Capítulo 24

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Narra Cassie
De pequeña te enseñan que no debes acercarte a las personas destrozadas. Que puedes acabar como ellos pero ¿Cómo observas a alguien a quien quieres romperse delante de ti y no haces nada? No podía. Simplemente no podía.
Arrastré mis pies hasta mi vestidor, agarré un pantalón negro, una camisa blanca y unas sandalias marrones. Cepillé mi pelo y lo dejé caer sobre mis hombros. Mis amigos estaban en un parque de atracciones al cuál yo no deseaba acompañarles.
Desayuné un zumo solamente. Prendí el televisor buscando algo decente para ver pero mi cabeza estaba en otro lado. Grant. Un programa de canto, cambié. Grant. Una comedia. Grant. Un programa de cocina. Grant.
-¡Maldita sea, sal ya de mi cabeza!- Vociferé al aire, sin recordar que estaba completamente sola.
Mi teléfono vibró sobre el cristal de la mesita frente a mi. Un mensaje de Josh asomaba en mi barra de notificaciones.
"No llegaremos hasta tarde, ten cuidado. Pd: aguantar a este par de empalagosos me dará diabetes.
Con amor, Mr. Beanie."
Me reí y oré a las nubes porque mi pobre amigo no tuviera que soportar una sesión de asquerosos besos. Moví mis piernas inconscientemente hasta la cocina, agarré un paquete de pringles de cebolla y comencé a comer sin importarme mucho lo que Cece me había dicho sobre engordar y todas esas tonterías. Nada distraía mi mente. Decidida a arreglar las cosas, salí de casa hasta llegar a la de mi vecino. Toqué el timbre sin recibir respuesta. Lo hice nuevamente. Comencé a golpear con suavidad la madera.
-Por favor abre.- Rogué temerosa.
Seguí golpeando la puerta pero una ola de furia recorrió mi cuerpo al no obtener respuesta por parte del moreno. Estampé mis nudillos una y otra vez contra el objeto frente a mi, provocando un intenso dolor en todos mis dedos. Una idea sobrevoló mi cerebro. La ventana de su cocina. Corrí hasta llegar a mi objetivo y bingo, como era de esperar el cristal estaba abierto. Me subí a una piedra apoyada en el suelo, introducí una de mis piernas por la ventana, seguida de la otra. Metí la cabeza junto con mis brazos y de un salto llegué al suelo, escapando de la encimera donde estaba apoyada. Miré a cada lado. Caminé despacio hasta la puerta, apoyándome en el marco mientras observaba una imagen romper mi corazón. Mi amigo estaba tumbado sobre el sofá, algunos pelos asomando por su barbilla. Llevaba su horroroso pijama gris junto con una bata morada y unas pantuflas horribles. Todo era, literalmente gris. Una gran acumulación de envases vacíos a su alrededor me impedía una mejor visión. Caminé hasta quedar frente a su sofá. Tomé entre mis manos algunos botellines de cerveza vacíos, regresé a la cocina y los lancé al cubo de basura. Agarré una bolsa y me dirigí hasta la mesa, limpiando y tirando cada envase allí esparcido.
-¿Cómo has entrado?- Soltó de repente, siguiendome patosamente con sus ojos. Su voz sonaba casi irreconocible.
-Por la ventana.- Confesé con simpleza.
Cuando pude terminar de eliminar toda la basura acumulada posicioné mis manos sobre mis caderas mientras el ojiverde me observaba desde su misma postura.
-Levanta.- Ordené con dureza.
Como si de un robot se tratara, él se levantó, quedando completamente escorado. Apoyado entre la mesa y el sofá.
Uní mis dedos con los suyos, creando una corriente eléctrica en mi espina dorsal. Le dirigí hasta la parte superior de la casa, agarré unos vaqueros de su armario junto con unos calcetines negros y una camisa a cuadros. Apoyé las prendas sobre su hombro y en continuo silencio le arrastré hasta el baño, le metí en él y cerré la puerta tras de mi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro