Mucha gente puede tenerle miedo a volar por primera vez. Ya sea miedo a las alturas, que algo salga mal, caigan a una parte del océano infestado de tiburones, terminar en un lugar helado donde te cazarán lobos gigantes, etc.

Toda la familia se despedía de nuestro par de ganadores, pues irían a Miami, cosa de que hecho nadie en la familia había ido aún, o al menos quizás Rita cuando era pequeña, ya que Pop pop solía contar historias así de cómo era ella de pequeña.

- Oh mis bebés, no puedo creer que no los veré por todo un mes –dijo Rita en lo que abrazaba con todas sus fuerzas a sus hijos. Tanto era que toda la familia tuvo que intervenir para separarlos-

- Como que, quisiera ir a Miami ¿será que puedo pagar mi boleto con 1 dólar? –Leni mostró lo poco que tenía que dinero, cosa que toda la familia no sabía qué decir al respecto. Sin duda su hija era un caso único-

Poco a poco, todas las hermanas y padres incluido, fueron a darles un abrazo y palabras de motivación. Sin duda les haría falta, y no solo ellos, sino que los propios amigos de Lincoln y Luna estuvieron para despedirse, y el invitado de honor tampoco se hizo esperar.

Corriendo tanto como podía por su frágil cuerpo y edad avanzada, nuestro viejo lobo de mar llegó justo a tiempo para despedirse de sus dos pequeños marineros. Un pequeño apretón de manos entre machos de pelo blanco, y un suave pero dulce abrazo para su pequeña estrella de mar.

- Nos vemos pronto, cadete Lincoln -dijo Albert en lo que le entregaba su antigua gorra de los marines. Sin duda que no sabía qué decir ante tal regalo. Todo lo que pudo hacer fue abrazarlo como nunca antes-

Finalmente debían abordar el avión, o todo habría sido para nada. Ambos se despidieron de toda su familia y amigos, y pocos minutos después veían el avión despegar y perderse en el cielo.
Algunos lloraron, otros dieron palabras de aliento por los dos, y aunque fuera difícil de creer ...... también habían personas celosas.