Narrador

La pequeña niña de rizados cabellos rojizos y bellos y profundos ojos azules caminaba tímidamente a lo largo del tren mientras buscaba algún vagón vació. Los gemelos la habían amenazado con hacerle la vida imposible si se les acercaba, Ron definitivamente no la aceptaría con ella y su grandioso amigo Harry Potter, al cual, cabe destacar, no conocía aún; Ginny y ella eran nuevas, pero seguramente su melliza la golpearía si se atrevía a querer sentarse con ella.

Probablemente podría sentarse con Percy, quien la aceptaría sin dudarlo y estaría feliz por compartir tiempo con ella, pero no quería interrumpirlo, sabía que probablemente estuviera haciendo cosas como Prefecto o con su nueva novia Penélope "Penny" Clearwater, quien era desconocida para toda la familia a excepción de ella.

Decidida a sentarse, encontró un vagón solitario y antes de poder abrir la puerta, su mano choco con otra mano que tambien buscaba abrir la puerta. Se encontró así con una bella niña de cabellos negros rizados, ojos verde opacos y piel pálida.

–¿Ibas a ingresar?–Pregunto la azabache y ella asintió.–Podemos estar juntas si no te molesta, mi hermana no quiere estar conmigo.–suspiro.

–Mis hermanos tampoco quieren estar conmigo, me encantaría sentarme contigo.–Sonrió la pelirroja.

Con una sonrisa, ambas niñas ingresaron al vagón, sentándose una frente a la otra. Inmediatamente, la azabache saco de su pequeña bolsa morada una caja de chocolates blancos, los ofreció a la pelirroja, quien apenada tomo uno.

–Soy Astoria Greengrass, es mi primer año en Hogwarts. Ire a la casa de Slytherin, toda mi familia lo ha hecho y es casi seguro que pasara lo mismo conmigo a pesar de que mi hermana dice que acabare como una tonta Hufflepuff.–Se presento.

–No creo que los Hufflepuff sean tontos...–Comento.–Me llamo Eileen Weasley, tambien es mi primer año. Toda mi familia ha estado en Gryffindor pero...no estoy segura de quedar ahí.

–Weasley...¿Son traidores a la sangre, no?, no me mal interpretes, no me importa como sean, solo querían confirmar.

Eileen asintió.

–Yo tampoco creo que termines en Gryffindor.

–¿En serio? ¿A donde crees que vaya?

Astoria sonrió y negó.

–Mejor cuéntame, ¿Por que tus hermanos no querían estar contigo?

Eileen hizo una mueca, le daba pena hablar de ello, sin embargo, Astoria le brindaba mucha confianza y algo le decía que podía confiar en ella.

Con un suspiro lleno de pesadez, procedió a contar su historia.

Eileen era la hermana melliza de Ginevra, siendo esta ultima la mayor entre las dos. Según le cuenta Percy, su madre estaba muy feliz de al fin tener niñas, pero en un principio solo esperaban una hija. Fue una sorpresa para todos cuando en el parto le informaron que tendría otra hija, cosa que no agrado a la fantasía de su madre donde solo tenía una única hija a la cual mimar.

Eileen le gustaba fingir que su vida no era tan mala, pero no era así. Ninguno de sus hermanos la quería a excepción de Percy, todos los demás la consideraban rara, diferente, un fenómeno. Percy no era muy divertido o aventurero, pero si muy aplicado y siempre estaba ahí para proteger a su hermanita preferida.

Desde siempre se noto el favoritismo de su familia para con Ginny, quien siempre tenía más vestidos, juguetes y accesorios que ella. Un gran ejemplo era el hecho de que Ginny tenía su habitación en el primer piso, era le cuarto más grande e iluminado.

Ella mientras tanto vivía en el ático con un estúpido ghoul el cual, en cuanto supiera como, se desharía de el.

Eileen sabía que no la querían dejar ir a Hogwarts, por lo que desde los seis años estuvo ahorrando para poder pagarse sus propias cosas. Todo de segunda o tercera mano, a excepción de su varita, pero al menos no tendría que quedarse en casa.

Estaba obligada a permanecer en su habitación todo el día y solo salía despues de que ellos acabaran de comer, donde las sobras siempre estaban quemadas o a veces ni siquiera había.

Astoria escuchaba con una intensa cólera en su ser. ¿Cómo alguien podía tratar así a una niña tan dulce? ¿Qué no se suponía que los Weasley eran "buenas personas"? ¿No siempre se jactaban de ser pobre pero unidos y felices?

La menor de los Greengrass le contó sobre ella, sus padres, Antón y Helena Greengrass eran personas amables con una fuerte creencia en la supremacía de la sangre. A pesar de esto, eran padres amorosos que solo buscaban la felicidad de sus hijas, en realidad, Astoria amaba mucho a sus padres.

Pero su hermana Daphne era un caso muy aparte.

Según Astoria, Daphne no es alguien desagradable u arrogante como muchos otros sangre pura, de hecho es muy cariñosa, alegre y divertida.

Con cualquiera menos con Astoria.

La relación entre ambas hermanas era bastante mala. Cuando era más pequeña, Astoria solía seguir a su hermana a todas partes, era su mayor adoración, sin embargo no era el mismo caso con Daphne, quien consideraba que Astoria, al ser de un carácter sumiso, era una molestia diaria.

Nunca se habían golpeado, pero dicen que una palabra duele más que mil acuchilladas y es verdad. Daphne había acabado con el autoestima de su hermanita.

En ese mismo instante, Eileen se prometió que le haría ver a Astoria lo grandiosa que era, y Astoria se prometió que protegería a Eileen de todo y todos.

Antes de darse cuenta, ambas ya eran las mejores amigas.

(...)

El viaje en bote había sido fantástico para ambas. Les había tocado compartir bote con una chica rubia llamada Luna Lovegood, quien a Eileen le había caído muy bien pero Astoria difería en ello.

Se encontraban junto a los demás alumnos de nuevo ingreso frente a las puertas del Gran Comedor. La profesora, quien se presento como Minerva Mcgonagall, emanaba magnanimidad y severidad, expresando como sería el proceso de selección.

Astoria no pudo evitar ponerse nerviosa y tomo la mano de Eileen como apoyo, quien sonrió y se la apretó, ella tambien estaba nerviosa.

–Ginevra Weasley.–Llamo la profesora Mcgonagall.

–¡Gryffindor!

La casa rojo y dorado rompió en sonoros aplausos. Ginny fue recibida entre abrazos y felicitaciones mayoritariamente por sus hermanos.

–Idiotas–Murmuro Astoria al notar que su amiga se ponía triste.

Percy busco con la mirada a Eileen, a quien le sonrió buscando tranquilizarla. Su mirada lo decía todo "aquí estaré para ti".

–Astoria Greengrass.

–Ay, santo Merlín.–Susurro poniéndose pálida.

–Suerte, tu puedes.–Animo la pelirroja.

Fingiendo seguridad como una buena sangre pura, se sentó con gracia sobre el banquillo y al rozar sus cabellos el sombrero grito "¡Slytherin!".

–Eileen Weasley.

Harry levanto el rostro asombrado. El no tenía idea de que existía otra niña Weasley aparte de Ginny. Ni Ron, ni los gemelos le habían dicho nada antes y si estaban en el mismo grado, quería decir que eran mellizas.

No pudo evitar sonrojarse al verla. Para Harry, Eileen era la personificación de la inocencia.

Se veía tan bonita con su cabello rojo rizado sujetado en aquella coleta alta, su piel nívea lo hacía resaltar mas.

En ese preciso momento, con su corazón latiendo desbocado, entendió a que se referían Sirius y Remus con la maldición Potter.

Había encontrado a su pelirroja.

–¡Slytherin!

Todo mundo guardo silencio, anonados, pero una emocionada Astoria rompió en aplausos a lo que el resto de los Slytherin la imitaron. La chica era sangre pura, de una familia de traidores, si, pero quizá ella vendría siendo la excepción y Slytherin nunca le cerraría las puertas a uno de los suyos.

Incrédula y abochornada, Eileen fue felicitada por muchos Slytherin al tiempo en que se sentaba junto a Astoria casi al final de la mesa.

Ahora si la iban a matar.

A unas cuantas personas de distancia, Draco Malfoy miraba discretamente a la Weasley. Se sentía hipnotizado, aquella niñita era demasiado bonita, parecía una de esas muñecas de porcelana carísimas que su madre coleccionaba.

–Vaya, nuestro Dragón se enamoro.–Susurro Blaise lo suficientemente alto para que Theodore tambien escuchara.

Gruño molesto y desvió la mirada, provocando la risa en sus amigos.

El no tenía la culpa de que la niña fuera preciosa.

Por otra parte, Harry se maldecía internamente. ¿Por qué aquella niña no había terminado en Gryffindor como todo su clan? Así jamás podría ni siquiera ser su amigo.

En ese momento, ese 1 de agosto, Draco Malfoy y Harry Potter quedaron prendados de Eileen Weasley.

Y ese apenas era el comienzo.