CAPITULO TRECE

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Mike

––¡Hola! ––saludo con una sonrisa––. Mi nombre es James, seré quien te enseñe y te guie en el trabajo de mesero ¿Estas de acuerdo con eso?

Mike, tímido por la confianza del chico, se limito a hacer un leve asentimiento como muestra de aprobación.

––Perfecto. Sígueme te daré tu mantel yal finalizar tu uniforme.

El pelinegro aun estaba sorprendido por el espacio tan grande que era la cocina. Había aceptado una recomendación de parte de uno de sus viejos compañeros de clase, dijo que la paga era buena y que seria un muy buen inicio, a Mike le sorprendió el haber sido aceptado tan fácilmente aunque tuvo que responder una serie de preguntas algo largas. Al final de todo, solo preguntaron sobre su higiene personal y que tenia que cumplir con ciertos requisitos a la hora de, llevar la comida hacia las mesas.

––Este es el almacén, de vez en cuando hacemos un recuento para asegurarnos de que todo este completo, los cocineros no quieren que falte ni un solo ingrediente a la hora de preparar un platillo, déjame decirte que el Chef es alguien demasiado exigente, y eso implica mucho a la hora de tener que entregar la comida.

No sabia que decir en aquel momento, ¿Debería sentirse así de nervioso? Pensaba que solo tenia que entregar la comida y ya. Si pensaba en renunciar tendría pánico en volver a buscar trabajo y, quedarse sin dinero no era algo que pareciera tentarle, además de que paso casi dos horas en una entrevista que termino agotándolo, seria como haber perdido dos horas de su vida.

––Eres callado, al Chef le gustaras. Ven, te sigo mostrando las instalaciones.

Mike no pudo despegar la vista del castaño en el camino, era alto, mantenía el cabello perfectamente acomodado, sus ojos eran casi tan claros como su cabellera, y muy grandes, y era algo musculoso. Se pregunto a si mismo si iba al gimnasio.

Al terminar el recorrido, su cabeza daba vueltas de tanta información, aquel chico no paraba de hablar sobre los horarios de llegada, de ida y de como a veces, tenia que quedarse hasta tarde para cerrar, ahora Mike era su compañero mesero por lo tanto tendría que quedarse con él.

––Aunque no es necesario que lo hagas, puedes irte sin ningún problema.

––No ––dijo en un tono bajo––. Puede que lo descuenten de mi sueldo, y necesito ese dinero.

Pudo notar cierta sorpresa en el chico una vez que hablo, rápidamente esa sorpresa fue reemplazada por una sonrisa algo juguetona.

––Tienes una muy linda voz chico, trata de hablar mas fuerte la próxima vez y además ¡Sube esos ánimos! ––sonrió––, luces muy apagado ¿Qué te parece si te llevo por unos batidos luego de salir? Estoy seguro de que te vendrían muy bien.

––No, gracias, h-…hoy estaré algo ocupado así que…

––Sin problema ––respondió aun con esa sonrisa en el rostro–, estas ocupado y comprendo, será para la próxima.

Mike se sentía extrañamente confundido ¿Había sido grosero al rechazar al chico? No lucia molesto, y solo dijo que estaba ocupado, aquello era normal ¿No? Últimamente  pensaba mucho en que era grosero con todo el mundo.

Ni siquiera intento hablar con el chico cuando se dio la vuelta para seguir con el recorrido.

––¿Qué te trajo hasta aquí? ––pregunto Mike de repente.

––¿Te refieres al trabajo? Creo que la reputación del lugar, leí un artículo que decía muy bien organizado que era y que estaban buscando nuevos empleados. ––dio un salto de un lado a otro––. Aunque la paga no es muy buena.

––¿N-…no lo es? ––Mike chillo.

––¿No te lo dijeron? ––negó con desespero––. No me sorprende pero tranquilo tampoco te faltará lo que necesites.

Ya comenzaba a dudar sobre si quedarse o no. James pareció notarlo así que tomo las telas que habían a un lado de las cajas y, se las entrego con una sonrisa de punta a punta.

––A pesar de eso ––miro al chico con algo de brillo en su mirada––, te aseguro que te la pasarás muy bien, la mayoría de los empleados son muy agradables.

Mike tomó el uniforme pensando en lo que decía.

Rato después, cuando se había presentado con todos los demás empleados y familiarizado un poco más con el lugar, guardo su uniforme en su mochila y decidió salió del lugar. Estaba lloviendo afuera. Mike se detuvo al percatarse de que no tenia paraguas.

Dijo como excusa que estaba esperando a alguien más, no quería irse en los autos de personas que recién conocía Mike era algo desconfiado de los demás.

Se sentó en el murillo esperando a que dejará de llover.

Suspiro pensando en irse a pie, la lluvia se intensificaba cada vez más y el seguía allí, esperando a que la lluvia parara, era mejor que irse caminando mientras se mojaba.

Clavó la vista en su teléfono, no había visto los mensajes que sus padres le habían dejado preguntando si había conseguido el empleo, ¿Podría a este punto decir que iba a renunciar?

––Dios, dame una señal.

James salió en aquel momento, guardando las llaves en un bolsillo encendiendo el tabaco entre sus labios. Mike lo miró con descaro, James fijó la mirada en él sin sorprenderse.

Dejo escapar el humo y tendió el tabaco frente a él ofreciéndole fumar. Mike negó con tranquilidad, incluso su tranquilidad le sorprendía aquello debería ser extraño, incluso para él.

––¿Por qué no te fuiste con los demás? ––pregunto en un tono distinto a como se mostraba adentro.

––Estoy esperando a alguien ––mintió. Las mejillas de Mike se volvieron de un tono carmesí muy notable, James pudo descubrir muy rápidamente su mentira.

––¿Te sonrojas cada vez que mientes? ––tomo una calada de su tabaco.

––No, simplemente estoy nervioso.

––¿Te pongo nervioso? ––enarco una ceja curioso.

––Me acabas de ofrecer un tabaco en mi primer día de trabajo, es lo suficientemente extraño como para ponerme nervioso.

––Lamento eso ––asomo el tabaco hasta la lluvia dejando de que se apagará, lo tiro hacia la calle volviendo a mirarlo––. Listo, ya no está más.

––¿Por qué fumas?

––¿Por qué no? ––busco algo en su bolso––. Es una muy linda manera de escapar de la realidad ––se encogió de hombros entonces––, aunque a veces suele ser agotador.

––Deberías dejar de hacerlo ––el chico comenzó a reír, negando––. ¿Qué?

––No puedes decirme que hacer chico, acabas de llegar.

Mike se daba cuenta de que aquel sujeto que conoció adentro era solo una fachada, parecía ser que todos los hombres buscaban ser alguien más siempre.

«Sigo siendo hombre».

James lanzó un paraguas hacia Mike que, tomó antes de que cayera al suelo.

––¿Y esto para qué? ––frunció el ceño––. No pienso deberte nada.

––¿Quién te hizo tanto daño como para hacerte creer que me deberás algo?

James saco otro paraguas de su bolso, lo abrió y se dirigió hacia la lluvia deteniéndose en uno de los escalones principales.

––Si es que mañana no renuncias, con gusto aceptaré que me lo devuelvas.

Mike tomó el gafete que tenía en su mochila, fijándose en el uniforme y luego en el paraguas, luego en el chico que más adelante se alejaba entre la lluvia. Había pedido una señal para no renunciar y ahora pedía una señal para hacerlo, si su respuesta hubiese llegado tan rápido como la primera, se habría ahorrado un montón de cosas después.

Mike miro hacia los lados, el techo, las plantas, el suelo incluso se vio a si mismo en el teléfono esperando una señal en modo de respuesta y al no encontrarla, termino por aceptar que no tendría porqué renunciar.

[~•°•~]

––Rápido, rápido ¡¡Rápido!! Quiero que entreguen esos platos antes de que se enfríen ¡Te miro a ti en especial Mike!

El pelinegro soltó un chillido cuando tomo la comida y, recibió un empujón de parte del Chef. Salió del lugar con una bandeja llena de comida tratando de memorizar bien las mesas.

Fue dejando mesa por mesa el pedido, dirigiéndose lo más rápido que pudo a la cocina una vez más.

––Especial en la mesa 10, camarones en la mesa 14… ––trato de recordarse en un susurro.

––Mesa 24 y 32 un par de langostas, que tampoco se te olviden ––dijo James alegremente buscando los demás pedidos.

¿Por qué estaba tan alegre si ayer se encontraba diferente? Mike recordó que solo tenía una fachada, por alguna razón sintió rabia y que intentará ayudarlo, le hizo sentir más molesto.

No sabía porque se molestaba si aquel joven no le había hecho nada, pero aún así estaba molesto.

Tomo los siguientes platos entregándolos en tiempo record mientras anotaba las mesas en una libretita. Tuvo que anotar los demás pedidos en la parte de atrás, más personas seguían llamándolo por la rapidez en la que atendía.

James se percató de esto al ver que, la mayoría de las mesas ya estaban atendidas, se dirigió al chico una vez que se fue a recostar en una esquina, cansado de ir de un lado a otro.

––¿Todo bien? ––pregunto recostándose a su lado.

––¿Por qué finges tener una actitud distinta a la cual tienes fuera del trabajo?

––¿Es necesario tener una explicación? ––abrió los ojos mirándolo con curiosidad––. No me interesa que los demás me vean siendo como soy, y no porque esconda algo, no hay una razón en específico.

––Entonces… ¿Tienes una fachada solo porqué si? ––se inclino frente a él sorprendido––. ¿Me enseñas?

––No. Estás bien así, créeme.

––No me conoces de nada.

––Y tú a mí tampoco entonces es mejor que, ninguno de los dos nos conozcamos de algo ––molesto, James se retiro para seguir con su trabajo.

Mike lo miró irse. ¿Por qué se habría molestado? ¿Era tan mal querer tener dos personalidades distintas? Tomó su libreta y se dirigió a la cocina en donde una de las cocineras dejo el platillo.

––¡Hey! ––saludo––. Eres Mike ¿No? Te vi ayer con James, había olvidado algunas cosas.

––¿Lex, no? Si, ayer estuve con James ––llevo la mano hasta su nuca rascándol––. Me estaba prestando su paraguas porque no tenía el mío.

––No te pedí que me contarás lo que hacían ––dijo en tono serio––. Pero me interesa así que sigue. O no, mejor entrega la comida y ya luego nos reunimos.

Mike no entendía el cambio de humor tan repentino de la chica hacia el tema de conversación, pero prefirió salir y continuar con su pedido.

Más tarde, se volvieron a encontrar en la salida, Mike no había tenido tiempo de entregarle su paraguas a James así que se lo devolvería en la mañana.

La chica era muy habladora, le contó algunas historias sobre los empleados del lugar y de cómo obtuvieron su trabajo allí.

––A todos les dicen que tienen muy buena paga, y si, el lugar podrá ser muy organizado pero no tienen un buen sistema de paga y a los que cocinamos apenas es cuatro dólares más de lo que ganan los demás.

––¿Y por qué no renuncias y ya?

––¡JA! Que chistoso eres ––dijo entre risas––, ¿Sabes lo difícil que es conseguir más trabajos así? A pesar de haber mucha presión, no encuentras tantas oportunidades como estás. ––suspiro mirando hacia la calle––. Además… Mis padres quieren que consiga un mejor trabajo, para volverme independiente.

––¿Cuántos años tienes?

––18 ––Mike escupió el agua que estaba tomando––. ¿Por qué la sorpresa?

––¡Me dijeron que no podía ser menor de 20! ¿Cómo es que te aceptaron?

––Falsifique mi currículum ––la menor se encogió de hombros con tranquilidad––. No es gran cosa.

––Debería entregarte.

––¡OYE! ––la bofetada fue tan rápida que ni siquiera pudo reaccionar. Personas que iban pasando se detuvieron a ver la situación––. Eres un pervertido, cómo te atreves a insinuarte a mitad de la calle.

En un intento desesperado porque las personas no lo vieran de tal manera, confesó su sexualidad.

––¡S-…soy gay!

––¿Eres gay? ––dijo entusiasmada, inclinándose hacia él––. ¡Yo soy bi! ¿Qué tipo de chicos te gustan? ¿Alfas? ¿Omegas? Leo muchos manwhas.

––¿P-…podr-…riamos tener esta conversación en otro lugar? ––bajo la mirada apenado. Aún dolía la bofetada que le había dado.

––¿Es por las personas? ––Mike negó rápidamente––. Puedo hacer que se vayan ––llevo dos dedos hacia su boca y silbo––, ¡Hey! Idiotas váyanse estoy teniendo una conversación sobre identidad de gen…

Mike cubrió su boca llevándosela a rastras hasta un callejón oscuro. La pequeña chica mordió su mano una vez entraron.

––¿Intentas violarme? Se mucho de defensa personal ,así que no intentes nada ––intento darle un golpe en el rostro. Mike tomó su puño, la joven no perdió el tiempo y lo golpeó en la entrepierna––, ¿Eso duele? Siempre me he preguntado qué es lo que sienten los hombres.

––¡Estás loca! ––chillo soltando algunas lágrimas de dolor.

––¿Te hice daño? ––se agachó cuando Mike ya hacía en el suelo––, ten ––saco un par de hielos de su termo envolviéndolos en una toalla––. Al menos para la mejilla.

Al ver que el pelinegro no correspondía, lo llevo hasta su mejilla ella misma en un intento de arreglar las cosas, Mike pudo notar la mirada triste que tenía aquella chica. Tomó su mano alejándola de su mejilla cuidadosamente sujetando el pañuelo.

––Gracias ––dijo con una sonrisa.

––Lamento haberte hecho daño ––su tono de voz había cambiado drásticamente a uno más calmado.

––¿Eres así de intensa? ––pregunto con una sonrisa leve, demostrando que no lo preguntaba en un mal tono––, no acostumbro a ver personas igual de intensas que yo, aunque te pareces serlo aún más.

––Mi familia dice que tengo que ir a un psicólogo. No es normal que tenga ese tipo de actitudes, aunque el doctor Ben dice que son cambios comunes, más aún en mi.

––Quien sea que esté contigo se llevará un montón de emociones intensas.

––¿Tú dices?

Asintió con lentitud, Lex se abalanzó sobre él dándole un abrazo. Mike sonrió cariñosamente correspondiendo su abrazo.

––¿Pero eres alfa o omega?

––Háblame en pasivo o activo. Ni siquiera he tenido mi primera vez.

––Yo tampoco, hay una chica que me encaaaanta se llama Stacy. Suena mucho como las chicas populares en los fanfics de Wattpad ¡Pero es muy linda! Tambien trabaja en la cocina y…

––Me estás aplastando.

––Lo siento. ––se acomodo en el suelo una vez más.

OkAl menos había hecho una amiga ¿No? Le seguía sorprendiendo lo habladora que podía llegar a ser aquella chica, saco de su bolso un par de fotos de ciertos personajes dándole una clase sobre alfas y omegas. Mike no entendía nada de lo que decía, y en cierto punto llegó a sentirse extraño, pero aquella chica parecía feliz hablando de eso, optó por no decirle nada que la hiciera sentir mal.

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