twenty four ──── first meetings

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────────── CHAPTER TWENTY FOUR,

FIRST MEETING  ──────────



❛ El mejor reencuentro es con la persona de la que no te querías despedir



Frank fue la persona humana más amigable que los astrales pudieron conocer. Tal como dijo, solo fue necesario una sola llamada para que el hombre apareciera a los minutos con el mismo camión que una vez ayudó a transportarlos.

Gaea fue la encargada de explicarle lo que había sucedido, por supuesto que una historia falsa sobre cómo les robaron en esa ciudad. El hombre les ofreció llevarlo a su granja para que pudieran descansar, el sol ya estaba apareciendo y ninguno de ellos había descansado lo suficiente bien.

Acacia se subió en la parte trasera, ayudando a Giles a subir el cuerpo inconsciente de Alexander. Con los pocos recursos que tenían, Calista hizo una pequeña almohada para que el chico no estuviera incómodo mientras el resto se acostaba.

A la princesa no le pareció mal acostarse, incluso cuando estaba haciendo frío. Sus ojos se cerraron de inmediato, sintiendo el cansancio aparecer en todo su cuerpo. Había sido una noche demasiado larga para ellos, todo el asunto de enfrentarse a los primogénitos fue demasiado para ellos, incluso cuando solo estaban tratando de asustarse entre ellos.

No podía creer que los primogénitos aceptaran enfrentarse o pensar que ellos se darían por vencidos,

Solo esperaba que ellos le dijeran al rey de Neex lo que ocurrió, cómo no iban a doblar sus brazos ante su nuevo poder que no era merecedor y que iban a proteger al hijo de Zoqri. Alexander iba por lo que merecía y nadie podía negárselo.

Todos los astrales estaban durmiendo cuando llegaron a la granja, sin querer despertarlos, Gaea aceptó quedarse en la mañana en el camión. Ya estaban lo suficiente lejos de los primogénitos que bajaron del planeta Astral por lo que iban a estar bien por ese tiempo.

Gaea se sentó en la orilla del camión, viendo el amanecer. Finalmente, el sol salió después de una noche pesada.

Un quejido hizo que pusiera su atención a los astrales, preguntándose quién había despertado. Alexander se levantó, mirando con confusión su alrededor hasta que miro a los astrales durmiendo. Acacia estaba a su lado y Dion al otro, estirando sus brazos que quedaron en el rostro de Bronte.

───── Buenos días, rayo de sol ───── Gaea sonrió, comiendo el último trozo de galleta que Frank le dio ───── ¿Has dormido bien?

Alexander la miró, frunciendo sus cejas ───── ¿Cómo llegamos aquí? ¿Este es el camión de Frank?

───── Oh, ¿lo conoces? ───── interrogó la astral, cruzando sus piernas.

───── No exactamente. Él tiene varias tiendas de ropas en toda la ciudad y el bar donde nos conocimos la primera noche, pertenece a su hija ───── contó, pasando sus dedos por el desastroso cabello rubio ───── ¿Ustedes lo conocen?

Gaea negó, frunciendo sus labios ───── No exactamente ───── dijo, repitiendo las palabras del chico ───── Él nos ayudó a llegar al centro el primer día que bajamos del planeta Astral. No sabe nada si eso es lo que preguntas.

───── Frank es un buen hombre. Compraba los muebles en la tienda donde trabajaba ───── explicó, frunciendo sus cejas ───── ¿Cuánto llevamos aquí? ¿Dónde están los otros?

La astral se encogió de hombros, mirando el cielo ───── Creo que ya se fueron ───── informó ───── Es mejor que regresen al planeta Astral e informen lo que vieron. Eso nos ayudará cuando nosotros lleguemos contigo, por supuesto.

───── Lamento si hice algo que no debí ───── se disculpó Alexander, levantándose de su lugar. Estiró sus brazos, alejando toda tensión ───── Sé que son amigos.

Gaea negó, no dando tanta importancia ───── Ellos se lo merecían. Pensaban que íbamos a dejárselo fácil, pero se equivocaron. Solemos molestarnos entre nosotros, pero ponernos en riesgo, eso es inaceptable ───── murmuró, bajando su mirada ───── Aunque creo que tenemos algo de suerte en que Karsten no haya bajado.

───── ¿Quién es? ¿Otro primogénito?

───── Si, él es el hijo del rey Neex, el rey astral que está a cargo del planeta y el cual quiere iniciar una guerra ───── le explicó, apoyando su cabeza en la pared del camión ───── Acacia y él eran mejores amigos. Ambos reinos son muy parecidos y como te hemos contado, nos criamos juntos así que es inevitable no juntarse más con algunos.

Alexander asintió, sentándose a su lado ───── ¿Alguna vez ellos se han gustado o...?

───── No, no, no ───── Gaea lo detuvo, cambiando su expresión a una disgustada ───── Ni siquiera lo comentes con Acacia o va a golpearte. Ellos son como hermanos, son bastantes parecidos en su físico y ni hablemos de su personalidad. No me asombraría si Karsten rompe todas las reglas para ir a verla y probablemente ella lo golpee.

───── Pensé que si tuvieron algo por la forma en que todos hablan de ellos ───── confesó en voz baja.

Gaea rio, negando otra vez ───── Acacia nunca aceptaría salir con Karsten, sería una pareja muy explosiva, además, ella está destinada a estar con un Zoqri.

Las mejillas pálidas del chico se sonrojaron ante ese dato, causando que una carcajada escapará de los labios de la astral.

───── Gaea, haz silencio ───── Dion se quejó, rodando por todo el suelo hasta instalarse en la espalda de Giles en un intento de buscar el calor.

───── Sólo duérmete ───── chisto ella, calmando su risa ───── Eso te hizo feliz, ¿no? Los de Poxzia suelen juntarse bastante con los del rey de Zoqri, es muy extraño que se unan a otro reino, por eso a Acacia le dolió sus muertes, iban también de su reino que vivían ahí.

───── Así que, ¿todos aceptarían que yo pudiera tener una relación con Acacia? ───── él preguntó.

Gaea asintió, sin necesidad de pensarlo por mucho tiempo ───── Por supuesto. Eres uno de nosotros, Alexander, hemos esperado por ti por mucho tiempo, además, estoy segura que Acacia no le importa tener nuestras aceptaciones para tener una relación contigo ───── ella informó ───── Solo nos amenazaría hasta que lo hagamos y nadie quiere pasar por eso.

───── ¿Ya se han despertado? ───── Frank interrumpió, trayendo consigo una bandeja con desayuno ───── Pensé que estarían hambrientos.

Gaea sonrió, saltando del camión ───── Yo comeré todo, estoy hambrienta ───── confesó, mirando el café con deseo ───── El resto no necesita saber nada.

Frank rio, dejando la bandeja en la orilla del camión junto a Alexander ───── Tú eres nuevo, ¿no? No recuerdo haberte visto cuando los recogí en la carretera.

La astral negó, masticando una rebanada de pan ───── Nos encontramos con Alexander aquí ───── ella contó, mirando las diferentes mermeladas ───── También está en nuestro grupo de excursión.

───── Si, exacto ───── asintió el chico, siguiendo con la historia de la princesa ───── Eso huele delicioso, ¿es mermelada de piña?

El hombre asintió ───── Mi esposa lo hace. Es fin de semana así que ella se va con los niños donde su madre.

───── Oh, dime que no he interrumpido tu viaje ───── pidió Gaea con preocupación.

───── De hecho, me has salvado ───── aseguró el hombre con una media sonrisa ───── No me llevo muy bien con mi suegro, especialmente porque siempre quiere otro nieto y ya no puedo más.

Gaea rio, acabando otra rebanada de pan en dos bocados. Frank observó cómo su invitada iba a acabar con toda la bandeja antes de poder compartirla con el resto.

───── Creo que tostare más pan ───── dijo, señalando la casa ───── Deja algo para tus amigos.

───── Ellos estarán bien ───── le aseguró la princesa, limpiando las migajas de pan que cayeron en su camisa ───── Pero agradecería mucho si nos das más.

Frank rio, impresionado por el apetito de su invitada, pero en su interior, se alegraba que comiera bien tal como todos los adolescentes debían

Alexander se sentó al lado de Gaea, sintiendo como su estómago gruño de hambre. Agarró una taza de café, calentando su cuerpo con ese líquido que tanto extrañaba

───── Delicioso, ¿no? ───── Gaea murmuró, cruzando sus piernas ───── No puedo quejarme de la comida de los humanos, es bastante rica

───── ¿Ya están comiendo? ───── Calista interrogó, arreglando su desordenado cabello rosado ───── Tengo hambre

Uno por uno, los astrales fueron despertándose y acomodándose alrededor de la bandeja de comida que Frank les llevaba cuando terminaban la comida. El hombre se alegraba de tener compañía, incluso cuando no hablaba con todos

Alexander se mantuvo a un lado de una silenciosa Acacia que apenas estaba despierta. Ella apoyó su cabeza en el hombro del chico mientras masticaba la orilla de un pan.

───── Sé que perdieron todas sus pertenencias, Gaea me contó que no tuvieron una buena experiencia así que quiero ayudarles. Tengo una tienda de ropa y las cajas siempre vienen aquí, tal vez encuentren algo para ustedes ───── informó el hombre, sonriéndole ───── No pueden andar así, están... sucios.

───── Eso sería grandioso. ¿Sería mucho pedir algún lugar para bañarnos? ───── Dion interrogó, alzando una de sus cejas rubias ───── No puedo utilizar ropa bonita sin tomar una ducha antes.

───── Tampoco abuses de la amabilidad ───── Bronte masculló, acabando con la última rebanada de pan ───── No es necesario que lo haga, señor.

───── No importa, tengo unas regaderas detrás de la granja. Pueden utilizarlas ───── asintió el hombre ───── ¿Quieren ver la ropa?

Todos los astrales asintieron, deseosos de poder cambiar esa apestosa vestimenta que estaba llena de suciedad ante la agitada noche que tuvieron. Alexander fue el único en quedarse en el camión junto a una callada Acacia quien seguía apoyada en su hombro.

───── ¿Estás bien? ───── él cuestionó, dándole una mirada de reojo.

Ella asintió ───── Quiero matar a todos ───── confesó en voz baja, cerrando sus ojos.

───── ¿Hay alguna razón por la que quieres hacer eso? ───── Alexander preguntó, frunciendo sus cejas.

───── No, solo amanecí de mal humor ───── respondió la princesa, levantándose ───── Hoy tiene que ser el día en que volvamos al planeta Astral antes que el rey de Neex mandé a más astrales.

───── ¿Hay alguna forma de hacerlo? Gaea me contó que el puente no abrió.

Acacia lo pensó por unos segundos hasta soltar un suspiro ───── No lo creo, pero la encontraremos ───── prometió, sonriéndole ───── Le pateaste el trasero a los primogénitos.

Un sonrojo apareció en las mejillas del chico, apenas pudiendo recordar lo que sucedió esa noche. Todo parecía como un sueño en su mente, sin ser capaz de creer que él lo hizo.

───── Se lo merecían. Ellos te hirieron ───── murmuró el chico, entrelazando sus dedos con los de Acacia ───── Estaba enojado porque pensé que no lo iban a hacer.

───── Así son los primogénitos. Nos insultamos, nos golpeamos, pero siempre nos perdonamos ───── comentó la astral, pasando su pulgar por encima del dorso del chico ───── Lo bueno es que supieron que tú eres el hijo de Zoqri así que no volverán a hacerlo.

───── Gracias por haberme salvado.

La princesa sonrió ───── Te cuidaré por siempre, Alexander, no hay nada que agradecer.

───── ¡Oigan! Si no vienen a buscar su ropa, quedaran con esa horrible vestimenta ───── Calista les dijo, entrecerrando sus ojos azulados ───── Y dejen de tocarse, todavía no son una pareja oficial.

Acacia rio, mirando a Alexander ───── Se asustará si le cuento lo que sucedió en la carpa ───── canturreó la astral, moviendo sus cejas con diversión ───── Fue divertido, ¿no?

La princesa se bajó del camión en un salto, manteniendo una sonrisa en su rostro. Alexander la siguió de inmediato, intentando reducir el sonrojo que estaba exponiéndolo enfrente de los astrales.

Calista guio a Acacia por toda la granja hasta la pequeña caseta donde los astrales estaban viendo distintas prendas de vestir. Dion era el único que estaba ocupando una de las regaderas, completamente desnudo sin tener vergüenza en mostrarse enfrente de dos desconocidos.

───── Oh, él no tiene ropa ───── musitó Alexander, dándole la espada con rapidez ───── ¿Por qué?

───── Le gusta presumir, no tiene pena y necesita un baño urgente ───── Gaea mencionó, observando una camisa con detenimiento ───── ¿Crees que está sea de mi talla? Necesito llegar a nuestro destino con una buena vestimenta.

Acacia ignoró a los astrales y se enfocó en buscar algo para ella. No necesitaba llegar al planeta Astral con ropa muy humanizada. Un vestido negro llamó su atención, era corto y llevaba un perfecto corsé que iba a acentuar su figura. Solo necesito unos minutos bajo la regadera para limpiarse por completo, las pequeñas heridas seguían cerrándose, pero las grandes ya estaban curadas, sólo había pequeñas cicatrices que estaba segura que sus damas iban a poder curar.

El vestido fue perfecto para ella, acentuándose a su cuerpo junto a las botas del mismo color. Peinó su cabello, dejándolo caer en su espalda para que pudiera secarse con el sol que ese día tenía. Se sentó en una de las bancas fuera de la granja, observando como ese mundo era muy hermoso tras haber pasado unos días en él.

Dion se sentó a su lado, amarrando los cordones de sus tenis ───── ¿Alguna idea de cómo volveremos al planeta Astral? ───── él preguntó.

───── No, ninguna ───── ella confesó, suspirando ───── No sé si nuestros padres serán capaces de abrir el puente o tendremos que quedarnos otro día aquí.

───── Eso apestará porque no tenemos carpa para dormir y tampoco podemos abusar de la amabilidad de ese hombre o comenzará a hacer preguntas ───── musitó el príncipe, arreglando su cabello rubio ───── Tendremos que seguir caminando. Tal vez el puente se abre está noche.

───── Eso sería una gran esperanza ───── Giles se entrometió a la conversación, dejándose caer al lado de Acacia ───── Creo que sé lo que podemos hacer. Mi padre me había comentado que existen accesos en este mundo para ir al planeta Astral, debemos buscarlo.

───── ¿Y cómo lo haremos? ¿Sabes cómo son? ───── interrogó Acacia.

Él negó ───── No, pero hay que intentarlo. Entre más tiempo nos quedemos en este mundo, será difícil que Alexander obtenga el apoyo requerido ───── dijo, apoyando sus codos sobre la mesa ───── Ahora que los primogénitos saben lo que Alexander es capaz de hacer, podrán enviar a más astrales.

───── ¿Qué te parece si embocamos a esos astrales? ───── Dion comentó, levantándose de su asiento ───── Ellos serán recogidos, abrirán el puente y esa podría ser nuestra vuelta al planeta.

───── Podría ser una posibilidad, pero también sería arriesgada. Hay que pensar en nuestro siguiente paso y no será quedarnos aquí ───── Giles determinó.

Calista apareció junto a Gaea, ya preparadas. A lo lejos, Bronte estaba junto a Alexander, eligiendo unas chaquetas.

───── ¿Ya es tiempo de irnos? ───── Calista preguntó, viendo a los astrales.

Giles asintió ───── Es mejor irnos antes que Frank haga preguntas. Buscaremos un lugar donde quedarnos.

───── Déjame despedirme de él ───── Gaea pidió ───── Ha sido muy amable con nosotros, deberíamos de recompensarlo por eso.

───── Puedes hacerlo ───── Acacia asintió, dándole el permiso que estaba pidiendo.

Gaea fue directo donde se encontraba el hombre junto al resto de astrales que ya estaban preparados para irse. Frank los vio, observándolos con curiosidad.

───── ¿Qué ocurre? ───── él cuestionó.

───── Ya tenemos que irnos ───── habló Gaea, creando una suave sonrisa en su rostro ───── Solo queríamos agradecerte por habernos ayudado. No hubiéramos podido sobrevivir en este lugar si no nos hubieras ayudado.

───── No te preocupes por eso ───── él negó ───── ¿Tienen que irse tan rápido? Puedo hacerles comida para que llevan con ustedes, no sé si su viaje será muy largo.

───── No será necesario. Tenemos esperanza de que volveremos a nuestro hogar este día ───── Gaea intervino ───── Antes de irnos, quería darte un regalo.

Frank la miró con curiosidad cuando Gaea comenzó a quitarse uno de sus argollas que sostenían sus rizos. Los astrales se sorprendieron de que lo haya hecho, era una de sus piezas favoritas y por eso, ninguno había preguntado en poder quitarlas. Gaea agarró la mano del hombre, dejando tres argollas que brillaron.

───── Son de oro, uno puro y que te dará mucho dinero para ti y otras tres generaciones ───── ella contó, sonriéndole ───── Recibe lo que nos ha dado, por favor.

El hombre sonrió, mirando las piezas en su mano con asombro ───── No debería ───── negó, agitando su cabeza ───── Sería egoísta de mi parte agarrar algo que no me pertenece.

───── Es un regalo.

───── No los ayude para recibir oro o algún tipo de mineral importante, lo hice porque ya lo había hecho antes ───── él contó, cerrando sus dedos alrededor de las argollas ───── Hace mucho tiempo atrás.





este capítulo no estaba pensado hasta que lo escribí y fue tan hermoso que simplemente no podía borrarlo así que aquí esta, espero que les guste



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