Peligroso

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Kim Namjoon

Le había dado su espacio, me dedique a investigar mas sobre la vida de Jimin, sobre todo del estúpido novio que tiene, el muy imbécil se hizo de una deuda con los hermanos Jung. Ahora entiendo porque le urgía a Jimin el conseguir el dinero, porque me pareció extraño que teniendo pareja accediera a algo así como ser un vientre de alquiler.

Kim Taehyung es el nombre del sujeto, tiene veintiocho años, era empleado en un bar como mesero, pero me entere que lo despidieron por pelearse con el gerente al ser encontrado tomando dinero de la caja. Ese tipo no es digno de Jimin, y lo voy a solucionar.

—Señor su padre esta al teléfono.

—Ya contesto.

Alce la bocina del teléfono, mi padre pocas veces me llama al trabajo, suele mantenerse alejado y vernos cuando es necesario, por lo que asumí que su llamada en importante.

—¿Por qué cancelaste las cenas con los inversionistas?

—No las cancele, Yoongi ira por mí.

—Nunca mandas a Yoongi, siempre vas tu.

—¿De que sirve que tenga un socio si no lo utilizo?

—Namjoon.

Suspire y me frote los ojos un poco, se que lo que le diré a mi padre ahora armara algo similar a la tercera guerra mundial.

—Necesito despejar mi agenda, seré padre.

—¡Por fin! No suelo rezar a ningún dios, pero le rezare al que me hizo el milagro, pensaba que el legado Kim se acabaría, me alegra que no es así, ¿Te casaste?

—No.

—¿Entonces? ¿Alguna aventura que me hizo el milagro? No importa aun así será nieto mío, aunque sea un pequeño bastardo.

—Te llamare después.

—Si, si, si quieres puedo encargarme de tu agenda, con tal de que me llenes de nietos.

—Solo deja que se de cuenta que soy lo único que necesita.

Le colgué antes de que pidiera mas explicaciones. Termine todos mis pendientes del día y me encamine a donde se que mi lindo Jimin tenia su estudio de fotografía, era un lugar pequeño, pero se veía decente. Me sorprendió verlo cerrado, cuando me iba a dar la media vuelta lo vi salir de este cerrándolo, tenia una mueca algo triste.

Me baje del auto, diciéndole a mi chofer y mi guardaespaldas que me esperaran. Me pareció curiosa su vestimenta, el suéter que traía claramente no era de su estilo, además que le quedaba enorme, se veía mas pequeño de lo que es. Seguía caminando con la mirada agachada, hasta que paso en frente de una cafetería, miro el aparador con el rostro iluminado, pero después negó con la cabeza murmurando algo y continuo su camino. Apresure mi paso para alcanzarlo.

—Buenas tardes pequeño Jimin —se detuvo y me observo alzando su rostro —¿Viste algo que te guste? —giro sus ojos y siguió caminando, ignorándome por completo —espera no me refiero a mí.

—Entienda que no debe de hablar conmigo, no es necesario, déjeme tranquilo, ya tengo demasiados problemas, como para que mi loco empleador me persiga.

Lo tome de la muñeca.

—Lo que quería preguntarte es, ¿si algo de la cafetería llamo tu atención? —miro mi mano sobre su muñeca, lo solté de inmediato porque es algo aterrador —si tienes un antojo durante el embarazo es mi deber cumplirlo, ya que mi hijo es quien lo provoca.

—Eso es algo estúpido.

—Déjame hacerlo.

Se quedo analizando un momento y se mordió un poco los labios, estoy cruzando los dedos para que sea alguien glotón.

—Solo una rebanada de pastel.

Jimin

Debo estar loco, pero en verdad estoy muriendo de hambre, no pude desayunar nada el día de hoy, pues tuve que salir de emergencia al estudio. Tae no se ha aparecido en el departamento, le marco y me dice que esta buscando trabajo, pero no regresa a casa.

—¿Puedo hacer preguntas?

—Puedes hacerlas, que te las conteste es diferente.

Llego mi pedido, dos rebanadas de pastel de zanahoria una malteada grande de vainilla, mis ojos brillaron de nuevo, no podía darme el lujo de estas cosas, mis finanzas andan en el suelo, debo de cuidar cada centavo, así que limito mi consumo de golosinas.

—En el primer pago que se te dio en la clínica, fue un poco mas de lo acordado, pues le dije a Yoongi que pusiera extra para que la persona que llevaría a mi hijo, pudiera comprar la ropa adecuada mientras su vientre crecía —me empecé a poner nervioso —¿Por qué vistes como vagabundo?

Golpee la mesa levantándome.

—No es ropa de vagabundo, es ropa de Taehyung, la mía ya no me queda del todo.

Suspiro y se cruzo de brazos, golpeo su mejilla con la lengua, tenia un rostro molesto, se le notaba la tensión en la mandíbula. Recordemos que estoy muy hormonal.

Pero eso lo hace ver tan estúpidamente sexy, es como una especie de ilusión erótica o algo así.

—¿Qué hiciste con el adelanto?

—Es mi pago —metí un gran bocado de pastel a mi boca y me hice el loco un segundo —yo sabre como lo gasto.

Tomo una servilleta y limpio la comisura de mis labios, después tomo un poco del betún de mis labios con la yema de su dedo para llevárselo a la boca, casi me ahogo con el pastel, tuve que darle un trago enorme a la malteada, haciendo que se congelara el cerebro, me sostuve la cabeza un momento en lo que se pasaba.

—Termina que tenemos cosas que hacer.

—Si, tengo que ir a casa, y usted a la suya.

No se movió de su lugar, no alzo la voz, ni siquiera tuvo que decir mas de dos palabras, para causarme el terror mas enorme de mi vida.

—Iras conmigo.

—Yo...

—Jimin —puso sus codos en la mesa, apoyando su mentón en las manos —quiero que entiendas algo, puedes creer que solo nos une ese bebe, dejare que lo pienses así por un momento, así que mientras ese pequeño este en tu vientre, soy tu dueño, tu empleador como tu lo dices, por lo tanto, si te digo que vendrás conmigo, vendrás conmigo, ¿Quedo claro?

Trague lento y tomando el valor de no se donde jale su corbata, su rostro quedo muy cerca de mí.

—Quedo claro, señor Kim —por un momento mire sus labios — usted manda, solo que, si piensa en joderme la vida por esto, yo también puedo joder la suya si me lo propongo.

Sonrió de una manera que me hizo soltarlo, dos hoyuelos se le marcaron de manera perfecta en cada una de sus mejillas, mi corazón latió de manera rápida, no comprendía esta reacción en mí, me intenté hacer hacia atrás, pero me tropecé con la silla, el me sostuvo de la cintura.

—Eres mas ligero de lo que pensé.

—Tu eres muy enorme —por alguna razón mi rostro se puso tan rojo como la sangre —ya suéltame, y hagamos lo que quieres antes de que sea mas tarde —lo empuje para que me soltara —pide mis cosas para llevar y quiero otro pastel para mi casa.

—Te puedo comprar la cafetería.

—Solo pídeme el pastel, fantoche.

Sali antes de la cafetería, no quería que notara como tenia el pulso, creo que este hombre es peligroso en más de una manera.






es que se que dije que actualizaria lento, pero no lo puedo evitar!!!!

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