✦; capítulo final

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La sala de Louis fue invadida por sus compañeros de la facultad.

Todos se reunieron gracias al mensaje de texto que envió al grupo de whatsapp, solicitando la presencia de los chicos en su dirección y hasta lo enfatizó con la palabra "urgente" para que ninguno dudara en asistir.

Tuvo que convertirse en el anfitrión de esa tarde, comprando algunos paquetes de refrescos en lata y bolsas de botana, con el fin de amenizar la noticia que le caería como una bomba a los demás.

Se hallaba recargado a un costado de su librero, escuchando de lejos las diversas pláticas que se desarrollaban en la estancia y cuando vio que Harry regresó de la cocina, con una copa de vino a la mitad, inspiró con lasitud.

Le dedicó un movimiento maquinal de cejas, junto a una sonrisa con la que intentó transmitirle que todo estaría bien.

Él confiaba ciegamente en que lo estaría.

Notó como su pecho subió por la bocanada profunda que inhaló y acotó sus acciones, hasta que se detuvo al centro del espacio.

—¿Y bien? —El ojiverde rodó en fuste de cristal entre sus dedos—. ¿No les sorprende esta junta de improvisto?

—A mí si me causa intriga —mencionó Mateo—, creí que te veríamos hasta la siguiente semana.

—Sí, esa era la idea, pero hubo un cambio de planes y por eso se les pidió que vinieran.

—¿Cambio de planes? —Uno más del grupo se precipitó a cuestionar—. ¿Ya no quieres ir a Mallorca para la despedida de soltero?

—¿Ven? ¡Les dije que Miami era la mejor opción!

Ethan recibió una palmada en la nuca, haciéndole callar antes de que empezara con su letanía de razones para cambiar el destino a Florida.

Asimismo, tras lanzar una suave risa que hizo coro con las demás, él entornó los ojos.

—Mallorca estaba bien —murmuró, y por instinto, se balanceó de lado a lado—. Se supone que nos íbamos en quince días, ¿no?

—Sí... —La respuesta de Zayn sonó un tanto dudosa—. Pero, ¿por qué hablas en pasado y utilizas el verbo "suponer"?

—Porque debo decirles que ese viaje ya no podrá llevarse a cabo.

Louis hubiese querido fotografiar la reacción de cada uno.

Todos, absolutamente todos los muchachos, abrieron la boca con genuina impresión.

—¿De qué hablas? —Quien pudo articular palabra, fue Niall—. ¿Por qué?

Y con la apertura hecha por el rubio, las preguntas se desplomaron como avalancha de nieve.

—¿Ya no quieres que vayamos contigo?

—¿Hicimos algo qué no te gustó?

—¡Podemos cambiar los boletos de avión!

Harry negó a las interrogantes, moviendo el líquido oscuro en su cáliz y de pronto, se lo bebió en un último sorbo.

Nadie le quitó los ojos de encima, sus compañeros parecían búhos atentos y el único que se encontraba relativamente relajado, era el dueño de la casa.

Quizá debió pedirle ayuda para dar el anuncio.

—¿Vas a decirnos por qué estás cancelando el fin de semana en España? —Instó el morocho—. Si es por motivos de dinero, sabes que no tienes que limitarte por eso.

—De hecho, no dejaremos que pongas un solo centavo —Aaron chasqueó los dedos—. Esto corre por nuestra cuenta.

—No, es que no se trata de temas económicos —reiteró.

El entrecejo de Mateo se frunció.

—¿O es que solo quieres que tu despedida de soltero sea aquí?

—¡Haberlo dicho antes! Si eso deseas, podemos descartar salir al extranjero.

—Vayamos a algún pub del centro...

—O rentemos una casa a las afueras de la ciudad.

Las propuestas fueron variadas.

No obstante, el ojiverde volvió a cabecear de derecha a izquierda y colocó la copa vacía en la mesa ratona.

Puso las manos atrás de su espalda, actuando con decisión al confirmar que era hora de ser honesto consigo mismo.

—No habrá boda —informó—, por consecuencia, tampoco tendremos despedida de soltero.

El anuncio fue conciso, no quiso darle vueltas al asunto.

Y como estaba pronosticado, el silencio gobernó por un buen lapso en la vivienda.

Todos se aturdieron.

—Dices que... ¿Acabas de insinuar que no te vas a casar? —Ethan tuvo que romper el sigilo para corroborar—. ¿Es eso de verdad?

—En efecto, no me voy a casar —reafirmó, porque al parecer le hacía falta ser más claro—. Mi compromiso con Aiden acabó hace un par de días.

Algunos chicos atinaron a pestañear por el asombro.

Otros ensancharon los ojos al caer en cuenta de lo que habían escuchado.

La boda del año se estaba cancelando sin previo aviso.

—Eso de verdad no lo vi venir —Oportunamente, Zayn fue quien se atrevió a investigar—: ¿Sería de muy mala educación si pregunto el por qué?

—Ya lo estás cuestionando —Sus hombros descansaron. Sabía que lo iban a interrogar—. Sin detalles, confórmate con saber que tuvimos diferencias irreconciliables.

—Pero, ¿a ese grado?

Mateo le propinó un leve codazo al pelinegro curioso, justo a la altura de las costillas.

Ciertamente, esos eran temas privados y no tenían porqué exigir una respuesta.

Uhm... Pues, espero que esto sea para tu bienestar, Hazz —simplificó Niall, en busca de disminuir la rara tensión que se extendió—. ¿Tú cómo te sientes?

—Estoy bien —aseguró—, mejor de lo que pensé.

—... ¿Lo juras?

Harry sonrió de lado al asentir.

—Lo prometo.

Una sola mirada fue suficiente para que el irlandés confiara en que gracias al cielo, las cosas estaban fluyendo como debían.

Juró que el mismo Dios había hecho algo de justicia con su mejor amigo.

A su vez, Louis se reprimió de exhalar audible, sintiendo un alivio descomunal que le llenó el alma.

La tranquilidad que le invadió, se basó en que su príncipe adorado había decidido alejarse de los recurrentes maltratos.

Estaba desatándose de una persona manipuladora, de un tipo enfermo de celos que no le brindaría nada benéfico a su futuro y finalmente, soltaba esa cuerda que por tantos meses le cortó la circulación en su afán de querer aferrarse a una ilusión.

Y sí, quizá él había tenido algo que ver con la brusca modificación, pero le consolaba que de alguna forma u otra, había sido para bien.

—Lamento tanto avisarles así de la nada, pero uno nunca espera que sucedan este tipo de cosas —retomó, con pena—. Espero puedan entenderlo.

—¿Qué deberíamos entender? —Aaron metió la mano al bowl de papas en hojuela—. No tienes que disculparte por nada, nosotros te apoyamos en lo que sea.

Ethan lo secundó, mientras destapaba otra lata de refresco.

—Sí, primero está tu paz mental y emocional, así que no te mortifiques por lo demás.

—Exacto, solo preocúpate por estar tranquilo, las rupturas suelen ser desastrosas...

Él se aclaró la garganta, tratando de gesticular al menos una mueca como contestación, pero no lo logró.

Probablemente algún día les contaría la cruda verdad de su matrimonio fallido, cualquier tarde se sentaría con una botella en la mano y les relataría cuanto permitió que lo pisotearan por amor.

Si su mala experiencia le servía de enseñanza a sus amigos, claro que aportaría su granito de arena más adelante.

Así, dejando en segundo plano el bullicio de la sala, dirigió su vista hacia Louis y se llevó la agradable sorpresa de que él también se encontraba mirándolo.

Permanecía de brazos cruzados, tan inmóvil como un maniquí, y aunque con su lenguaje corporal quisiera parecer imponente, Harry reconocía la sensibilidad en su gesto.

Lo conocía tan bien, que ya hasta esperaba ese guiño de ojo malditamente seductor.

Se sintió como un adolescente otra vez, porque aquel sentimiento intenso y puro que lo jodió desde aquella mañana dónde se cruzaron, se avivó.

Y ahí, supo que siempre estaría dispuesto a emborracharse con cada gota que pudiera beber de Louis, porque los tragos eran menos amargos cuando lo tenía a su lado.

°・:* 🥂 *:・°

Louis no tenía un balcón como el de Harry, pero sí un bonito jardín trasero.

Había una vieja mesa de madera, tan destartalada que le hacía pensar en comprar un mueble nuevo porque el suyo se hallaba en un estado lamentable y las sillas incluso rechinaban, en un aviso de que pronto podrían vencerse.

Sin embargo, consideraba que todavía le funcionaba, porque solamente hacía uso de ese espacio cuando quería fumarse un cigarrillo en la tranquilidad de su hogar.

El cenicero descansaba sobre su rodilla, el humo que salía de su boca era arrastrado por el aire y su mirada se hallaba perdida en uno de los tantos rosales que crecían en el área posterior del patio.

—¿Lou?

Y en esas estaba, hasta que su atención fue robada por una voz conocida.

Al voltear, vio que el rizado estaba asomado por el ventanal semiabierto.

—Aquí estoy —murmuró, aplastando la colilla encendida en el cenicero—. ¿Qué ocurre?

Eh… ¿Dónde tienes tu aspiradora?

—¿Mi aspiradora? ¿Para qué?

—Para los sillones —contestó, apresando su labio con los dientes—. Los chicos los dejaron sucios por la botana y debo limpiarlos.

—No te inquietes por eso —Lo miró, apacible. No planeaba reclamarle por el tema del aseo—. En un rato lo hago.

—No, lo haré yo —refutó.

—Olvídalo y mejor ven aquí.

—Pero los sofás...

—Más tarde nos encargamos de eso, ¿sí? —Con un aspaviento, lo invitó a salir—. Vamos, ya no hay cigarro.

Harry no era fanático de fumar, mucho menos del molesto humo.

En el fondo, agradeció que Louis tuviera el cuidado de atenuar su tóxica manía, porque a pesar de hallarse a la intemperie, odiaba el olor que esa cosa expedía.

—¿No tienes frío? —Lo cuestionó, al dar un par de zancadas para llegar a la silla vacía—. La temperatura está bajando.

—No, todo bien —Se toqueteó el vello del mentón y como nota mental, estableció afeitarse—. ¿Tú quieres que te preste una sudadera?

—Gracias, pero no hace falta —declinó con amabilidad—. Lo decía por ti, eres muy enfermizo.

—Para tu información, ya tomo vitaminas —Se mofó—. Ya tiene mucho que no me enfermo.

—Vaya, hasta que hiciste algo por tus alergias y gripes sin sentido.

—¿Sin sentido?

—Eso de ponerte mal hasta por el aire acondicionado, no era normal, Tommo.

El aludido bufó con ironía.

No aceptaría que era realmente triste tener una sensación de picazón en la garganta simplemente con acercarse a la sección de productos congelados en el centro comercial.

—Bueno, ya lo soporto más.

Con algunos aplausos, Harry le celebró el gracioso logro.

—¡Me da gusto! Adiós a las pastillas recurrentes en tu buró.

Louis experimentó un ligero cosquilleo en la comisura de los labios, que lo llevó a esbozar una sonrisa involuntaria mientras liberaba un suspiro que denotaba su agotamiento.

Sus ojos parpadearon con gracia, como si estuviera sumido en sus pensamientos, y se mantuvo en un silencio total que se extendió por un minuto entero, sin pronunciar palabra alguna.

Después de ese instante de quietud, observó al menor de reojo y en ese vistazo, pudo captar un atisbo de desánimo que se reflejaba en su expresión.

—¿De verdad te sientes bien? —Tuvo la osadía de cuestionar.

—¿Cómo? —Formó pequeños surcos en su frente al arrugarla—. ¿Eso a qué viene?

—Pues han sido días difíciles por lo de Aiden —planteó, con precisión—. Dime, ¿qué has pensando?

Harry tragó audiblemente, pillando la dirección que tomaría la conversación, y el crujido de la madera resonó cuando se reajustó en su asiento.

—Todavía lo he estado bloqueando de mi mente —resolló, evidenciando su frustración—. Me siento tranquilo, sí, pero la verdad es que estoy muy molesto con él.

—Y razones tienes, él tiene un severo problema.

—Lo sé, me costó darme cuenta. Eso de tener cámaras de vigilancia por todo el apartamento, sobrepasó mi límite.

—Eso fue de locos, te lo juro —Dio su opinión abiertamente—. Yo considero que si deberías tomar acciones en su contra, lo que te hizo no estuvo nada bien.

—Sí, también lo reconsideré.

—¿Lo hiciste?

—Ajá.

Louis inclinó su cabeza y giró el cuello con suavidad, adecuando su posición para encararlo.

—¿Y bien? —insistió.

—Voy a visitar a Rachel de nuevo —Le hizo saber, con serenidad—. Ya sé que había dicho que no quería meterme en problemas legales, pero creo que él debe afrontar las consecuencias de sus actos y estoy harto de tenerle miedo.

El rostro se le iluminó por un destello de orgullo, incapaz de ocultar la satisfacción que sintió al escucharlo hablar así.

—Por Dios, yo mismo te acompañaré con mi hermana —Los vocablos le brotaron sin pensar—, estaré contigo si tú me lo pides.

—Sí, eso estaría bien —consintió, agradeciendo infinitamente el apoyo—. E igual quería ver si me ayudabas con otra cosa.

—Lo que sea.

Una vez más, Harry tomó una profunda inspiración.

—Voy a vender el penthouse.

Al ojiazul le costó procesar la información recibida.

—¿Lo venderás? —Subió su par de cejas—. ¿En serio?

—Sí, no quiero quedarme con nada que ese trastornado me haya dado —respingó con desdén, abrazándose a sí mismo como si quisiera protegerse—. Y ya planeé que, con el dinero que saque, voy a comprar una casa más a mi estilo.

—A tu estilo…

—Los lujos ni siquiera son lo mío y tú lo sabes. Jamás me di cuenta de que Aiden me hizo a su manera solo porque le gustaba presumir que tenía a su futuro esposo viviendo en una de las mejores zonas de la ciudad y en un apartamento precioso que él había comprado con su dinero.

La boca de Louis se curvó con disgusto.

—Maldición, si lo pones así, suena todavía más horrible.

—Como sea, ya no importa —No se inmutó—: Solo quiero mudarme.

—Tú dime si quieres que te eche una mano en la búsqueda de opciones.

—Sí, por favor.

—Bueno, déjame empezar diciendo que este vecindario tiene varias casas en renta y venta —aconsejó, antes de alzar la vista hacia la luna llena que brillaba esa noche—. Digo, solo por si gustas considerarlo.

La discreta astucia no pasó desapercibida para el menor.

—Ah, ¿sí? —Admiró su perfil con una mueca secuaz—. ¿Recomiendas esta zona?

—Pues conociéndote… Si puedes encontrar algo de tu agrado aquí, la mayoría de las propiedades son de dos niveles y no sé si lo notaste, pero los espacios son generosos.

—Sí, de hecho, tu casa me gusta —enunció, perspicaz—. No tienes el mismo gusto que yo para la decoración, pero está bien.

—Por eso te estoy invitando a que busques en las demás, príncipe —Se jactó con un toque de arrogancia—. No en la mía.

—Ya, grosero —disimuló una sonrisa y adoptó un gesto de indiferencia—. Ya entendí.

Un silencio se apoderó de ambos.

Luego, de manera casi sincronizada, se volvieron para mirarse el uno al otro.

Y se sonrieron.

—¿Te quieres quedar conmigo mientras encuentras un buen lugar? —Louis inquirió.

Había sido derrotado por lo que su corazón le suplicó que hiciera.

—¿Debería? —Harry canturreó—. ¿No te molesta?

—Ni un poco.

—¿Y si después ya no me quiero mudar?

—Tendré que aceptarlo, así como acepté que irrumpieras en mi dormitorio de las residencias.

El ojiverde abrió la boca con indignación, ¡él no había sido ningún invasor!

—Bien, para que no te alteres, dormiré en la habitación de huéspedes.

Un dedo acusador lo apuntó directamente.

—Ni lo sueñes.

—Entonces, ¿me vas a dar tu habitación?

—Yo diría que vamos a compartir mi recámara.

Harry no dio muestras de sobresalto.
En cambio, aprovechó la ocasión para tomar aquella mano con la que fue señalado.

—¿Dormiremos juntos? —Apretó los dígitos ajenos entre los suyos—. ¿Cómo en los viejos tiempos?

—Siempre y cuando no me quites las cobijas.

—Bien, te dejaré una —declaró con afecto—. Ese beneficio es únicamente porque eres la persona a la que más quiero en el planeta.

Y joder, Louis le dio las gracias a la oscuridad en su jardín, ya que, de lo contrario, su rubor habría sido evidente.

El estómago se le trenzó.

—Yo... —susurró, sin reservarse más—. Yo también te quiero a ti.

Sí, era la primera vez que lo exteriorizaba.

Le fue completamente inevitable no expresar el profundo cariño que sentía, esa emoción abrumadora y aquel sentimiento que ya desbordaba en su interior.

Siempre estuvo ahí.

Cada que veía a Harry siendo feliz, el pecho se le llenaba de calidez y aunque anteriormente no tuvo el coraje de admitirlo, esa noche se estaba deshaciendo de cualquier barrera que pudiese restringirlo.

No cometería los mismos errores y nunca más abandonaría a su príncipe.

Ya era momento de brindar por algo real.

✦ FIN ✦

°・:* 🥂 *:・°

°・:* 🥂 *:・°

Si llegaste hasta aquí, reclama una rebanada de pastel 🍰

Gracias por leer esta minific, besties, espero les haya gustado! Les amo un montón, besos infinitos y nos leemos pronto con más historias.No les prometo un epílogo pronto, pero ya saben que aunque me tardo, siempre se los doy.

¡Por cierto! Espero que todxs vayamos al tour de Louis! Cuéntenme si ya tienen sus entradas o si van a comprar, y díganme a quien veo el 1ero de Junio en el autodromo 😭💗

Eniweis, besitossss, nos vemos pronto por acá.
María.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro