Epílogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La lluvia cae con fuerza y se estrella de lleno contra los cristales de mi casa.
Tomo otro pantalón y lo doblo, lo introduzco en la maleta y sigo con el siguiente.
Termino de empaquetar mi ropa y cierro la maleta, haciendo presión con mis brazos.
El teléfono suena, respondo y me lo llevo al oído.
¿Que tipo de pienso come Tobi? —Sonrío ante la angustia de mi madre.
—Cualquiera. Nunca se queja por nada, tiene mi estómago. —Digo divertida.

Genial, gracias.
¿Alguna indicación extra?
—Suspiro.
—No, ninguna. Dale muchos mimos y tranquila, Emma lo va a amar. —Le aseguro.
Ten mucho cuidado, mi amor. Vuelve pronto y pásalo bien. —Me pide. Suspiro.
—Descuida, mamá. Lo haré, te llamo antes de entrar al avión.
—Prometo y cuelgo el teléfono.
Pongo la maleta de pie y doy un vistazo a mi alrededor.
Los recuerdos aquí vividos no paran de sucederse en mi mente.

Tecleo y dejo un mensaje grabado para Becca.
—Hola, Becca. No sé cuando oirás esto pero probablemente yo estaré lejos. Voy a seguir el consejo que me dió mi madre y me iré durante un tiempo.
—Tomo aire. —Gracias por todo lo que has hecho por mí y siento haberte metido en tantos líos... en fin, ya sabes que te quiero y por favor, cuida de Moira. No sé cuando volveré o si volveré pero estás conmigo, cada día.

Apago el mensaje y noto un comezón en la nariz y los ojos.
Mi siguiente destinataria es Moira.
—Hola, rubia. —Sonrío. —Sé que te aburres sin mí y no sé que haré para estar sin ti pero necesito que sepas algo; eres maravillosa. Y no lo digo sólo por lo que el mundo ve. Tú eres totalmente maravillosa y espero que jamás lo olvides. No quiero ponerme cursi, lo siento. Hay muchas mentiras y cosas que he ocultado pero ahora más que nunca necesito que confíes en mí... —Ruego.

—...cuida de Glory, dile que lo lamento más que nadie y que es una muy buena jefa. Cuida de HeladoWorld por las dos y también de Rebecca. Te quiero, pequeña hueca. Espero volver a verte, sea cuando sea. Hasta siempre, Moi. —Pulso la tecla roja y cojo una bocanada de oxígeno que no me llena en lo absoluto.
Tomo el paraguas y le doy un último vistazo a mi hogar antes de salir.

El taxi que he pedido hace un rato no tarde en llegar, salgo del umbral y doy un par de zancadas para adentrarme en el taxi.
Es una mujer que me mira a través del retrovisor.
Una mínima parte dentro de mi, deseaba que fuera el gruñón de la última vez.
Pero las cosas nunca suceden de la misma manera.
¿Qué esperaba? encontrar a la misma persona tres veces, es casi imposible en un lugar con tantas personas y taxis.

Es como cuando conoces a alguien en un autobús, te gusta tanto que no dejas de mirar y luego te bajas. Te olvidas de él por completo, como si nunca hubiera existido.
Pero cuando vuelves al autobús, una parte dentro de ti mira de un lugar a otro, esperando por encontrarle de nuevo.
Por tejer una vez más el destino de tu vida.
Apoyo la cabeza en el respaldo.

La tormenta es tan fuerte que no puedo ver más allá del taxi, las ventanillas están en su totalidad cubiertas por las gotas saladas que chocan con ellas.
Cierro los ojos, dejándome llevar por la nostalgia que la lluvia acompaña.
Pero entonces noto un brutal frenazo seguido de un "¡Me cago en...!"
—¿Qué coño ha pasado?
—Refunfuña la conductora.

Abro los ojos de golpe y veo por el salpicadero que un coche se ha interpuesto en nuestro camino.
Oigo un portazo y como alguien sale del otro vehículo.
—¡Jane! —Mi nombre se escucha a pesar del ruido del agua y todo mi cuerpo comienza a acelerarse.
—¿Pero qué haces? ¡maldito hijo de puta! —Le dice ella.
—¡No me iré hasta que ella no salga! —Le contesta.

Su pelo está cayendo hacia un lado por causa de la lluvia y parece más triste y cansado de lo que alguna vez he le visto.
—¡Jane! —Vuelve a gritar.
Abro la puerta con fuerza y salgo directamente a la tormenta.
El taxi no tarda en retroceder y desaparecer.
—¿Es lo que ibas a hacer? ¿marcharte sin más? —Me pregunta. Trago saliva. Y cuando mis ojos encuentran los suyos, las lágrimas aparecen de repente.

Y mis ojos se convierten en el cielo, lluvioso y gris.
—¡Si! ¡es justo lo que iba a hacer! —Vocifero mientras me rompo.
—¿Y que se supone que debería hacer yo ahora? ¿desaparecer otros ocho años y volver para vengarme de ti? —Suelto una carcajada hueca.
—¡Es como tú y yo funcionamos! ¿no? —Me mira y casi sonríe con sarcasmo.

—¡Mírame, Jane! ¡yo te rompí a ti hace años y tú me has roto a mi! ¡ahora si que estamos empate, ángel de la guarda! —Las lágrimas caen y no encuentro las palabras.
Toda mi anatomía está electrificada, estoy temblando como nunca y ni siquiera entiendo el porqué.
—¡Lo has conseguido! ¡ahora estoy tan destruido como tú! —Su voz se vuelve débil.
—¡Entonces lárgate o muérete!
—Sollozo.

—¿Es eso lo que quieres? ¿así es como quieres que se escriba nuestro final? —Casi río.
—¡Yo ya estoy muerta! ¡ya tengo mi jodido final! —Aparto el pelo mojado de mi rostro.
—¡Sé porqué no lo hiciste! ¡estás enamorada de mí, Jane! —Niego levemente.
—Ya no tiene sentido...
—Susurro, dejando ir cada palabra.

Pero noto como una ola furiosa me recorre de pies a cabeza al observar como me mira.
Sólo una duda ronda mi mente.
¿Qué quieres de mí, querido Drew?
—¡Está roto, Drew! ¡nos lo hemos cargado todo! ¡está roto! —Grito sin sentido alguno.
—Todavía podemos arreglarlo. Todavía podemos arreglarnos... —Dice despacio y comienza a acercarse.
Trago saliva.

—¡Te odio! —Grito con todas mis fuerzas. Pero sabe y sé que significa algo más.
Porque así funcionan las cosas.
Dices "cuídate" por no decir "no podría vivir si algo malo te pasara". Dices "¿Quién te gusta?" por no decir "Me gustaría que me vieras". Y todo por ese temor que nos carcome a decir algo y estropearlo todo.
Digo "te odio" y el resto del mundo lo interpreta así. Pero no Drew, él sabe la verdad.

—¡Podemos hacerlo, no voy a rendirme! ¡te quiero! —Grita a sólo un paso de mi. Sollozo de nuevo, descargando el dolor.
—¡Te odio! —Noto como sus brazos se encierran a mi alrededor y me hace prisionera.
Le abrazo tan fuerte que podría ahogarle y desearía hacerlo. Y al mismo tiempo sólo quiero que nunca se marche.
—¡Te odio! ¡te odio! ¡te odio! ¡te odio! ¡te odio! ¡te odio!

Dejo que mis impulsos me guíen, haciendo caso a algo que grita dentro de mí.
Parece increíble que todo haya terminado de esta forma.
Empecé estando rota y he terminado mientras sigo rota.
Pero a lo mejor algún día pueda unir las piezas rotas de lo que en un momento fué un corazón feliz y lleno de sueños.

Porque eso es lo que la vida hace. Te deja en piezas y tú acabas por arreglarlo.
Te rompe, y tú te vuelves a unir. Te vuelve a romper y tú te unes de nuevo.
Hasta que un día te unes tan fuerte, que nada nunca vuelve a romperte.
Y en ese momento, empiezas a ser feliz.

Y así también es como mi historia termina.
Parada en medio de la calle, dejando que la lluvia se lleve cada resquicio destruido que hay en mi.
Dejando ir cada pequeña parte de mi pasado, mientras me encuentro abrazada a mi dulce venganza.

FIN.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro