Capítulo 30

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Luego de esa primera cita que tuvieron Lincoln y Lana ha pasado una semana desde entonces. En esa semana ambos ex hermanos han estado más unidos que nunca, mucho más cuando solían ser hermanos.

Y aunque a Lana en un principio solía darle asco todo lo relacionado al romance ahora puede decir que lo disfruta, ser novia de Lincoln es lo más bello que le ha pasado, aunque no sabe lo que le espera a futuro, pero eso será para luego, por ahora enfoquémonos en el presente.

La joven de cabellos dorados estaba rumbo a su centro educativo, mientras andaba en su fiel bicicleta pensó en su primera cita que tuvo, para ser la primera se la pasó bien, no por nada Lincoln la conoce bien que cosas le gusta y fue así como se lució, esperaba que siguiera así de sorprenderla en cada cita.

Llegando a su escuela dejó su bici en su puesto y entró al recinto estudiantil. Entró a su aula y se sentó en su sitio, desde que Jason murió todo ha sido distinto en la escuela, aunque fue tema de conversación durante algunos días hasta que todos se olvidaron del tema.

_ Buenos días Liliana.— saludaba Denisse a Lana.

_ Buenos días a ti Denisse. ¿Que me cuentas?— devolvió el saludo Lana.

_ No mucho, aunque tú deberías de contarme todo, ¿Cómo fue tu primera cita con tu novio?— preguntaba Denisse.

_ Me divertí mucho ese día, ya ansío poder salir nuevamente con Limbert. Estoy segura que él debe de tener algo preparado.— respondía la rubia.

_ Aún sigo sorprendida que el chico que te gusta siempre estuvo tan cerca de nosotras. Aunque sea mayor que nosotras la diferencia de edad es poca a comparación a los que ya han salido de la universidad.— comentaba la pelinegra.

_ No quería decírtelo en su momento ya que quería sorprenderte, aparte también pensé que no estarías de acuerdo de estar con un chico mayor que yo. Dejando eso me alegra que me apoyes en mi relación.— dijo Lana a su amiga.

_ Para eso estamos las amigas, y también ya ansío ser tía en un futuro cercano.

Eso que dijo Denisse hizo que Lana tuviera la cara más roja que un tomate, aunque también llegó a imaginarse a ella misma y Lincoln, los dos ya casados y con hijos. Lo de tener hijos para la rubia le alegra saber que ella y Lincoln no comparte vínculos de sangre, ya que ha leído lo que pasa cuando dos personas de una misma familia procrean hijos y las consecuencias que suceden.

_ E-e-es muy pronto para hablar de tener hijos..... todo a su tiempo.— respondía la rubia.

_ De acuerdo, solo no vayan a alocarse y tener hijos a lo loco, a menos que estén pensando en tener más de 2 hijos.— comentó Denisse.

_ Ya dije que es pronto para tener hijos, y si tuviera que decir algo al respecto, no me imagino tener muchos hijos.— respondía Lana.

Sobre eso que dijo no quería parecerse en nada a su madre biológica quien tuvo 11 hijas, ya que cuenta aquí a Loren, quien es su verdadera hermana de sangre y no Lincoln. Incluso si tuviera muchos hijos no tendría esa bendición de mantener una buena figura pese a los partos que llegaría a tener en un hipotético caso.

_ Si tú lo dices, en mi caso si me gustaría tener 3 hijos con Robert, incluso ya tengo en mente los nombres que le pondré a mis futuros hijos.— decía la pelinegra.

_ Luego me lo cuentas, no tarda en llegar el profesor.— dijo Lana a su amiga.

Así dejaron de lado lo que estaban hablando y prepararse para cuando empiece las clases. Mientras esperaban Lana siguió pensando en lo que estuvo hablando con Denisse sobre tener hijos, aun es muy pronto para eso si deseaba tener su propia familia con Lincoln, y posiblemente Lincoln también debe de estar pensando en ello.

Y hablando de tener hijos, recordó que todavía ellos dos no han tenido su primera vez, Lana no se imaginaba a Lincoln si nada de ropa, aunque sí ha notado que el albino se ha puesto en forma y ya no se ve tan escuálido, es bello tanto de rostro como en su cuerpo. Pero ya pensaría en otra ocasión sobre esos temas, por ahora quería disfrutar de estos momentos que ha estado pasando con su amado.

Más tarde luego de las clases ambas chicas salen en dirección a la salida, a lo que Denisse se dirige a su amiga.

_ ¿Tienes pensado algo para este fin de semana?— preguntaba Denisse.

_ Aún no sé qué hacer, estoy esperando si Limbert me invita a salir en una nueva cita. En todo caso te aviso si no tengo nada que hacer.— respondía la mecánica.

Ambas chicas salieron de la escuela y así tomar caminos separados, Lana fue a donde estaba su bicicleta, justo cuando estaba por quitarle la cadena y candado fue que alguien se le apareció detrás y le cubrió sus ojos.

_ Adivina quién soy.

No hacía falta para Lana preguntar quién era, con sólo escuchar su voz era más que suficiente. Pero aún así quería seguirle el juego.

_ ¿Spiderman?— respondía Lana.

_ Jeje no, pero si te gustaría podría usar un disfraz de Spiderman.

_ Ya Lincoln sé que eres tú, aunque la realidad te verías chistoso con un disfraz de Spiderman.— le dijo Lana a su amado.

Y si, era Lincoln quien le había cubierto los ojos a Lana, la rubia vio a su novio, quien se veía mejor que nunca. Fue así que Lana se dirige a su amado de cabello blanco.

_ Me sorprende que estés aquí, a esta hora estarías aún en la universidad.— decía Lana.

_ Hicimos una prueba de la cual pude terminar antes, y como no tenía nada más que hacer nos dejaron salir antes. Y pues viendo que faltaba poco para que salieras vine a verte.— respondía el albino.

_ Ya veo, espero que te haya ido bien en esa prueba que hicieron tú, Loren y Ryan.— comentó la rubia.

_ Aparte de eso también vine a decirte que quisiera volver a salir en una nueva cita contigo.— dijo Lincoln a su novia.

Esto hizo que Lana se sintiera feliz de que su amado la haya invitado a una nueva cita. Por supuesto que no iba a desperdiciarlo por nada en el mundo.

_ Por supuesto, incluso estaba pensando sobre cuando tendríamos una nueva cita. Ya ansío volver a salir, una pregunta. ¿A dónde iremos exactamente? Para así estar preparada.— preguntaba la mecánica.

_ Esta ocasión si iremos a un restaurante de lujo, aunque no es taaaan refinado como te lo piensas. Aunque si debemos de ir formalmente.— detallaba el albino.

_ Lo entiendo, en ese caso tendré que ir a comprar algo para verme bien y así podamos tener nuestra cita. Cuenta conmigo Linky.— acató la rubia.

_ Okey, será este sábado a las 6, iré a recogerte en tu casa. En fin, me tengo que ir, que te vaya bien en el trabajo.— dijo Lincoln a su novia.

_ Igualmente amor, estaré preparada para nuestra cita.— respondía Lana.

Con eso Lincoln se fue dejando a su novia para que vaya a su trabajo, Lana estaba contenta de que tendría una nueva cita con su amado de cabellera blanca. Para esta cita debía de verse bonita, tal como se vio en su primera cita, pero tendría que conseguir la ropa indicada, aunque eso no tenía problemas, ya que conoce a la persona perfecta para esta ocasión.

Sábado.

Es sábado y como es de costumbre mucha gente aprovecha este día para hacer muchas cosas, y en el caso de una linda joven amante de la mecánica también tiene muchas cosas por hacer en este día.

Vemos a Lana quien estaba junto a su mejor amiga, con quien le ayudará a escoger la prenda adecuada para su segunda cita. Denisse estaba feliz por su amiga ya que este día tendría una nueva cita.

_ No puedo creer que vas a tener tu segunda cita. Ay como estás creciendo muy rápido.— dijo Denisse.

_ Que dramática, pero si, no me esperé que fuera a pedirme a salir muy pronto. Por eso te pedí que volvieras a ayudarme en buscar que ropa usar.— decía Lana a su amiga.

_ Y es todo un honor poder ayudarte, como tu amiga y futura tía no pienso dejarte sola en esto sobre las citas, encontraremos la ropa indicada para ti.— respondía Denisse.

Fueron al centro comercial y fueron hasta la tienda donde venden solo ropa de mujer. Esta misma tienda ha venido Lana la vez que tuvo aquella salida donde quiso seducir a Lincoln, y también vino días atrás a comprar la ropa que usó en la primera cita.

_ Bien, de lo que me dijiste ustedes irán a un restaurante fino, por lo cual he pensando que para esta ocasión podrías usar un vestido completo y no de dos piezas.— decía Denisse a Lana.

_ Por mí está bien, solo quiero verme linda para mi lindo novio.— respondía la rubia.

Sin mas que decir Denisse tomó varios vestidos de los percheros y se los dio a Lana para que se los pruebe uno por uno. Para Lana esto de probarse ropa ya lo ve muy normal, ya que años atrás hizo lo mismo con su madre cuando fue adoptada, su madre le consiguió mucha ropa de la cual tuvo que probarse y aunque no llevaron mucha lo importante es que se la pasó bien ese día.

Transcurrió más de una hora en la cual Lana se probó varios vestidos, de los cuales algunos no le gustaba el hecho de que el escote muestre sus pechos al punto de que se vean el contorno de sus pezones, y otros en donde deja al descubierto sus piernas llegando a ver su ropa interior.

_ Todos estos vestidos son muy lindos, pero quisiera uno que cubra mis pechos, no quisiera que otro pervertido vaya detrás mío y esta vez si cometa su cometido.— opinaba Lana.

_ Lo entiendo, déjame ver si encuentro algo que sea de tu agrado.— respondía Denisse.

La pelinegra fue a buscar un vestido que el escote no muestre más de la cuenta, entre varias opciones encontró uno muy lindo.

_ ¡Lo encontré! Prueba este vestido.— exclamó Denisse.

Denisse le dio a Lana un vestido de color azul, su color favorito. Entró al probador y era el correcto, cubría sus pechos y no tiene una parte abierta mostrando sus piernas, aparte se veía linda.

_ Me gusta, es tal cual como lo pensaba. Me lo voy a llevar.— respondía la rubia.

_ Excelente, ahora solo falta comprar unos zapatos para que combine con el vestido. Pero antes dejaré estos vestidos en su lugar y luego vamos a conseguir esos zapatos.

Después de elegir el vestido Denisse fue a dejar en su lugar los vestidos que tomó para que Lana se los probara. Fueron a otra sección de la tienda en donde había varios zapatos, fue así que Denisse encontró unos tacones de color azul que hacía juego con el vestido.

_ Te quedan bien y hacen juego con el vestido. Sin duda eres la envidia de muchas chicas, incluyéndome.— opinó Denisse.

_ No estoy acostumbrada a usar tacones, pero con el tiempo me iré adaptando a ellos.— contestaba la rubia.

Así fueron a pagar por todo lo que eligieron, luego salieron de la tienda para ir a un lugar a comer. Todavía faltaba algunas horas para la cita de Lana y Lincoln.

_ Ahora que compramos lo que usarás para tu cita es momento de penar en un peinado. Hay algunos estilos que quedarán bien en ti.— dijo Denisse.

_ Mejor prefiero para esta cita llevar mis dos coletas como lo tengo ahora. En la primera cita tardamos mucho tiempo en hacerme ese peinado.— respondía Lana.

_ A decir verdad no estaría mal, tus coletas son muy lindas y es algo único en ti. Vayamos por unos tacos, tengo hambre.— decía la pelinegra.

_ Está bien, a mí igual me está dando hambre.— respondió Lana.

Las dos amigas fueron a un puesto de tacos en donde comieron y luego de eso fueron a sus respectivas casas. Lana ya estaba preparada para su cita, ya tiene la ropa que llevará, aun falta 4 horas para su cita. Por lo que puede hacer otras cosas hasta que sea la hora.

Tiempo después.

El tiempo transcurrió y ya faltaba poco para que Lincoln y Lana tengan su segunda cita. Lana se estaba alistando, se dio una buena ducha y estaba en su habitación. Se puso su ropa interior y ahora se puso su vestido.

Ya puesto se puso sus tacones, se paró y camino hacia el espejo, en eso casi pierde el equilibrio pero se recompuso a tiempo.

_ Será un martirio poder caminar con estos zapatos, la última vez que usé unos de estos fue cuando me hice pasar por Lola y ganar ese certamen.— decía Lana a sí misma.

Ya en su espejo Lana tomó su cepillo y se lo pasó por su cabello, ahora entendía mejor a Lola de las veces que la veía cepillarse el cabello, aunque la diferencia entre Lola en ese entonces es que quería verse linda a toda costa para presumir su belleza, en cambio Lana se está peinando para verse bien para su cita.

Tras cepillarse bien su cabello tomó dos ligas para el cabello y se hizo sus tan queridas coletas. Vio su cabello y notó que estaba algo largo casi llegando a su cintura.

_ Otro día me lo cortaré y tenerlo a la altura de mis hombros. Ya falta poco para que Lincoln venga a recogerme, será mejor darme prisa.

Pocos minutos después Lana ya estaba lista, por lo que salió de su habitación para ir a la sala y esperar a que su cita llegue. En la sala precisamente se encontraba su madre, Viviana vio a su hija quien se veía muy arreglada.

_ Vaya, ¿Y eso vas muy arreglada? ¿Habrá un baile en tu escuela?— preguntó Viviana a su hija.

_ Eso es hasta que me gradue, y con respecto a donde iré, tendré una cita con mi novio.— respondía la rubia.

Viviana al oír lo que dijo su hija no pudo contener la emoción, por lo que fue a abrazar a su hija.

_ ¡Ay mi niña ya es toda una mujer! Pero espera, ¿Acaso ese novio tuyo no es un delincuente? Si es así enviaré a unos guardaespaldas para que te defiendan de ese maleante.— decía Viviana a Lana.

_ Tranquila mamá, de hecho mi novio es precisamente Limbert. El mismo que me salvó de ese patán de Jason.— tranquilizó Lana a su madre.

_ ¿Limbert, el joven que tiene el cabello blanco? En estos momentos te hubiera prohibido estar de novia con él ya que es mayor que tú, pero viendo el hecho que fue él quien te salvó de ese pervertido no puedo estar más que agradecida por él. Por lo que tienes mi permiso para que salgas con él.

_ ¿En serio? ¡Te lo agradezco mucho mamá! Por un momento pensé que te ibas a negar que tuviera un novio.— agradeció Lana a su madre.

_ Como dije él fue quien te salvó de ese secuestrador, y sería una buena muestra de aprecio y admiración en dejarte ser su novia, aunque eso si, me gustaría que él vinieran a cenar con nosotros y poder conocerlo mejor.— dijo Viviana a Lana.

_ Durante la cita le diré eso, lo invitaré a cenar y así tú y papá puedan conocerlo mejor. Estoy segura que le caerás muy bien.

Mientras madre e hija estaban hablando escucharon el timbre de la casa sonar, lo que da a entender que Lincoln había llegado.

_ Debe ser él, no le haré esperar iré a recibirlo. Adiós mamá, volveré más tarde luego de mi cita.— se despidió Lana de su madre.

_ Adiós hija, que se diviertan y procuren no volver muy tarde.— le dijo Viviana a su hija.

Con eso Lana se despidió de su madre con un gesto en señal que acató lo que dijo, luego procede en abrir la puerta y vio a su amado de cabello blanco, quien llevaba un traje muy elegante.

_ Wow, te ves muy bien, luces elegante.— halagó Lana a su novio.

_ Lo mismo digo de ti, te ves preciosa, aunque siempre te verás preciosa ante mis ojos. ¿Lista para nuestra cita?— preguntaba Lincoln a su novia.

_ Si no estuviera lista no llevaría puesto este vestido, andando.— respondía la rubia.

Así Lana sale de su casa cerrando la puerta todo esto mientras su madre veía todo, quedó asombrada al ver al novio de su hija, no cabía duda que ese chico es el hombre ideal para Liliana. Mientras con los dos tortolitos estos caminan hasta la vereda en donde Lana vio un auto estacionado al frente de su casa.

_ ¿De quién es este auto?— preguntó Lana.

_ Es de un compañero de trabajo, me lo prestó para esta cita a cambio que lo cuide bien.— respondía el albino.

_ Genial, también deberías de conseguir tu propio auto, sería genial conducirlo.— comentaba Lana.

_ Ya tengo planeado conseguir mi propio auto, déjame abrir la puerta por ti mi Lady.

Lincoln abrió la puerta para que su amada entrara, la rubia agradeció el gesto de caballerosidad de Lincoln, luego el albino entró al auto y así partieron con rumbo a su primera parada de esta cita. Dentro del auto vemos a los novios, quienes se les veían emocionados de tener su segunda cita.

Tras varios minutos habían llegado, Lincoln hizo lo mismo de antes y abrió la puerta para que Lana saliera. La rubia volvió agradecer el gesto de su novio. Lana vio el restaurante al cual irían a cenar.

_ Recuerdo este restaurante, aquí vinieron a cenar mis padres en su aniversario de hace dos años. Que buena elección hiciste.— dijo Lana a Lincoln.

_ Que puedo decirte, sé perfectamente lo que las personas les gusta con solo una pequeña pista. Entremos ya que reservé una mesa para nosotros y falta poco para que sea la hora.— decía el albino.

Entraron al restaurante en donde fueron atendidos por el recepcionista

_ Sean bienvenidos linda pareja, ¿Apartaron una mesa para esta noche?

_ Así es, mesa para dos a nombre de Limbert Sterling.— respondía Lincoln.

_ Aquí está, pasen adelante.

El mismo recepcionista los llevó a una mesa que estaba desocupada y se sentaron ahí. Tomaron los menús para escoger que iban a comer.

_ Si que hay de donde escoger. No me decido que pedir.— decía Lana.

_ Pide lo que sea yo pagaré por todo, no importa si esto sea caro, tú solo confía en mí.— le dijo Lincoln a su amada.

En eso llegó el mesero, quien anotó las órdenes de la pareja, mientras esperaban a que viniera sus alimentos fue que Lana inició una conversación con el peliblanco.

_ Por cierto Lincoln, ya que vamos a cenar me acordé de algo que me dijo mi mamá antes de venir acá. Y es que ella quiere conocerte, le conté que tú eres mi novio, y que en estos días podrías ir a mi casa a cenar y así puedas conocer mejor a mis padres.— contaba Lana a Lincoln.

_ Me preguntaba lo mismo, ya que tarde o temprano tus padres iban a saber de nuestra relación y sería bueno poder conocerlos mejor. Y ahora que lo mencionas, también podría contarle a mis padres de lo nuestro y así organizar una cena para que puedas conocerlos.— decía el albino.

_ No tengo problemas con ello, así nuestra relación dará un paso gigantesco y así nuestras familias puedan llevarse bien.— respondía Lana.

Unos minutos después sus alimentos habían llegado, ambos comienzan a comer saboreando de una jugosa carne cubierta de una deliciosa salsa. Lincoln vio que su novia tenía un poco de salsa en sus labios, a lo que toma una servilleta y le limpió sus bellos labios que ha besado.

Luego de comer ambos estaban satisfechos.

_ Esa carne estuvo deliciosa, este restaurante si que sabe cómo complacer a sus clientes.— dijo Lana.

_ Y esto aún no termina, todavía nos queda el postre.— respondía Lincoln.

El mismo mesero trajo a la mesa dos platos los cuales traían dos rebanadas de pastel de fresa. Lana al verlo se le hizo agua a la boca.

_ Este pastel se ve delicioso. Aunque no sea de chocolate no quita el hecho que se vea rico.— comentó Lana.

_ Sin duda se ven deliciosos, ¿Quieres que te dé de comer tu pastel?— preguntaba Lincoln.

_ Por supuesto, no puedo negarle cualquier petición a mi lindo novio.

Así Lincoln tomó una cuchara y tomó una porción de pastel y le dio de comer a su novia, Lana simplemente abrió su boca y dejó que su novio le diera su pastel. Lincoln veía de manera enamorada a su novia quien disfrutaba del delicioso postre.

_  Realmente eres muy hermosa Lana, digan lo que digan para mí eres y serás la más bella de todas.— halagó Lincoln a su novia.

_ Ay basta, harás que me sonroje. No me considero tan bella, pero si tú lo dices eso me hace feliz.— decía Lana a Lincoln.

Luego de comer y de pagar la cuenta, la cual no fue nada barato pero a Lincoln poco le importó gastar mas de la cuenta. Saliendo del restaurante subieron al auto y fueron a otro lugar, fueron a un parque que seguía abierto, bajaron del auto y fueron hasta el interior del parque.

Caminaron mientras iban tomados de las manos, algunas pocas personas que pasaban veían a nuestros protagonistas y no cabía duda que ellos eran una linda pareja. Vieron una banca y se sentaron ahí, mirando el cielo el cual estaba completamente despejado.

_ Esta noche si que es muy linda, el cielo está despejado y se puede ver la luna. Es hermoso.— dijo Lana a Lincoln.

_ Las noches son perfectas, pero cuando estás acompañado de alguien a quien amas lo hace 100 veces mejor. Y esta noche para mí es más que perfecta.— decía el albino.

_ Ya basta, tú si sabes como hacerme sonrojar. Es cursi pero a la vez bello, y eso es algo que amo mucho de ti.— respondía Lana.

Ambos se miraron fijamente para luego acercarse y darse un beso en sus labios, quien podría imaginar que estas dos almas jóvenes fueran parte de una familia, más precisamente fueran hermanos pero que en realidad una oscura verdad se estaba ocultando y que posiblemente ellos dos nunca lo hubieran sabido.

Pero ahora ellos dos son más felices ahora, ahora podrán estar más juntos que nunca, incluso más cuando solían ser hermanos. Lincoln y Lana disfrutaba de su beso como si mañana fuera el fin del mundo, querían que esta noche fuera eterna, pero sabían que debían de terminar y regresar a sus hogares.

Al separarse ambos se veían con un amor puro, un amor que es impenetrable, uno que puede romper barreras, un amor que hoy en día es imposible de ver. Cuando estaban por volver a besarse fue que escucharon algo.

_ ¿Escuchaste eso?— preguntó Lincoln.

_ ¿Música? ¿Acaso hay un concierto o algo parecido por aquí?— se preguntaba Lana.

_ Parece que viene de allá, vayamos a ver que es.— decía el albino.

Se levantaron de la banca y fueron hasta el origen de esa música, más adelante del parque había una pequeña fiesta comunitaria, veían mucha gente que se estaban divirtiendo.

_ No sabía que habría un evento aquí, y se ve divertido.— decía Lana.

_ ¿Te gustaría ir a bailar?— preguntó Lincoln.

_ Veamos si puedes mover bien ese lindo trasero tuyo. Vamos a mover el bote.— respondía la rubia.

Los dos novios fueron a ese evento en donde había una pista de baile en donde Lana y Lincoln bailaban muy pegados, luego bailaron otro tipo de música, la gente al verlos bailar despejaron el lugar en donde Lincoln lanzaba a Lana por los aires para luego atraparla, después la hacía girar como un trompo, siguiendo así Lincoln pasaba a Lana por debajo de sus piernas para luego Lana hiciera girar a su novio.

Tras estar bailando por varios minutos los novios terminaron su coreografía en donde Lincoln cargó a la rubia entre sus brazos mientras Lana saludaba a los presentes, quienes sólo pudieron aplaudir y silbar al ver tan magnífico baile.

_ No sabía que podías bailar muy bien, aparte supiste como seguirme el ritmo.— decía sorprendido Lincoln.

_ Creo que ir contigo y los chicos al arcade y jugar a ese juego de baile me sirvió de algo, incluso con estos tacones pude moverme bien.— respondía la rubia.

_ Ya se hace tarde y debo llevarte a casa. Vámonos.— dijo Lincoln.

Dejando ese evento fueron hasta el auto en donde Lincoln fue a dejar a Lana a su casa, esta nueva cita fue muy espectacular, ya que no tenía previsto ir a esa fiesta eso fue algo al azar, pese a ello los dos se la pasaron bien.

_ Llegamos, esta cita fue increíble. Más que nada como dejamos a esas personas sorprendidas por cómo bailamos.— contaba Lincoln lo que hicieron.

_ También lo disfruté, fue increíble esta segunda cita. Por cierto, sobre de la cena con mis padres podrías venir este miércoles y así puedas conocerlos mejor.— le recordó Lana sobre la cena.

_ Ahí estaré y también dejaré claro que soy el hombre indicado para ti para ser tu pareja. Yo te aviso cuando puedas ir a cenar conmigo y mis padres, por ahora descansa Lanita.— decía el albino.

Antes de irse se dieron un beso de despedida y Lana salió del auto, fue camino a su casa y entró. Dentro su madre le estaba esperando, ya que quería saber cómo le fue a su hija en su cita.

_ Y bien, ¿Cómo te fue en tu cita?— preguntó Viviana.

_ Increíble, es lo único que puedo decir en estos.— respondía Lana.

_ Con eso es mas que suficiente para estar feliz. ¿Y le dijiste sobre la cena con nosotros?— volvió a preguntar Viviana.

_ Le dije y aceptó, sé que él podrá llevarse bien con ustedes y lo acepten como parte de la familia.— respondía la rubia.

Tras esa breve charla Lana subió a su habitación y se tiró en su cama, cada día su relación con Lincoln va mejorando, ahora sólo le queda algo para así afianzar su noviazgo con Lincoln, y esto es que él se lleve bien con sus y conocerlo, y eso mismo tendría que hacer ella.

_ Primero Lincoln conocerá mejor a mis padres y luego me tocará a mí. Esto debe de ser un sueño, pero es claro que esto es más real que el ratón de los dientes.— decía la rubia.

Sin nada más que hacer se quitó los tacones y su vestido para así ponerse su pijama y quedarse dormida.

Lunes.

Es lunes inicio de semana y vemos a Lana llegar a su salón de clase, en eso llega Denisse quien quería saber como le fue a su mejor amiga en su cita.

_ Liliana, ¿Cómo te fue en tu cita? Cuéntame todo.— pedía la pelinegra.

_ Tranquila que esto no es un interrogatorio. Para empezar Limbert me llevó a cenar y luego fuimos a un evento que se realizó en el parque y nos quedamos a bailar, nos hubieras visto.— decía Lana a su amiga.

_ Eso ya lo sé, alguien los grabó y déjame decirte que si que eres buena bailando.— contestaba Denisse.

La chica de cabello negro le mostró a Lana el video en donde se ve a ella Lincoln bailando esa noche. Ahora que lo veía se sorprendió a sí misma de como se movía a pesar que no estaba planeado todo eso y sólo se dejaron llevar por la música.

_ Incluso ni yo sabía que era buena bailando, pero cada quien tiene un talento oculto que ni cuenta lo sabe.— respondió Lana.

_ ¿Y cuando será la siguiente?— volvió a preguntar Denisse.

_ En estos días lo invité a cenar en mi casa y así pueda conocer a mis padres. Quiero que ellos lo consideren parte de la familia.— respondía Lana.

_ Uy si que vas con todo, no muchos se atreven a ir a conocer a los suegros ni mucho menos ir a su casa. Incluso yo tenía mis dudas a la hora de conocer a mis suegros, y eso también va para Robert.— contaba la pelinegra.

_ Yo también quiero ir a cenar con los padres de Limbert y así ellos también me acepten como miembro de la familia.— dijo la rubia.

Dejaron de hablar de la cita que tuvo Lana para hablar de otros temas hasta que fuera momento de comenzar con las clases.

Miércoles.

Avanzamos en el tiempo y es miércoles y este día Lana se estaba preparando para la cena que tendría en casa con Lincoln y que este pueda conocer a sus suegros y llevarse bien con ellos.

Vemos a Viviana quien estaba preparando la comida para su yerno y ángel guardián que salvó a su hija. Por su lado Paul preparaba la mesa, al igual que su esposa también estaba agradecido con el albino por haber salvado a su hija de ese depravado. Lana por su lado se estaba preparando, para esta ocasión llevaría el cabello suelto, se tomó su tiempo para peinarse y prepararse.

_ Hija ya casi es la hora, tu novio llegará en cualquier momento.— dijo Paul a Lana.

_ Enseguida salgo.— respondía la rubia.

Luego de peinar su cabello se vio al espejo y se veía bien, llevaba una blusa de color rosa salmón y aparte llevaba una falda a cuadros color negra que le pidió prestada a Denisse. Salió de su habitación para así estar preparada para cuando llegara Lincoln.

_ La mesa está lista, la comida falta poco, Lincoln llegará en unos minutos. Muero de ganas para que Lincoln conozca mejor a mis padres.— decía la rubia.

10 minutos después Lincoln había llegado justo cuando Viviana terminó de hacer la cena. Lana abrió la puerta para recibir a su novio, quien de igual manera se veía bien, no tan formal pero mostrándose como un hombre responsable y educado.

_ Hola amor, llegas a tiempo, mamá ya hizo la cena y todo está preparado. Pasa adelante.— recibía Lana a su novio.

_ Muchas gracias, luces hermosa, y siempre lo serás para mis ojos.— halagó el albino.

Lincoln entró a la casa de su novia y no hacía falta explicar en donde queda el comedor, puesto que Lincoln ha venido varias veces y se sabe todo de memoria. Lana fue junto a Lincoln para así presentarlo a sus padres.

_ Mamá, papá. Quiero que conozcan, o mejor dicho, que conozcan mejor a mi novio Limbert Sterling.— presentó Lana a su novio.

_ Es bueno verlos de nuevo señor y señora Winchester. Gracias por la invitación a comer.— agradecía Lincoln.

_ No es nada jovencito, toma asiento, estás en tu casa.— decía Viviana a su yerno.

Lincoln se sentó al lado de su novia y frente a él había un plato del cual había un delicioso estofado, del cual hizo que Lincoln quisiera comer.

_ Huele muy bien, sin duda es una gran cocinera señora Winchester.— halagaba el albino.

_ Gracias querido, por cierto puedes llamarme Viviana.— respondía Viviana.

Los cuatro comenzaron a comer en donde Lincoln disfrutaba de la comida, anteriormente ha probado algunos platillos de su suegra cuando venía a celebrar el cumpleaños de Lana, nunca se cansaría de esto.

_ Dinos Limbert, ¿Cómo se conocieron Liliana y tú?— preguntaba Paul.

_ Se podría decir que nos conocemos de toda la vida, y simplemente nos hicimos mucho más cercanos y todo terminó con nosotros siendo novios.— respondía el albino.

_ Y dinos, ¿A que te dedicas?— preguntó Viviana.

_ En estos momentos trabajo en un almacén cargando cajas a varios camiones. Pero estoy estudiando contabilidad para así abrir mi propia tienda, aun estoy pensando de que será la tienda.— respondía el albino.

_ Eso es bueno, tener tu propio negocio y así salir adelante, me gusta como piensas.— comentó Paul.

_ También quisiéramos decir que nuestros hijos no se encuentran en casa, nos hubiera gustado que ellos estuvieran aquí y conocerte.— decía Viviana.

_ Descuide, Liliana me contó todo de sus hermanos y a que se dedican. Y estoy sorprendido y orgullosos de ellos.— dijo Lincoln.

_ ¿Y vives con tus padres o tienes casa propia?— volvió a preguntar Paul.

_ Vivo en un apartamento y también ahí mismo están viviendo mi hermana y mi cuñado. Eso es otra cosa que quiero hacer una vez termine la universidad y es tener mi propia casa donde pueda vivir junto con Liliana.

Los señores Winchester al oír lo que dijo su yerno no cabía duda que este chico es el hombre indicado para su hija, no por nada arriesgó su vida para salvar a Lana de Jason, algo que otro en su lugar jamás harían.

La cena siguió en donde Lincoln pudo conocer mejor a sus suegros y estos también conocieron más de Lincoln. Fue así que la cena concluyó en donde Lincoln estaba satisfecho.

_ Su comida es la mejor Viviana, espero poder ser un gran cocinero como usted.— dijo Lincoln a su suegra.

_ Cuando quieras podría enseñarte algunos trucos que tengo, eso si, tengo algunos secretos en la cocina y los dejaré así hasta que muera.— respondía Viviana.

_ Vuelve cuando quieras, aquí te recibiremos con los brazos abiertos.— dijo Paul a Lincoln.

_ Yo te acompaño hasta la salida, y también deseo que regreses pronto.— dijo Lana.

_ Esperen, me gustaría ayudarles con esto, no sería cortes dejarles todo esto a ustedes.— decía Lana.

_ Insisto, quiero ayudar y eso es lo que haré.

Lincoln ayudó a sus suegros y a su novia en acomodar todo y de lavar los platos sucios. Para esto Lana le acompañó, Lincoln se encargaría de lavar y Lana de secar.

_ No era necesario que hicieras esto, nosotros podíamos hacerlo.— dijo la rubia.

_ Si, pero quiero demostrarle que no soy como otros novios que solo comen y se van, esto sería mi forma de agradecimiento por la cena que hicieron.— respondía el albino.

Los dos no se daban cuenta que Viviana y Paul los veía a escondidas y se sentían contentos de que su hija se ganó la lotería al tener de novio a un joven muy educado y servicial. Tras acabar de lavar los platos ahora si los dos novios se tendrían que despedirse.

_ Fue una gran cena, estuvo muy buena y aparte pude tener una charla entretenida con tus padres.— decía el peliblanco.

_ Se nota que le caíste bien y ya te consideran parte de la familia. Esto me alegra mucho que mis padres te quieran.— comentaba Lana.

_ Todavía nos queda algo más, le diré a mis padres que organicemos una cena y así puedas ir, incluso invitaré a Loren para que este con nosotros. Si todo sale bien puedes venir este sábado.— decía el albino.

_ No me he olvidado de eso, estoy segura que le caeré bien a tus padres, si pudiste con los míos también lo haré con los tuyos.— decía la rubia.

_ Ya me tengo que ir, adiós Lanita.

Así con un beso de 10 segundos los dos novios se despiden, Lana entró a su hogar en donde veía a su madre, quien se le nota en su rostro una sonrisa de estar orgullosa.

_ Mi niña realmente conseguiste un buen novio, ya espero con ansias el día de tu boda.— dijo Viviana a su hija.

_ Es muy pronto para pensar en eso, solo quiero disfrutar de estos momentos con Linc..... Limbert hasta que sea el momento que quiera casarme con él.— respondía la rubia.

Sin más Lana subió a su habitación puesto que no había nada que hacer, adentro la rubia se sentía contenta de que sus padres hayan aceptado a Lincoln en la familia y que acepten su relación.

_ El paso 1 ya está completado, ahora me toca ir a cenar con los padres de Lincoln y así llevarme bien con ellos y así me acepten como su nuera.— dijo la mecánica.

Se quitó los zapatos y se acostó en su cama mirando al techo, todo en su relación va subiendo como la espuma, y eso que apenas llevan poco tiempo de estar saliendo y estar de novios.

Sábado.

Vemos a Lana quien iba de camino a la antigua casa de Lincoln, en donde tendría una cena con sus suegros y con su cuñada Loren. La rubia se preparó llevando en esta ocasión una blusa de color blanca y una falda de color verde que nuevamente se la pidió prestada a Denisse, y llevaba su cabello con dos coletas como le gusta tenerlo.

Llegó a la residencia Sterling, ya era la hora pautada, debía de dar una buena imagen en sus suegros, ya no era esa niña que solía jugar con la comida y solía hacer guerra de comida, ahora debía de mostrar su faceta como novia aunque sin dejar de lado lo que mas le apasiona, la mecánica y su amor a los animales.

Tocó el timbre y esperó a que atendieran la puerta, segundos después vio que Loren abrió la puerta, la rubia mayor se alegró de ver a su hermana y ahora cuñada llegar a tiempo para la cena.

_ Hola Lana, te ves linda, llegas a tiempo, mamá y Lincoln terminaron de preparar la cena. Pasa adelante.— recibía Loren a la otra rubia.

_ Con permiso y muchas gracias.— agradeció Lana.

Así como Lincoln conoce la casa de Lana así mismo ocurría con Lana, se sabía de memoria cuales eran las habitaciones de ambos hermanos, ya que años atrás solía venir cuando la invitaban a una pijamada. Fue al comedor en donde estaba Oliver esperando, vio a su hija llegar con su nuera.

_ ¿Con que tú eres la novia de Limbert? Si que eres muy linda.— preguntaba Oliver.

_ Así es, yo soy la novia de Limbert. Es un gusto poder estar aquí con ustedes.— respondía Lana.

Por su lado Lincoln y Rachell sirvió la comida para todos, madre e hijo habían preparado espagueti a la boloñesa. Lana probó la comida de su suegra y de su novio, no cabía duda que ellos dos tienen el don en la cocina, cosa que ella carece.

_ El espagueti les quedó muy bien, no puedo dejar de saborar cada bocado.— halagó Lana por la comida.

_ Me alegra que te guste, es un secreto de familia y que sólo Limbert y yo sabemos la receta. Por lo cual no será fácil sacarnos información.— comentaba Rachell.

_ Y dinos jovencita, ¿Desde hace cuanto se conocen ustedes?— preguntaba Oliver.

_ De hecho ustedes ya me conocen, solía venir a su casa cuando Limbert y Loren me invitaban a una pijamada. Por si se preguntan me llamo Liliana.— contaba Lana a sus suegros.

_ ¡Es cierto! No te recordaba, es increíble cuanto has crecido, ya eres toda una señorita.— decía Rachell.

_ Y también ella solía ser mi hermana cuando estábamos con la familia Loud, hace años les conté de esto.— decía Lincoln.

_ ¿Enserio ella era tu hermana en esa familia de monstruos?— preguntaba Oliver.

_ Así es, prácticamente Liliana es mi hermana biológica, y aunque ella sea de otra familia nunca dejaré de quererla como mi hermanita.— aclaró Loren.

_ Es increíble, y dinos a que te dedicas Liliana, cuéntanos más sobre ti y de tu familia.— dijo Rachell a su nuera.

Fue así que una amigable y entretenida charla se llevó a cabo en la mesa, en donde Lana le cuenta a sus suegros que es lo que hace luego de la escuela y cual es su sueño a futuro. Así como pasó en la primera cena ahora Lana veía como se ganó el corazón de sus suegros y ya lo ven como parte de la familia.

El ambiente era tan bello que ni se dieron cuenta que el tiempo había pasado y era ya tarde, lo cual los chicos debían de irse a sus hogares.

_ Fue una buena cena, y me alegra poder conocerlos mejor que antes. Espero volver aquí y platicar un poco más.— dijo Lana a sus suegros.

_ Vuelve cuando quieras, ahora que eres novia de Limbert eres parte de la familia.— decía Viviana.

_ Nosotros también debemos de irnos, otro día Loren y yo vendremos para pasar un día en familia, y por supuesto Liliana vendrá con nosotros.— dijo Lincoln a sus padres.

_ Ya me imagino como nos vamos a divertir en un viaje familiar. Cuídense y ya saben, esta siempre será su casa.— le dijo Oliver a los chicos.

Así los chicos se despidieron de los señores Sterling para así ir a sus hogares. Tanto Lincoln, como Loren estaban contentos de que Lana se ganó el cariño de ambos señores albinos y ahora es parte de la familia.

_ Felicidades chicos, ahora ambas familias se llevarán bien a partir de ahora. Quién iba a pensar que lo de ustedes llegaría tan lejos.— comentó Loren a sus hermanos.

_ Yo pensaba que los padres de Lana no me iban aceptar, pero viendo que fui yo quien salvó a su hija de las manos de Jason pensaron que sería bueno que Lana estuviera con alguien que sacrificaría su vida por ella.— comentaba Lincoln.

_ Igualmente pensé lo mismo, aunque viendo que ellos me conocen desde hace años y que sin importar la edad que tenemos para ellos lo único que les importa es que nosotros seamos felices.— opinaba Lana.

_ Sabes, ahora que lo recuerdo aún nos queda por decirle a algunas personas conocidas sobre nuestra relación.— decía Lincoln a su novia.

Lana pensó en lo que dijo su novio, se puso a pensar a quienes se refería, fue ahí que la respuesta vino a su mente.

_ Es verdad, me había olvidado de ellos por completo. En estos días debemos de ir y decirles sobre lo nuestro.— respondía Lana.

Primero fueron a dejar a Lana a su casa, Lincoln le dio un beso de despedida, luego el albino y su hermana fueron al edificio de apartamentos y así poder descansar, a la vez que estaban felices de que la relación de Lana y Lincoln había alcanzado la cúspide de la cual algunos noviazgos suelen fallar.

Unos días después.

Pasaron unos días luego de la cena en la cual Lana visitó la casa de sus suegros y pudo llevarse bien y así ser considerada parte de la familia. Pero ahora faltaba algo más que a los dos tortolos se les había pasado por alto.

Se ven a ellos dos caminar tomados de las manos, dejando claro a todo el mundo que ellos dos son pareja. Tras caminar varias cuadras habían llegado, el lugar era ni más ni menos que el asilo de ancianos B.J Smith.

_ Llegamos, ellos también tienen derecho de saber sobre nuestra relación, y confío en que ellos nos aceptarán como tal.— decía Lincoln a Lana.

_ Descuida amor, nosotros los conocemos y es claro que aceptará lo nuestro, incluso nos dará su bendición.— le dijo Lana a su novio.

Entraron al recinto donde viven varios señores de la tercera edad, fueron a la recepción para así avisarle al encargado de que venían a visitar a un familiar.

_ Bienvenidos, ¿Vienen por lo de siempre verdad?— preguntó el encargado a los novios.

_ Así es, vinimos a visitar a los señores Albert y Myrtle Johnston.— respondió Lincoln.

_ Ellos están en su habitación, pasen adelante.

Con eso Lincoln y Lana fueron a la habitación en donde viven sus abuelos, desde que se enteraron que sus abuelos viven en ese asilo han venido a visitarlos todo estos años, incluso Loren los acompaña para así pasar con quien se supone debía ser su abuelo desde un principio.

Llegaron a la habitación y Lincoln tocó la puerta tres veces, esperaron a que alguien abriera la puerta.

_ Voy en seguida.

Tras ese aviso la puerta se abre dejando ver a Myrtle, la señora de cabello ahora grisáceo vio a sus nietos, esto hizo que se alegrara de que sus lindos nietos vengan a visitarla a ella y Albert.

_ ¡Niños que bueno verlos nuevamente! No se queden aquí pasen.— exclamó contenta Myrtle.

_ Gracias abuela.— dijeron al unísono.

Los dos novios entraron a la habitación de sus abuelos, se sentaron en un sofá que había en la sala.

_ Esperen aquí iré a avisarle a su abuelo que vinieron a visitarnos.— dijo Myrtle a los chicos.

Myrtle fue a una habitación para así avisarle a su amado de la visita de sus nietos. Por su lado Lana y Lincoln se preparaban para contarle a su abuelo de que ahora ellos dos son novios.

_ Llegó el momento, los abuelos merecen saber sobre lo nuestro, no podemos ocultarle esto por siempre.— decía el albino.

_ Ya estoy lista, estoy preparada para lo que sea que ocurra.— respondía Lana.

Segundos después se ve a Myrtle, quien venía acompañada de su amado Albert, quien este último estaba en una silla de ruedas mientras Myrtle lo empuja.

_ Mis queridos nietos, me alegra que vinieran, ya me preguntaba el por qué no venían.— decía Albert a sus nietos.

_ Hola abuelo, lamentamos por no haber venido antes, aunque la razón del porqué vinimos, más allá de pasar el día con ustedes, Lana y yo tenemos algo que contarles, y ustedes tienen derecho de saberlo.— decía Lincoln serio a sus abuelos.

_ Por tu tono de voz y tu mirada ya lo dice todo, a ver cuéntame que tienen que decirme.— decía Albert a los chicos.

Los novios se miraron y luego asintieron dando a entender que estaban preparados.

_ Lo que tenemos que contarles es sobre algo que tenemos Lana y yo, es algo que sin duda me cambió por completo la vida.— empezó Lincoln.

_ Yo al principio no sabía que estaba pasando, pero luego entendí que era, y desde entonces no me arrepiento de haber tomado esta decisión.— continuó Lana.

_ Lo que tratamos de decirles es que..... Lana es mi novia/Lincoln es mi novio.

Luego de decir eso último al unísono toda la habitación quedó en completo silencio, ambos chicos veían a Albert, quien tenía una mirada muerta en su rostro, y Myrtle tenía una mirada de asombro total. Para los novios no era una buena señal, ya temían lo peor aunque estaban preparados.

Tras unía largos segundos en silencio vieron como el rostro sin vida de Albert cambió repentinamente a una sonrisa a la vez de una pequeña risa.

_ Ja Ja Ja, por un momento pensé que ustedes estaban esperando un bebé, si fuera así les hubiera dicho que aún es pronto para que sean padres.— reía Albert sobre lo que escuchó.

Esto sacó de onda a los novios, esta no era la reacción que se esperaban de Albert, aunque eso no evitó que ellos se pongan nerviosos y a la vez avergonzados de que su abuelo creyera que en verdad ellos estaban esperando un bebé.

_ ¿N-n-no estás molesto por lo que dijimos?— preguntaba Lana.

_ ¿Por qué lo estaría? Es la mejor noticia que he recibido, estoy feliz por ustedes niños.— respondía Albert.

_ También estoy feliz por ustedes, como crecen tan rápido.— dijo Myrtle a punto de llorar.

_ ¿Eso significa que ustedes apoyan nuestra relación?— preguntaba Lincoln.

_ Por supuesto que si Lincoln, que mejor novio podría tener Lana más allá que tú, y eso también aplica para Lana quien escogió al novio indicado. Sé que deben de hacerse muchas preguntas, solo les digo que me hace feliz que ustedes sean novios, ya que tienen todo para ser parejas, ambos se conocen desde que son pequeños y conocen sus defectos y virtudes, sus sueños y metas.

_ Sin contar el hecho de que ustedes no comparten vínculos sanguíneo y son de familias distintas. Sin contar la edad que tienen ustedes lo demás es perfecto. Es por eso que Myrtle y yo les damos nuestras bendiciones y queremos que ustedes sean felices y puedan formar su propia familia.

Esto alivió a los novios quienes igual estaban felices de que Albert y Myrtle están a favor de su relación y les dieran sus bendiciones y que sean felices.

_ Muchas gracias abuelo, no sabes lo felices que estamos de que aceptaran nuestra relación.— agradeció el albino.

_ No me agradezcas muchacho, sean parejas o no siempre confíen en este viejo anciano quien seguirá siendo su abuelo. Pero eso sí, es muy pronto para que piensen en tener hijos, esperen unos cuantos años más.— advirtió Albert.

_ ¿Otra vez con eso? Aún no hemos terminado nuestros estudios como para pensar en tener hijos.— exclamó Lana.

_ Je je, solo bromeo con ustedes, me causa mucha risa ver sus expresiones. Mejor no nos queremos aquí y salgamos de este lugar a divertirnos.

Sin tiempo que perder los chicos junto a sus abuelos fueron a pasar este día de la mejor forma, más que nada de que los novios estaban contentos de que ahora cuentan con el apoyo incondicional de Albert en su relación y les dieran su bendición. Todo en la vida de nuestros protagonistas va cuesta arriba, y eso que aun falta muchas cosas las que les aguardan, pero eso será tema para otro día.

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Hola amigos míos, ¿como están? Espero que muy bien.

Bueno vimos en este capítulo donde vimos como Lincoln y Lana tuvieron su segunda cita, la cual fue un éxito así como su primera cita, además de que ambos novios pudieron llevarse bien con sus respectivos suegros, ganándose su confianza y ser parte de ambas familias, incluso Albert los apoya y les dio su bendición y que ellos sean felices.

En el siguiente capítulo será uno que me gustará hacerlo, aquí es donde comienza otro gran cambio en las vidas de nuestros protagonistas luego de hacerse novios, solo les aviso que no se lo pierdan.

Ya sin nada más que decir los dejo con mis angelitos para despedir este capítulo.

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