CAPITULO VEINTICUATRO

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Kun

Y… por alguna razón…. Nunca pensó que aquel momento llegaría.

Sus maletas estaban listas, su bolso pesaba más de lo que recordaba y su habitación estaba completamente limpia. Dejo a Lee, el peluche que hizo con mucho cariño cuando era más pequeño en la cama después de darle un beso cargado de cariño.

Cerrar la puerta con silencio fue un paso.

Recorrer el pasillo con las maletas y su bolso también fue uno.

Mirar la habitación en donde dormían sus abuelos fue otro más.

Bajar las escaleras, dejar todo en la puerta y dirigirse a la sala de estar, en donde el anciano con su gran cabello blanco como la nieve, arrugas y ojos que lucían cerrados se encontraba viendo la televisión. Hacia dos horas que su abuela había salido para comprar cosas para la cocina y era el mejor momento para irse.

«Theon llegará dentro de poco.»

Kun lo miraba mientras él estaba de espaldas. No podía verlo a los ojos directamente.

¿Qué podía le decías a la persona que te hizo daño antes de irte?

––Lamento esto… Tengo que irme ¿Entiendes eso verdad? ––su tono era suave, temeroso, aún tenía miedo de él––, no puedo seguir aquí con ustedes… quiero acabar está cadena de sufrimiento y tarde o temprano esto pasaría. ¿Qué piensas de mi?

«No esperes una respuesta de él justo ahora ––se dijo.»

––Nunca entendí por qué me odias tanto. Yo nunca… ––«Pensara que soy un cobarde si lloro frente a él ––¿Qué más daba? Ya debía considerarlo como uno»––… Yo nunca pedí ser lo que soy y menos a esa edad… Tú y mi abuela eran las únicas personas que tenía, pensé que siempre iban a estar para mí, que me apoyarían en cada paso que diera como una familia… ––lagrimas se deslizaron por sus mejillas hasta caer en su camisa––. ¿Acaso eso no es lo que querías?

»Entiendo que guardes rencor hacia tú hija por tenerme y luego dejarme a su cargo ¿Pero por qué yo tenía que ser tú saco de boxeo? ¿Por qué la abuela tenía que ser parte de esto? Claro que ella también me ha hecho daño, pero tú también la lastimabas. ¡Y-…Yo podía ver su dolor!

Cuando él silencio inundaba la habitación era el momento en el que aquel señor mayor hablaba. En silencio, en silencio respondía y decía todo lo que quería transmitir. Pero aquel silencio era denso, asfixiante «¿Acaso quieres matarme?»

La pregunta lo hizo mirar hacia la estantería con vitrina.

Ahí guardaba el arma con el que hace tantos años quiso dispararle. Odio había en su mirada cuando estuvo a punto de hacerlo, odio puro.

Dio dos pasos hacia adelante, agachándose para poder ver lo que él veía en el televisor, solo era un programa comedico al cual no le estaba prestando atención. Él de verdad lo está escuchando.

––¿Qué pasaba por tu cabeza cuando intentaste matarme? Habías tenido a un niño de 10 años en tu casa todo ese tiempo y estuviste a punto de matarlo. ¿Qué pasaba por tu cabeza, abuelo?

Silencio de nuevo.

Kun suspiro, volviendo a estar de pie y limpiando sus mejillas, una vez más.

––Nunca te hice nada, nunca hice algo que de verdad me hiciera merecer todo el daño que me hiciste sufrir y lo sabías muy bien. ¿Qué sea gay te hacía daño? Pudimos haber hablado… ¡Daba igual si aún tenía 6 años! No había razón para hacer todo lo que hiciste. ––lo miro con pena––. Me juzgas por ser diferente pero aquí estás tú, dándole la espalda a un chico que lo único que necesito fue una familia. No golpes. No maltratos. Una familia.

Su teléfono sonó. No hizo falta mirarlo para saber qué era Theon. Como último acto, tomó asiento al lado del anciano con el que vivió gran parte de su vida y miro al televisor, justo como él estaba haciendo.

––Si algún día vuelvo para verlos ¿Tú estarías de acuerdo? Texas es donde crecí y de donde me voy ahora. Venir una vez más acá y arreglar las cosas estaría bien ¿No crees? ––sus ojos se habían cerrado por completo. Seguía consiente, solo que ahora lo ignoraba––. Dile a mi abuela que le deje un regalo en la habitación. ––¿Cómo se movía de allí? Despegarse del sofá y marcharse hasta la puerta solo para tomar sus cosas una vez más y mirarlo…––. Espero que recuerdes, recuerdes bien mi rostro. Yo no olvidaré el tuyo, eso no podré olvidarlo ahora, ni en mil años.

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Holiholita.

Tengo una explicación para esto: me gusta que el capítulo sea extremadamente corto ¿De acuerdo? Lo explicaré mejor en un futuro.

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