Estoy sola.

Completamente sola.

¿Qué debería hacer primero?

Obviamente necesito una ducha y un cambio, pero no tengo nada aquí. Tengo un vestido en mi auto, pero no voy a usarlo en casa de Grey, ni pienso husmear en la ropa de Gail. Mucho menos tomar algo del perro viejo.

Supongo que solo me queda usar la ropa de Grey, después de todo, es su culpa que terminara sucia.

Subo hasta su habitación, quitándome la ropa en la puerta para no dejar el camino de mezcla en el piso y me sorprende que tenga tan pocos muebles, apenas dos mesitas de noche a cada lado de la cama y un tocador, el resto de sus cosas se encuentran en el clóset.

—Rayos, este lugar es enorme —chillo abriendo cajón tras cajón.

Cinturones, corbatas, gemelos, relojes y todo tipo de accesorios para caballero llenan sus cajones, ninguna caja fuerte a la vista o escondida.

Tomo una camiseta blanca de algodón y un pantalón deportivo gris antes de entrar a su ducha. Me lavo el cabello con su shampoo para hombre y utilizo su gel de baño cítrico para lavarme.

Tengo que lavar la peluca en la ducha, secándola al mismo tiempo que seco mi cabello con la toalla porque no puedo usarla así. Doy otro vistazo a la habitación en busca de mi preciado anillo.

—Debe estar en su estudio, en la caja fuerte.

No sería capaz de deshacerse de él, ¿Verdad? Sería mi fin. Cuando el cabello está seco y puedo atarlo en un moño en la base de mi nuca para poner la peluca, es que tomo la ropa sucia y salgo.

Pequeños ruidos provienen del piso de abajo, en la cocina, así que solo podría ser mi buena amiga Gail preparando algo de comida.

—Buen día. —la saludo cuando entro a la cocina.

—Andrew, bien día. —ella sonríe, luego mira la ropa en mis manos—. ¿Qué es eso?

—Mi uniforme, está un poco sucio de masa de hot cakes.

Gail mira entonces los tazones sucios en el fregadero y asiente en comprensión, echa un vistazo a la ropa de su jefe que llevo puesta y sonríe.

—Dame eso, lo pondré en la lavadora —la toma de mis manos mientras deja unas latas en la encimera—. Estará lista en unos minutos.

—Gracias.

La veo alejarse por el pasillo de servicio sin mirarme, espero solo un segundo antes de correr por el pasillo que da a la oficina de Grey y directo al cuadro que esconde la caja fuerte.

—La maldita combinación —chillo, recordándolo—. ¿1,2,3,4?

Giro la perilla de un lado a otro, intentando con números que podrían ser pero nada funciona.

Estúpido Grey.

Las combinaciones no funcionan, seguramente porque el desconfiado de mi jefe puso una muy difícil, tal vez necesite un estetoscopio o alguna de esas cosas de las películas.

Estoy cansándome de intentar abrir la caja por las buenas, así que me decido hacerlo a las malas, necesitando algo con qué forzar la puerta.

Rebusco en el escritorio de Grey y entre los cajones por alguna herramienta, tijeras o algo que me permita romperla cuando lo veo. La costosa reliquia familiar de los Clayton está ahí, entre unos documentos, botada como si fuera nada.

—¡Mi anillo! —chillo bajito—. Tirada ahí como una baratija.

Antes de que pueda ponerme el anillo en el dedo, percibo las voces masculinas que se acercan. Vuelvo rápidamente todo a su lugar antes de esconder la joya en mi sostén cuando Grey abre la puerta.

Me mira con su usual ceño fruncido por un segundo, antes de poner atención en mi atuendo. Gracias al cielo la peluca está en su lugar.

—¿Eso es mío? —dice. ¿Se refiere al atuendo, cierto?

—Es lo que encontré. —me defiendo.

Me recorre de nuevo con la mirada, su pantalón deportivo gris me queda grande y la camiseta más larga, escondiendo mis pocas curvas.

—Señor Morrison, ¿Qué hace aquí?

—Yo... —nada se me ocurre.

—¿Andrew?

Tendría que saber que estaría furioso si me encontraba en su oficina, seguramente pensando que quiero robar su dinero o información de sus actividades.

Lo único que se me ocurre en la desesperación del momento, es acercarme a él, tomar su rostro como él hizo con el mío y besarlo.

Un pequeño beso que lo sorprende lo suficiente para que yo pueda huir de su presencia y su casa ahora que tengo lo que vine a buscar.

El problema es que solo llego hasta el vestíbulo antes de que él me alcance. Sujeta mi brazo para que me detenga, obligándome a mirarlo, con Taylor y Gail observando.

—Necesito que me lleves.

—¿Yo? —me señalo—. ¿Quiere que conduzca?

—Eso dije.

Debe estar loco.

—Pero no estoy presentable, mi uniforme no está listo y no puedo salir así.

—Entonces consigue algo más.

No sé si está jugando conmigo o de verdad pretende que haga de chofer para él cuando tiene al viejo Taylor.

—Me niego a usar ropa de Taylor. —chillo.

—Usa algo mío, ya que no tienes problemas en buscar entre mi ropa por un cambio. —hace una seña hacia mi conjunto.

—Ya le dije que es lo único que encontré.

Grey ríe.

—No sea tímido, señor Morrison. Venga conmigo.

Se acerca para tomar mi brazo por la muñeca y llevarme a las escaleras. Mi amiga Gail permanece callada mientras Taylor frunce las cejas.

Me guía hasta la habitación que ya revisé antes y me empuja dentro del clóset de madera.

—Busca un traje de tu agrado, el que quieras.

¿Es una broma? Yo debería solo renunciar y largarme, pero me haría ver sospechosa.

—Sus trajes son muy costoso, no debería usarlos. —digo en cambio.

—Puedo prescindir de uno, Andrew. Tómalo y vístete.

—Bien, lo haré. Y solo porque creo que debería darme un uniforme de respaldo, señor Grey.

Terminaré este día como normalmente hago y para mañana seré una mujer libre de trabajo y de nuevo comprometida.

Tomo el primer traje gris que veo, elijo una camisa blanca y una corbata mientras él me observa atentamente, confirmando que sé dónde encontrar su ropa.

Carajo.

Pongo todo en la banca de madera a mi lado para quitarme primero lo que llevo, pero le detengo por la insistente mirada a mi espalda.

—¡Señor Grey! —chillo para que se aleje—. ¡Necesito privacidad!

¿Espera que me desvista frente a él?

Un momento, ¿el señor Grey es gay?

~ • ~

Hola, aquí sigo 🙈.

Lo siento, estos días he estado con algo de gripa y me di permiso de descansar jajaja pero ya me siento mejor.

Les dejo este capítulo que estuvo pendiente y por fin terminado.