍ CREER QUE ESTABA LISTA PARA LIDERAR ALGO! ¡YO NUNCA HE SIDO IMPORTANTE! ¡NO DEBERÍA ESTAR AQUÍ, ESTORBANDO!

— Si jamás hubieras empezado a dibujar... Jamás te habría conocido y... —la miró a los ojos—. Y jamás habría podido escuchar tus bromas tan tontas... Las únicas bromas que de verdad me hicieron reír.

— ¡Eso no es nada! ¡Solo soy una payasada! ¡No soy especial para competir! ¡Soy una inútil!

— Aún ahora, Jordan... Verte me da esperanza —acarició el rostro de la chica—. Lo que te hace especial para este equipo... Es tu espíritu. Incluso después de tener tantas razones para ser cruel, siempre nos recibías con una sonrisa. Yo no sonrió mucho, ni siquiera quería ver mi rostro al espejo, pero desde que te conocí... Me siento alegre de estar aquí. Eso es lo que te hace especial, tu forma de ser nos da ánimos, nos hace felices. En un mundo que cada está más apagado... Tú le das color a nuestras vidas.

El chico se desmayó por sus heridas.

Jordan no podía hacer nada más que odiarse por haber sido tan estúpida e ingenua.

— Admito que la explosión me lastimó, pero aún puedo luchar —apuntó a las dos—. ¿Y qué hay de ustedes?

— Jordan, encuentra a Mollie —dijo Kat, poniéndose en frente.

— ¡Pe-Pero...!

— ¡Ustedes dos son la última esperanza del equipo! —gritó—. ¡Tú eres importante y no por tener la banda de capitana! ¡Siempre has sido importante! Eres la mejor amiga de Lincoln, una buena persona, ¡no te des por vencida! ¡Aún puedes pelear!

— Kat...

— ¡Encuentra a Mollie y terminen con esto! ¡Les daré tiempo!

— ¡O-Ok! —abrazó a Lloyd una última vez—. Los paramédicos vendrán por ti, te prometo que estarás bien...

La chica abandonó el campo de batalla para buscar a su compañera, corriendo lo más rápido que su cuerpo le permitía.

Kat, por su parte, vio como el comodín se acercaba para ayudar a Gia.

— ¿Qué puede hacer alguien como tú contra mí?

— A ti no te querían tus viejos, ¿cierto? —se río—. Yo también crecí bastante sola, pensé que mi soledad era suficiente, pero cuando me uní a este grupo... Entendí que solo puedes crecer de verdad si tienes a gente que te amaba incluso en tu peor momento.

— No me interesa tu vida, solo te diré que un baño no te caería mal.

— De vagabunda a otra... —lanzó su arma lejos—. ¿Qué tal si vemos cual de las dos sobrevive mejor?

— Yo no soy Guilherme, jamás aceptaría una pelea solo por satisfacción... —sonrió—. ¡Pero admito que golpearte entre los dos será muy divertido!

— Los débiles pelean en grupo —se burló de ella.

— Y los idiotas siempre pierden —arremetió contra Kat, acompañada del comodín.

— ¡Yo puedo con esto! —vio al tipo de más de 2 metros y a la mujer más musculosa del lugar acercándose a ella—. ¡NO, ESPEREN! ¡¿POR QUÉ MIERDA ME QUEDÉ?! ¡DEBÍ HUIR CON JORDAN! ¡ESTO FUE UNA TERRIBLE IDEA! ¡PUTA MADR...!

La pequeña joven llegó hasta una gran laguna, refugiándose entre unos troncos, cabía perfectamente ahí. Ya no podía seguir corriendo, simplemente ya no podía hacer nada.

Se sentía devastada, derrotada, mal consigo misma... ¿Por qué siguió pensando que estaba al nivel de los demás? Ya no podía, ya jamás los alcanzaría.

Y su silenciosa tristeza fue interrumpida por unos pasos que se oían cada vez más cerca.

¡No puede ser! ¡Me encontraron! ¡¿Qué voy a...?!

— Pareces una niña jugando a las escondidas —dijo Mollie, asomándose entre los troncos para verla.

— ¡MOLLIE! —gritó ella—. ¡E-Estás...! ¿Estás bien? Te ves... Diferente...

— Me siento diferente, en el buen sentido —sonreía, estaba muy confiada—. Pero tú también estás rara, solo que en el mal sentido.

— ¡Kat y Lloyd han sido eliminados por mi culpa! ¡No sabía que el comunicador estaba encendido! —rápidamente lo sacó de su cinturón y lo lanzó al agua—. ¡SOY UNA IDIOTA! ¡NO DEBÍ METERME AL TORNEO!

— ¿Y ya? ¿Cometiste un error y ya te das por vencida?

— Todos me tienen demasiada fe... ¡¿Qué no ven que ya jamás podré ser la misma?! —golpeó el piso, llena de impotencia—. ¡MI ESPALDA ESTÁ JODIDA PARA SIEMPRE! ¡NUNCA PODRÉ VOLVER A SER ÚTIL FÍSICAMENTE! ¡NO SOY MÁS QUE UN ESTORBO AHORA!

— No sabía que la gente te amaba por tu espalda.

— Yo nunca fue importante en el grupo, pero al menos no los retrasaba. Ahora... Ahora solo estoy aquí porque soy su amiga, no por merecerlo realmente. Tantas personas podrían reemplazarme...

— Hay miles de millones de espaldas funcionales, pero ninguna es la tuya —se agachó para hablar mejor con ella—. Tu espalda no era especial por ser ágil, lo era porque pasaste años cargando con la responsabilidad de ser la que mantenía alegre a todos. Si Lincoln soportó tantos años sus penas fue por ti, porque tienes un don para iluminar las vidas de otros.

— Eso me dijo Lloyd, pero... ¿Y si solo soy una broma? ¿Y si solo sirvo para eso? Para hacer reír y... Para nada más...

— Yo te odiaba en primaria.

— ¡¿DISCULPA?!

— Eras muy toca pelotas.

— ¡No ayudas!

— Pero cuando empecé a conocerte... Sentí envidia.

— ¿E-Envidia? ¡¿DE Mí?!

— Tú eres... —sonrió—. La persona más fuerte que conozco.

— Mollie...

— Lo de tu madre, lo de Lincoln, lo de Sid, tu espalda, el torneo... Nunca dejaste que nada te detuviera de despertar con deseos de tener un buen día.

— Pero no puedo ser feliz siempre...

— No se trata de que sonrías todo el tiempo, se trata de que cada vez que lo haces... ¡Nos motivas a nosotros a hacerlo también! —exclamó, alegremente—. Ese es tu papel en este equipo, ¡motivarnos a hallarle lo divertido a la vida! Y sin ti...

— Este mundo no tendría color —recordó las palabras de Lloyd.

Pensó en todos los lazos que formó con los años. Incluso en los peores momentos ella siempre halló algo con lo que reír, con lo que divertirse.

Porque cuando el mundo se apaga, solo los fuertes podrán pintarlo otra vez. Dolor, miedo, ira, pero también felicidad, risas y paciencia. Todo eso es usado en tu pincel para formar tu obra maestra.

Porque un dibujo es más bello cuando está lleno de colores, incluso los que no te gustan. Si sabes usarlos, creas algo bueno.

— No quiero... No quiero rendirme, Mollie... ¡YO QUIERO GANARLE A ESA PUTA!

— Entonces ganemos, amiga —ofreció su mano.

— ¡Sí! —se dieron la mano, decididas a vencer—. ¡Hay que hacerlo!

— ¿Cómo hacemos esto? Normalmente Lincoln planea todo...

— Tengo una idea —sonrió—. Y esta vez nadie explotará.

— Que.

Gia y el comodín llegaron a la laguna, el ex militar había rastreado los pasos de Jordan. Para sorpresa de ambos, la enana estaba sentada en medio de una piedra, justo en el centro del lago, esperando.

— Hasta que llegan los novios.

— Te trajimos algo —Gia reveló que el comodín cargaba a Kat, la chica estaba bastante lastimada.

— Malditos...

— La usamos como fuente de puntos igual que Taki —disparó a la zona de eliminación de Kat, la chica ni reaccionó, ya estaba inconsciente—. Conseguí suficientes para esto... ¡Quiero canjear!

— ¿Qué desea? —preguntó el dron.

— Ametralladora.

Varios drones bajaron una gran caja, la chica la rompió con sus propias manos, agarrando la colosal arma que estaba adentro.

— ¿Tantas molestias solo por mí? —se río—. Wow, sí que estás asustada.

— Sé lo que tratas de hacer, en esa laguna debe haber alguna trampa —empezó a encender la ametralladora—. Desde aquí te pulverizaré.

— Si fuera tú me acercaría al agua...

— ¿Y eso por qué?

— A Mollie no le gusta mojarse.

Inmediatamente la chica liberó la ametralladora contra los árboles, aterrada solo de pensar que Mollie Grace podía estar escondida allí. Sin embargo, cuando se percató del engaño ya era muy tarde, incluso el comodín reaccionó primero que ella.

Jordan jaló con fuerza unas cuerdas, activando granadas que había ocultado en el suelo.

La explosión separó a los dos. Rápidamente, Gia apuntó la ametralladora hacia Jordan, quien se cubrió con la piedra mientras preparaba su arma para devolver el fuego.

— ¡RODEA Y ACABA CON ELLA! —ordenó al comodín.

— ¡Ahí viene! —Jordan vio al colosal hombre acercarse, así que disparó hacia el agua, relevando que había más granadas allí.

— ¡Inútil! —ella esquivaba las granadas, nuevamente disparando con la ametralladora.

— ¡Vamos, espalda! ¡Aguanta! —Jordan saltó desde la piedra justo cuando la ametralladora debía recargar, dándole tiempo a disparar hacia Gia, pero esta fue protegida por el comodín. En cuanto aterrizó, lanzó una granada hacia el agua, la cual explotó cegando brevemente a los dos.

— ¡Tu espalda no soportará ese ritmo, Jordan White! —no lograba verla.

— ¡Mío! —le robó las granadas de humo a Gia, lanzándolas sobre ambos.

¡¿Qué trata de hacer?! ¡Solo se cansará y quedará paralizada!

— ¡Revivo a Kat! —exclamó Jordan.

— ¡¿ESTÁ DESPIERTA?! —volteó a ver a Kat, descubriendo que era un engaño, la chica seguía inconsciente—. ¡Quiere enloquecerme! ¡COMODÍN! ¡ENCUENTRALA!

— ¡Ja! —Jordan logró esquivar un puñetazo del comodín, pese al humo el tipo supo donde ella estaba gracias a su detector de calor, pero la chica se trepó a su brazo y disparó con una pistola pequeña en la máscara del hombre, cegándolo con la pintura—. ¡Vamos! ¡¿No pueden contra una enana?!

Está forzando su cuerpo, máximo le quedarán 10 segundos antes de colapsar —pensaba, viendo como Jordan se movía con dificultad—. ¡Debo eliminarla!

— ¡Intenta darme! —se deslizó por el barro, esquivando las balas de pintura. Cuando Gia logró darle algunas, la chica soportó el dolor y reveló un escudo, con el que aguantó hasta que finalmente se rompió, pero fue suficiente para forzar a la ametralladora a recargar.

— ¡Ya te tengo, enana!

— ¡Aún no! —jaló otra cuerda, esta apretó el gatillo de un arma que estaba escondida detrás de Gia, dándole un balazo en la espalda—. ¡A ver si ahora te ríes!

— ¡MALDITA RATA! —gritó—. ¡COMODÍN! ¡HAZ ALGO!

— ¡AAAHHH! —gritó el hombre, golpeando el suelo con tanta fuerza que hizo temblar la laguna, haciendo que Jordan se tropezara por la fragilidad de su cuerpo.

— ¡A ella! —conectó una patada en el estomago de la chica, luego la levantó y la lanzó hacia el comodín.

Entre los dos usaron a Jordan como una pelota, pasándosela mutuamente para jugar con ella hasta dejarla bastante lastimada. Justo cuando la ametralladora iba a ser usada, la enana reveló una última granada de humo, logrando separarse de ellos.

Jordan uso sus últimas energías para llegar hasta unos escombros muy altos, tratando de huir.

Pero fue alcanzada por los dos, ya no tenía a donde ir.

— Tu espalda llegó a su límite, rata —se río de ella, apuntándole con la ametralladora—. A ver si te gusta pasar tus últimos días en una silla de ruedas.

— Ahora...

— ¿Ahora? —preguntó Gia.

— Ahora, Mollie.

La castaña saltó desde los escombros, cayendo encima de los dos. Cuando pensaban que se trataba de un ataque sorpresa sin más, vieron que la chica tenía varias granadas en sus manos sin el seguro.

Mollie los empujó con toda su fuerza, dejando las granadas pegadas a su pecho con lodo.

La explosión de pintura los lastimó bastante, pero Gia protegió a toda costa su zona de eliminación y el comodín solo perdió las zonas de sus rodillas, aún le quedaban tres antes de perder.

— Ustedes... ¡No pueden vencerme! ¡He sacrificado demasiado para obtener esto! —gritaba Gia—. ¡Seré yo quien controle la academia! ¡NADIE MÁS! ¡Aplastaré a quien se me interponga!

— Justo por eso perderás. Pasaste tanto tiempo eliminando a quienes querían ayudarte que ahora... No hay nadie que te cuide la espalda —dijo Mollie, preparándose para pelear, mientras Jordan revelaba tener más trampas escondidas.

— ¡¿De verdad piensas que puedes contra los dos?! —miró a Mollie.

— Sí, estoy segura.

Maldito Guilherme... ¡HAS CREADO UNA BESTIA IMPARABLE!

— Jordan...

— Después de ti, Mollie.

— ¡ACABEMOS CON ESTO! —gritaron las tres mujeres.

Mollie libró una batalla mano a mano contra Gia y el comodín, puesto que los dos perdieron sus armas por la explosión. A pesar del poder de la castaña, el ex militar seguía teniendo una armadura que lo protegía muy bien de los golpes de Mollie.

Allí es donde Jordan actuaba. La chica convirtió la zona en su patio de juegos, había robado los objetos de la brasileña y ahora los empleaba para molestarlos y evitar que atacaran a Mollie con comodidad.

Mollie hacía lo que mejor se le daba: patear traseros. Y Jordan hacía lo que mejor se le daba: joder.

— ¡Vamos, chicas! —gritó Harry, mirando el combate.

— ¡Ustedes pueden! —exclamó Alexander, viendo todo por su teléfono.

— ¡Esas son mis estudiantes! —celebraba Astrid.

— ¡Nada puede detenerlas cuando están juntas! —proclamaba Lincoln.

— ¡PORQUE ELLAS...!

"¡Son las mujeres más fuertes del mundo!"

Mollie conectó un golpe en la máscara del comodín, destrozándola. Se la arrebató y la uso para lesionarle las manos, haciendo así que el colosal hombre gritara de dolor. Gia se abalanzó sobre la mujer, incluso clavándole las uñas en el cuerpo con tal de derribarla.

Pero, de la forma más cómica tomando en cuenta el contexto, Mollie la agarró de la cola de cabello y la arrastró por toda la laguna, llenándola de suciedad. La lanzó hacia el comodín, quien la atrapó, evitando que la chica quedara peor.

Justo cuando el hombre iba a alcanzar su arma, apareció Jordan con un tronco, usándolo para golpearlo en la dañada máscara, terminando de romperla, revelando el viejo rostro del tipo. Acto seguido, uso la pistola pequeña para dispararle en otra de sus zonas de eliminación, el comodín prefirió proteger a Gia antes que cubrirse a sí mismo.

— ¡Lánzame a la ametralladora! —ordenó, el hombre obedeció.

— ¡No lo permitiré! —Mollie intentó golpearla, pero la brasileña quitó el seguro de una granada con su propia boca, soltando justo a centímetros del rostro de la castaña.

La americana obviamente resistió el impacto, pero quedó aturdida el tiempo suficiente para que Gia alcanzara la ametralladora y empezara a disparar sin piedad. Mollie se cubrió la zona especial, pero todo el resto de su cuerpo fue cubierto de gruesas balas de pintura, causándole un gran dolor.

Su amiga volvió a aparecer, protegiéndola con un escudo para luego jalar una cuerda que activó el gatillo de una pistola que volvió a disparar a la brasileña por la espalda. Justo cuando iba a eliminarla, el comodín agarró a Jordan por la pierna y la lanzó varios metros en el aire.

Mollie la atrapó, pero cuando estaba por ponerla a salvo, su amiga hizo una petición.

— Si alcanzan la ametralladora... No resistiremos —ya no tenía escudos y sabía que Mollie no aguantaría tantas balas—. ¡LÁNZAME CUANDO TE AVISE!

— ¡Pero, tu espalda...!

— ¡SIN DOLOR NO HAY VICTORIA! —gritó, mostrando una gran sonrisa.

— ¡Bien! —aceptó Mollie.

— ¡Toma la ametralladora! —ordenó a su compañero—. ¡CANJEO PUNTOS! ¡QUIERO LA ESCOPETA DE PINTURA!

— ¡Aceptado! —el dron le otorgó el arma—. ¡Aquí se acaba todo! ¡Ni con toda su mierda de sentimentalismo llegarán a lo que es la verdadera fuerza! ¡YO SOY LA MÁS FUERTE!

— Entonces hoy el mundo entero verá la caída de la más fuerte —dijo Jordan.

— ¡COMODÍN! —gritó—. ¡DISPARAAAAAA!

— ¡LÁNZAME, MOLLIE!

Gia y el comodín dispararon a quemarropa, pero Jordan pasó por encima de ambos y disparó hacia la laguna, haciendo explotar la última granada de pintura. La explosión fue tan fuerte que hizo que el agua se levantara y cegara a ambos por unos segundos.

— ¡¿DÓNDE ESTÁN?! ¡¿DÓNDE...?!

Jordan apareció justo en frente de ella, Mollie la lanzó de tal forma que caería justo para dispararle a Gia.

Mollie uso el agua para camuflarse y soportó la ametralladora hasta quedar frente a frente con el hombre.

Las dos, entonces, se sincronizaron para terminar con esto. Lanzando sus últimos ataques al mismo tiempo.

"Tenías razón, Mollie..."

"Tenías razón, Jordan..."

Cuando aceptas todos tus colores, ¡te conviertes en arte!

Jordan disparó directamente a la zona de eliminación de Gia, Mollie rompió la ametralladora del comodín de un puñetazo e, inmediatamente, reveló tener una pistola pequeña con la que disparó los tres últimos puntos vitales de su oponente.

— ¡ESTADOS UNIDOS ELIMINA A GIA COSTA Y AL COMODÍN! —gritó Shikoba, impactado—. ¡ESTADOS UNIDOS GANA LA PRIMERA BATALLA DE LOS OCTAVOS DE FINAL!

El equipo entero celebró desde el área médica, mientras el público gritaba de emoción por ese clímax tan emocionante.

La madre de Mollie se había reunido con el papá de Jordan y la familia de Lincoln para ver la batalla. Ella y el padre de la pequeña joven sonrieron de orgullo al ver como sus hijas lograron superar el desafío juntas.

Mientras tanto, Gia era rodeada por quienes se supone que eran sus amigos. El equipo brasileño la observaba con molestia.

— ¡¿Vienen a reírse de mí?! ¡Ustedes nunca fueron mis amigos! —gritaba, muy molesta—. Hagan lo que hagan, no me ofenderán porque no significan nada para mí.

— Una parte de mi siempre supo que eras de esta forma, pero otra también puso atención a los gestos que hacías cuando estabas con nosotros —habló Guilherme—. Te hicieron mucho daño, ¿cierto? Las personas en las que confiaste cuando eras niña te lastimaron tanto que pensabas que todos eran iguales y lo mejor era no volver a conectar con la gente. Pero nos percatamos de lo mucho que disfrutaste estar con nosotros, así como de cuanto fingías ser una enojona para que no te tuviéramos cariño.

— Son unos imbéciles, por eso quieren ser mis amigos.

— Tú también eres muy estúpida, pero eso era lo que nos hacía una familia —decía el líder, sonriendo, recordando los buenos tiempos—. Éramos un grupo de tarados en un país peligroso, nos cuidamos las espaldas y juramos honrar a nuestra nación repartiendo el mensaje de la sana competencia. Tu traición nos decepcionó, pero si algo tenemos claro es que un error no condena tu vida entera.

— Yo no quiero su lástima... —intentaba darles la espalda—. Yo quería probar... Que podía ser mejor que todos a mi manera, sin nadie. Y quizás... Los que me abandonaron en el pasado verían lo fuerte que me hice sin ellos, que nunca los necesité.

— ¿Y crees que una vida solitaria es una victoria? Lo que hiciste fue probarles lo mucho que te afectaron, esa es la verdad —se agachó para consolarla—. En cambio, si hubieras permanecido con nosotros hubieras demostrado lo mucho que te dio igual separarte de ellos, que tu corazón es más poderoso que ellos y eres capaz de seguir adelante.

— ¿Y de qué me sirve arrepentirme ahora? Todos vieron el tipo de persona que soy...

— La gente vio lo que eres, nosotros sabemos lo que eres —le ofreció la mano—. Puedes irte y castigarte por esto el resto de tu vida, o puedes volver con nosotros y probar que tus padres cometieron un error al dejar ir a una chica buena.

— Eres... Demasiado piadoso...

— No, él es demasiado fuerte —intervino Mollie—. Lo es más que tú, más que muchísimas personas. La fuerza se consigue tanto sola como con ayuda de otros, pero tu mejor versión es la que combina todo de tu mundo y crea un equilibrio. Eso es poder, ahora lo entiendo.

— ¿De verás pueden perdonarme? —preguntó Gia a su equipo.

— Por supuesto —dijo Felipe.

— Además, si vuelves a traicionarnos te mandaremos a prisión con los que capturamos por disfrazar a las mujeres que secuestraban como elefantes —la amenazó Rebeca.

— Gia Costa, ¿verdad? —preguntó Mollie.

— Sí...

— Si algún día piensas darme la revancha deberás hacerte más fuerte, ahora no estás a mi nivel.

Lo presumida que será ahora, por Dios —pensó Jordan.

— Y eso solo lo lograrás si entrenas con ellos. Hazte fuerte y, un día, nos volveremos a enfrentar —le guiño el ojo.

— Guilherme tenía razón... ¡Eres una mujer impresionante! —exclamó, golpeando el suelo con frustración.

Tomó la mano de su capitán, siendo recibida por todo su equipo.

— Ayúdenme... A hacerme fuerte de verdad, por favor...

— ¡Trato hecho! —gritaron sus compañeros brasileños.

— Espero que esa revancha me incluya —mencionó Guilherme.

— ¡A mi también! —reclamó Felipe—. Me haré más rápido y seré capaz de satisfacerte en un combate.

— Dudo que una mujer esté satisfecha con un hombre tan rápido —se río Rebeca—. ¡Ustedes están desesperados por esta dama! ¡Debería darles vergüenza!

— Al fin alguien razonable —dijo Jordan.

— Estoy libre el próximo martes en la noche, yo pongo el sitio y tú los músculos —Rebeca le entregó un número a Mollie.

Ya me empecé a arrepentir de esto —pensó la castaña al ver a todos los brasileños emocionados.

— Y tú, pequeña guerrera, ¡eres igual de fascinante! —Guilherme chocó puños con Jordan—. De todos los de tu equipo, ¡eres la más valiente! Esperemos que lleguen a la final, ¡veremos cada uno de sus combates!

— Gracias a todos, pero antes de pensar en las siguientes rondas quiero descansar un poco —río Jordan.

— No te vayas a desmayar —comentó Mollie.

— Muy tarde, lo haré aquí —se dejó caer en el agua, ahogándose.

— Yo voy por ella —la castaña se sumergió para sacarla del agua.

Ellas son... —pensaba Gia, mirando a Mollie cargando a su amiga en su espalda—. A lo que tengo que aspirar a ser.

La octava ronda concluyó con la victoria de estados unidos contra Brasil. Debido a lo "complicado" que se volvió el enfrentamiento los demás países vieron retrasados un día entero sus respectivas batallas, por lo que tendrían que esperar un poco más para saciar sus ganas de victoria.

El equipo brasileño se retiró entre aplausos por haber brindado un espectáculo tan dinámico y fuera de lo común. Guilherme llamó a su madre a penas recibió su teléfono, la mujer no había oído a su hijo tan feliz en años.

Los estadounidenses retornaron a su hogar tras una rápida atención médica, siendo aclamados como el equipo más popular del momento por los espectadores, cosa que le daba algunas ideas a los inversionistas. El más perjudicado fue Taki, pero en unos cuantos días se recuperaría gracias a su buena condición física. Jordan también tendría que estar en cama casi una semana por haber forzado tan su espalda, pero como los enfrentamientos se retrasaron, tenía tiempo más que suficiente para descansar.

Llegaron en la noche a su país, lo primero que hicieron fue volver a consultar el estado de Sid. Tras confirmar que estaba estable, ya no aguantaron más y decidieron descansar en sus departamentos para poder ir a verla lo antes posible.

Durmieron como nunca, sabiendo que hoy eran más fuertes que ayer.

...

A la mañana siguiente, tomaron desayuno juntos en el departamento de Katya y Kat, era el más ordenado gracias a la pelirroja.

— Me sorprende lo bien que huele este lugar —confesó Lloyd.

— No la dejo tocar nada —explicó Katya.

— ¿Ni siquiera a ti? —preguntó Kat, tocándole el pelo.

— ¡NO TE HAS BAÑADO, ALÉJATE! —la empujó.

— Ustedes dos se llevan mejor de lo que esperábamos —comentó Harry—. Por fin tienes una amiga a la que nuestros padres no deben sobornar.

— ¡No la sobornaban! —gritó, enojada—. Al que sobornaban era al que me invitó a salir...

— Estás callado, Taki —señaló Jordan—. Te noto muy serio, pana.

— Yo... Puse en riesgo al equipo ayer —dijo, mostrando vergüenza—. No permitiré que vuelva a pasar, lo prometo.

— Amigo, pudo pasarle a cualquiera de nosotros —respondió Lloyd—. Más bien hay que agradecer que no te pasó nada grave.

— Menos mal Mollie y pitufina nos carrearon, si ese fue el primer enfrentamiento no quiero ni imaginar lo que sigue —decía Katya, perturbada.

— Por suerte tenemos semana y media para descansar antes de que anuncien los cuartos de final —explicó Mollie—. Estos días no pienso mover ni un dedo, estoy exhausta.

— Sería bueno que descansen —habló Lincoln—. Yo iré al hospital a acompañar a Sid.

— Deberías descansar, Linc —pidió Jordan—. Tú también tienes heridas, Sid está estable, no irá a ningún lado.

— De todas formas... —mostró frustración—. No quiero dejarla sola.

— Ve —dijo Mollie—. Así los Chang también podrán descansar un poco, estará segura contigo.

— Sí, es verdad —sonrió el peliblanco. Se levantó de la mesa para empezar con sus planes—. Iré a bañarme y salgo.

— ¿No te llevas a tu tomboy? —preguntó Jordan, molestándolo— ¿O tienes miedo de que te rompa en la ducha?

— Jaja, buen chiste abuela —se fue a bañar.

— ¡¿A quién le dices...?! —al tratar de pararse, su espalda sonó—. ¡LLOYD, EL BASTÓN! ¡EL BASTÓN!

El peliblanco se dirigió al hospital, a él le esperaba un día más "tranquilo" por así decirlo, comparado a lo que iba a pasarle a sus compañeros. La prueba de Lincoln iba a ser otra.

Él no había notado que una figura pasó a su lado, caminando hasta llegar al apartamento en donde se encontraba el equipo.

La puerta sonó entonces.

¿Será Linc? —pensó Kat, dirigiéndose a la puerta—. Creí que había ido al hospital...

— ¿Quién es? —preguntó Mollie a Kat.

— ¿Hola? —abrió la puerta, viendo a una chica.

— Espero que ya no tengas ganas de golpearme —dijo la recién llegada.

— ¡T-Tú! —exclamó Kat.

El grupo entero se levantó de la silla al ver de quien se trataba. La joven entró al departamento como si fuera suyo.

En cierto modo, algo en el lugar si era de su propiedad.

— Huele bastante bien para ser Kat una de las que duerme aquí —se río Faith.

— ¡¿Qué quieres?! —preguntó Mollie, encarándola—. Nadie está aquí para protegerte, di una sola estupidez y yo...

— Comodín.

— ¿Ah? —expresaron confusión todos.

— Los inversionistas decidieron que cuatro de ustedes sean comodines en los siguientes cuatro enfrentamientos: Escocia vs Marruecos, Japón vs Jamaica, Australia vs Francia e Italia vs Bélgica. Son muy populares, además que es mejor tener adolescentes como comodines en vez de militares con problemas psicológicos.

— ¡De ninguna manera! —exclamó Harry—. No te vamos a ayudar.

— Oh, vaya, que pena... Creo que le comunicaré a la dueña del cheque que está pagando las cuentas de hospital de los Chang que ya no quieren cooperar —fingía que llamaba a alguien.

— Se directa, perra —soltó Katya.

— Los otros tres capitanes harán su elección hoy y tres de ustedes deberán viajar para apoyarlos. En cuanto a mí, tienen suerte, mi enfrentamiento es en Chicago, será un vuelo de una hora a lo mucho —sonrió—. Solo vine a elegir mi comodín...

— Lincoln está ocupado —dijo Jordan, poniéndose firme.

— Quiero enfrentarme a él, no tenerlo como apoyo, eso arruinaría las sorpresas —respondió, mostrando desinterés—. El comodín que estará presente en el enfrentamiento entre Escocia y Marruecos será...

Señaló a quien más le interesaba en este momento. Esa persona ahora se vería forzado a viajar con Faith y participar en otro enfrentamiento.

El torneo ya tenía a sus primeros ganadores, pero a estos les quedaban demasiados obstáculos por superar. Algunos físicos, otros más centrados en el corazón.

La conclusión de la historia se veía cada vez más cercana, y lo único que pensaban los artistas era que sería casi imposible sobrevivir a todo esto. Pero, pasara lo que pasara, estarían juntos hasta el amargo o dulce final.



CONTINUARÁ...

...

Hasta aquí llega este capítulo, el siguiente será mucho más tranquilo y se enfocará por completo en Sid y su situación. Sin embargo, eso no quiere decir que el equipo estará descansando, ya que Faith llegó y se llevará a uno de ellos.

Recuerden votar y comentar, eso me ayuda mucho a seguir escribiendo.

¡Nos vemos! 



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