El Cuerpo

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El puto día más pesado en la historia de la oficina y me había tocado a mí, lo único que deseaba era llegar a casa y meterme a la cama hasta el siguiente día, pasé antes a una cafetería, está quedaba al frente de mi departamento, camine con mi delicioso café entre manos, hacía bastante frío, las manos se me helaban y entraban en calor con tan solo sostener el vaso, al entrar a mi pequeño departamento, por qué si, era pequeño, la cocineta, el baño y la recámara estaban prácticamente pegadas, mi mejor amigo decía que era una ratonera y no un departamento, tome ha aventar las cosas que traía en las manos, el café, solo lo deje en la mesa y me senté en el sofá, estaba totalmente agotado.

















Al fijar mi vista en la estancia note al instante algo raro, la puerta del baño estaba abierta y había luz, lo primero que me cruzo por la cabeza, ¡alguien se metió!, lo único que se oía era aquel correr de agua al caer de la regadera, el temor me invadía y por un momento sentí un escalofrío recorrerme desde la punta del dedo gordo del pie hasta la ultima punta del cabello, comencé por trasudar, las manos las sentía que se me hacían agua prácticamente por cuestión de segundos, mi respiración era agitada a ratos sentía que no podía respirar, el miedo me invadía y justo antes de entrar.

Lo primero que hice fue tomar el bate que tenía justo aún lado del sillón, siempre supe que podía usarlo en algún momento y está era esa ocasión, al entrar salía vapor de la bañera, pude ver que había sangre tirada en el piso del baño, la escena parecía sacada de una película de terror, de esas absurdas donde preguntan quién está ahí y el asesino prácticamente contesta, al instante moví la cortina de plástico en color azul, que tapaba la tina.

Cuál va siendo mi sorpresa ¡Oh por Dios! Fue mi primera expresión, había un maldito cadáver justo en mi tina, ¿pero quien rayos era?, ¿Cómo diablos termino ahí?, ¿Por qué en mi baño? por un momento mi mente comenzó a cavilar, opte por marcar al nueve once, en escasos segundos pensé, ¡van a decir que yo lo maté!, colgué, salí del baño, daba vueltas caminando por todo el departamento, sentía el sudor recorrer mi frente, sentía pánico, de no ser piso de concretó seguramente habría dejado un hoyo en el mismo de tanto dar vueltas sobre de él.

Pensaba y pensaba, me senté en el sillón, pose mis manos sobre mi cara y llore de la desesperación, no sabía qué hacer, no sabía cómo actuarían si salía y gritaba que había un maldito muerto en mi bañera, me sentía prácticamente ya siendo juzgado en la corte, donde me darían más de 30 años de cárcel por asesinato ¡y si pedía ayuda! no y no, la gente actúa sin preguntar, lo más seguro me llevarían detenido, mientras se hacen las averiguaciones mínimo cuarenta y ocho horas, ¡yo no fui!, a cada segundo me llenaba más de pánico, también por mi mente pasó ¿y si el asesino aún sigue aquí?, y si está esperando a que me duerma para asesinarme también, muchas preguntas asaltaban mi mente, trate de recordar todos los días de terapia ante la Dra. Castro, aquellos días en que ella trataba mi maldita ansiedad, las formas que ella me enseño para calmar mis estúpidos episodios, primero comenzar por regular la respiración, para enfocarme en otra cosa, me decía piensa cosas lindas, pero ninguna de las cosas que pensaba eran lindas, primero me asegure de revisar la casa, ya habiendo hecho esto creo que inicie por calmarme, parecía servir, después de cerca de 10 o 15 minutos haciendo respiraciones profundas y pausadas además de enfocarme en las posibles soluciones mi mente comenzó a clarearse, elabore un plan, para mí era el más fantástico del mundo, así que manos a la obra.

Me dirigí a la cocineta donde yacía uno de los juegos de cuchillos que había comprado la semana pasada, iba a ser un regalo para mi madre pero dadas las circunstancias tome el filero entre mi mano me coloque unos guantes y me dirigí hasta el baño, no sabía si estaba estúpido o realmente pensaba claramente, pero comencé por destazar el cuerpo, al principio no sabía ni por donde iniciar, primero me deshice de los brazos para continuar con las piernas y dejar el tronco del cuerpo, al ver que las piezas eran demasiado grandes para meterlas en las bolsas, decidí cortar aún más pequeñas las piezas, separando así cada pieza y metiéndolo en bolsas diferentes, usaba más de tres bolsas por pieza, me bendecía a mí mismo por haber comprado el ciento de bolsas en aquella tienda para ahorrarme esos pesos, al tenerlo en partes lo fui metiendo en pequeñas bolsas, bolsas dobles y triples por aquello de la sangre, al tener el montón de bolsas llenas de aquel cuerpo las metí en una caja de herramientas que mi padre me había dado hace algún tiempo, solo cabían pocas bolsas así que tendría que dar varias vueltas, tan solo espere a que todos en el edificio durmieran para poder salir y darme prisa, me cambie y deje la ropa sucia en la lavadora, mientras tanto baje hasta el sótano donde yacía mi carro, era pequeño pero si cabrían todas las bolsas, me apresure a bajar todo, fueron cerca de tres vueltas las que tuve que dar, el miedo me carcomía en su totalidad cada que bajaba por el ascensor con la caja llena de bolsas, al final, subí al carro, maneje por la interestatal hasta el basurero, afortunadamente nadie cuidaba el lugar y pude dejar aquellas bolsas sin que nadie lo notara, al regreso a mi departamento lave exhaustivamente el baño y limpie el departamento como si en ello se me fuese la vida, hasta que pude verlo reluciente.











A media noche me desperté exaltado, estaba a punto del llanto y de la desesperación, ¡vaya estupidez que acababa de soñar!, ¿yo destazando un cuerpo?, ¡si claro!, si con tan solo ver una miserable gota de sangre estoy vomitando, me levante, abrí el refrigerador, tome un poco de leche y me volví a acostar, pensé por un segundo, ¿en que momento me quede dormido en el sillón?, ha ¡sí! justo cuando avente las cosas al sofá y me recosté un momento, todo un rato estuve pensando en aquel sueño, hasta que me quede dormido de nuevo, la alarma sonó, otro día mas de rutina, me di un baño y Sali con rumbo a mi preciado trabajo.

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