Capítulo 14.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

¿Qué rayos está pasando?

Lo empujo para que se aparte y antes de que pueda decir algo, golpeo su mejilla con fuerza. ¿Quién rayos se cree que es? ¡No se besa a las novias de otros!

El señor Grey toca su mejilla mientras me alejo, buscando el auto de papá y agradecida de que haya contratado un chofer para esta noche. El hombre mira distraído la pantalla de su móvil.

—¿Podría llevarme a casa?

Mira a ambos lados, seguramente esperando ver a papá y mamá, o preguntándose por qué quiero irme tan temprano.

—Claro que si, señorita. ¿Sus padres se quedan?

—Si. Puede volver por ellos más tarde. De hecho, ¿Podría llamarlos? No saben que me voy y dejé mi móvil en el bolso de mi madre.

Lo escucho llamarles y explicar lo que ocurre, lanzádome vistazos a través del espejo retrovisor mientras conduce.

¿Y dónde carajos está Paul? ¿Por qué no está en el baile? Maldita suerte la mía.

Me recargo en el asiento, pensando en todo, pero sobre todo en ese pequeño beso robado.

El señor Grey me besó.

¿Por qué hizo eso? ¿Le gusté? ¿Yo, de entre todas las chicas que bailaron con él? Mis dedos recorren mis labios recordando su toque.

Dios.

Solo pensar en él me provoca un estremecimiento por todo el cuerpo. Basta, Ana. Deja de pensar en tu atractivo jefe y concéntrate en tu estúpido prometido que te dejó plantada.

¡Si! ¡Ese idiota! ¿Cómo se atreve a dejarme esperando?

Finalmente el auto estaciona en la entrada de nuestra casa y bajo, sabiendo que la ama de llaves está despierta aún. Cuando lo hace, voy directo a mi habitación a quitarme el estúpido vestido y tomar una ducha.

Incluso en sueños sigo recordando el beso ese pequeño beso. ¿Por qué no puedo sacarlo de mi mente? ¿Por qué sigo pensando en qué sentiría si correspondiera?

—No hagas eso, Ana. Eres una buena chica, eres fiel a tu prometido. Tú mantienes tu palabra.

Me alisto para bajar a tomar mi desayuno necesitando recuperar el móvil para llamar a Paul, pero mi madre no deja de hablar de la fiesta.

—¡Tan hermosa la decoración! No puedo creer que los Grey sean tan detallistas.

—Hmm —gruñe papá bebiendo café.

—¿Y esos aperitivos tan deliciosos? Me encantaron. —suspira—. Deberíamos hacer nuestra propia fiesta.

—Mierda, no. Mujer, desde este momento digo que no.

Mi plato está listo, así que como mis hot cakes con mi jugo de naranja natural como me gusta.

—¿Y por qué no? Deberíamos hacerlo antes de que Annie se case, ¿Si no, cuándo? —me señala—. ¿Qué tal una fiesta de compromiso por todo lo alto?

—Carla, ese asunto está planeado ya. Dijimos que solo ambas familias en una cena, eso es lo que estoy pagando.

Ambos giran para mirarme como si fuera mi desición y me sorprendo; conociéndome, estaría chillando feliz por un vestido nuevo.

—¿Annie? ¿No te gustaría una gran fiesta con todas tus amigas? —mamá sonríe.

—Creo que papá tiene razón, —ambos se quedan inmóviles—. Lo más importante es que estén los Clayton y tener una velada agradable. Sencillo está bien.

¿Qué? ¿Sencillo está bien? ¿Qué carajo me está pasando?

—¿Pastelito? —papá inclina la cabeza—. ¿Te duele algo? ¿Quieres volver a la cama y dormir otro poco?

—Estoy bien, papá. Solo necesito hacer una llamada y tal vez salir un rato con Kate. —termino el último trago de mi café—. Por cierto, ¿Vieron a Paul en la fiesta?

De nuevo esa mirada extraña en ellos.

—Solo a Paul y Elizabeth, no recuerdo haber visto a tu prometido. Creí que había venido a verte cuando dijiste que te sentías mal. —señala mamá.

—No tuve oportunidad de decirle porque dejé mi móvil contigo, pero voy a llamarlo ahora. —luego una duda aparece en mi mente—. ¿El señor Grey no te dijo que me fui?

—¿Decirnos? —Carla hace una mueca confusa—. El hijo de los Grey se fue poco después que tú, lo vi despedirse de Grace.

Asiento sin saber qué más decir, necesitando dejar de pensar en él y concentrarme en mi vida, en quién soy. Soy Ana Steele y pronto seré la señora Clayton.

Marco rápidamente el número de Paul mientras subo las escaleras de vuelta a mi habitación, contesta al cuarto tono.

—¿Nena?

—¡Paul! ¿Qué demonios?

—¡Nena, lo siento! Los chicos dijeron que paráramos en un bar por unos tragos y solo... Lo olvidé.

—¿Lo olvidaste? ¡¿Lo olvidaste?! ¡Me dejaste en ridículo! ¡Estuve como una idiota esperándote! ¡Buscándote!

Y besé a mi jefe. No es que vaya a mencionar ese pequeño detalle.

—¡Annie! ¡Ya dije que lo siento! Ahora deja de gritar que tengo resaca, te llamaré más tarde, ¿Está bien? —imbécil—. ¿Annie?

Termino la llamada porque estoy cansada de sus excusas, ¡Casi estamos casados! Yo debería ser su prioridad todo el tiempo.

Dejo el móvil sobre el escritorio y me acuesto en mi cama, queriendo que el dolor de cabeza desaparezca. No pude dormir gracias a Grey y Paul acabó con mis ganas de salir con Kate.

Un suave golpe contra la puerta me saca de mis pensamientos, Ray asomando su cabeza con una pequeña sonrisa.

—¿Pastelito?

—Pasa, papá.

—Muñequita, ¿Todo bien con Paul?

Podría mentirle y decir que si, pero justo ahora me gana el sentimiento de rechazo y quiero llorar.

—No.

—Oh, Annie —papá se sienta en el borde de la cama para acariciar mi cabeza—. El chico Clayton es un pedazo de idiota consentido que no sabe cómo tratar a una princesa como tú.

—¿Cómo pudo hacerme eso, papá? —chillo—. Acabamos de comprometernos, deberíamos estar juntos todo el tiempo como un ensayo para el matrimonio.

—Ya lo dije, es un idiota y voy a hablar con él seriamente. —Papá sonríe—. Solo asegúrate que te conservas, ya sabes, intacta para el día de tu boda.

—¿Te refieres a ser virgen? —chillo avergonzada—. ¡Papá!

—Mira, Annie, no soy tan tonto y alguna vez fui joven. No quisiera que te vieras tentada a hacerlo, hasta que estés 100% segura que es la persona correcta.

—Me casaré con él. —justifico.

—Pero eso no significa que lo sea. —se acerca un poco para besar mi cabeza—. No lo vi correr detrás de ti.

¿A qué se refiere? ¿Está hablando de Paul? No lo entiendo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro