::12::

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Había pasado ya un buen tiempo de reconciliación.
Ambos chicos se enteraron que el festival de primavera estaba cerca, así que con el resto de la banda se prepararon para poder ensayar.

Y como no, Fred se encontraba ahí...solo como audiencia. Triste ¿no? Al de de cabellos negros le tenían prohibido esforzarse mucho en algo. Y pues, Fred lo aceptó.

Fred no quería morir.

¿Por qué?

Tenía muchos motivos.

El primero siempre va a ser su hermano. Su queridísimo hermano, con quien tenía que vivir todos los años que perdió dormido en una cama. Tenía que protegerlo, amarlo, cuidarlo... Tantas cosas que no pudo hacerlo durante mucho tiempo.

Descartaba a sus padres en uno de sus motivos, porque se enteró de todo lo que le hicieron a su pobre hermano. No quería saber nada de ellos. Estaba muy molesto.

El segundo motivo es la linda rubia. Si...creo que el chico se enamoró.
Claro, ¿cómo no enamorarse de una chica tan linda? Quien se ofreció a ayudarlo, a cuidarlo, a quererlo, a estar con él y hacerlo feliz mientras Freddy no tenía permiso de entrar al hospital. Nadie le dijo a Joy que hiciera eso, ella por voluntad propia lo ayudó.

Y, ¿les cuento un secreto?

Ambos están muy enamorados.

En fin, el libro no es Fredoy. Así que pasemos al Golddy.

El festival de primavera era mañana. Así que Freddy y Golden se pusieron de a cuerdo para practicar juntos.
Se encontraban sentados en el borde de la cama, en la habitación de Freddy, como siempre...

Me gusta estar contigo.—habló el rubio, observando a su pareja completamente embobado. Parecía hipnotizado. Pues claro, Freddy es demasiado lindo.

Veía a su chico concentrado en la guitarra que tenía en brazos. Él si estaba ensayando.

A mí también.—correspondió sin ni siquiera mirarlo.

Podría mirarte todo el día.—continuó con sus halagos y cursilerías. Esta vez Freddy le observó, prestándole atención.

Claro, así no prácticas nada y perdemos.—río divertido. Lo decía en broma, ya que a Freddy también le gustaba mirarlo...y también le gustaba que Golden le mirase.

Golden suspiró triste. Y Freddy se arrepintió rápidamente de lo que había dicho.

—¿No me quieres?—preguntó el de ojos grisáceos. Aún tenía su mirada puesta en él.

Te amo.

Que gay.—soltó una risita burlona.

Como si tú no lo fueras.—río también—Además, ¡Tú empezaste primero!

Yo siempre empezó primero, ¿porque tú no?

Bueno...no soy tan ligón y coqueto como tú.

—Vamos Freddy, inténtalo.

Freddy le sonrió raro. Más bien...era una sonrisa que decía a gritos que no quiere hacerlo, a él nunca le a salido bien coquetear o decir cosas muy lindas. Algo curioso, porque Freddy es muy lindo.

Eres...—suspiró enamorado y se silenció por un momento para poder pensar en lo que a continuación diría.

Era todo. Golden era todo lo que él quería, y más.

Pero, ¿cómo explicarlo? ¿Cómo decirle lo mucho que lo amaba? ¿Cómo decirle que jamás se atrevería a volver a hacerle algún daño? ¿Cómo?

Solo tenía que esperar a que Golden realmente confiara en él y que no haya quedado nada del pasado. Ningún rencor...¿verdad?

¿Verdad?

Ya lo perdonó, nada malo pasará, ¿verdad?

¿Verdad?

Oh no, ahí va otra vez.

—¿Freddy?—lo llamó preocupado. El castaño había agachado su cabeza.

Lágrima tras lágrima. Temblaba y sentía miedo.

N-no me abandones...p-por favor.—subió su cabeza, mirándole directamente a los ojos. Y Golden podría jurar que en ese mismo instante se le rompió el corazón, de nuevo.

Freddy...—tomó sus mejillas y beso delicadamente cada una de sus lágrimas.—Jamás lo haría. No pienso a hacerlo. Nunca.

P-por favor...—insistió. El castaño aún no estaba convencido.

Te amo. Siempre te amaré. Nunca dudes de eso, ¿sí?

Quería hacerlo, pero no puede evitarlo. No después de todo lo que le hizo. ¿Cómo Golden puede confiar en él? ¡Freddy ni siquiera puede confiar en si mismo!

S-si...—asintió con la cabeza, con una diminuta sonrisa. Entonces, el rubio no pudo evitar envolverlo en sus brazos y el castaño escondió su cabeza en su pecho y también le abrazó.

Por cierto, me olvide mencionar que después de todo lo ocurrido con Golden y su dinero. Freddy...sufría de "pequeños" ataques de ansiedad.

Eran explosiones. Eran fuertes preocupaciones. Era un terrible miedo.

Miedo. Freddy tenía mucho miedo.

Temía a que todo volviera a pasar. A que Golden volviera a desconfiar de él, a que le volviese a mirar con desprecio.

Temía a que todo se volviera a repetir.

Uhmm tengo una idea,—el rubio decidió romper el silencio.—¿qué tal si vamos al parque de diversiones?

—¿Eh?

—¡Claro! ¡Con tu hermano! Vamos Freddy, será divertido.

—P-pero...tenemos que ensayar.

—Bah, somos bastantes buenos. ¡Vamos osito!

Cuando pensaba que el castaño le iba a negar, Freddy le brindó una linda y adorable sonrisa.

Está bien.

—¡Ese es mi oso!—beso sus cabellos castaños con mucha alegría. Si Freddy se dejaba animar, está yendo por buenos pasos.

Golden sabía que su novio podía salir de eso. Lo amaba. Lo amaba tanto que confiaba al cien por ciento en él, y sabía a la perfección que no volvería a hacer nada malo.

¿Verdad?

—Te espero ahí más tarde.

Esta bien osito.—lo dio un corto y rápido beso en los labios.—Yo traigo a tu hermano.

Sipi.—vio a Golden levantarse de la cama.—Te veo luego osito.

Hasta luego.—le dio una última sonrisa y se fue.

Freddy suspiró.

¿Por qué? ¿Qué pasa? Toda su vida ha mejorado. Se siente bien estando con Golden y con su hermano. Es feliz...

Pero...

No sé.

Freddy tenía unas increíbles ganas de dejar de existir.

(...)

Diversión. Mucha diversión.
Y demasiada bulla.

Se trataba del genial y divertido parque de diversiones, al que decidieron ir los tres osos. Niños corriendo, riendo, gritando o incluso llorando.

Golden tenía miles de motivos por el cual no quería venir. Obviamente le iban a perseguir si sabían que era el famoso The Golden Boy, por ello se encontraba con mucha ropa en el terrible calor, solo para que no descubrieran quién es realmente. Tampoco le gustaba los niños y mucho menos el hecho de cubrir su radiante cabello con un gorro barato.

Pero...

Mientras se tratase de Freddy, podría aguantar todo. Lo que sea.

Tengo planeado declararme a tu prima.—declaró el de cabellos negros hacia el rubio quien se encontraba a su lado. Estaban dirigiéndose a la feria, en donde el castaño debería estar ahí.

Ella no te ama.—respondió Golden con una sonrisa burlona.

Illi ni ti imi.—le remedo sacando la lengua afuera. En serio no podía creer que se haya metido con un chico así. Eso pensaba. Porque si lo conociera bien como Freddy, tal vez también se enamoraría. Como todos, ¿no?—Tonterías. ¿Quién no me amaría?

Ella.

—¿Sabes? Mejor cállate.

Entre tanta gente ambos chicos no podían encontrar al de ojos azules. Y rezaban para que ojalá no se haya perdido.

—¡Chicos!—reconocían esa voz.

—¡Freddy!—exclamó el rubio y el de cabellos negros al ver al mencionado, quien tenía el brazo extendido hacia arriba para que ellos pudieran verlo.

El castaño se dirigió a ellos con rapidez, intentando no chocar con alguna otra persona. Cuando al fin llego al frente de ellos, Freddy con su mano derecho tomo el brazo de Golden, y con la mano izquierda tomo el brazo de Fred, jalando a ambos como un niño pequeño.

—¡Vamos! Vamos! Por ahí está mi juego favorito!

Fred lo miró con ternura y Golden se volvió a enamorar.

Pues...yo no tengo dinero.—dijo Fred para luego mirar a Golden. Pues, sabía que el rubio era un niño rico, y tenía mucho dinero.

—¡No!—cuando Golden estaba apunto de hablar, Freddy rápidamente le interrumpió.—¡Yo pago

Freddy, sabes que no tienes que hacer eso ¿no?

—Golden, puedo pagarlo. ¡Traje lo suficiente! Ayer trabaje para conseguir dinero. De verdad no necesito tu dinero...

—Freddy...

—Por favor...

El rubio suspiró. Sabía que si se negaba Freddy no estaría tranquilo.

—Está bien—le sonrió y Freddy al escuchar aquello sonrío también.

—¡Te amo!—se acercó al rubio. Quería que lo besara.

—Yo también.—y él sabía lo que Freddy quería, así que también se acercó.

—¡Yo también los amo!—apareció Fred entre ellos, cuando estaban a punto de besarse.

Unos segundos pasaron en silencio, hasta que estallaron de risas.

—Oye Fred,—ya estando más calmados, Freddy habló mientras aún reía un poco—quería saber si mañana venias a vernos tocar junto a otros chicos que...son mis amigos. Golden va a cantar y yo soy guitarrista.

—¡Me encantaría!—sonrío ampliamente, mostrando sus dientes. Pero de pronto, aquella sonrisa desapareció. Había recordado algo.—Diablos...ese día tengo cita con el doctor.

Uhhh~ así que con el doctor ¿eh?

—CITA MEDICA.

El castaño y el rubio rieron. Rieron tanto que casi se mean.

—Ustedes son malos.—afirmó el de cabellos oscuros.—¿Saben qué? Entraré solo al juego.

—¡No! ¡No! ¡Espera!—aún riendo, el castaño le siguió. Al igual que su novio.

Freddy se encontraba muy feliz.

Esperaba y suplicaba que todo esto durara para siempre. Le gustaba mucho encontrarse con su hermano y su novio. De verdad, no quería que todo acabase.

Pero la felicidad no es eterna.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro