Jacobo o Lupe

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Serena llevaba al pequeño Oliver en la carriola. Valentina en ningún momento le despidió ni le insinuó nada por el estilo. La fotógrafa tenía mucho en Chicago, Liah le permitía ver a su sobrino de siete meses y juntaban a los primitos para que jugaran. Aun así, decidió marcharse de Division Models. Tenía dinero para estar una temporada sin trabajar y dedicárselo a su hijo. El pequeño tenía muchos rasgos de su padre, pero había heredado el color de ojos de ella. Iba a ser todo un guapo y siempre sabría la verdad. Su padre murió por protegerla.

Había entrado en un Starbucks para tomar un batido, estando embarazada había suprimido los cafés de su dieta y desde entonces toma batidos o zumos. Esa mañana escucharía una frase de lo más interesante y de la persona menos inesperada. Pues en el mostrador se encontró con su ex, el arrogante Dan, ese mismo, sirviendo cafés con una sonrisa de oreja a oreja:

_ ¿Dan?

Preguntó estupefacta la morena. El chico amplió más su sonrisa, seguía estando igual, moreno, alto, musculoso e increíblemente atractivo, con la diferencia de que llevaba el uniforme del Starbucks y no parecía tan prepotente, pensó que se avergonzaría, él siempre se avergonzaba de haber formado parte de la clase media, pero no:

_ Serena_ dijo con alegría_ Cuanto tiempo ¿qué te sirvo guapa?

La ex fotógrafa intentó percatarse de que no estaba drogado o borracho, como para confundirse y pensar que era un empleado del local, pero no, estaba despejado. Esbozó una sonrisa:

_ Un batido de fresa con nata ¿qué haces aquí?

Siguió preguntando curiosa. Dan esbozó una sonora carcajada:

_ Para ser fotógrafa que poco observadora, ¿el uniforme no de da suficientes pistas?

Serena puso los ojos en blanco, seguía siendo igual de vacilón:

_ Ya sabes lo que me refiero_ comentó elevando la voz mientras el chico preparaba su batido_ pensaba que habías ido a trabajar Modeling Chicago, tengo entendido que ha desbancado a Ford Models y es quien hace competencia a Division Models.

Dan puso una bandeja y colocó unas servilletas, antes de colocar el batido en la bandeja. Terminando con un encogimiento de hombros:

_ Lo dejé, demasiado glamur acaba cegando a cualquiera_ miró a su compañero_ Carl, sustitúyeme un rato.

Salió de detrás del mostrador y se sentó con la ex fotógrafa. Ya hacía casi dos años que no se veían, ni si quiera se había enterado de que Serena había tenido un hijo. Claro que la vida tan acelerada y poco sana que llevaba le impedía enterarse de muchas cosas. De eso estuvieron hablando. Dan podía tener un estilo de vida mucho más alta, los Humphry tienen buena posición social y ni hablar de lo económico. Al parecer al poco de dejarlo, más bien Serena hasta las narices de su comportamiento tan pedante e infantil, sufrió un accidente del cual apenas sobrevive para contarlo. Fue cuando decidió cambiar, ¿por qué tantos lujos? El ser humano pude sobrevivir con lo más esencial, un lugar donde vivir, tener alimento y eso lo conseguía con el sueldo que ganaba en el Starbucks o el empleo que tuviera, aunque tenía dinero, siempre intentaba sobrevivir con lo que ganaba, hasta el momento había trabajado de camarero en un bar, albañil, vendedor de enciclopedias, lo que la vida le reparara "Voy a donde mi sino me lleve":

_ ¿qué felicidad da un Ferrari?_ lo cierto es que hablaba hasta por los codos... No sé si dará la felicidad Dan pero no me desagradaría tener un Ferrari en mi garaje... como iba diciendo_ Quiero vivir, no me refiero a salir de fiesta y despertar sin saber dónde carajos estoy, quiero viajar y conocer sitios culturales y no las mayores discotecas, yo que sé formar una familia

Serena alzó las cejas de pura sorpresa. ¿Familia? Pero si Dan era anti familia:

_ Vaya, sí que viste la luz con ese accidente

_ ¿Y tú?_ preguntó mirando al pequeño que estaba dormido_ ¿Casada? Por lo que veo

La sonrisa de Serena se le borró, ya había pasado un año y dos meses desde que Oliver murió. Había días que se reprochaba no haberle dicho aquella mañana que aceptaba a su propuesta de matrimonio. Pero de él obtuvo el mayor regalo, a su hijo:

_ Por llamarlo de alguna manera, soy viuda

La sonrisa de Dan se le borró y apenado dijo:

_ Lo siento mucho

Serena se encogió de hombros y contuvo las lágrimas. Muchos creían que Oliver era malo, creían que era egoísta, cuando lo cierto es que era un hombre dolido con muchos fantasmas, los cuales no dejaban de atormentarle:

_ De eso ya hace más de un año.

Dan se quitó la gorra y comenzó a manosearla. La chica ocultó una sonrisa al fijarse que se había dejado una cresta a lo mohicano. El chico moreno la miró con gesto arrepentido:

_ Serena me gustaría pedir disculpas, no fui el mejor de los novios y soy consciente que te hice pasarlo mal, solo espero que me perdones por todas las noches que te he dejado sola por irme de fiesta...

_ Eso es el pasado Dan

_ Sea el pasado o no Serena, prefiero tener la decencia de reconocer mis errores, saber que sigo mi vida habiéndome ganado el perdón de todos a cuantos herí

_ Si eso te hace sentir mucho mejor, tienes mi perdón Dan

El chico amplió una sonrisa, mostrando su perfecta dentadura blanquecina. Sin importarle que se pasara su tiempo de descanso siguieron hablando de todo un poco. Mayormente siguió hablando la morena. De los planes que tenían cada uno y resultó que ese nuevo Dan era mucho más agradable de lo que esperaba. Se lo habían pasado tan bien hablando y riendo, que se habían propuesto tomar otro café a la siguiente semana, a la misma hora y en el mismo Starbucks.

Juliana estaba sentada en el suelo del salón y en frente estaba Valentina, dejando un pequeño hueco, los mellizos ya tenían nueve meses y las mamás estaban emocionadas, ya podían dar sus primeros pasitos, después de que aprendieran a gatear a los seis meses en vez de a los siete, Valentina estaba segura que darían el primer paso a los ocho meses, pero debe ser que esperaban a que Juliana también pudiera dar los primeros pasos sin necesidad de muletas. Juliana tenía agarrado a Mateo y Valentina a Mariana, la vaquera se encargaba de llamar a la niña y la ojiazul al niño, con una manita en un principio les ayudaba y a dos o tres pasos los soltaban, estos en cuanto se rencontraban con sus mamás se abrazaban sonrientes, porque les festejaban los logros. Juliana abrazó a la niña y le hizo pedorretas.

Carta de Valentina

Hoy me deleite viendo su relación con su madre. Como le sonreian sus pedorretas, o los juegos. Al igual que ustedes también le toca aprender, a caminar sin ayuda, a volver a mover las extremidades que había perdido fuerza y sensibilidad, se puede decir, que fuisteis la fuerza que impulso a que se levantara de nuevo. Incluso en sus días más oscuros, le conseguíais hacerle sonreír, ojala pudiera atribuirme el mismo merito, pero hay lugares de su corazón que ni si quiera yo puedo alcanzar, partes de su alma que solo un hijo es capaz de llegar. Lo sé, porque conmigo hacen lo mismo.

Debo ocultar mi rostro cada vez que recuerdo cuando por fin pudo cerrar su mano agarrando la de Mateo, unos ojos marrones tan brillantes y llenos de orgullo nunca lo había visto.

"Mira Valentina, aun me falta fuerza pero ya puedo agarrarle las dos manitas"

Para fuerza el que tuviste mi pequeño, que te aferraste a tu mamá y sonreías como un condenado. Al final dieron los primeros pasos, sonreímos, festejamos y los abrazamos orgullosas, aunque eso no quitaba el hecho de que temiera. Nacieron con la energía Valdés y como si lo estuviera viendo. Precintando cada esquina y corriendo de un lado para el otro me tendréis. Aunque Juliana estaría encantada, ya os ha comprado las primeras gorras Los Chicagos Bears. Incluso ya los ha sentado a ver partidos alguna tarde con ella. Debo decir que deportes tan agresivos no me gustan, pero los veo a los tres y consigo derretirme.

No solo son las fuerzas de Juliana, sois el milagro, el atisbo de luz que llevaba esperando años, no existen palabras, no existen expresiones, que puedan definir lo que Juliana siente hacía ustedes, pero si se siente, se siente con su tono de voz, su forma de abrazaros o de miraros. Creo que toda esta palabrería acabaría sobrando. Creo que podríamos reducirlo siempre a lo mismo. LOS AMAMOS. Sus madres los aman con cada fibra, átomo, que están compuestos nuestros cuerpos.

Por siempre Valentina.

Al menos ahora Juliana podía mantenerse más tiempo en pie, ayudada con las muletas, aun le faltaba fuerza, pero ya iba valiéndose por sí misma y como los pequeños Valdés, en el momento que comenzó a dar los primeros pasos, al día siguiente ya quería salir e ir de un lado para el otro. Desesperando a Valentina. Era lo malo de la maternidad, que iba con el estado de alerta casi las veinticuatro horas, temía que se cayera o se hiciera daño. Ganando alguna que otra discusión, para nada fuertes, siempre acababan abrazadas y comiéndose a besos. Pero si era cierto, que habían pasado de ser independientes, de ir cada una por su lado y hacer lo que les daba la gana, a tener que aguantarse, Valentina tenía pensado regresar a la empresa en el momento que Juliana pudiera encargarse de los mellizos sin ayuda. El único tiempo que no se ven es cuando está en rehabilitación o consiguió escaquearse.

Los primeros días, cuando Juliana poco a poco fue comenzando a asumir su situación, parecieron vivir una luna de miel por anticipado, compartían en familia, los ratos que los pequeños descansaban o se iban con las tías Catalina y Lizzie, se entretenía viendo películas, series o se metían mano en plan adolescente. Hasta que por fin el momento esperado por la ojiazul. Que la rubia no es de piedra, veía a Juliana todos los días desnuda cuando la bañaba y para Valentina si le parecía un acto muy erótico enjabonar su cuerpo escultural, sus largas piernas, su abdomen, sus pechos turgentes, su... no quería mirar mucho ahí que las manos iban al pan y tampoco era cuestión, de que su mujer rozara la depresión en un principio y la rubia pidiendo sexo, así que, celibato total, dando apoyo a su mujer. Tratándose de Valentina, eso era una declaración de amor en toda regla.

Por lo menos sus vidas se iban normalizando, vida familiar feliz, sorprendentemente unas amistades increíbles, una vida sexual sana, para Valentina era como vivir en otro mundo alternativo o que había sido ella la que estaba en coma. Hacía un año y dos meses su vida era puro dolor.

Juliana estaba tan orgullosa de los progresos que estaba dando, incluso propuso animada comenzar con planes de boda. En un principio antes de que ocurriera lo del zoo, habían hablado de algo pequeño y poco ostentoso:

_ Quiero que sea a lo grande_ sorprendió con ese cambio_ no quiero que sea la mejor del mundo ni la más elegante, lo que quiero es que el mundo sepa que me estoy casando contigo_ Valentina curvó la comisura de los labios, ya estaba en plan densa_ Valentina Carvajal no puede ser de nadie más, es mía

_ ¿esa vena posesiva que te ha dado?

Preguntó con tono jocoso la rubia, mientras doblaba la ropita de los mellizos. Juliana estaba sentada enfrente del escritorio que habían colocado en la habitación, conforme iba cambiando sus ánimos y estados de humor, también lo hacía por retomar sus estudios. La vaquera levantó el dedo índice, exagerando expresión seria:

_ Silencio, se supone que soy yo la dominante y tú la sumisa_ ordenaba con tono serio fingido_ chúpame la punta del pene esclava

Valentina carcajeó y le enseñó el dedo corazón:

_ Esto te voy a chupar

Juliana exageró un mohín molesto, casi rozando lo cómico. La rubia volvió a carcajear. Una boda a lo grande o pequeña, mientras estuvieran las personas más importantes de su vida, aunque suprimiría a Lupe. Bueno desde que Juliana le paró un poco los pies no lo tomaba tan de seguido contra Valentina. Ésta, dejó la ropita y se acercó hasta la vaquera, giró un poco la silla de escritorio y se puso a horcajadas, rodeándole el cuello con los brazos y chocó sus labios, girando los rostros, rozando la punta de la nariz en el proceso y dejando que sus lenguas crearan protagonismo, hasta el punto de tener que separarse unos centímetros para coger aire:

_ Volviendo al tema importante...

Comenzó a decir la vaquera, pero en seguida Valentina le interrumpió poniendo los ojos en blanco:

_ No te la voy a chupar

Juliana frunció el entre cejo:

_ ¿Quién te ha hablado de chupar nada? Uy que mente más sucia tienes guarrilla_ Valentina abrió la boca antes de acercarse al lóbulo de su oreja y morder un poco fuerte, Juliana entre sonidos quejumbrosos_ vale, vale, hermosa flor de primavera.

Las dos carcajearon, la vaquera le rodeó la cintura con los brazos, notando un punto de presión más fuerte mientras que el otro parecía rozar solo. Valentina apoyó su frente con la de Juliana, perdiéndose cada una en el claro de sus ojos:

_ ¿Quieres una boda grande?_ preguntó al final la rubia_ pues tengamos una boda grande, pero que conste que yo no pienso estar pendiente de todos los preparativos tienes que ayudarme.

Juliana amplió una sonrisa y le dio un veloz beso:

_ Hecho_ se impulsó un poco para girar la silla, aun con Valentina en su regazo_ es más, ya tengo vistos unos lugares donde podemos ir para la luna de miel

Valentina se cambió de posición, sentándose sobre sus piernas, para mirar la información sobre condados, ciudades incluso otros países. Había algo que le pareció de lo más extraño:

_ París no viene, pensaba que querías subir la torre Eiffel

_ Asfalto, cemento, contaminación, eso no me gusta_ se encogió de hombros_ lagos, playas, arena, verde, montaña animalitos, eso me gusta más, pero si tú quieres ciudad...

_ No, no_ interrumpió Valentina_ mientras que no nos pasemos con la naturaleza_ dijo riendo entre dientes_ es decir, un lugar donde no haya muchos mosquitos, puedes elegir tú, siempre y cuando viajemos en primera clase.

_ Hecho y ahora_ dijo ya más picarona, la pegó a un más a ella y con su mano derecha comenzó a masajear el seno de Valentina_ tenemos que discutir, otro punto importante.

Valentina tenía el labio inferior mordido y esbozó una risita, seguida de un suspiro sonoro, los labios de Juliana recorrían su cuello y pegando su culo a su entrepierna pudo notar su erección:

_ No te la voy a chupar

Juliana rio entre dientes, y fue descendiendo su mano por su abdomen, e introduciéndose lentamente, por sus pantalones cortos:

_ No es de eso de lo que tenemos que hablar_ paró lo que estaba haciendo, provocando que Valentina emitiera un sonido quejumbroso_ ¿los niños se quedarán con los abuelos de Aspen o los abuelos de Florida?

_ Eso es indiscutible_ dijo Valentina_ Florida

_ Aspen

Dijeron al unísono, el momento de bromas y excitación a la porra:

_ Ni loca dejo a los niños con tu madre Juliana

_ Ni yo pienso dejarles con tu padre, es capaz de traumatizarlos con reptiles carnívoros

Valentina se giró un poco para mirarle a los ojos:

_ De primeras tienen un año, de segundas es eso o correr el riesgo de que la loca de tu madre bautice a los niños a nuestras espaldas, acuérdate del crucifijo que puso debajo de las cunas para ahuyentar a los malos espíritus ¿Dime quien puede traumatizar más a los niños?_ Juliana torció el gesto, tenía razón se pasaba algunas veces_ siempre que nos visita acabamos casi un mes sin sexo porque o te traumatiza, te sugestiona o es la que interrumpe y hay penes partidos en el proceso.

Juliana puso gesto de dolor, si es solo pensándolo, agradecía haber olvidado ese detalle, es como si su cerebro hubiera hecho un reset y se negaba a recuperar aquella vivencia. Al final la vaquera se dio por vencida. Macario era muy condescendiente con su madre, cosa que no pasaba con Lucia que controlaba un poco a Jacobo:

_ Está bien, se quedan con tus padres_ la miró rendida y siguió con un_ ¿ahora me la chupas?

_ Que huevos

_ Esos también quiero que me los chupes

Dijo con mofa, haciendo reír a Valentina. Entre unas bromas y otras el ambiente comenzaba a caldearse de nuevo, y justo iban a proceder a quitarse la prenda de arriba, el escucha bebes. Momento frustrado:

_ Eso nos pasa por hablar mucho.

_ Ve tú, no voy a dejar que mis hijos me vean así

Se señaló la entrepierna, llevaba los pantalones deportivos que tanto le gustaban a Valentina y se le marcaba todo el paquete, haciendo que a la rubia se le hiciera la boca agua y le chorreara otras partes de su cuerpo:

_ Intenta mantenerte así para que su mami si te vea

Valentina dio el biberón a los mellizos, los meció y dejó que soltaran los gases, con el paso de las semanas llegada a la noche se hacían más inactivos, cosa que se agradecía, porque con el día ocurre todo lo contrario, son muchísimo más activos. Ni que decir de su madre, ocurría todo lo contrario, desde que cada vez cogía más fuerza y movilidad se volvió mucho más activa de noche. Valentina no se iba a quejar, todo lo contrario, cuando regresó a la habitación se encontró con Juliana desnuda en la cama, tapada por la hasta la cintura con la sabana de seda, notando el bulto de su pene erecto:

_ Me dijiste que me mantuviera así ¿no?

Valentina amplió una sonrisa picarona y comenzó a desnudarse en lo que caminaba hasta la cama, quedando en ropa interior, gateó cuan felina salvaje hasta que sus labios, hambrientos de besos desenfrenados se encontraron. No hacía falta mucho estimulo, la ojiazul chorreaba cada vez que sentía a Juliana excitada. La vaquera se separó un poco y abrió el cajón de su mesilla auxiliar:

_ Valentina mira a ver si en tu cajón hay condones

Qué momento de tener que parar, cuando abrió el cajón puso ojos como platos, miró a la vaquera y negó con la cabeza. La morena emitió un sonido quejumbroso. Quedarse con el calentón era doloroso. Valentina asumiendo que no había condones no habría penetración, por lo tanto nada de sexo, se metió debajo de las sabanas y dio la espalda a Juliana:

_ Buenas noches

Juliana se acercó suplicante:

_ Anda ¿qué tal el sesentainueve?

_ Juliana ya sabes cuál es el precio por el sexo oral

La vaquera se apoyó en el cabecero, con los brazos cruzados enfurruñada:

_ Es que no es lo mismo, yo puedo pagarte con la misma moneda

Valentina abrió la boca por la sorpresa, se giró a la vaquera e intentó ni mirar, dichoso pene perfectamente hecho a su medida:

_ ¿Pagar con la misma moneda? ¿Qué me hiciste el otro día cachonda?

_ Tú no te quejas, al contrario a ti te gusta

La ojiazul puso los ojos en blanco:

_ ¿Cómo sabes que a ti no te gusta?_ se acercó para susurrarle con voz llena de erotismo_ bien que te corres cuando hago otras cositas ahí

_ Hablamos de envergaduras distintas_ achicó los ojos_ ¿No tendrá forma de pene? Entonces mucho menos

_ Te lo enseño, tampoco es tan grande_ se levantó y sacó de debajo de la cama una caja, de ella sacó un arnés con un dildo doble, para el disfrute de ambas_ ves, no tiene forma de pene_ viendo la duda en Juliana siguió tentando mientras movía el arnés_ y después te la chupo todas las veces que quieras esta noche.

_ Te juro Valentina, que como te diga, para y no lo hagas

Valentina bailó la macarena mentalmente triunfante. Era cierto de que Juliana disfrutaba de Valentina todo lo que ella quería, oral, anal, vaginal y aunque Juliana al final accedía a que le metiera el dedo, la ojiazul se moría por probar el arnés con la morena. Le había prohibido el sexo oral, hasta que al menos, lo probara, que si no le gustaba ella acabaría parando:

_ ¿Me pongo al borde de la cama?

Preguntó, para Valentina le resultaba más cómodo introducirle el dedo mientras le daba sexo oral en esa posición. Pero en esa ocasión solo se trataba de estimulación anal, así pues, tal y como Juliana se entretiene en estimular y dilatar su ano para darle sexo, lo hizo en esa ocasión la rubia:

Túmbate y ábrete de piernas. Con todo preparado, gel de agua especializado para sexo anal, guantes y lo más deseado por la ojiazul, el arnés. Juliana, algo nerviosa se tumbó boca arriba. Estaba nerviosa, ¿por qué accedía a esas cosas? Lo primero, su amor por Valentina. Reaccionó al frescor del gel extenderse en su entrada, la rubia estaba entre sus piernas y mientras acariciaba la entrada de su ano, llenaba su cuerpo de besos, evadiendo en un principio sus zonas más erógenas, sobre todo el pene. Quería que le durara hasta la llegada del arnés y eso llevaba su tiempo. Estimuló, estimuló, hasta introducir un dedo, rozando su zona p, haciendo que Juliana gimiera, poniendo en un principio gesto de molestia, ya que estaba acostumbrada a la intrusión de un solo dedo, y en esa ocasión le estaba introduciendo más de uno. Estimuló, estimuló hasta que llegó al tercero y como el dildo era más pequeño y de una forma distinta al pene masculino, no hizo falta aventurarse con un cuarto dedo y por muchas caras de molestia que pusiera Juliana al final acababa gimiendo. Valentina se quitó las braguitas y se puso el arnés, impregnando el dildo con lubricante de agua. Juliana quedó... excitada, esa era la palabra, Valentina estaba sexy con ello puesto:

_ ¿Qué tal estoy?

Juliana tragó saliva y dijo con tono tembloroso:

_ si te digo que me he puesto todavía más cachonda te sube más el ego

Valentina carcajeó, conocía otras posturas más cómodas, pero quería que llegara al orgasmo no solo con penetración anal, se acercó más a su entrepierna, notando su erección en su pelvis, gimiendo de excitación y como si fuera el misionero, pero con papeles invertidos, obviamente sin aplastar demasiado no fuera a partirse otra vez el pene por un movimiento brusco, lentamente comenzó a penetrarle.

Era la primera vez que usaba un arnés, lo habían usado con ella, pero no al revés, se podía decir que daba una sensación de dominio, era excitante. El roce del pene erecto rozando el abdomen de Valentina, mientras ésta movía su pelvis, buscando el ángulo adecuado para que rozara la zona p, mientras que en su interior sentía la parte del dildo que le respondía. Acallando todo lo posible los gemidos de ambas. Y qué imagen que estaba viendo Juliana, los pechos voluptuosos de Valentina votando, o rozando los suyos mientras se movía, volviendo loca a la vaquera cuando también usaba su mano para masturbar a la vez:

_ Juliana_ dijo casi sin aliento_ esto es demasiado, me voy a correr

Dijo apretando el muslo de la vaquera y temblar, intentando no cesar el ritmo con su mano, masturbando el miembro de Juliana que evidentemente le excitó mucho ver como Valentina llegaba al orgasmo, apunto de llegar, un orgasmo de lo más interesante, se le intensificó cuando sin previo aviso la rubia envistió duramente un par de veces más, cuya eyaculación alcanzó gran altura:

_ Joder.

El sueño de la rubia cumplido. Se quitó el arnés y lo tiró a un lado, tumbándose al lado de la vaquera y se abrazó a ella. Su cuerpo estaba completamente sudoroso:

_ ¿Me he pasado por la emoción?

_ No, ha estado bien, no es algo que me enloquezca, prefiero el dedo, quizás una o dos veces al año se puede hacer

Valentina carcajeó, apoyó su frente en la mejilla de Juliana y cerró los ojos:

_ Sabes que te la hubiera chupado tarde o temprano ¿No?

_ Lo sé

La ojiazul abrió los ojos por la sorpresa:

_ Entonces ¿por qué has acabado accediendo?

_ Porque confío en ti y porque te morías por hacerlo_ se encogió de hombros_ me gustaba o no me gustaba, a resultado lo primero y hemos disfrutado las dos, si hubiera sido lo segundo, por mucho que te quiera amor, no hubiera terminado de complacerte, pero al menos lo he intentado no_ curvó la comisura de los labios_ te amo.

Y ese fue la declaración de amor sexual de Juliana, no el celibato, su apreciado ano.

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👀 vaya declaración de amor jajaja

Esta historia NO me pertenece es una adaptación realizada con la AUTORIZACIÓN de su autor Elio_Kin

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