Deja Vu

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La mujer de cabellos rubios había recibido un golpe muy fuerte, se sentía temerosa, insegura de lo que le iría a pasar. Ella se sienta en la silla para intentar tranquilizarse y pensar con claridad. Para Lincoln esto era algo de rutina y ya sabía de antemano el dolor y temor que suele sentir un paciente al ser diagnosticado con algún tipo de Cáncer. Pero, esta vez no se trataba de un paciente común y corriente, se trataba de Lola, su hermanita menor. Independientemente de lo que le haya hecho en el pasado o de las maldades que llego a hacer, sigue siendo su hermana, sigue siendo aquella niñita que cargo entre sus brazos cuando era tan solo una bebe, aquella criaturita a la que le cambio los pañales cuando su madre estaba muy ocupada...

En un momento tan duro... ¿Valía la pena seguir enemistados? ¿Tan siquiera lo valió desde el día que todo inicio? No negaba que Lola si se merecía algún escarmiento, incluso se sorprendió que ella no le haya dicho nada a su madre. Pero... Era extraño, se suponía que este tipo de problemas se deberían de resolver por sí solos con el tiempo, ya que este se encarga de disolver el enojo que se siente, pero a pesar de los años y que ambos ya no se sientan enojados con el otro, hay ese sentimiento de incomodidad por parte del peliblanco y de culpa por parte de la rubia. Esto se veía claramente en las reuniones familiares donde ambos buscaban la manera más discreta de alejarse del otro.

Las únicas en notarlo fue Lynn y Luan, la comediante lo sabía porque ella escucho el potente regaño que Lincoln le había dado a Lola aquel día, y justamente por temor a empeorar la situación decidió no intervenir más, y la siguiente era Lynn Jr. Que a diferencia de Luan, ella intento intervenir preguntándole a Lola lo que pasaba y a Lincoln también, pero solo recibía respuestas cortantes o de plano cambiaban el tema, con el tiempo ella comprendió que no podía hacer de a mucho si seguían así y decidió no insistir más.

Y así pasaron los años, con una pared invisible que los separo, y tal parece que una noticia tan trágica fue lo que logro quebrar ese muro.

Lincoln se agacho para quedar a la misma medida de Lola, la cual estaba sentada en la silla con una pose que develaba su preocupación y tristeza.

-... Dime la verdad, Lincoln.- Dijo Lola sin quitar la vista del escritorio-. ¿Es... Demasiado tarde?

-Realmente no lo sé, Lola.- Respondió Lincoln-. Para ello habría que estudiar bien la anomalía para ver qué tan avanzado esta, pero hay que hacerlo lo más pronto posible.

-Lo más pronto posible.- Dijo Lola-. ¿Y crees que salga de esta?

-Bueno, debes entender que un cáncer es bastante preocupante.- Dijo Lincoln-. Pero, por suerte, la medicina ah avanzado mucho, al igual que los tratamientos y procedimientos. Si me lo preguntas, yo creo que si vas a salir de esta, pero necesito que seas fuerte, debes serlo para poder ganar esta batalla. No puedes rendirte sin siquiera haber empezado.

-Pero...

-Lola, debes hacerle frente a esto con valentía.- Interrumpió Lincoln-. Tú puedes salir de esta, yo lo creo. Además, recuerda que no estás sola, ya que en el mundo hay millones de mujeres que también luchan contra el cáncer, y todas ellas luchan con valentía y lo hacen con una fortaleza tan grande que yo me quedo admirado de su fuerza de voluntad y su valor. Sin duda les tengo un gran respeto.

La rubia sintió algo de tranquilidad con las palabras de su hermano, ese apoyo moral de parte de él era algo que extrañaba desde hace años atrás, además, sintió que su moral se elevó, lo que venía era una batalla colosal, pero iba a hacer todo lo posible para ganar.

-¿Y... Que va a ser de nosotros?- Pregunto la chica-. Porque, no creo que poder superar esto si seguimos así, Lincoln.

-¿Así cómo?- Pregunto el doctor con algo de curiosidad.

-Así distanciados y en rencor.- Dijo la rubia al negar con la cabeza-. Ah pasado tanto tiempo, hermano... Para ser sincera no pensé que hubiera hecho un daño tan grave, pero, con el paso del tiempo me di cuenta que... te lastime mucho, a ti y a Linka... Los herí y casi destruyo su relación... Y ahora me pregunto... ¿Trate ese asunto como se debía? ¿Podía solucionarse de otra forma?... Quizás si, quizás no... Yo solo quería evitar que apartaran a mi hermano de mi lado.

"Evitar que apartaran a mi hermano de mi lado" Eso que dijo su hermana lo dejo pensativo... Es cierto que cuando eran jóvenes, el noviazgo de ambos era un fuerte sentimiento que inundaban sus corazones y que hoy en día siguen inundándolos. Quizás ella no lo hizo por pura maldad, quizás fueron los celos de hermana que debió sentir al ver que su hermano mayor, con el que compartió tantas tardes de juegos y fiestas de té la dejaba por irse tras una chica tan igual y al mismo tan diferente de el. Viendo eso y temiendo que el se fuera para siempre, busco la manera de poner un freno a esa relación, pero el efecto fue muy contraproducente...

Entonces... ¿Lincoln fue el que actuó mal? Bueno, en el regaño que le dio quizás se excedió, pero alguien tenía que hacerle entender a Lola que no podía seguir haciendo esas cosas sin consecuencias. Pero, ahora que lo pensaba, quizás si actuó mal posterior a ese día, nunca le había dado la oportunidad a ella de que diera su versión de la historia y que pudiera disculparse. Y conforme paso el tiempo se fue alejando al igual que el sentimiento de rencor del albino también se fue disolviendo, ahora solo quedaba un aire de incomodidad entre ambos que les impedía volver a hablar.

Pero, para Lincoln. Jamás dejo de quererla, ella jamás dejo de ser su hermanita querida. Jamás dejo de apoyarla en sus concursos y en su vida profesional como modelo. Y en este momento, no podía dejarla a su merced.

-Lola...-Dijo el albino al colocarle una mano en el hombro-. Dime la verdad... En el pasado, ¿Tu intentaste hablar conmigo para arreglar las cosas?

-Si... en varias ocasiones.- Respondió la rubia-. Pero... Te mostrabas tan distante. Y yo suponía que seguías enojado, y en el fondo me decía a mí misma que me lo merecía, que ese era mi castigo por el daño que te hice. Que les hice...

El albino baja la mirada. Ahora se sentía apenado por haber actuado tan cortante en el pasado con ella, sabiendo que si estaba interesada en arreglar las cosas.

-Rayos... Lola, yo...

-Aunque, dicen que con el tiempo, el enojo se va.- Interrumpió Lola-. Tu... ¿Sigues molesto conmigo?

-Yo... Debo admitir que no me siento molesto desde hace años... Es solo que pensaba que a ti no te importaba en solucionar las cosas. Pero, ahora me doy cuenta de que tampoco te di las oportunidades necesarias para redimirte o tan siquiera explicarme tu versión de los hechos.- Dijo el hombre-. Yo... Solo puedo decir lo siento. Pero sé que eso no nos va a devolver el tiempo que perdimos en esta discusión.

-No, más bien yo soy la que me debería disculpar.- Respondió Lola-. Y no solo por haber hecho lo de aquel día, si no por no haber tenido la valentía y el coraje para enfrentarme a mis miedos y solucionar esto antes... Tal parece que las barreras se quebraron fue por este cáncer...

-Ambos nos comportamos como unos cobardes, Lola.- Dijo el albino-. Ahora, creo que lo mejor es dejar las cosas atrás y seguir adelante, y esta vez juntos, como hermanos. Si en el futuro llegas a necesitar ayuda con lo que sea, puedes contar conmigo. Y lo digo enserio, hermanita.

Ella sonríe, había pasado tanto tiempo desde la última vez que el le había tratado con cariño y sinceridad. Al fin podría decir que todo iba por buen camino, ella no lo resistió y lo abrazo. Al principio el se sorprendió, pero decidió corresponderle. ¿Hacia cuanto tiempo que no la abrazaba? No importa, lo único que importaba es que ya todo lo malo estaba alejándose poco a poco. Aún quedan cosas por solucionar, pero al menos esto ya es un paso hacia adelante ¿no?

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El albino estaba preparando sus cosas para irse a su hogar, ansiaba poder llegar y descansar en los brazos de su amada y disfrutar de la compañía de sus hijos, ya solo le faltaba apagar la computadora del consultorio, cuando de nuevo vuelven a tocar la puerta.

-"A caray... Hoy si estoy bastante solicitado"- Pensó el hombre-. Pase, está abierto.

La enfermera entra en la habitación, tenía una expresión que develaba confusión.

-Ehm... Doctor, afuera hay otros dos pacientes.- Dijo la enfermera.

-¿Otros más?- Pregunto Lincoln algo confundido-. Tal parece que hoy estamos llenos de sorpresas. Y... ¿Quiénes son?

-Pues... Son dos, una niña y un niño, bastante parecidos entre si. Probablemente sean hermanos gemelos, no aparentan tener más de trece años. La chica presenta un magullón en su antebrazo. Y el chico luce bastante nervioso.

En eso, el hombre queda un poco pensativo. Esto era bastante curioso...

-Muy bien... hágalos pasar.- Dijo el albino al colocarse la bata y rascarse la nuca.

La enfermera obedece y hace pasar a los chicos, en el consultorio hace presencia un chico y una chica de cabello castaño, la chica se sujetaba el antebrazo con una mano mientras que el chico la ayudaba sosteniéndola de los hombros.

Lincoln se acerca a los jóvenes, podía deducir a simple vista que ese golpe en el antebrazo se veía fatal y doloroso, pero la chica tenía una apariencia bastante andrajosa, los ropajes que vestia estaban algo sucios y aunque ella lo intento ocultar con maquillaje, el doctor pudo ver algunas escoriaciones, cardenales y moretones en su cuerpo y rostro. Además de eso, el olor que desprendía la chica daba a entender que no había tomado una ducha en días, o semanas.

-Muy bien chicos. Díganme, ¿Qué paso aquí?- Pregunto Lincoln.

-Esto... Vera, mi hermana estaba jugando conmigo hoy al... ¿Futbol? ¡Si! Al Baloncesto, y pues... Esto, ella se tropezó y se golpeó el antebrazo con un tubo de hierro oxidado que había en el piso... y, bueno, a ella le duele mucho así que decidí traerla.

Lincoln se llevó la mano a la barbilla, toda esa situación le resultaba muy familiar. En eso se acerca a la chica y con cuidado le examina el brazo.

-Muy bien... Enfermera, ¿Podría traer la máquina de Rayos X portátil?

-Enseguida.- Respondió la enfermera

-Chico... ¿Y tus padres?- Pregunto el albino, le pareció muy extraño que él sea el que haya traído a su hermana al hospital y no sus padres como comúnmente se hace.

-Ehm... Ellos, lo que pasa es que... Esto... ¡Están trabajando en la granja!- Exclamo el chico.

El albino sospecho de ese comentario, pues la Ciudad de Duluth no tenía zonas agrícolas a sus alrededores, era mayormente citadina, con algún que otro chalet de montaña en las zonas boscosas.

-En la... ¿Granja?- Pregunto el albino.

-S-Si.- Respondió el chico-. Esto... han estado muy ocupados y pues... He, no quería molestarlos ni distraerlos de su trabajo.

-Muy bien... Pero, ¿Qué no podían dejar su trabajo un momentito para llevar a su hija al doctor?- Pregunto el albino con más dudas y más sospechas.

-Es que hemos tenido una... Mala racha en la granja y, pues están intentando levantarla a toda costa.- Dijo el chico aún más nervioso.

El albino iba a hacer otra pregunta, pero la enfermera llego con la máquina, así que alisto todo para la radiografía. Después de tomarla, la enfermera se llevó la máquina para ilustrar la placa.

Mientras esperaba por los resultados, Lincoln toma su teléfono y le envía otro mensaje a Linka para avisarle que llegaba un poco más tarde, mientras escribía, vio de reojo como los chicos parecían preocupados, en especial la chica, mientras que él le daba apoyo moral. Cosa que le hizo recordar a ese día en que Linka dio su primer paso para irse de aquel martirio en el que estaba sometida. Y algunas veces él se preguntaba... ¿Qué habrá pasado en la Royal Woods alterna? ¿Qué tanta repercusión habían alcanzado sus movidas?

Hubiera seguido indagando si no fuera porque la enfermera entro con las placas impresas y listas para verlas en la pantalla de luz, el hombre las coloca en el aparato y lo enciende. Por fortuna todo se veía bien en la placa.

-Bien... Bien.- Dijo el albino al voltearse-. Enfermera, tráigame unos vendajes y unas píldoras analgésicas.

-Como lo ordene.- Respondió la enfermera al retirarse.

-Miren chicos... Normalmente esto debería revisarlo un traumatólogo, pero la radiografía muestra que no hay fractura. Sin embargo aún tengo muchas dudas con respecto a ustedes y su historia.

Los chicos palidecieron ante esas palabras del albino, el medico iba a continuar hablando cuando la enfermera hace presencia con los vendajes y las píldoras. El albino enseguida comienza a limpiar y vendar el golpe para luego darle las píldoras a la chica.

-Y bien, ya casi estamos listos.- Dijo el albino-. Antes quiero que me respondan algo... Si estaban jugando al futbol, ¿Por qué ella esta tan andrajosa y sucia y tu estas limpio y bien arreglado? ¿No deberías estar en un estado similar a ella?

El chico se quedo en blanco, y la chica también no supo que decir... En el fondo sabían que los habían cachado.

-Esto... Esto me huele a Maltrato infantil por todas partes...- Dijo el albino, el silencio de ambos fue como una confirmación para el médico.

Normalmente el llamaría a la policía para denunciar eso... Pero, había algo dentro de sí que le decía que no lo hiciera, después de todo, el paso por lo mismo que esos dos chicos. ¿Y si eran igual que él? Podría ser que los investigadores de la Royal Woods alterna lograron abrir un portal y ellos estén pasando por lo mismo que el vivió hace tanto tiempo... ¿Era buena idea dejarlos ir? Después de todo, no tenía pruebas concretas de maltrato infantil, todo lo que tenía eran sospechas y pruebas circunstanciales...

-Miren chicos... Voy a hacer como que no vi nada sospechoso aquí, pero sépase que si necesitan ayuda, hay entes gubernamentales, organizaciones sin ánimos de lucro y personas que los pueden ayudar en caso de que alguna de sus figuras paternas no los traten como se debe o merecen. ¿Vale?- Dijo el albino, haciendo uso de los recuerdos que tenía ese día y de lo que aquel doctor le había dicho antes de dejarlos ir.

-Gracias doctor.-Dijo el chico con una sonrisa-. Eh... ¿Cuánto debo pagarle?

-Hable con la recepcionista, ella les cobrara.- Respondió el albino.

Ambos se van del consultorio y Lincoln se pasa la mano por el cabello para ver a la enfermera, que lo observaba con una mirada de confusión.

-Bueno... Se me hace tarde, y no quiero que mi esposa me deje durmiendo en el sofá otra vez.- Dijo el albino al levantarse.

-Sabe, por un momento pensé que llamaría a la policía.- Dijo la enfermera-. Digo, era obvio lo que pasaba.

-Pues si, yo también lo pensé.- Respondió Lincoln-. Pero... Hay algo dentro de mí que me dice que lo mejor es que los deje ir... Y si te soy sincero, yo estoy seguro que ese chico no dejara que nadie más le haga daño, e incluso me atrevo a decir que hará hasta lo imposible solo por verla feliz.

-¿Cómo esta tan seguro de eso?- Pregunto la enfermera.

-Solo... Lo se, ¿Si?- Dijo el albino para colocarse su abrigo-. Bueno, será mejor que me vaya ya. Nos vemos mañana.

-Hasta mañana, doc.- Respondió la enfermera-. Ahora... ¿Me pregunto si ya habrá terminado el turno de la Enfermera Mari...?

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(Continuara...)

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