Dormitorio

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Pues tal y como se quedó Juliana, sin entender una mierda. Valentina se puso de pie y comenzó a caminar de un lado para el otro pensativa y musitando cosas sin sentido, tipo "no podemos ser ese uno por ciento" por mucho que la morena le suplicó que le dijera que narices le ocurría, ésta prefirió quitarle hierro el asunto. Ayudándole a retirar los platos de la mesa y lavar los cubiertos:

_ Te espero en la habitación en lo que terminas de secar los platos.

Ojala se lo hubiera dicho con voz erótica o alentadora, sin embargo, estaba más en el mundo de yupi que junto a ella. Juliana bufó, esa sería su vida ahora, constantes cambios de humor. "Ahora te pido que me hagas el amor, para luego cogerte como si no hubiera un mañana" Por lo menos se quedó, sorprendente, pero lo hizo, aferrada a su cuerpo, como si inconscientemente quisiera evitar que se fuera a algún lado. Sea lo que sea, una de dos o se le pasaba o terminaría contándoselo. Durante unos minutos le observó dormir, era tan bella con sus músculos faciales relajados.

La primera en despertar siempre era Catalina, llegara a la hora que llegara, siempre tenía la hora cogida, las seis de la mañana, ni un minuto más ni un minuto menos, lo primero que hizo, poner en marcha la cafetera, lo segundo y que no podía faltar más, agarró los desinfectantes, se puso los guantes y a limpiar la puerta, de solo pensar que el culo de su jefa se había rebozado ahí. Le estaba dando ahí con el fush fush cuando la puerta se abrió y roció a Lizzie con el desinfectante:

_ Eh chava, sé que he tenido sexo del guarro pero tanto así como para darme con el desinfectante_ dijo poniendo un mohín de asco_ ya te vale.

_ Estoy limpiando la puerta

Lizzie le miró extrañada:

_ ¿Por qué haces eso?

_ Porque me apetece hacer de chacha a las seis de la mañana no te jode.

Lizzie le recorrió con mirada lasciva:

_ Pues de sirvienta sexy te ves muy caliente

Catalina puso los ojos en blanco y señaló la puerta:

_ Borro las huellas que dejaron los glúteos de tu jefa_ se puso con los brazos en jarra y susurró_ a noche llegué y escuche como le empotraba contra la puerta, creo que se ha quedado a dormir.

_ ¿Por qué susurras?_ preguntó con el mismo tono_ le llamaremos la jefa diabólica pero no creo que tenga el oído tan agudizado como para que nos escuche_ puso los ojos en blanco_ le dije a Juliana que nada de zonas comunes.

Catalina alzó una ceja:

_ No eres quien para restringir nada preciosa, ¿Cuántas veces te habre pillado haciendo lo mismo?

_ ¿cogerme a la jefa?_ rio entre dientes y sacó la prenda que guardaba en su bolsillo_ nunca, pero oye añadir sus braguitas en mi colección sería todo un logro

Fue hasta la cocina para servirse un poco de café. Catalina no era la única que tenía la hora cogida, la ojiazul abrió los ojos perezosamente y miró el reloj. Gruñó porque tenía que irse para sacar a Buckbeak, pobrecito se había quedado solo. Sonrió tontamente al encontrarse a la morena junto a ella, profundamente dormida con un brazo rodeando su cintura. Se atrevió a darle un beso en la comisura de sus labios y acariciar su brazo con la yema de sus dedos. No pretendía despertarle, pero al parecer tenía sueño ligero y el ritmo de su respiración relajada cambió, entreabriendo sus ojos. Curvó la comisura de sus labios y con voz ronca le deseó los buenos días:

_ No quería despertarte_ respondió con voz baja_ me tengo que ir

Juliana con los ojos achicados miró la hora que marcaba su despertador, hizo un sonido quejumbroso y se aferró más a la rubia:

_ No, ¿por qué tan temprano?

Valentina esbozó una débil sonrisa devolviendo el abrazo:

_ Hay un cuadrúpedo que requiere de mis atenciones

_ Buck me odia es un hecho

Musitó poniendo morritos. Valentina amplió una sonrisa, ella tampoco quería irse de su lado, quería seguir así de bien en su mundo. Juntó su frente antes de ir en busca de sus labios, que esperaban impacientes por un beso. Que fue evolucionando de tierno a suave, dulce, hambriento, pasional, lascivo, carnal y cuando el ambiente se estaba caldeando, Valentina giró un poco la cabeza con un mohín de asco:

_ ¿Qué es ese olor?

Preguntó tapándose la nariz y conteniendo una arcada. Juliana extrañada echó un poco de aliento en su mano para olérselo. ¿Qué olería tan mal si no?:

_ Si tanto apesta mi aliento me lavo la boca en un momento.

_ No_ comenzó a negar con la cabeza, mientras se levantaba rápidamente para ir al baño_ no es eso

Juliana se incorporó un poco ceñuda ¿le habría sentado mal la cena?

Lizzie y Catalina estaban en la puerta de la cocina charlando, cada una con una taza de café en la mano. Sí señor, el café era vida y si la casa olía a café a primera hora de la mañana más. Las dos chicas quedaron boquiabiertas al ver como una rubia salía corriendo de la habitación de Juliana dando arcadas y entrando en el baño. Lizzie rio entre dientes:

_ Que basta la chica se la ha metido hasta el fondo

Catalina le dio un rápido cocotazo en la coronilla, provocando que emitiera un sonido quejumbroso y se frotase la zona que recibió el guantazo:

_ Tu jefa ha pasado delante de nosotras en pelotas ¿se te ocurre decir esa burrada?

_ Ahora ¿quién es la pervertida que se ha fijado en ese detalle?

_ Ve a cambiarte_ ordenó_ lo que faltaba ahora llegar tarde al trabajo

_ No_ se negó rotundamente_ en el pasillo pasan cosas inusuales, como jefas desnudas correteando por el pasillo, que miedito

_ Lizzie

La castaña alzó las manos en son de paz, le dio la taza y dijo en voz alta mientras se aventuraba a ir por el pasillo:

_ Está bien, pero me pagas el psicólogo

Catalina rodó los ojos antes de llevar las tazas al fregadero. Un pensamiento fugaz pasaba por su cabeza mientras sonreía traviesa "qué psicólogo ni que ocho cuartos, nunca me he fijado pero la satán mirándola de esa perspectiva tan... humana, está buena"

Juliana sí que se puso la ropa interior y una camiseta, antes de salir y llamar la puerta del baño. Lizzie se cruzó con ella, no dijo nada pero sí que levantó los pulgares en señal de ánimo:

_ Valentina _ le habló todo lo pegada que pudo a la puerta_ ¿estás bien?

_ Si_ escuchó la cadena_ es el café últimamente no puedo con ese olor.

Catalina también estaba pasando en ese instante alzó una ceja, abrió la puerta de su habitación y riendo entre dientes, musitó "A que ahora atinó con la amante" miró a Juliana antes de entrar a su cuarto:

_ Menuda pistolera estás hecha vaquera

_ Voy a entrar

Valentina estaba negando cuando Juliana entró sin permiso. Que le gritase si le daba la gana, de momento esa era su casa y ya se estaba preocupando demasiado. Le encontró apoyada en el lavabo se acababa de enjuagar la boca:

_ Vamos a que te vea un medico

Fue una orden más que otra cosa, puso la mano en la frente de Valentina para ver si tenía la temperatura alta, no parecía tener fiebre, pero si tenía pinta de tener unos grados un poco más altos de lo normal. Valentina le quitó la mano de la frente y le dijo con tono reconfortante:

_ Estoy bien, no hace falta que te preocupes.

_ Valentina _ le aferró las mejillas para fijar su mirada_ soy tu pareja, es normal que me preocupe ¿No?

La ojiazul agarró sus manos y le miró con ojos vidriosos:

_ Repítelo

_ Me preocupo por ti

Valentina esbozó una risita, se sentía como una adolescente en esos momentos, culpaba a las putas hormonas, o el efecto que le causaba Juliana cuando le tenía así de cerca, acariciándola, mimándola y mirándola con amor:

_ No, me refiero a lo que dijiste antes de eso

Los labios de Juliana se curvaron y le rodeó con sus brazos:

_ Soy tu pareja

_ ¿hay que ducharse no?

Preguntó mientras comenzaba a desnudar a la vaquera, le ayudó levantando los brazos para que le quitara la camiseta, bóxer fuera, sin dejar de besarse y a trompicones entraron en la ducha. De nuevo, los gemidos sonoros ni el caer del agua los camuflaba. Catalina había salido con su albornoz de baño, su neceser, todo listo para ducharse, se quedaría sin su ducha matutina. Lizzie carcajeó:

_ Suerte que me duché en casa de Maya.

Catalina la miró con ojos como orbitas:

_ ¿Te acostaste con Maya?

_ Cata vamos, ya sabes que puedo ser muy persuasiva.

_ En cuanto llegué limpio la ducha con desinfectante

Dijo un poco indignada. Primero la noche anterior no podía entrar en su piso, y encima se le restringió la ducha porque no tenían un cuarto precioso como para fornicar como conejos. Al menos fue uno rápido. Pero claro, no podía fulminar con la mirada a la invitada, era su jefa, que no solo le ordenaba en la empresa, ahora tenía que ir apropiarse de su casa. Cuando la ojiazul salió de la habitación arreglada, estaban a punto de irse para la empresa, no vaya a ser que les dijera que llegarían tarde:

_ Lizzie_ les paró satán_ hoy va ir alguien muy importante que estará supervisando todas las plantas y secciones, avisa a todo el mundo_ la castaña asintió, no le quedaba de otra_ hoy no voy a ir, las llamadas importantes me las desvías al teléfono móvil_ suspiró_ si es Alex Vause te inventas que estoy indispuesta

_ Si_ hizo un saludo militar_ mi sargento

Valentina alzó las cejas. Catalina le dio un manotazo y le dijo entre dientes:

_ Lizzie, que no deja de ser nuestra jefa

Lizzie, al caer en la cuenta de que hablaba con la endemoniada de su jefa, agachó la cabeza y musitó con tono de arrepentimiento:

_ Disculpe señora Carvajal, eso haré

Ahora fue Juliana quien le dio un manotazo a la rubia, que le miró con el ceño fruncido, Juliana no dijo nada, tan solo hizo una seña con la cabeza a Lizzie. Valentina puso los ojos en blanco antes de chistar con la lengua:

_ Estamos fuera de horario del trabajo_ decía dándose por vencida_ como si me llamas satán en mis propias narices.

Comenzó a pasar por el lado de sus empleadas para salir por la puerta, Juliana le seguía, habían quedado que pasarían el día juntas, hacer otras actividades que no implicara sexo, que estaba muy bien, pero la morena quería conectar en todos los sentidos posibles:

_ Como voy hacer eso_ decía Lizzie con fingida humildad_ señorita Carvajal

Valentina se giró un poco y si Catalina le había dado un zape a la castaña por burra, la joya que soltaría Valentina no se quedaba atrás:

_ ¿Por qué? Juliana lo hace y me la acabo de coger en tu cuarto de baño_ La vaquera sintió como el rubor se apoderaba de sus mejillas_ bonita ducha por cierto

_ Valentina

Le susurró de forma solícita la vaquera mientras caminaban por el pasillo. Dejando a una Catalina y Lizzie boquiabiertas. Hasta que la castaña rompió a reír:

_ Borde, basta y sin pelos en la lengua, ahora sí que me cae bien.

En cuanto llegaron a su piso lo primero que hizo la ojiazul fue cambiarse, Juliana le había dejado ropa deportiva, ya le gustaría tener la misma talla de pantalones vaqueros, pero la rubia era más alta y más delgada. Juliana esperó mientras intentaba intimar con Buckbeak, que al menos estaba sociable acercándose a ella y meneando la cola de alegría, no le gruñó cuando le acarició esa era buena señal.

El paseó duro un par de manzanas, hasta llegar a la terraza de una cafetería donde podían atar la correa de Buckbeak y sentarse a desayunar tranquilamente:

_ ¿Me pides un zumo? Y ¿un croissant?_ señaló la farmacia que había enfrente_ yo voy a ver si tienen_ pareció meditar lo que iba a decir durante unos segundos_ a ver si tienen algo para las nauseas

Juliana asintió y esperó a que le atendiera un camarero. Valentina intentaba fingir todo lo posible, pero lo cierto es que se estaba muriendo por los nervios. Pero ¿qué mierdas estaba ocurriendo? La cita con la doctora Humphry era en una semana. Mientras hacía cola para que le atendieran, mira que había clientela de tan temprano, ni que regalaran caramelos en una farmacia, sacó su móvil y llamó:

_ Señora Carvajal ¿Qué hace llamando tan temprano?

_ Quiero que me adelante la cita

Se escuchó un bufido al otro lado de la línea:

_ ¿Tanta prisa tiene por hacerse la ligadura?

Valentina sintió un gran dolor en su pecho cuando contestó a su pregunta:

_ A lo mejor tienen que interrumpirme un embarazo

_ ¿Se hizo ya las pruebas?

_ a eso voy ahora_ Apretó los dientes_ me dijo que los anticonceptivos eran fiables

_ Con una fiabilidad del 99%_ de defendió la ginecóloga_ ¿Quién iba a decir que usted o el padre iban a ser muy fértiles?

Estaba a punto de llegarle su turno, así pues metió prisa:

_ Doctora Humphry quiero una cita en cuanto antes, con urgencia

La doctora Humphry volvió a suspirar dándose por vencida:

_ Está bien ¿dentro de tres días?

_ dentro de tres días tengo un evento

La mujer gruñó, esa rubia era muy insistente cuando se lo proponía y cuando no, todos esos años siendo una obsesa de la precaución, para que dé un momento a otro, fuera de las que entraban en el grupo del uno por ciento. Eso que no conocía las sorpresas que podía dar un embarazo tomando anticonceptivos:

_ ¿Pasado mañana le viene bien?

_ Perfecto, tengo que colgar_ ya le había tocado su turno_ adiós

En un principio pidió un test de embarazo, pero solo por si acaso pidió dos. Siempre existía el falso positivo y no quería arriesgar a sufrir un infarto para que luego resultase un falso positivo. También estaba el dilema, ¿Se lo decía a Juliana? La observó antes de cruzar, sentada en la terraza, con el perro, parecía una loca hablando con el perro y a su vez tan mono. Había un pequeño (grande) problema. Juliana estaba en contra del aborto. Agachó la cabeza, tendría que decirle las razones y tampoco quería enfrentarse a eso, pero quizás si le daba a entender por qué no quería tener hijos, no la dejaría:

_ Juliana_ dijo nada más acercarse_ tengo que ir al baño un momento no tardo

Tardaría lo que necesitara los dichosos test, lo que le parecieron una eternidad, casi se quedaba sin uñas, le daba miedo mirar, pero no le quedaba de otra, primero un test, maldijo y lo tiró corriendo al cubo de basura, con el segundo maldijo también y ya ves sí que maldijo en voz alta, llevándose las manos a la cabeza. Un jodido uno por ciento. Eso no le podía estar ocurriendo. No, se negaba a creerlo, ella no estaba hecha para ser madre. Se refrescó la cara e intentó calmarse, para que Juliana no sospechara, tenía que ver cómo decírselo:

_ ¿Todo bien?_ Preguntó preocupada_ has tardado

_ ¿Qué pasa ahora me cronometras a cada sitio que voy?

Preguntó de forma cortante. La expresión de Juliana cambió por completo y se apoyó en el respaldo de la silla, pues sí que había durado mucho la luna de miel. Valentina se restregó la cara agobiada antes de seguir diciendo con tono arrepentido:

_ Perdona, no quería hablarte así_ cogió aire y lo soltó_ es que ando muy agobiada por descubrir quién es el espía que pasa información a Ford Models.

_ Valentina _ Juliana se volvió acercar para agarrarle de la mano_ si ya no te entusiasma Division Models ¿por qué no se lo devuelves a Alex Vause? Sigues teniendo los almacenes que te dan suficiente dinero para esta vida y veinte más.

Valentina arrugó la frente y comenzó a removerse nerviosa:

_ Quiero que me acompañes esta tarde a un sitio

Juliana dibujó una sonrisa, para dificultarle a un más las cosas a la rubia:

_ ¿A dónde?

_ A conocer la otra parte de mi_ mantuvo su expresión impasible_ esa que te hubiera gustado conocer y que te hubiera enamorado de verdad, la Valentina que te hubiera merecido.2

_ Valentina no empieces a compadecerte

_ Juliana_ retiró su mano_ puede que cuando haya terminado el día ya no quieras estar conmigo.

_ Lo dudo

Dijo de forma tozuda. ¿Qué le pasaba a esa mujer? ¿Ya volvía con su bipolaridad? Primero blanco y luego negro, el gris existía lo que pasaba es que no encontraba la forma de hallarlo con Valentina. Se dio por vencida, no tenía más remedio que esperar a la tarde. Por el momento, la mañana la pasaron con Buckbeak, con forme pasaba las horas, el perro, tenía más confianza, tanto que estuvo un buen rato jugando con ella. Un rato corto, el animalito era viejo. Debido a los cambios de planes tan inoportunos. Valentina optó por pedir comida para llevar, le hubiera gustado cocinar. Pero se le antojaba pato a la naranja:

_ Buckbeak era el regalo de Barry_ soltó el bombazo cuando observó cómo Juliana jugaba tirándole la pelota por el pasillo_ siempre pedía un perro para navidades, hasta que Oliver apareció con Buckbeak siendo tan solo un cachorro. En un principio no me podía ni ver_ rio entre dientes_ me sacaba de quicio que me llenara los sillones de pelos. A pesar de su carácter es muy fiel.

La pregunta exacta que pasó por la cabeza de Juliana fue ¿Qué pasó con Barry y Nate? Pero era demasiado arriesgado. Ya poco a poco le contaba cosas. El perro no era suyo, era de su hijo Barry:

_ Tiene tú mismo carácter

Mentiría si decía que se moría por averiguar ese lugar, pero después de comer, se sentaron a ver una película que alquilaron en el videoclub de la televisión por cable. Diez cosas que odio de ti. Tumbadas en la cheslong, Juliana dibujó media sonrisa y le susurró en el oído:

_ Tú sobrepasas esas diez razones, pero una buena razón me es suficiente para amarte

_ Conformista

_ Masoquista más bien

Valentina apoyó su cabeza en el hombro:

_ Yo soy la sumisa, ¿recuerdas?

Era como siguiera el horario de su trabajo. A menos en eso cayó en la cuenta. La hora que salieron de su piso, era a la que solía irse Valentina del trabajo. Conocería su oscuro ritual, en cierta forma daba miedo. Sobre todo, cuanto más se acercaba el momento de la verdad, Valentina parecía pasarlo mal, incluso hubo un momento en el coche, que Juliana sin poder evitarlo:

_ Valentina, si tanto te cuesta no hace falta que lo hagas_ le agarró de la mano_ no te sientas obligada, yo te quiero y puedo esperar a que te abras a mí.

_ Quiero hacerlo

_ Es que parece que te vayan a matar y así, no sé si quiero saberlo

Valentina no dijo nada, lo cierto es que no se alejaba mucho, esa hora era muy significativa para la rubia y para Oliver, en más de una ocasión se había encontrado con él, se puede decir, que durante unos minutos al día ambos tenían algo de tregua.

Un jardín lleno de nombres, un jardín lleno de flores, secas, del día, un jardín lleno de recuerdos y seres queridos, que una vez estuvieron presentes físicamente, que tocaron y dejaron huella. Koimetérion no procede del latín, sino un término griego cuyo significado es dormitorio. Dormitorio, esa palabra era más bonita a lo que acostumbraban a llamar ese lugar cementerio incluso es preferible llamarlo camposanto. Valentina guío a la vaquera entre lapidas y panteones. Hasta quedar paradas ante dos lapidas, de esas que hielan la sangre y dejan sin aliento. No porque sea un lugar que todos temen, o porque seguramente bajo sus pies, a metros bajo tierra descansaban huesos humanos. Fechas, las fechas eran las auténticas culpables de ese ahogo y los nombres, cada consonante y vocal resultaban ser como auténticas puñaladas, si eso era para Juliana ¿Cómo sería para Valentina Carvajal? Bartholomeo Ballesteros Carvajal 2006-2012, Nathaniel Ballesteros Carvajal 2009-1012. Las Moiras fueron despiadadas cortando los hilos que en su día relucían la bella juventud y los rayos de la autentica vida :

_ ¿Estás preparada para conocer mi historia? Juliana Valdés

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Capítulo dedicado a monikaJBR

Esta historia NO me pertenece es una ADAPTACIÓN que se esta realizando con la AUTORIZACIÓN de su autor. Todos los créditos y derechos pertenecen a:
elio_kin

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