TaeHyung había sido designado a cuidar de su vida, no de su corazón.

Había estado ahí en su primer beso con Caleb, contemplaba la felicidad de SeokJin, más no la entendía, tampoco entendía porque ese "hecho" lo llevaba a sonreír tanto.

Luego de un tiempo la misma situación ocurria por última vez. Caleb y SeokJin se despedían con un beso, llenos de alegría, cada uno seguía su camino.

Él seguía feliz y radiante, no había vuelto a conocer a nadie como Caleb, ni había vuelto a besar a otro hombre tampoco, no despertaban ningún deseo en él.

TaeHyung notaba como muchos hombres y mujeres se fijaban en él, más no entendía porque se volvían tan locos.

«Es un simple mundano»

SeokJin : veintidós años de vida.

Un día de calor en la tierra, como de costumbre, él se bañaba en el río.

TaeHyung solía girar a su alrededor y sus alas eran las que movían el cabello de Seokjin.

Él sonreía ante esa suave brisa que sentía cuando se estaba quieto en un lugar.

Una vez más con sus ojos cerrados y sus cabellos al viento, que causaban las alas de TaeHyung, él preguntaba como de costumbre—. ¿Creés en el amor? —TaeHyung seguía girando y giraba a su alrededor, dos vueltas, tres vueltas y de repente SeokJin abria sus ojos verdes y exclamaba—. ¿Que es el amor?.

Su mirada había detenido el vuelo del ángel, este  había clavado sus ojos justo en él.

«¿Cómo es... cómo es posible?», pensaba el inocente ser de luz.

SeokJin había notado como el viento se detenía ante su pregunta.

El mundano sin saberlo seguía observándolo y él—el ángel—lo veía por primera vez.

De repente su mente se abria y notaba la desnudez de SeokJin, notaba que no era el niño que él aún creía ver.

Era un hombre, perfectamente bello por el que cualquier mundano perdería su cabeza.

«Es Hermoso»

El ángel extendía su mano para querer acariciarlo, pero este sonreía y su figura se perdia en el agua.

El ruido del chapuzón despertaba al ángel de su encanto.

«¿Qué sucedio?»