|Único|

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


—No más dulces, Kim SeokJin.

—¡Pero papá!

—Nada de peros, te hacen mal.

—¡Claro que no!

—Hijo —se interpuso su madre—. Tu padre tiene razón, sueles ponerte muy hiperactivo cuando consumes dulces, a veces te han dado hasta ansiedad.

—¡Pero los amo! —chilló, negándose a la idea de dejarlos.

—Lástima por ti, pero no permitiré que lo vuelvas a consumir, aunque sea por un corto periodo de tiempo.

—Pero-

—Ya está decidido.

—Son los peores, no tengo seis años para que me digan que no puedo comer mis dulces. Tengo diecisiete y cuando sea mayor de edad me iré de esta casa y comeré todos los dulces que quiera —gritó.

Sus padres lo observaron marcharse por las escaleras, mientras hacía sonar con fuerza cada peldaño, a los segundos después escucharon retumbar la puerta y ambos suspiraron.

Su hijo solía ser algo infantil.

—Realmente está enojado.

El señor Kim asintió.

—Sólo serán por un par de semanas, para que vea que puede sobrevivir sin comer esas basuras.

—Tú tenías el mismo problema.

—Y mírame ahora estoy rehabilitado, y tengo una hermosa familia —rio—. Digan no a los dulces.

—Eres un bobo —sonrió y depositó un beso en la mejilla de su esposo.

[...]

Decir que SeokJin se estaba tomando todo esto con calma era mentira.

El chico lloraba y pataleaba.

Quería los dulces que su padre le había quitado.

—Dios ¿por qué eres tan cruel? Primero te llevas a JungKook al campo y ahora haces que mis padres me quiten mi tesoro.

Y hablando de su amigo, pareció invocarlo porque justo este le estaba llamando.

SeokJin se apresuró en contestar.

"Jinnie, ¿cómo has estado, bebé?"

—Mal, me quiero morir.

"¿Qué? ¿Por qué?"

—Hoy me han quitado lo más preciado para mi...

"¿De qué hablas?" la voz de JungKook demostraba preocupación.

—Lo que más amo —dramatizó.

"SeokJin me estás asustando ¿qué te han quitado?"

—Ya no se si pueda seguir viviendo con esto.

"¡SeokJin" gritó a través del teléfono "Respóndeme, ¿qué te quitaron?"

—¡MIS DULCES!

La línea se quedó en silencio por unos largos segundos hasta que JungKook dijo:

"¿Tus dulces?"

—Mis dulces, mis padres me prohibieron comerlos.

"Me habías asustado de verdad SeokJin, creí que te había pasado algo grave o no sé. Casi me matas del susto"

—Pero es grave, ¿cómo voy a sobrevivir? —sollozó—. Me dijeron que me los quitarán por unas tres semanas ¡TRES SEMANAS SIN DULCES! Ya era suficiente con que te fueras de vacaciones al campo, ahora mis dulces también me abandonarán.

"Tranquilo, Jinnie. Hablando de eso, regreso en una semana"

—¿Una semana más sin ti? Espérame que me mato.

"Pero en cuanto llegue te mimaré"

—¿Mucho? —preguntó con un puchero en sus labios, y aunque JungKook no podía verlo sabía perfectamente que su amigo lo estaba haciendo.

"Mucho, mucho"

—Eres el mejor amigo que puedo tener, Kookie.

"Uh, sí, claro"

—Bueno, durante esta semana haré la ley del hielo. No les hablaré a mis padres hasta que me dejen comer mis dulces.

"Siempre dices cosas así y a los minutos se te olvidan y les hablas"

—Lo sé, pero intentaré durar un par de horas.

"Misión imposible"

—Hey, estoy considerando eso que acabo de decir, creo que ya no eres el mejor amigo que tengo.

"Me lastimas, bebé"

—Tú a mí.

"Te quiero" dijo de repente, sorprendiendo a SeokJin, el cual sólo sonrió y respondió:

—Yo igual te quiero Kookie.

"Me tengo que ir, Jinnie, pero te llamaré por la noche"

—Estaré esperando.

[...]

SeokJin sentía que ya no podía más. Llevaba una semana sin comer algún dulce y su boca se hacía agua cuando veía los comerciales de la televisión.

Malditos, parece que justo ahora todos empezaron a lanzar dulces nuevos.

—Jinnie, hijo, baja —gritó su mamá.

SeokJin a regañadientes obedeció y mientras bajaba los últimos escalones preguntó:

—¿Qué quieres?

—Mira quién regresó.

SeokJin posó su mirada en JungKook, y no dudó en correr para saltar a sus brazos.

—Te extrañé tanto, Kookie —le dijo antes de darle un beso esquimal.

—Y yo a ti, bebé.

La madre miraba al par de chicos disimuladamente, si bien a ella le hubiera gustado tener nietos, no iba a negar que sabía que ese par terminarían juntos sí o sí, sólo era cuestión de tiempo que ambos chicos se confesaran.

Tampoco le sorprendería que ya tuvieran algo, ambos se trataban como novios.

—Ven, durante este mes que no estuviste te tengo que contar todo lo que hice, que fue básicamente respirar, pero mejor vamos a mi cuarto.

—Bajen cuando los llame para cenar.

—Está bien señora Kim.

El par de amigos subieron y una vez ingresado al cuarto, SeokJin saltó sobre JungKook aferrándose como un koala de él.

—No quiero que te vuelvas a ir, te extrañé mucho, mucho.

—Ahora estoy aquí, bebé —dijo acariciando la espalda de SeokJin. 

—Mi conejito lindo. 

—¿Alguna vez me dejarás de comparar con animales? —preguntó llevando sus caricias a los anchos hombros de Jin.

—Nunca, ojitos de bambi. 

—Bueno, hámster. 

—¡Yo no soy un hámster! —chilló en el oído de JungKook. 

—Sí lo eres, una mezcla rara de un hámster y una alpaca. 

—Conejo tonto. 

—Y este lindo conejito tonto tiene algo que darte

—¿Uh? ¿Qué cosa? —preguntó curioso mientras se apretaba más al trabajado cuerpo de su amigo.

A veces lo envidiaba porque le daba demasiada pereza tener que ejercitarse y JungKook parecía vivir de ello.

Claro, otras veces disfrutaba en silencio la espléndida vista de su amigo haciendo ejercicio.

—Si no me sueltas no podré dártelo.

—Pero no quiero soltarte —murmuró refregando su mejilla contra el hombro de JungKook.

—Pero es algo que te va a encantar.

—¿Si?

—Ajá —dijo y logró hacer que SeokJin se bajará de él.

JungKook caminó hacia su mochila, sacó una bolsa de ella y se la extendió a Jin.

—Escóndelos y no le digas a tus padres que te los traje.

Los ojos de Jin brillaron cuando observaron todo lo que venía dentro de aquella bolsa... ¡ERAN DULCES! Jeon rio ante la felicidad de SeokJin.

Amaba mimarlo y consentirlo en todos sus caprichos.

Era su bebé.

—¡DIOS! —gritó y abrió el primer dulce que agarró el cual consistía en una barra de chocolate con leche— Te extrañe tanto, chocolate, tanto —dijo para comerlo y soltar un gemido de satisfacción el proceso.

Se comió un par de barras más, hasta que su vista se enfocó en JungKoook y corrió hacia él. Jeon estaba acostumbrado a los abrazos de Jin, y eso era lo que espera, pero en cambio lo que recibió fue la grata boca de su amigo sobre la suya.

SeokJin lo besó.

No una, ni dos, ni tres veces, sino muchas más. 

Su amigo se encontraba bastante emocionado dando beso tras beso, y JungKook seguía sin procesarlo.

—Eso... ¿qué fue? —preguntó cuando SeokJin terminó de depositar el beso número duodécimo sobre su boca.

—Uh ¿una forma de agradecerte? —respondió SeokJin con sus mejillas sonrojadas.

—Oh... hubiera traído muchos más dulces si hubiera sabido que me agradecerías de esta forma.

Jin sonrió y se acercó a JungKook.

—Todavía me siento muy agradecido... creo que debería seguir agradeciéndote —susurró antes de volver a besar los labios de su amigo.

JungKook esta vez correspondió, deleitándose con la suavidad de los gruesos y esponjosos belfos de su mejor amigo, que pronto sería algo más.

Y así pasaron el resto de la tarde.

Jeon nunca pensó que SeokJin le agradecería de esa forma, pero se encontraba muy feliz y dichoso por ello.

Porque besar a SeokJin era probar la cosa más dulce del mundo.


━─━────༺༻────━─━

La verdad es que este OS quería publicarlo el 15 de junio como un autoregalo por mis dieciséis años, pero no me aguanté y no creo poder esperar 5 días más Xd tengo problemas, soy muy ansiosa xdxd. 

Bueno, quizá para los próximos días publique otro OS por mi cumple, aunque no es seguro, lo intentaré

Ahora si, muchas gracias por leer y perdón por cualquier error o falta de ortografía, espero que les haya gustado este mini OS <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro