Un nuevo día se daba en la ciudad de Nueva York. En ello, vemos que en un apartamento salí un adulto trabajador, bajando por el elevador para ir en su auto hacia el trabajo.

Lo vemos alejarse en un gran auto negro, cosa que, aprovechando el semáforo, decidió responder uno que otro mensaje de sus compañeros de trabajo.

- "cómo anda nuestro nuevo vicepresidente? Felicidades por el puesto, amigo, o debería decir Señor"

- "Felicidades por su ascenso, sabíamos que todo su esfuerzo y dedicación rendiría frutos. Los fans no dejan de comprar sus más recientes obras"

Más y más audios enviados por sus compañeros de trabajo recibía nuestro artista, que ahora era el Vicepresidente. Tras llegar al gran estudio en el que trabajó por ya casi 11 años, podemos ver cómo su vida iba bastante bien. Al llegar a la sala de juntas, comenzó la sesión de ideas para nuevos proyectos, y continuaciones de sus actuales obras, tales como la gran saga de comics de una historia de amor entre un experimento del gobierno, y una mujer que lo protegía a toda costa, así tuviera que dar su vida por él.
No solo eso, sino que últimamente han contratado buen personal en los últimos meses gracias a los eventos a los que participaba y ayudaba a los artistas en los concursos.
Sin duda iban bien. De vez en cuando algún contratiempo, pero sin duda seguían adelante. Todo gracias a su artista de cabellos castaños y gorra llamado doble L, o también el demonio del hielo, por su icónico personaje.

En la hora del almuerzo decidió llamar a su familia. No quería admitirlo, pero era imposible no estar al pendiente, incluso en horas de trabajo les escribía o tenían llamadas sorpresas.

- ¿Qué tal, familia? ¿Cómo se encuentra mi adorada pequeña estrella purpura? –decía sonriendo al ver a su amada esposa, y su pequeña estrellita en brazos-

- Estamos en el puesto de hamburguesas que te gusta mucho. Nuestra pequeña se esforzó mucho con sus clases de guitarra –reía su esposa en lo que le daba cosquillas a su pequeña hija-

- Papi ¿Mami y yo podemos visitarte?

Sin duda no pudo contener las risas al ver a su pequeña pegar la pantalla en su cara. Podía jurar que veía un moco a punto de salir de su nariz.

Luego de risas, bromas, y la pequeña queriendo meterse una papa frita en la nariz para hacer que su padre se ahogue tomando del café, cada quien debía seguir en su labor. Algo bueno era que la empresa contrató a su esposa junto con una banda que ella misma formó para cuando decidan hacer series animadas sobre sus comics, cosa que la verdad no faltaba mucho para el lanzamiento de obras que ya llevaban tiempo. Principalmente las del señor Lee, y seguido de algunas 5, iría nuestro joven L.L

- Cielos, cuanto trabajo. No hay nada mejor que volver con mi familia –dijo nuestro vicepresidente, saliendo de la compañía, y dando un choca los 5 con cada empleado que veía, y un saludo de hermanos con su jefe, el señor Lee-

Tras un largo camino en auto de regreso a casa, nuestro joven padre, León Loud, llegaba a su apartamento, se quitó la peluca junto con la gorra, y vio con felicidad a su amada esposa e hija tomando una siesta en el sofá. No pudo resistir y les dio un beso en la frente a ambas, pero a su esposa le dio un apasionado beso en los labios.

- Mmmmmmmm..... ¿pero qué ven mis ojos? ¿Es un ángel acaso? –dijo su esposa, Luna, en forma de broma-

- Quizás lo sea, entonces como mi deber te llevaré al paraíso.

Ambos decidieron llevar a su pequeña a su habitación, y después darse un tiempo de amor antes de ir a cenar.
Mientras Lincoln preparaba la cena, no pudo evitar pensar en sus amigos y familia. Perdieron contacto con ellos para estar bien y no causar problemas, pero aun así los extrañaba. Poco sabía de sus hermanas, aunque en sus llamadas secretas con Lisa escuchaba algunos rumores. Uno en especial le atrajo la atención sobre Lucy, y las pruebas fotográficas sin duda le dejaban la duda. Quizás era una vecina, quizás una nueva amiga de Lucy. Sea lo que sea, estaba al pendiente junto con Lisa, sin saber de qué ella estaba más involucrada de lo que imaginaba.

Pero eso, amigos míos, será una historia para otra ocasión.