CAPITULO VEINTISIETE

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Mike

––Me preocupa esto ––la pequeña chica lo miraba con preocupación––. En verdad me preocupa, no solo eso, me asusta y mucho.

––A mi también pero la pregunta es ¿A ti por qué?

––Eres mi amigo, y él es un patán al que conozco más de lo que me gustaría. ––en una pequeña rabieta, Lex agarró un cojín y lo tiro directo hacia la puerta––. Imaginare que es su estúpido rostro.

––¿Qué… Tanto lo conoces?

––Puedo decir que mucho. Tal vez no sea buena idea que pases tanto tiempo con él, Mike.

––¿Por qué dices lo mismo que él? ––bajo la mirada––, ni que fuese un asesino.

––Claro que sí, asesina tus sentimientos.

––¡Exageras! ––Mike lucia igual que un niño pequeño haciendo puchero.

––Lo conozco más que tú, no puedes decir que no es cierto. ––la chica lo recostó del sofá, llevándose la taza de té que le había dado––. ¿Con qué te gusta el té de lavanda, no? ––sonrió de manera encantadora––, me preguntó que clase de cosas te gustarán aparte de eso.

––Dios, Lex. No pienses en eso ––sus mejillas no tardaron en ruborizarse––. Mejor aún, no lo menciones.

––Claro, claro.

Mike miro a Lex alejarse, sonriendo. ¿Cómo una chica que parecía estar la mayor parte del tiempo feliz, pudiera sentirse tan vacía? «Los ojos delatan, y su mirada dice mucho.»

––Juguemos a algo ––dijo de repente.

––¿A qué te gustaría jugar? ––levanto un poco la cabeza––. ¡Ah, mi cuello!

––No te tienes que mover tanto cuando estás acostado. ––golpeo la cabeza del pelinegro––. ¿Quieres saber de qué va el juego, sí o no?

––Mientras no me golpees más ––chillo.

––Eso lo decidiré yo misma. El juego consiste en que imagines a la persona con la que te gustaría estar. No James, por favor.

––¿¡Por qué habría de mencionarlo!?

––Dijiste que te está llamando la atención.

––Pero eso no significa que me guste ––frunció el ceño.

––¿Ah, no? Comienzo a creer que eres masoquista.

––¡Ya! ––comenzaron a reír––. Imaginar a un chico… No se me ocurre nada. ¿Y si comienzas tú?

Su pequeña amiga se sonrojo casi al instante, intentando ocultar la sonrisa boba que comenzaba a aparecer en sus labios, asintió con entusiasmo.

––Esa persona tendría el cabello corto, sería más o menos de mi estatura y morena, tendría unos lindos ojos negros, siempre estaría llevando audífonos incluso en horarios de trabajo y, le encantaría ir de fiesta siempre.

––¿Qué no es…? ––Mike sonrió al darse cuenta––. ¡Te gusta una de las cocineras!

––¡Por supuesto que no! ––sus mejillas solo la delataron más.

––¡Lex! ¿Desconfías de mí? ––enarco una ceja sonriendo.

––¡No! Es solo que me da… A-… Algo de vergüenza… ––suspiro––. Es que simplemente…

––Espera ––Mike comenzó a atar cabos––. ¡Es Stacy!

––Nooo ¿En serio? ––hizo una mueca––. Te hablé de ella en el callejón ––suspiro––, no tengo oportunidad con ella ¡Es demasiado hetero!

––Deja el sarcasmo, además ¿Por qué no intentas acercarte? Tal vez le gustas. ––sugirió.

––Ni siquiera podemos mantener una conversación estable, Mike.

––Nunca es tarde para empezar una ––se envolvió en la sábana sonriéndole––. Escríbele, estoy seguro de que te responderá.

––¿Cómo sabes que tengo su número?

––Me lo dijiste. Distraída.

––Dale ––saco su teléfono con nerviosismo––, mejor no. ¿Sabes qué? Sí. Ok. Está bien. Lo haré…

––¿Si le vas a escribir o no?

––¡Guarda silencio! ––El pelinegro comenzó a reír con fuerza. Aquella era, tal vez, una de las mejores cosas que había hecho en su vida. Lex era como su mejor amiga y adoraba la personalidad de la rubia.

Dejo de ver a la pequeña chica, para pensar en el juego.

––De mi estatura, cariñoso, que tenga el cabello largo pero no tanto. Que quiera salir conmigo a pesar de no gustarle salir. Que se fije en los detalles y que sea callado con los demás, pero conmigo sea él mismo. Que quiera acompañarme en cada una de las que hago. Y que me siga la corriente.

Lex quito la vista de su teléfono para mirarlo directamente a él.

––Estas imaginando a alguien irreal.

––¿Era el punto, no? ––cerro los ojos acomodándose en el sofá–. Imaginar a alguien irreal.

[“*”“*”]

El castaño había evitado ver a Mike durante toda la tarde, en parte, Mike entendía que estuviera molesto con él por lo de hace un par de noches. Sin embargo no quería alargar tanto el problema, sentía que podía llegar a arruinar aún más las cosas.

Había terminado de servir los platos cuando se dirigió al almacén, ese día estaban completamente llenos de personas. Tenía que ayudar a llevar algunos condimentos y comida restante.

Cuando volvió a subir, era todo un caos, al parecer uno de los cocineros se resbaló y cayo de frente casi derramando la comida caliente sobre él. Ahora había un puesto libre y sin cocinero.

––¡James! ––grito el Chef en cuanto entró––. Necesito que cocines.

––¿¡Yo!? ––pregunto, sobresaltado––. Pero, Chef, tengo que seguir atendiendo…

––Mike lo hará ¿No es así? ––el hombre le dirigió una mirada cargada de decisión.

––¿Y-…Yo? ––el corazón del pelinegro comenzó a latir con fuerza––. P-…puedo inte-…entar…

––¡Ya dijo que lo haría! ––anuncio––. Rápido, quiero que comiences a cocinar y espero que lo hagas muy bien.

Pudo notar como le decía algo al oído, James se calmo al instante y comenzó a encargarse de la cocina.

El pelinegro no perdió el tiempo. Tomó los platillos que tenía en espera y se aseguro de servirlos a sus mesas correspondientes.

Algunos de los comensales estaban furiosos, deseaban que sus platillos estuvieran a la perfección, tal y como aparecía en el menú. Mike se fijó en como la mayoría despreciaba la comida por simplemente no tener una bebida como complemento que, no pidieron. Hubieron platillos que, simplemente no complacieron a los comensales, el pelinegro se vio en la obligación de desechar la comida.

James cocinaba muy bien. Las personas pedían cada vez más lo que cocinaba, si se disculpaba luego de todo ese desastre, intentaría pedirle que cocine una vez más.

––Deshecha esto por mi, por favor. ––Mike asintió con lentitud, dirigiéndose hacia la parte trasera a botar la comida sobrante.

«Ni siquiera es valorado el esfuerzo de los demás cocineros.»

Odiaba cuando eso sucedía. El cocinero que había caído estaba dando su mayor esfuerzo en la cocina, y probablemente, si James no hubiese entrado en escena la gran parte de la comida estaría siendo desechada. Entre ellas, la comida de su mejor amiga.

Lex estaría triste cuando se enterará.

Cuando Mike volvió a entrar, se fijó en como James dejaba la cocina e iba a servir.

––¿Qué pasa? ––pregunto.

––No lo sé, pero dice que quiere seguir atendiendo.

––¡Está cocinando y no puede hacerlo! ––sin esperar palabra alguna, tomó una botella de vino y salió de la cocina.

Localizo a James con la mirada sirviendo a mayor velocidad.

«Lleva puestos sus patines. ¡Idiota! Podría caerse».

––Muy buenas noches ¿Les gustaría algo de vino? ––sonrió. Se había acercado a una mesa cerca de James.

Sirvió el vino lo más rápido que pudo antes, continuó siguiéndolo de manera sigilosa, la botella se acabó en la tercera mesa. James no tardó en percatarse de que lo seguía. Se apresuró en entregar los platillos e ir al almacén, Mike dejo la botella en un carrito y lo siguió.

––James ––silencio––. James…

Aparto su mano de un manotazo, el pelinegro se sorprendió ante el acto del castaño, pero este radiaba molestia.

––¡Aléjate! ––su pecho subía y bajaba a gran velocidad––. Mierda, Mike aléjate de mi, por favor, yo no… No…

––¿No quieres hacer daño? ––respondió con una tranquilidad––. ¿Es eso?

––¡No! ¡No es eso! ¿Por qué tienes que estar metido en las cosas que no te interesan? ¡Ya, déjame en paz! ––Mike asintió, pero a diferencia de hace unas noches se quedó allí de pie, observándolo en silencio.

––¿Por qué sigues aquí? ––Mike se encogió entre hombros restándole importancia––. Te dije que te fueras.

––Lo sé ––suspiro sentándose en una de las cajas––, pero como tú lo dijiste: soy muy terco.

Eso pareció enfurecer más al chico. Pateo con caja vacía un par de veces, lucia como un niño berrinchudo que quería su juguete de vuelta, el pelinegro lo miraba con tranquilidad dejándolo hacer su desastre.

James se quitó los patines dejándolos a un lado con brusquedad, se preguntaba de dónde salía tanta molestia pues tenía en claro que su presencia no era la causa de aquello.

––Idiota.

Mike fingió desinterés. Continuó mirándolo con total tranquilidad.

––Idiota. Idiota. Idiota. ––cayo en el suelo con las manos en la cara. James no lloraba pero aún así, sus lágrimas querían salir, o eso creía Mike––. ¿Por qué sigues aquí?

––Me interesas ––esta vez, Mike no hablaba de una manera amorosa aunque James lo tomó de esa manera.

––Claro, haciéndote el interesado ––rio con amargura.

No se molestó en aclarar las cosas, solo quería que él se calmara y si respondía sería aún peor.

––Todo esto me agota ––confeso––. ¿Podemos… ––trago––… Irnos? Al menos después de todo esto, quiero salir un rato y, carajo, detesto que estés aquí.

––Yo no lo detesto ––dijo en voz baja.

––No, claro que no ––con eso, James salió del lugar acomodando su cabello y tomando sus patines.

El pelinegro aguanto un par de minutos allí abajo pensando en ese momento que acaban de tener. James jamás diría como se siente y es algo que hasta él podía notar.

«Debí saber desde un principio que esto pasaría.»

[“*”“*”]

Una vez más en la tienda de batidos, James le había dado el dinero para que fuera a comprarlos, se encontraba recostado de la pared con los ojos cerrados. «Ahora se cree Harry Styles, increíble. ––pensó con sarcasmo.» Una vez tuvo los batidos en mano, se acercó junto a él tomando asiento a su lado.

––¿Por qué no renuncias? ––preguntó de repente.

––No quiero hacerlo.

––Esta bien ––bebió su batido con tranquilidad.

––Háblame de ti, Mike.

––¿Qué quieres saber específicamente?

––Cualquier cosa ––se encogió entre hombros.

––Cualquier cosa… ––dejo su batido a un lado––. No tengo muchos planes para el futuro, realmente. Creo que me gustan muchas cosas y…

James comenzó a reír antes de que Mike pudiera terminar, lo miro algo confundido con la ceja enarcada y buscando algo que le haya podido ocasionar risa.

––¿Qué?

––¿Entonces no tienes una meta? ––pregunto entre risas.

––No es que no tenga una, me encantaría estudiar todas y cada una de las carreras ––aclaro dándole otro sorbo a su batido––, pero no puedes estudiar tooooodas las carreras.

––Nadie ha dicho que no ––el castaño se limitó a encogerse entre hombros––. Puedes ser la primera persona en el mundo en hacerlo.

––Si lo dices así no suena tan mal ––sonrió encantadoramente.

––Mike. Me gustas. Sigue hablando por favor. ––dicho así, Mike no tuvo tiempo de reaccionar.

¿Qué gustaba de él? ¿¡Desdé cuando eso era una posibilidad!? Lo único que recibía de su parte eran muchos cambios de humor, hasta comenzaba a pensar que era bipolar.

«Primero dice que soy insoportable e intenso, ahora dice que le gustó.»

––N-…No estoy ent-…tendiendo. ––el pelinegro no pudo evitar tartamudear tanto.

––Tu solo sigue hablando, finge que nunca dije nada ––«¡¡ACTUA CON DEMASIADA NATURALIDAD.»

––¿Cómo puedo seguir hablando? ¡Acabas de decir que te gusto!

––No deberías creerme tanto, soy un mitómano.

––Eso es una enfermedad ––dijo sonrojándose aún más de los nervios.

James intentó acercarse a él, Mike retrocedió un poco más.

––¡Solo me confundes más!

––Ok, no hagas caso a lo que te dije, me gustas Mike, eso no es una mentira. Te lo puedo asegurar.

Entonces James lo tomó de las manos, poniendo nervioso al pelinegro al punto de hacer sudar estas mismas.

––Vamos ––sin esperar respuesta, lo tomó de la mano una vez más dejando los batidos a medio tomar en el suelo. Mike no entendía nada de lo que pasaba y aún así, se permitía seguirle la corriente.

––Mike…

––Dime ––alzo la vista para verlo.

––¿Sabes que tampoco suena mal? ––comenzó a detenerse dentro de un callejón.

––¿Qué? ––miro a los lados, confuso.

––Esto ––entonces James lo beso, fue un beso brusco, directo, tomándolo del cuello y acercándolo así mismo.

Al principio, el pelinegro no supo cómo reaccionar, luego de un momento comenzó a pensar dándose cuenta de que, aquel beso, había sido el primero que había dado.

«De mi estatura.»

James era un poco más alto que él.

«Cariñoso.»

James era un poco bipolar, pero no dudaba de que podía llegar a ser cariñoso.

«Que tenga el cabello largo pero no tanto.»

James era capaz de mantener el cabello corto por mucho tiempo.

«Que quiera salir conmigo a pesar de no gustarle salir.»

James lo invitaba de vez en cuando al puesto de batidos, y a pesar de no decir nada, para Mike era como su persona favorita.

«Qué se fije en los detalles y que sea callado con los demás, pero conmigo sea el mismo.» Hasta ahora lo miraba, al chico que se encontraba besándolo con pasión. James no sería capaz de mostrar una parte de sí mismo con Mike, estaba más que claro y era algo que debía comprender.

«Estoy describiendo a alguien irreal.»

Mike, tomó a la mano de James que tenía sobre su cuello inclinándose, para corresponderle el beso con la misma pasión pero con menos brusquedad.

«¿Serias ese chico ideal para mí James?»

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro