Narra Vivían

La reunión fue mal, tenía razón mi tía con eso de que no pintaba nada bien. Ahora mismo se esta desatando una guerra en las afueras de la manada, y yo me siento pésimo aquí adentro en el refugio con todas estas personas indefensas. Ya que ya no soy débil, y quiero ayudar.

—¡Han herido al Alfa! —dice mi tía de repente, miro a mi alrededor y todos están asustados, ¡esto no puede estar pasando! No puedo seguir aquí como si nada.

—Estaremos bien no se preocupen, mi Samir no se dejara vencer. —dice la Luna tratando de calmarlos con sus palabras, y de alguna manera su voz lo hace, pero yo sé que esta muy preocupada. Esto no terminará bien si el Alfa muere, y no me perdonaría que dos personas que se aman, se separen por culpa de la muerte de uno de ellos.

—¡No lo permitiré! —digo y salgo tan rápido que nadie es capaz de detenerme. Le debo a esta manada el haberme acogido, no dejaré que la destroce un vampiro loco con ansias de poder, y no me importa morir en el intento.

Al acercarme a donde la guerra esta desatada, me doy cuenta que hay varios heridos de ambos lados, la sangre mancha sus ropas, sus pelajes, no puedo dejar de sentir tristeza al ver a los de la manada así. Entonces algo sucede porque todos se detienen en el acto.

—¡Alto! —grita un hombre alto y fornido, de piel blanca como la nieve y de cabellos dorados como los míos cuando soy una vampiresa— ¡si no se dan por vencidos vuestro Alfa morirá!—dice mientras con una mano sostiene una daga en el cuello del Alfa quien se ve que esta muy herido, y con la otra rodea su cuello, ¡No puede ser, le arrancara la cabeza!

Los miro de lejos mientras los demás observan al vampiro, mi preocupación es por los de la manada, tienen cara de terror y los que creo que sonríen mostrando sus colmillos llenos de triunfo, son los que deben estar bajo el mando de este vampiro despiadado, ¡Malditos!

—Mátelo su alteza...—habla cabizbajo uno de los vampiros, y cuando levanta la cabeza, lo reconozco. Sus ojos café, ¡claro, es él! ¡El muy imbécil! Mi sangre hierve, las ganas de destrozarlo aumentan segundo a segundo— él, no quiso obedecer ¡Y sus lobos han  matado a su sobrina!

—¡Ella merecía morir! —le responde envalentonado uno de los chicos  lobos que me trajo a la manada aquel día— estaba matando humanos, lobos, vampiros y otras especies por doquier sin razón alguna, ¡Incluso en nuestro territorio, y por pura diversión! Había que detenerla...

— ¡Cállate perro sarnoso! —le interrumpe el chico de ojos café, al que voy a matar despiadadamente si no cierra la boca, me acerco otro poco sin que nadie lo note— ¡tú y la perra aquélla los mataron! Merecen morir, comenzando por el Alfa que la encubre, si la hubieran entregado ¡nada de esto hubiera pasado! —yo me quedó estática, esto es mi culpa, ¡¿el Alfa esta a punto de morir por salvarme?!

—¡Nunca diré donde está, es una pobre niña! —grita el Alfa apenas en un rugido, y que creo que hubiera sido el último si yo no me presento delante de un furioso Rey Vampiro Lucius.

¡Gracias por leer! Espero que me regalen un estrellita o comenten😉me harían muy feliz.
¿Alguien sabe quién es el imbécil de ojos café, o Lucius el rey de los vampiros?

Doquier: por todos lados o cualquier lugar.