Hola diario

Disculpa si escribo algo raro, pero aun estoy tembalndo. Intentaré explicar desde el principio. 

El día después de que Lupa me dijese que era adoptada, huí de casa en vez de ir a la escuela. Me fui caminando pasando de largo el acceso y seguí en aquella dirección para llegar a la ciudad cercana. Caminé durante un par de horas y me escondía tirándome en la cuneta si escuchaba algún vehículo acercarse.

Ya había estado en el pueblo donde nos llevaban mamá y papá cuando debíamos comprar algo o cuando fuimos a la feria, pero era la primera vez que iba a la ciudad. Me sorprendió ver edificios tan altos. Eran mas altos que los que estaban construyendo en la estación militar. Pero la gente de la ciudad es mucho menos amable que la del pueblo. Intenté preguntar a varios a donde ir, pero simplemente me ignoraban y seguían su camino. Parece que allí, la gente solo te hace caso si les preguntas de forma amable.

Con las indicaciones que me dieron, finalmente llegué a una enorme biblioteca, era mucho mas grande que mi casa y estaba llena de libros, periódicos y revistas. Por desgracia la bibliotecaria no me pudo ayudar, según parece todos los registros de nacimientos y defunciones estaban desactualizados desde el gran "incidente". Ya que estaba ahí decidí que debía informarme algo sobre ese incidente. No había mucha información, pero según parece, antes de que yo naciera algo sin identificar acabó con la vida de casi todo un país, mitad de otro y una pequeña parte de México.

Cuando salí de la biblioteca, tenia algo de hambre, por lo que busqué algún sitio donde comer, pero todos los sitios allí estaban llenos de personas raras y apestaban en su interior. Los llamaban Bares y al entrar me miraban extrañados. Mas tarde pensé que era normal, una niña de mi edad a esas horas debía estar en el colegio. Finalmente encontré uno que estaba vacío y accedí. El hombre de la barra era algo extraño, muy gordo y con barba de 2 días, cuando me vio me puso una sonrisa extraña. Quise pedirle un bocadillo, pero antes de decirle de que lo quería se metió en la cocina y escuché que decía a su compañero que tenia a una clienta fresca.

No entendí a que se refería, pero cuando salió me llevó por el bar para buscarme un sitio donde sentarme a comer. Me hizo atravesar algunas puertas, pero la ultima que pasé daba al exterior, en un callejón de la parte trasera. Allí estaba otro hombre con traje de cocinero sonriendo de forma extraña. Detrás mio el hombre de la barra me empujó y cerró la puerta. Decían que me tranquilizase, que solo querían jugar un poco conmigo.

El miedo se apoderó de mi, mi mente se había quedado en blanco cuando me cogieron entre los dos y querían quitarme mi mochila y la chaqueta de cuero que heredé de Lupa. Finalmente mi mente se aclaró un poco y utilizando las técnicas que me habían enseñado en clases de defensa, me deshice de su agarre y patee fuertemente a uno que se encogió sujetando su espinilla. Entonces ambos pusieron un rostro enfadado y el mas grande de ambos sacó un revolver y me apuntó.

 Me encontraba temblando de miedo cuando unos fuertes ladridos empezaron a sonar a la espalda de mis agresores, el hombre con la pistola se giró pero no le dio tiempo a reaccionar antes de que Lupa se lanzase contra el y mordiese su brazo obligandolo a soltar la pistola. Quise correr todo lo que pude, quise moverme, pero mis piernas no respondían.

El cocinero tomó el revolver mientras el otro luchaba por soltarse del mordisco de Lupa, cuando consiguió que le soltase golpeando su cuerpo de perro contra una pared, el otro apuntó rápidamente con el arma y disparó. En aquel momento vi como otra persona llegaba corriendo intentando interponerse entre Lupa y la bala. Era mamá.

No... yo... no había visto tanta sangre nunca...

Creo... creo que por hoy lo dejaré aquí. Mañana te volveré a escribir. Quiero dejar de temblar.

Gracias diario.

Lexa Loud