🎖️Capítulo 24🎖️

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Grotta Palazzese

Ristorante

El maître les dio la bienvenida al restaurante al aire libre y con vista al mar, Celeste quedó subyugada ante semejante paisaje. El hombre los acompañó hacia la mesa que estaba dispuesta para ambos y les deseó una agradable velada. Alessandro, una vez más le echó hacia atrás la silla para que se sentara con comodidad y ella le dio las gracias, él luego se sentó frente a la joven.

Un mozo se acercó a la pareja para mostrarles la champaña con la que irían a cenar y la chica frunció el ceño.

—Yo prefiero cenar con agua con gas, si no es mucho pedir.

—No, para nada. Enseguida se la traeré, señora —comentó el mozo.

—Gracias.

—¿No lo quieres probar?

—Sí, pero no mientras ceno, ya sabes que yo no acostumbro a beber alcohol y mucho menos me quiero emborrachar.

—Ah, es verdad, ya tienes una experiencia poco favorable —rio por lo bajo.

—No sería por eso, no quiero que mi primera vez sea con alcohol encima, aunque solo tome una copa.

—Entiendo —le dijo y Alessandro llamó al mozo para que le trajera una gaseosa.

—No es obligación que vos tomes una bebida sin alcohol.

—No me molesta, te concederé la petición, aunque no me la hayas pedido. Después podemos brindar en el cuarto si quieres —le contestó y ella asintió con la cabeza.

—Pero ¿por qué brindaríamos?

—Por nosotros.

—Es un buen motivo para brindar —le sonrió con alegría.

A medida que la cena transcurría, ellos iban conversando y riéndose también, pero Celeste todavía pensaba en lo que había pasado en el teatro.

—¿Te gustaba? —le preguntó haciendo referencia a Gemma.

—Sí, me parecía atractiva, no te lo puedo negar.

—¿Y solo por gustarte te ibas a casar con ella?

—Lo nuestro era más de papeles que de otra cosa.

—Pero te ibas a casar igual.

—Lo nuestro también fue por papeles —respondió el hombre.

—Es cierto —quedó incómoda—, ¿fue por mi culpa que rompiste con ella? —intentando decirle sobre el acuerdo que tuvieron ambos padres.

—No, la relación se enfrió de a poco y, si te soy sincero cuando supe por mi padre que debía casarme contigo, me vino perfecto para dejar de tener la relación que tenía con ella.

—Me dijiste que te habías casado conmigo por lástima.

—No te lo dije nunca eso.

—Cuando te callaste supuse que lo estabas afirmando —le emitió y el mozo les dejó los platos de la entrada.

—Callado o habértelo insinuado o dicho, realmente fui un estúpido.

—Ya pasó. Solo quería entender por qué te casabas con ella a pesar de que te gustaba.

—Mi expareja es una condesa, si me casaba con ella iba a tener influencias y beneficios.

—Ajá, lo que se espera cuando dos personas con títulos nobiliarios se unen en matrimonio. Yo terminé siendo la sirvienta casada con el barón —rio por lo bajo, pero él ni se inmutó.

—No me causa ninguna gracia, Celeste. No me gusta que te llames así como si serlo sería una deshonra.

—Claro que no lo es, pero dado que los dos tenemos vidas diferentes, quien lo vea de afuera pensará eso también.

—Deja de decir eso, por favor. Eres Celeste Frumento Albarelos, mi esposa y baronesa, no necesito que tengas un título nobiliario para que te consideres digna de haberte casado conmigo. Todo eso ha quedado atrás, Celeste y te pido por favor que no te menosprecies, no me gusta.

—Está bien, no hablaré del tema. Dato curioso que te quiero decir, que quizás no viene al caso, pero me lo acordé cuando lo dijiste. Nosotros no tenemos doble apellido, ¿ustedes sí?

—Tampoco, rara vez se ve el doble apellido aquí.

—De todas maneras, si nosotros tuviéramos la obligación de usar el doble apellido, Alan y yo estaríamos falto del materno.

—¿Por qué? —Unió las cejas con intriga.

—Porque él y yo nacimos de un vientre subrogado en Estados Unidos. Ni Alan y tampoco yo conocemos a nuestra madre, solo sabemos que nacimos de la misma mujer, pero que a esa persona le inyectaron óvulos de otra mujer.

—Entiendo.

—Pensé que lo sabías.

—No, mi padre no me dijo nada y cuando averigüé de ustedes, tampoco me lo dijeron porque quería saber cosas puntuales.

—Es extraño, ¿no? No se escucha casi nunca una historia así.

—Con vientres subrogados no, pero se entiende también si tu padre no tenía o no quiso en su momento pareja y decidió ser padre soltero. Hay muchas personas que quieren tener hijos sin que participe la otra parte, a veces se ahorran de varios problemas, sobre todo los monetarios —manifestó Alessandro riendo un poco de la situación.

—Sí, en eso tenés toda la razón. Los problemas de plata casi siempre son el lío principal.

—Son el problema principal en todos los aspectos, desde querer comprarte algo mínimo y no poder hacerlo por falta de dinero hasta querer tener un hijo o algo material en pareja o sin la misma.

—Lo sé bastante bien eso —admitió y siguió comiendo.

La pareja terminó su primer plato en silencio y esperaron por el plato principal que enseguida fue puesto frente a ambos. Celeste le dio las gracias y miró el paisaje nocturno. Las rocas del restaurante donde estaba enclavado dicho lugar y el hotel estaban iluminadas con estrellas asemejando el cielo estrellado, la brisa del mar y el sonido del oleaje daban una sensación de tranquilidad y romanticismo.

—Es hermoso el lugar, no pensé que existiera algo como esto.

—Bari y Puglia están llenas de rincones preciosos, así como toda Italia.

—No lo dudo que sea así —le dijo con una sonrisa y metiendo el tenedor en la comida para probarla—. Qué rico —expresó saboreando lo que se había llevado a la boca.

—Está bueno —le dio la razón Alessandro probándolo también.

—¿Crees que Alan está bien?

—Sí, es un adolescente muy astuto y están mi padre, mi hermana y Sabina. Deja que viva su vida de adolescente.

—Me cuesta desprenderme de él, aunque es Alan quien me dice que yo tengo que vivir mi vida y aprender a soltarlo.

—Y tiene toda la razón.

—Lo sé, yo soy la que tiene que entender que debe hacer las cosas de su edad y no él, Alan sabe bien lo que tiene que hacer y cómo debe cuidarse, y eso en parte, me cuesta porque no actúo como su hermana sino como su madre. Algo que no tenemos tampoco.

—¿Conocieron a su madre?

—No, papá nos crio solo, sé que nunca quiso tener una pareja estable. Nos tuvo por subrogación en Estados Unidos. Y fue papá y mamá al mismo tiempo, no sabemos lo que es una mamá, tampoco extrañamos algo que nunca tuvimos.

—Entiendo y es lógico que piensen así. ¿Y Martín?

—A Martín lo veía muy poco, siempre se comportó correcto, hasta el día después de que me casara con vos.

—Supongo que ese día mostró su verdadero rostro —comentó Alessandro.

—Pienso lo mismo. 

Tiempo después estaban terminando el postre y cuando él pagó la cuenta, se retiraron del restaurante para caminar un rato por el hotel y luego dirigirse hacia la suite.

Alessandro dejó pasar primero a Celeste y luego entró él. Cuando la chica escuchó la puerta cerrarse supo que había llegado el momento de estar juntos.

¡Hola, Hojitas de Otoño! 😊

Se acerca la escena más esperada por muchas, eso sí, trataré de publicar los capítulos más seguido, pero hay semanas en que tengo otras cosas que hacer o tengo que acomodar algunas escenas para que encastre todo y tener el capítulo listo e incluso algunas veces tengo bloqueos para escribir.

Espero que lo entiendan porque no es algo que haga a propósito en dejarlas sin actualización.

¡Las leo!

Un besito,

💜🦋🍁✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro