Capítulo 26

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿¡Cómo que no hay agua?! ¿¡es una jodida broma?! —Paso las manos otra vez por mi pelo y la frustración va alcanzando su límite máximo.
—Lo siento mucho, señorita. Pero hay una avería en toda la calle y tardaremos al menos ocho horas en arreglarlo.
—Carraspeo, intentando no parecer más histérica de lo que ya parezco.
Sonrío con sarcasmo, mirando hacia la bata que cubre mi cuerpo.

Después, tomo entre mis dedos un par de pelos, llenos de champú.
—¿Me quiere explicar como voy a... aclararme el pelo, buen hombre? —Le doy mi mejor sonrisa y la mejor sustituta a un grito.
—Le recomiendo que compre una garrafa de 5 litros. —Alzo las cejas con incredulidad.
No puede ser. Esto no me puede estar pasando a mí.

Me giro sobre mis talones y suspiro. Vuelvo a casa, Tobi corre hacia mi y tengo la sensación de que se está burlando.
Cojo una toalla y el gel de baño.
Mi teléfono está en el sofá, lo agarro y marco.
Hola Jane. —Aclaro mi garganta.
—Becca, necesito un poco de ayuda. —Rasco la cara trasera de mi oreja y espero con paciencia.
¿Sexual? olvídalo. No estoy de humos para ti hoy. Eso te pasa por no comprarme flores.
—Apreto la mandíbula y luego, engancho mi labio inferior con fuerza.

—Mierda, Rebecca. No hay agua en casa, ¿vale? necesito ayuda, mujer. —Oigo un chasquido de lengua y resoplo.
Vale vale. Ven y te duchas aquí. —Me muerdo la lengua para no destrozar sus tímpanos de un berrido.
—Estoy en bata. Tengo el pelo lleno de champú y la casa llena de cuchillos. Necesito ayuda.
A-h-o-r-a. —Un par de carcajadas salen desde su garganta y siento un instinto asesino creciente.

Dame cinco minutos, reina del drama. —Cuelgo el teléfono y maldigo en voz baja.
No puedo sentarme y quedarme de pie me parece la única opción que tengo. Golpeteo mi pie contra el suelo una y otra vez, intentando que el tiempo pase algo más deprisa.
Un destello pasa por mi cabeza y me hace moverme con velocidad, llegando a mi cuarto en un par de minutos.

Cojo ropa y me la cuelgo del hombro justo cuando el timbre comienza a sonar.
Bajo las escaleras con sumo cuidado, mi pelo gotea y no quiero romperme los dientes contra el suelo.
Giro y tiro del pomo, escuchando, antes que nada, unas incontrolables risas que hacen que mi furia asesina aflore aún más.
—Cierra la cloaca y vámonos.
—Siso entre dientes.

La pelinegra intenta mirarme sin reír pero falla al toque. Llegamos hasta la puerta del coche y se interpone entre ella y yo.
—¡No toques mi coche! con esas manos sin enjuagar. —Pone cara de asco y abre la puerta.
—¿Qué tal si te las meto en la boca? —Sonríe de lado y me enfoca. Vuelve su vista al frente y pone en marcha el vehículo.
—¿Qué tal si te las meto yo a ti? —Chasqueo la lengua y comenzamos a movernos.

Llegamos a su casa en poco tiempo, sale del coche muy apresurada y me abre la puerta.
—Sabe más Becca por perfeccionista que por caballerosa. —Bufo.
—Hablas raro, Jane. —Comenta, abriendo también la puerta de la casa.
—Hueles raro, Becca. —La ojimiel abre la boca y levanta sus brazos, olfateando.
—¡Mentirosa! —Exclama. Río.

Llego hasta la ducha y abro la puerta antes de que la muchacha llegue. Me deshago de la bata y abro el agua caliente, dejando que se lleve todo el jabón y aclare mi cabello.
El agua se siente demasiado bien después de la extraña primera hora de día que llevo.
Salgo de la ducha y me meto en las prendas que he traído. Rebecca me da un cepillo y me ayuda a desenredar mi cabello.

—Moira quiere hacer una fiesta hoy. —Comenta, cepillando la parte trasera de mi cabeza.
—¿En su casa? ¿está chiflada?
—Mascullo.
—Sí y sí. Me ha enviado un mensaje de voz y parecía que acababa de chutarse algo.
—Bromea.
Se pone frente a mi y quita los cabellos quedados en el cepillo, los tira en la papelera y caminamos hasta el salón.

—Mira. —Pone su teléfono frente a mi y pulsa.
¡Bebecca! esta noche fiesta en mi casa. Mueve tu bonito culo y díselo a Jane, ¿captas? no quiero que os perdáis esto ni muertas. Porque os mataré si no venís. —El mensaje se corta y sonrío.
—Será mejor no perdérselo.
—Ladeo una sonrisa y le guiño un ojo.
Vuelvo caminando a casa para tomar un poco de aire y respiro hondo.

Vuelvo a tener mensajes de mis padres, como cada día. Pero los ignoro sin dudar.
Llego a casa y me estiro, sintiendo mis extremidades adormiladas.
El timbre suena y bufo.
Abro la puerta y voy a decir algo pero me callo antes.
—Hola Jane. —Muerdo mi labio inferior y suspiro.
—Drew. —Digo, sin estar muy convencida de saludar.

—Me siento como un acosador, ¿sabes? pero estaba preocupado por ti. —Cierro los ojos y dejo salir el aire.
—Lo siento. Pasó algo y... sólo quería recluirme del mundo y no volver a salir. —Confieso.
Estoy intentando que esto no me afecte pero no he dejado de pensar en ello desde que me lo contaron.
—¿Pasó algo? ¿estás bien?
—Pone una de sus manos en mis brazos y me mira preocupado.

—Tranquilo, estoy bien.
—Sonrío.
—Te he echado de menos, Jane. —Confiesa, manteniéndose serio.
—Yo también a ti. —Digo de vuelta. Antes de dar un paso hacia adelante y abrazarle.
Le envuelvo con fuerza en mis brazos y él hace lo mismo.
Cierro los ojos con fuerza, casi como si todo fuera un sueño -o pesadilla- de la que despertaré.

Acabamos separándonos y sonriendo.
—¿Vienes a una fiesta esta noche? en casa de Moira. —Alza las cejas y asiente con energía.
—Sí, claro. Ahora tengo que irme... —Mira hacia su reloj y aprieta los labios. —se me hace tarde. Pero te veo luego. ¿Hecho?
—Hecho, hasta luego, Drew.
—Me da un beso en la frente y se aleja para que cierre la puerta.

Respiro hondo.
La hora de comer llega pronto y cocino con simpleza para devorar todo en un rato.
Amarro mi pelo en una coleta y me dispongo a recorrer el trecho hasta el trabajo.
El aire enfría mi piel en pocos segundos, me abrazo a mi misma y los dientes comienzan a castañetear dentro de mi boca.

Llego a HeladoWorld con el cuerpo totalmente helado y estornudo cuando la corriente caliente invade mi cuerpo.
Veo a Moira saltando y corriendo de un lugar a otro.
Llego a su lado y sonrío.
—¿Nos preparamos juntas, no? —Asiente con efusividad y una enorme sonrisa.
—¡Fiesta! ¡fiesta! ¡fiesta! ¡fiesta! —Carcajeo y niego.
Las campanas suenan y me giro para ver como Matt entra en el local.

Me pongo el delantal y camino hasta llegar a su lado.
—Buenas tardes y bienvenido a HeladoWorld donde el helado es nuestra religion, ¿cómo puedo refrescar su tarde? —El rubio sonríe ampliamente.
—¿Qué tal uno de coco? y ya de paso, ¿qué haces esta noche?
—Chasqueo la lengua y anoto el pedido.

—Voy a una fiesta en casa de Moira, ¿te apuntas? —Asiente.
Me doy la vuelta y voy a la cocina para preparar la mezcla.
Termino de preparar el pedido y se lo entrego. Sonrío y me guiña un ojo.
El resto de la tarde vuela, literalmente.
Las chicas pasan por una tienda para comprar vestidos mientras Drew y yo corremos.

Me quito un auricular y sonrío.
—A las 22, no te olvides. —Le recuerdo.
—Descuida. No lo haré.
Vuelvo a casa y tomo una ducha.
Las chicas se empeñan en maquillarme ellas y Moira nos muestra sus extensos conocimientos sobre maquillaje.
—Preciosa. —Susurra, dando un paso atrás mientras me mira.
Entrecierro los ojos y no me miro en el espejo, prefiero confiar en sus palabras.

Nos montamos en el coche de la rubia y ella conduce hasta llegar a su casa.
Ya hay gente esperando con impaciencia en la puerta.
—Jane. —Mis ojos se mueven hasta el castaño. Becca le dice un simple "¿qué hay?" por detrás de mí.
Lleva una camisa roja y unos vaqueros azules claros.
Mi vestido verde llega hasta mis rodillas y agradezco que no sea tan corto.
Le doy una sonrisa y entrelazo nuestros brazos.

Caminamos así hasta entrar en la casa. Todo está decorado con colores brillantes y fuertes.
—Hola Jane—La morena aparece por detrás de nosotros y me extiende un vaso de plástico.
Acepto sin rechistar y bebo un trago largo.
Al final decidí contarle lo de mi madre y pasamos toda una tarde gritando y descargando nuestra frustración. Fué raro y reconfortante.
Por eso me ha traído la bebida, sabe que la necesito más que nadie.

Termino el vaso y voy a buscar otro.
—¿Algún día sabré lo que te pasó? —Cuestiona el ojiazul.
Muerdo mi labio inferior y asiento sin estar convencida.
—Espero que puedas saberlo algún día. —Miento. —Gracias por preocuparte y llamarme.
Una sonrisa enorme inunda su boca.
—Para eso están los amigos. —Le devuelvo el gesto y comenzamos a mirarnos, olvidando lo que hay a nuestro alrededor.

Bebo del vaso, rompiendo así el momento y sintiéndome más que incómoda.
—Oye... el día del concierto yo... —Rasca su nuca, buscando las palabras.
—Está bien. Yo actúe como una idiota. Pero no me gusta estar en segundo plano. —Ladea una sonrisa.
—¿Te gusta ser la protagonista, eh? —Me codea levemente.

—Sólo cuando me importa.
—Frunzo el ceño al soltar las palabras. Porque, probablemente, las ha malinterpretado.
—¿Cuando te importa? —Da un paso hacía mi, invadiendo mi espacio personal.
—Sí. —Muerdo mi labio inferior y le sigo el juego.
Sabes lo que va a hacer, Jane. Alejate.
Sus orbes se estancan en mi boca y sonríe.
—Eso me gusta. —Empieza a acercarse a mi y nuestras respiraciones chocan.

—¡Fiesta! ¡fiesta! ¡fiesta! —Moira corre hacia nosotros y nos da dos vasos de dios sabe qué. Aprovecho para romper el contacto que estábamos a punto de realizar y alejarme.
Me termino el segundo vaso y comienzo con el que la rubia me ha dado.
—Maldita histérica caga momentos. —Gruñe el castaño en voz baja.
Suelto una pequeña risita y doy otro trago.

Veo a lo lejos a Becca y ésta articula la palabra "beso" mientras interpreta mis miradas.
El tercer vaso le marea y, a la vez, me da una energía renovadora y ganas de bailar.
—¡Vamos! —Vocifero por encima de la música y tomo a mi amigo de la mano.
Le llevo a la improvisada pista y comienzo a moverme sin ningún ritmo.
—¡Pareces una gogó escayolada! —Grita. Le saco la lengua y él toma mi mano, haciéndome girar.

Quedo pegada a su cuerpo, mi espalda en su pecho y sus dedos se posan en mi cadera. Giro la cabeza y le miro, sonreímos mientras nos movemos al compás.
Me termino otro vaso y la noche va produciéndose.
En un segundo, me despisto y pierdo al castaño.
El siguiente vaso me da unas tremendas ganas de hablar. De decirlo todo. Así que me decido or buscar al chico y encararlo.

A lo lejos veo a un rubio que me sonríe pero no me detengo. Tengo un objetivo demasiado claro. Busco a Drew y le encuentro fumando un cigarro fuera de la casa. Le encaro antes dar un último trago y de tirar el vaso al suelo
¡Túú! —Vocifero sin tener ni idea de lo que estoy haciendo.  Frunce el ceño y se me acerca. Me alejo, no quiero tocarlo, no lo permitiré.
—¿Estás borracha? —Pregunta son una sonrisa tonta. Asiento. Siento unas infinitas ganas de confesarlo todo. Y lo hago.
¿Cómo hass po-dido olvidaarlo? ¡tú-ú lo hiciste! —Parpadeo y me encuentro hablando pero no sé lo que estoy diciendo.

—¡Jane! te estaba buscando, vámonos. —Vuelvo a parpadear y Matthew está a mi lado, sin dejarme hablar.
Los chicos se miran y se encaran. Estoy segura de que están hablando de mí pues me miran mientras discuten. Moira aparece y agarra el brazo de Drew, me señala mirando a Matthew y se lleva al otro.
Parpadeo y de repente estoy en un coche.
¿Un coche?
Sí, con Matthew. ¿Con Matthew?

No tengo ni idea de lo que ha pasado pero no me molesto en preguntar. Todo me da vueltas y me cuesta mantener pensamientos coherentes. La cabeza me va a estallar en cualquier momento.
—Oye. —Llama mi atención pero casi no puedo mantener los ojos abiertos. Intento mirarle pero no puedo hacerlo y me quedo quieta, apoyada en la ventanilla del vehículo.
Muevo un poco mi cabeza para indicar que le oigo.

—¿Que ibas a decirle a Drew?
—Cuestiona. El coche se mueve. O igual no, no lo sé. Hipo
La ve-verdad. Que él maató a mi hermana y pi-pienso vengarme. —Digo, ¿por qué no iba a hacerlo? es mi amigo. Todos lo son. Quería decírselo a Drew también pero creo que no he podido. Hago un puchero. Quería que lo supiera también.
—¿Qué? —Cuestiona con la voz más aguda que de costumbre.

Shelby Master. Él-él la matóó. Y aho-ra me-e lass pagará. —Oigo como dice "oh joder..." pero nada más.
Parpadeo y, de repente, estoy caminando escaleras arriba.
Y ya no recuerdo nada más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro