19.

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✨El brillo de tus ojos fue lo que me hizo tocar el cielo✨.


—Eres un grandísimo idiota.  —chisto el pelinegro.

—Lo siento, pero creo que esto no es de tu incumbencia, imbécil.

—A todo esto. ¿Qué carajos haces aquí?  —Jungkook tenía más o menos una idea de las probables razones por la cual presencia del  azabache estaba en casa, más bien temía a que esa superstición fuera cierta.

—Solo venía a hablar de un asunto con TaeHyung, al llegar vi la puerta abierta y no dude en seguir. Lo lamento porque creo que no era un buen momento.  —Sehun venía con toda la motivación del mundo para declarársele a Tae, incluso duro horas practicando en cómo decirle al menor sobre el tonto juego de Jungkook sin lastimarlo.

Sehun se sintió como la peor basura del mundo. Pero no podía culparse por completo, no tenía la menor idea de la impetuosa alergia del castaño.

La verdad es que, en cuanto Sehun le entregó el ramo de margaritas, la cara del castaño se puso roja, este salió corriendo en dirección al baño rascándose la cara y los brazos con desesperación.

—¡Ya Jungkook!, no sigas culpando a Sehun.  —TaeHyung gritó desde el otro lado de la puerta.— Sehun no tenía idea de que soy alérgico a las margaritas.

Jungkook y Sehun estaban parados frente a la puerta del baño, esperando que el castaño saliera de su encierro. 

—Por supuesto que tiene toda la culpa.   —dijo, con los ojos ardiendo sobre el chico a su lado.— Y también tu TaeHyung, sabias sobre tu alergia ante ese tipo de flores, no debiste de recibirlas.  —regaño con recelo.

—En primera.  —TaeHyung salió del baño, con algún tipo de crema esparcido por todo su rostro. Ya un poco menos rojo y sin ningún tipo de picazón.— Sehun no sabía absolutamente nada sobre mi alergia y en segundo lugar, yo tampoco lo recordaba.

—TaeHyung...  —llamo la atención Sehun un poco avergonzado.— Lo siento mucho, no era mi intención, yo-

—Oye.  —el castaño interrumpió.— Enserio, no es tu culpa, no le prestes atención al papanatas de Jungkook.  —en su lastimado rostro, apareció una hermosa y cuadrada sonrisa, era tan bella que los presentes deseaban tener esa sonrisa siempre con ellos.

—Oye, espera, ¿me dijiste papanatas?  —pregunto con incredulidad.

Sehun y TaeHyung soltaron una pequeña carcajada, sin duda ver al pelinegro enojada era algo divertido.

—¡Chicos bajen, necesitamos hablar!  —Jimin gritó tan pronto como llegó.

—Voy a adelantarme, saludare a Jimin.  —menciono Sehun,  brindándole una cálida sonrisa a Tae, mientras que al pelinegro le dedicaba una mirada de molestia.

—¿Quieres decirme por qué el idiota de Sehun te trae cosas?  —cuestiono cruzándose de brazos.

—No lo trates así.  —se detuvo frente al pelinegro.— Y no tengo ni idea, siempre fue muy amable conmigo, no veo lo extraño.  — levanto los hombros con indiferencia.

—Bueno lo que sea.  —opino mientras presionaba su lengua contra su mejilla.— TaeHyung...  —llamo cuando recordó lo que había sucedido hace unas horas.

—¿Umm?  —hizo un pequeño sonido haciéndole entender al pelinegro que lo escuchaba.

—¿Tú... quieres hablar sobre lo que pasó?  —pregunto un tanto serio pero con amabilidad.

—No hay nada de lo que hablar.  —menciono abatido.— Es lo que viste, sabes lo que hago, solamente el tipo se intentó propasarse conmigo y ya, eso es todo.

—¿Y ya?  —cuestionó incrédulo.— Ese tipo te golpeó y no solo eso, quería violarte.  —lo último que dijo con disgusto.— ¿Por qué no dejas ese maldito trabajo?, no lo sé, trabaja de cajero o de mesero, pero lo que haces es muy peligroso.

—No puedo, no puedo salirme así como si nada.  —TaeHyung no supo en que momento se desató su ira.— Además, ¿a ti que te importa?, no eres alguien en mi vida como para que te interese, deja de fingir.

Si no conoces la verdad, no juzgues.

—Tienes toda la razón, no debo de preocuparme, no me meteré más en tus asuntos.  

TaeHyung supo que había metido la pata en cuanto vio al de cabello negro darse la vuelta y alejarse lentamente con mal humor. TaeHyung sabía que Jungkook no tuvo la culpa de lo sucedido, pero aparentemente tuvo que pagar por los platos rotos de TaeHyung.

Jungkook se había portado bien en ese entonces, lo salvó de una violación y de algunos otros golpes, lo cubrió también y lo trajo a casa, lo curó y se preocupó por su bienestar.

—¡Jungkook!  —el recién nombrado paro en seco.— Espera...

Jungkook giró sobre sus talones prestándole atención al castaño.

—Perdón.  —Jungkook enarcó una ceja.— Sí, lo siento, siento haber puesto toda mi ira contra ti, solo que me frustra saber que soy tan débil frente algunas personas, no pude arreglármelas a solas ni nada por el estilo, soy un fracaso...  —una pequeña lágrima corrió por su mejilla herida.

Jungkook le miraba asombrado, TaeHyung se veía tan frágil desde ese aspecto. En un solo instante, una gran necesidad airada se implantó en su corazón, haciendo que se le erizaran los pelos.

Jungkook jamás había sentido esa sensación tan extraña en su cuerpo, el deseo iracundo de protegerlo y amarle crecían y crecían en él de una manera sorprendente, la percepción creció tan abruptamente que ni siquiera el mismo Jungkook podía creer.

Pero que carajos... ¿Amarlo?

Pero de repente, los recuerdos repugnantes vinieron a su mente; Cuando tenía 15 años, prometió que nunca más se sentiría así otra persona. Juro que nunca se volvería a enamorar de esa manera, la última vez que hizo, no fue para nada bueno.

Jungkook se acercó a TaeHyung rápidamente y lo agarró por la cintura con rudeza. TaeHyung no tuvo tiempo de reaccionar cuando tenía los labios de Jungkook sobre los suyos.

El pelinegro tenía a TaeHyung contra la pared, besándolo desesperadamente, estaba completamente irritado por los recuerdos que nuevamente le atormentaban, le molestaba a tal grado que agarro a TaeHyung para descargar toda su ira en ese beso.

TaeHyung movió los labios con torpeza, sorprendido por el beso repentino y estupefacto de cómo Jungkook devoraba sus labios.

Jungkook acercó cada vez más el cuerpo de Tae al suyo, pasando sus grandes manos sobre la delgada cintura del castaño, disfrutando sus labios e inundando sus fosas nasales con el dulce aroma de vainilla que venía del opuesto.

—Hueles delicioso.  —proclamo en medio del beso.

TaeHyung no dijo nada ante el comentario del pelinegro, simplemente siguió con lo suyo.

¿Acaso, era posible que esto le estuviera gustando?

Ambos chicos sentían una gran sensación en el vientre, un sentimiento de impaciencia, como si miles de mariposas estuvieran revoloteando dentro de ellos.

A Jungkook no le gustaba sentir esto, no de nuevo.

—Debemos bajar, tu primo nos espera.  —sugirió después de separarse con total exasperación.

TaeHyung asintió, todavía medio atónito para luego seguir al pelinegro hasta abajo.

...

Jimin podía ser una persona muy amable y considero uno de los más solidarios del instituto, conocido por ayudar a estudiantes ante dudas de x materia, por ayudar a profesores o las señoras de la cafetería, pero sobre todo, por proteger y preocuparse al extremo por su querido primo, TaeHyung.

Cuando Jungkook lo llamo avisándole que iba en camino con el castaño herido por participar en una "pelea", en ese momento la frustración de Jimin ya era muy grande, tanto que lloro y salió a esperar a los chicos frente a la casa.

Al ver a su primo en ese estado, enfureció a tal punto que menciono que iba por medicinas, pero en realidad fue a desquitarse con algún árbol o a lo que se le apareciera enfrente; le carcomía la conciencia en no poder ayudar al castaño, TaeHyung había hecho tanto para mantenerlo, apoyarle y brindarle amor que el rubio se sintió terrible por no poder siquiera ver por el bienestar de Tae.

Al regresar a casa, debía de interrogar a los dos adolescentes sobre lo que había sucedido y saber quién era el idiota que había hecho tal indignación con su estimado primo.

Y ahí estaba Jimin, sentado en uno de los sofás de la sala, serio y mirando fijamente a TaeHyung, quien estaba algo exaltado por la mirada rígida del rubio.

—Deja de mirarme de esa forma, Jimin.  —exigió TaeHyung con nerviosismo.

—TaeHyung y Jungkook, díganme qué fue lo que ocurrió.  —este pasó a mirar a Jungkook de la misma forma.

Los mencionados se miraron entre sí rápidamente, como si intentaran buscar ayuda entre ellos.

Sehun, que todavía estaba allí, observó con determinación a TaeHyung, estaba preocupado por los moretones que tenía el menor en la cara. Su miedo a la alergia del castaño era tan grande que se olvidó de preguntarle que le había sucedido.

—Fue en el trabajo de TaeHyung.  —hablo Jungkook.

TaeHyung sintió como su presión arterial caía hasta el suelo, ¿Acaso Jungkook iba a decir la verdad?

—En la cafetería, por supuesto.  —aclaró y vio como TaeHyung comenzaba a relajarse.— Había ido a comprar un pastel de fresas. Cuando terminé y estaba decidido a irme, un tipo agarró a TaeHyung por la camisa y lo golpeó en la cara de la nada, todo fue tan rápido que lo último que recuerdo es que el tipo se estaba volviendo loco. ¿Lo qué sigue?, ya lo sabes Jimin, le pedí prestado el auto a un compañero de TaeHyung y lo traje.

Sehun y Jimin no estaban tan convencidos de la historia del pelinegro pero no tenían más remedio que aceptar, era lo más probable que hubiera pasado, ¿y si no? Entonces, ¿qué otra cosa sería?

—¿Por qué el tipo golpeó a Tae?  —pregunto Jimin cruzando los brazos.

—No se exactamente cuál sería la razón pero escuché a tipo rezongar antes de irse, fue porque TaeHyung le había derramado café encima.  —dejó escapar un profundo suspiro.— Ahh~ como siempre torpe.

—Jungkook.  —llamo Sehun, el nombrado le miro de mala gana.— Gracias por salvar a TaeHyung de alguna manera.  —le costo tanto agradecerle a Jungkook que sintió que iba a vomitar.

—No tienes que agradecerme.  —ahí es donde su ego se elevó hasta la cima.— yo soy todo un héroe.  —TaeHyung rodó los ojos, Jungkook y su fastidioso ego.

Después de unos minutos de reír y charlar, se comieron los deliciosos cupcakes que Jimin había hecho con tanto esfuerzo. Sehun se despidió de los chicos y luego decidió irse, no sin antes darle un gran abrazo a TaeHyung y desear que se mejorara, siendo carbonizado por la mirada de cierto joven de cabello negro.

Jimin después de recoger el desastre que los chicos habían causado, se dio una pequeña ducha y se fue a dormir.

Jungkook se encontraba en su cuarto poniéndose la ropa para dormir, cuando tocaron a la puerta y al abrirla se sorprendió al ver a TaeHyung frente a él.

—¿Sucede algo?  —cuestionó Jungkook recostándose en el marco de la puerta.

—Si eres ingenioso para inventar mentiras, que por cierto hasta yo casi las creo, jajaja.  —mencionó con cierto sarcasmo.

—Soy un experto en mentir.  —ambos se rieron del descaro de Jungkook.

—Venía a decirte, bueno más bien a darte dos cosas.  —TaeHyung jugaba nerviosamente con sus dedos, no estaba muy seguro de lo que iba hacer pero de cierta formar sentía que se lo debía a Jungkook.

—¿Qué cosas?  —pregunto levantando una ceja.

Jungkook se esperaba cualquier cosa, menos una patada por parte de TaeHyung en su miembro.

—¿Por qué mi-mierda hiciste e-eso?  —interpelo tocándose sus partes nobles, bueno, la descendencia de los Jeon había llegado a su fin.

—Eso fue por decirme patoso.  —vio al pelinegro hacer gestos de dolor, quizás se le había ido la mano.— Y esto es por encubrirme con Jimin y de salvarme de su gran cuestionario.

En un abrir cerrar de ojos, el corazón de mayor latía a mil, sus ojos brillaban y la intensidad revoloteaba en todo su vientre.

En ese momento, el dolor que Jungkook sentía en su parte inferior, desapareció; En cambio, se convirtió en una sensación de calma, los suaves labios del castaño sobre los suyos comenzaban a gustarle de más. Si continuaba de esa manera, los labios de TaeHyung se convertirían en su gran vicio.

TaeHyung fue el primero en separarse, dejando a Jungkook impresionado por aquel acto. Lo único que hizo el castaño fue picarle el ojo para después irse a su propia habitación.

El pelinegro aún seguía en la entrada de la habitación, mirando a la nada, tocando suavemente sus labios y recordando la agradable sensación que le brindaba TaeHyung.

Pero lo que lo saco de su pequeño "trance", lo que realmente lo dejo intranquilo, fue una sola frase que cruzó drásticamente por su cabeza.

«¿Acaso estaba comenzando a enamorarse de TaeHyung?»

Esto iba a terminar mal... 

***


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