Sustos y más sustos

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Amanecía en las calles de mi pueblo, un agradable día yacía en las calles mientras yo aún en mi cama recostada. Muerta del cansancio y sin fuerza alguna. No se si es está la mejor manera de comenzara contar mi historia: Sakura, Alemania......  ¿Fue aquello el principio? En realidad, no. Pero fue uno de sus momentos culminantes, creo que por eso he empezado por hay. Si hay un nombre o un personaje que tiene la virtud de servir de centro a todo lo que me propongo relatar, ese serie sin lugar a dudas el de Sakura. Digamos que es el eje en torno al cual gravita toda la historia. Pero tal vez debería explicar quien es Paul -y también  Martina, que aparecerán pronto- y qué hacía yo en lo alto de las montañas de Baviera cuando me tope con ese nombre, tan lejos de mi casa, de mis padres, de mis compañeros del Instituto en Murcia. Me ocurre siempre. Me ocurre cada vez que me pongo a contar algo, aunque sea un chiste. Lo relato todo en desorden, yendo y viniendo en el tiempo, añadiendo detalles y matizaciones según me viene a la cabeza. Los que me conocen se extrañan de que esto me ocurra precisamente a mi. ¿Porque se extrañan? Pues poque muchos me consideran una especie de lectura con patas. Y es que me gustan mucho los libros. Más escribirlos que algunos lo odian y otros lo dejan. ¿Porque me encuentro así? Pues fue algo que pasó la semana pasada. Tan destrozada estoy que no tengo ni ánimo de contar la. Pues la causa de mi cansancio es nada más y nada menos que Makoto mi hermano mayor. Era un joven quien me sacaba dos años por delante. Llevaba puesto una camiseta naranja y unos pantalones negros, con sus zapatillas negras que siempre llevaba con sigo. Pues decía que ese era el secreto por el que corría tan rápido. Rápido pues era siempre el, el primero en la clase de Educación Física. Y yo siempre hillendo detrás de él. Siempre la última de mi clase. Una tarta y un zumo es lo que merendaba en la cocina tan agusto y tranquila. Pues al cabeza loca de mi hermano, no se le ocurrió otra cosa que gastarme una broma. ¿Que cual es? Pues la de pegarme un susto. Fue tan inoportuno que casi me atragante con el zumo que tan tranquilamente me bebía. Mi preocupado hermano quien me daba por la espalda mientras tosia. No lo haré más. Es lo que siempre me decía, pero al acabar el día otro susto me dió. Y yo tan asustadiza que soy, que con solo decirme bu, ya me pongo a temblar. "Juan sin miedo*,es lo que leí recientemente. Muchos recuerdos interesantes pues lo leí cuando era más pequeña. ¿De que va? Pues su nombre lo indica, de un joven que no le temía a nada. Makoto quien vio lo que leía, se le ocurrió la idea de asustarme igual que en mi libro que para el era divertido pues para mi ya me tenía harta. Pesadillas y más pesadillas salían sin cesar de mis sueños. Por culpa de mi hermano que por fin se dio cuenta y me dejó en paz. Ahora estoy viendo la ventana, viendo a robots pasar por las calles. ¿Porque robots? Pues porque es lo que más o menos somos. Jente que siempre hace lo mismo, que raramente prueba algo nuevo. No soy poético simplemente es mi punto de vista. Cosas y más cosas imaginaba para mis nuevos cuentos hasta que mi madre me saco de mis pensamientos. Ha desayunar. Fue todo lo que dijo mí madre para luego depués de un suspiro pesado salir de la habitación. ¿Porque estaba triste? Eso es algo que contaré dentro de poco

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