Cassie recibió una llamada mientras terminaba de colocar su habitación. Tomó el teléfono entre sus manos y se rió inconscientemente al ver el nombre escrito en su pantalla
"Mamá." Pulsó la tecla verde y llevó el aparato a su oído.
-Cassie.- La voz de su progenitora invadió sus oídos pero no respondió.
-Al menos podrías decirme donde narices estás. Y tu hermano.- Quiso gritar, quiso llorar y romper todo pero se limitó a respirar hondo y callar.
-Maldita sea ¡Sois mis hijos!- La rubia no pudo soportar más aquella voz.
-No. No lo somos desde el día en que mi hermana murió y a vosotros no os importó. Eramos la familia perfecta... ¡Nunca os ví llorar!- Su voz se quebró.
<<<Fué como si ella nunca hubiera existido, negasteis vuestro dolor y os odié por ello. No volverás a verme, mamá.- Soltó aquella última palabra con su voz bañada en asco.
-No puedes negarte a verme.- Puntualizó Anna.
Kyle entró en la habitación y observó a su hermana apoyada en el armario, sus ojos lagrimosos.
-¿Es ella?- Preguntó el moreno.
La chica sólo movió la cabeza en respuesta. El muchacho le arrebató el teléfono intentando no parecer brusco con su hermana.
-No vuelvas a llamar a mi hermana nunca más en tu jodida vida o te aseguro que lo pagarás caro.- Y acto seguido cortó la llamada.
-Ella no existe, Cassie. Dejó de existir ¿Vale?- La atrajo hacía él y la sostuvo en su pecho.
-No existe. Solo nosotros, Ky.- Respondió ella.
-Y Thomas.- La chica lo miró con algo de confusión en su semblante.
-Vamos enana, él ya es parte de nuestra familia. 3 chicos y 2 chicas... Hay que buscarle novia a Josh pero ya.- Los dos soltaron varias carcajadas al unísono.
-Hoy tengo un día de chicas con la pelirroja.- Comentó la rubia con entusiasmo.
-Llevate la tarjeta de mamá- El ojiverde le guiñó un ojo a su hermana, la cuál comenzó a reír con picardía.
Cassie se puso la ropa más cómoda que encontró, unos vaqueros holgados y una camiseta básica, tomó la tarjeta de su cuenta bancaria y salió al encuentro de su mejor amiga.
-Hola cosita hermosa.- Saludó Cece.
-Hola mi bebé.- Le devolvió el saludo y ambas se abrazaron con fuerza.
-Al centro comercial.- Dijeron las dos, la única diferencia es la diferencia de entusiasmo entre ambas.
-Vamos rubia- Dijo alargando la "a"
La chica salió del probador con un vestido celeste pegado hasta la cintura y luego suelto hasta llegar a las rodillas. Iba acompañado de unos tacones blancos.
Cece no paraba de repetir lo genial que se veía así vestida pero su amiga rechazaba sus peticiones sin saber que cada cosa que se probaba iba directa a la caja de pago. Las chicas recorrían el centro comercial a paso tranquilo, reían y hablaban de cualquier cosa cuando vieron una cabellera rubia que se les hizo conocida.
-Zorra.- Musitó la pelirroja mientras caminaba hacia aquella chica. Cassie la agarró por la cintura, tratando de pararla.
-¡Tú! Maldita perra.- Gruñó antes de lanzarse contra su cuerpo. Algunas personas alrededor las miraban curiosos, mientras Cassie trataba de separarlas. Cece se alejó rápidamente cuando vió a un chico alto y moreno acercarse. Grant. La amiga del chico se adelantó, tomando las bolsas del suelo y yendo con el ojiverde.
-¡Grant! Emma se ha quedado un rato charlando con doble C y como eran típicas cosas de chicas pues yo me he aburrido y tu también lo harás así que podemos irnos juntos de aquí.- Habló con suma rapidez, atropellando cada palabra. El chico solo asintió en respuesta y se marcharon caminando, no sin que antes la muchacha se diera la vuelta y le guiñara un ojo cómplice a su mejor amiga.
La ojiverde no esperó ni dos segundos para lanzarse hacia la apodada por ella "Ladrona de novios".