Capítulo 3: Una Esperanza

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El medio día llegó y con él mis amigas, todas nos dispusimos a actualizar todo tipo de información que poseyéramos, si bien diríamos acá a contar el chisme que muy bien nos hacía falta desde hace días.

Cada una me contó sobre las aventuras o experiencias que estaban adquiriendo con sus actuales parejas, así como de algunas amistades del bachillerato, con quienes estaban conviviendo gracias a encuentros casuales que habían sostenido en algún ocasión.

Por mi parte, no pude contar nada que se saliera del cuadro que enmarcaba mi vida, el trabajo, la universidad, mi carente intento de poeta y mi soledad que era cubierta por una sonrisa. A ellas, claro, no les sorprendió que sólo eso se encontrara en mi vida, sabían muy bien que eso era mi vida.

La tarde transcurrió, las películas terminaron, la comida y el maquillaje cesaron, el sol comenzaba a ocultarse entre las edificaciones de la ciudad y aquello significaba la partida de mis amigas.

—Promete que serás tú quien nos visite el siguiente fin de semana —dijo Malenca.

—Te haría bien un rato de distracción fuera de estas paredes —secundó Chiara.

—Chicas, no paso todo el día en casa.

—Lo sabemos —contestaron al unísono.

—Pero el poco tiempo que pasas acá, suele deprimirte.

—El hecho de que mantengas una sonrisa todo el tiempo, no significa que no sepamos lo que ocultas —añadió Male.

—Somos tus amigas, creo que es imposible que nos ocultes algo —señaló, y hasta cierto grado, tenía razón—,  menos que sea un cadáver, porque de seguro eso nos lo harías saber.

—Ya, ya entendí. Haré algo de espacio, lo prometo.

Luego de prometer una y otra vez, que sería yo quien visitaría la casa de alguna de ellas, esperé que sus respectivas parejas llegaran por ellas. Se despidieron y advirtieron nuevamente que debía ser yo quien las visitaría, sino estaría en algún tipo de problema con ellas.

Poco después de que ellas salieran del lugar donde habitaba, comencé a recoger cada cosa que habíamos utilizado, ellas insistieron en ayudar, pero yo no tenía nada más que hacer en ese momento, así que prefería hacerlo yo al encontrarme sola.

Cuando estaba por descansar el móvil sonó, la pantalla se iluminó y el nombre que saltaba decía: “Mamá ♡”. Cogí la llamada y por el tono entusiasta de mi madre al saludar, supe que traía buenas noticias para ella.

—¡Hola, cariño!

—Hola, mami. ¿Qué tal? ¿A qué se debe tanta emoción? —no podía negar que escuchar a mi madre así me causaba siempre gran placer.

—Tu padre nos ha invitado a un viaje familiar —en ese momento supe que se arrepintió de haberlo dicho de esa manera—, bueno… ya sabes, él hará unos negocios y quiere que le acompañemos.

—Entiendo, bueno, me alegro por ustedes, ¿cuándo se irán?

—Mañana —dijo directa.

—Asombroso, ¿y cuándo vuelven?

—Aún no lo sé, tengo entendido que es más de una semana su estadía, pero no estoy segura si él quiere que estemos allá tanto tiempo.

—Bien, espero que se diviertan lo suficiente —contesté.

—¿Y tú cómo estás? Oye, ¿y si nos acompañas? Pides tus vacaciones y vas con nosotros.

—No, mamá. Gracias, pero no, tú sabes que no soy bien recibida por él y aún siéndolo, no iría. No fingiría ser una familia feliz sólo porque a él eso le daría ciertos beneficios.

—Ya lo hemos hablado, Aliyah —interrumpió.

—No, no, mamá no lo entiendes, tú sigues ahí porque ciertamente, él ha sido el amor de tu vida, o eso supone ser.

—Aliyah —dijo nuevamente.

—No, escucha, mamá. Tú le quieres, no sé si lo amas aún, pero lo quieres y ese mismo amor o cariño te mantiene a su lado. Bien dicen que el amor vuelve ciegas a las personas, eso te sucede a ti, lo sigues viendo con ojos de amor, que te impide ver todo lo que él es y lo malo que guarda.

—Ha pasado mucho tiempo, hija. Es hora de perdonar.

—No, no es hora, para perdonar se necesita más que soltar un “te perdono", se debe sentir, liberar las ataduras que te han llevado a no perdonar a esa persona. Si tu alma o tu ser, no sueltan esas cadenas, está de más y será en vano, “perdonar" a alguien.

—Hija…

—¿Quieres hablar de algo más? —pregunté.

—No, no por ahora. Te aviso qué sucede, hasta luego.


La llamada terminó y debía admitir que me pesaba tanto contestar de aquella forma al bello ser que me regaló la vida, pero no podía perdonar a mi papá. Las cosas con ese hombre se habían mantenido bien y estables hasta cierta edad, luego comenzó con sus caprichos y actos ofensivos hacia mí, quizás el ser la única mujer en casa, a parte de mi madre, era el motivo para desquitar cuanta ira o furia que tuviera, conmigo.


***


Los días comenzaron a pasar, mi madre me había informado que no estaría el finde, por lo que podría hacer planes con mis amigas, como tanto lo había advertido ellas. Y estaba bien, podría verlas el sábado y el domingo dedicarme a estudiar.

Era jueves, estaba por acabar la semana y me sentía bien ante aquel hecho, por alguna razón que desconocía, aunque en el fondo sabía a qué se debía. Cada noche, antes de dormir, me dedicaba a leer algunos de los textos de aquel blog que había descubierto días atrás y de forma inexplicable terminaba con una boba sonrisa en mi rostro e imaginando al dueño de aquellas letras, ya que no se encontraba ninguna foto de él, ni datos referentes a sus redes sociales personales.

No tenía que asistir a la universidad hasta el siguiente día, por lo que al salir del trabajo compraría algo para cenar y descansaría un poco. A las seis de la tarde, con cuarenta minutos me despedía de mis compañeros de trabajo.

Christian propuso acompañarme, cada uno en su respectivo auto y acepté. Él había sido el primer amigo que hice cuando comencé a trabajar, éramos muy unidos de alguna forma y podría decir que se trataba de un mejor amigo.

Sin embargo, en el camino nos desviamos, él insistió en invitarme a cenar y otra vez terminé aceptando. Él poseía un alto nivel de convencimiento y yo no era tan difícil de convencer, al menos no en todos los sentidos y él había dado en el punto, comida china.

La cena transcurrió entre risas, bromas y breves charlas de temas casuales. También me contó sobre la reciente ruptura con su pareja, con quien salía desde hace dos años, al parecer yo había pasado tan desapercibida en las últimas semanas, que no había notado que él se comportaba distinto con todos en el ambiente de trabajo.

Llegamos a casa y tal cual caballero fuera, me acompañó hasta la puerta y dio media vuelta al cerrar la misma. Las risas y alegría se quedaron justo tras aquella pared o de seguro se las había llevado Christian, la frialdad que abrazaba mi apartamento era sorprendente, ni yo había notado cuán muerto, desapasionado y frío era, hasta ahora que la felicidad había penetrado en mí, con las ocurrencias que mi amigo había soltado durante la noche.


Ya recostada en mi cama, tomé el móvil y justo revisé el grupo que compartía con mis amigas, habían dos mensajes de Malenca:

Male: Chicas lamento informarles que no podré asistir a la casa de Fran, nos surgió un compromiso a mi novio y a mí, así que nos ocuparemos durante el finde, espero que ustedes puedan divertirse.
Por cierto, las quiero <3.

Fran no había contestado todavía, así que no tuve de otra más que dejar un:


Ali: Disfrútalo, te queremos <3.

Que no viniera una de las chicas restaba cierto grado de diversión a la situación, pero Fran solía ser muy animada cuando alguna de las dos faltaba. Así que por ahora todo marchaba casi igual de bien que antes de leer aquel mensaje.

Alguna vez alguien me dijo que dependía emocionalmente de lo que hicieran o nos las personas de mi entorno, llegué a creer que efectivamente era así, luego con el pasar del tiempo, me di cuenta que nada tenía que influir en eso mis bajones emocionales. ¿Eran normales? Seguramente no, pero no dependía de la conducta de las personas de mi entorno.

Sin embargo, leer el próximo mensaje escrito por Fran, si causó una caída profunda del buen ánimo que había obtenido gracias a la esperanza de pasar un tiempo agradable con ellas.

Fran: ¡Dios! Bueno, que todo te salga bien Male.
Ali, amiga, lamento decirte que los planes tendremos que posponerlos para otro día, surgió un percance y no podré ir, lo siento.

Y aunque contesté deseándole lo mejor a ambas,  tormenta mental se intensificó, los sollozos eran los que interrumpían el silencio que había en el lugar. Nuevamente estaría sola, el sueño se apoderó de mí entre el llanto.


***


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A lo largo de mi vida había notado que no hay nada más puro que los sentimientos y las artes, por eso mismo y quizás porque el destino lo había impuesto en mí, había optado por dedicar mis tiempos libres a las artes, que me permitirían expresar mis sentimientos de la forma que yo deseara, sin oportunidad de ser juzgado y en caso de serlo, seguramente no prestaría atención a aquellos comentarios.

Ahora podía decir que, lo que comenzó como momentos de tiempo libre, ahora se convirtieron en mi mayor pasión y próximamente en aquello a lo que podría dedicarme enteramente.

Muchas veces escuché y leí comentarios que lo único que buscaban era apagar mis sueños, disminuir el amor por una pasión y acabar con alguien que anhela un alma de sentimientos puros. No, esto no quiere decir que por ser de sentimientos puros,  sea un ángel o cosa similar, sino, se trata de alguien que es capaz de expresar lo que siente sin filtro alguno.

En mi caso, no descifro todavía si he sido capaz exteriorizar mis sentimientos sin barreras o cosa similar, pero trato de ser aquel que sea distinto. Sin embargo, lo único que por el momento deseo, es cumplir los sueños que he forjado desde un tiempo para acá.

Cuando era muy chico, me di cuenta que me había apasionado tanto por la lectura, encontrando un camino donde podía ser testigo de la historia de alguno de los personajes, más adelante pude empezar a darle sentido a algunas frases que a mi mente venían, fue gracias a una persona, que ahora puedo ser no sólo el testigo de un protagonista, sino quien define su camino y vaya que es impresionante esta sensación.

No me considero un excelente escritor, tampoco puedo alardear sobre un mega talento, no. Sólo escribo porque la inspiración viene a mí, trazando letras en el papel, transcribiendo al computador y mejorando algunos detalles que se me han pasado por algo la primera vez que lo escribí.

Cada día trabajo en mejorar en algo, por muy mínimo que sea, a mí han llegado textos o mensajes, indicando lo mucho que han sentido mis letras. Otros preguntando por mí y mi notoria anónima autoría, claro mi seudónimo sigue ahí y por él me conocen, pero muchos preguntan por mí. ¿Por qué no revelarme? Mi intención nunca fue llegar a la fama o cosa similar, sólo quería transmitir un poco de lo que soy capaz de sentir. Pero los planes nunca resultan como uno espera, a veces mejoran y otras, empeoran, en mi caso, las personas han solicitado tener un poco más de lo que yo comparto en el blog.

Por eso mismo, he estado trabajando en un pequeño libro, una novela romántica, esperando en su momento, contar con el apoyo de los seguidores que hasta ahora, he obtenido. Los que se han mostrado muy entusiasmados ante las noticias que he compartido con ellos. Principalmente porque señalan que, mis textos o escritos, suelen ser una esperanza en sus vidas, de alguna u otra manera, al parecer, he logrado un poco más de lo que yo alguna vez soñé o pedí y me hace feliz, me es satisfactorio saber que en el país, existen personas a quienes he logrado compartirles o hacerles percibir, lo que yo sentí al momento de escribir lo que publico.

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Perdón por la demora para actualizar, no he estado en casa esta última semana y no he tenido el tiempo para subir capítulos:(

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