Sinopsis

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Ana Steele como pedía que le dijeran, perdió a su padre Raymond Steele a manos de unos desalmados quienes le dispararon para robarle, dejando a Ana sola en este mundo, su madre les había abandonado años atrás.

El asesino intelectual de Ray, retomo su meta poco tiempo después, lo que provocó poner a Anastasia en el camino del joven sexi y millonario Cristian Grey. La terquedad de Anastasia constantemente la pone en riesgo lo que provoca que Grey constantemente la quiera castigar.

¿Pero podrán Ana y Cristian encontrar al asesino de Ray?


Anastasia POV

Salgo de mi pequeño apartamento en busca de mi querida "Wanda", Wanda es mi Harley-Davison 1935, me fue heredada como único bien de parte de Ray, mi padre. Ray fue asesinado por querer robarse precisamente esta moto, para mala suerte de los asesinos una patrulla de la policía de caminos los atrapo, al parecer había un millonario excéntrico que les había pagado para que la robaran a cualquier costo, lo lamentable es que los tres tipos amanecieron muertos en sus celdas antes de poder ser interrogados, la muerte de Ray quedó sin ser saldada.

Al llegar al garaje compartido con el administrador del edificio donde vivo, saco del armario mi casco, que hace juego con mi traje de motociclista, si Ray me viera me daría un discurso de como debo ser recatada. Sonrío con tristeza cuanto daría por tenerlo a mi lado, pronto será mi graduación, no habrá nadie que me de un abrazo y que me diga que se siente orgulloso de mi esfuerzo. A Carla le deje de importar cuando re hizo su vida con Bob hace años, ni siquiera recuerda que existo.

Salgo del estacionamiento, rumbo a la carretera, trato de ir rápido, pero sin violar los límites de velocidad, hoy iré a retirar mis promedios, cruzo los dedos para que sean las mejores notas de los seis años que llevo estudiando arquitectura.

En un semáforo en rojo hago el alto veo por el retrovisor y por todas las direcciones, es algo que me quedó con la muerte de papá tal vez lo seguían y él ni enterado estaba.

Llego a la Universidad y me dirijo a la oficina de registro, retiro los resultados que me los entregan en un sobre, me dirijo al comedor del campus para poder ver mis promedios, al ir a medio camino soy interceptada por el director de carrera.

-Señorita Steele- Me detiene director de carrera.

-Señor Roach, es bueno verlo-

-¿Ya ha visto sus notas?-

-No señor. Recién he recogido el sobre, pensaba ir al comedor del campus y verlas ahí- Le informo.

-Cuando termine ver sus notas la espero en mi oficina-

-Si, señor ahí estaré- Me retiro al comedor, ordeno algo de comer ya que no desayuné, mientras como mi desayuno miro mi alrededor, extrañare este lugar; aquí viví buenos y malos momentos, la vida continua. Al terminar de comer abro el sobre, respiro hondo y saco el documento despacio, leo el contenido de la hoja y mi corazón se infla de alegría, todas mis notas son de nueve punto ocho, las notas más altas en toda mi carrera. Vuelvo a meter el documentos en el sobre y me dirijo a la oficina del señor Roach.

Llego a mi destino toco la puerta con dos toques suaves, la voz gruesa del señor Roach se oye al otro lado.

-Pase-

-Buenas tardes- Digo cuando veo que Jerry no esta solo.

-Señorita Steele, el señor Elliot Grey, de la constructora Grey- Jerry me presenta.

-Señor Grey, un gusto conocerle-

-Lo mismo digo, señorita Steele- El hombre es un descarado porque recorre todo mi cuerpo con la mirada, sin importar a quien tenemos en frente.

-Ana, he de suponer que has visto tus notas-

-Si señor-

-El señor Elliot y su hermano Cristian son mecenas de esta universidad y ellos ayudan a estudiantes sobresalientes con pocos recursos a salir adelante. Ellos fueron los que patrocinaron tu beca-

-Entiendo- Dije con un asentimiento de cabeza.

-Lo que quiere decir Roach, es que antes de la graduación elegimos a un estudiante que se ha destacado por su desempeño en la universidad y al ser usted la mejor de esta promoción, ha sido elegida con un puesto en Grey Construction, Inc.- Lo dice con una sonrisa en su rostro.

-¿Aceptas, Ana?- Lo medito unos segundos.

-Si, acepto. Será un gusto poder trabajar en su empresa, señor Grey-

-Bueno, preséntate, el siguiente lunes después de tu graduación. Sólo di tu nombre a la recepcionista y ella sabrá que hacer-

-Gracias, ahora me retiro-

-Ana, pasa por a la oficina del decano y habla con su secretaria- Me informa Jerry.

-Lo haré, señor Roach- Y Con esa despedida me dirijo a la oficina del decano.

Dos horas después estoy saliendo con la sonrisa más grande que se ha dibujado en mi rostro, la emoción es tan grande que lloro de alegría. Ray como deseara que estuvieras aquí. El Decano me informo que tendré el honor de dar el discurso de egresados este año y con esa alegría monto mi Harley rumbo a mi apartamento. El camino es un poco solitario, hago la rutina de siempre, pero esta vez hay dos vehículos tras de mi, los bellos de mi piel se crispan y un escalofrió recorre mi cuerpo en señal de que algo no va bien.

El semáforo se pone en rojo, miro nuevamente por los retrovisores y ahora solamente veo un camión que esta muy cerca de mi, mis nervios aumentan de manera exponencial, al ponerse el semáforo en rojo acelero lo más que puedo pero un vehículo esta atravesado en el camino a unos metros delante de mi, pero voy tan rápido que no puedo frenar sino que trato de esquivarlo pero en mi intento de escapar los frenos delanteros se traban, por lo que soy expulsada por los aires y al momento de chocar contra el pavimento pierdo el conocimiento.

Cristian POV

Este imbécil de Elliot me hizo venir a la Universidad de Washington, cuando estoy tan ocupado, solamente para conocer a una mujer, una mujer que le han dicho que es muy bella, el mujeriego de Elliot Grey nunca cambia. Yo en cambio, hice mis propias indagaciones, la chica no solo es bella, sino que es una genio en la arquitectura; esas deberían ser la cualidades que Elliot debería de tomar en cuenta para contratarla, no su físico.

Por mi lado decidí ir a la facultad de agricultura, para ponerme al día del estudio de suelos que están haciendo los estudiantes de esta área y luego ir a la parte de tecnología.

Entro en el laboratorio y me encuentro a Elizabeth Morgan la directora de la facultad, ella me pone al tanto de los últimos descubrimientos que han hecho los estudiantes, me alegra mucho que hayan avances en esta área, al finalizar aquí me dirijo al área de tecnología, en esa facultad el director de proyectos Samuel Lee, me presenta con los estudiantes, para luego explicarme que están tratando de crear una batería solar especial para tablets y teléfonos móviles, eso llamo mucho mi atención ya que el área de desarrollo tecnológico de Grey Enterprises Holding esta tratando de desarrollar móviles y tabletas sostenibles por lo que acuerdo con él de si en algún momento diseñan un prototipo viable me lo hagan saber para realizar pruebas con mis móviles. Estoy entretenido hablando con Lee, cuando los gritos de Elliot nos interrumpen.

-Cristian es hora de irnos, pero ya- El muy imbécil no me permite despedirme de Lee y sus estudiantes, al darme cuenta estamos fuera del campus, con Taylor abriéndonos la puerta.

-¿Elliot, ¡¿Qué es esta mierda?!- Le grito.

-Bueno, ya es hora de irnos de todos modos ni deseabas venir- Me dice despreocupado.

-No pero aproveche el tiempo para hablar con los directores del departamento de agricultura y tecnología. No me has dejado ni despedirme de Lee-

-Otro día lo harás. Taylor, ¿Puedes ir más rápido? - Taylor me mira por el retrovisor pidiendo permiso.

-La chica ha salido en moto del campus y quiero alcanzarla para invitarla a cenar Cristian-

-No deberías utilizar tu puesto de mecenas para conseguir mujeres- Le advierto.

-La he contratado, Cristian. Quiero conocerla más-

-Esa cena es con derecho a follada, ¿Verdad? -

-No, Cristian es realmente un genio, es la primer promedio de la carrera y de la Universidad, claro que si se presenta la posibilidad de tener sexo no la perderé- Dice el muy sínico.

En el camino Taylor se detienen.

- ¿Taylor, ¿Por qué te has detenido? -

-Mire señor- El señala frente a nosotros.

Unos hombres cargan una moto Harley en un camión, mientras se llevan el conductor, es evidente que es un robo con secuestro, pero Taylor actúa con rapidez, toca el claxon del auto, los hombres sueltan a la persona se suben a sus autos salen como almas que lleva el diablo. Cuando nos aseguramos que se han marchado nos acercamos a la persona.

Taylor sale con su arma desenfundada, revisa el perímetro y nos hace señas para que nos acerquemos.

-Elliot, llama a emergencias- Le ordeno.

-En eso estoy, hermano- Responde mi hermano.

- ¿Esta con vida? - Pregunto a Taylor.

-Tengo que quitarle el casco- Informa. Veo como devuelve el arma a su lugar, procediendo a quitarle el casco. Me quedo estático cuando veo el bello rostro de una mujer.

-Aun respira- Informa Taylor.

-Los parame.... ¡Es ella! - Grita Eliot.

- ¿La conoce señor Grey? - Pregunta Taylor.

-Si, es Anastasia Steele. Cristian, es la chica de que te hable- Comenta Elliot.

Ya veo porque mi hermano tiene interés por la chica es muy bella, pero no es el tipo de Elliot, a él le gustan las rubias; es más como mi tipo, castaña de piel muy blanca, habrá que ver el color de sus ojos.

-Elliot, ¿No es que a ti te gustan las rubias? - Inquiero.

-Pues si, hermano, es solamente la curiosidad de conocerla, pero es muy delgada y tiene pocas tetas-

- ¿Entonces no te gusta? - Pregunto curioso.

-No mucho, pero tu puedes intentar conocerla- Me dice burlón, ya que tiene una sonrisa tonta en su cara.

***

La ambulancia y la policía llegaron minutos después, Jason le informo a la policía lo que vio antes que atendiéramos a la señorita Steele, nos pidieron nuestros números telefónicos para solicitarnos más información si fuese necesario. Ni Elliot, ni yo pudimos ir con la señorita Steele en la ambulancia, ya que no somos parientes, por lo que tuvimos que seguir el vehículo.

Al llegar al hospital Elliot y yo seguimos a la camilla donde llevan a Anastasia, no se nos permite ingresar al área donde la llevan por lo que decidimos esperar en la sala de espera.

-Señores Grey- Nos habla un hombre de mediana edad con traje de médico.

-Nosotros somos- Hablamos mi hermano y yo al mismo tiempo.

- ¿Ustedes encontraron a la señorita Steele? -

-Así es – Respondo.

-¿Cómo esta ella?-Pregunta Elliot.

-Esta bien, solamente golpes, su traje de motociclista le ha protegido, se le suministro un sedante para el dolor despertará mañana. ¿Alguna otra consulta señores?- Nos informa el médico.

-No doctor- Respondo.

-Bueno Cristian hasta aquí llego nuestra ayuda, creo que debemos irnos; si la policía nos necesita nos llamarán- Me dice Elliot.

-Si, creo que es momento de irnos- Pero yo regresaré mañana para cerciorarme que ella esta bien. Con esa determinación tomamos el camino de regreso a nuestras respectivas empresas.

Por la mañana vamos de camino al hospital en la noche le había pedido un informe a Welch de Anastasia Steele, en el informe mencionaba a su padre Raymond Steele y su madre Carla Wilkins, del señor Steele había un informe adjunto que explicaba con detalle su muerte y de como el asesino intelectual es un desconocido; de su madre la información de ella llega al día que desapareció de la nada si volver a aparecer a la fecha. De Anastasia venía un informe completo de ella. Es satisfactorio saber que pese a todo lo que ha vivido ha logrado salir adelante sin ayuda de nadie, es una persona con valores.

-Señor Grey hemos llegado- La voz de Taylor me saca de mis recuerdos.

De camino al segundo piso donde se ubica la habitación de la señorita Steele, me pregunto ¿Por qué se la iban a llevar a ella si ya tenían la motocicleta? Al llegar al piso veo salir de la habitación a unas enfermera, seguro Anastasia ya ha despertado.

-¿Cómo amaneció la señoría Steele?- Le pregunto a la enfermera que viene saliendo de la habitación.

-¿Usted es familia de la señorita?- Pregunta la mujer.

-No, no lo somos. Nosotros la trajimos al hospital y quiero saber ¿Cómo esta?-

-Va a hacer difícil, ya que la señorita despertó y se fue del hospital sin que la viera el médico- Dice otra enfermera que viene saliendo de la habitación.

-¿Como es que una paciente salió del hospital y ustedes ni se enteran?- Pregunta Taylor.

-Debe de haber sido en el cambio de turno señor- Sin ánimos de mandar a la mierda a todo el puto hospital decido que nos vallamos.

-¡Vámonos, Taylor!- Gruño.

De camino a Grey House, llamo a Welch para hackear el sistema de cámaras del hospital, para saber la hora exacta que la terca señorita escapó, acepto el reto, con la promesa de tenerme la información antes del medio día.

Al llegar mi edificio subo por el elevador privado a presidencia con Taylor pisando mis talones, al llegar al mostrador de Andrea mi asistente, la veo un poco nerviosa.

-¿Pasa algo Andrea?- Espero que me cuente que es lo que esta pasando.

-Señor, se que a usted le molesta que las visitas entren a su oficina en su ausencia, pero...- La mujer esta temerosa porque sabe lo que viene a continuación.

-¡QUE MIERDA ANDREA. SABES QUE NADIE ENTRA EN MI OFICINA SI YO NO ESTOY!- La mujer da un respingo por mis gritos, saben bien que ni mi familia pueden entrar si yo no estoy. Hiperventilo por mi enojo.

-Ella, ella no me hizo caso, ella dice que es su amiga y que puede entrar en su oficina aun así no este usted, que si no lo hacía me haría despedir y no es todo, vino acompañada, señor- Esas son sus últimas palabras y baja la cabeza. Sé de quien se trata por eso la disculpo. Esa mujer se cree que tiene mas poder que mi familia al entrar a mi oficina sin mi permiso.

-Lo siento Andrea, Taylor y yo nos encargaremos. Cuando se vallan me traes el café, por favor-

-Si, señor Grey-

-Taylor, sígueme-

-Eso hago señor-

Camino a mi oficina, antes de entrar cuatro de mis hombres me acompañan, para entrar a mi oficina-

-¡Cristian, queri...- Se calla al ver mi rostro.

-¡Que sea la última vez que vienes a mi empresa creyéndote la Reyna del mundo, que puedes entrar y salir de este edificio como si fueses la dueña. Y jamás, jamás amenaces a mi personal con despedirlos. ¿Sabes por qué? Porque no eres nadie, ¡ME OISTE, NADIE! ¡LARGO!-

-Cristian, somos amigos, puedo venir a visitarte y vine con mi amigo Jack Hyde, él quiere hacer negocios contigo- Se pasa mis palabras por el suelo y no les da importancia.

-Taylor, llama al personal de seguridad- Ordeno mi ira esta a niveles exponenciales.

-Creo que es excesivo señor Grey- Me dice el tal Hyde.

-Me importa una mierda lo que usted diga. Esta mujer dejó de ser mi amiga hace mucho tiempo, cuando supe que me robaba.

-¡Pero Cristian!-

-¡Cristian ni una mierda. ¿Taylor los de seguridad?-

-Señora, Lincoln. Es mejor que se marche ahora, igualmente usted señor- Les pide Taylor.

-No sé tu pero yo me voy- Dice Hayde. El hombre es un empresario con un capital de dudosa procedencia por eso lo he estado evitando, pero Elena tenía que tráelo, no sé con que fin, pero sin duda Elena es su socia.

Después de girar instrucciones a todo el personal de seguridad que por mas amenazas que lanzara Elena, no era bien recibida en este edificio. Luego de eso me enfrasque en la revisión de informes y contratos pendientes pero la mitad de mi concentración esta en la terca chica de ojos azules que se escapo del hospital sin que el médico le diera el alta, para antes de medio día Welch me envió varios videos donde en uno de ellos se ve a la escapista señorita Steele saliendo por una puerta de servicio del hospital con su ropa. Luego otro de una cámara de la calle Pike Market Place entrando a un edificio y por la dirección que consta en el informe que me dio mi jefe de seguridad, es el edificio donde vive la mencionada señorita, más tarde le haré una visita, antes de eso coordinare con Welch a que envié a efectivo que vigile el edificio, los tipos que se llevaron su moto también se la iban a llevar a ella también, puede que los hombres regresen por ella. No entiendo el porque llevársela a menos que los planes que tengan no sean nada agradable y eso me enfurece.

֍֍֍

Anastasia POV

Luego de escaparme del hospital porque no tengo dinero para pagarlo, regresé a casa luego de una larga caminata, me sentía impotente, no pude hacer nada para que el único bien que me quedaba de mi padre se me lo robarán; para mi desgracia ni idea de quien pudo haberse llevado la moto de Ray, en algún momento la policía vendrá ya que alguien me debe haber llevado al hospital después del accidente. Lo único que hace diferencia en esta situación es que tengo un posible trabajo en la mejor constructora Seattle y es una de las mejores del país.

En la casa tomo una ducha, me pongo ropa cómoda y luego preparo lago para comer, para finalmente quedarme dormida en el sofá de la sala, no se cuanto he dormido, pero el timbre de la puerta provoca que me levante. Mi cuerpo está todo adolorido por los golpes que me di al caer de la moto, me fijo en mis piernas y mi muslo derecho muestra un hematoma bastante considerable, pero así tengo que ir a ver quien me busca, al rato es la policía. Me fijo por la mirilla y solamente veo el traje de alguien, es extraño no ver un uniforme de policía.

-¿Quién es?- Pregunto antes de abrir.

-Soy yo señorita Steele, Cristian Grey- ¿Qué hace el señor Grey aquí?.

-Un momento por favor- Contesto mientras le abro la puerta. Le dejo pasar pero descubro que no es el Grey que esperaba ver.

-¿Cómo se siente señorita Steele?- Pregunta el señor.

-Usted no es el señor Grey-

-Señor, creo que la señorita creía que era su hermano-

-¡Hermano!-

-Si, señorita Steele, mientras usted estaba reunida con mi hermano, yo estaba en otra parte de la universidad- Me explica.

-Entiendo, pero no sé ¿Por qué están aquí?-

-Mire señorita Steele, cuando los ladrones la asaltaron nosotros íbamos llegando a esa área, cuando ellos nos vieron huyeron llevándose su motocicleta-

-Entonces fueron ustedes los que me llevaron al hospital-

-Así es. Otra cosa, ¿Por qué huyo del hospital? El neurólogo tenía que examinarla-

-Me sentía bien, así que consideré mejor irme- No le voy a decir que no tengo un seguro que cubra mis gastos médicos y tampoco el dinero suficiente para pagar los gastos.

-Será señorita Steele, que no tiene un seguro, para cubrir sus gastos- Me dice el señor Grey, me pregunto como sabe esa información.

-Creo que eso no es su asunto señor Grey. Es más no se que hace aquí si con quien voy a trabajar es con su hermano Elliot, ¿No es así?-

-Buen punto señorita Steele, resulta que tengo acciones de Grey Construction y me gusta saber que el personal que trabaja para nosotros este bien de salud- Ni él se cree esa mentira.

-Así, ¿Esta seguro que es con todos de esa manera?- Miro al hombre que acompaña al señor Grey, en su rostro se dibuja una pequeña sonrisa de lado. Viéndolo bien su cara se me hace conocida, me aventuro a preguntar.

-Señor, ¿Cuál es su nombre? Ya que no se ha presentado- El señor Grey me mira con el seño fruncido como si sintiera celos, pero lo ignoro.

-Jason Taylor, señorita Steele- Responde muy profesional.

-Su rostro me parece conocido y su nombre me suena de algún lado. Lo curioso es que solamente conozco personas del ejercito- El señor Grey solamente es testigo de mi interacción con el señor Taylor.

-Así- Se limita a decir cuando recibe una mirada asesina de su jefe, a mi no me importa-

-Si mi padre fue parte de las operaciones de Tormenta del Desierto, después de salir herido fue dado de baja con honores, por salvarle la vida a dos compañeros de regimiento- Las cejas del señor Taylor suben en signo de sorpresa y cambiando de postura.

-¿Cómo se llamaba su padre, señorita?-

-Raymond Steele- Respondo con orgullo.

-¿Usted es Annie? Annie Steele- Su rostro cambia, la tristeza, alegría, enojo se reflejan en su rostro.

-Si, esa soy yo- Le respondo con una sonrisa.

-Yo fui al que le salvo la vida Ray. Entonces es cierto, que lo mataron por la motocicleta que le regalamos entre todos los que sobrevivimos en esas operaciones-

-Sí. Pero lo lograron hasta esta vez- Le digo con pesar, un carraspeo nos saca de la burbuja.

-Lo siento señor, pero Ray fue el hombre que me salvó la vida. Señorita Steele sepa que la ayudaré a encontrar quien provocó la muerte de mi amigo-

-Yo me sumo a esa iniciativa señorita Steele. Tengo una duda, ellos se la iban a llevar a usted. ¿No tiene alguna sospecha de saber quien podría querer esa cosa?-

-No, solamente sé que algunos coleccionista de motos, le ofrecieron a mi padre en algún momento cantidades obscenas de dinero por ella y la respuesta siempre fue la misma. "No Esta en Venta"-

-¿Puedo llamarla Anastasia?- Me pregunta el señor Grey.

-Ana, sólo Ana. Y usted Taylor puede llamarme Ana también, por favor-

-Me puedes llamar Cristian, si gusta-

Durante un rato seguimos conversando don de Cristian y Taylor me hicieron preguntas si sabía el nombre de las personas que le había ofrecido a Ray comprar su moto, les respondí de manera negativa siempre había sido su asunto hasta aquel día.

El tiempo iba transcurriendo, con rapidez y Elliot Grey me había contratado en su empresa, después de mi graduación, a la cual asistieron los dos hermanos Grey y también Jason, el cual se ha convertido como un segundo padre, constantemente me esta llamando para preguntarme como estoy y si necesito algo. Es reconfortante saber que le preocupas a alguien. Resulta que Taylor terminó pagando mi factura médica y por más que le insistí que le pagaría no lo acepto. Elliot me había elegido apara hacer una remodelación en la empresa de Cristian lo que ocasionara que tuviese mas contacto con él, en una de las visitas para supervisar la remodelación tuve la oportunidad de conocer a la familia de los hermanos Grey, son personas agradables, pese a tener la posición que tienen tratan a los demás como iguales.

La hermana menor de los Grey es muy dulce, amable y tiene mi edad, me invitó a que saliéramos a divertirnos, ahora que tengo un trabajo y mis ingresos han aumentado de manera considerable me plantee aceptar su invitación, a lo cual aquedamos que ella pasaría a recogerme, aquí estoy de camino con ella para una disco que esta de moda entre los jóvenes de nuestra edad.

Al llegar, la entrada esta abarrotada de gente.

-Creo que no podre con la fila en estos zapatos, Mia-

-Quien dijo que haríamos fila, Ana- Me toma del brazo hacia la entra de la disco.

-¡Hola Nick!- Saluda al gorila de la puerta.

-¡Hola, señorita Grey!- El hombre responde el saludo y nos deja entrar.

-Iremos a la zona Vip, Ana- Me informa, llegamos a un área reservada donde solamente estamos nosotras dos.

Durante casi toda la noche Mia y yo bebemos y bailamos, ella acepta bailar con algunos chicos conocidos de ella y me presenta como su amiga y uno de los chicos se ofrece a bailar conmigo a lo que acepto con gusto, miro a mi lado y miro a Mia bailando de mamera sensual con un chico. El chico que baila conmigo se acerca y me pregunta algo al oído porque la música es alta.

-¿Tienes novio Ana?- Pregunta el chico de ojos negros. Niego con la cabeza y a él se le dibuja una sonrisa para nada agradable en su rostro.

-¡Acompáñame!- Me ordena jalándome de mi brazo con fuerza.

-Espera, ¿A dónde vamos?-

-A mi auto que esta en el parqueo- Me dice.

-¿Por qué ahí?-

-No te hagas Ana, has pasado parte de la noche provocándome y no estoy dispuesto a esperar un rato más para follarte- Me dice y paro en seco.

-Creo que te has equivocado- Le digo seria.

-No te hagas la inocente, una mujer que viene a este lugar con ese vestido y es porque quiere una buena polla entre sus piernas-

-¡Estas loco!- Me suelto de su agarre empezando a caminar hacia adentro.

Pero él me toma del cabello haciéndome gritar.

-¡AY!- Grito de dolor. Pero antes de que caiga al suelo por el jalón, que Jimmy me dio, Taylor me toma entre sus brazos. Elliot y Cristian arrastran al amigo de Mia al parqueo.

-¿Estas bien Ana?-

-Si y gracias, Jason-

Minutos después los hermanos Grey vienen de regreso e hicieron que los supuestos amigos de Mia se marcharan de la disco.

-Bueno señorita Steele, quiere seguir bailando, vamos a bailar- Cristian Grey no me dejo ni responder cuando me había arrastrado a la pista de baile pegándose a mi espalda, para mi suerte no sé si buena o mala, era el turno de la música romántica, Cristian se pego más a mi cuerpo, haciendo que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo. Su entrepierna rosaba mi trasero, provocando mi libido, nunca había sentido nada como lo que estoy sintiendo en este momento.

Mi cordura esta al borde del precipicio, esto no puede seguir, yo trabajo para ellos y es mejor tomar distancia.

-Quiero irme, Cristian- Le digo en su oído.

-¿Por qué quieres irte Ana?-

-Estoy cansada-

-Te llevo- Me dice.

-Gracias, pero tomaré un taxi-

-En lo absoluto, Ana. Es demasiado tarde como para que te subas a un carro con un desconocido y mas con ese vestido-

Me toma de la mano y me arrastra a su auto donde su chofer nos esta esperando, subo al auto y en el camino me quedo dormida.

-Ana, Ana despierta hemos llegado a tu apartamento- La voz de Cristian y sus caricias en mi rostro me sacan de la nebulosa de sueño en la que estaba.

-Ana, dame las llaves, iré a revisar tu apartamento- Me pide Jason. Este hombre se a convertido en el sustituto de Ray. Se le ha metido en la cabeza que los hombres que robaron mi Wanda volverán por mi; yo lo dudo, ¿Qué tengo de especial?, si soy una mujer común y corriente.

-Esta bien Taylor- Digo sin ganas de pelear, si me opongo será una discusión que sé voy a perder.

-Ana, se que has mantenido la distancia entre nosotros y lo entiendo. Permíteme conocerte y que tu me conozcas, sabes me gustas. Y quiero descubrir o que descubramos que podría haber entre nosotros- Lo pienso pero me da miedo, Cristian es un hombre muy guapo, que cualquier mujer de su clase puede seducirlo y en el camino puedo salir lastimada. No quiero sufrir mas. Oigo un carraspeo, volteo a ver y es Taylor que ha regresado.

-Todo esta perfecto- Dice con un rostro muy serio.

-Gracias, Taylor- Le doy un beso en la mejilla a Cristian después salgo rápido del auto sin mirar atrás. Llego a mi departamento me ducho, lavo mis dientes y luego a dormir entregándome a los brazos de Morfeo.

Hyde POV

Robar la moto del viejo Steele esta vez fue pan comido, lo molesto de todo esto es que no pude hacerme con su pequeña hija, deseo poseerla hasta el cansancio, pero tenía que aparecer el jodido Grey en el camino. Tras convencer a Elena Lincoln para que me acercara a Grey creí que podría obtener información de la chica Steele, lo que no contaba era que Elena le había robado a Cristian y este prácticamente nos corrió del edificio; truncando mis planes.

La he seguido durante este tiempo, ha sido imposible hacerme de ella porque Grey le tiene un custodio, parece que el jodido chico esta prendado de ella, cada día se hace mas cercana de Elliot y Mia Grey, lo que se me hace aun mas difícil. La chica tiene el porte para la sumisa perfecta y eso es lo que quiero para ella.

Se que Grey y su perro guardián están investigando por su cuenta el robo de la moto del viejo, porque se llevaban a la chica, se les hará muy difícil encontrarme porque estoy muy escondido, delante de mi hay mucha gente, para llegar a mi tendrán que derribar a cada uno de ellos. Los he visto juntos y como dominante sé cuando una mujer es pura, quiero a la chica antes que Grey la posea. No hay mayor trofeo para un hombre como yo tomar la pureza de una mujer, que te la entreguen por voluntad no es un desafío, tomarla si. Sonrío para mis adentros por lo que planeo hacer con ella. Hoy será el día que ella llegue a mi. Sé que ha comprado otra moto nueva, por lo que ahora viaja en ella para ir a su trabajo en Grey Construction, tengo a uno de mis hombres trabajando en la constructora, él me ha informado que Anastasia en algunas ocasiones se queda tarde trabajando, por lo que hoy cuento con que se quede para poder llevármela.

Recibo el mensaje de mi hombre donde me dice que hoy es el día. Ordeno a mis empleados que preparen mi cuarto de juegos y la habitación que le tengo preparada a ella. Los minutos pasan y todos han salido incluso Elliot Grey. ¡Que tontos! La dejan a mi merced.

Por el parabrisas veo lo que acontece en las afueras del edificio; soy un espectador, el silencio en la espera es mi recompensa. Mis hombres logran despachar a la seguridad con ayuda del infiltrado, minutos después salen con mi regalo, salgo del auto por la emoción que me embarga, ella da pelea pero logran contenerla, yo doblegare esa altanería.

-Al fin te tengo- Le digo en su oído. Le han puestos una mordaza de bola y un antifaz que le impide verme. Paso mi mano por su sedoso cabello, mi mano baja a su nuca, acerco su rostro al mío y beso sus labios, son dulces. Mi mano sigue bajando y al llegar a sus pechos ella se tensa.

-Pronto tu cuerpo solamente me obedecerá a mi, me reconocerá cada vez que este cerca de ti, serás mía así como lo es la Harley de tu difunto padre-

Ella suelta un sollozo y empieza a sacudirse en un intento de luchar, se que de su boca sólo salen maldiciones ahogadas, pero no me importa. Mi mano baja al vórtice de sus piernas, antes que logre cerrarlas mi mano se logro posar en esa área.

-Esto que atesoras entre tus piernas hoy será mío y si lo disfrutas o no es tu asunto- y saco mi mano de esa área. Al subir mi mano a su rostro unas gotas caen en mi mano.

-Guárdate esas lágrimas de alegría, para cuando te este poseyendo- La vuelvo a besar por última vez, por ahora.

Pero al ver hacia el edificio veo como seis vehículos llegan y tratan de acorralarnos, pero mis hombres son más rápidos, logran sacarme del lugar, pero dejando a Anastasia en el lugar, el perro guardián fue rápido y logró rescatarla.

-Lo siento señor, no nos dimos cuenta que había una alarma silenciosa en el edificio- Se disculpa mi mano derecha.

-Debieron haberlo sabido. No te digo que te deshagas del infiltrado porque lo necesitamos, un fallo más y esta muerto- Ordeno.

-Si señor-

De camino llamo a Elena para que me envié a una sumisa para sacar mi frustración.

Cristian POV

El silencio y las distancia marcada por Anastasia es frustrante, pero si realmente quiero que se abra a mi tengo que concedérselo. De ella he descubierto que en lo laboral es la mujer mas segura y decidida que conozco, en lo personal no lo es, no se por las cosas que ha pasado Ana, sé que su madre la abandonó y su padre murió, lo que no cuadra es tanta inseguridad a nivel personal. Ella tiene todos los atributos que cualquier mujer se desea.

Deseo que me conozca como lo ha hecho con Mia, Elliot, Taylor, Gail y ni que decir de mis padres, ellos la han adoptado como una más de nosotros, pero cuando se trata de mi es otra historia, la he visto temblar en mi presencia, su cuerpo reconoce mi voz cuando me escucha es ahí cuando no entiendo por que se niega a aceptarlo.

Sé que soy un obseso del control y un acosador, Anastasia Steele ha sacado esa parte de mi ser después de haberla enterrado junto a mi ser dominante, ella y nadie más a logrado que saque esa parte oscura de mi. Sin embargo tengo que andarme con cuidado con Taylor, él es un fiel empleado, el tema es que a tomado el puesto de padre que dejo vacío Raymond Steele si yo soy sobreprotector con lo que es mío, Anastasia ha sacado esa parte de Taylor que sólo ha mostrado con su pequeña Sophie y Gail.

Parece que el laso de amistad entre el difunto Steele y Taylor era muy fuerte. Aunque no lo crean no me siento celoso, sé que ese amor que Taylor tiene por Ana es de un padre que cuida de una hija. Taylor esta esperando en mi oficina para que salga, hoy he decidido romper con el distanciamiento que Ana había marcado pasaré a recogerla, así no se va en esa trampa mortal que ella le llama su vehículo y poder demostrarle que yo me entregaré a ella, sólo a ella. Romper con esa inseguridad y darle confianza que ella misma no se tiene a así misma.

Busco en mi portátil las grabaciones en línea de su oficia en Grey Construction, la veo aún trabajar, es un proyecto muy grane que Elliot le ha encomendado, la observo muy concentrada dibujando los planos del proyecto, segundos después unas sombras alrededor de Anastasia llaman mi atención, son tres personas encapuchadas que luchan por llevarse a Ana, no sé cual es mi rostro cuando tengo a Taylor a mi lado.

-¡Mierda han ido por ella!- Dice mi guardaespaldas.

-¡Vamos Taylor, ve lo más rápido que puedas yo pagaré cualquier multa- Así lo hace.

De camino contacto con Welch para que mande a la seguridad de refuerzo ya casi llegando se nos unen cinco vehículos más , al llegar veo como tienen a Ana y la furia me embarga, el hombre que la esta tocando no tiene el rostro cubierto pero no se le ve por las sombras. Voy a estallar, él la esta manoseando, tengo que salir sin la ayuda de Taylor porque el sale con su arma en mano para enfrentarse a esos hombres, salgo tras él y miro como los muy cobardes jalan al hombre que manoseaba a Ana, dejándola a ella en el suelo. La levanto del suelo y la llevo corriendo hacia el auto sin mirar atrás, solamente escucho el rechinar de las llantas de los autos por donde se han escapado, lo importante ahora es llevarme a Ana a mi departamento, lo más probable es que ahí la estén vigilando a la espera de que quede sola.

Mi sexto sentido no me engañó sabía que vendrían por ella desde el día que se llevaron su moto e impedimos que se la llevarán. Entro en el auto y le quito esa maldita mordaza, la reconozco muy bien, yo la use en algún momento así como el maldito antifaz. Ana tiembla en mis brazos su rostro manchado de lágrimas me llena de ira, ella tiene sus ojitos cerrados.

-Tranquila ya estas segura esos hombres no te harán daño. No lo voy a permitir- Beso su cabeza

-Ana, te juro, que ellos pagarán lo que han hecho. Se lo debo a Ray- Interviene Taylor

-¡Vamos al Escala!- Le ordeno y él sólo mira por el retrovisor y obedece.

Cuarenta minutos después estamos entrando en el parqueo subterráneo del edificio. Ana se quedo dormida en mis brazos a mitad del camino. Su olor me tiene embriagado, no me canso de aspirar su aroma, una combinación de vainilla, manzanilla, miel y su aroma natural; aroma muy dulce; como lo es ella.

Taylor me abre la puerta y me pide con un gesto que se la entregue, se que es su postura como padre sustituto, pero me niego a entregársela.

-¡No!. Yo la llevo- Su ceño se contrae pero me deja cargarla en mis brazos.

Cundo llegamos, pensaba llevar a Ana a mi habitación pero ver el rostro de Taylor cuando me dirigía a el, me hizo cambiar de parecer. La lleve al cuarto de invitados, que esta junto al mío, así la podre cuidarla.

-Nos, reuniremos por la mañana con Ana, si esta en condiciones de hablar y nos cuente que fue lo que sucedió-

-Le diré a los muchachos- Me informa Taylor.

Ya estando sólo, llamo a mi hermano para contarle y que ponga la denuncia y dejé a cinco efectivos para que cuidaran del edificio, lo extraño es que sólo uno de los guardas quedó vivo. Mi hermano me dijo que después de ir a poner la denuncia vendría a ver como esta Ana. Le envió un correo a Welch con el nombre que me proporcionaron mis hombres. ¿Cómo sabían que Ana estaba en el edificio?. Eso deja dos opciones, una la estaban vigilando y otra que hubiesen infiltrados en la empresa.

En la madrugada me despierto por los gritos de alguien, presto toda mi atención descubro que vienen de la habitación de Ana, salgo corriendo a la habitación.

-¡NO, NO, NO, NO ME TOQUES!-

-¡DÉJAME IR! ¡ASESINO, MATASTE A MI PAPA!- !

-¡Ana, Ana! Estoy aquí, él no te hará daño, nena-

-Sh, sh, sh, ya no temas- Le digo acariciando su cabeza. Taylor aparece asomando su cabeza, igualmente Gail.

-¿Un té?- Pregunta Gail y yo le confirmo con la cabeza. Cuando estamos solos ella abre sus hermoso ojos azules y me mira con miedo.

-No temas, nena. Taylor y yo te vamos a cuidar- Nuevamente corren lágrimas por su rostro.

-Ellos, él... él... mato a Ray- La miro, dándome cuenta que me esta mirando, nuestras miradas se cruzan.

-¿Qué has dicho?-

-Él fue el que mato a mi papá y... y... quiere enjaularme- Y vuelve a esconder su rostro en mi pecho, aferrándose más a mi.

-¡MALDITO HIJO DE PUTA!- Grito asustando a Ana.

-Lo siento no era mi intención asustarte- Taylor y Gail aparecen con el té para Ana.

-Ana, mi niña, Gail te ha hecho un té de tilo para que te relajes- Dice Taylor dejando entrar a Gail, bajo a Ana para que pueda tomar su bebida. Le hago señas a Taylor para que me siga, mientras que Ana se tome la bebida.

-Dígame señor-

-Tenías razón Taylor la quieren a ella también, es el mismo que mató al señor Steele.-

-¡Hijo de puta, cobarde!- Expresa Taylor.

-Tenemos que hacer algo Taylor, si la dejamos sola el tipo la va a atrapar y hará con ella quien sabe que cosas. Dijo que el hombre la iba a enjaular-

-Recogí lo que traía Ana. Podré buscar ADN, talvez de con alguien- Me informa y doy gracias que tengo a Taylor aunque sé que lo hace mas que todo por Ana y su padre.

-Si dile a Welch que venga también, lo vamos a necesitar mas que nunca- El asiente y se marcha a su oficina. Veo a Gail salir de la habitación de invitados.

-La señorita Steele desea hablarle- Me informa Gail.

-Gail, muchas gracias por todo. Ve a dormir-

-Es un placer, señor. Es la hija del hombre que ayudó a mi esposo a regresar a salvo- Me dirijo a la habitación de invitados y me encuentro a Ana sentada en la orilla de la cama.

-Hola, ¿Te sientes mejor?- Me da una pequeña sonrisa y a la vez niega con su cabeza.

-¿Qué pasa?-

-Tengo miedo Cristian-

-Lo sé, nena. Sabía que vendrían por ti por eso mande a poner cámaras en la empresa de mi hermano. Trata de descansar Ana-

-No me dejes. Se que he puesto distancia desde que me dijiste que te gustaba. Pero tengo miedo, todo lo que he tenido me lo han quitado. Mi madre me abandonó, nos abandonó, luego me quitaron a mi padre y por último lo único que tenía que era de él-

-Lo entiendo muy bien, sé lo que se siente-

-¿Te quedarás conmigo?-

-Si tu quieres. Pero te traeré algo para que duermas más cómoda- Voy a mi habitación y traigo una camiseta mía, regreso y se la entrego.

-Iré a la cocina a dejar la taza mientras te cambias- Y salgo para darle privacidad, pero el dominante que hay en mi desea ver su cuerpo desnudo; pero el caballero que quiero ser para ella me hace recapacitar. Llego a la cocina y pongo en el lava bajillas la tasa, me tardo mi tiempo y luego camino hasta la habitación done Ana me espera sentada. Palmea en la cama para que me acueste con ella, repto por la cama y sentándome a su lado.

-Pon tu cabeza en mis piernas. Que yo te cuidare mientras duermes- Ella baja posando su cabeza en mis piernas, mientras acaricio su hermoso cabello. Bajo mi mirada para ver si se ha dormido pero ella me mira con sus mejillas sonrojadas. Me pregunto ¿Qué estará pasando por su cabeza?.

-¿Pasa algo?- La veo levantarse.

-No, no puedo dormir, Cristian-

-¿Quieres que hablemos de algo? ¿De lo que te dijo ese hombre?- Entre más rápido tenga esa información será mejor.

-No, no es de eso que deseo hablar. Qui... quiero que... que me beses. Quiero tener mi mente en otra cosa. Quiero hacer el amor contigo- Esa revelación me extraña.

-¿Quieres que te bese, que te haga el amor, Ana? Has estado evitándome todo este tiempo y si te soy sincero yo quiero hacerlo.- Ella se sienta a horcajadas en mi regazo. Me mira a los ojos y sus labios se pegan a los míos, sus labios son tan dulces, mi legua se hace camino en su boca encontrando la de ella. Mi mano derecha va a su nuca y mi brazo izquierdo a su cintura donde la pego a mi; un gemido sale de su garganta provocando que me existe. Su sexo esta siendo restregado en mi miembro provocando que mi pene crezca. Lo que le saca otro gemido mas fuerte.

-Cristian hazme olvidar, borra sus besos y su tacto- Me ruega.

-Ana, no sabes cuanto te he seseado. Pero no así, la primera vez conmigo tendrá que ser especial, que lo recuerdes siempre. Para acallar lo que sientes a hora por tu secuestro frustrado no, nena- Y a ella se le cristalizan los ojos.

-Me dijiste que te gustaba-

-Si, lo dije y es cierto pero el día que te haga el amor quiero que sea mágico para ti y lo recuerdes hasta el último día de tu vida. Pero no ahora, en el futuro lo asociarías con lo que ese hombre deseaba hacerte- Limpio sus lágrimas. La vuelvo a besar.

-¿Puedo?- Le pido permiso para meter mis manos debajo de la camiseta, ella asiente.

-Si, si puedes?

Me encuentro con sus pechos, libres del sujetador, están duros, sé que está excitada y le daré un poco de alivio. Los masajeo, los pellizco, quiero probarlos, su piel cremosa esta sonrojada por mis atenciones, hago que Ana se hinque sobre mi dejado sus pechos en mis rostro, me meto uno en la boca, succionándolo, mordiéndolo y besándolo. Son exquisitos. Sus gemidos se oyen en la habitación.

Pero como soy codicioso, la tomo de sorpresa, acostándola en la cama, saco sus bragas y encontrándomela muy mojada.

-Dijiste que no me harías el amor-

-No, no lo haré. Solamente te ayudaré para que puedas dormir- Le daré el mejor sexo oral que Ana a recibido en su vida.

Abro sus piernas, ella lo permite, poso mi boca bajo su atenta mirada. Su rostro esta rojo escarlata. Pero no me detengo, Ana cierra sus ojos y arquea su espalda, se deja caer cuando su orgasmo ha pasado, su respiración es agitada. ¿Acaso nunca ha tenido un orgasmo?.

-Eso, eso fue intenso. ¿Siempre es así?- Dice agitada.

-¿Así como?- Le pregunto y ella bosteza.

-Como si te fueeeeras a partir en mil pedazos- Dice bostezando.

-Si, así es- Le respondo, pero cuando vuelvo a verla, ella ya esta dormida. Me acomodo a su lado y me quedo dormido.

Anastasia POV

Decir que todo va bien es mentir, mi tranquilidad se fue la carajo el día que esos hombres irrumpieron en la constructora, se que Cristian y Taylor están haciendo sus propias investigaciones; según Cristian la policía es una bola de ineptos ya que a pesar del tiempo tampoco han encontrado a la persona que esta detrás de la muerte de Ray y de los ladrones que lograron atrapar el día del homicidio. Ellos creen que la persona detrás de todo es muy influyente, demás está que uno de los empleado de Elliot fue encontrado muerto, parece ser que fue él quien informo aquel día que yo estaba en el edificio, lo extraño es que el hombre no tenía antecedentes, pero en fin muchos se venden por un puñado de billetes.

Mi relación con Cristian se ha hecho más intensa y formal; ayer me pidió oficialmente que fuera su novia, a lo que he aceptado; todavía no hemos dado el paso a tener sexo porque aún me siento insegura.

***

Hoy el cumpleaños de Cristian, además estamos cumpliendo tres meses de que me ha pedido ser su novia, me tome la atribución de decorar su pent-house con la ayuda de Mia y Kate la novia de Elliot, por fin el promiscuo Grey ha sido atrapado por la rubia Kavanagh, como le dice Cristian, resulta que en una de esas reuniones de sociedad se conocieron y fue de inmediato, quedaron prendados uno del otro; consecuentemente se hizo amiga de Mia y de mi, somos el terror en las discos según Elliot. Cada vez que las tres salimos juntas somos el dolor de cabeza de los hermanos Grey. Sonrío para mis adentros cuando el timbre del elevador anunció que alguien venía. En efecto alguien había llegado, era Elliot que llegaba con rostro de preocupación y tristeza, pero no vio a Mia, ni a Kate, me miró a mi y de inmediato supe que algo había pasado con Cristian y Taylor.

-¿Qué ha pasado Elliot? y no lo adornes, por favor- Se lo dije al borde de las lágrimas y él me abrazo bajo la atenta mirada de las chicas que no entendían nada.

-El helicóptero de Cristian esta, perdido, debieron de haber llegado hace tres horas, no responden a la radio y trafico aéreo no los detecta en el radar- Me dice abrazándome, siento que en el suelo se abre un hueco que amenaza con tragarme, el timbre del elevador vuelve a sonar, esta vez son los padres y abuelos de Cristian pero nada de mi novio. No sé en que momento Elliot me trajo al sillón, me han puesto una frazada por que temblaba, el frio de mi alma no se compara con el exterior, estoy en una nebulosa de miseria, Cristian se había convertido en mi única familia y ahora la vida me lo estaba quitando, muevo mi cabeza para despejar esos pensamientos, pero mi corazón parece que dejo de latir, me hago un ovillo en el sillón de la sala, no sé cuanto tiempo pasa, mis lágrimas no cesan, escucho unos gritos ahogados, sollozos y risas, sin embargo mi mente sigue en la nebulosa del dolor; de pronto unos cálidos brazos rodean mi cuerpo, ese calor lo conozco; seguro mi mente me esta jugando una mala pasada, no pueden ser los brazos de mi amor y lloro más fuerte.

-Ana, nena mírame- niego con la cabeza no quiero volver a la realidad, mi cuerpo es levantado y me sientan en el regazo de alguien.

-Nena, he vuelto por ti amor, mírame- Y lo escucho sollozar, levanto mi vista, encontrándome el rosto de Cristian con rasguños y algunos moretones en su rostro, paso mis brazos alrededor de su cuello.

-Has regresado-

-Vamos, creo que estabas organizando mi fiesta de cumpleaños- Le sonrió y busco con la mirada a Taylor, me suelto de Cristian y corro a abrazarlo.

-Estoy bien niña, ve a disfrutar del cumpleaños de Cristian- Le sonrío.

-Vamos, tu y Gail también-

Parte de la noche pasamos celebrando que Cristian y Taylor habían regresado sanos y salvos, lo que extrañaba mucho es que al helicóptero le fallaran los dos motores, si recién le habían practicado su revisión semestral habiéndola pasado. Ya lo dirían las investigaciones que Cristian piensa pedir a razón del accidente a la empresa fabricante. Después que todos se fueran, Cristina y yo nos quedamos solos y es hora de entregarle mi regalo, hace unas semanas atrás me pidió que me mudara, pero no estaba segura ni preparada para hacerlo porque tarde o temprano terminaríamos teniendo sexo.

-Iré a ducharme, para ir a dejarte a tu departamento-

-No me quedaré aquí, Cristian. Los chicos de la seguridad están cansados, en especial Sawyer que estuvo coordinando su rescate con tu padre-

-¿Es en serio?- Me pregunta con asombro.

Cristian se mete a la ducha, yo me desnudo, entrando al cuarto de baño, Cristian esta de espalda a la entrada por lo que no me puede ver. Paso mis brazos por su cintura y le doy un pequeño beso en su espalda, luego pozo mi mejilla en ese lugar, su piel se eriza mientras doy pequeñas caricias en su abdomen, él se gira entre mis brazos, su pene esta duro y listo.

-Mírame, nena- Levanto mi rostro, encontrándome con los ojos grises de mi amor-le sonrío.

-¿Estas segura, Ana?-

-Si, si lo estoy- Le respondo con total seguridad.

Cristian pasa sus manos por la parte interna de mis muslos levantándome a lo que yo enredo mis pierna en su cintura, su miembro rosa mi sexo y es mejor que el sexo orar que Cristian me ha dado.

-Cristian estamos mojados-

-Tranquila en unos minutos hará tanto calor que las sabanas se secaran-

Me acuesta, besa mis ojos, mi nariz, mi boca la toma con hambre, baja por mi mandíbula a mi cuello dejando leves mordidas en mi cuello de ahí a mi clavícula, luego a la división de mis senos donde se entretiene con ellos, cuando se a saciado de ellos baja a mi abdomen dejando besos, mete su lengua en mi ombligo haciéndome jadear, sus labios se entretienen en mi vientre y de ahí sube la mirada conectándola con la mía, me sonríe, luego baja a mi sexo como siempre lo hace, cuando estoy por venirme para.

-No...no pares- Dije entre jadeos.

-Hoy llegaras conmigo dentro de ti, amor-

Cristian se acuesta llevándome con él, quedo sobre su pecho y me deja desconcertada. De seguro Cristian nota mi desconcierto y me informa.

-Es tu primera vez, no creo controlarme, soy algo grande así que tu lo harás a tu rimo, yo te sostendré irás de apoco-

Me siento a horcajadas sobre él, me hinco, Cristian me levanta un poco para acomodarme, su pene esta tan duro que no tengo que sostenerlo, mi sexo y el suyo están alineados, bajo despacio sintiendo el más grande de los placeres, en algún momento siento una barrera, siento un poco de dolor acompañado de escozor y placer.

-Despacio, nena. Eso es tu himen que se resiste-

-Duele-

-Sólo será un momento, nena-

Respiro, inspiro para calmar el dolor, parece que funciona, pero cuando me dejo caer duele más. Me dejo caer en el pecho de Cristian cerrando mis ojos que se bañan de lágrimas, las manos de Cristian recorren mi espalda.

-Deja que tu cuerpo se amolde-

-¿Si... siempre será así?- Pregunto con los ojos cerrados.

-Solo la primera vez-

Cuando el dolor ha pasado me apoyo en el tórax de Cristian, muevo mis caderas y veo mi amor cerrar los ojos, ¿será que lo estoy haciendo mal? Me detengo y me tiro en la cama con los ojos anegados de lágrimas.

-¿ Pero que ...? ¿Qué pasa Ana?-

-Lo... lo siento, no sé que hacer Cristian. Tu cerraste los ojos- Cristian suelta una fuerte carcajada.

-¿Qué es tan gracioso?- Lo digo con un puchero.

-Eres tan inocente, que es gracioso Ana- Me besa con ternura. Se posiciona entre mis piernas, entrando en mi de una manera delicada y tierna.

-Nena lo estaba disfrutando- Me dice en mi oído. Es tanto el placer que me vengo rápido es intenso ya que mi amor tiene que buscar su propia liberación, me arrastra con él en un segundo orgasmo. Cuando nuestras respiraciones son normales recuesto mi cabeza en el pecho de Cristian. Y una ansiedad recorre mi cuerpo.

-¿Lo podemos repetir?-Pregunto con mi cara ardiendo.

-Las veces que usted quiera señorita Steele , estoy para complacerla-

Después de no sé cuantos orgasmos, Cristian me hace una petición que deseaba que hiciera.

-Ana, vente a vivir conmigo, porque después de esta noche no quiero seguir durmiendo solo. Te amo, nena- Los ojos se me cristalizan al escuchar sus palabras.

-Yo también te amo, Cristian-

Después de celebrarlo con mucho sexo, nos quedamos dormidos casi al amanecer. Pero el sonido insistente de un móvil me despierta, lo busco y es el de Cristian, lo miro y esta profundamente dormido, tomo la llamada.

-Buen día- Se hace silencio en la línea.

-Creí que era el número del señor Grey- Dice una voz de mujer.

-Si, lo es. ¿Puedo ayudarle en algo?- Inquiero.

-Dígale al señor Grey le llamo Andrea-

-Eres su asistente. ¿Es por lo del accidente?- Me volteo y miro a Cristian ya ha despertado.

***

Estos tres meses desde que me vine a vivir con Cristian han sido maravillosos el me cuida y me sobre protege, hay momentos que me siento asfixiada, como el día que no quería que fuera a trabajar en mi nueva moto Kawasaki, he viajado en moto desde que tuve la edad para tener mi permiso de conducir y Cristian Grey no me lo impediría, el asunto explotó cuando un ebrio irrespetó una señal de alto y me golpeo dejándome golpes y raspaduras, Grey se volvió loco desapareciendo mi moto, fue cuando ardió Troya y me fui a mi antiguo apartamento, porque si me quedaba diríamos cosas que luego lamentaríamos, fue una tortura porque mi cuerpo lo anhelaba dejándome sin dormir, hasta que fue a buscarme con rosas para disculparse, yo cedí un poco al decirle que al menos iría en auto dos días por semana a trabajar. Grey es bueno negociando ya que para llegara a ese acuerdo nos encerró un fin de semana completo en la habitación donde el sexo fue parte de la negociación.

El semáforo en rojo me da la oportunidad de mirar a todas partes no he dejado de sentir esa sensación de ser vigilada y no lo digo para la seguridad que Taylor y Cristian me han puesto, sino cuando me iban a raptar. Voy de camino a una clínica privada para hacerme unos análisis ya que no me he sentido nada bien en los últimos días, algo a de haberme caído mal, hay momentos que el señor controlador me hace comer de mas y eso a mi estomago no le agrada. No le he mencionado nada a Cristian porque si lo hago es capaz de cancelar el viaje de negocios que tiene hoy, van a Londres a cerrar varios negocios haya, quiere que le acompañe, pero Elliot me tiene bien ocupada con el nuevo proyecto urbanístico cien porciento sustentable, no lo puedo aplazar ya que hay tiempos que se deben respetar. El semáforo se pone en verde y salgo disparada a toda velocidad para perder a Luke si se entera a donde voy será capaz de llamar a Cristian y preocuparlo por nada.

Aparco la moto lo mas lejos de la vista, por si Luke pasa por la zona no la reconozca, me identifico en la recepción y me indica donde tengo que ir, veinte minutos después estoy entrando en el consultorio.

-Buen día señorita Steele-

-Buendía doctora Morgan-

El tono de llamada anunciando que Cristian me esta llamando, Luke le debe haber informado de que me di a la fuga. El tono de Cristian cesa pero luego es el Taylor el que suena y luego el de Luke pero los ignoro.

-Puede atender sus llamadas señorita Steele- Me informa la doctora.

-No es nada urgente- Le digo restándole importancia.

-Dígame que la trae por aquí señorita –

-Bueno es que no me he sentido bien los últimos días. Verá he estado comiendo de más y creo que algo no me ha caído bien-

-Le haré una preguntas...-

-¿Tiene relaciones sexuales? –

-Respondo avergonzadamente que si, paso la siguientes minutos respondiendo sus preguntas y me pide que balla al baño y le dé una muestra de orina, cuando la tengo se la entrego y mete una aparato en la orina.

-Es una prueba de embarazo señorita Steele- Me informa y yo me quedó petrificada, a los minutos esta el resultado.

-La prueba dio positivo y para confirmarlo le haré una ecografía para saber de cuanto exactamente esta- Asiento en silencio, no estoy preparada para ser madre, no estoy casada y lo más importante no sé como lo tomará Cristian. Me realiza la ecografía y confirma que estoy de diez a doce semanas, exactamente las semanas que han transcurrido desde el cumpleaños de Grey. La doctora me imprime la primera fotografía de mi bebe. Le agradezco a la doctora y me dirijo a la recepción para cancelar la consulta. Mientras me dan la cuenta miro mi móvil y las llamadas y mensajes de mi seguridad y Cristian son incontrolables, en eso me entra una llamada de Taylor decido constarle para no preocuparlo más.

-Taylor, antes de que explotes. Estoy bien y voy saliendo para Grey House- Le informo.

-¡Por Dios Ana! ¿Dónde demonios estas? Cristian quiere matar a Luke por perderte de vista y yo también quiero hacerlo. Apiádate del pobre hombre que le va ha dar un infarto. Ha cancelado el viaje a Londres-

-Lo siento Taylor, no era mi intensión. Cristian no puede canelar ese viaje, es muy importante para la empresa. Te dejo voy para haya, dile a Grey que le tengo una noticia, has que baje su enojo Tay, por favor-

-Veré que hago, Ana-

Corto la llamada, me pongo el casco, acomodo mi traje y tomo la carretera a Grey House esta será la última vez que suba a mi querida moto, cuando Grey sepa la noticia no habrá fuerza en este mundo que me permita usarla.

Llego al parqueo subterráneo de Grey Enterprise Holding, aparcando mi moto en mi espacio privado, Cristian mando a pintar mi nombre. Dejo el casco colgando de la manivela de la moto tomo mi pequeña mochila los guantes los dejo dentro del casco y me aflojo un poco la jacket de cuero, tengo que despedirme de esta ropa también, ahora entiendo por que la ropa me queda más ajustada, llegue a pensar que era por la comida de más que Grey me hace comer algunas veces. El elevador se detiene en el piso de presidencia y veo a Andrea, pero no a Olivia. Le sonrío a la chica mientras voy sacando la primera foto de nuestro bebe.

Pero nada me prepara para la escena que estoy viendo, Cristian besándose con Olivia, ella al verme sonríe, Cristian la aparta de golpe, pero mis oídos se cierran y no logro escuchar lo que le dice a la mujer, pero al verme el corre a hacer intento a hablarme pero Olivia se lo impide, salgo corriendo de es lugar, en el camino me cruzo con Taylor y se me cae la ecografía, las lágrimas no me dejan ver donde callo por que sigo corriendo para mi suerte el elevador esta abierto apunto a cerrarse y logro entrar, lo último que veo es el rostro de Cristian con lágrimas en los ojos y diciendo cosas que no quiero escuchar.

Llego al sótano me monto en mi moto, apenas logro ponerme el casco, salgo disparada cuando veo a Luke tratando de detenerme pero no lo logra, el trafico es poco a esta hora por lo que voy a toda velocidad me salto semáforos en rojo, no me importa, lo que quiero es salir lejos de la ciudad donde Cristian no nos pueda encontrar, le creí, creí estúpidamente que me amaba, sólo fui su juguete, alguien para calentar su cama.

Tengo que calmarme, esto no es bueno para el bebe, miro un parque, me detengo y no hay personas alrededor, lo agradezco quiero estar sola.

Tiempo después un hombre se sienta a mi lado, no lo conozco pero al parecer el si me conoce.

-Hasta que estamos solos Anastasia. Grey no sabe valorar a su mujer puesto que la ha dejado sin seguridad-

Alguien por detrás de mi me pone algo en mi rostro que me impide gritar, el sueño me invade y lo ultimo que escucho de ese hombre.

-Serás la sumisa perfecta-

Con el miedo al máximo caigo en la inconciencia.

֍֍֍

Cristian POV

Estoy al borde de la ira, ya he perdido la cuenta cuantas veces le he marcado a Ana y Taylor otras tantas veces, esta mujer es frustrante, no le he puesto localizador a esa máquina del demonio porque le he querido dar su independencia, pero esto llaga a su fin hoy. De ahora en adelante viajará en auto a su trabajo y tendrá dos custodios y esto no es negociable.

Me paseo como león enjaulado, la puerta de mi oficina se abre dejándome ver a Olivia que trae mi café para variar tarde.

-Llévatelo- Le ordeno.

-Señor, yo quería darle algo-

-Mira Olivia no estoy para tonterías, vete- Le ordeno.

De un momento la muy estúpida se lanza sobre mi para besarme, de pronto me suelta, dejando ver una sonrisa de triunfo, me volteo para ver a quien le sonríe y es a Ana que tiene su rostro manchado de lágrimas, hago a salir detrás de ella cuando sale corriendo pero esta estúpida se interpone.

-Déjela señor, yo lo puedo complacer mejor que ella- Me la quito de encima. Salgo de mi oficina, Ana choca con Taylor, este no logra agarrarla.

-¡ANA! ¡AAANAAAA!- Algo se le cae de las manos pero no se detiene.

-Taylor, no dejes que Olivia se escape-

Ana entra al elevador, le hablo pero ella no escucha, solamente niega con su cabeza y se va. Entro al otro elevador y presiono el sótano, por su traje vino en ese aparato del demonio, las puertas dobles del elevador se abren y logro ver a Ana salir disparada en su moto. Se ha ido y no permitido que le expliqué, yo no quise besar a Olivia ella se me lanzo, veo a Luke salir en su auto tras Ana, sé que él la encontrará, conoce cada escondite de Ana, él la traerá a casa.

Recuerdo que tengo un asunto pendiente con la asistente de mi mano derecha, esta mujer tendrá que darme explicaciones de su proceder. Llego a mi planta y veo el rostro de Andrea pálido del shock. En mi oficina Taylor tiene a la maldita mujer sentada en uno de los sillones con un par de esposas puestas.

-Cristian, creo que debes ver esto antes de hacer cualquier cosa- Me entrega un papel; este tiene el nombre de Ana, en el papel hay una pequeña silueta de un ser humano, el papel dice de doce semanas de gestación. Mis manos tiemblan y mis piernas se vuelven de gelatina Taylor tiene que sostenerme porque estoy a punto de caerme cuando, la puerta de mi oficina se abre de golpe dejando ver a un Elliot muy preocupado cuando me ve.

-¿Cristian hermano, que ha pasado? Ana no ha llegado a la oficina le he llamado y no me responde- Le entrego el papel y esta como yo.

-Se ha ido Leliot. Me dejo- Lo que me recuerda a la zorra que esta sentada en mi sillón.

-Tu, tu irás a la cárcel si a mi mujer le pasa algo-

-Eso sería bueno porque me dejaría el camino libre- Sonríe la muy zorra.

-Y tu crees que me fijaría en ti. Una mujer regalada, que se lanza a un hombre sabiendo que este está comprometido. Estas loca. Irás a la cárcel por acosarme y me aseguraré que sea un largo tiempo- Ella palidece por lo que le digo, sabe que no acostumbro a hacer amenazas bacías.

-Yo no quería hacerlo. La señora Lincoln me obligo. Ella y el señor Hyde lo organizaron todo, alguien en el edificio me aviso que la señorita Steele venía subiendo-

-Entiendo lo de Elena, ¿Qué tiene que ver Hyde con esto?-

-Lo oí hablar de una moto de colección y de como jugaría con la señorita Steele-

-¿Sabes como obtuvo Hyde esa moto?- Le pregunta Taylor. Ella niega.

-Matando a mi suegro- Le respondo.

-Yo... yo... yo... no tuve que ver con esa muerte- Me dice con miedo.

-Pero si serás responsable de lo que le pase a Ana y a mi bebe- Le digo muy cerca de su rostro.

-Cristian, ¿No te has preguntado como es que Blandino llegó a ser alcalde? Un don nadie que de pronto empezó a escalar en la política y tener mucho dinero?- Habla Elliot después de estar callado.

-De muchas formas ilegales- Responde Taylor por mi.

De pronto entra Sawyer con su rostro pálido.

-¿Qué sucede Luke?- Le increpa Taylor.

-He encontrado la moto de la señorita Steel en un parque a las afueras de la ciudad y sus pertenencias en una banca de este-

Cierro mis ojos sintiendo como mi ira crece exponencialmente en mi cuerpo, este se torna rígido y sólo imaginar que le harán, me esta carcomiendo.

-Puedo llamar a Kate y a Mia para que le saquen la información, hermanito-

-¿Qué?- Pregunta Olivia y sinceramente no se que habla.

-Sencillo, nosotros tres no somos incapaces de golpear a una mujer, otra mujer si- sonríe Elliot con una sonrisa que da miedo.

-No... lo haga señor Elliot tengo idea de donde la pudieron llevar-

-Bien- Decimos los tres al mismo tiempo. Pero una última duda me recorre el pensamiento.

-¿Sabes quienes son los espías de Elena y Hyde?- Necesito saber quienes son para que no pongan sobre aviso a esas escorias.

Después de haber dado con los espías en Grey House y Grey Construction salimos con todos los efectivos de seguridad que teníamos disponibles en busca de Ana.

Tres semanas han pasado y no hemos podido dar con mi amada novia, tal parece que sigue habiendo espías, porque cada vez que nos acercamos desaparecen del lugar. Tuve que acudir al FBI para que me ayudarán, tuve que decirles a ellos y a mi familia del estado de Ana, mi madre ha estado llorando por la angustia de lo pudieran estarle haciendo, ya que no han pedido dinero por ella, Gail también ha llorado como nunca y Taylor igual que yo esta desesperado. Habían puesto vigilancia en las empresas Hyde, en su casa y en la de Elena y en los aeropuertos.

Tres semanas y nada, el sólo pensar que le estaban haciendo daño a Ana y a nuestro bebe es aterrador no he dormido bien es estos días, ni comido bien he bajado de peso, lo que ha preocupado a mi madre aunque ha comprendido la situación.

-Los tengo- Dice uno de los agentes del FBI que ha estado en el Escala.

-¿Dónde?- Pregunta Taylor mientras yo reacciono. Van saliendo se una de sus propiedades y creo que van al aeropuerto, por la ruta que han tomado.

-Vamos grita el jefe Murray-

-Esperen- Dice mi padre. Y yo me quedo con mi seño fruncido por su petición.

-¿Qué pasa papá? Entre mas tardemos menos oportunidad tendremos de rescatarla-

-Puede ser una cortina de humo, Cristian. Ese hombre no dejará a Ana, Ellos saben que los vigilamos, piensan moverse de lugar porque ya sabemos quienes son-

-Jefe Murry, haga que algunos de los efectivos los sigan- Le pido al hombre el cual da instrucciones a sus hombres. Y como lo dijo mi padre, de uno de los edificios de las empresas Hyde, salen Elena, Jack con Ana.

-Ese es su juego envían un auto para distraernos para salir e ir a otro- Dice Taylor.

-¡VAMOS, ¿QUÉ ESPERAN?- Grito a todos.

Mi familia se queda en el Escala Taylor, Luke y Ryan son los únicos que demostraron ser de fiar los otros fueron reasignados a la empresa mientras Welch indaga más profundamente en sus vidas, mi sexto sentido de acosador me dice que uno de ellos es el que me ha traicionado; él, Elena y Hyde pagaran con sangre lo que han hecho, de Olivia se encargaron Mia y Kate, aunque a ella le fue muy bien. Logramos dar con el lugar donde se escondieron, paradójicamente ya estuve en este lugar que ahora me daba asco, por el pasado que tenía junto a Elena. Murray ordenó a sus hombres tomar posiciones para iniciar la misión de rescate. De pronto el infierno inicio, gritos y disparos se oían por todo el lugar.

֍֍֍

ANA POV

Me despierto por un fuerte golpe en mi trasero y por el frio que ciento. Miro a mi alrededor y estoy en una jaula, otro golpe me termina de despertar, al querer decir algo no puedo algo me impide hablar.

-Por fin despiertas- Me dice alguien de tras de mi. Pero la realidad me golpea al reconocer la voz es el hombre que quiso raptarme de la constructora y el que se sentó a mi lado en la banca antes de desmayarme. Mi cuerpo se estremece de miedo, mis lágrimas empiezan a fluir como cascada. Sabía que estaría esperando el momento, Taylor y el traidor de Cristian me lo habían dicho, pero en vez de ir a buscar a Kate tenía que huir como loca. Trato de soltarme pero es imposible.

-Tu cuerpo tiene que obedecerme, entiéndelo soy tu AMO y tu mi SUMISA- Lo siento posicionarse entre mis piernas, estoy suspendida del techo y mis piernas están separadas dejando mi sexo expuesto, él trata de penetrarme, pero mis músculos vaginales están tan apretados que no logra su cometido.

-¡Joder!- Grita, el mismo dolor que yo siento él lo siente, Bastille el entrenador personal de Cristian me lo enseño por si esto llegase a suceder, él hace varios intentos, cada uno más doloroso que el anterior. El me golpea una y otra vez con una vara, por mis piernas y trasero, sólo pienso en mi bebe y el porque Taylor a tardado tanto en venir por mi.

De pronto la puerta metálica se abre. Mi cuerpo tiembla por el frio, el hambre y la sed, este maldito me ha dicho que si no me estrego a él no me alimentará y yo prefiero morir con mi hijo antes de entregarme a él.

-Jack tenemos que irnos, Cristian y su perro guardián, hicieron confesar a Olivia no falta mucho para que nos encuentren. Debemos huir- Dice la mujer.

Los días pasan uno tras otro, Jack es un degenerado cuando me desmaye por inanición ni siquiera me soltó del arnés, sólo me quitó la mordaza y me dio de comer y de tomar agua, nos hemos estado mudando de lugar a otro porque la parecer Cristian y Taylor ubican estos escondites, solamente le pido a Dios que no tarden mucho, mi cuerpo esta adormecido por los golpes, viajo de la conciencia a la inconciencia.

Hoy el maldito se ha apiadado de mi, me ha liberado del arnés sin embargo me ha puesto esposas atadas a una cadena y estas están enganchadas a una pared, hoy me quitó el antifaz, logrando así ver el rostro del asesino de mi padre, lo miré con odio recordando el dolor que sentí al saber que mi padre había muerto dejándome sola.

Hoy nos hemos vuelto a mudar, mis ganas de vivir menguan con cada día que pasa, me hago un ovillo en el rincón más alejado y oscuro de esta miserable habitación, con el anhelo de que esto termine pronto.

En algún momento el silencio se vuelve como un campo de batalla, golpes, gritos, disparos, inundan el silencio. Me entrego a la oscuridad, me siento muy cansada.

-Pi... pi.. pi...pi-

Ese pitido resuena en mi cabeza, causándome dolor. Me quejo.

-Ana, amor. Has despertado- Las voz de Cristian suena ahogada.

-Suéltame por favor- Le pio ya que mis muñecas están sujetas al barandal de la cama.

-Si, ya lo hago- Sus manos son temblorosas.

-Listo- Me dice cuando ha soltado ambas muñecas.

-¿Cuánto llevo aquí?- Le pregunto pero recuerdo a mi bebe e inmediatamente pozo mis manos en mi vientre, sintiendo un alivio por sentir mi pequeño bultito. Parece ser que Cristian nota mi preocupación.

-Nuestro bebe, esta muy bien. Es más hoy por la mañana ten han hecho otra ecografía para saber como está y dejó que viéramos su parte intima y ¿Adivina que es?- Me dice con emoción.

-¿Qué es?- Pregunto con curiosidad.

-Vamos a tener una hermosa y saludable niña- Mis lágrimas se disparan de la alegría.

A la mañana siguiente recibí la visita de todos los Grey, Kate, Gail y Jason que cuando me vio despierta me abrazó como un padre y lloró en mi hombro.

-Creí que te perdería, Ana- Me dijo al oído.

- Y yo creí que no volvería- Le digo con tristeza.

-Basta de tristeza- Gruñe Grace entrando a la habitación.

-¡Madre!- Gruñe Cristian.

-Eso no es bueno para mi nieta. Están de vuelta, por lo que queda que celebrar. Cambien esas caras- Cristian, Taylor y yo asentimos con la cabeza.

Al día siguiente le exigí a Cristian y a Taylor que me sacaran del hospital, estaba harta de estar encerrada, quería respirar aire puro. La familia me dio la bienvenida en casa, pero lo que vino después no lo vi venir. Mientras tomábamos café en la sala Cristian se arrodilló frente a mi, con una mano tomó las mías y la otra sostenía una pequeña caja, me miró a los ojos.

-Ana, ¿Quieres ser mi esposa?- No podía hablar de la emoción.

-Se te había hecho tarde hermanito- Dijo Mía.

-Si, si acepto- Dije con la alegría al máximo.

La tranquilidad que tanto anhelaba llegó a mi vida cuando Cristian me contó los detalles de mi liberación, en el proceso, Elena y Jack se opusieron al arresto, disparándoles a los policías, los cuales dispararon para defenderse abatiendo a ambos, el mundo esta libre de dos escorias más.

Epílogo

Hoy empezamos nuestra luna de miel, con nuestra pequeña Analís en brazos de su consentidor padre subimos al avión. Cuando informamos a la familia la fecha de la boda, casi todos se asombraron que Cristian esperase tanto tiempo, eso me costo una dura negociación con Grey, él quería que fuese en un semana, yo no. La justificación quería verme bella para mi esposo ese día, bueno el embarazo no me quitaba belleza dijo mi ahora esposo. Según la ginecóloga el embarazo ya estaba muy avanzado y era mejor esperar, le dije a Cristian que deseaba que nuestra hija fuera parte de esa experiencia, por lo que consensuamos que fuera cuando Analís cumpliese tres meses.

El destino obra de mil maneras, nos conocimos cuan yo viajaba en dos ruedas y en las llantas de este avión iniciamos el camino a una vida nueva. Es por ello por lo que no te debe de extrañar que el amor viaja en dos ruedas.

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