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Cuatro omegas y cuatro alfas se reían ruidosamente mientras comían golosinas.

Namjoon, como todo chico intelectual que era, tuvo la brillante idea de reunirse en grupo para hacer los ejercicios que su profesor les había dejado, y así poder ayudarse entre sí sin volverse locos por no entender nada. Todos se lo tomaron muy bien, e incluso aprovecharon para armar una pequeña fiesta.

Se encontraban en la casa de Yoongi, y llevaban aproximadamente tres horas juntos. Se suponía que ya deberían de haber terminado, pero la verdad era que ni siquiera habían hecho el esfuerzo de sacar un tan solo cuaderno.

Jimin había aprovechado todo el revoltijo para poder apreciar la belleza de Yoongi sin ser descubierto. El alfa sonreía tan hermosamente, dejando a la vista sus adorables y rosadas encillas.

—¡Escuchen, escuchen! —exclamó el gemelo mayor, obteniendo la atención de todos lo presentes.

Jungkook rodó los ojos consciente de lo que venía a continuación.

— ¿Por qué las focas del circo miran siempre hacia arriba? —interrogó llevándose una de sus manos a su boca, intentando contener la risa.

Los demás le miraron confundidos.

—¿Qué le dijo? —preguntó Jimin en un suspiro, toda su atención seguía en cierto chico pálido.

Hoseok rió negando con su cabeza. —No lo sabemos —le respondió al gemelo.

—Porque es donde están los focos —soltó mientras comenzaba a reír escandalosamente, aplaudiendo con sus manos y pegando en sus piernas.

El único que rió en la habitación fue Namjoon, los demás sólo le miraban como si estuviese loco. Jungkook y Yoongi sólo se dieron una palmada mental, con Seokjin siempre era lo mismo.

El ambiente después de ello se torno un poco raro, por lo que Jungkook intentó hacer mímicas y muchos juegos para devolver la alegría hasta que lo logró, riendo y gritando mientras el tiempo pasaba rápidamente.

Cuando las risas cesaron un poco. Seokjin decidió que era momento de sacar el regalo que tenía este día para el omega. Así que se levantó del suelo y tras ir por su mochila, sacó un vale de descuento para ir a uno de los mejores spa de la ciudad, junto a una rosa roja.

Jungkook vio lo que su hermano estaba haciendo, decidiendo que también era un buen momento para sacar su regalo.

Jin camino un poco nervioso y se sentó junto al omega rubio. —Jiminnie... Eh... Yo... Te traje esto. —le dio la rosa y el vale.

Yoongi quién se encontraba platicando con el omega de cabellos morados, volteó al escuchar sus palabras. Tanto Yoongi como Namjoon le miraron con curiosidad y una pizca de inconformismo.

Jungkook carraspeó exageradamente, sentándose al otro costado del omega, dejándolo en medio.

—Yo también te traje algo. —Sonrió y le entrego un paquete de botellas con leche de platano.

Seokjin fulminó con la mirada a su hermano, pero Jungkook no se quedó atrás y lo vio de la misma manera. Mientras ellos se encontraban en una lucha de miradas, Yoongi se levantó rápidamente, le tendió una mano al omega rubio, el cual, se encontraba con una mueca sintiéndose demasiado incómodo. El alfa lo sacó rápidamente de ahí llevándoselo para su habitación.

—Gracias. —Susurró el omega.

Yoongi le sonrió y le invitó a pasar. —De nada, esos tontos no saben lo que es disimular. Me disculpo por ellos.

Jimin asintió y dejó la rosa, el cupón y la leche de plátano en la mesita que se encontraba en la entrada.

Yoongi le ofreció que se sentará. —Hasta que las cosas se calmen... Eh... ¿T-te parece si vemos una película? —Preguntó no muy seguro.

El omega sonrió y asintió rápidamente.

Mientras que Yoongi se daba la vuelta para ir a la estantería blanca que se encontraba al fondo, el omega escaneó con sus ojos la espaciosa habitación del pálido. Las paredes y todo los objetos ahí tenían tonos fríos, pero raramente se sentía cálida, también habían muchos peluches de gatitos de muchos colores, algo que le llamó demasiado la atención, sonriendo en su interior por lo tierno que le parecía.

—Hyung, que hermosos peluches —rió dulcemente.

Yoongi rascó su cabeza. —Oh, sí, los peluches... son de mis hermanos... esos mocosos los dejan aquí siempre —mintió—. Pero mira, esta película es muy buena —cambio de tema bruscamente señalando la pantalla del televisor, se sentía demasiado avergonzado en ese momento, tal vez debía de cambiar los peluches de gato por los de Kumamon—. ¿Quieres verla?

El omega apretó sus labios, para él era muy obvio que el alfa había evitado hablar sobre los peluches.

—Claro, se ve muy interesante...

Ambos se pusieron cómodos en la cama del mayor, y se relajaron cuando comenzó la película, sin ser conscientes de la intensa pelea que tenía lugar en la planta baja.

Beomgyu y Chanyeol no entendían nada, así que solo se mantuvieron comiendo de sus snacks.

Jungkook y Seokjin seguían discutiendo sin darse cuenta que el causante de sus tontas peleas, ya no estaba ahí. Mientras tanto, Hoseok y Namjoon intentaban calmar a esos salvajes, pero nada estaba funcionando.

—Entiende que nunca le vas a gustar porque eres feo —gruñó el gemelo mayor.

—El único feo de esta casa eres tú y tu boca abierta —respondió el menor.

Namjoon pensó que unos buenos golpes les vendrían muy bien a los dos...

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