Único.

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Frotó sus manos entre sí intentando apartar el frío de ellas mientras mantenía su mirada fija en el niño a su lado. Su pequeño primo había terminado convenciendo a su madre para que Taehyung lo llevara a la Tierra de Santa.

Así que ahí se encontraba, parado en una interminable fila para poder tomarse una foto con un señor gordo de barba blanca. No es que el fuera grinch ni nada por el estilo, pero hace un par de años que ya nada era lo mismo. Las risas, aplausos y llanto de los infantes y demás personas que se encontraban ahí formaban la algarabía tan común en esas fechas.

El pequeño Kim de siete años tironeo de su grueso abrigo invernal haciendo que ponga toda su atención en él.

- Mira, hyung. Llegó un bonito elfo de la tierra de Santa a ayudarlo - dijo con entusiasmo, señalando con su dedito a un chico con un traje de elfo verde con algunos detalles en rojo y blanco, gorro de igual color adornado con un cascabel en la punta, medias con franjas rojas y blancas, un par de zapatos puntiagudos a juego con el traje, orejas falsas puntiagudas, cabello rojizo largo cayendo a los costados de su rostro alargado, mirada achocolatada, ojos finos, pómulos rellenos, una nariz respingona que se encontraba rojiza al igual que sus mejillas por el frío, y sus finos labios que se encontraban extendidos en una hermosa sonrisa en forma de corazón mientras trataba de calmar a una pequeña niña que estaba llorando.

Un muy lindo y tierno elfo.

- Es muy bonito ese elfo, hyung. Tiene una sonrisa bonita - declaró el infante con un leve sonrojo. Taehyung asintió aun embelesado con la belleza del chico que parecía emanar leche y miel por la manera tan dulce en la que abrazaba a la niña castaña y está dejaba de llorar.

Taehyung se sintió celoso de aquella pequeña desconocida, él también quería uno de esos abrazos del chico elfo. Hizo un puchero inconsciente dispuesto a hacer una rabieta con tal de abrazar al chico pelirrojo. Pero la voz de una señora pidiéndole que avanzara le hizo volver a la realidad donde se encontraba; cuidando a su primito para que pueda tomarse una foto con Santa y donde él no volvería a ver a su elfo pelirrojo.

Al menos lo podría apreciar de lejos o pedir su número al acercarse con el viejo panzón, pero todo eso se vino abajo cuando volvió a buscarlo con la mirada y no lo encontró.

El destino dice que no te fijes en nadie, Taehyung.

Suspiró resignado, bajando los hombros y tomando la pequeña mano de su primito para evitar que se perdiera.

- Supongo que Santa lo eligió por ser el más bonito - mini Kim asintió con una sonrisa que dejaba ver su dentadura incompleta, asintiendo de acuerdo.

.・✫・゜・。.

Los primos Kim se encontraban caminando en busca de algo con que entretenerse después que el más pequeño se tomara la foto y obligara a Taehyung que también lo hiciera, algunos los vieron raro, otros se rieron por el ridículo que estaba haciendo al sentarse en la pierna de un tipo con barba como un niño pequeño teniendo 23 años, y otros tantos los vieron enternecidos.

Iba a cobrarle a su tía por cuidar a su pequeño diablillo. Era lo mínimo que merecía después de haber pasado aquella vergüenza. Mini Kim tironeo de su brazo obligándolo a caminar hacia una especie de tarima donde había algunas casas hechas de cartón, luces, guirnaldas, algunas cortinas y adornos.

- Mira, Taetae hyung. Creo que aquí se presentará el chico elfo bonito de hace rato - comenzó a dar pequeños saltitos en su sitio con entusiasmo mientras aplaudía. El rubio elevó la vista a la tarima cuando unos tintineos de campana se oyeron.

Una mano se asomó de entre las cortinas verdes moviéndose al ritmo del tintineo, la gente comenzó a aplaudir y los niños soltaban risitas risueñas. La mano se volvió a esconder para luego salir acompañado de un pie con zapato puntiagudo. La música cambió de ser simples tintineos de campanas a estar acompañadas de risas.

El mismo chico de cabello rojizo salió de entre las cortinas verdes con una sonrisa que marcaba unos hoyuelos que no había visto antes. Su primito tenía razón. La canción comenzó a sonar y algunos otros chicos y chicas elfos salieron de entre las cortinas para iniciar una sincronizada rutina de baile, pero su mirada estaba clavada en el chico pelirrojo y sus tiernas muecas.

Pronto se vio a sí mismo con una de sus grandes sonrisas cuadradas aplaudiendo y moviendo su cuerpo al son de la música. Todo alrededor se había silenciado, todo el bullicio se había ido y todos sus sentidos estaban en aquella mirada achocolatada que parecían un par de luceros. Tan resplandecientes y lejanos en la profunda noche.

La rutina terminó con todos los chicos haciendo un gran corazón y el chico pelirrojo en el medio con la respiración agitada y una enorme sonrisa acorazonada que hacía que un par de arruguitas se hicieran presente en las esquinas de sus rasgados ojos. Taehyung aplaudió lo más fuerte que pudo acompañado de gritos.

Los chicos vestidos de elfo hicieron una reverencia antes de desaparecer entre las cortinas, no sin antes que el chico de hoyuelos lanzará a un beso a todas las personas que habían estado viendo el show.

- Voy a conquistar a ese elfo. - dijo seguro de sí mismo el pequeño Hyunjim.

- Alto ahí vaquero, aún estás muy pequeño para esas cosas. Además, - se agachó hasta la altura del infante con una sonrisa arrogante - ese lindo elfo será mío - le guiño el ojo dejándole una palmada de consuelo en el hombro.

El menor hizo un puchero y se cruzó de brazos indignado. Tendría que buscar a su propio elfo. Taehyung se alzó victorioso, tomando la mano de su primo para seguir caminando.

.・✫・゜・。.

Taehyung se encontraba comprando un poco de chocolate caliente después de pasar tanto tiempo en ese lugar con el frío que hacía. Estaba casi seguro que nevaría esa noche. Sacó un par de billetes de su pomposo abrigo terminando por pagar la bebida.

- Muchas gracias - hizo una leve venia cuando ya tenía lo que quería en las manos. Miró alrededor en busca de Hyunjim, pero no lo encontró.

Siguió buscando a su primito con la mirada, pero nada. Su corazón se agitó preocupado en su pecho, caminó un poco gritando lo más alto que podía. Comenzaba a entrar en pánico ¡había perdido a su primo! ¡era hombre muerto! ¡qué había hecho!

- ¡Hyunjim! ¡Hyunjim, ¿dónde estás?! ¡Hyunjim, vuelve! ¡Hyunjim, esto no es gracioso! - relamió sus labios, nervioso.

Camino apresurado buscando al pequeño castaño en ese mar de gente y esquivando a las personas. Sus manos temblaban y se había puesto tan pálido como un papel ¿Dónde se había metido? ¿en qué momento se había separado de él? no se había dado cuenta de nada.

Retrocedió sus pasos tratando de adivinar a dónde se había ido mini Kim. Paso por el puesto de juegos de tiro al blanco, pesca el pez, donde vendían algodón de azúcar, manzanas acarameladas, las fotos con santa ¡y no había nada!

Sentía que el pánico recorría todo su cuerpo y las lágrimas se comenzaban a formar en la esquina de sus ojos. Camino un poco más hasta llegar a la tarima donde antes habían visto el show de los elfos.

- ¡Hyunjim, ¿estás aquí?! ¡Oye! ¡Era broma lo de hace rato! ¡Hyunjim, vuelve por favor!

Se adentró un poco detrás de la tarima, una risa infantil se escuchó y lo puso alerta, acelerando sus pasos.

- Hyunjim, ¿estás aquí?

Las risas se escucharon más fuerte y él corrió, sintiendo como la adrenalina recorría sus venas y la emoción de encontrarlo lo embargaba. Hasta que cayó al suelo de sentón con un fuerte golpe, elevo la mirada encontrándose con el mismo chico pelirrojo y su traje ahora manchado de chocolate.

Si las miradas mataran Kim Taehyung hubiera muerte de diez mil maneras diferentes en ese preciso instante. Sus ojos se encontraban abiertos en amplitud y sus labios entreabiertos, mientras el chico pelirrojo que antes tenía hermosos ojos achocolatados y brillantes como estrellas, ahora se encontraban sombríos y reflejaban algo muy feo.

- ¡Hyung! - hizo acto de presencia Hyunjim con una sonrisa de oreja a oreja - ¡Mira, Taetae hyung! ¡encontré al bonito elfo de la tierra de Santa!

El rubio regresó a la realidad y miró al infante a su lado apresándolo entre sus brazos en un fuerte abrazo. Todo el terror se esfumó de su sistema cuando sintió las pequeñas manitas de Hyunjim devolviéndole el abrazo.

- No me hagas asustar así de nuevo... pensé que te había perdido - reforzó el agarre antes de soltarlo y dejarle un beso en la frente.

Mini Kim ladeó la cabeza, confundido - Solo estaba buscando al elfo de sonrisa bonita - señaló al chico que seguía mirándolo de manera amenazante. Taehyung tragó saliva, nervioso, aquella mirada parecía que le clavara 10 cuchillos en la espalda.

- Ya me di cuenta - sonrió débilmente - Gracias por encontrar a Hyunjim - se dirigió al chico pelirrojo que rápidamente relajó su postura, sonriendo forzado. Hizo una leve venia y sonrió.

- No hay de qué... Hyunjim es un niño muy lindo y obediente, ¿verdad, pequeño? - revolvió los cabellos del menor con ternura y este asintió - Y cómo eres un niño obediente vas a esperar con el otro elfo de mejillas rechonchas que conociste hace poquito mientras hablo con el bobalicón este, ¿bien? - señaló con la cabeza detrás el hombro del niño, este rio levemente y asintió. Terminando por irse con pequeños saltitos.

- De verdad, muchas gracias por cuidar de Hyunjim.

- Serás idiota - bufó - Debes tener más cuidado, ¿y si no lo encontraba yo? ¿eh? ¿Te imaginas qué hubiera pasado si algún tipo o tipa con malas intenciones se lo llevaba? Gracias al cielo me encontró primero, estaba donde se toman las fotos con Santa... Debes avisparte más si vas a traer a un niño a este lugar lleno de gente - soltó irritado - como me gustaría darte un buen golpe - masculló entre dientes con la mandíbula tensa.

Taehyung estaba anonadado, aún no podía creer que el chico que irradiaba felicidad y confort sea el mismo que ahora lo miraba de manera furtiva, como si lo odiara.

- Eras más dulce cuando hablabas con los niños.

- Bien dicho, con los niños. No con idiotas que pierden a sus hermanitos.

- No es mi hermano, es mi primo. - se apresuró a aclarar con una mueca. Este chico no de parecía en nada al que estaba en la tarima bailando con una hermosa sonrisa.

- Como sea - rodó los ojos - Estaba bajo tu cuidado, es tu responsabilidad. Ash... y arruinaste mi traje - hizo una mueca de fastidio, viendo su ropa manchada de chocolate.

Taehyung iba a replicar, pero el chico con nombre desconocido ya se había dado vuelta y ahora se encontraba sonriéndole al pequeño Kim que se encontraba más feliz que una lombriz.

- Muchas gracias por cuidarme, elfo bonito. - sonrió Hyunjim, mostrando sus dientes incompletos.

- No hay de qué, pequeño. Recuerda, si el idiota de tu primo te vuelve a perder ya sabes dónde estoy, ¿bien? - el infante asintió entre carcajadas risueñas y el pelirrojo revolvió sus cabellos con cariño - Ahora ve con él; de seguro tus padres han de estar preocupados porque no llegas.

Hyunjim corrió feliz a abrazarse a las piernas de su primo y tomarle la mano tal y como le había dicho el lindo chico cuando lo encontró entre tanta gente.

- ¿Acaso se puede saber el nombre de el simpático duende que ayudó a mi primo? - dijo Taehyung, levantando en brazos al infante que se agarró de su cuello.

- ¡Sí! Yo también quiero saber - puchereo el pequeño castaño.

El pelirrojo negó - Es un secreto. Los elfos de Santa no pueden revelar su identidad porque él después se enojará mucho - respondió con una voz más aguda mientras hacía aegyo.

En ese momento Taehyung odio aún más el hecho de encariñarse tan rápido con las personas, en especial si se trataba de alguien tan bonito y tierno que compartía su amor por los niños.
Pero no pudo hacer más que irse de ahí sin saber el nombre del chico y despidiéndose muy a su pesar de su dulce elfo.

.・✫・゜・。.

Era el día antes de Navidad, es decir Nochebuena, y el joven rubio se encontraba detrás del recibidor de la Biblioteca donde trabajaba, revisando las últimas entregas de libros de ese año.

Se preguntarán ¿Quién carajos trabaja en vísperas de Navidad? Pues él y su compañero chino, Jackson, que no tenía planes para esa noche. Y, bueno, algunas otras almas en pena que no festejaban en esas fechas y preferían estar entre el aroma a libros nuevos y los mundos mágicos narrados en sus hojas; como él.

La campanilla de la puerta sonó, dando aviso de un nuevo cliente, elevó la mirada dispuesto a ayudar a esa persona, pero grande fue su sorpresa cuando se encontró con la mirada achocolatada de aquella persona que pensó nunca más volvería a ver.

Sus cabellos rojizos cayendo sobre su frente y apenas a la vista gracias a la capucha de su grueso abrigo; las palabras quedaron atascadas en su garganta sin tener idea de qué decir.

- Tú - fue lo primero que dijo el recién llegado, mirándolo con los ojos entrecerrados -. Yo te conozco. Eres el idiota que perdió a su primo en la Tierra de Santa.

Taehyung frunció los labios en una mueca de desagrado de tan solo recordar el mal rato que pasó buscándolo y después recibiendo uno de los peores regaños por parte de la madre del infante por casi perder a su tesoro.

- Ni me lo recuerdes. Ese día solo faltaba que mi tía coja un cinturón y me pegue - bufó y rodó los ojos con un puchero.

- Ojalá lo hubiera hecho - murmuró, bajando la capucha de su abrigo para después pasar una mano por su cabello, peinándolo. Terminando por arreglar la gruesa prenda que lo cubría.

El rubio lo veía entre embelesado por su belleza en aquel simple gesto, y ofendido por su comentario.

-Gracias, yo también te quiero, eh - respondió con sarcasmo - esa señora parecía tener ganas de encerrarme en un cuarto lleno de tarántulas para que me coman vivo.

- Primero, apenas te conozco y ni siquiera sé tu nombre; lo único que sé es que eres un idiota irresponsable. Segundo, no seas exagerado, de seguro te hubieras puesto igual si estuvieras en sus zapatos.

- Oh, bueno. Entonces, mucho gusto. Soy Kim Taehyung, y no soy un idiota irresponsable solo una persona un tanto despistada. Ahora, será qué se puede saber el nombre del chico elfo que en este momento es solo otro Civil más - sonrió de manera galante, recargándose en el mostrador frente a él.

- Jung Hoseok. Y ya deja de decirme así... Es raro - confesó - parece que tuvieras algún fetiche con eso que tanto lo repites.

Taehyung abrió sus ojos con sorpresa y se atragantó con su saliva comenzando a toser, recibiendo malas miradas de las pocas personas que había en las mesas que estaban a unos metros.
Es que ¿¡Qué clase de insinuaciones eran esas?! ¿Acaso tenía cara de pervertido?

Hoseok sonrió divertido por la reacción del chico rubio y por como sus mejillas se habían vuelto dos manzanas. Iba a seguir molestando a Tae, pero algo que vio por el rabillo del ojo lo detuvo.

- Oye, pero qué haces - preguntó con confusión plasmada en su rostro, viendo como el pelirrojo se escondía detrás del escritorio casi entre sus piernas.

- ¡Shh! - lo interrumpió, poniendo el dedo índice sobre sus labios y con el ceño fruncido - No preguntes.

- ¿Qué? ¿Por qué?

En ese momento la campanilla volvió a sonar y Hoseok dio un respingo en su sitio, encogiéndose más. Taehyung lo miro confundido para después pasar su mirada a la persona que había entrado, era un chico alto, castaño, mandíbula marcada, nariz recta y grandes ojos.
Ladeo la cabeza, confundido, sin entender lo que pasaba hasta que el castaño lo miro.

- Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle? - preguntó cortés acompañado de una leve venia.

- Oh, este, yo... Lo que pasa es que vi entrar a alguien aquí ¿sabe dónde está?

Taehyung frunció y enarco una ceja, luchando contra una sonrisa que se quería formar en sus labios al armar el rompecabezas de lo que estaba pasando.

- ¿En serio? - contestó con obviedad, pasando su mirada por las mesas donde había más personas leyendo.

- A-ah, cierto - sonrió avergonzado - es un poco más bajo, tiene el cabello rojo-

- Nariz respingada, labios acorazonados, rostro alargado, pómulos rellenos. Ah, y que se viste de elfo, ¿no? Uno muy gruñón, por cierto - sonrió ladino y Hoseok lo fulminó con la mirada dándole un leve golpe en la pierna.

- ¡Sí! Ese mismo. Aunque solo se viste así para su trabajo - hizo una mueca pensativa - ¿Lo has visto?

- No. Chico, te acabo de describir al personaje de un anime - el chico pelirrojo suspiro tranquilo por no haber sido delatado y Taehyung solo le dio guiño de manera coqueta a lo que él rodó los ojos murmurando un leve "tonto".

- ¿De verdad? Siempre pensé que Hobi Hyung era apuesto, pero nunca imaginé que se parecía a algún anime - Kim quiso reír por la inocencia del castaño, pero al mismo tiempo sentía pena por él.

- Sí, ese personaje es muy lindo - le dio la razón, amando como Hoseok agachaba la cabeza tímido y con un leve sonrojo. Tierno - ¿Algo más en lo que te pueda ayudar?

- Oh, no. Lo siento por hacerte perder tu tiempo. Ya me voy - sonrió y se despidió con un movimiento de mano, el rubio le sonrió de vuelta - Ah, algo más antes de que me vaya. Si lo llegas a ver cerca de aquí o viene, podrías decirle que necesito hablar con él, por favor - Taehyung asintió y el castaño dio un saltito de emoción en su sitio, mostrando una tierna sonrisa de conejo - muchas gracias. Soy Jeon Jungkook, por cierto.

- Kim Taehyung - estrecharon sus manos en un apretón amistoso - que tengas buen día.

- Igualmente. Muchas gracias de nuevo. Ya me voy - fue lo último que dijo antes de salir del lugar, haciendo que la campana vuelva a sonar.

- Ya puedes salir - dijo el rubio divertido.

Hoseok se levantó con cuidado de no golpearse la cabeza, limpiando el polvo de su ropa y sonriéndole al contrario en manera de agradecimiento, dejando que sus lindos hoyuelos salgan a la luz.

- Muchas gracias por ayudarme.

- No hay de qué, elfo gruñón.

- Y vuelves con tus fetiches raros - rodó los ojos con fastidio y cruzó los brazos sobre su pecho.

- ¡Que no es un fetiche! - grito en un susurro, haciendo un leve puchero - Y ya deja mi vida sexual de lado. Mejor dime por qué te escondías de ese chico.

El rubio enarco una ceja, viéndolo curioso, y Hoseok apartó la mirada con el recuerdo de su verdadera razón por la que estaba en esa biblioteca. Jeon Jungkook, uno de sus amigos más cercanos, se le había declarado y él entró en pánico, huyendo a cualquier lugar donde el castaño no lo encuentre.

- E-eso no importa.

- ¿En serio?

- ¡Bueno, ya! deja eso de lado y mejor ayúdame con un libro - se dio vuelta con los brazos cruzados y su característico triángulo en los labios.

- Como quieras, gruñoncito - dijo lo último con burla, carcajeándose levemente por la especie de gruñido que recibió como respuesta.

.・✫・゜・。.

Ya eran 5:30 de la tarde lo que le indicaba a Taehyung que era hora de irse. Cerró todo y se despidió de su compañero de trabajo deseándole felices fiestas. Término por guardar las llaves en su bolsillo y sonrió de lado al ver la persona que lo esperaba a un lado de la puerta.

- Woah, no pensé que tenía un admirador tan bonito - dijo burlón.

- Callate y camina - respondió Hoseok comenzando a caminar con las manos en los bolsillos de su abrigo.

- Nunca pensé que te lo tomarías en serio cuando te dije que me dejaras acompañarte a la parada de bus.

- No quería ir solo - confesó en un susurró, elevando la mirada al cielo al sentir como pequeños copos comenzaban a caer - Creo que nevera.

Taehyung asintió dándole la razón.

- ¿Te gustaría chocolate caliente? - ofreció el rubio.

- Prefiero el café - se encogió de hombros, volviendo la vista al frente antes de que su mala suerte se hiciera presente y terminara por caer. Taehyung hizo una mueca de desagrado - No quiero que un loco vuelva a tirarme chocolate caliente encima - dijo divertido.

- ¡Oye! eso fue un accidente - se defendió, dándole un leve golpe en el hombre de manera juguetona - Te iba a pagar por el traje, de verdad, lo siento.

- Nah, no te preocupes - le restó importancia - tuve una excusa para irme temprano.

- Entonces, ¿vamos por chocolate?

- Quiero café.

- No me gusta el café - confesó el rubio, viendo como Hoseok se detenía de manera abrupta y regresaba a verlo de manera incrédula.

- ¿Estás bromeando? ¿no? A quién en su sano juicio no le gusta el café.

Taehyung volvió a hacer una mueca disconforme, negando con la cabeza - ¿Por qué carajos les gusta el café', es demasiado amargo y ugh... no, prefiero el chocolate, es calentito y dulce. Aunque me toca tomar café por mis padres - hizo un puchero que derritió el corazón de Seok.

- Aigoo, eres tan tierno - pellizco las mejillas del contrario haciendo ruiditos infantiles.

- O-oye, pero qué haces - se intentó alejar totalmente avergonzado a lo que Hoseok rio levemente, dejando en paz las mejillas sonrojadas de Taehyung.

- Lo siento, es que pareces un niño pequeño y das tanta ternura, no lo pude evitar, la costumbre - hizo una mueca de disculpa, alborotando sus rojizos cabellos.

- Sí, claro - rodó los ojos con ironía - apuesto que soy mayor que tú - dijo con arrogancia, volviendo a caminar.

- Lo dudo, pero si tan seguro estás apostemos entonces.

Taehyung lo miró sobre el hombro de manera curiosa, sonriendo con altanería, seguro de sí mismo. Hoseok parecía menor que él y era unos centímetros más bajo, era obvio que iba a ganar.

- Bien, apostemos ¿qué quieres perder?

- ¿Tan seguro estás de que eres mayor que yo? - enarcó una ceja con una mueca divertida. El contrario asintió - Bien, sonrisa bonita, ¿qué quieres?

El cerebro de Kim se desconectó con solo esa frase ¡le había dicho que tenía una sonrisa bonita!, pero debía concentrarse, no era momento de fangirlear por el chico elfo que lo había tratado mal para después pasar a ser un chico demasiado agradable. Toda la tarde que pasaron hablando fue suficiente para saber que sentía atracción por él.

- Qué tal tu número de teléfono, ¿uhm?

Hoseok rio incrédulo, ¿en serio le estaba coqueteando un chico que recién conocía? Al parecer era su milagro de navidad.

- Uhm... nop. No me arriesgare a darle mi número de teléfono a alguien que recién conozco, aunque es algo estúpido tomando en cuenta que ya te dije mi nombre... Como sea, - mordió su labio inferior, viendo a su alrededor en busca de una idea - ¿Qué tal si el perdedor deja que el ganador le meta nieve en la ropa?

- En primero, no soy un acosador ni nada por estilo. Segundo, me parece buena idea, al parecer quieres irte a casa como pescado congelado.

Hoseok se carcajeo de manera estrepitosa, este chico era algo -mucho- arrogante. Pero también muy entretenido. Simplemente sus personalidades hicieron "click".

- Voy a desinflar tu burbuja de altanería, muchacho. Y hoy no, cuando nos volvamos a ver, si es que nos llegamos a ver de nuevo.

El rubio se detuvo a verlo de manera socarrona - Entonces quieres que nos volvamos a ver, ¿eh? Además, si nos volvemos a ver y no hay nieve ¿qué hacemos?

- Entonces prepárate para que te eche cubos de hielo - sonrió de manera malévola y taehyung trago saliva. Sin darse cuenta ya habían llegado a la parada de buses. Otra vez se hacía presente la mala suerte de Jung Hoseok, hasta ahí llegaba su milagro de navidad.

- Bueno, llegamos - dijo el rubio, dejando caer sus hombros - ¿seguro que no quieres ir por un chocolate caliente? - volvió a preguntar esperanzado de recibir una respuesta afirmativa, que se desvaneció cuando vio al pelirrojo negar.

- Debo llegar temprano a casa. Mis padres van a llegar a visitarme y debo hacer un poco de limpieza, ya sabes, departamento de soltero... un caos. Además de que unos de sus viejos amigos nos invitaron a recibir la navidad en su casa.

- Agh... te entiendo. Mis padres invitaron a unos amigos que a los que no ven desde hace años - rodó los ojos - ojalá no sean esas personas insoportables que se quejan hasta el más mínimo detalle.

- Ouh, suerte entonces. Yo solo espero caerles bien a esos amigo - dijo nervioso.

- Estoy seguro de que les caerás bien. Tranquilo, eres realmente agradable. Que no les caigas bien será porque son unos ciegos - dio un suave apretón en el hombro del pelirrojo y este sonrió tímido.

- Gracias - murmuró - Oh, ahí viene mi transporte. Ojalá que el destino nos vuelva a juntar - dijo, cuando vio a los lejos como se acercaba el autobús que lo llevaría a su casa.

- Prendo una velita porque eso suceda.

- Pero, oye, no te olvides de la apuesta.

- Ouh, cierto. A ver, digamos el año en que nacimos a la cuenta de tres, ¿va?

- Va.

Se miraron a los ojos de manera expectante, comenzando la cuenta regresiva hasta llegar a uno, contestando ambos al mismo tiempo.

- 1994.

- 1995.

Taehyung abrió los ojos ampliamente sintiendo su garganta secarse, mientras Hoseok saltaba feliz para luego verlo con satisfacción y autosuficiencia.

- Te lo dije, bonito - sonrió de manera jovial - prepárate para cuando te vuelva a ver. Que tengas lindas fiestas - se despidió con una leve venia, ya que su transporte ya había llegado. Se apresuró a subir bajo la mirada asombrada de Taehyung que se mantenía procesando la información.

¡Su bonito elfo era mayor que él!

El autobús arrancó y el rubio se quedó ahí con una sonrisa de tonto enamorado con la mirada perdida viendo como su elfo se iba y, quizás, no lo volvería a ver nuevamente.

- Igualmente, hyung...

.・✫・゜・。.

El reloj marcaba las 10:30 de la noche y los padres de Taehyung lo habían obligado a vestirse con un ridículo suéter navideño, a la espera de que sus invitados llegaran. Se encontraba en el sofá de la sala andando en su móvil en busca del instagram de su chico lindo mientras sus mamá y hermano estaban en la cocina, y su papá había ido a comprar licor.

En su cabeza aún se reproducía toda la tarde que paso con el chico pelirrojo como una película antigua, cerró los ojos y suspiro, viendo aquella hermosa mirada y brillante sonrisa adornada de hoyuelos. Era tan hermoso como un príncipe.

Y justo en ese momento el timbre sonó y él chasqueó la lengua.

- Han de ser ellos - escuchó a su mamá desde la cocina - ¡Taehyung-ah, abre, por favor! ¡Han de ser ellos!

El rubio se levantó refunfuñando por su suerte y una mueca disgustada que se borro al abrir la puerta y encontrarse con su príncipe pelirrojo que traía una botella de vino entre manos. Entreabrió los labios viéndolo asombrado. De todas las posibilidades del mundo ¡él estaba ahí! ¡sus padres eran amigos!

- Tú - soltaron ambos al unísono.

La señora Kim apareció, empujando a su hijo a un lado para que sus invitados pasaran mientras las otros dos se seguían viendo asombrados.

- Entra, Hoseokie. Te vas a congelar - el nombrado asintió, saliendo de su trance.

- Gracias, señora Kim.

- Oh, me haces sentir vieja, Hoseokie. Dime Minyi, sin pena - sonrió, dirigiendo la mirada a su hijo - Hobi, mira, te presento al gruñoncito de mi hijo; Taehyung - dijo la mujer de manera melosa, pinchando las mejillas del Kim menor con sus dedos de manera infantil.

- De hecho, ya nos conocíamos - intervino el pelirrojo, regalándole una mirada divertida al rubio.

- ¡Omo! ¿Por qué no me lo dijiste, TaeTae?

- Si la tía no me hubiera regañado durante una hora te hubiera dicho que conocí a un elfo gruñón.

Minyi hizo una mueca sin entender y el pelirrojo frunció el ceño, viéndolo de manera furtiva.
Tenía ganas de preguntar, pero lo dejó pasar, luego lo haría; mejor fue a la cocina, dejando al par de adultos jóvenes en su guerra de muecas.

- El destino quiso que nos volviéramos a ver, TaeTae gruñoncito - Seok imitó el mismo tono meloso que había usado la señora Kim antes, pinchando la punta de la nariz del contrario y este hizo una mueca.

- Lo mismo digo, elfo Hoseokie - contestó de igual manera, sonriendo triunfante ante el tierno triángulo que hizo el mayor.

- Hyungs, ¿no vienen? - interrumpió el hermano menor de Taehyung, tímido.

Ambos asintieron y se dirigieron a la sala entre empujones y bromas para iniciar la velada.

El resto de la noche paso entre conversaciones agradables, villancicos, anécdotas de los adultos que dejaron sorprendidos a los más jóvenes por los atrevidos que eran sus padres en su juventud.
Habían pasado muchos buenos momentos. Las risas y cariño eran lo que más abundaban en el ambiente, volviéndolo todo más hogareño.

El aroma a galletas recién horneadas y chocolate caliente que derretían los corazones de las personas que se encontraban allí que ni siquiera se habían dado cuenta de la leve nevada que comenzó a caer.

El tiempo pasó volando entre carcajadas y bromas que se hacían Hoseok y Taehyung; prontamente el reloj dío las 12, indicando que ya era Navidad.
Todos se abrazaron y dieron sus más buenos deseos.

- Feliz Navidad, chico elfo - susurro Taehyung en el oído de su Hyung cuando este lo abrazaba.

- Igualmente, TaeTae... Me gusta esa apodo - confesó antes de alejarse con una gran sonrisa que dejaba ver sus blancas perlas.

- ¡Bien! Llegó la hora de la cena - anunció la señora Kim.

- Yo te ayudo, amiga - se ofreció la señora Jung.

- Claro, recordemos nuestros tiempos de chefs - dijo de manera divertida, haciendo reír a la otra castaña.

La cena fue como en toda la noche, tranquila y sosegada. La leve Nevada había terminado, dejando una nueva capa de blanca y nívea nieve recubriendo el suelo donde se encontraban Taehyung en ese momento viendo el cielo levemente estrellado, después de comer y dejar a los demás tomando tragos amistosos, y a su hermano dormido en su cama después de vomitar por todos los dulces que se metió.

Un suspiro inevitable salió de entre sus labios mientras mantenía su mirada puesta en la estrella más reluciente, solamente acompañado del murmullo de las personas dentro de la casa que era opacado por el calmado silencio de la noche.

- ¿Qué haces acá afuera, Taehyung? - inquirió Hoseok, tomando asiento al lado del rubio en la fría nieve.

El menor le dio una corta mirada antes de volverla al firmamento - Conviviendo con una de las personas que más amo - contestó simple.

El pelirrojo ladeo la cabeza con el ceño levemente fruncido sin entender, Taehyung sonrió débil y le revolvió el cabello.

- Mi abuela murió hace un par de años... A ella le encantaba estas fechas. Siempre hacíamos galletas y adornabamos el árbol juntos - hizo una pausa para tomar aire y que el nudo en su garganta desapareciera - Antes de morir, ella me dijo que siempre me cuidaría desde el cielo como la estrella más brillante que ilumine la noche... - terminó de narrar con los ojos acuosos y una única lágrima cayendo por su mejilla - Feliz Navidad, abuela...

Hoseok sonrió enternecido con una mezcla de tristeza y nostalgia en su interior, llevando su mirada a donde la mantenía Taehyung.

- Feliz Navidad, abuela de Tae.

El silencio volvió a reinar en el lugar al ritmo sosegado de sus latidos, Taehyung apoyo su cabeza en el hombro del pelirrojo, recibiendo un mimo por parte de este.

- Oye, Tae - volvió a hablar Hoseok después de un rato, el menor respondió con un sonido de garganta para que su Hyung continuara - ¿Te acuerdas de la apuesta?

- ¿Qué ap-

No pudo terminar de hablar porque se levantó de manera abrupta al sentir un frío en su espalda, sacudió su camisa viendo la nieve caer de esta mientras Hoseok se reía a carcajada limpia.

Taehyung lo fulminó con la mirada, haciendo un proyectil de nieve y lanzándolo a la cara del pelirrojo que dejó de reír de golpe, arrugando el entrecejo.

- Esto es guerra, Kim - masculló entre dientes, levantándose con una nueva bola de nieve entre sus manos para luego lanzarla al contrario que se lo devolvió.

Fue ahí cuando comenzó una guerra de bolas de nieve y una nueva historia de amor entre Taehyung y su dulce elfo.

Fin.

.・✫・゜・。.











¡Holi! (。>‿‿<。 )

Espero les guste este regalito por Navidad que hice con mucho cariño para ustedes.

Por favor, señalar alguna incoherencia o falta ortográfica para corregir.

Que tengan felices fiestas y un próspero año nuevo ❤

Att: _Mia_1002

!Bye, bye, butterfly!

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