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NamJoon no supo cómo es que terminaron en la sala de SeokJin, abrazados, el menor acurrucado en su pecho mientras dormía plácidamente. Su respiración caliente chocaba contra el cuello del otro, justo en la hendidura, y el moreno sólo suspiró mientras veía a Jin.

Pensé que tú eras el enamorado de mí, fue la frase que golpeó de nuevo y le hizo sentir estúpido, pero tan estúpido, que quería morirse en ese momento sin importar que tenía en brazos al otro en brazos. Sintió que una lágrima cayó de su mejilla, y se apresuró a limpiarla.

Era un cobarde. Había tenido más de veinte oportunidades para decirle a SeokJin que le gustaba, pero en ninguna tuvo la valentía de hacerlo porque tenía miedo, el profundo miedo de ser rechazado y sabía que sera mejor tenerlo bien guardado antes que decirlo y arruinar la linda amistad que tenía con el menor. Suspiró.

Llevó su nariz a la cabeza contraria, inhaló su olor, y lo acarició con cuidado, pensando que el otro estaba dormido.

Pero Seokjin sólo estaba pensando en qué podía pasar. El hablar con Jaehwan fue un gran avance y le hizo saber que realmente estaba funcionando lo de bajar de peso para eso. Pero hizo una mueca al recordar cómo estaba bajando de peso.

Teniendo relaciones sexuales con su mejor amigo, que no sentía nada por él, pero había accedido. O eso era lo que pensaba. Cerró sus ojos, y se acurrucó más en el pecho del moreno. Realmente lo pensó antes de hablar.

—Nam, ¿Cómo sabes cuando te gusta alguien? — escuchó cómo el otro relamió sus labios y pensó su respuesta.

—Te gusta Jaehwan, deberías saberlo tú—

—Pero quiero escuchar las palabras de ti, una persona romántica— sintió cadenas en su cabeza, la calmada respiración del otro, y después la mano en su cintura.

—Sientes que, sólo quieres verlo feliz, sólo lo puedes ver a él aunque sea en una habitación con diez mil modelos tú irías con esa persona que te gusta, te gusta su modo de ser, sus bromas aunque sean estúpidas, te gusta, hasta su olor, el más mínimo contacto con él, su forma de hacer las cosas aunque algunas veces tú sabes que no lo harías así, sabes que te gusta cuando, hasta con un simple toque de él estás feliz, y sabes que es más por un rostro lindo, eso no importa cuando alguien te gusta de verdad, sólo es, te gusta porque es esa persona—

—¿Quién te gustó tanto como para pensar así? —

"Tú" Desvió su mirada del menor, y ahí iba a perder la oportunidad 21 de confesarse.

—Señor Kun—

—Asqueroso— y aunque sabía que era una broma, Seokjin se había desilusionado mucho porque sabía que su amigo no le había dicho la verdad, aunque no toda. Jin había retratado en su mente todo lo que había dicho NamJoon con como él veía a JungKook.

La forma en la que reía con él, que lo veía curioso, le tocaba hasta con las manos en el suelo. Y ahí vinieron los celos.

La respuesta, cualquiera que fuera, iba a dejar a un SeokJin vacío porque no esperaba nada eso. Ni él supo por qué hizo la pregunta.

—¿Y tú? ¿Cómo sabes que te gusta Jaehwan? —

—Pues, porque me gusta escucharlo, es lindo, sabe inglés, me gusta sólo verlo, me gusta sentir mi corazón latir tan rápido al sentir que me toca— el moreno asintió.

—¿Qué crees que pasará? Me refiero a ti y a él—

—No lo sé, me dijo que algún día de estos podríamos ir a tomar un café—

—A ti no te gusta el café—

—También venderán tés en esos establecimientos, Joonie— el otro asintió y detuvo las caricias para llevar su mano a la cabeza contraria. —Acordamos que el jueves, ¿Crees que...—

—Claro que estoy libre ese día, te puedo llevar si gustas— Jin asintió, levantando su cabeza para sonreírle a su mejor amigo, y Nam sonrió al ver esa sonrisa que podía alborotar su corazón con sólo aparecer por milisegundos. NamJoon llevó su mano a la mejilla derecha del menor, comenzando a acariciarlo.

—Amo tus mejillas, por favor, sigue teniéndolas— asintió, sonriendo más fuerte para hacer que el otro sonriera, y después quiso acercarse a besarlo, pero el otro negó. —Sería muy raro que sigamos besándonos aun cuando Jaehwan ya mostró interés en ti, dejemos sólo con el polvo al mes—

Por el bien del corazón de NamJoon, tenía que hacerse de piedra y distanciarse de los sentimientos que tenía por SeokJin para que no se rompiera cuando lo viera besándose con Jae, haciendo cosas que él podría hacer, pero por cobardía no haría. Lo vio.

—Lo entiendo— el moreno se apoyó sobre sus codos mientras sentía que Jin se sentaba en sus piernas para acomodar su cabello, y después lo miro, pidiendo que se quitara levemente. —¿A dónde vas? ¿Ya te vas? —

—V-voy al baño a orinar— señaló la puerta blanca donde se encontraba dicho lugar, y en cuanto entró, cerró la puerta, se echó al suelo para sostener su rostro. —Soy un idiota, debí haberle dicho—

Golpeó su frente varías veces, cerró sus ojos, y después enterró su cabeza en sus piernas. Quería llorar, sentía ese ardor en sus ojos, pero no lo iba a hacer. Sólo se quedó sentado por un buen rato, suspiró, y limpió unas lágrimas que habían querido salir de sus ojos.

Su corazón aunque quisiera que fuera de piedra, sabía que en algún momento iba a explotar, romperse en millones de pedazos, y sabía que lo iba a perder una vez que esto sucediera. Suspiró.

Salió del baño con un rostro neutro, vio a SeokJin usando su celular, para luego después ver su maleta.

—Ve a ponerte ropa cómoda, vamos a salir a hacer ejercicios— el otro sonrió tímido mientras asentía y subía a su cuarto. En cinco minutos volvió a bajar con un lindo short que mostraba sus piernas y NamJoon sintió su corazón latir, más por la piel mostrada, era porque Jin había amarrado su poco cabello en una coleta y sus mejillas se veían más, y más regordetas. Sonrió tierno.

—Listo, Joonie, ¿Vamos al parque? —

 

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