Capítulo 21 "Hospital" ⚠+21️⚠️

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Los días habían pasado, la operación de Honrixs había salido bien, pues la bala no había llegado a tocar nada peligroso en su hombro, por lo que solo estaría una semana para su recuperación. Desde aquella noticia y esa tragedia, habían pasado tres días, tres días en los que había estado viniendo a visitar a Honrixs sin falta, incluso me quedaba dormir debido al horario, también habían venido Félix y Bin, los cuales estaban preocupados por su recuperación o eso era lo que aparentaban, también me había dado cuenta de la ausencia de su padre, el cual no se había aparecido en el hospital ni una sola vez.

Nuevamente me encontraba en el hospital, acomodando la habitación de Honrixs, ya que no quería que ninguna enfermera lo viera sin su máscara, después de todo, él seguía creyendo que su rostro estaba marcado por aquellas cicatrices y yo, yo no me atrevía a decirle la verdad, pues ahora lo más importante era su recuperación.

—Deberias irte a casa. —dijo con preocupación.

—Estoy bien, solía cuidar a mi madre cuando enfermó. —conté mientras mojaba el pañuelo con agua tibia.

—¿Te qué murió tu madre? —preguntó.

—Cancer —dije sin más—. Después de eso tuve que enfrentar la vida sola, ya que había arruinado mi futuro.

Después de eso Honrixs se quedó en silencio, luego cerro sus ojos y empecé a lavar su rostro con el pañuelo mojado, dando pequeños toques sobre este, tratando de ser lo más cuidadosa posible, mientras admiraba su suave y pálido rostro, el cual no tenía ninguna imperfección, pareciera que fuera creado por el mismísimo Dios. Mientras seguía concentrada en mi labor, Honrixs abrió sus ojos de golpe, penetrando rápidamente en los míos, en ese momento retrocedí cayendo al suelo, pues había olvidado el recipiente que contenía el agua.

—¿Aún te pones nerviosa? —cuestionó con voz ronca.

—Imbecil ¿Por qué no avisa antes de hacer eso? —susurré para que él no me escuchara.

—Deberias cambiar esa ropa mojada o te enfermaras. —propuso.

—No tengo ropa aquí. —informé.

Honrixs rápidamente señaló su maleta, la cual había traído de su casa destruida desde el primer día, pues allí se encontraba su ropa, útiles de aseo y alguna que otra cosa. Con resignación me dirigí a ella y tome una de sus camisas más largas, para así estar más cómoda a la hora de ponerme esta clase de ropa. Desde hace algunos días, el baño de la habitación estaba cerrado, por lo que todo lo debíamos hacer afuera en otra baño, así que no me quedó de otra que cambiarme allí mismo, no sin antes pedirle a Honrixs que cerrara sus ojos.

Una vez que lo hice, quité mi ropa mojada, me puse la camisa y empecé a abotonarla, pero el último botón de arriba era imposible, por lo que Honrixs se ofreció a ayudarme, pues el también solía tener inconvenientes con esto. Rápidamente corrí hacia su cama, me agaché un poco y esperé a que me ayudara, pero éste sólo jaló de la camisa haciéndome caer sobre él, nuevamente me levanté apresurada, pues no quería lastimar su hombro, pero este me jalo de nuevo, haciendo que mis labios cayeran en los de él.

—Eso es jugar sucio. —susurré debido a la cercanía.

—No es un juego si la otra parte no se resiste. —murmuró sin quitar su mirada de mis labios.

—Estas lastimado, no hay que empeorar las cosas. —dije tratando de liberar la camisa de su mano.

—¿Esa es tu excusa? —preguntó tras una risita—. No necesito mi hombro para ésto, solo otra cosa que te necesita.

Después de eso, Honrixs soltó mi camisa y tomó mi cabeza, para así poderme besarme sin que yo pudiera resistirme. Al principio traté de liberarme, pues realmente no quería lastimarlo, pero sus labios sabían muy bien como envolverme y sin darme cuenta, ya me encontraba encima de él, siguiendo su juego sucio. Honrixs besaba mi cuello suavemente, mientras empezaba a quitar nuevamente los botones de la camisa, la cual cayó al suelo después de unos segundos, luego si dirigió nuevamente a mis labios, los actuales besaba mientras apretaba mi cintura contra su cuerpo, deseoso por pasar a la siguiente face.

Debido a su hombro herido, sólo podía utilizar una mano, por lo que me vi en la obligación de ayudarlo a bajar su sudadera de hospital la cual dejaba a la vista lo que me esperaba allí abajo. Una vez que hice eso, empecé a besar su pecho, después bajé hasta su abdomen, haciéndole creer que iría más abajo, pero solo jugaba con él, logrando así que se desesperara. Luego de jugar un poco con él, decidí ir a la acción, pero en ese momento escuchamos a una enfermera detrás de la puerta.

—Te dije que esto no era buena idea. —susurré con enojo.

—Solo vístete. —susurró al igual que yo.

Rápidamente traté de levantarme, pero un mechón de mi cabello se había quedado atorado en uno de los botones bajos de la camisa de hospital, por lo que me fue imposible salir a tiempo, por lo que no me quedo de otra que taparme con la sábana y quedarme recostada encima de su cuerpo con mi cabeza cerca de su miembro. Después de unos segundos, la enfermera entró a la habitación de Honrixs. Por lo que medio alcanzaba a ver por la sábana semi trasparente, habían algunas inyecciones y una en especial para sacar un poco de sangre, en ese preciso momento se me ocurrió una idea muy loca.

La enfermera empezó a organizar todo, desde las inyecciones que irían en el suero, hasta la que utilizaría para la sangre, en ese momento, empecé a bajar la ropa interior de Honrixs tratando de moverme lo menos posible, él metió la mano dentro de la sábana y trato de impedir que hiciera esto, pero en ese momento la enfermera le pidió su brazo para sacar la sangre. Honrixs rápidamente la sacó y la enfermera empezó a hacer su trabajo, en ese momento, di una leve lamida a la punta de su pene, haciendo que jadeara un poco. 

—Lo siento ¿Dolió? —pregunto la enfermera detenido el proceso.

—N-no se preocupe, siempre le tenido miedo a la agujas. —mintió tratando de controlar su voz, pues en ese momento me encontraba con su pene dentro de su boca.

—Se ve un poco nervioso y además está sudando. —comentó la enfermera— ¿Seguro que solo es miedo a las agujas? Podría llamar al doctor.

—¡No! Ah, no se preocupe, estoy bien. —murmuró.

La enfermera terminó de hacer su trabajo, tomó sus cosas, apagó la energía y salió de la habitación, pues ya era un poco tarde y Honrixs debía dormir o eso era lo que ella creía. Una vez que la enfermera salió, quitó la sabana, encontrándome muy agusto con su miembro, rápidamente me tomó del cabello e hizo que me acostara en la cama boca abajo, luego con su única mano, bajo mi ropa interior, haciendo que mis glúteos quedaran al descubierto, para luego y sin piedad, darme una nalgada.

—¡Ah! —jadee de dolor al sentir mi glúteo arder.

—Estas muy inquieta, debería darte una lección ahora mismo.

Honrixs tomó mi cabello, lo enredó en su mano y puso todo su peso sobre está, haciendo que mi cabeza quedara contra la almohada, impidiéndome el moviendo, luego con sus piernas abrió las mías y sin piedad o previo aviso, se introdujo de golpe en mí haciendo que jadeara de dolor y placer, después empezó a moverse bruscamente en mi interior, haciendo que nuestros cuerpos sonaran con cada choque. Enterré más mi cabeza en la almohada, tratando de que mis gemidos no se escucharan tan fuertes, pues Honrixs me estaba partiendo en mil pedazos en ese precioso momento, incluso mi cuerpo era balanceado con brusquedad de arriba a abajo, haciendo que la cama también sufriera.

—B-basta, nos van a... A escuchar ¡Ah, Honrixs! Detente. —jadee mientras me aferraba a la cama con mis manos.

—Tú te buscaste esto, ahora no me pidas que pare —musitó—. Ya no puedo detenerme, estoy muy caliente.

Honrixs libero su mano de mi cabello y me dio media vuelta, quedando frente a frente con él, luego tomó mis piernas y las subió a sus hombros, después se balanceó hacia adelante, haciendo que mis piernas quedaran completamente abiertas, para después hundirse nuevamente en mí, llegando hasta la parte más profunda de mi cavidad. Después de eso empezó a moverse incluso más rápido que hace un momento, haciendo que mi cuerpo se retorciera debajo de suyo, incluso traté de mover mis piernas, ya que la sensación no me dejaba continuar, pero todos mis movimientos fueron en vano.

Tome la almohada debajo de mí y empecé a morderla, tratando de no gemir muy fuerte, después de todo estaba en un hospital. Honrixs se apresuró a quitar la almohada de mi boca y empezó a besarme para callar mis jadeos y gemidos, moviéndose rápidamente en mi interior, no pude evitar sollozar, sintiendo como mi cuerpo llegar hasta el punto límite, pero cuando estuve a punto de llegar a mi clímax, Honrixs paró de golpe y salió de mi interior.

—¿Q-qué estás haciendo? —pregunté.

—Aún no vamos a terminar, gatita.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro