🌸Capítulo 55

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Jimin frunció el ceño al contemplar a su madre en el jardín a través de la ventana de la cocina. Parecía estar buscando algo.

Llenando dos vasos con zumo natural sabor naranja, dejó uno sobre el mármol de la isla frente a Sana.

—Gracias —sonrió la menor mientras le seguía dando fruta picada a la mascota de Jimin, quien por lo menos ya se había acostumbrado algo a la presencia de la infante.

—Ya vuelvo —pronunció tomando su vaso mientras salía de la cocina hacia el jardín trasero—. ¿Qué haces madre?

Hyekyo se enderezó y colocó ambas manos en su cintura.

—Nara me llamó pidiéndome si podía revisar si a Soobin se le quedó uno de sus juguetes que, lamentablemente, es su favorito —explicó sin dejar de observar el verde césped y a su alrededor.

—¿Te ayudo a buscar? —pregunto ya observando a su alrededor.

—Puedes revisar por aquí mientras yo busco otra vez en la sala de estar —alzó su cabeza—. Aww pero que arregladito estás, cerecita. ¿Yoongi y tu saldrán otra vez?

—Una cita —sonríe—. Ya viene en camino, me convenció para ir a comprar algunas cosas para mi habitación y como es padre... Le apoyó con la idea —refunfuñó encogiéndose de hombros, algo sonrojado.

—Estos hombres —rió Hyekyo mientras volvía al interior de la casa.

Resoplando Jimin observó el interior de la cocina y entre las flores de su madre, dejó el vaso en la mesa de cristal que tenía su madre afuera y volvió a buscar.

—Oppa, Shuga va saliendo —aviso Sana abriéndole la puerta al parlanchín loro que llamaba el nombre de su dueño.

Jimin siguió con sus ojos a Shuga hasta que se detuvo en la rama de un árbol que estaba en el borde de la cerca que separaba ambos terrenos.

Y justo entre esas ramas, estaba el tan buscado juguete de Soobin, lo reconocía porque había visto al cachorro jugar con el.

—Oppa... ¿Qué haces? —pregunto la infante al observar al omega subirse las mangas de su camiseta a cuadros.

—El juguete de Soobin está allá arriba, voy a por el —explicó usando de su experiencia en el orfanato para escalar el árbol.

Ansiosa, Sana le observaba desde abajo, temiendo que el pelirrojo pudiera caer.

Ya arriba, Jimin estiró su mano y alcanzó el juguete.

—¡Eso Minnie oppa! —chillo la menor, aplaudiendo.

Jimin le sonrió y observó hacia abajo, perdiendo en seguida su sonrisa. Tal vez se le había olvidado el pequeño detalle de que, cada vez que escalaba un árbol, era Jaebum quien le ayudaba a bajar luego de llamarlo tonto.

Cuando había ido a escalar con sus amigos y hermanos ocurrió lo mismo, solo que Yoongi al darse cuenta lo ayudaba a bajar sin ningún problema, es más, parecía bastante contento de estar apegado a su cuerpo mientras lo hacía.

—Hola pequeña, ¿qué haces aquí afuera solita? —pregunto el alfa vecino, acercándose.

—No estoy sola —negó la menor—. Minnie oppa está rescatando un juguete —explicó Sana, apuntando el árbol.

Gi-kwang alzó su cabeza en la dirección que señalaba la menor y abrió exageradamente sus ojos al contemplar cierto omega pelirrojo.

—Jiminnie, debiste de usar una escalera —pronunció contemplando al menor preocupado.

—Estoy bien... Uhm bueno, tal vez no —se corrigió aún acomodado arriba.

—¿No puedes bajar? —pregunto sorprendido el alfa.

Avergonzado, Jimin negó con su cabeza.

—Espera, iré a buscar una escalera para ayudarte —la rama crujió.

Asustado, el omega observó con pánico el suelo. Shuga voló lejos de la débil rama, pasando a una asustada Sana hasta llegar a la cocina y desaparecer en ella.

—¡Jimin! —llamó el alfa vecino estando ahora debajo de él.

¿Cuándo se había movido?

—Será mejor que saltes, yo te atraparé —prometió alzando sus brazos.

El omega negó fervientemente con su cabeza.

—Vamos Jimin, será peligroso que te quedes ahí hasta que la rama caiga —explicó mirando hacia arriba.

—Voy por la mamá de Minnie —chillo la infante antes de correr al interior de la casa.

La rama volvió a crujir y ceder un poco ante el peso del joven. Asustado, Jimin se lanzó sin pensarlo más, cerrando sus ojos con fuerza y esperando una dolorosa caída.

Pero por el contrario de lo que creía, unos fuertes brazos atraparon su cuerpo y lo sostuvieron con fuerza.

—Waah gracias —pronunció el menor al abrir sus ojos y encontrarse con el alfa.

—No es nada Minnie —sonríe.

—Uhm... Ya me puede soltar, Hyung —murmuró observando el juguete entre sus manos—. Yoongi —pronunció observando hacia la cocina.

—Jimin —gritó el alfa saliendo después de Shuga.

—Hyung —respondió removiéndose para bajar, en cuanto sus pies estuvieron en el suelo, corrió hacia su alfa quien lo atrapó entre sus brazos.

—¿Estás bien, bebé? —preguntó alejándose para buscar alguna herida.

—No hyung, estoy bien —le aseguró y luego de que el mayor lo comprobara, besó con alivio su frente.

—Mierda cachorro, no sabes lo asustado que estaba cuando Sanas nos aviso que te habías caído del árbol —pronunció sobre los labios del menor.

—Estoy bien, no me caí —susurró escondiéndose en el cuello de alfa—. Gi-kwang hyung me ayudó, en realidad.

Solo entonces, Yoongi fue consciente de la presencia del otro hombre en el jardín.

—Gracias —pronunció mientras rodeaba posesivamente la cintura de su pareja.

El alfa mayor sonrió arqueando una ceja.

—Fue un gusto ayudar —anuncio observando detrás de la pareja, hacia la madre de ambos.

Hyekyo hizo una leve reverencia en agradecimiento.

—Bueno parejita, ustedes vayan a su cita para olvidar este susto —dijo Hyekyo acariciando la cabeza de Sana.

—¿Cita? —pregunto Gi-kwang.

—¡Ellos están juntos! —rió Sana, encantada de haber sido ella quien anunciara aquello.

Jimin rió y negó con su cabeza.

Esa niña era una pequeña chismosa.

—Madre, encontré el juguete de Soobin —informó rompiendo el abrazo con su pareja, entregándoselo.

—Gracias, seguramente Hyuk vendrá por el —sonrió acariciando la mejilla del menor—. ¿Seguro de que estás bien? —Jimin asintió.

—Vamos Minnie, ¿o a caso quieres seguir durmiendo conmigo? —bromeó Yoongi subiendo y bajando sus cejas. Aunque perdió algo de diversión al sentir la mirada de su madre sobre él, tal vez debería de tener más cuidado de ahora en adelante con lo que decía estando alguno de sus padres cerca.

—¡Hyung! —chillo Jimin mientras negaba con su cabeza y unía su mano con la de su pareja—. Nos vemos después —se despidió saliendo con su alfa.

—Sana, amor, ¿por qué no vas a ver que Shuga no siga a Jiminnie? No creo que sea apropiado que vaya a un lugar donde hay tanta gente —explicó.

—Shuga —gritó la menor mientras corría al interior de la casa.

—Creí que habían adoptado a Jimin —pronunció el alfa, consiguiendo la atención de la omega.

—Y así es, pero resultó que esos dos se terminaron enamorando y como realmente no están unidos por sangre —se encoge de hombros.

Gi-kwang rió.

—Bueno, si lo piensas de una forma en verdad parece incesto —comentó.

Hyekyo apretó sus labios ignorando la burla hacia sus hijos, al menos así se lo había tomado ella y sabía, que su vecino no sería el único en pensar así.

—Mantén distancia con mis hijos si vas a ser así —ordenó—. O le diré a mi esposo —advirtió.

El alfa se encogió de hombros no muy interesado—. Si ellos se me acerca a hablarme, yo le voy a responder —dijo antes de salir del jardín ajeno.

Hyekyo frunció sus labios no muy convencida y volvió al interior de su casa.

—Hyung... ¿Recuerda en lo que quedamos? —pregunto el omega bajándose del auto junto a su pareja.

—Sí, Jiminnie —respondió mientras rodeaba el auto. Tomó la mano de su pareja—. Solo vamos a comprar pintura y cortinas.

Jimin sonrió y se levantó en la punta de sus pies para besar la mejilla de su alfa.

—No quiero trampas —advirtió comenzado a caminar hacia la tienda.

—Esta bien, pero si ves algo más que te guste no pienses que no te lo voy a comprar, eh —advirtió.

—Pero Hyung... —se quejó con un puchero.

—Nada. Papá es quien te quiere dar la pintura y mamá las cortinas —le recordó—. Namjoon me dijo que si veía algo que te gustara que te lo comprara de su parte y Jungkook nada porque se niño a penas cuida de su dinero por lo que dijo que tendrían una tarde de juegos.

El pelirrojo omega negó con su cabeza, pero una gran sonrisa adornaba entre sus labios por la atención de su familia.

—A veces me miman demasiado —murmuró entrando en la tienda.

—Podemos y queremos —sonrió Yoongi, guiando a su joven pareja por los pasillo donde estaban las pinturas con las muestras—. ¿Qué color deseas, cachorro?

—¿Verde agua? Y... Celeste pastel —Yoongi asintió con su cabeza.

—¿Veamos tus cortinas?

—Oh, vi unas camino aquí que me gustaron, eran blancas con diseños dorados en el borde de abajo y arriba —recordó mordiendo su labio inferior.

—Bien, ¿te interesa algo más? —preguntó.

—La verdad no —ríe—. Podíamos haber pedido esto por internet.

—Ahora —sonríe el alfa—, eso no me hubiera dado una excusa para salir del trabajo y así ver a mi pareja aunque sea solo por unas horas.

Sonrojado, Jimin negó con su cabeza.

—Por qué no vas a comprarnos unos helados mientras yo arreglo esto de aquí —pregunto empujándolo suavemente.

—Claro —respondió guiñándole un ojo a su pareja antes de salir de la tienda.

Observando a su alrededor encontró un lugar donde vendían los dichosos helados, lo bueno era que habían mesas en el exterior que estaban desocupadas.

Mientras esperaba en la fila, su teléfono sonó. Sacándolo contestó sonriente una llamada de Hoseok.

—Hola Hyung.

¡Hey Jiminnie! ¿Cómo está mi bailarín preferido? —pregunto animado.

—Bien ¿y usted, Hyung? ¿Y su familia? —respondió sonriente.

Todos bien Minnie, gracias por preguntar —sonríe—. Bueno, te llamaba porque hoy tengo una clase en la que puedes estar presente.

—¿En serio? ¿A qué hora? —preguntó con entusiasmo—. Espera un minuto Hyung —pidió al estar ya frente al empleado. Ordenó un helado grande para compartir con su pareja y lo pagó recibiendo un recibo—. Ahora sí, siga.

Es en un par de horas más, es mi última clase y por eso comienza tarde —explicó.

—Está bien Hobi hyung, estaré ahí —prometió animado.

Bien, avísame cuando estés afuera del edificio para ir por ti. Nos vemos —se despidió.

Despidiéndose también, el omega cortó la llamada justo a tiempo para su turno. Entregó su boleta y contempló cómo armaban su gran copa de helado con galletas según su gusto.

—¿Una cuchara? —pregunto el joven beta al otro lado del mesón.

—Dos por favor.

El chico asintió con su cabeza y enterró dos cucharas plásticas transparente, una color rosado y otra azul.

—Gracias —sonrió el omega, recibiendo su helado.

Saliendo del local, Jimin tomó asiento en una mesa desocupada y observó su mano donde estaba un papelito.

Abriéndolo, encontró un número de teléfono en esta y el nombre Daesung.

Curioso, observó hacia el interior de la tienda encontrándose con los ojos del chico que le había entregado su helado, el beta le sonrió y cerró un ojo.

Volviendo su vista al frente se encontró con su alfa tomando asiento.

—¿Qué es eso? —preguntó Yoongi observando la mano de su pareja.

—El chico de allá me dio su número —explicó mientras volvía a doblar el papelito y lo dejaba sobre la mesa.

—Hum... Te dejo solo y ya rompes corazones, Minnie —le sonrió el alfa, observando como el papel se iba con el viento.

—Ah, Hyung... No es así —negó agitando sus manos.

—Esta bien, no te preocupes —se inclinó para robarle un casto beso—. Esas cosas pueden suceder y si me preocupo por cada vez que suceda, sería un total amargado —respondió volviendo a su asiento—. Además, mientras me sigas mirando así de bonito yo soy feliz.

Ah, Jimin sonrió sin poder evitarlo. Y el menor sabía que en sus ojos, mientras contemplaba al alfa, no había nada más que amor.

Aun así la confianza del mayor en él era halagadora, o tal vez era la madurez de su pareja, pero a Jimin le encantaba.

—Te dejaré de mirar así el día en que tú dejes de hacerlo, Yoongi hyung —pronunció tomando una cuchara.

—No será por un largo tiempo entonces —sonríe tomando una galleta—. Porque tengo maravillosos planes a futuro, y en todos, tú estás incluido, amor.

Sip, su alfa definitivamente era un hombre peligroso que sabía exactamente cómo enamorarlo cada vez más con unas simples palabras, pequeñas acciones o hasta por su mirada.

Cuando el auto de Yoongi se detuvo frente a 1Million dance studios, Jimin no podía quitarse lo suficientemente rápido el cinturón de seguridad ante su palpable emoción.

—Ah-ah —pronunció el alfa llamando la atención del pelirrojo—. Creo que estás olvidando algo ¿no? Cachorro.

Jimin arqueó una ceja y fingió pensar unos segundos para finalmente negar con su cabeza.

—¿Se supone que olvido algo, Hyung? —pregunto divertido.

—Si no lo recuerdas no podrás bajar —amenazó el mayor, colocándole seguro a la puerta.

Riendo, Jimin se inclinó y presionó inocentemente sus rellenos labios en la mejilla del contrario. Antes de poder volver a su asiento, el alfa deslizó una de sus manos a la nuca del omega y giró su rostro en busca de los dulces belfos, lamiendo e introduciendo su lengua.

—Uhm, que tengas una clase entretenida cachorro. Te estaré esperando en la salida si es que papá no me gana —dijo soltándolo.

Abriendo sus ojos, el pelirrojo asintió con su cabeza, sonrojado lamió sus labios y atrapó el inferior entre sus dientes, quería más.

Yoongi gimió suavemente y se inclinó por el menor para otro beso.

—No me tientes así, cachorro —exclamó ocultándose en el cuello del omega, restregando su mejilla en la tierna piel, marcándolo con su aroma.

—Hyung, hace cosquillas —rió suavemente el menor.

Con pesar pero satisfecho con haber dejado algo de su esencia en el cuerpo del pelirrojo, se alejó.

—Ve o podría secuestrarte por el resto del día y ambos tenemos cosas que hacer —bufo.

—Yoongi hyung no me puede... —guardó silencio ante la ceja alzada de su pareja, retándolo a terminar aquella oración—. Correcto —dijo bajándose del auto.

Algo le decía que su alfa si lo haría solo para demostrárselo.

—Avísame cuando estés por salir —pidió el alfa inclinándose para contemplar al menor a través de la ventana.

Jimin alzó su pulgar y contempló a su pareja irse.

—No recordaba a Yoongi-ah tan expresivo o comprensivo —exclamó una voz cerca del pelirrojo omega.

Jimin pequeño un pequeño respingo y rápidamente se dio vuelta hacia la persona que había hablado con expresión entre asustada y sorprendida.

—Oh, lo siento Jiminnie no era mi intención asustarte —explicó Hoseok.

—Está bien —negó con su cabeza—. Supongo que solo estaba algo distraído.

—¿Es así? —arqueó una ceja el beta—. ¿A caso tienes pareja ya, Jimin-sshi?

Jimin rió como un adolescente enamorado y sin poder evitarlo asintió con su cabeza.

Hoseok alzó ambas cejas sorprendido y luego le sonrió al menor.

—Pobre chico, por lo que pude apreciar de tus tres hermanos la va a tener difícil —bromeó.

Jimin sonrió, queriendo decir que su pareja era Yoongi pero... No quería fue Hoseok le tratara diferente al enterarse de ello por lo que guardó silencio de momento.

—Bueno, vamos, mi clase espera —espeto alegre, lo rodeó con un brazo por los hombros y comenzó a caminar.

—¿Estarán las mismas personas de la otra vez? —pregunto con entusiasmo.

—No todas, hoy está también este grupo próximo a debutar llamado Momoland —recordó.

—¿No se molestaran porque un extraño esté presente? —juntó sus cejas preocupado.

La primera vez no habían dicho nada cuando se presentó con su amigo y hermano pero, pudo sentir las miradas sobre ellos durante la mayoría de la clase.

Jimin creía que la presencia de Jungkook fue la que evitó que los demás dijeran algo, después de todo el mayor era un alfa intimidante cuando quería serlo.

—No te preocupes, lo tengo todo resuelto y ciertamente ellos no pueden decir algo si anuncio que te volví mi ayudante.

—Pero no lo soy —susurró.

—Pero ellos no lo saben —le guiñó un ojo, adelantándose y abriéndole la puerta para que el menor ingresara primero.

Cuando cruzó las puertas, varios pares de ojos se posaron sobre Jimin quien tuvo que luchar por no subir los hombros y bajar su cabeza en una forma de esconderse.

En momentos así extrañaba a Taehyung, independientemente de la situación, su amigo siempre le hacía sentir seguridad.

—Bueno chicos, para los que no lo conocen, él es Min Jimin y desde hoy estará presente en algunas clases ayudándome —anunció Hoseok—. Es un gran bailarín, así que si tienen duda y no pueden preguntarme a mí, Jimin es el indicado.

—No soy tan bueno —murmuró el pelirrojo con bochorno.

—Y además humilde —exclamó encantado el de cabellos color naranja—. Vamos, estiremos los músculos antes de comenzar —pidió aplaudiendo el profesor.

Con eso dicho, Jimin comenzó a estirar su cuerpo ignorando las miradas de algunos estudiantes.

Cuando ya todos habían estirado y calentado, Hoseok empezó a enseñar una coreografía en pareja en la cual le usó como su compañero.

Hoseok ciertamente quedó impresionado cuando Jimin se aprendió lo que le enseñó en una hora. Sabía que el menor era bueno pero le había sorprendido con ello.

Las felicitaciones y halagos simplemente no podía dejar de pronunciarlos hacia el omega y aquello... Provocó ciertas pizca de envidia en ciertas personas ya que Jung Hoseok no daba elogios a cualquiera.

—No —detuvo Hoseok—. No chicas, así no. En esta coreografía buscan seducir con sus movimientos y ustedes no lo están haciendo —negó el profesor.

—No se puede seducir, bailar y cantar al mismo tiempo —refunfuño una de las chicas de Momoland.

—Sí se puede, pero parece que con ustedes tendré que ir paso por paso —indicó rascando su nuca—. ¡Jimin! ¡Kwan! —llamó Hoseok.

Inmediatamente ambos chicos se presentaron ante el llamado del profesor.

—Representen el baile otra vez, por favor —pidió—. Chicas, estén atentas a los movimientos y gestos de Jimin.

Las chicas asintieron con la cabeza y apreciaron el baile sin perderse ningún detalle.

Cuando terminó, Jimin se apartó algo incómodo del alfa con el que había bailado. Había sentido demasiada cercanía con el chico, como... Si este hubiera aprovechado el baile para tocarlo lo cual era estúpido y tal vez solo se estaba haciendo ideas. Pero de todas formas tendría cuidado con el alfa que había hecho de su pareja en un futuro.

—Ese es mi chico —sonrió Hoseok y Jimin no pudo evitar corresponderle.

Vio más que escuchó a una de las chicas resoplar y negar suavemente en su dirección.

—Así deben de bailar, chicas —anunció Hoseok.

—¿Cómo una puta? —pregunto una observando a Jimin de forma desdeñosa.

—No, con talento —corrigió Hoseok sin perder su sonrisa—. Voy a hacer como si lo que acaba de salir de su boca, señorita Joo-won, no fue un insulto y le permitiré seguir en mi clase. ¡Pero advierto! —alzó su voz observando a todos—. No se permiten peleas ni discusiones aquí, si lo que quiere es molestar, las puertas están abiertas pero una vez afuera, no vuelve —advirtió volviendo a observar al grupo de chicas—. Y no me importa cual sea la empresa que les respalda o la persona que vea por ustedes, la actitud infantil de molestar a un compañero no va a aquí. ¡La clase ha terminado por hoy! —anuncio alejándose.

—Gracias por lo que hizo Hyung, ¿pero no será peor? —cuestionó preocupado Jimin, caminando al lado del beta.

Hoseok negó con su cabeza—. No fue solo por ti, Jimin. Esas chicas también han molestado a otros de mis estudiantes en otras clases por lo que te pido, si ellas vuelven a molestar, tienes que decirme —pidió con seriedad.

—Está bien —asintió lentamente.

—¿Te llevo a tu casa?

—Mm no, Yoongi hyung ya me debe de estar esperando afuera —sonrió ya mirando hacia la salida, como si pudiera ver a su pareja ahí afuera.

—Te aviso cuando tengamos otra clase así entonces —revolvió el cabello del menor y se alejó cuando Lía Kim, una de las profesoras le llamó—. Adiós.

—Gracias hyung, adiós —se despidió arreglando su cabello antes de salir del edificio. Encontró a su alfa recargado en su automóvil a la espera.

—Hey, cachorro —saludo el mayor cuando el omega estuve frente a él.

Colocó sus manos en la cadera del menor y lo arrastró más cerca, hasta que estuvo en el espacio entre sus piernas.

Jimin suspiró y entrecerró levemente sus ojos antes de fundirse completamente en el beso.

—Uhm... Tus besos son tan dulces cachorro —murmuró el alfa sobre los rellenos labios del contrario—. Un deleite.

—Ya hyung... No exagere —murmuró buscando escondite en su cuello, aspirando el aroma de su alfa.

—¿Cómo te fue? ¿Te trató bien Jung?

—El profesor Hobi es muy divertido y me trato bien —respondió alejándose—. Me va a avisar cuando pueda venir otra vez.

—¿Y como lo ves? ¿Te puedes ver en un futuro como bailarín profesional? ¿Un idol? —el pelirrojo omega arrugó su nariz al recordar el grupo de chicas ese.

—No creo que como un idol... Algunos deben de ser como algo engreídos ¿no? —murmuró.

Yoongi agarró del mentón suavemente a su pareja y le obligó a mirarle.

—¿Ocurrió algún problema ahí adentro?

—Uno chiquito... Pero el profesor Hoseok lo arregló rápido y ya no hay problema —prometió.

—Bien, pero sabes que cuentas tanto conmigo como con tus otros dos hermanos si hay problemas —le soltó el mentón y tocó suavemente la nariz, provocando una tierna risita en su pareja

—No a la violencia, Hyung.

—¿Y quién dijo violencia? —ríe—. La travesura está en los genes de los Min, ya vas a aprender de ello —le guiño un ojo—. Ahora vamos a casa, padre dijo que nos tenía noticias y nos quería a todos en casa, incluido a tu amigo Taehyung.

Jimin le observó de forma interrogante pero solo consiguió un casto beso en respuesta.

—Vamos.

Namjoon tocó la puerta antes de entrar, contemplando a Sana jugando con un extraño oso, ¿o tal vez un león?

—Princesa, ¿has visto a tu padre? —el cachorro alzó su cabeza.

—Fue con Oppa galleta a buscar a TaeTae oppa.

"Oppa galleta" pensó divertido.

—¿Y qué haces aquí solita entonces? —pregunto entrando a la habitación, sentándose en el suelo al lado de la infante.

—Yo quería hablar contigo, Oppa.

—Okey... Entonces, dímelo con toda confianza —sonrió mostrándole uno de sus hoyuelos.

—Es que... Yo lo vi con papá Jinnie... Dándose besitos.

—Besitos... —repitió sorprendido.

—Sí, besitos aquí —frunce sus pequeños labios en piquito, mostrándole con su dedo índice.

—Ah... —pronunció algo avergonzado—. ¿Y te molestó ver eso? —preguntó preocupado.

—No —niega moviendo su largo cabello de lado a lado—, porque papá tenía una linda sonrisa.

—Entonces pequeña, ¿no te gustó que yo le besara? —indagó confundido.

—No es eso —resopló cruzando sus brazos sobre su pecho—. Papá dijo que solo las personas que se quieren mucho se dan besitos así y yo quiero saber si quieres a mi papi así de mucho —estiró sus pequeños brazos hacia los lados.

—A ver pequeña —pidió—. Yo no quiero así de mucho a tu hermoso padre, yo lo quiero así de mucho —indicó abriendo sus propios brazos, que obviamente, eran más grande que los de la infante.

Los ojitos de Sana brillaron entusiasmado con la idea.

—¿Entonces tu vas a ser mi otro papá? —chillo.

—Pues, es algo que me gustaría serlo —respondió honesto, recibiendo sorprendido el pequeño cuerpo cuando se le lanzó encima.

—Yo también quiero que lo seas... Bueno, primero quería que lo fuera Minnie oppa pero él ya está con alguien —confesó con una pequeña risa.

—Bueno, si yo pudiera ser tu otro padre, Jiminnie sería tu tío y eso sería igual de bueno ¿o no? —pregunto divertido.

—Sipi —asintió alejándose, volviendo a tomar a su peluche—. Estaba jugando a tomar el té con Ryan, ¿quieres jugar conmigo?

—Ohh... Claro que me encantaría pero de hecho nos están esperando abajo y Jiminnie ya llegó —exclamó levantándose.

No faltó dar más excusas, Sana ya estaba de pie cargando a su oso mientras estiraba sus brazos hacia arriba, a la espera.

—Pero después vas a jugar conmigo, ¿no? —pregunto una vez que Namjoon la tomó en brazos.

—Por supuesto princesa —si le hacía aquellos ojitos hermosos al igual que su padre, Namjoon no podía decirle que no.

Abriendo la puerta, se encontraron con un muy emocionado Jin.

—Justo iba por ustedes —exclamo intentando ocultar sus lágrimitas de felicidad al haber escuchado la conversación—. Ya estamos todos, solo faltan ustedes dos.

—Papi, papá Namjoonie dijo que iba a jugar conmigo a tomar el té —comentó risueña.

—Que bien por ti bebé —sonrió el omega, observando divertido al alfa quien no pudo hacer más que encogerse de hombros.

Ya en la sala de estar, todos estaban reunidos. Luego de que ellos tomaran asiento, fue que Joongki decidió hablar.

—Bueno, ¿recuerdan aquella salida hace unos días atrás donde se hizo una apuesta?

—¿Hicieron una apuesta? —pregunto su esposa divertida—. ¿Y quién ganó?

—¿Quién más amor? Obvio que yo.

—Solo porque tuvimos una pequeña distracción —le recordó Jungkook con el ceño fruncido.

—Aww, no puedes aceptar la derrota —se burló Joongki consiguiendo una risita divertida por parte de todos.

—¿Y a qué viene esto? —preguntó Yoongi, acariciando distraídamente el cabello de su pareja que estaba sentado en el suelo en el espacio entre sus piernas, recargando su espalda en el sofá mientras jugaba con Shuga.

—A qué, luego de hablarlo en la empresa, conseguí tener libre el viernes y sábado de cada uno para irnos a acampar.

—¿En serio? —pregunto Jungkook con entusiasmo.

—Déjenme definirles mi descripción de acampar —pronunció el alfa mayor al ver la poca reacción de los contrarios, sin contar a Jungkook, Jimin, Taehyung y Sana—. Me refiero a utilizar la cabaña que tenemos en Busan, así tendríamos el lago cerca y si nos aburrimos, podemos conducir por menos de media hora a la playa más cercana.

Bueno, ahora sí llamó la atención de todos.

—Claro que sería por poquitos días pero una escapada así nos vendría bien a todos ¿no? —sonríe—. En especial para estos chicos que ya se les están terminando las vacaciones y tienen que volver a la Universidad y escuela —pronunció observado de Taehyung, Jungkook y Sana—. ¿Les gusta la idea?

Recibió un masivo y energético sí en respuesta.

—Bueno, arreglen sus cosas que nos vamos mañana a primera hora y no se preocupen por el restaurante o la empresa, ya está todo arreglado —prometió abrazando por los hombros a su omega.

—¿Shuga puede ir? —preguntó Jimin.

—Claro Jiminnie, ya le he comprado otra jaula para que tenga más espacio mientras viaja en el auto.

—Aunque yo le dije que no valía la pena ya que el señorito es como un mago que puede salir de ellas sin problemas, ¿no? —comentó entre risas Hyekyo.

Jimin rió y asintió con entusiasmo con su cabeza.

Serían sus primeras vacaciones en familia después de un largo tiempo.


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