capítulo 9

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Raven estaba la mayoría del tiempo encerrada ya que era un peligro para sí misma y para quienes la rodean. La habitación constaba de una cama y las paredes estaban acolchadas, había días que debían sedarla e inmovilizarla con hebillas:

- Hoy está tranquila- explicaba la psiquiatra que llevaba su caso- hay días que se vuelve agresiva o actúa de manera suicida, tiene un fuerte trastorno de la personalidad.

Guio a las chicas hasta la habitación de Raven, en un principio se mostró reticente a que estuvieran en la misma habitación a solas, pues como había comentado, podía actuar con agresividad. Lexa pudo persuadirla y aceptó con la condición de que hubiera alguien junto a la puerta y por seguridad de todas la inmovilizaron de manos y pies:

- A la mínima que se altere...

- Saldremos.

Tranquilizó la ojiverde. Lexa miró a Costia que pareció estar inquieta mirando de un punto a otro y entendía por qué, hasta ella misma podía sentir el ambiente cargado y pesado, ese lugar estaría lleno de almas perdidas. La psiquiatra, una rubia de ojos castaños, labios gruesos y complexión normal:

- Solo 30 minutos, la última vez que tuvo visita la tuvimos que sedar por tres días seguidos.

Costia iba a entrar cuando Lexa sintió curiosidad:

- ¿Vino un familiar? - la mujer negó con la cabeza- por protección de datos no puedo dar nombres, solo que era un chico.

- creo saber quién.

Musitó la morena entrando la habitación. Aunque la puerta se cerró tras de sí ambas se quedaron quietas mirando la chica que estaba en la cama inmovilizada con correas:

- ¿lo ves?

Musitó Costia algo nerviosa:

- Sí.

Raven estaba aturdida y una especie de neblina negra la rodeaba. Costia miró a una de las esquinas:

- Tenemos compañía.

Lexa cerró los ojos y se dispuso a tocar la pared para ampliar su comunicación, pero antes de que las yemas de sus dedos tocasen la superficie acolchada, pero Costia la detuvo agarrando su muñeca, Lexa abrió los ojos y la miró extrañada:

- Si es cierto que el ente está interesado en ti, será mejor que no te arriesgues y me dejes a mi comunicarme.

- está bien- inclinó un poco la cabeza dirección a Costia- ¿es alguien que conozco?

- Ahora lo veremos- susurró la morena de ojos castaños- primero ocupémonos de la chica.

Ambas se dividieron y fueron a cada lado de la cama. Lexa miró la cara de Raven, que en un principio parecía dormir plácidamente, sin embargo, esta abrió los ojos y devolvió la mirada a Lexa, ampliando una sonrisa gélida:

- Has tardado.

Lexa miró a Costia:

- 30 minutos no son suficientes para liberarla.

Raven miró a Costia:

- Mírala, babeando por alguien que no la corresponde ¿ya te ha presentado a su putita?

Lexa iba a reaccionar, sin embargo, Costia puso una señal de stop, eso era lo que quería, que Lexa reaccionase con rabia y la sorprendió que cayese en su juego, ya debería estar acostumbrada:

- No lo escuches- Costia miró a Raven o a quien hablaba a través de ella- te vamos a liberar, Raven, tú solo aguanta.

- ¿quién dice qué os lo agradecerá cuándo la liberéis?

Dijo el ente que estaba en la esquina. Un hombre que rondaba los 30 años y que parecía haber muerto de una forma horrible:

- ¿tú quién eres?

- Otra víctima más- dijo el ente con enfado- todo esto es por su culpa.

Terminó señalando a Lexa:

- El tal Finn- Costia miró a la mujer señalada- ¿cómo murió?

- Accidente de coche.

Costia miró fijamente al ente enfurecido:

- No, éste no parece que haya tenido accidente de coche.

El ente comenzó a carcajear con cierta ironía. Lexa miró detrás de ella pues sintió como la piel se la erizaba y un escalofrío recorrió por su espina dorsal:

- no, a mí me atropelló un coche.

Lexa cerró de golpe los ojos cuando le vino a la mente la visión de un hombre siendo atropellado. La ojiverde se llevó las manos al puente de la nariz:

- Bellamy.

El ente se acercó a Lexa y a pesar de que no podía escucharlo, la habló directamente:

- mi hermana está en peligro por tu egoísmo, haz lo que te pide, libéranos...

- Te culpa- resumió la ojos castaños- quiere que accedas a...- miró a Raven que no dejaba de sonreír, cómo si disfrutase del espectáculo- está atrapado, lo tiene atrapado.

Lexa puso expresión de sorpresa:

- ¿Mi culpa? Yo no jugué con cosas peligrosas, ni os obligué...

- EL VINO A NOSOTROS PARA ATRAERTE, PERRA.

Lexa frunció el ceño y miró a Costia:

- No le oído, pero por las vibraciones que estoy recibiendo no me ha dicho algo bonito.

Costia ignoró a Lexa:

- ¿Atraer?

- Oh ya basta- musitó Raven, antes de que el fantasma de Bellamy se llevase las manos a la cabeza y se retorciese de dolor antes de desaparecer- Finn me encanta porque es fácil mortificarlo, pero Bellamy, ummm- se relamió los labios- otro quarterback fracasado que no supo dejar atrás sus días de gloria, está lleno de rencor- miró a Lexa- ¿estás dispuesta a ayudarlo? Más de una vez espió a Clarke desde la ventana de su habitación, se tocaba su diminuta polla- la respiración de Lexa fue acelerándose- mientras observaba como la "inocente" Clarke se desnudaba y he de reconocer que tiene buena delantera.

Lexa reaccionó aferrando de la pechera a Raven a pesar de que no era ella la que estaba hablando, esa reacción hostil por parte de Lexa provocó que Raven riera burlesca:

- Atrévete a tocarla y no habrá infierno al que volver.

- Lexa, para- dijo Costia intentando a separarla, pero era como si Lexa hubiera quedado atrapada en la mirada de Raven y sonriente alimentase y envenenase a la ojiverde- recuerda que así sólo harás daño a Raven no caigas en su juego- sin embargo, Lexa siguió manteniendo a Raven sujeta, viéndose obligada a recurrir a la violencia y liberó a Lexa dándole una bofetada, Lexa movió la cabeza y se separó de la camilla- será mejor que salgas de aquí.

- No hace falta- dijo entre risas Raven- ya me dio lo necesitaba.

El humo negro que rodeaba a Raven se disipó, dejando a Raven completamente desmayada. Costia miró con desaprobación a Lexa:

- No eres nueva, Lexa y en un minuto has cedido a su juego, si no vas a hacer caso ¿para qué me has llamado?

Lexa estaba tensa y la mandíbula apretada, aún podía sentir el enfado recorrer sus venas. Miró por unos minutos a Raven antes de mirar su reloj de pulsera:

- volvamos, mi madre quiere hacer una cena familiar.

Costia frunció el ceño:

- si querías presentarme a tu madre no hacía falta que me trajeses a un centro mental.

Lexa puso los ojos en blanco:

- Lo mínimo que merece Raven ahora mismo es respeto- se inclinó para susurrarla- no se cómo, pero te ayudaré a salir de aquí.

Clarke ayudó a la señora Woods, tanto para cocinar como para poner la mesa, pensaba que serían tres cubiertos para tres comensales, sin embargo, pusieron otro cubierto más, no le dio detalles de quién iba, solo que venía con Lexa y trató de no sacar conclusiones precipitadas. Haber dormido poco le estaba causando jaquecas. A pesar de que sería la primera vez que no sentía ningún tipo de negatividad en el ambiente:

- Señora Woods- dijo la rubia con los dedos en el puente de la nariz- ¿Tienes algún analgésico?

- Clarke, hace años tenías la confianza para llamarme Indra, me gustaría que siguiera así- salió al pasillo y señaló la puerta del baño- en el mueble del baño hay un bote con analgésicos.

Clarke forzó una sonrisa y se dirigió al baño, se encerró tras encender la luz, lo primero que hizo fue abrir el grifo y mientras dejaba correr el agua abrió el armario del baño y buscó entre varios botes los analgésicos, se tomó uno y dejó el bote en su sitio, iba a cerrar el armario, pero sin saber por qué, le llamó la atención otro bote que había en la balda de arriba. Leyó su componente y sintió como su pecho se oprimia. Agarró el bote, cerró el grifo y regresó al salón. Indra estaba sentada mirando la típica película navideña cómica, en cuanto vio por el rabillo del ojo a la rubia parada junto a la puerta, retiró la mirada de la televisión, sus ojos castaños repararon al objeto que sostenía la rubia, la mujer agachó la cabeza:

- Se me olvidó que eres doctora.

Clarke puso expresión compungida:

- mi especialidad es la pediatría- mostró el bote- pero he tenido pacientes que han tomado ciclofosfamida ¿cáncer de mama?

Indra negó con la cabeza, se levantó y se acercó a Clarke para quitarle el bote de sus manos con suavidad:

- De ovarios- fingió una sonrisa- ahora entiendes por qué quiero hacer una cena de Navidad por una vez- miró suplicante- por favor, no le digas nada.

Clarke asintió con la cabeza, dar esa información correspondía a Indra:

- Aunque, espero que se lo digas a Lexa, no le gustaría que se lo ocultases.

Ambas escucharon como un vehículo estacionó en la entrada. Indra se guardó el bote en un bolsillo de su vestido y sonrió ampliamente:

- Hora de cenar.

Clarke escuchó dos voces y risitas femeninas acercarse, de las cuales distinguió el de Lexa. La ojiverde al entrar en el salón y encontrarse con Clarke dejó de sonreír, la chica que la acompañaba también borró su sonrisa, la rubia miró a su acompañante, una chica joven de ojos castaños, morena y de su misma estatura, algo le decía que era Costia, no se la había imaginado así de atractiva, era como estar contemplando a la reina de escocia Mary Stuart de la serie Reign:

- Clarke ¿ha pasado algo?

Preguntó con preocupación, pues la rubia seguía teniendo las ojeras pronunciadas. La rubia meditó la respuesta, optando por callar lo que le había impedido dormir y el breve momento que creyó ver a su difunto marido, así que agachó la cabeza y dijo con poca convicción:

- No, solo pasaba para saludar y...

- Yo insistí en que se quedase a cenar.

Intervino Indra, pues hasta la mujer había notado que se podía cortar la tensión en el ambiente. Lexa y Clarke se quedaron mirándose la una a la otra, por lo cual Costia acabó presentándose sola:

- Soy Costia, una amiga de Lexa- le ofreció la mano a la rubia para estrechársela- por fin te conozco y ahora entiendo la fija...

- Costia- interrumpió Lexa- es momento de que empieces a usar el filtro antes de hablar.

Costia se acercó a Lexa para susurrarla:

- Lo peor de un Psíquico es engañarse así mismo, porque algo me dice que tu misma lo has sentido.

- ¿El qué?

Preguntó Clarke algo incomoda al ver como ambas mujeres estaban suficientemente cerca compartiendo complicidades:

- Que te lo diga Lexa- Costia miró la mesa, ya puesta con la cena que había sacado Indra de la cocina- Señora Woods, todo tiene buena pinta.

- Gracias, mi niña, por favor sentémonos a cenar, se nos va enfriar la cena- Indra se acercó a Lexa y le dijo con complicidad- Clarke me ayudó a prepararla- en cuanto se fijó donde se iba a sentar Costia...junto a Lexa... enseguida saltó- cariño ¿por qué no te sientas conmigo y me dices qué es de tu vida?

- Mamá...

Susurró Lexa en plan regañina, pero la mujer ignoró a su hija y al final, Lexa y Clarke no tuvieron más remedio que sentarse juntas. En la familia de Clarke cuando era joven bendecían los alimentos, más por costumbre que por mera creencia, hasta que murió su padre, esa costumbre se fue perdiendo. Algo que nunca vio hacer en la familia Woods, el de bendecir la mesa. Lexa hizo los honores de repartir las porciones de cena:

- Dime cariño- le habló Indra a Costia con interés- ¿cómo conociste a mi hija?

- Coincidimos en una charla que dio Samantha Clifford.

- Oh- dijo con asombro la mujer- he leído varios libros suyos, es una gran médium.

Clarke alzó las cejas, ahí quien no tenía visiones de gente muerta directamente veía a los muertos, la única que no tenía ni una mísera premonición del tiempo era la rubia:

- En realidad, nos vimos en las charlas que de Jackson Lynne.

Corrigió la ojiverde. Costia pareció caer después de mediarlo:

- Es verdad, un autentico charlatán.

- Algo me dice que tienes el mismo don que tenía mi difunto.

Siguió charlando Indra:

- En ocasiones lo veo más una pesadilla que un Don, los fantasmas no tienen horario y hay días que tengo que decirles que después de dormir.

- O sea- dijo Clarke algo seca, esa mujer se estaba llevando toda la atención- que ves muertos.

Costia, prefería llamarlas almas perdidas:

- Sí, se puede decir que sí.

Clarke asintió con la cabeza, agarró su vaso con refresco de naranja:

- El otro día vi un ciervo muerto- las tres mujeres la miraron con el ceño fruncido- en la calzada de la carretera, no es que haya visto su espíritu ni nada por el estilo.

- Clarke- Lexa quiso desviar el tema- ¿Dónde está tu hijo?

- Dejé a Aden con mi madre, ahora mismo mi casa tiene okupas y no creo que sea segura para él.

Los ojos de Indra brillaron:

- Podrías traerlo un día, ya que mi hija se niega a darme nietos.

Lexa comió un poco de carne y señaló a su madre con el tenedor manchado:

- ¿por qué suenas a reproche? Nadie en este mundo tiene que estar en la obligación de tener hijos porque lo quiera otra persona- Clarke agachó la cabeza, cosas parecidas le decía Finn cuando sacaba el tema de los hijos- hoy en día el mundo carece de empatía y si mis hijos sufrirían la maldad solo por salirse de lo corriente.

- El mundo es cruel con todo el mundo- debatió Clarke- la ignorancia o por el mero hecho de que no saben lidiar con algo diferente, o simplemente sus vidas son tan miserables que para sentirse bien con uno mismo necesitan ver sufrir a otros, o la necesidad de la aprobación de un grupo social son capaces de meterse con una minoría, todo depende de la cultura, educación y sociedad que rodeé a cada individuo, mi hijo nació rubio y heredó mis ojos azules, habrá gente que no lo encuentre atractivo y se metan con él.

Costia alzó las cejas:

- Blanco, rubio y ojos azules, no querida, hasta los que no creen en la raza aria le lamerán los pies.

- Costia- interrumpió la ojiverde- no vayamos por ahí.

Indra se apoyó en el respaldo de su silla y dijo con cierta curiosidad:

- Así que esto es una cena navideña, menos mal que no está el típico tío que suelta chistes machistas- miró a Lexa- veo a tu amiga lanzándole mal de ojo.

- Si estuviera el típico tío soltando chistes machistas- dijo Clarke cortando un trozo de carne- no haría falta echar mal de ojo, yo misma le arrancaría uno.

Lexa dibujó media sonrisa:

- Sigues teniendo tu carácter fuerte.

- No, ya no salto por cualquier cosa, no creo que hacerme valer como mujer deba llamarse carácter fuerte, sin embargo, si se le debe llamar gilipollas a toda aquella persona que encasille a la mujer como un ser sumiso que deba reír cualquier "chiste" machista.

- Amen a eso.

Dijo Costia alzando su copa para que brindase, Clarke aceptó ese gesto y alzó su vaso de refresco:

- Maravillosa juventud.

Dijo Indra con orgullo:

- Ya, menudo repaso me ha dado.

- Ahora entiendo porque te gus...

Comenzó a decir Costia una vez más sin aplicar el filtro:

- Costia...

Y una vez más, Lexa le paró los pies:

- Háblame de ti- la chica de ojos castaños ignoró a Lexa- Clarke.

- Poco puedo decir de mí, soy una de las pediatras de este pueblo.

- Algo me dice que eres mucho más que una pediatra de pueblo.

Costia sonó algo mística con esa frase:

- ¿Te lo ha dicho un fantasma?

Preguntó con ironía la rubia:

- No, demos gracias a que me estén dejando tranquila por unas horas- amplió su sonrisa- ¿tienes alguna historia divertida de Lexa cuando era joven? Es muy hermética a la hora de hablar de su pasado.

- Era super fan de Xena la princesa guerrera, una vez se disfrazó como Lucy Lawless y a mi me tocó ser Gabrielle.

- Porque está tu madre- señaló a la mujer que estaba a su lado- ya habría dicho una obscenidad.

Clarke achicó los ojos ¿le había coqueteado a Lexa delante de sus narices?:

- Sí, yo también agradezco que esté su madre para no oírla.

- Clarke.

Intervino Lexa, sin embargo, Clarke se limpió la comisura de los labios y se puso de pie:

- Es tarde, creo que ya debería irme.

- Pero si no he sacado el postre.

Dijo Indra apenada:

- Quizás en otro momento- miró a Lexa- dejo que sigas teniendo una cena agradable con tu amiga.

Sin decir nada más se dirigió hasta el perchero que había junto la entrada para agarrar su ropa de abrigo. Costia miró divertida a Lexa que también se puso de pie para seguir a la rubia:

- Sí que tiene carácter.

- Enseguida vuelvo.

Musitó Lexa saliendo detrás de Clarke que ya había empezado a salir por la puerta:

- Clarke, por favor, espera. 

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