-Te quitaremos tus videojuegos y tu celular hasta que veamos que tus notas mejores. -Dijo la madre de Marcy. -Ya puedes irte hacer tus deberes.

Marcy se limitó asentir mientras se iba a su habitación tratando de no caer rendida en el camino por la fatiga, tomo asiento frente su escritorio para ponerse hacer todas las tareas que tenía pendientes. La menor sabía que tenía que decirles a sus padres sobre su fatiga, pero no quería, tenía miedo de cómo reaccionarían, tal vez no le darían importación o la reprenderían pensando que está dando escusas para evitar sus responsabilidades. 

Tampoco sentía correcto pedirles ayuda a sus amigas ya que no quería molestarlas, se las arreglaría ella sola, siempre lo hacía y esta vez no sería la excepción. En medio de sus tareas se distrajo un poco y comenzó a buscar sobre el hanahaki. 

"El primero caso de Hanahaki ocurrió en Estados Unidos, o para ser más exactos en un pequeño pueblo en Texas donde pensaron que la historia de el que el primer caso no era más que eso, un cuento inventado por alguien sin nada mejor que hacer.

Pero no fue así, ya que al cabo de unas semanas los casos siguieron aumentando en diferentes partes del país, luego del continente y al final el Hanahaki se terminó expandiendo en todo el mundo. Con el tiempo ya no era raro ver a una persona escupiendo flores en medio de la calle, la gente ignoraba a esa persona y seguía con su vida, al menos ahora ya no se creía que era contagioso.

Por mucho que varios científicos en todo el mundo buscaron una cura con la cual lograran salvar la vida del paciente sin darle efectos secundarios parecía ser una pérdida de tiempo.

Muchas personas les tenían miedo a las arañas, al mar, a los payasos, pero ahora le tenían miedo al amor, o más bien a enamorarse y no ser correspondidos

Pero...¿Cómo controlabas algo de lo que ni siquiera eres consciente?

No podías escoger de quien te enamorabas por más que quisieras. Algunas personas al más mínimo indicio de sentimientos se alejaban para no arriesgarse a enfermar. Otras simplemente preferían no congeniar con nadie a menos de que fuera necesario. Todo lo que fuera necesario para que el Hanahaki no les afectara."

Marcy cerro la pagina con fastidio, apagando su computadora y tirándose a la cama esperando no caer dormida, desde hace ya unos días no paraba de buscar paginas referente a la enfermedad de las flores, a pesar de no demostrar síntomas estaba preocupada de que en su cuerpo tardara en aparecer.

-O tal vez soy inmune. -Dijo soltando una leve risa, ni ella misma se creía eso. -Me hubiera gustado poder decirte todo lo que siento..

Marcy miro la foto que tenía con Anne y Sasha, pero no podía evitar sentir cierto rencor hacía la rubia, a pesar de que ella no hizo nada malo. -Quisiera ser tu..

 -Marcy ha estado extraña últimamente. -Dijo Anne claramente preocupada por su amiga

-¿Te refieres a que se duerme en todas clases? -Pregunto Sasha sin despegarle la mirada del celular. -¿O al hecho de que sus notas ahora son casi peores que las tuyas? -Soltó una leve risa tratando de que la situación no fuera tan tensa.

-Estoy hablando en serio Sasha. 

-Yo también lo estoy haciendo. -Despejo su mirada de su celular para dejarlo de lado y ver a su novia. -Pero no es un bebe para que la estés cuidando Anne de seguro es su etapa de rebeldía. 

-Ya lo sé, pero aun así ella me preocupa entiende eso, no puedo hacerme de la vista gorda cuando de seguro necesita ayuda ya sabes cómo es ella. -Anne casi le grito a Sasha hasta que se dio cuenta de cómo había reaccionado. -Lo siento es solo que, ella ha estado algo distante, no he tenido tiempo de preguntarle qué le pasa ya que ella se va rápido de clases, tampoco contesta mis mensajes, es como si me estuviera evitando. -A medida de que Anne iba contando como se sentía su voz se iba cortando y de sus ojos comenzaron a caer lágrimas. 

-Oye tranquila. -Sasha se acercó a la tailandesa para poder abrazarla. -Podemos ir a su casa si quieres, Marcy es Marcy tu mejor que nadie sabe cómo es ella, estará bien deja de llorar.

-¿Podemos ir ahora?-Está bien pero ya no llores, no me gusta verte así.

Sasha logro limpiar el rostro de Anne y comenzaron a caminar a la casa de Marcy, al cabo de unos minutos lograron llegar 

-Toca el timbre. -Dijo Anne mientras empujaba levemente a su novia hacía la puerta.

Sasha suspiro mientras tocaba el timbre, se quedaron a esperar que alguien les abriera la puerta. Pasaron dos, tres minutos, nadie parecía venir, volvieron a tocar el timbre y de nuevo pasaron varios minutos, de nuevo nadie les abrió.

-De seguro no hay nadie vámonos y volvemos otro día. -Murmuro Sasha dándose vuelta para irse de ahí.

-Esta bien. -Anne estaba dispuesta a irse hasta que la puerta se abrió.

-¿Chicas?-Dijo Marcy mientras se frotaba su ojo. -¿Qué hacen aquí?

-Marcy. -Anne corrió para poder abrazar a su amiga.

 -Estábamos preocupadas por ti y te avisamos que ibas a venir, pero no contestas los mensajes.

-Ohh, lo siento me quitaron el celular hasta que mejore mis notas. -Dijo Marcy mientras dejándose abrazar recostando su cabeza en el hombro de Anne. -Y estoy bien no tienen que preocuparse yo solo necesito algo de tiempo. -Marcy forzó una sonrisa en su rostro, lo que menos quería era preocupar a sus amigas. -No he dormido bien eso es todo.

-Marcy tienes más ojeras de lo normal. -Anne tomo el rostro de Marcy pero está en cuento sintió las manos de la morena se apartó como si su tacto quemara.

-Estoy bien no te preocupes, mis padres volverán en unos minutos será mejor que se vayan no quiero más problemas con ellos. -Marcy suspiro algo cansada mientras volvía entrar a su hogar. -Las veo luego. -Finalizo antes de cerrar la puerta.

Anne quería quedarse por más tiempo para asegurarse de que estuviera bien, pero tampoco quería molestarla. -Anne vámonos antes de que anochezca. -Esta bien...