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Miré la pantalla de bloqueo de mi móvil con los ojos rojos de llorar. Notaba pinchazos en la cabeza que dolían y que hacían recordar las lágrimas que había soltado esa tarde. Había pasado de la negación y del enfado a la tristeza y la decepción. Ahora tenía expresión cansada y ni siquiera las diez llamadas perdidas de mi madre me alteraban en ese instante.

Kiara aparcó frente a la comisaría al mismo tiempo que yo apoyaba mi cabeza en el respaldo y cerraba los ojos para intentar no llorar de nuevo.

—John B, ¿a qué venimos a la comisaría? —le preguntó JJ.

Se había hecho de noche ya. No me quería ni imaginar cómo estaría mi madre en ese momento. Me sentí mal porque seguramente le estaba regañando a Topper por no haber estado pendiente de mi. Me había escapado de casa por primera vez en mi vida, y eso era aún más fuerte cuando estaba castigada "de por vida". Pero no me importaba. Para mi eso no era relevante en ese momento.

—Hay que contarles lo que ha pasado —respondió John B.

Abrí los ojos y lo miré con el ceño fruncido. ¿Iba a delatar a Rafe? Kiara se giró y me miró formando una mueca al saber lo que yo estaba pensando.

Si la policía sabía que Rafe había disparado a Peterkin... Lo meterían en la cárcel. No podía ocurrir eso.

Entonces la tos de Pope nos sacó de nuestros pensamientos. Rápidamente miramos a ese punto. Yo estaba en el asiento delantero con Kiara en el conductor, John B y Pope en los de atrás y JJ entre los asientos y el maletero.

Pope había estado fumando toda esa tarde. No me extrañaba que sus pulmones se vieran afectados.

—Con calma, tío —le dijo JJ. Pope intentó dejar de toser—. Vaya.

John B seguía totalmente serio en su lugar. Había estado toda la tarde así, sin decir nada, sin poder reaccionar apenas. No nos habíamos hablado porque a mi me costaba hablar del tema, y a él sobre todo, pues lo había vivido en primera persona.

JJ puso su mano en el hombro de su amigo y dijo:

—Voy a serte sincero. Una cosa es acabar en la boca del lobo y otra es meterte tú aposta. —John B no respondía, pero yo estaba de acuerdo con JJ—. Hay algo fundamental que siempre me decía mi padre, y es que nunca jamás te fíes de un poli a pesar de las circunstancias.

—Tu padre es un mentiroso agresivo —respondió Kiara.

—Yo estoy con JJ —añadió Pope—. A la mierda la poli.

Miré a Pope con las cejas alzadas por la sorpresa al escucharle hablar así.

—¿Ahora te has pasado al lado oscuro? —Preguntó Kiara sin gracia.

—¿Cuándo nos ha ayudado la policía?

—¿El noventa por ciento de las veces? —respondí frunciendo el ceño sin comprender a qué venía aquello—. La policía está formada por humanos, es obvio que habrá errores en ellos. Pero no significa que deban dejar de existir.

—Peterkin cuidó de mi, ¿vale? —Dijo John B con la voz tomada, estaba a punto de llorar. Jamás le había visto así, no si no se trataba de su padre—. O al menos, lo intentó.

Me quedé callada y bajé la cabeza mordiendo mi labio. Rafe la había disparado. No podía parar de pensar en la imagen que había creado mi mente. Era demasiado.

—Deben saberlo. —dijo finalmente John B.

Lo miré con súplica en los ojos sin poder evitarlo, me salió solo. Sabía que era muy perjudicial para Rafe que John B declarara la verdad... pero era lo justo. Aunque me doliese.

Noté que mis ojos se empañaban por las lágrimas que se habían formado y con sólo la mirada le pedí a John B que no lo hiciera.

John B miró a Kiara, que asintió con la cabeza sin decir nada.

Sollocé un poco pero tapé mis ojos con las manos e intenté no volver a llorar. Aunque me costara.

John B abrió la puerta y salió en silencio. Yo limpié las lágrimas silenciosas que bajaban por mis mejillas.

—Lottie... —Kiara posó su mano en mi espalda—. Sé que esto es duro, pero debes ser fuerte. Rafe debe asumir las consecuencias de sus actos.

Asentí sorbiendo mi nariz y mirando mis pies mientras las lágrimas caían sin cesar. Era lo justo. Mi cabeza no paraba de repetirlo para convencerme a mi misma. Era lo justo, era lo justo, era lo justo.

Aunque me rompiese el corazón en mil pedazos.

Entonces la puerta de la comisaría se abrió de golpe y John B salió corriendo hacia nosotros.

—¡Kie, arranca!

John B abrió la puerta y Pope intentó ayudarlo a entrar mientras los demás gritábamos con confusión qué ocurría.

—¿Qué pasa?—Chillé.

—John B, ¿pero qué has hecho? —decía Kiara.

—¡Arranca por dios!

—¡Vale!

El coche era sólo gritos y chillidos mientras John B suplicaba que Kiara arrancara de una vez por todas. Ella lo hizo y justo la sheriff Plumb llegó a la ventana y se agarró a ella.

—¡Vamos! —Gritó John B.

Miré con los ojos muy abiertos la escena. No podía creer que aquello estuviese corriendo.

—¡Deteneos ahora mismo! —Ordenó Plumb.

—¿Pero qué has hecho? —Grité.

—¡Abre la puerta! —le dijo Pope a John B.

Eso hizo él, y así consiguió empujar a Plumb al suelo. Me sujeté con fuerza a mi asiento sin dar crédito a lo que veían mis ojos. Dejamos atrás a Plumb y a Shoupe, que por alguna razón querían alcanzar a John B.

Nos quedamos en silencio por el estado de shock en el que habíamos entrado.

—Creen que he sido yo —Dijo John B finalmente después de un minuto en el que habíamos intentado procesar lo que había ocurrido.

—¿Te persiguen a ti? —Pregunté con la voz rota.

John B asintió sin decir nada más.

—No podemos dormir en ninguna de nuestras casas —habló Kiara mirando a la carretera mientras apretaba con fuerza el volante—. Dormiremos aquí. Tenemos que... tenemos que resguardarnos. Irán a buscarte a cualquier punto donde crean que puedes estar.

Solté el aire que había contenido y me encogí en el asiento mientras mi cabeza daba vueltas sin parar. ¿Qué estaba pasando?

❀∘❀∘❀

Efectivamente, al final pasamos la noche en el coche. El problema era que no habíamos podido dormir y ahora estábamos recostados en el coche de los padres de Kiara, el cual estaba escondido junto a una cabaña que tenía un techo lateral en el cual nos ocultábamos.

Se escuchaban sirenas pasar junto a nosotros constantemente.

Yo estaba tumbada en el asiento entre John B y JJ. Pope y Kiara estaban en los asientos delanteros mientras la radio sonaba hablando de las noticias en Outer Banks. Por desgracia, estas hablaban de John B.

Buenas noticias para los residentes de los Outer Banks: Dominion Power afirma que su línea de transmisión subacuática debéis estar funcionando en un plazo de veinticuatro horas.

JJ, el cual había estado tumbado con su gorra roja tapando sus ojos y encendiendo y apagando su mechero sin parar, se incorporó para mirar por la ventana al escuchar los coches de policía pasar a toda velocidad a unos metros de nosotros.

Ese sonido... el sonido de las sirenas nos había acompañado toda la noche e incluso cuando no pasaban sonaban en mi cabeza. ¿Qué estaría haciendo Rafe?

¿Cómo había sido tan miserable de culpar a John B?

Miré mi móvil. Tenía más llamadas perdidas de mi madre, mensajes de Topper... y en especial, mensajes y llamadas de Rafe. Miré las notificaciones para leer lo que me escribía:

«Tenemos que hablar»
«No te juntes con John B, por favor, es un asesino. Charlie por favor aléjate de él.»
«¿Dónde estás? Top y tu madre te están buscando por todas partes. Dime que no estás con los Pogues.»
«Contéstame, por favor. Necesito saber que estás bien. Contesta a mis llamadas. No creas nada de lo que él te dice»
«Charlie no le creas»

Apagué el móvil soltando un suspiro. La radio seguía hablando cuando JJ volvió a tumbarse a mi lado.

Aún no hay arrestados por el asesinato de la sheriff Susan Peterkin. La policía ha emitido un comunicado en referencia a un sospechoso local...

No pudimos escuchar más porque Kiara fue rápida y apagó la radio de golpe. Se recostó de nuevo lentamente.

—Pensemos —habló JJ.—Igual a los listos se os ocurre algo... pero... —suspiró—. ¿A quién va a creer la poli? ¿A Ward Cameron o a nosotros? El acusador es un pez gordo de la construcción, casi el rey de la isla, con línea directa con el gobernador, y...

—No ayudas, JJ —dije poniendo los ojos en blanco. Escuché a Kiara y a Pope resoplar también.

—El acusado, John B —JJ siguió hablando, ignorándome, por supuesto. Eso llevaba haciendo días—. Que es... básicamente, un sin techo de dieciséis años.

—Gracias —murmuró John B sin ganas.

—Mierda —Pope puso su mano en la frente, sin poder creer el lío en el que estaba metido nuestro amigo.

—A ver, tío —JJ miró a John B con seriedad—. Yucatán. ¿Vale? Te digo que es la única opción.

Kiara se quedo mirando a JJ sin dar crédito a las palabras que salían de su boca. Yo apretaba los labios con fuerza mientras ponía los ojos en blanco. Entre sus ideas pésimas y que pasara de mi cara como si yo le hubiese hecho algo malo me estaban dando ganas de matarlo.

—¿Qué otra opción hay?

—Vale ya con el rollo de México—se quejó John B con cansancio. Yo estaba entre los dos así que tenía la cabeza a punto de estallar.—¿Vale? Sarah me echará un cable.

—Ella estaba de testigo —Habló Kiara.

—Gracias.

—¿Y delatará a su hermano? —Pope dudó de mi mejor amiga.

JJ quitó el porro de su boca y se incorporó para mirar a John B, poniéndose en una postura que me dejaba a mi un poco incómoda. Me entró todo el humo y tosí.

—Ni de coña, tío —le decía—. ¿Vale? Hay que sacarte de la isla.

—El ferry, es la única salida —asintió Pope.

—Eso. Desaparece ahora que aún estás a tiempo. Antes de que cierren la isla del todo.

—Chicos, agachaos —avisó Kiara.

Intentamos escondernos un poco de manera cutre cuando una patrulla pasó frente a nosotros en la carretera. No nos veían desde nuestro escondite.

—Sarah no es una Pogue, John B —le recordó JJ a John B.

Miré al rubio con los ojos entrecerrados, sintiendo bastante enfado por esa frase.

—¿Es en serio? —le miré todo lo mal que pude. JJ me miró sin decir nada—. Sarah no es así, ¿vale?

—¿Crees que va a traicionar a su familia por el novio que tiene desde hace menos de un mes? —Respondió JJ a la defensiva—. Eres bastante ingenua.

—¡No conoces a Sarah!

—Como sea, Charlotte.

Puso los ojos en blanco y se tumbó de nuevo dándome la espalda. Lo miré abriendo la boca con ofensa, ya estaba otra vez ignorándome y encima esta vez me había llamado por mi nombre. Ni por un apodo. Ni por "princesa". Sólo... Charlotte.

¿Por qué me había dolido tanto eso?

—Perfecto —murmuré haciendo un puchero y recostándome de nuevo.

Si no tenía suficiente con que me acabara de enterar de que mi novio era un asesino, ahora tenía que lidiar con la actitud de JJ.

—Vamos al ferry —le dijo Pope a Kiara.

—¿Ya?

Él asintió. Los demás miramos a John B, que se quedó como estaba. Me sentía terrible por él. Puse mi mano en la suya y la apreté para darle fuera. John B me miró con sorpresa.

—Intentaremos sacarte de esta —le sonreí sin muchas ganas.

—¿Aunque sea delatando a Rafe?

Miré nuestras manos y apreté los labios intentando no volverme débil de nuevo. John B vio en mi expresión que luchaba por parecer fuerte. Entonces asentí. Escuché cómo Kiara arrancaba el coche.

—Mereces justicia. Y Peterkin también.

Y ninguno de los presentes podía imaginarse cuánto me dolía decir aquello. Cada vez que decía o pensaba algo en contra de Rafe algo dentro de mi se rompía.

Porque lo quería.

Así que el viaje hacia el muelle donde estaba el ferry fue en completo silencio. Kiara condujo lo más rápido que pudo sin llamar demasiado la atención. Con suerte fue tranquilo porque no tuvimos ningún percance ni nos cruzamos con ningún coche patrulla.

Cuando aparcamos cerca del ferry, Pope dijo:

—Salgo a mirar.

Entonces abrió la puerta y caminó hacia el tablón de anuncios. Vi que agarraba un papel de allí, y entonces se giró hacia nosotros para correr hacia el coche.

—Bueno, vale —dijo al llegar hacia el coche pasando por las ventanillas abiertas—. En fin, muy bien.

—Pope, actúa normal —le pidió Kiara con nerviosismo.

—Eh... a ver, malas noticias.

John B, que era el único acostado en el coche para no ser visto en ese momento, se giró hacia Pope, que en ese momento abría la puerta de su asiento.

—El ferry está cerrado... y han puesto esto —le entregó a Kiara el papel que había arrancado del tablón.

Kiara lo agarró mientras Pope se subía al coche en el asiento conductor. Se giró hacia nosotros con los ojos muy abiertos y me entregó el papel.

—¿Qué es eso? —preguntó John B.

Agarré el papel y lo miré con confusión. Era un cartel en el que el título SE BUSCA aparecía justo arriba de una foto en blanco y negro de John B. Pero eso no era todo, ofrecían nada más y nada menos que veinticinco mil dólares a quien lo encontrase vivo.

JJ, que se había inclinado para leerlo, comentó con calma y bromeando:

—Oye, sales súper favorecido.

John B miró en nuestra dirección sin comprender nada. Así que le enseñé el papel. John B lo miró y lentamente giró su cabeza al otro lado, sintiéndose abatido, seguramente.

—Pues nada, la isla entera está buscando a John B —dijo Pope.

—Eso es un pastizal —habló Kiara sin poder dar crédito.

—¿Cómo ha podido pasar todo esto? —murmuré demasiado inquieta.

—Enhorabuena, John B. Eres famoso —declaró JJ entregándole el papel para que lo viera de cerca.

—Deberíamos ir a nuestro barco —propuso Kie muy alterada—. Es pequeño, sin luces de fondeo...

—Está en el chateau. —respondió John B, apartando esa idea.

—Y me pregunto si la poli lo estará vigilando —dijo JJ con sarcasmo—. Déjame pensar —masajeó su sien simulando que de verdad se lo replanteaba—. Oh, sí. Seguro que ya lo han acordonado.

Kiara puso los ojos en blanco mirando al frente.

—Vale, lo pillo.

—Dejadme pensar a ver... un segundo —pidió Pope cerrando los ojos, entonces los abrió y dijo—: JJ.

—¿Qué?

Pope se giró inquieto hacia JJ.

—¿Tu padre aún tiene ese barco? La lancha, la que usabas para echar carreras.

—Puede ser —Respondió el rubio algo tenso.

—Con esa llegarías hasta la costa —le dijo Pope a John B volviendo su cara al frente.

—No será fácil, Pope —intentó avisarle JJ. Entonces vi un atisbo de miedo en sus ojos.

Al principio no entendía por qué, pero después lo comprendí. Me quedé mirándolo dándome cuenta de que a JJ le daba miedo robarle esa lancha a su padre porque sabía que las consecuencias serían muy agresivas. No sería un simple castigo como el que recibiríamos Kiara o yo. Él lo recibiría a golpes.

Kiara comenzó a hablar con Pope intentando idear un plan.

—No sé dónde están las llaves, ¿me oyes, Pope? —le decía mientras JJ.

—¡Ya las encontraremos!

—Vale, déjame pensar.

Pope comenzó a mover mucho las manos con nerviosismo a mirando a los coches que teníamos frente a nosotros.

—¿Por qué no avanzan? ¿Por qué no se mueven?

—¿Te quieres tranquilizar? —le pidió Kiara cerrando los dedos de su mano frente a su cara.—JJ, ¿cuánta hierba le has dado?

—Deberíamos irnos —avisó John B.

Pope comenzó a pitar el claxon del coche para meter prisa a los otros coches, pero entonces llamó la atención de los que caminaban cerca de nosotros. Consiguió que un niño acompañado de su madre comenzara a gritarle que estaba viendo al chico al que la policía perseguía dentro del todoterreno.

—No me jodas —dije poniéndome muy tensa.

—Joder —maldijo Kiara.

—Un chivato —se quejó JJ—. Pope, arranca.

—¡Veinticinco mil dólares a quién lo encuentre! —Exclamaba el niño, muy emocionado.

—¿Se quiere callar de una puta vez? —pedí desesperada—. ¡Pope, arranca!

Un hombre comenzó a dar golpes con la palma de su mano en el cristal de atrás mirando a John B.

—¡Está aquí! ¡Lo he encontrado!

—¡Fuera! —Grité poniendo mi mano tapando su cara en el cristal.

John B tapó su cabeza con su capucha y se giró para evitar que le mirararan.

Todos comenzamos a gritarle a Pope que arrancara y entonces, cuando Pope finalmente lo hizo, choco de lleno con otro coche, consiguiendo alejarnos de él. La gente comenzó a mirarnos y vi que Plumb comenzaba a percatarse de nuestra presencia.

Pope nos sacó de allí conduciendo el coche de manera muy des coordinada y torpe. Comenzó a zigzaguear mientras intentaba alejarnos del ferry lo antes posible.

Pero cuando llegamos a la carretera —yo ya me estaba sujetando a todo lo que encontraba el coche mientras gritaba presa del pánico— Pope fue directo hacia un poste.

—¡Cuidado! —Gritaba Kiara aterrorizada—. ¡Frena, frena! ¡Cuidado!

Entonces el coche chocó con la señal y se la llevó por delante. Todos ahogamos un grito y Pope comenzó a reír como loco.

—¡Qué pasada!

—¡Pope! —Gritó John B.

—¿¡Pero qué coño te pasa!? —Dije asustada.

—¡Nunca me había sentido tan vivo!

Aparté de mi rostro los mechones de cabello que se me metían por todas partes por el aire que entraba en el coche por todos los movimientos que habíamos hecho. El corazón me iba a mil por hora.

—Mi madre me va a matar —decía Kiara negando con la cabeza, resignada y asustada.

—Yo no tendría que decirlo —comenzó a decir JJ, que parecía muy tranquilo en su sitio—, pero deberías dejar de conducir. Para.

Como si Pope no pudiese evitar cumplir todas las órdenes de JJ, frenó de manera demasiado repentina el coche y todos nos echamos hacia delante.

—John B, bájate —le dijo Pope.

—Eso —Asintió JJ—. Nosotros somos el cebo y tú huyes, ¿vale?

—Ten cuidado —le pedí.

—Yo cojo la lancha y te esperamos mañana en el vertedero —le decía JJ mientras John B abría la puerta para salir de allí cuanto antes—. A las tres.

John B salió a duras penas y cerró la puerta para comenzar a correr.

—¡Mañana a las tres!

—¡Corre! —exclamé.

John B comenzó a correr con tanta velocidad que en cuestión de segundos lo perdimos de vista. Pope arrancó de nuevo y esta vez comenzó a conducir incluso más rápido que antes.

—Mi madre no me va a matar porque moriré yo antes en la carretera si seguimos así —no pude evitar decir tragando saliva.

Cuando comenzó a anochecer, el día se me había pasado demasiado rápido. Lo habíamos pasado prácticamente entero metidos en el coche y ya no sabíamos nada de lo que había pasado con John B.

Pero al parecer, Kiara y yo éramos las únicas preocupadas por él, porque JJ y Pope llevaban fumando horas y ahora lo único que hacían era decir estupideces mientras Pope conducía como un loco.

—Joder, colega, le has metido a ese coche. ¡Qué mal! —Decía JJ entre risas.

Pope quitó el porro de su boca con la otra mano en el volante y se giró para mirarlo.

—Menos mal que no es el mío.

Kiara lo miró ofendida cuando dijo eso, pues se trataba del coche de los padres de Kiara. Los dos mientras reían como estúpidos.

—Para —le ordenó Kiara.

Pope paró el coche de la manera más torpe: aceleró más para pasar por una cueva y el coche se zarandeó de una manera que consiguió  que yo cayese encima de JJ.

—¡Joder! —exclamó sobresaltado cuando me vio encima de él.

—Lo siento —murmuré quitándome de encima suya.

Me tendría que haber puesto bien el cinturón mientras Pope condujese.

JJ simplemente me miró de reojo, y evitó mi mirada de nuevo. Bufé sonoramente para que viese lo mucho que me cansaba esa actitud.

Kiara salió del coche con la música aún resonando en el coche mientras decía:

—JJ no tiene gracia, no debería conducir.

Parecía muy enfadada. Cerró la puerta del coche con mucha fuerza y después se dirigió a la puerta de Pope.

—Sí, mamá —dijo JJ poniendo los ojos en blanco.

—¿Pero qué? —Dijo Kiara fuera del coche mientras Pope y ella intercambiaban asientos.

—¿A dónde vamos? —Pregunté.

Kiara arrancó y de nuevo avanzamos, pero esta vez de manera más segura.

JJ reía con su porro en la mano.

—¿A dónde vamos? —repitió.

—Al último sitio en el que mirarán—respondió Kiara de mal humor.

Kiara comenzó a conducir rápido pero sin dar zarandeos innecesarios como Pope. El resto del camino consistió en JJ y Pope hablando tonterías tan grandes como una casa por los efectos de la maría.

—¿Nunca habéis pensado... que cuando Snoop Dogg cumpla sesenta años... serán como cuatrocientos veinte años en años de perro? —Dijo JJ abriendo mucho los ojos.

—Yo me pregunto si las orugas saben que van a ser mariposas o simplemente crean su capullo mientras se preguntan qué coño hacen ahí metidas —comentó Pope.

No pude evitar reír en voz baja, la verdad era que eso sí me había hecho gracia. Cuando Kiara me miró incrédula al ver que me reía con ellos, callé al instante.

—Toma, ¿quieres? —Pope me ofreció el porro.

—No —Respondió Kiara por mi—. No quiere.

Pope me lo siguió ofreciendo, yo negué con la cabeza.

—Vamos, Lottie. Pásate al lado oscuro.

Miré a JJ por inercia y vi que me miraba de reojo, como esperando a ver si me atrevía. Después pensé en todo lo que estaba pasando y lo que me quedaba por ver, así que me acerqué a Pope y agarré el porro. Kiara simplemente negó con la cabeza y siguió conduciendo. Puse el porro entre mis labios y Pope comenzó a vitorear con felicidad.

Inhalé el humo y éste rápidamente caló toda mi garganta. En seguida noté que me picaba así que no tardé en quitar el porro de mi boca y comencé a toser como una loca.

Pope comenzó a soltar carcajadas y JJ miró por la ventana del coche.

—¡Tranquila!—Me decía Pope, divertido.

—Escuchadme —habló Kiara—. Vamos a ir a casa de los Cameron. Lottie y yo subiremos a la habitación de Sarah para hablar con ella. Pope, mientras, hará lo que sea para llamar la atención en el patio para desviar la atención de Ward de su hija, ¿entendido?

—¿Y yo? —Preguntó JJ.

—Tú te quedas en el coche —Respondió ella—. Tienes que vigilar.

JJ se encogió de hombros.

Kiara aparcó el coche cuando llegamos a casa de los Cameron. Teníamos que subir la valla, pero entendí el plan de Kiara: quería hablar con Sarah.

Kiara salió del coche y Pope abrió la puerta también.

—Estoy súper centrado. ¿Estás segura de que es buena idea?

Yo también salí del coche y miré a JJ, que ni me miró.

—Sólo ella puede demostrar su inocencia —Respondió Kiara.

—No buscarán aquí porque no viene a cuento —comentó JJ desde el coche, con su puerta abierta.

Kiara y Pope fueron rápidos y subieron la valla con tal rapidez que me quedé mirándola con los ojos muy abiertos. Entre que era torpe y que acababa de fumar maría por primera vez, me quedé mirándola sin saber qué hacer. ¿Tenía que subir eso?

Kiara y Pope ya estaban dentro.

Me giré para mirar a JJ.

—¿No me ayudarás? —Le dije riendo un poco.

JJ alzó una ceja, pero no me respondió. Negó con la cabeza.

Quizá fue el efecto de la maría, pero apreté los labios y entonces me sentí muy valiente. Me acerqué a él y le quité el porro de la mano para después tirarlo al suelo.

—¿Pero de qué vas? —Gritó enfadado.

—¿De qué vas tú? ¿Qué demonios te pasa conmigo?

—¿De qué hablas, Charlotte? —me miró a punto de echar chispas.

—¡De eso mismo! —lo señalé furiosa—. Últimamente... últimamente me ignoras todo el tiempo. Y ahora me llamas Charlotte, ¿desde cuándo me llamas así?

—Te esperan allí —JJ señaló la valla con la cabeza.

—Me da igual.

JJ me miró a los ojos intensamente mientras los entrecerraba.

—Déjame en paz, ¿quieres? —chasqueó la lengua y dejó de mirarme.

Lo miré dolida porque no entendía ese comportamiento, y aunque no quería que lo hiciera, me dañaba mucho.

—JJ —no me miró—. ¡JJ! Mírame.

Entonces me obedeció. Él salió del coche y me miró enfadado, no pude evitar andar hacia atrás.

—¿Qué? —exclamó exasperado.

—¿Por qué me estás ignorando? —pregunté otra vez, pero esta vez con la voz en un hilo. Tenía ganas de llorar todo el tiempo.

JJ tragó saliva y pareció sufrir por no hablar. Como si quisiera decirme algo pero no pudiera. Intenté acercarme a él, pero paré en medio del intento. Él finalmente me miró a los ojos y enunció:

—Porque creo que me estoy enamorando de ti. ¿Vale? Por eso te estoy ignorando.

Me quedé totalmente paralizada.

Me quedé mirándolo a los ojos durante segundos, abriendo lentamente la boca, procesando sus palabras.

¿Acababa de decir eso?

—¿De veras? —pregunté sin poder creerlo.

JJ asintió bajando la vista al suelo. Colocó bien la gorra en su cabeza con nerviosismo y vergüenza. Yo no sabía qué hacer en ese momento, no qué decir. Estaba demasiado confusa.

Jamás me había imaginado a JJ Maybank diciéndome algo así.

—Es la verdad, princesa.

—Yo...

Él señaló la valla con la cabeza otra vez.

—Ahora ve con Kie.



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INTENSOOO

¿Os esperabais esto? ¿Estáis emocionadas? ¿Estáis gritando?

JJ se ha confesado por fin y esto jugará una mala pasada en lo que Charlie siente. En los cambios de sus sentimientos.

Todo es muy confuso ahora mismo, normal.

¿Team Rafe o Team JJ?

¿Que creéis que va a pasar? Os leo :)

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