Capítulo X

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Hola a todos y bienvenidos al capítulo final de El favor. 

La verdad es que me estaba debatiendo entre actualizar aquí o seguir subiendo contenido a mi INSTRAGRAM de los eventos que tuvieron MewGulf el día de hoy, pero no podía quedarles mal así que primero subo el capítulo final y después hago lo demás. 

Por cierto, si les interesa seguirme pueden hacerlo en  @ mewgulfsuppasitkanawut subo contenido MewGulf todos los días. 

Después de este auto comercial, los dejó con la lectura. 

Capítulo X

Dos semanas pasaron después de la cena en casa de Joo y Mild, y Gulf sentía que Mew actuaba cada vez más raro. Cierta noche, el menor notó que Mew no estaba con él en la cama por lo que se levantó y fue a buscarlo. No tardó mucho en encontrarlo pues estaba parado frente a la ventana de la sala con la luz apagada y con confusión en su expresión.

- ¿Te encuentras bien Mew? –

- ¡Gulf! – gritó el otro – me das dado un buen susto, no lo vuelvas a hacer – pidió mientras se tranquilizaba - pensé que estabas dormido –

- Pues lo estaba, pero no te sentí a mi lado y vine a buscarte –

- No pensé que me fueras a extrañar – dijo de forma fría el mayor.

- ¿Qué es lo que pasa Mew? – preguntó el menor sabiendo que Mew tenía algo desde días atrás.

- Verás Gulf, mañana salgo hacia Inglaterra –

- ¿Inglaterra, es algo malo, es de la empresa? – se apresuró en preguntar el otro.

- ...Mew tardó en responder – sí, es de la empresa, mi abuelo me ha pedido que lleve unos documentos -

- Para eso existe el servicio de paquetería – dijo Gulf.

- Tengo que entregarlos personalmente – replicó. 

- Entiendo – el menor bufó – pero ¿Sabes? Te voy a extrañar mucho, más por las noches – susurró mientras lo abrazaba.

- Yo también te extrañaré – respondió Mew.

- Solo será un par de días ¿Cierto? –

- No tengo idea, pueden ser más – respondió vagamente. 

- ¿Tanto tiempo te tardas en entregar unos papeles? – preguntó Gulf sospechando de que Mew le escondía algo.

- Tengo que esperar la respuesta de las personas con las que voy –

- Ya veo – dijo el menor – me gustaría ir contigo – soltó.

- Yo también quisiera que vinieras pero debo ir solo – dijo y en eso sintió como las manos de Gulf comenzaban a acariciarlo de forma sensual.

- ¿Y crees que haya algo con lo que pueda hacerte cambiar de opinión? –

- Podrás desnudarte y hacer un baile exótico pero no pienso cambiar de opinión – Gulf se sintió triste al escuchar eso, pero no quería que Mew se diera cuenta.

- ¿Me vas a llamar? – preguntó finalmente.

- Te prometo que te llamaré todas las noches –

- Está bien – Gulf tuvo que conformarse con eso – vayamos a la cama a qué me hagas el amor antes de que me dejes por unos días –

- Esa oferta cariño, no la pienso dejar pasar - 

Ambos se fueron a la habitación para entregarse el uno al otro; quizás por el hecho de saber que se dejarían de ver por un tiempo había ocasionado que el deseo y la pasión fuera mucho mayor que otras veces. Desde el primer beso, su apetito fue infrenable, sus cuerpos ardían al contacto de sus manos, el sudor los bañaba haciendo lucir su anatomía como la más sublime obra del erotismo y se amoldaban tan perfectamente que parecía que habían sido creados el uno para el otro.

El éxtasis era casi insoportable y ambos llegaron al clímax en un mágico encuentro de dos almas que se entregan sin restricción alguna. Había sido una experiencia maravillosa y agotadora. Ambos se quedaron dormidos fundidos en un cálido abrazo como solían hacerlo todas las noches.

A la mañana siguiente, cuando Gulf se levantó para ducharse, Mew ya estaba bañado y había desayunado.

- Gulf, si te das prisa podré llevarte a la oficina y pasar a mi departamento por algo de ropa –

- ¿A qué hora es tu vuelo? – preguntó desganado. 

- Al medio día – respondió.

- Eso será demasiado para ti – dijo Gulf pues a Mew le quedaría poco tiempo para hacer sus cosas si lo llevaba al trabajo.

- No te preocupes, además podré descansar en el vuelo – dijo Mew dando un trago a su té.

- Me gustaría impedir que te fueras – Gulf se sentía nervioso por la partida de Mew y es que se había acostumbrado tanto a él que pensar que no lo iba a ver unos días lo ponía ansioso. Además de que éste se había estado comportando de manera diferente con él. 

- Oh, Gulf, pero debo ir, ya te contaré cómo me fue en el viaje ¿De acuerdo? –

- Está bien –

Gulf terminó de arreglarse y Mew lo llevó al trabajo para después irse a hacer sus pendientes antes de abordar el avión.
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Como Mew lo había prometido, le llamaba todas las noches, pero eso no aliviaba las ansias que tenía de verlo. Necesitaba tenerlo cerca, sentir su piel rozar con la suya, quería sentirlo dentro, quemarse con su calor. Después de hablar con él  tardaba en conciliar el sueño y es que la cama le parecía enorme y demasiado fría. Lo echaba tanto de menos, y se preguntaba si Mew se sentía igual que él.

Cierto día, el abuelo de Mew llegó a la oficina y al no encontrar a su nieto por ningún lado fue directamente a hablar con Gulf. 

- ¿En dónde está el vago de mi nieto? – preguntó anciano.
- Aún no regresa de Inglaterra – respondió Gulf.

- ¿Inglaterra? ¿Y qué demonios hace allá? – el anciano se veía bastante confundido con la respuesta del menor.

- Fue a entregar los papeles que usted le pidió llevar – respondió el menor confundido.

- No sé de qué me hablas Gulf, debes estar confundido – el hombre tenía demasiada prisa para entrar en detalles – por favor cuando regrese dile que me busque –

- Sí señor, yo le daré su mensaje – dijo Gulf muy dolido pues era evidente que Mew le había mentido.

Al salir de la oficina, Gulf decidió llegar tarde a su departamento para no hablar con Mew ya que éste solía llamarlo al teléfono de ahí. También apagó su celular y lo guardó en su mochila. Tenía muchas cosas que pensar en relación a lo que estaba pasando entre Mew y él, se preguntaba por qué le había mentido, qué era lo que estaba haciendo allá en Inglaterra y si realmente se encontraba en aquel país. 

Por eso decidió ir a un bar para beber algo antes de llegar a su hogar. Estuvo en ese lugar hasta casi las once de la noche por lo que imaginó que Mew ya le había llamado y al no encontrarlo, quizás intentaría al día siguiente, siendo así sus pensamientos podía regresar a casa. Era absurdo que se escondiera en un bar pudiendo simplemente no contestar, pero no se creía capaz de escuchar sonar el teléfono y no correr a atenderlo.

Cuando llegó a su departamento, estaba a punto de ir a la cocina para prepararse un té cuando el teléfono sonó. Por la hora que era, creía imposible que se tratara del hombre del que se estaba escondiendo. 

- ¿Quién habla? – respondió Gulf. 

- ¿Gulf? ¿Dónde has estado, te he estado llamando desde hace horas? – la voz de Mew se escuchaba terriblemente preocupada. 

- ¿Para qué? – preguntó el menor al ver que sí se trataba de Mew. La ida al bar había sido en vano.

- ¿Pasa algo? – cuestionó el mayor al escuchar la hostilidad de Gulf.

- ¿Por qué lo dices? –

- Te escuchas raro... - atinó a decir el mayor. 

- ¿Raro o molesto? – atacó el menor.

- Estás asustándome Gulf –

- Hoy ha venido tu abuelo a la oficina ¿A qué no te lo esperabas? – preguntó el menor pero no lo dejó responder – me dijo que no tenía idea de tu viaje a Inglaterra ni de los dichosos papeles que me dijiste – continuó – y antes de que se me olvide, quiere hablar contigo con urgencia –

- Gulf... - quiso hablar pero el menor lo interrumpió.

- Lástima Mew, se te acabó la mentira –

- Tranquilo Gulf, no te mentí, yo... -

- Claro que no me has mentido "cariño" – ironizó el mote – es solo que no me dijiste la verdad –

- Gulf, todo tiene una explicación, verás... -

- Yo no quiero escuchar tus estúpidas explicaciones – volvió a interrumpir, no quería escuchar su voz, le había mentido y se sentía traicionado. No esperaba que Mew se portara así con él, si quería terminar su relación de buen sexo solo se lo hubiera dicho, así era el mayor, siempre directo, lo conocía, conocía su pasado, sabía que no le había mentido a sus anteriores parejas,  ¿Por qué le había mentido a él?

- Cuando regrese te contaré todo – dijo Mew tratando de que Gulf no se enojara tanto con él. 

- No quiero escucharte, no quiero saber nada – repitió Gulf con la voz quebrada.

- ¿Por qué estás tan enojado? – preguntó Mew.

- ¿Y todavía tienes el descaro de preguntarme? – el menor no podía creer que Mew se portara así.

- Es que me reclamas como si yo te hubiera traicionado – dijo el mayor con una tranquilidad que asustaba a Gulf.

- ¡Es que lo has hecho Mew! – le gritó – eres un cínico, no lo esperaba de ti, me ha dolido mucho lo que me has hecho –

- ¿Por qué? – Mew sonría y Gulf no podía ver eso pero escuchaba burla en la voz del otro. 

- ¿Cómo que por qué? Te amo Mew y lo eres todo para mí y... - de pronto el menor se tapó la boca y colgó la llamada. 

¿Qué había hecho? ¿Por qué le había dicho eso precisamente a él? Era verdad, lo amaba, se había enamorado de él, podría decir que desde el mismo instante que lo vio, pero no tenía porque decírselo, eso dejaba expuestos sus sentimientos y era Mew el que no debía enterarse porque él no creía en el amor y jamás podría amarlo.

Después de estar una hora sentado en el sillón reprendiéndose por la estupidez que había cometido, alguien llamó a la puerta de su departamento. Se sobresaltó, normalmente debían tocar el timbre y él decidía si la persona ingresaba al edificio. No podía ser Mew, no se hace una hora de Inglaterra a Tailandia, pero de igual forma inmediatamente se levantó a abrir.

- ¡Poom! –

- Gulf, que gusto volver a verte hermano – le dijo la chica ingresando al departamento.

- Pensé que te habías arrepentido de venir conmigo –

- Para nada, es solo que papá me tenía bien vigilada y hasta ahora pude escapar–

- Me lo imagino –

- ¿Mew no se molestará si me quedó aquí unos días? – preguntó la chica mientras echaba un vistazo por el lugar. 

- Él está en Inglaterra... o eso creo - dijo con tristeza – pero no debe molestarse, después de todo es mi departamento –

- No quiero que se peleen por mi culpa –

- No te preocupes por eso – le dijo Gulf.

- Bueno hermano me encantaría charlar contigo pero pasa de la media noche y siento que mis ojos se cierran ¿Dónde puedo dormir? –

- Mañana hablaremos con más calma - dijo en tono conciliador - por allá está la habitación de invitados – indicó la puerta a la cual debía ir – descansa Poom - 

- Buenas noches hermano –

Gulf se quedó un rato más en el salón mirando por la ventana, se sentía feliz de ayudar a su hermana menor a escapar de su tirano padre, pero no podía evitar estar triste y preocupado por lo que había pasado con Mew. El mayor no lo había vuelto a llamar e intuía que se había molestado al enterarse que ilusamente sentía amor por él. Sabía que había perdido la relación de "buen sexo" que tenía con Mew, era evidente que el mayor ya no querría estar a su lado cuando sabía de los sentimientos que había desarrollado por él. Se preguntaba si eso era lo mejor porque aunque había resistido estar a su lado a sabiendas de que Mew no sentía nada por él, salvo un deseo sexual que quizás con él tiempo se acabaría y no podía asegurar cuánto tiempo más hubiese tolerado esa situación.

Al día siguiente unos horribles golpes lo despertaron, miró el reloj y aún no eran las siete de la mañana, ¿Quién demonios sería a esa hora? ¡Maldición!, se quejó, de tanto darle vueltas al asunto durante toda la noche apenas había dormido un par de horas.

- ¡Malditos mal agradecidos salgan de una buena vez! – gritó la voz al otro lado de la puerta. Cuando salió de su habitación notó que su hermana también se había despertado debido al escándalo que estaba montando su padre fuera del departamento.

- Poom, vuelve a la habitación y ponle seguro – ordenó Gulf.

- De acuerdo – la chica fue a esconderse. Gulf se dirigió a la puerta y al abrirla se topó de frente con su progenitor con cara de pocos amigos –

- ¡Devuélveme a mi hija maricón de mierda! – le gritó al verlo. 

- Ella ya tiene veinte años y puede hacer lo que se le venga en gana – respondió con tranquilidad, no se iba a dejar de su padre.

- Me importa poco la mayoría de edad – le dijo el hombre – sabía que tú la ibas a persuadir para que se fuera de mi lado –

- Yo... - Gulf se iba a defender pero una voz familiar se lo impidió.

- Él no ha hecho nada, usted es el único culpable de que su familia lo aborrezca – le dijo Mew visiblemente molesto.

- Mew... - susurró Gulf sorprendido de verlo ahí.

- Hola mi amor – se acercó y dio un dulce beso en la frente.

- ¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera? – preguntó Mongkut al recién llegado.

- Tengo varios motivos para hacerlo – respondió – la primera es que usted está en mi casa y la segunda que es no pienso permitir que le hablé así a Gulf y tampoco permitiré que lastime a Poom –

- Poom es mi hija –

- Gulf también lo es, sin embargo usted lo despreció así que el único responsable de destruir a su familia es usted mismo – Mew estaba a punto de explotar contra ese hombre – así que pague la consecuencias de sus actos –

- Si tanto los quieres, quédate con ambos – el general escupió al piso – ya no son más mis hijos –

- Perfecto, eso haré ahora váyase de aquí – Mew se plantó frente a ese hombre advirtiéndole que no lo quería ver de nuevo por ahí.

El padre de Gulf se fue furioso de ese lugar dejando a dos de sus hijos a merced y cuidado de aquel arrogante muchacho que se había atrevido a desafiarlo.

- ¡Ustedes son mis héroes! – gritó Poom saliendo de su habitación cuando escuchó la voz de Mew – iré a avisarle a mi novio – brincó llena de felicidad. 

- ¿A esta hora? – preguntó Gulf temiendo quedarse a solas con Mew.

- Las buenas noticias tienen que darse sin importar la hora – Poom corrió a la habitación que estaba ocupando para avisar a su novio que por fin podrían ser felices. 

- Como quieras – Gulf se dio por vencido y se dirigió a su recámara. Una vez que entró cerró la puerta pero instantes después Mew se entrp detrás de él.

- ¿Qué quieres? – preguntó el menor.

- Quiero que me escuches... -

- No quiero escucharte, así que por favor vete –

- No me iré hasta que me escuches – replicó Mew un poco molesto.

Gulf se quedó callado mirando de manera retadora al hombre que tenía enfrente, al hombre del cual se había enamorado. Pero no estaba preparado para escuchar de sus labios que lo mejor era acabar con su relación. Al final de cuentas así era Mew, cuando salía con un chico y éste se enamoraba de él, lo dejaba, y entonces Gulf debía mandar un regalo para "reparar" la ruptura. 

- Arruiné todo anoche, no debí decirte nada, estaba molesto, eso es todo – dijo Gulf después de un tiempo.

- Me sentí tan feliz de que tú lo dijeras porque eso era lo que yo necesitaba escuchar – confesó Mew.

- ¿Qué dices? –

- Cariño, también te amo – confesó el mayor. 

- Sí, claro – exclamó Gulf con sarcasmo – tú dijiste que no creías en el amor, que no amarías nunca a nadie... -

- Sé lo que dije – interrumpió – y fui un idiota, mi hermana tanta tenía razón, de pronto sin esperarlo y mucho menos planearlo caí enamorado de ti, me atrapaste Gulf – le dijo con una media sonrisa – no sé exactamente desde cuando, solo sé que te amo, te amo como no he amado nunca a nadie –

- ¿De verdad? – preguntó Gulf con una emoción imprevista.

- Claro que es verdad, te amo cariño –

- ¡Mew! – se lanzó a los brazos del hombre que correspondía sus sentimientos – pensé que todo había terminado y tenía mucho miedo de perderte –

- Yo también tenía miedo de que no me quisieras Gulf - reveló Mew - y ayer cuando me dijiste lo que sentías, yo quería decirte que también te amaba pero no me diste tiempo... - dijo el mayor – te confieso que desde ayer llegué de viaje, y es verdad... no fui a Inglaterra, fui a las Islas Maldivas para comprar una casa y preparar unas vacaciones para los dos –

- Mew... -

- Quería darte una sorpresa e intentar conquistarte –

Gulf atrajo la cara de Mew para besarlo en los labios de manera necesitada, había extrañado mucho esa boca y no podía aguantar más.

- ¿Recuerdas que cuando me pediste que te ayudara y fuera contigo a la boda de Joo me dijiste que yo podía pedirte lo que quisiera? – recordó Gulf.

- ¿Seguro que yo dije eso? – preguntó Mew haciéndose el inocente.

- Sí, me lo prometiste – el menor se quejó.

- Claro que lo recuerdo cariño, ¿Qué es lo que quieres? – preguntó Mew con Gulf entre sus brazos.

- Quiero casarme contigo – respondió mirándolo a los ojos.

- ¿Me estás pidiendo que me case contigo? – cuestionó el mayor divertido. 

- No, te estoy diciendo que quiero casarme contigo y espero que tú me lo propongas a mí – aclaró Gulf.

- Oh, entiendo – dijo Mew y lo tomó por la cintura para pegarlo más a su cuerpo – Gulf, cariño, ¿Te casarías conmigo? –

- Tendré que pensarlo – respondió el menor.

- ¿Pensarlo? Pero ¿Qué es lo que tienes que...? – Mew no pudo terminar la pregunta pues los labios de Gulf se lo impidieron con un beso que sellaba el amor que ambos sentía el uno por el otro.   

- Claro que quiero casarme contigo – le dijo con dulzura.

- Te amo Gulf Kanawut –

- Y yo a ti Mew Suppasit –

- Nunca te lo dije pero... gracias por el favor cariño –

FIN. 

Un mewlion de gracias a todos los que siguieron esta historia. Les agradezco mucho su tiempo, sus comentarios y sus votos. Espero no haberlos decepcionado y sobre todo que hayan disfrutado de estar aquí. 

Este fin de semana subiré un "One Shot" MewGulf, es una pequeña historia que relata cómo fue que Mew y Gulf se hicieron novios (según yo, claramente). Tiene un par de meses que la terminé pero me quise probar primero con las historias largas. 

Recuerden que se aceptan cualquier tipo de comentarios, pero me reservaré de responder ofensas e insultos. 

¿Nos leemos en la próxima? (๑'•.̫ • '๑)

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