Pronto estará con nosotros

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Capítulo 3.- Pronto estará con nosotros

Manny y Frida se quedaron un rato más en el parque meditando el comentario del joven Rivera. Todo lo que había dicho era cierto, en su subconsciente Manny era la representación de el bien y El Tigre del mal y quizás era una manera de explicar la lucha interna de Manny por decidirse entre ser héroe o villano, pero había algo que no encajaba. Era la mente de Manny, ¿Por qué su lado oscuro había asesinado a su familia? Por muy malvado que llegara a ser él jamás le haría daño a su familia y de eso estaba consciente. Pero le aterraba pensar que un lado oculto de él podría ser mortal para sus seres queridos. Frida tampoco hallaba explicación a este problema, necesitaban consultar a alguien más. Por mucho que Manny se negaba de hablar con alguien más de la situación debían sacar ese miedo de su interior, pero había prometido no decir nada sobre lo sucedido, por eso sólo se limitó a quedarse callada y pensar en alguna solución. Pasaron las horas y la noche cayó nuevamente y Manny acompañó a Frida a su casa y una vez a salvo en su hogar el joven Rivera cayó nuevamente en sueño profundo.

Esta vez sus sueños lo enviaron a Leone, donde había una gran banda tocando música a todo volumen, tanto que hasta los vidrios se rompían con aquel estruendo ensordecedor. Los chicos bailaban felices, incluso Manny, también disfrutaba de la escuela. Los salones se incendiaban y los maestros estaban en jaulas donde no podrían reprobar a nadie. Parecía que la escuela en verdad era divertida, una utopía para todos los jóvenes que quisieran disfrutar de la vida sin preocupaciones. Pero mientras bailaba Manny se dio cuenta de que algo faltaba para que su tranquilidad estuviera completa. No era algo, era alguien quien faltaba entre todos los chicos y chicas de la escuela…

-Frida…- Susurró Manny tratando de encontrarla entre el público, pero no estaba. Sabía que él no podía disfrutar de una gran fiesta sin Frida, su mejor amiga, la persona más importante en su vida. Le hacía falta, así que comenzó a buscarla por todos lados. Preguntó a cada chico de la fiesta donde estaba Frida pero siempre recibía la misma respuesta…

-La vimos hace rato contigo, caminaban por ese pasillo-

Y lo más curioso era que Manny no recordaba haberse llevado a Frida a ningún lado, pero todos los chicos aseguraban que estaban con él. Cuando les preguntaba qué aspecto tenía cuando caminaba con Frida todos decían que su mirada era siniestra, de hecho nadie los saludaban porque sentían temor hacia Manny y su aspecto perturbador y todos señalaban que ambos habían caminado por el mismo pasillo. Cada paso que daba Manny por ese corredor se hacía más oscuro y con menos gente, comenzaba a tener miedo, pero no se rendiría hasta encontrar a Frida. Realmente estaba confundido, no tenía sentido nada de lo que decían, era como si un tipo hubiera tomado el disfraz de Manny y se la hubiera llevado. Extrañamente la escuela era el triple de grande, incluso se sentía cansado de tanto caminar, pero finalmente el pasillo termino con una puerta de madera frente a él. Manny lo dudo un momento ¿Qué había detrás de la puerta? ¿Realmente Frida estaría ahí? Aquellas preguntas se podrían contestar únicamente abriéndola. Giró la perilla inseguro y lentamente abrió la puerta. Oscuridad…nuevamente se encontraba entre oscuridad, tan densa que no podía ver la palma de la mano. Gritó el nombre de la peliazul varias veces esperando recibir respuesta alguna. Ahora aquella felicidad había sido reemplazada por un miedo atroz. Manny no temía a la oscuridad, ni cuando era niño, solo que algo dentro de él le decía que el peligro se acercaba. Cada paso que daba le enfriaba mas su piel, sus sentidos estabas despiertos al máximo. Trataba de ver, oír, oler lo que pasaba, gritaba a todo pulmón el nombre de Frida, pero solo escuchaba el silencio. De pronto, Manny tropieza bruscamente con algo cayendo al suelo. Inesperadamente una luz se enciende a su derecha, iluminando justamente con lo que se había tropezado. De un segundo a otro el joven Rivera cambió su semblante de miedo, a uno lleno de pánico y terror.

-¿¡Fri..Fri…da!?- Tartamudeó Manny al ver que había tropezado con la silueta inmóvil de Frida. Se encontraba tirada en el suelo, quieta, escalofriantemente quieta. El joven Rivera se atrevió a moverla intentando despertarla, pero no consiguió nada…solo voltearla un cuarto a su derecha para darse cuenta de que su blanca camiseta se había tornado rojo sangre. Manny soltó a llorar mientras abrazaba a Frida con fuerza y dolor.

-¡Frida nooo!- Gritó lleno de sufrimiento aferrándose al cuerpo de su amada. Lloraba como si las lágrimas de sus ojos fueran interminables, y lo eran. Se trataba de Frida, la chica que inconscientemente admitía que le gustaba, la amaba, era inevitable después de tantos años juntos. Lo defendía a pesar de su falta de poderes y fuerza física sin olvidar su actitud rebelde y seguro. Se decía a si mismo que no merecía que eso le ocurriera, no a una chica con tanta vida. Rápidamente la tristeza se tornó en furia cuando escuchó una carcajada que hacía eco por todo el lugar.

-Jajajaja vaya, el gran Manny ahora llora como un bebé recién nacido, eres patético, ¿Se murió Frida? Pobrecita jajajajajaja admito que opuso mucha resistencia pero al final terminé por matarla-

-¡Tú! ¿¡Entonces tú le hiciste esto a Frida!?- Gritaba Manny a la oscuridad.

-Digamos que sí, pero yo no estuve solo en esto ¿O si Manny?- Dijo burlón aquella voz saliendo de la oscuridad para mostrar su forma. Manny se había fijado en la herida en el abdomen de Frida. Se encontraban marcada en su piel una forma que rápidamente reconoció al verla…unas garras que atravesaron su cuerpo…unas garras de tigre.

-¡El Tigre!- Exclamó Manny enfurecido a su propio reflejo de El Tigre- Pero cómo…-

-Tengo mis secretos Manny, y muy pronto no dependeré de ti para seguir con vida-

-Pero tú eres yo, es imposible, Tú le hiciste esto a Frida con tus garras-

-¡Bravo Manny! No fue difícil adivinarlo verdad. ¿Por qué asesinaste a alguien tan importante para ti como Frida?-

-¡Yo no le hice nada!- Gritó Manny furioso y apretando sus puños, pero al prepararlos para darle un buen golpe a El Tigre pero se paralizo instantáneamente al ver su puño lleno de la sangre de Frida- No…No pude haberle hecho…¡Yo no pude!-

-Me temo que sí Manny, resultaste ser más villano que héroe-

-¡Yo no soy villano!-

-¿Entonces que eres? ¿Héroe o villano?- Manny se inquietó con esa pregunta, era obvio que era su contraparte y lo conocía muy bien. El joven Rivera aun no sabía responder esa pregunta. Peligrosamente El Tigre se acercó a Manny con una sonrisa malévola en su rostro.

-No te preocupes Manny, ya no tendrás que hacer este tipo de cosas a tus seres queridos, White Pantera, Granpapi, María y tu adorada Frida. Ya no debes torturarte, déjame a mí hacer mi diversión jajaja, solo que ahora tu representas un estorbo para mí. Y a los estorbos…¡se les eliminan!-Dijo el Tigre lanzando sus garras contra Manny, quien reaccionó rápido y logro evitar que el golpe fuera mortal, pero su brazo había sido marcado con las garras de aquel siniestro personaje.

-Quizás te salvaste esta vez Rivera, pero pronto regresaré, el siglo pronto llegará a su fin y yo regresaré a mi cuerpo. En cambio tú… ¡tomarás mi lugar durante el próximo siglo jajajajajajajajajaja!- Rió maléficamente El Tigre mientras sus ojos destilaban un rojo sangre aterrorizando a Manny, mientras todo a su alrededor volvía a ser oscuridad.

-¡AAAAAAAAHHHHHH!- gritó Manny seguido de un aliviante suspiro al verse nuevamente en su habitación y descubrir que todo había sido una terrible pesadilla. Se dejó caer en el colchón de su cama tratando de recuperar el aliento cuando escucho las inconfundibles suelas de las botas de bronce de la verdad pisar firmemente el suelo de su habitación.

-¡Mijo! ¡Escuché un grito! ¿¡Qué pasó!? ¿¡Estas bien!?- Exclamó Rodolfo alterado, pensando lo peor al escuchar el grito de Manny dentro de su habitación, pero al ver a su hijo totalmente a salvo se sienta en la cama para recuperar su aliento y tranquilizar sus nervios.- Mijo, que bueno que estas bien, creí que algo te había pasado ¿Por qué gritaste?-

-Lo siento papá- Dijo Manny cabizbajo- No fue nada, puedes irte a dormir-

Manny había sonado muy convincente, pero Rodolfo notó en los ojos de su hijo miedo e inquietud. Algo no estaba bien.

-Tuviste una pesadilla ¿Verdad Manny?- preguntó Rodolfo.

-Si papá. Y es la segunda vez que tengo pesadillas- Admitió Manny, quien recibió una ligera palmada de su padre en la espalda, como señal de consuelo y de que podía confiar en él. Manny platicó ambas pesadillas, tratando de evitar la parte en la que El Tigre era el asesino, no sabía si debía decirle a su padre, se sentía nervioso, no quería que lo tomaran por loco y menos que le quitaran el cinturón de El Tigre, lo necesitaba para pelear. Aún así, sabía que no podía seguir guardando ese detalle, tarde o temprano tendría que hablar. Terminó de hablar con esperanza de que su padre no preguntara por más, no era agradable recordar sus sueños.

-…Y así fue como ocurrieron las cosas papá. Después de mirar a Frida otra vez grité y desperté…- dijo Manny aún cabizbajo. Su padre tenía un semblante pensativo pero perturbador, pero no porque pensara que Manny estaba loco, sino porque su hipótesis de lo que ocurría no le gustaba en nada, pero solo había una manera de probar todo.

-Mijo, ¿Quién era el asesino?- preguntó Rodolfo tratando de ocultar su miedo. Manny se vio un poco inquieto ante la pregunta, trataba de evitarla pero sabia que no era fácil engañar a su padre- Mijo no pensaré mal de ti, es solo una pesadilla, vamos dime-

-Esta bien- Dijo Manny con un suspiro- Sé que sonará extraño papá…pero el quelos asesinaba a ustedes y a Frida era…El Tigre-

Seguido de estas palabras Rodolfo escupió la taza de café que se había servido cuando habló con Manny. Su semblante ahora estaba lleno de pánico y horror. El moreno jamás había visto así a su padre.

-Papá, ¿Estás bien?- preguntó Manny mirando a Rodolfo.

-Si mijo- Contestó débilmente Rodolfo- Pensándolo mejor creo que deberías irte a dormir-

-Pero papá ¿Qué te pasa? ¿Es sobre mi pesadilla?-

-No mijo, solo es un sueño ¿Recuerdas? Creo que lo único que necesitas es descansar y relajarte mijo. Iremos a dormir ¿De acuerdo?-

-De acuerdo- Contestó Manny creyéndole a su padre. Tal vez era verdad que solo necesitaba descansar, o quizás eran las hormonas. Acababa de cumplir quince años de edad y tal vez eso provocó cambios y alteraciones en él. Pero había otra razón, una razón que Manny desconocía pero que Rodolfo temía se hiciera realidad. Después de llevar a su hijo a dormir se quedó en la sala pensativo, inquieto. No sabía cómo reaccionar, era una leyenda que todos los Riveras habían creido ficticia, pero todas las señales se presentaban, todos los indicio de que él pronto llegaría a cobrar venganza…

-Es real- Dijo Rodolfo mirando al espejo perpleto- Pronto saldrá El Tigre…

Continuará...

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