Capítulo 2 - El inicio de una guerra

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 Elianne llega al estudio para practicar las canciones que cantaría para el concierto, el cual sería al día siguiente. Harrison estaba con ella.

 —¿Y cuál cantarás primero el día del concierto, nena?

 Elianne se encoge de hombros.

 —No lo sé.

 Se sienta en una silla que estaba cerca y agacha la cabeza.

 Harrison se acerca a ella.

 —¡Hey! ¿Qué pasa? ¿Por qué esa actitud tan decaída?

 —Es que aún no estoy convencida de hacer esto —dice cabizbaja.

 —¿De cantar en el concierto?

 —Sí —suspira—. No quiero más problemas con esos chicos de Fatal Boys.

 Harrison se sienta a su lado.

 —Según lo que me has contado, ser cantante es tu sueño de toda la vida.

 Ella lo mira.

 —Lo es, pero...

 —Solo trata de ver todo de forma positiva —le sonríe, tratando de animarla.

 Ella le regresa la sonrisa. En ese momento la puerta se abre.

 Jaden entra, viendo la escena.

 Harrison y Elianne lo miran.

 —Jaden, ¿en qué te puedo ayudar? —pregunta el productor.

 Jaden los ve con una mirada indescifrable.

 —Descuiden. Sigan haciendo lo que hacían.

 Mira a Elianne de arriba a abajo, para después irse.

 Elianne no le presta atención a aquello.

 —Tienes razón, Harrison. Debo seguir luchando por mi sueño.

 Camina hacia un micrófono.

 —Respecto a lo de las canciones, yo digo que empieces con "Sueño adolescente" y dejes de última la de "Amor es el nombre" que es la que estrenarás. ¿Te parece?

 Elianne asiente. Saliendo del estudio, ve en la entrada a Iker y al odioso.

 Ellos estaban distraídos hablando, así que ella aprovechó aquello para pasar desapercibida.

 Al llegar al vestíbulo de su departamento, se encontró con una sorpresa.

 —Hola, hola —dice Selene.

 Elianne se sorprende.

 —¡AH! ¡Selene!

 Ambas corren a darse un abrazo.

 —No puedo creer que estés aquí. ¡Qué emoción!

 —¿Crees que me perdería este momento tan importante para mi mejor amiga?

 —Eres la mejor amiga del mundo entero.

 Toman el elevador.

—Esto es genial. Tu popularidad sube como espuma. En Johnson City no se habla de más nada.

 —Exageras.

 Llegan al departamento de Elianne. Se van a la habitación.

 —Ahora sí, cuéntame más de todo esto con los Fatal Boys.

 —Creo que en realidad tu plan era venir para estar cerca de ellos gracias a mí.

 —Sabes que te adoro, pero también adoro que vayas a cantar con ellos.

 —Voy a cantar en su cierto, que es distinto —dice quitando sus zapatos y lanzándose a su cama.

 Selene se acuesta junto a ella.

 —¿Pero sí los verás ensayar de cerca?

 Elianne pone los ojos en blanco.

 —Los veremos. Mañana te llevaré al ensayo.

 Selene la abraza.

 —Te amo.





 Al día siguiente, Elianne lleva a Selene al ensayo en el sitio del concierto. Cuando llegan se encuentran a Calvin

 —Qué bueno que ya llegaste. Prepárate para ensayar una vez que los chicos terminen.

 —De acuerdo —mira a Selene—. Ella es Selene, mi mejor amiga. Creo que alguna vez te hablé de ella.

 Calvin mira a Selene con una sonrisa.

 —¿Qué tal? Es un gusto conocerte.

 —Igual. Espero que no haya estado mal que Elianne me trajera.

 —No veo ningún problema.

 Caminan hacia la tarima. Selene se asombra con todo lo que ve.

 —Esto es grandioso. No puedo creer que cantarás en este sitio tan enorme, y aun mejor abriéndole el concierto a los Fatal Boys.

 En ese momento, tres chicos de la banda empiezan a aparecer sobre la tarima. Se trataba de Iker, Einar y Aaron.

 Selene los mira impactada.

 —¡Oh por Dios!, ¡Oh por Dios, ¡OH POR DIOS!

 Se acerca a la tarima. Elianne, sin más remedio, la sigue.

 —Cálmate.

 —Déjame ser en este momento —mira uno a uno a los chicos.

 —Mejor ven. Por mientras esperemos en el camerino.

 —¿Estás loca? Tengo la oportunidad de ver ensayar de cerca a los chicos de una de las mejores bandas. No me lo perderé.

 —Pero Sel...

 —Vamos, Eli —le hace pucheros.

 Elianne tuerce los ojos.

 —Bien.

 Ambas observan a los chicos. Selene tenía motivos de sobra para estar hipnotizada mirándolos. Los tres eran muy guapos.

 Iker era de piel color canela. Sus cabellos eran de color negro intenso. Tenía una carita de niño bonito decorada con hermosos ojos en tono verde agua; Einar era de tez blanca con cabello castaño y ojos cafés. Sus rasgos faciales eran llamativos. Su personalidad irradiaba sensualidad; Aaron tenía pecas que cubrían la piel de su perfecta anatomía, cabello negro y ojos azules.

 —Son aún más guapos en persona —dice Selene.

 Aaron mira hacia ellas y sonríe. Selene casi se desmaya.

 —Hola —dice Iker saludando con la mano.

 Elianne le sonríe.

 Poco después Jaden aparece también.

 Al verlo, Elianne toma a Selene del brazo.

 —Estamos muy cerca de la tarima. Retrocedemos.

 —Este es el lugar perfecto.

 Los chicos se acomodan en sus lugares para iniciar con una canción. Harrison se dirige a ellos.

 —Chicos, ¿con qué canción abrirán su presentación?

 —Con "Quiero saber" —responde Einar.

 Jaden toma el micrófono. Antes de que la música comience, ve a Elianne. Como siempre la mira de arriba a abajo. Luego aparta la mirada.

 Minutos después comienzan a interpretar una canción. Elianne observaba a Jaden mientras este canta.

 Si había algo que ella había notado y debía admitir en ese momento, era que Jaden Hard podía ser un completo idiota, pero de que era talentoso para cantar, lo era. Tenía una buena voz.

 También era muy guapo, tanto o más que los otros tres. Su piel era muy blanca, lo cual hacía un perfecto contraste con su cabello negro. Tenía rasgos faciales casi perfectos, de armoniosa simetría, con ojos de un color azul del tono del cielo. Era delgado, pero muy alto.

 Sí, era malditamente guapo, tanto como lo era de odioso.

 Al anochecer llega el momento de dar inicio al concierto. Los chicos caminaban hacia sus camerinos.

 En ese momento oyen a alguien cantando a capela. Era una voz poderosa, clara.

 Aaron levanta ambas cejas.

 —¡Wao!

 Todos se detienen al darse cuenta de que estaban afuera del camerino de Elianne.

 —Si esa que canta así es ella, mis respetos —dice Einar.

 —Canta increíble—agrega Iker.

 Jaden tuerce los ojos y continúa caminando.

 Mientras tanto, Elianne estaba en su camerino ya lista.

 Sus cabellos rubios estaban recogidos en un peinado cola de caballo. Tenía los labios pintados de color carmín. Sus ojos azules eran bellamente resaltados por sombras de tonos negros y dorados. Lucía un vestido cóctel de Sherri Hill decorado con pedrería dorada.

 Selene la miraba.

 —Amiga, te ves increíble.

 Elianne se mira a sí misma frente a un espejo.

 —Estoy muy nerviosa. Nunca había cantado frente a tanta gente.

 Calvin, al escucharla, le habla.

 —Trata de calmarte. Mandaré a pedir que te traigan un té o cualquier otra cosa que sientas que te relaje.

 —Como una cerveza —dice Selene sonriendo.

 Elianne sacude la cabeza.

 —No quiero nada.

 Minutos después sale del camerino en compañía de Calvin.

 Alcanza a ver tras la cortina del escenario. Ve que afuera había cientos de personas, lo cual hace que sus ojos se llenen de horror.

 —Creo que me equivoqué —dice luciendo pálida y negando con la cabeza.

 Calvin la mira.

 —¿De qué hablas?

 Ella retrocede un paso.

 —No podré hacerlo.

 Calvin la mira sorprendido. Era el momento menos indicado para que ella sufriera un ataque de pánico escénico.

 Elianne siempre había estado muy segura de que lo que quería era cantar, pero ahora que veía ante sus ojos un gran reto, el de cantar frente a una gran multitud, el miedo se apoderaba de ella. Nunca pensó que algo así le pasaría, pero así de traicionera es la vida, o mejor dicho los nervios.

 —Yo... Yo no puedo hacerlo, Calvin.

 —Elianne, deja de decir eso. Claro que puedes —la sujeta de los hombros—. Además, ya has cantado frente a otras personas varias veces.

 —Eso era en cosas con pequeño público. Esto es algo de mayor magnitud.

 —¿Y qué? Solo hazlo. Tú puedes. El público te amará.

 —Esos son fans de los Fatal Boys—dice derrotada—. Vienen por ellos, no por mí. Me van a abuchear.

 Harrison se acerca en ese momento.

 —Elianne, sales en un minuto.

 Ella niega con la cabeza.

 —No, no podré.

 Trata de irse, pero Calvin la detiene.

 —A ver, nena, ¿sabes por qué quise ser tu representante?

 Ella lo mira.

 —Fue porque vi en ti talento puro. Tienes una voz mágica, un don increíble para componer bellas canciones, y aparte de eso, eres lindísima.

 —Pero yo...

 —Tú naciste para brillar. Sal y cómete ese escenario, que tú puedes hacerlos. Vive tu sueño.

 Harrison interrumpe.

 —Diez segundos.

 Calvin le pone una mano en la cabeza a Elianne.

 —Confía en ti. Además, las bailarinas estarán contigo y no estarás sola.

 Ella lo mira, no muy convencida. Los del staff se la llevan hacia el escenario.

 En el momento en que ella sale al escenario, el público empieza a gritar. Los reflectores la iluminan. Sus piernas tiemblan. Por su mente pasaron recuerdos de forma rápida.

 Recordó que cuando era niña le gustaba subirse a su cama simulando que era una tarima y colocaba a sus juguetes en el piso simulando que eran su público. Recordó cuando iba al granero a cantarle a las gallinas en la granja de su familia. Recordó cuando cantó por primera vez frente a toda su escuela y cómo lo disfrutó.

Por ello cierra los ojos.

 —"Estás aquí ahora, en algo muy diferente. Tienes el sueño de tu vida en tus manos, así que da lo mejor de ti" —fueron las palabras de aliento que ella misma se dio.

 La música empezó a sonar. Las bailarinas empezaron a bailar.

 Elianne llevó el micrófono hacia su boca y no supo ni cómo, pero su voz salió por sí sola.

 Al terminar de cantar se pone la mano en el pecho y agacha la mirada con los ojos cerrados. En ese momento se oyen vítores del público.

 Ella lentamente abre los ojos, para encontrarse con una multitud que grita emocionado.

 Casi no lo podía creer. Una sonrisa se le dibujó al mismo tiempo que sus lágrimas amenazaban con salir.

 Mira al cielo. Aunque al principio cantó con nervios, al final se dejó llevar y lo hizo bien, pues cantó con el alma.

 Luego de cantar otra canción, fue tras el escenario. Selene la recibió feliz.

 —¡Por Dios! Eli, estuviste genial. Hiciste que se me erizara la piel al oírte cantar.

 Se abrazan emocionadas.

 —Todavía estoy temblando. Creí que no lo lograría.

 Calvin se acerca a ella.

 —Te dije que todo saldría bien.

 —Perdón por haber estado nerviosa.

 —Eso no importa ahora. Lo importante es que te comiste ese escenario—Dice él con una sonrisa.

 Selene le sonríe a Elianne

 —Y eso que estabas nerviosa. Imagínate cómo será cuando te acostumbres.

 —Es verdad —dice Calvin—. Y acostúmbrate, porque esta no será tu última vez cantando frente a muchas personas.





 Momentos después pasan los chicos de la banda, quienes caminaban rumbo al escenario.

 Estos suben unas escaleras y llegan a la tarima. El sitio casi se cae entre los aplausos y gritos eufóricos de los fanáticos, quienes aclamaban a la banda.

 Elianne observa desde una esquina. Ve a Jaden cuando este empieza a cantar.

 Al día siguiente está sentada en una silla del área de controles de la cabina de grabación, la cual estaba vacía y esta vez libre del odioso.

 Veía los comentarios sobre ella en la red acerca del concierto. La mayoría de estos eran positivos. La gente incluso escribía que les gustaba la canción nueva que ella había lanzado en el concierto, la cual ya habían subido a YouTube y tenía muchas visitas.

 Ella estaba sonriente viendo aquello en su teléfono, cuando escucha que la puerta de la entrada se abrió.

 Levanta la vista, solo para toparse con algo que no quería.

 —¡Oh no!... —exclamó borrando la sonrisa que pintaba su rostro.

 Jaden estaba allí observándola.

 Ella se pone de pie y camina hacia la puerta.

 Él le obstruye el paso.

 —¿Me permites pasar? —dice muy seria.

 Ignorando eso, Jaden cierra la puerta y da un paso hacia ella, intimidándola un poco.

 —¿Así que estás muy extasiada porque te saliste con la tuya al final de cuentas? —Dice él con soberbia.

 Ella tuerce los ojos.

 —¿Cuál es tu problema conmigo? ¿En qué te afecta eso?

 Jaden se sienta en la misma silla en donde había estado sentada ella.

 —Me imagino que has de ser de esas niñas tontas que creen que tiene suerte con una canción, ya será famosa y se le cumplirá su sueño.

 Elianne se cruza de brazos.

 —Y si es así, ¿qué? ¿Solo porque soy una chica pobre de campo no puedo aspirar a cumplir mis sueños?

 Él la mira con una sonrisa burlona dibujada en su rostro.

 —¿Con que eres una campesina? ¿Por qué no lo adiviné antes?

 —Pues sí, soy una campesina de Texas, y eso no me avergüenza. Y déjame decirte que no solo los niños que nacieron en cuna de oro, como supongo que fuiste tú, tienen derecho a realizar sus sueños.

 Jaden mira hacia otro lado y ríe. Luego se pone de pie.

 —Sigue soñando. Tal vez puedas lograr cumplir tus sueños si sigues usando las mismas técnicas que usas con Harrison.

 —¿De qué hablas? —preguntó ella confundida.

 Jaden mira sus uñas.

 —Sé cómo hacen las que son como tú que quieren escalar a como dé lugar. Primero le pelan el diente a tipos como Harrison, luego tal vez al dueño del estudio, y así siguen con el que sea necesario hasta conseguir su tan anhelada fama.

 Elianne se siente muy ofendida en ese momento ante las insinuaciones de Jaden.

 —No tienes idea de lo que dices, ni derecho a decirlo.

 Se dispuso a irse, pero al pasar al lado de Jaden este le habla.

 —Tal vez al final tengas que metértele a la cama a un buen productor.

 Y esa fue la gota que derramó el vaso para Elianne. Ella apretó los puños, sintiendo mucho enojo en su interior. Cerró los ojos y tomó una bocanada de aire. Luego miró a Jaden.

 —¿Sabes? Quizás una chica de ciudad solo te insultaría de vuelta, o cuando mucho te daría una bofetada. Pero una buena texana te daría un golpe en la ingle —da un paso hacia él—. ¿Y qué crees? ¡Yo soy una buena texana! —levanta su rodilla y le da en la entrepierna a Jaden, haciendo que él caiga al suelo sujetándose en ese lugar.

 —¡Ah! —dice tirado en el suelo.

 Ella solo lo mira. Después camina hacia la puerta, pero antes de salir lo oye hablarle, o mejor dicho gritarle.

 —¡DATE POR MUERTA! ¡Voy a acabar contigo, campesina!






 Algunos días después del enfrentamiento de Elianne con Jaden las cosas parecían serenas.

 Jaden se mantenía en el silencio, pero ella sabía que lo que había pasado no quedaría en el olvido. Él se vengaría de ella de algún modo, por lo cual ella solo debía mantenerse alerta. Pero como decía Calvin: Jaden Hard solo era una piedra en su camino entre muchas que se encontraría. Por eso decide no darle importancia y sale a recorrer las calles de la gran manzana junto a su amiga.

 —Qué pena que ya mañana te tengas que regresar a Texas.

 —Ni me lo digas. Me hubiese gustado podido quedarme más tiempo.

 Se detiene en un puesto de helados parado a un lado se la acerca.

 —Te voy a extrañar. Extraño a todos en Johnson City.

 —Debes ir pronto de visita.

 —Por supuesto que iré en cuanto tenga tiempo.

 Piden dos helados.

 —Mamá me dijo que pronto ella y papá vendrán a verme, pero igual pienso ir pronto a casa. Extraño la granja.

 Luego de comer su helado, ambas caminan por un centro comercial. Cuando pasan cerca de una gran fuente de agua que decoraba la plaza central, unas chicas se acercan a Elianne.

 —Oye, disculpa —dice la desconocida a Elianne—¿Eres Elianne, la que canta esa nueva canción llamada "Amor es el nombre"?

 Elianne se sonroja.

 —Mmm... Sí, eso soy yo.

 —¡Oh cielos! Me encanta esa canción —saca una libreta de su bolso— ¿Me das tu autógrafo?

 —¿Mi autógrafo?

 —¡Sí!

 Era la primera vez que a Elianne le pedían un autógrafo en la calle. Estaba un poco sorprendida.

 Selene le mete un codazo en las costillas para hacerla reaccionar.

 —Eli, no te quedes ahí como estatua y firma el autógrafo.

 Elianne sacude la cabeza.

 —Oh, claro.

 Sonriente firma la libreta de la chica. La otra chica también saca una libreta.

 —Yo también quiero un autógrafo.

 Después de firmar los autógrafos y de despedirse de las chicas, ella y Selene continúan caminando.

 —¡Wao! Mi amiga, la famosa.

 —Se sintió lindo eso. No hay nada que compense mejor un trabajo que saber que le gusta a los demás, y que te lo hagan saber —se queda pensando—. Aunque los halagos pueden ser peligrosos, ya que cuando dejas de recibirlos tiendes a creer que lo que haces no es bueno ya, por muy bueno que siga siendo.

 Al entrar a una cafetería por algo de beber, se colocan en la fila. Al lado derecho de Elianne se coloca alguien a quien ella no reconoce. Lleva gorra y unas gafas oscuras.

 Ella lo mira detenidamente. Luego esta persona se quita las gafas y le habla.

 —Hola, tú.

 —¿Iker?

 —¡Sh! Baja la voz.

 —¿Qué haces aquí?

 —Supongo que lo mismo que tú —se coloca las gafas.

 Alguien más habla.

 —Yo igual.

 Elianne ve a su lado a Aaron, también luciendo gafas oscuras.

 Los cuatro piden sus bebidas y se van a caminar.

 Selene le habla a Iker.

 —Gracias por autografiar mi brazo. Creo que nunca más me lo lavaré.

 Él sonríe.

 —El no bañarse es malo para la salud, así que te prometo que te lo firmaré las veces que quieras.

 Elianne mira a ambos chicos.

 —Así que esto hacen ustedes dos en sus ratos libres: salir encubiertos y mezclarse con los demás.

 —Somos simples mortales—responde Aaron.

 —Hay otros que no se lo creen, ya que se sienten Dios.

 Aaron ríe.

 —Entendí la referencia.

 —Oigan, ¿por qué no vamos a otro sitio? No demoran en aparecer chicas a tomarse fotos y pedir autógrafos —dice Iker.

 Selene lo mira.

 —¿Les molesta eso?

 —No tanto como molestarnos, sino que a veces es un poco incómodo —responde Aaron—. No podemos andar por allí tranquilos si no es usando gorras y lentes.

 —Amamos a los fans, ya que nos debemos a ellos, pero a veces queremos ser tratados de forma normal —agrega Iker terminando de beber su café—. Al final de cuentas somos personas, y hay veces que nos gusta tener paz y privacidad para salir por allí tranquilos.

 Los cuatro se sientan en una banca en un mirador de la estatua de la libertad.

 —¿Y por qué no andan con los otros dos? —pregunta Elianne curiosa.

 —¿Quieres a Jaden aquí? —le pregunta Aaron, luciendo divertido.

 —Obvio no. Lo alucino.

 —Ese cuando se pone de malas es mejor dejarlo solo, y eso pasaba, por lo cual Aaron y yo salimos de la casa y lo dejamos a él en su mundo —dice Iker.

 —Los cuatro somos buenos amigos desde hace muchos años, pero siendo distintos —comenta Aaron—. Yo, siendo el de menor edad, soy el más maduro y sensato; Iker es el más infantil; Einar es un mujeriego, y Jaden, pues... Es Jaden.

 Elianne levanta las cejas.

 —Supongo que planea su venganza hacia mí.

 —¿Lo dices por lo del concierto?

 —Entre otras cosas...

 Momentos después, Elianne se pone de pie.

 —Me la pasé genial, pero Selene y yo debemos irnos.

 —Sí, debemos irnos, ya que Eli tiene un compromiso esta noche.

 —¿Qué compromiso? —pregunta Iker.

 —Elianne va a cantar esta noche en una discoteca.

 —Genial —dice Aaron.

 —Si gustan, pueden ir.

 Iker y Aaron se miran y se encogen de hombros.

 Más tarde, ambos llegan a la casa en donde residían. Son recibidos por un molesto Jaden.

 —¿Dónde estaban?

 —Por allí —responde Iker.

 —¡Qué bueno! Estamos en una crisis de la banda y ustedes salen a pasear como una pareja de novios.

 Aaron, el más sereno de todos, se acerca a él y le pone una mano en el hombro.

 —Cálmate. Tenemos derecho a salir a distraernos.

 Iker se acerca a Jaden.

—Preguntaría por qué andas así de pesado, pero eso es algo tan normal en ti. Te molesta hasta el zumbido de una mosca.

Einar aparece en ese instante.

 —Si vieran las chicas con las que salí hoy. Eran gemelas, y estaban buenísimas.

 Jaden continúa en su computador. Einar se acerca a él.

 —¿Qué tanto haces?

 —Leo las letras de canciones que nos han enviado.

 Iker mira el computador.

 —¿Alguna interesante?

 —Pura basura.

Aaron también observa.

—Necesitamos un buen compositor de letras, o nosotros mismos internar con eso.

Jaden continúa concentrado leyendo en su computador. Aaron mira su reloj.

—Tomaré una ducha y dormiré un rato—mira a Iker—. Nos vamos en unas tres horas.

Einar alza una ceja.

 —¿Y a dónde van ustedes dos?

 —A una discoteca. —responde Iker.

 —¡Oh! Pues gracias por invitar.

 —Vamos a ver a alguien que se va a presentar allí y nos invitó.

 —¿A quién?

 —A...

 Aaron interrumpe a Iker.

  —Será mejor no revelar detalles —mira a Jaden, indicando que debían guardar silencio ante él.

 —¿Quién es? —pregunta Einar.

 Iker y Aaron miran a Jaden, quien aún parece centrado en su computador. Luego miran a Einar.

 Aaron habla en un bajo tono.

 —A Elianne.

 Jaden alcanza oír aquello, ya que levanta la vista.






 Más tarde, Elianne se preparaba para su presentación. Selene estaba con ella en el camerino.

 —Te ves fantástica.

 —Solo espero que me vaya bien.

 —Ya sabes, nada de nervios.

 —No, nada de nervios.

 En ese momento tocan la puerta. Un chico llega con una caja, diciéndole a Elianne que es de parte de un fan. Ella lo toma y el mensajero se va. Se maravilla.

 —¡Wao! No puedo creerlo.

 —Genial. Ya hasta te dejan obsequios.

 Elianne sonríe feliz y se dispone a abrir la caja, pero cuando hace aquello y ve lo que hay adentro, su sonrisa es reemplazada por una cara de horror.

 —¡AH!

 Selene la mira sin entender.

 —¿Qué pasa?

 Elianne lanza la caja al suelo. Una enorme rata empieza a correr por todo el piso.

 Selene grita también.

 —¡AH!

 Ambas se suben a las sillas y gritan con histeria.

 Calvin entra.

 —¿Qué pasa? ¿Por qué gritan?

 Selene, aún gritando, señala hacia la rata.

 Calvin se apresura en tomar a la rata por la cola.

 —Ya, tranquilas.

 Elianne continúa gritando.

 —¡Sácala de aquí!

 Calvin se lleva al roedor y después entra de nuevo.

 —¿Cómo demonios llegó eso aquí?

 Selene se pone una mano en el pecho, tratando de calmarse para poder hablar.

 —Venía dentro de una caja que le entregaron a Elianne.

 —¿Y quién envió eso?

 —Dijeron que era de un fan.

 Calvin se acerca a Elianne, quien aún estaba alterada.

 —Tranquila. Averiguaremos quién hizo eso.

 Elianne se queda pensativa. Luego frunce el ceño.

 —Ya sé quién fue —aprieta los puños—. ¡Fue ese hijo de perra!

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