Capítulo 25

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—Oh, Mew. —Gulf se estremeció, su espalda arqueándose y sus ojos cerrándose con fuerza cuando llegó al orgasmo.

Por su parte, Mew gimió, quedándose quieto mientras se descarga en su interior, su esperma quedando atrapado en el condón que envolvía su pene. Él enterró la frente en la curva que había entre el hombro y cuello del menor, luchando contra su instinto que exigía dejar su marca allí.

Cuando finalmente fueron capaces de bajar de su bruma de placer, no pudieron evitar soltar una pequeña risa, misma que fue cortada por la unión de sus labios. Rompiendo el beso y una vez su nudo hubo bajado, Mew salió de él y se retiró el condón, acercándose a la mesita de noche para tomar uno nuevo.

—Espera, Mew. —Gulf le detuvo en cuanto vio sus intenciones—. Sé que tú golpe de calor aún no ha pasado, pero cariño, yo realmente necesito un descanso de cinco minutos y tomar algo de agua, tal vez un poco de comida también.

Mew miró su aún erguido y duro pene con algo muy parecido a la pena, Gulf se vio tentado a reír, más resistió a el impulso, sabiendo de primera mano lo malo (y doloroso) que era verse en aquella situación. Soltando un suspiro de resignación, Mew asintió, dejando el condón sin usar en el mismo lugar de donde lo haba recogido con anterioridad.

—Tienes razón, perdón. Hace horas que no te he dejado tomar ni un mísero vaso de agua. —Mew hizo una mueca, sintiéndose culpable—. Dame unos minutos, iré a la cocina y te traeré algo de comer.

—Te lo agradecería mucho.

—Entonces, ya vuelvo. Puedes ir tomando un baño si así lo deseas, prometo no tardar demasiado.

—Te tomaré la palabra.

Mew se inclinó para dejar un corto beso en su boca cuando le sonrió, enderezándose de nueva cuenta para buscar entre sus cajones algún pantalón que le ayudara a cubrir su desnudez. Una vez estuvo mínimamente vestido, salió de la habitación en busca de la comida prometida para su omega.

Gulf se quedó recostado en la cama un rato más, su mente comenzando a divagar entre los recuerdos de los últimos dos meses, sin que pudiera evitarlo.

—A veces realmente pareciera que el tiempo vuela —murmuró al aire, aún le costaba creer que habían pasado poco más de dos meses desde el ataque a las principales manadas del país.

Las cosas seguían ligeramente agitadas aún entonces, con los grupos rebeldes causando desastres donde sea que fueran a parar. Otra cosa era el derrocamiento de Pattaya, la ciudad de la cual habían logrado tomar el poder en el ataque y la cual al parecer habían hecho su cede, o por lo menos daban indicios de que así era.

Los líderes de las principales manadas e incluso el mismísimo consejo, habían estado trabajando en conjunto para armar un plan de recuperación de la misma, pero les estaba costando más de lo que intuyeron desde que estos también habían logrado de alguna forma (Gulf intuía que intimidación), aliarse a los líderes de las pequeñas manadas cercanas a la ciudad.

Nadech, el que Off había informado es el líder de los llamados "Renegados" y que también resultó ser su difunto tío, no tan difunto, pues al parecer revivió para tomar venganza de algo que ni siquiera tenían la culpa, se había mantenido muy silencioso. El Alfa no había vuelto a dar la cara desde su enfrentamiento con el líder de 
Bagkook y ninguno sabía bien cómo tomarse aquello.

En cuanto a Piya vimuktayon, el consejo le había revocado el titulo de líder alfa de la manada en Surat Thani, sin embargo, este había logrado mantenerse ilícitamente en el poder gracias a sus muchos simpatizantes. Aunque Mew y él habían concluido que también podían haber muchas personas siendo amenazadas y obligadas a apoyarle.

Por otro lado, con respecto a Mew y él, se habían pasado los últimos dos meses tratando con la rehabilitación del alfa. Habían sido unas semanas relativamente difíciles, teniendo que tratar con la rehabilitación y el caos de la manda al mismo tiempo, eso sin contar lo doloroso del proceso.

Gulf siempre tenía sentimientos encontrados cuando Mew tenía que cambiar a su conejito con el fin de acelerar el proceso de sanación. Ver a su pequeño y adorable conejito negro acurrucado en la cama del hospital temblando de puro dolor era simplemente... Gulf había desea acercase y recogerlo entre sus brazos para darle algo de consuelo en cada ocasión.

Y él estuvo muchas veces a punto de hacerlo, pero se contenía a sí mismo sabiendo que eso sólo le provocaría aún más dolor. Se repetía una y otra vez que esa había sido decisión del mismo Mew, que era este quién había querido acelerar el proceso de sanación y por eso tenía que pasar por todo aquello.

—Nunca dejarás de ser un cabeza dura —refunfuñó debido a ello—. Muy bien, será mejor que tome un baño ahora.

Entonces, se puso de pie y se estiró, apenas soltando un par de quejidos por lo resentido de su cuerpo debido a las horas de actividad sexual. Se encaminó hacia el baño y entro a la ducha en cuento estuvo allí.

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Cuando Mew entró nuevamente a la habitación con las bandejas de comida en mano, Gulf aún no salía del baño, en realidad, podía escucharlo cantar desde su lugar. Con el tiempo, Mew había descubierto que era algo que el omega amaba hacer. Gulf no podría tomar una ducha satisfactoria sin cantar.

—Al menos no lo hace tan mal. —Mew sonrió, ¿qué hubiera sido de él sino fuera así?

Dejó la bandeja sobre su escritorio y buscó en su closet algo de ropa que pudiera prestarle al menor. No es como que realmente la necesitara, pues había bastante ropa de Gulf junto con la suya, la mayoría siendo prendas que olvidaba cuando se quedaba a dormir, pero a Mew le gustaba verle usando su ropa porque se encontraba al omega bastante adorable entre sus prensas más grandes y anchas.

Nunca se lo diría por supuesto, al menos no si quería evitar que le pateara sus preciadas joyas, él ya lo había hecho una vez y eso había sido suficiente para el resto de su vida. En realidad, Gulf pensaba que a Mew le gustaba que usara su ropa en un acto de alfa territorial que buscaba que su olor estuviera más marcado en él y Mew le había dejado pensar que así era.

Para Mew, era un ganar y ganar, Gulf quedaba satisfecho con su "acto territorial" y él por igual apreciando la hermosura de su omega.

El canto cesó y poco después el sonido de la ducha también dejó de escucharse, entonces Gulf salió del baño totalmente desnudo, con solo una pequeña toalla en su mano secándose el cabello.

—¿Ya no hay decoro? —Cuestionó con una sonrisa, arqueándole ligeramente las cejas.

—Como si hubiera alguna parte de mí que ya no hayas visto —Gulf bufó.

—No me mal interpretes, no es que me esté quejando, por el contrario, me encanta mirarte. —Para enfatizar sus palabras, Mew no se privó de recorrerlo de arriba abajo con una mirada, mordiéndose el labio cuando la vista no hizo más que encenderlo—. Sin embargo y dadas las circunstancias, creo que lo mejor sería que te cubrieras, eso si aún deseas que te deje comer algo.

—Pues no, no perderé mi tiempo vistiéndome. De cualquier forma no es como si no necesitaría estar desnudo nuevamente dentro de poco tiempo. —Él le guiñó, dejándose la toalla alrededor del cuello y encaminándose hasta la cama para tomar asiento—. Ahora ven aquí y comamos.

Negando con la cabeza, Mew volvió a tomar la bandeja para llevarla hasta él y dejarla a un lado sobre la cama, robándole un beso al menor antes de tomar asiento a su lado.

—Esto se ve rico —Gulf comentó animado, tomando una de las tostadas previamente untadas con mermelada, para darle un mordisco—. Oh, es fresa, ¿creí que se había terminado?

—Winfue a hacer la despensa ayer y compró dos tarros más.

—¿Win fue solo al súper mercado? —Incredulidad teñía la voz de Gulf y Mew podía entender porqué.

—En realidad, Vachirawit se ofreció a ir con él, pensé que se negaría, pero extrañamente terminó aceptando.

—¿En serio? Eso es grandioso, ¿no significa eso que Win comienza a aceptar a Bright?

—No estoy tan seguro, hay mucho camino que recorrer para Vachirawit aún. Es cierto que es bueno que finalmente haya aceptado su presencia, pero en realidad Win sigue sin aceptar que lo toque o que esté por lo menos a unos cinco metros lejos de él. —Mew estaba realmente preocupado por su hermano, le preocupaba que Win no pudiera avanzar y que fuera infeliz el resto de su vida, debido a sus miedos y traumas—. Después del ataque y de que Nani haya intentado abusar de él nuevamente, Win retrocedió lo poco que había logrado avanzar.

Mew enfurecía cada que recordaba aquello, al menos le consolaba el saber que el mal nacido debía estar pudriéndose en el infierno, cosa que Mew le agradecía a Vachirawit, el alfa los había salvado a ambos en su momento.

Mew no necesitó ver mucho de él para saber que era alguien leal y fiel, muy paciente también, si la forma en cómo se movía alrededor de Win le decía algo.

—No seas pesimista, Mew. —Gulf le llamó la atención—. Confiemos más en phi, verás que él logrará volver a salir de ese bache. Win es fuerte y valiente, él lo logrará.

—Espero que así sea.

—Lo será —Gulf afirmó con un asentimiento—. Mejor concentrémonos en terminar esto, ¿sí?

Así, ambos se dispusieron a terminar su desayuno, sumidos en un cómodo silencio. Una vez acabaron, Mew no pudo evitar quedarse mirando al omega, quien bebía lo último de su vaso de jugo.

—¿Qué pasa? —Gulf preguntó.

—¿Te sientes satisfecho? ¿No deseas algo más?

—Estoy bien con esto, no te preocupes.

—¿Seguro? —Mew preguntó, no sintiéndose muy convencido—. Porque puedo ir a buscarte algo más, aunque nuevamente sería algo de fruta o alguna ensalada, yo... realmente lamento no tener algo de carne para ofrecerte.

—¿Estás preocupado por eso? ¿Por qué no había carne para que comiera? —Gulf cuestionó entre divertido y enternecido.

—Si bueno, sé que hace poco más de una semana que no haz podido comer un poco de ella por quedarte conmigo.

—Oye, realmente no debes preocuparte por eso, estoy bien, lo prometo. —Gulf estiró una de sus manos para sostener la del mayor—. No habrá algún problema porque no coma algo de carne por un par de semanas, no me volveré salvaje o algo así —bromeó, sacándole una baja risa al alfa.

—Eso me consuela. —Mew respondió, siguiéndole el juego por un momento—. De cualquier forma, debo comenzar a comprar algo de carne para cuando vengas de visita, a diferencia de Win y yo, tú si necesitas consumir de vez en cuando.

—Win odiará el olor de la carne apestando su refrigerador. —Gulf arrugó la nariz—. Aún recuerdo su mueca de desagrado cuando pasamos por el área de la carnicería en el súper mercado. Si comienzas a comprar carne, estoy seguro de que te obligaría a comprar un refrigerador aparte para que la guardaras.

—En realidad, esa sería una gran idea.

—¿Hablas en serio?

—Por supuesto.

—Mew...

—Está decidido, Gulf. Más tarde iré a conseguir un refrigerador y algo de carne para ti. —Asintió con convicción.

—Por supuesto, como si fueras a ir a algún lado en medio de tu celo. —Gulf blanqueó los ojos.

—Tienes razón, en cuanto mi celo pase iré por ellos,

Gulf se limitó a bufar y negar con la cabeza.

Gulf recibió el beso que Mew le otorgó sin ningún problema, no importándole que en realidad estuviera prácticamente sin aliento. Cuando el alfa retrocedió, él jadeaba ruidosamente.

—¿Está bien...? —Gulf tragó—. ¿Está bien que te expongas a tanto ejercicio de ésta forma? Solo han pasado dos días desde que te dieron el alta oficialmente.

—Bueno, el doctor dijo que ya estaba casi cien por ciento recuperado y me dio el visto bueno para retomar mis actividades con normalidad, ha de haber sido por algo, ¿no? —Mew comentó, jadeando tanto como él mientras le apartaba el pelo del rostro.

—Ya, pero tener sexo casi sin parar durante todo un día, ¿no sobre pasa los límites?

—¿Qué límites, Gulf? No recuerdo que el doctor me pusiera alguno. Estoy un noventa y ocho por ciento recuperado, él dijo que no era un cien porque quería vigilar el progreso de mis pulmones un poco más antes de finalmente darles el visto bueno definitivo.

—Pues con más razón, forzar tus pulmones de ésta forma.

—¿Qué pasa? ¿Ya te agotaste? Porque estoy empezando a creer que solo estás cansado y buscas alguna excusa para que te deje en paz. —Sonrió, arqueándole las cejas, burlón.

—¿Disculpa? —Como esperaba, Gulf se mostró indignado—. Yo cuento con una increíble resistencia y si así lo quisiera, podría seguir lo que queda de la noche sin ningún problema.

—¿Es así?

—Por supuesto.

—Entonces, ¿aguantas una ronda más?

—¿Cómo?

—Una última ronda, por lo que acabas de decir, no tendrías problemas para tenerla, ¿hum?

—P-Pero Mew....

—¿Qué pasa? ¿Al final solo fanfarroneabas? —Algo resplandeció en los ojos de Gulf y Mew supo que había logrado engatusarlo, el menor era incapaz de resistirse a un desafío.

—Por supuesto que no, alfa estúpido. Si lo que quieres es una ronda más yo.. ¡uh! —Se cortó a sí mismo con un quejido, pues el nudo del alfa finalmente se había desinflamado y Mew comenzó a retirarse de él—. P-Puedo dártela sin problemas.

—¿No tengo el mejor de todos los omegas? —Mew aduló, medio en broma, medio en serio—. Son muy pocas las especies que pueden seguirle el ritmo a un cambia formas conejo en celo.

—¿Eso qué significa?

—Lo que estoy tratando de decir, Dulce, es que en realidad, eres la primera persona que ha pasado el celo conmigo sin renunciar a mitad de camino.

—¿Dices que antes de mí, nadie había logrado pasar tu etapa de celo hasta que éste terminó?

—Exacto.

—Te dije que soy resistente, phi. —Gulf se mofó con aires de grandeza.

—Ya lo creo que sí, Dulce. —Aceptó sin problemas, comenzando a repartir suaves besos en sus mejillas y mentón. —Fuiste hecho para mí, así como yo lo fui para ti. Nadie nos complementaría tan perfectamente como lo hace uno con el otro.

—Bien, tienes que mantener eso en mente por algo así como por el resto de tu vida, ¿ok?

—Ok. —Mew rio por lo bajo. —Mi cosita posesiva.

—Me vuelves a decir cosita y voy a patearte las pelotas, Mew —Gulf gruñó. —Te permití que me digas dulce, pero cosita es inaceptable. No hay nada de mí que sea una pequeña cosa.

—Ruego tu perdón, dulce —Mew bromeó—. Estuve equivocado.

—Por supuesto que lo estuviste.

Negando divertido, Mew se reincorporó en la cama para cambiarse el condón (una vez más). Una vez tuvo el sobre en mano, volvió al lado de Gulf, donde lo abrió y lo desenrolló en su pene.

—¿Listo?

—No creo que sea humanamente posible estarlo más. —Gulf blanqueó los ojos, haciendo referencia a lo muy estirado que estaba para ese entonces.

Mew no contestó, más tomo una de las piernas del omega y tiró de él hasta que estuvo a su disposición, entonces comenzó a deslizarse suavemente en éste. Gulf se retorció y soltó un quejido, Mew paró todo movimiento.

—¿Estás bien? —Cuestionó.

—Lo estoy. —Asintió, sin embargo, había una innegable mueca en su rostro. Su entrada estaba real, realmente sensible, tanto que casi rozaba lo doloroso—. Deja de mirarme así y sigue.

—Seré suave.

Gulf soltó una carcajada como si lo dicho por él fuera algo sumamente gracioso.

—¿Tan suave como las últimas dos rondas?

—Ésta vez es en serio, sé que estoy empujándote demasiado, así que seré cuidadoso —aseguró, terminando de deslizarse dentro del menor, quien esta vez soltó un suspiro—. Voy a hacerte el amor suave y lentamente,—agregó, retrayendo sus caderas para volver a empujarse con suavidad en él—, y prometo que será tan bueno como las veces anteriores.

—Nunca dudaría de ello —Gulf gimió, alzando sus manos en una petición muda para que se acercara. Mew lo hizo y el menor no dudó en unir sus bocas—. ¡Phi! —Jadeó cuando lo sintió golpear justo en su punto.

—Sí, lo sé —Mew murmuró, apoyando su antebrazo a un lado de la cabeza del menor; entonces deslizó su mano restante por su muslo hasta alcanzar su rodilla y meterla bajo ésta para alzarle la pierna—. Es así de bueno incluso con sólo esto.

Luego de ello, la conversación cesó, ambos concentrándose por, no recorvan qué vez en el día, en el placer que la unión de sus cuerpos les daba. La boca de Mew recorriendo ávida el cuello y pecho del omega, lamiendo y succionando la deliciosa piel expuesta para él.

Los dedos de Gulf se enterraron en la piel de sus hombros y espalda, retorciéndose bajo él y moviéndose al compás, murmurando palabras inentendibles, acompañadas de suspiros y gemidos placenteros. Su boca buscó la de su alfa y su lengua se apuró en internarse en la cavidad contraría, deslizándose y enredándose con la del mayor, explorando una vez más la cálida boca que siempre le recibía de buena gana.

Dejándose manejar por las manos del alfa, giró sobre sí mismo hasta que estuvo acostado boca abajo en el colchón, el peso de Mew sintiéndose reconfortante encima de él. Sus manos apretando suavemente sus caderas y hombros, su boca haciendo el mismo recorrido, segundos después. Entonces, él volvió a hundirse en su interior, manteniendo el suave empuje de sus caderas y Gulf gimió una vez más.

—Dulce —Mew jadeó junto a su oído, provocando un grupo de tórridas sensaciones que provocaron que cada vello en su cuerpo se erizara.

Cumpliendo su promesa, Mew lo tomó suave y dulcemente, susurrándole palabras amorosas de tanto en tanto. Y cuando el orgasmo finalmente les alcanzó, Mew lo arrulló contra su pecho mientras su nudo se hinchaba por última vez en esa noche y los atrapaba juntos.

—¿Uhm? —Gulf murmuró un rato después, sabiendo que Mew le decía algo, más no pudiendo entender del todo sus palabras, pues el cansancio finalmente hacia mella en él, volviendo sus párpados pesados al punto de que por más que luchó, no pudo mantenerlos abiertos.

—Descansa, Dulce, ha sido mucho por hoy —Mew instó, manteniendo sus arrullos, mientras repartía besos en su cabeza y nuca, y le acariciaba el vientre con la yema de los dedos. Ahora yo velaré por ti.

—Entonces espera aquí, ¿bien? Solo iré por Win y pasaré al súper mercado por algo de carne para ti.

—¿Aún sigues con eso?

—Por supuesto, te lo has ganado con creces. —Le guiñó.

—Imbécil —Gulf gruñó, soltándole un puñetazo en el abdomen, claro que sin mucha fuerza.

Mew fingió un quejido, sacándole una sonrisa al omega, luego se inclinó para dejar un beso en sus labios y otro en su frente.

—Volveré pronto.

—Solo ve, Mew, no es como si de cualquier forma pudiera moverme a algún lado. —Hizo una mueca con sus labios.

—Lamento eso, también aprovecharé y traeré una pomada.

—Sí, mi culo agradecería eso.

—Gulf.

—¿Qué? ¿No puedo quejarme? Me duele el culo, Mew.

—¿Sabes qué? Olvídalo, hablamos al rato. —Finalmente se despidió y salió de la casa en dirección a la casona de Phakpun, donde Win había decidido quedarse para darle espacio a ambos para que pudieran pasar su celo con comodidad.

Por su parte, Gulf tomó su celular y entró al chat con los chicos, quienes inmediatamente comenzaron a hacerles preguntas acerca de cómo estaba y si aún podía caminar después de ayudar a su alfa con su celo, por supuesto, esto último lo había preguntado Rebecca, quien a su vez fue regañada por Prem.

Rebecca:
Como si ustedes también no quisieran saber.
8:30 A.M ✔✔

Aum:
Rebecca, literalmente eres la única tratando de indagar en la vida sexual de Gulf y phi Mew.
8:31 A.M ✔✔

Rebecca:
Aprende a leer, estúpida, dije que no soy la única que quiere saber, no que no soy la única que preguntó.
8:31 A.M ✔✔
Además, que sea la única que lo haya hecho, no significa que ustedes también no estén interesados.
8:31 A.M ✔✔

Aum:
Más estúpida serás tú, guarra.
8:32 A.M ✔✔

Prem:
Es demasiado temprano para que comiencen a pelear, ¿no creen?
8:32 A.M ✔✔

Yo:
Eso es justo lo que iba a decir.

8:32 A.M ✔✔Es más, ¿no deberían estar en clase?
8:33 A.M ✔✔

Boun:
Gulf, son vacaciones, ¿lo olvidas?
8:33 A.M ✔✔

Yo:
Oh... sí, lo olvidé. Jeje.

8:34 A.M ✔✔

Rebecca:
Es que no digo yo.
8:34 A.M ✔✔
Con semejante bombón en su cama, ¡¿A quién no se le olvida hasta el apellido?!
8:34 A.M ✔✔

Prem:
Ya supéralo, Rebecca.
8:35 A.M✔✔

Rebecca:
¡No puedo!
8:35 A.M ✔✔
¡Quiero un novio como phi Mew!
8:35 A.M ✔✔

Boun:
Ok, simplemente ignórenla.
8:36 A.M ✔✔

Yo:
De cualquier forma, ¿qué hacen despiertos tan temprano en plenas vacaciones?

8:36 A.M ✔✔

Mirando el "escribiendo" en la parte superior del chat, Gulf esperaba por una respuesta cuando tocaron el timbre. Frunció el ceño extrañado, ¿quién podría ser tan temprano? Claramente Mew no era, porque aunque éste hubiera olvidado algo, no habría razón para que tocara el timbre de su propia casa.

"A menos que haya olvidado las llaves", pensó, pero desechó el pensamiento rápidamente al recordar perfectamente cómo éste las había puesto en su bolsillo, por lo que acercarse para poder ver de quién se trataba.

Se puso de pie, soltando un quejido en el proceso por su adolorido trasero y caderas, no había mentido cuando le dijo a Mew que le dolía el culo, aunque cuando recordaba todo lo que hizo para terminar así, no podía evitar suspirar y pensar que había valido totalmente la pena.

Viendo a través de la mirilla de la puerta, Gulf se extrañó aún más al ver de quien se trataba. Abriendo la puerta sólo lo necesario como para sacar medio cuerpo, encaró al alfa parado tras esta.

—¿Qué haces tú aquí?

—Buenos días para ti también, nong Gulf.

—Creo que te hice una pregunta.

—Bueno, en teoría estoy aquí para hacer un cambio de guardia con los chicos.

—¿A qué te refieres con, "en teoría"?

—Digo en teoría, debido a que en realidad estaba interesado en hacerte una visita. —Entonces, el alfa sacó una pistola de su espalda y apuntó directamente a su cabeza.

—Nanon maldito bastardo, ¿Qué infiernos crees qu-...? —Las palabras de Gulf se cortaron cuando su respiración se enganchó al ver al tipo que se deslizó tras el alfa—. Tú.

—Oh, sí, él. Espero que no te moleste, pero creí grato traer algo de compañía.

Gulf ignoró las palabras del imbécil de Korapat, toda su atención puesta en el mal nacido a su espalda.

—Max Nattapol —escupió con desprecio.

Editando esto, me acabo de dar cuenta que he estado subiendo el borrador de esta historia, me va a dar algo.

Deben haber un montón de faltas ortográficas (TT . TT) y yo toda confiada solo cambiando los nombres y ubicaciones, pensando que tenía la versión editada.

Y nadie me dijo, lloro.

Stars_Of_Saturn.

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