Capítulo 1: Una noticia inesperada

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Agarraba el mango de mi cuchillo con mis dedos índice y pulgar mientras le daba vueltas, salpicando alguna que otra gota de sangre por el suelo. Mi corazón latía a mil y mi sonrisa se ensanchaba cada vez más al recordar los gritos de la mujer que hace unas calles atrás había asesinado.

Giré a la derecha y vi a una persona tendida en el suelo, era un vagabundo. Al escucharme, se sentó y me vio con horror en cuanto me coloqué bajo la luz del foco.

—¡POR FAVOR! ¡POR FA…!

Me abalancé hacia él tapándole la boca, pasé el filo de mi cuchillo por su rostro y comenzó a sollozar y negar varias veces con la cabeza.

—Ve a dormir —enterré mi arma en su estómago con toda la fuerza que pude mientras soltaba inevitables risitas al ver cómo sus pupilas se contraían y agitaba sus manos como loco.

Aparté mi mano de su boca y finalmente le clavé mi cuchillo en su mejilla derecha, rajando hasta su boca y lo mismo con la izquierda. No tardó mucho en formarse el charco de sangre. Cuidadosamente, mojé la punta de mi arma en la herida que le había provocado y escribí mi famosa frase en la pared. “Ve a dormir”.

Un subidón de energía me recorrió toda la columna y provocó una sonrisa involuntaria que no era capaz de esconder. 

—Bien, vamos a casa.

Me levanté sin esfuerzo y seguí mi camino hasta entrar al bosque donde vivimos. Hacía ya algo más de una década que la mayoría de nosotros acordamos respetarnos y protegernos entre los nuestros, siempre vagando de bosque en bosque con ayuda de Slenderman y sus proxys, bajo la protección de las criaturas y sirvientes de Zalgo. Quien no lo cumpla, será asesinado. «Paz entre nosotros, guerra con el resto», así resumimos nuestras reglas. 

El bosque se estaba espesando, estaba entrando en nuestro territorio. Hice un ademán con la cabeza al ver a Hoodie subido a un árbol, él imitó mi acción y seguí caminando recto. 

Tras unos minutos, finalmente llegué a la zona de las cabañas. Me dirigí a la de Ben. 

Gracias a la ingente cantidad de proxys que tiene Slenderman podemos vivir en el bosque sin ser descubiertos o molestados. Llevan haciendo casi el mismo ritual para instalarnos desde que estoy con ellos: Primero, buscan un buen lugar forestal, lo más despoblado y abandonado posible. Ahí envían a las criaturas como The Rake, B.O.B, Seed Eater, entre otros. Luego, cuando lo limpian de animales y otros seres como wendigos, skinwalkers y otras entidades, los proxys con la mejor destreza manual arman las cabañas, traen los generadores y hacen los sistemas de pozos privados. No sé cómo lo hacen, tampoco soy ingeniero.

—¡BUEEENAS NOCHES, ZELDA! —alcé la voz entrando en la cabaña.

—Que Zelda es la princesa, imbécil —me contestó Ben sentado en su silla delante del ordenador.

La cabaña de Ben era la más pequeña de todas, no contaba ni con cocina, ni dormitorio ni baño; solo la sala de estar, un sillón, dos sofás y el ordenador al que está conectado su nintendo y el cartucho maldito original. Normal viniendo de la casa de un fantasma. Las paredes estaban empapeladas con platina. Según Ben así no lo rastrearían cuando hiciera… ciertas cosas.

—¿Te divertiste? —Liu, mi hermano mayor, asomó su cabeza por el respaldo del sofá sonriendo. Bloody estaba a su lado dibujando.

—Mucho, maté a un vagabundo de camino al bosque y a alguna que otra familia, estoy algo cansado —me senté en el posabrazos y vi a Toby y Eyeless sentados en los sillones.

—¿Le sacaste algo? —preguntó Eyeless e hice una mueca.

—Se me olvidó… Tampoco me acordé de la sangre.

—Bah, mañana será otro día —comentó.

Me levanté y caminé a donde estaba Ben.

—¿Qué haces, enano? —Le dije. Nos encantaba molestarnos, pero nunca lo hacíamos con mala intención.

—Hace mucho tiempo que crecí y medimos lo mismo, Woods.

—Tarde. Ya pasamos mucho tiempo siendo tú un enano, sabes que no se me va a quitar. En fin… no haber embrujado un juego con el físico de un niño —contesté y él respondió con un gruñido.

—Cleverbot está tranquilo por ahora, hoy han intentado hablar conmigo dos niñas de quince años preguntándome si Eyeless la tiene grande y si tú y yo estamos saliendo —soltó un suspiro y no pude evitar reírme. Aunque me molestaba que ya nadie nos tomara en serio. 

—¿Y acaso te sorprende?

—Ya estoy acostumbrado, pero me sigue dando asco… 

—Sé cómo animarte —empujé a Ben de su silla para sentarme yo.

—¿Qué estás dibujando, Bloody? —escuché decir a Toby.

—Intento dibujar el infierno… Aunque es algo difícil mostrar algo que nunca has visto físicamente… —contestó.

—Bueno, siempre puedes dibujarnos a nosotros —rio Liu.

—Bien… —tecleé en el buscador nuestra página de memes favorita.

—¿En serio? ¿Otra vez? —preguntó Ben apoyándose a mi lado.

—No hables como si esto no te divirtiera —respondí y comencé a buscar por Wattpad algún fanfic que me llamase la atención.

—¡Ese! —exclamó Ben señalando uno de mí.

—“Tn es una chica fría, sin amigos…” —comencé a leer.

—¡Y abusada por sus amigos y familiares! —exclamó Liu detrás de mí.

—¡Correcto! —respondí riendo— Lo que no sabe es que… 

—Se encuentra con Jeff The Killer —comenzó a decir Toby con tono sarcástico—. La intenta matar pero al darse cuenta de lo fuerte que era se enamora de ella perdidamente y terminan casándose y teniendo The Killers juniors —Toby giró su cabeza hacia nosotros y Ben siguió riéndose conmigo.

—¡The Killer juniors! —dijo Ben presionando sus párpados con el pulgar e índice— Por Zalgo, ¡nunca se me habría ocurrido eso!

—Este es muy cliché, veamos este. “Mi videojuego favorito, Ben Drowned x tú” —solté una carcajada.

—Cada vez los títulos son peores —comentó Eyeless levantándose del sillón y acercándose a nosotros colocándose a mi derecha. Toby hizo lo mismo detrás de mí y Ben a mi izquierda.

—Bien, ortografía mediocre… 

—No acabaste el instituto, te recuerdo —me dijo Liu.

—Sí, ¡pero ni yo escribo tan mal! —fui deslizando la rueda del ratón hacia abajo— “Tn es una chica adicta a los videojuegos, sin amigos. Su videojuego favorito es…” ¡Oh, sorpresa! ¡Es el Zelda: Majora's Mask!

—Me aburro… —murmuró Ben— Pasa a la parte interesante.

—¿Qué? ¿Tan ansioso estás que quieres leer cómo una niña de doce años te domina? —soltó Toby y escupí un poco de saliva.

—Jeff, eres un puto asqueroso —limpié la baba sin parar de reírme. 

—Ya, ya, no exageres. Pero tienes que admitir que fue buena esa.

—Mira eso… Ahí sale Bloody —dijo Eyeless.

—¡¡Es el consejero de la rayita!! —seguí mientras bajaba. 

—Liu, ¿a ti tampoco te divierten esas historias? —escuché a Bloody hablar en bajo.

—No me gusta perder el tiempo leyendo lo que niñas hormonadas digan sobre nosotros, y más si es falso o… fantasías asquerosas —contestó Liu.

—A veces leo sobre mí para ver qué opinan, aunque sea por curiosidad —habló con calma Bloody—. Me he enterado de que soy romántico, caballeroso, que no mataría a una mosca y que o salgo con Judge Angels o con una adolescente. Y ni siquiera lo sabía.

—Ya, dicen cosas peores de mí y Jeff —dijo Liu.

—Sí, como la relación incestuosa que tenéis —habló Ben y Liu y yo le miramos mal. Ben habrá muerto a los quince años, pero su humor de esa edad sigue más que vivo. 

—Eso es jodidamente enfermo. ¡Somos hermanos! ¿Quién querría ver eso? ¡No veo a nadie escribiendo cómo Toby se folla a su hermana! —recibí un golpe en la cabeza detrás de mí— ¡Au! —me giré para verlo.

—Imbécil, no metas a mi hermana aquí —frunció el ceño— o haré que Slenderman cumpla esa fantasía asquerosa.

—Llevas diciendo lo mismo durante casi diez años, no te ha hecho caso antes menos ahora, Tobías —sonreí de lado sabiendo que eso le molestaba.

Tocaron la puerta. Liu se levantó y abrió, era Masky.

—Hola —miró alrededor y le prestamos atención.

—Cierra la puerta —ordenó Ben—. ¡Cierra la puerta!

—Solo serán unos segundos —Masky hizo caso a Ben y soltó un suspiro, tan serio como siempre.

—¿Pasó algo? —preguntó Toby.

—Tenemos que secuestrar mañana a unos chicos, Hoodie ya lo sabe.

—¿Secuestrar? —pregunté extrañado y di la vuelta en la silla— ¿Son investigadores?

—No. Son unos adolescentes sin más. Es lo que me ha dicho Slenderman, pero parece que Zalgo y él nos darán más detalles mañana.

—¿Y dónde los tendremos? —cuestionó Liu.

—En el almacén, está adaptado para ellos.

—Solo falta que vayan en alfombra roja y todo —me crucé de brazos—. ¿Entonces secuestramos a unos adolescentes y ya? ¿Cuántos son?

—Ocho. Solo venía a deciros eso, tengo que ir con los novatos. Mañana por la mañana temprano donde Slenderman, no faltéis.

Sin más que decir, Masky se marchó, dejándonos con más dudas que respuestas.

—¿No sabías nada, verdad? —preguntó Liu a Toby, él negó con la cabeza.

—No, y por el tono de Masky esto fue completamente repentino —nos miró a todos—. Estoy igual que vosotros.

—Pero ha de ser por algo —Bloody nos echó un vistazo—. No secuestramos a nadie porque sí, y si ha sido de la noche a la mañana, ha de ser algo importante, ¿no creéis?

—Sí, pero… ¿por cuánto tiempo será? Está hasta adaptado para ellos —comenté—. Normalmente matamos, robamos lo que necesitamos y queremos y listo, y si secuestramos a alguien no le hacemos un hueco, lo torturamos en casa de Eyeless o en el bosque y nos olvidamos de él. Esto es diferente.

—Tienes razón, Jeffrey —Liu me miró—. Esto no es lo de siempre, así que veremos qué nos dicen Slenderman y Zalgo mañana —giré mi cabeza hacia Eyeless y Ben, preguntando con la mirada. Al fin y al cabo ellos son parte del bando de Zalgo. 

—No, tampoco sabemos, ni siquiera Silver —solté un suspiro. Por alguna razón este secuestro me mantenía inquieto y me daba mala espina, y si algo he aprendido en todos estos años estando fuera de la ley, es que debes hacer caso siempre a tu instinto.

Curiosidad n°1: Los Creepypastas comparten cabañas con un compañero o más, como es el caso de Jeff y Liu y Eyeless y Bloody. Los proxys duermen en cabañas comunitarias donde viven varios, excepto Masky, Hoodie y Toby al ser los proxys más veteranos e importantes de Slenderman. Las criaturas tampoco viven en cabañas y las entidades (salvo algunas excepciones) vagan por el bosque.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro