🌸Capítulo 89

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Jimin despertó con su cuerpo siendo rodeado por unos fuertes brazos y unos dulces labios presionando suavemente contra su marca en unos tiernos besos.

Entre dormido, estiró su mano hacia la pequeña mesa al lado de la cama donde había dejado sus audífonos y se los colocó con la ayuda de su alfa.

—Buenos días, cachorro —susurró Yoongi con voz ronca, delatando que había despertado hace poco también.

Balbuceando una respuesta, mantuvo sus ojos cerrados, fingiendo que se había vuelto a quedar dormido.

—Amor, sé que estás despierto —pronuncio con una sonrisa, paseando suavemente su nariz en la curvatura del cuello de su omega.

Jimin soltó una risita por las cosquillas que le provocaba que tocaran su cuello y estiró su cuerpo, lo mejor que pudo siendo que aún estaba entre los brazos de su alfa.

—¿Cómo estás, te duele algo? —preguntó Yoongi.

Dándose media vuelta entre los brazos de su pareja, Jimin inclinó su cabeza hacia atrás para observarlo antes de juntar sus labios en un perezoso beso de buenos días.

—Estoy bien —respondió volviendo a juntar sus párpados con sueño.

La sensación de poder sentir perfectamente las emociones de su alfa era algo sorprendente, y Yoongi estaba de la misma forma respecto a su omega.

A través de su lazo no había más que ternura, amor y felicidad por parte de ambos.

—Cachorro, no te duermas —dijo restregando su nariz contra la del menor.

—Tengo —bosteza— un poco de sueño —farfulló—. Anoche jugamos hasta tarde —le recordó con una sonrisita somnolienta y satisfecha.

Mordiendo el relleno labio inferior, Yoongi rió bajo.

—¿Te gustó la sorpresa? —preguntó.

—¿Cuál de todas? —respondió—. Porque todas me encantaron, el mejor regalo que he tenido en mi cumpleaños —aseguró.

—Eso es bueno... —asintió dándole más espacio a su omega cuando este enterró su carita en su cuello en busca de su aroma que ahora estaba sutilmente combinado con el suyo.

Roble, chocolate y algo de aloe vera, la combinación perfecta para Jimin.

—¿Sucede algo malo? —pregunto contra la piel de su alfa, sintiendo cierta inquietud en el mayor.

—Solo... Quería saber si te gustó que jugara con chocolate y fresas —confesó un tanto nervioso—. Quería hacerlo especial e innovador por lo que... —se encoge de hombros.

—Puedes seguir buscando cosas nuevas, Yoongi hyung —rió—. Fue entretenido, misterioso y excitante, me gustó todo.

El alfa sonrió visiblemente más calmado.

—Bueno, entonces es hora de un baño —advirtió deslizando su mano por el costado del omega hasta llegar al trasero donde apretó suavemente una nalga.

—Pero tengo sueño, no quiero moverme —refunfuño Jimin, por primera vez siendo un omega berrinchudo en busca de mimos.

Y más que feliz de complacer a su pareja, Yoongi se levantó de la cama llevándose con él el cuerpo del menor.

—¿Mi omega quiere mimos? Pues mimos obtendrá —anunció dirigiéndose al baño, esquivando alguna de las velas y globos que estaban en el suelo ahora.

Jimin suspiró y lentamente fue abriendo sus ojos hasta que pudo enfocar bien.

Una sonrisa boba brotó en sus labios al contemplar a su alfa cargarle hasta el baño y dar el agua de la ducha hasta que estuvo a una temperatura agradable para ambos.

Colocándolo en el suelo, Jimin siguió abrazando a su pareja mientras recargaba su cabeza en el hombro del mayor sin dar ningún indicio de que iba a moverse.

Él quería mimos ese día y sabía que su alfa se los daría sin problemas.

Con especial cuidado, Yoongi lavó el cabello de su pareja y su cuerpo, haciendo un trabajo rápido consigo mismo cortó el agua y volvió a tomar entre sus brazos a Jimin, quien inmediatamente se aferró a él con sus piernas y brazos.

Salió con cuidado y tomó un par de toallas. Colocando una en la plana superficie del mueble del lavabo, sentó a su pareja en esta.

Jimin simplemente observaba a su alfa en silencio, contemplando cómo secaba su cuerpo con la toalla antes de enredarla en su cadera.

Con el listo, Yoongi tomó la que estaba sobre los hombros de su pareja y comenzó a secar el delgado cuerpo menudo y esbelto de su omega.

Jimin sonreía dulcemente cada vez que lograba robarle un beso al mayor, quien gustoso se dejaba.

—Cierra tus ojos —pidió Yoongi mientras tomaba el secador de pelo y lo enchufaba.

—No me gusta usarlo —dijo haciendo un pequeño puchero, tratando de convencer a su pareja para que le dejara.

—Lo siento cachorro, pero vi el tiempo de hoy e iba a estar nublado todo el día.

—Yo no soy el que es propenso a resfriarse siempre —le recordó arqueando una ceja.

—No pero, eso no significa que no debes de cuidarte —apretó suavemente la nariz del pelirrojo—. Vamos, yo soy el que te está mimando, déjame hacer bien mi trabajo.

—Está bien, está bien —rió bajito, cerrando sus ojos.

Sin poder resistirlo, el alfa le robó otro beso al menor antes de comenzar a usar el secador de pelo hasta que estuvo satisfecho.

—Tu turno —anunció el omega, quitándole el aparato comenzó a secar sin más palabras el cabello rubio arena del alfa.

Guardando el secador, ambos se lavaron rápidamente sus dientes antes de que Yoongi volviera a tomar el cuerpo de su pareja entre sus brazos.

En la habitación, lo sentó en el borde de la cama antes de alejarse por algo de ropa.

—Puedo colocármelos yo —dijo un tanto avergonzado cuando el mayor tomó un par de bóxer para ambos y se agachó frente a él.

—Somos pareja cachorro, nada tiene que avergonzarte —le recordó.

—Pero hyung, me estás tratando como un bebé —rió levantando un pie y luego el otro, colocándose el bóxer.

—Hoy es tu cumpleaños y puedes actuar como un bebé si quieres, así como yo puedo tratarte como uno —se defendió subiendo la prenda de ropa interior.

Riendo, Jimin se dejó caer hacia atrás y alzó sus caderas, dejando que su alfa le colocara bien la ropa.

Mordiendo su labio inferior con una sonrisa, giró su cuerpo sobre su costado y subió sus piernas para abrazarlas, transformándose en una pequeña bolita.

Colocándose sus propios bóxer, Yoongi subió a la cama y se colocó detrás de su omega, apegándose bien al ligeramente más pequeño cuerpo mientras lo rodeaba con su brazo.

—Me gusta esto —murmuró Jimin con un suspiro.

La dulce tranquilidad, amor y felicidad en el ambiente, la armonía que sentía con su alfa, era algo que envolvía a su corazón rebosante de alegría y plenitud.

—Siempre que tenga la oportunidad, tendrás este tipo de atenciones, cachorro —besó su nuca.

—Quiero seguir así pero...

—¿Pero?

—Tengo hambre —rió contagiando a su pareja.

—Déjame terminar de vestirte y vestirme e iré a preparar nuestro desayuno —anunció.

—Ugh... No estoy muy acostumbrado a este tipo de atenciones... O a que me mimen y cuiden —refunfuño ignorando el calor en sus mejillas.

—Toda persona, omega, alfa o beta, en un momento merece ser cuidado y mimado —señaló Yoongi antes de alejarse de su pareja.

Sentándose en la cama, Jimin asintió con su cabeza encontrando razón en las palabras de su alfa.

Contempló con algo de dulzura el desorden que había en su habitación, tendrían que ordenar y enmarcar las fotos que yacían junto a los globos después.

—Ah, hyung —llamó—. Me puedes pasar la crema que me diste, la que es para cuidar mi piel —pidió observando curioso la ropa que había escogido su pareja.

No era nada elegante o extravagante, pero tampoco era la ropa común y desordenada que uno usaba cuando iba a pasar todo el día en la casa...

Tal parecía que su alfa tenía planes porque ahí estaban sus jeans favoritos, aquellos negros rasgados y ajustados que usualmente usaba para salir.

Fue un sentimiento bonito saber que su alfa había estado tan atento a su alrededor y de lo que le hablaba para que recordara algo así de simple que ni siquiera le había mencionado, por lo que Yoongi tuvo que estar observándole siempre para notar que le gustaba usar aquellos pantalones para salir.

—¿Vamos a salir? —pregunto cuando su pareja volvió del baño con su pedido.

—Sip —respondió simplemente, muy dispuesto a colocar aquella crema en el cuerpo de su omega.

—No —rió el menor con alegría, quitándole el frasco de crema.

—¿Por qué? Tengo que hacer bien todo el trabajo, cachorro —dijo bromista, pero la mirada y sonrisa del mayor prometían otra cosa totalmente diferente.

—Estoy seguro de que terminaremos haciendo otra cosa y vamos a salir —le recordó comenzando a esparcir la crema en una de sus piernas.

—Bien, pero es lo único que te dejaré hacer —advirtió comenzando a vestirse, sin quitarle los ojos de encima a su pareja.

Viendo atentamente como aquellas pequeñas manos subían y bajaban esparciendo aquella crema por la suave piel, sus piernas, brazos, abdomen...

—Hyung... —susurró Jimin con sus mejillas sonrojadas, mordiendo su labio inferior.

—Pudiste sentir lo que estaba pensando y deseando ¿no? —preguntó arqueando una ceja.

Lentamente, el pelirrojo asintió con su cabeza.

La excitación y lujuria del alfa había viajado hacia él con un cierto destello de lo que había estado pensando.

Esto del vínculo de las parejas destinadas... Solo podría describirse como algo increíble.

—No me culpes, eres una tentación andante para mí —refutó terminando de colocarse su suéter delgado.

—Soy un joven omega normal y simple —resopló comenzando a colocarse sus pantalones.

—Para mí, eres especial —dijo con firmeza Yoongi, agarrando la camiseta del menor para colocársela.

—Está bien, como tú digas Hyung —respondió juguetón.

—Pequeño mocoso —gruñón divertido, atrapando el rostro de su omega para llenarlo de beso, encantado con el sonido de la risa del menor.

Tomando la mano del pelirrojo, entrelazó sus dedos mientras lo guiaba fuera de la habitación, bajando las escaleras.

—Después tendremos que ordenar esto —pronunció Jimin observando a su alrededor.

Todas las velas seguían esparcidas en el suelo al igual que algunos pétalos.

—Ya lo haremos después —restó importancia, dirigiéndose a la cocina y abriendo el refrigerador.

—Yoongi hyung... ¿Dónde están Shuga y Chim? —recordó al no escuchar los llamados de su mascota, colocando la rosa que le había regalado Yoongi en vaso con agua ante la falta de jarrón.

Tendría que comprarse algunos.

—Taehyung los está cuidando —respondió.

Tenía sentido, después de todo Shuga se daba más con él que con los otros.

—¿Quieres algo en especial? —preguntó Yoongi.

—¿Me queda de mi cereal? —pregunto sentándose en el banquillo de la isla.

Tomando la caja, el alfa la agitó—. Sí.

Tomando un recipiente no muy grande, lo lleno con lo último que quedaba del cereal y le vertió leche también.

—Gracias~... —canturreo antes de comenzar a comer.

Sonriendo, Yoongi sirvió un poco de zumo para ambos antes de prepararse unas simples tostadas para acompañar a su omega.

—Yo voy —anunció Jimin cuando la puerta fue tocada.

Antes de que el mayor se levantara, Jimin ya estaba a mitad de camino.

Cuando abrió la puerta, decidió que tal vez hubiera sido mejor quedarse esperando en la cocina.

"Aún no estoy listo" pensó. Su lobo se inquietó enseguida, llamando a su alfa.

Apenas alcanzó a retroceder medio paso cuando chocó contra un conocido cuerpo. Unos fuertes brazos rodearon su cuerpo y rápidamente el omega se dio media vuelta, ocultando su rostro en el cuello de su alfa.

—Padre... —dijo Yoongi contemplando al hombre del otro lado de la puerta.

—Yo... Quería hablar —suspiro culpable—. Lo siento, creo que... Debería de irme...

El corazón de Jimin se apretó ante el tono del hombre, tan lamentable, culpable y roto.

Lentamente, sacó su rostro de su escondite y contempló al hombre en quien una vez pensó que podría ser un padre para él.

Su cabello castaño estaba desordenado, unas notorias ojeras estaban marcadas en su cansado rostro, y ya hasta parecía haber perdido peso.

Esa alegría y vida que le había caracterizado ya no estaba presente.

Se veía... Como aquellos días en que Jimin estuvo lejos de Yoongi, exactamente igual a cuando lo encontró en el departamento.

Inclinando su cabeza hacia atrás, el pelirrojo contempló a su alfa, buscando alguna señal de lo que debía de hacer.

—Lo que tú desees, Jimin —pronunció besando su frente.

Jimin respiró profundamente y enfrentó bien a Joongki.

Ya no era como antes, no era tan débil como antes. Podía hacerlo.

Él podía hacerlo.

—Hablemos —pidió mientras entrelazaba sus dedos con los de su alfa y retrocedían.

—Gracias —murmuró realmente agradecido mientras seguía a la pareja en el interior del departamento.

—Disculpa el desorden, hoy es un día especial y ayer quise adelantar la sorpresa —explicó Yoongi ante la pequeña mueca de su pareja al contemplar otra vez a su alrededor.

—Está bien, es comprensible —asintió siguiéndolos hacia la cocina que era el lugar más ordenado dentro del departamento.

Sentados frente a frente con la isla entre los dos, Jimin interiormente agradeció la pequeña distancia además de la compañía de su alfa que realmente le ayudaba a mantener la calma y el dolor lejos, porque eso era algo que no podía evitar sentir aunque así lo quisiera.

—Lo siento, no sabes cuánto lamento no haber hecho algo antes —pronunció Joongki repentinamente—. Sabía y entendía que lo que estaba haciendo Hyekyo estaba mal, pero realmente no sabía qué hacer. Cada vez que le mencionaba el volver a ver un doctor se ponía histérica y yo... Fui débil —gruño con dolor, sin importar la frágil y derrotada imagen que debía de estar mostrando a los chicos cuando permitió que sus lágrimas bajaran.

—So-solo... Solo quiero saber una cosa —pidió aclarando su garganta.

No quería disculpas, no quería promesas, Jimin solo quería saber una cosa de la propia boca del alfa mayor.

Respirando profundamente, observó directamente a Joongki—. ¿Me adoptaron porque me parezco a su hija, a Hyuna?

—¡No! —se exaltó el hombre mayor—. Dios, no —repitió negando con su cabeza con vehemencia—. Lo que te dije los primeros días que llegaste a la casa fue verdad. Nos llamaste la atención y nos enamoró y cautivó todo el esfuerzo que hacías por ayudar y cuidar de otros sin buscar nada a cambio. Cuando te descubrimos, nosotros quisimos ser ese pequeño apoyo para ti, esas personas que cuidaran de ti —explicó con angustia.

—¿Y Hyuna...?

—Nunca pensamos que eran iguales o que tú fuiste su reemplazo —insistió—. Yo nunca te vi de esa forma y mi esposa tampoco... O al menos hasta después de aquel incendio que comencé a notar ciertos cambios sutiles en ella al igual que Yoongi —explicó—. Realmente lo lamento Jimin, lamento no haber hecho nada más que esperar cuando lo note.

Relamiendo sus labios, Jimin observó sus manos algo temblorosas sobre sus muslos, pensando qué decir o qué hacer.

Una mano más grande se posó sobre la suya, calmando su creciente miedo. Alzando su cabeza, Jimin contempló a Yoongi, observando fijamente sus ojos su corazón se volvió a calmar ante las palabras no dichas, pero significativas.

Una pequeña sonrisa de labios se presentó en su rostro y su lobo se calmó instantáneamente.

"Ya no estoy solo" se recordó.

Respirando profundamente, alzó su cabeza y enfrentó a Joongki nuevamente.

—Está bien. Puedo entender esa necesidad de estar al lado de tu pareja y ver siempre por ella —respondió y los ojos del contrario viajaron a la marca en el cuello del menor—. Aún duele, pero sé que es un sentimiento que con el tiempo podré superar —aseguró.

Joongki inhaló abruptamente—. Entonces...

—Pero no creo podamos ser otra vez esa familia con la que siempre soñé tener —negó—. Realmente no creo que se pueda, pero está bien —aseguró y observó a su pareja—. Ahora tengo metas y otro sueño igual o más importante, ahora yo también puedo crear mi propia familia aunque no sea en este mismo momento.

—Por su puesto cachorro —asintió con orgullo el alfa.

—Yo ya no estoy solo —siguió volviendo a observar a Joongki—. Ahora tengo a mi alfa y mis amigos, tengo al tío Hyuk y a la tía Nara... Y espero... Que también a un tío Joongki... Después de todo, es el padre de mi pareja —explicó un tanto avergonzado.

—Sí, por supuesto —asintió con una pequeña sonrisa—. Pero para mí siempre serás mi pequeño Jiminnie, mi pequeño hijo omega.

—Gracias, aprecio eso —sonrió entre lágrimas, agradeciendo cuando su alfa se levantó y lo abrazó con fuerza.

—Si quieres... Puedo hablar y arreglar unos papeles para devolverte tu apellido Park —balbuceo el alfa mayor.

—No, está bien —suspiro limpiando sus lágrimas—. Parece que de todas formas estaba destinado a ser un Min —sonrió contemplando a su alfa.

—No lo dudes —susurró con ternura Yoongi, besándolo castamente.

—Bueno, gracias por permitirme hablar —pronunció Joongki con su corazón un poco más ligero.

Nada volvería a ser como antes, lo sabía pero... Con que ambos jóvenes estuvieran felices, era suficiente para él.

Él y su esposa se recuperarían... Solo era cosa de tiempo.

—¿Te tienes que ir ya? —preguntó Yoongi.

—Sí, Hyuk me va a acompañar a internar a tu madre en la clínica hoy —respondió levantándose.

—Espero que esté bien pronto —murmuró el omega siguiéndolos a la puerta.

—Yo igual —suspiró el viejo alfa.

—Por favor... Cuídese también —pidió Jimin preocupado por el estado de Joongki.

—Lo haré —prometió con una pequeña sonrisa mientras se volvía a colocar sus zapatos.

Abriendo la puerta, se detuvo y volvió a contemplar al par.

—Felicidades por completar su unión —felicitó y observó a Jimin—. Feliz cumpleaños Minnie, espero que disfrutes de tu día —pronunció con ternura antes de salir del departamento.

—¿Estará bien? —preguntó preocupado el menor, acercándose en los brazos de su alfa.

—Lo estará, es fuerte —aseguró Yoongi recargando su mejilla sobre la cabeza su omega—. Tampoco está solo, nos tiene a nosotros y a la tía Nara con el tío Hyuk.

—Sí...

—Vamos, terminemos nuestro desayuno para salir —le recordó—. Y estoy muy orgulloso de ti —anunció besándole castamente antes de guiarle de nuevo a la cocina.

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